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El Ímpetu de la Juventud

El Ímpetu de la Juventud y… la Desesperación

SAN SALVADOR, El Salvador-(Especial para el periódico The City). Nayib Bukele tiene apenas 38 años de edad. ¡Cuántos quisiéramos regresar a esa edad fresca y juvenil que posee el mandatario salvadoreño! Es una edad en la que se le pueden perdonar a cualquier persona algunos desatinos y disfrazarlos de “equivocación” y no faltará alguna dulce anciana que dirá: “¡No importa lo que hizo… porque es tan joven!” Quizás eso mismo se le podría decir al presidente de este país después de que irrumpió, junto a los militares, en el Congreso situado en esta Capital, para intimidar y presionar a los congresistas para que aprueben el préstamo concertado con el Banco Interamericano de Integración Económica (BCIE), para comprar equipos y acondicionar mejor a las fuerzas de seguridad y así puedan realizar un combate más efectivo contra “las maras” que desangran a El Salvador. Esa acción, vista con agrado, sorpresa, agradecimiento y cariño por el grosor de la población; y con enfado por los mismos legisladores y jueces, quienes le prohibieron a Bukele, en lo sucesivo, usar a los soldados para tales fines, la comprendemos y tenemos que definirla como producto del ímpetu de la juventud ¡Sí! Pero también como fruto de la desesperación. A raíz del llamado “al orden y la cordura” que los magistrados le hicieron al presidente de la República por medio de la Sala de lo Constitucional, para que “se abstenga de hacer uso de las Fuerzas Armadas en actividades contrarias a los fines constitucionales establecidos y poner en riesgo la forma de gobierno republicano”, el mandatario entró en una especie de éxtasis provocado por su enojo (su razonable y plausible enojo), y sacó a la luz pública expresiones como ésta y que en El Salvador son verdades irrefutables: “Los políticos ahora están protegiendo ya no solo a los pandilleros, sino a los narcotraficantes.” Y agregó que muchos diputados exclamaron abiertamente: “¡para qué el Ejecutivo iba a necesitar ese dinero del préstamo y para qué iba a combatir a los delincuentes callejeros y a los narcos!” Además, se burlaron de los helicópteros y del barco armado que el gobierno planea comprar para dicho combate.

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