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Polémica por Sobresueldos en el Canal de Panamá

habitación por desfalco a Hacienda), entre muchos otros. Era fácil verlos repartidos entre el Congreso, ministerios de Estado, embajadas, puestos altos en organismos internacionales, etcétera, etcétera. Los adversarios de esta raza aseguraban que alcanzaban esos sitiales debido a los pagos millonarios que hacían a los partidos políticos a los cuales pertenecían (la Unidad Socialcristiana y Liberación Nacional). El número de ellos, residentes en el país, se calcula entre los 2,500 y 3,000, y mayormente son de la etnia jázaro-askenazi; aunque también hay criptojudíos. Pero esa exitosa brillantez, exhibida en esas décadas, se ha ido opacando a medida que transcurre el nuevo milenio. Los propios errores de los judíos que los han llevado a escandalosos procesos judiciales, fueron quitándoles el poder que habían logrado hasta entonces. El primero de ellos fue el de la ex Primera Dama de la República, Doris Yankelewitz, quien se vio envuelta en un sórdido caso de corrupción en el seno de los Hogares Crea, una Institución ya desaparecida, erigida para ayudar a los jóvenes con adicciones; luego vendrían los casos de la ex vicepresidenta de la República, Rebeca Grinzpan y su esposo, Saúl Weisleder, retirados a la vida privada a raíz de otro escándalo de corrupción; Joyce Zurcher, ex alcaldesa de la ciudad de Alajuela, defenestrada también por corrupción; Walter Reiche, quien provocó el escándalo conocido como “Caja-Fischel;” la pareja Fishman que vio agotadas sus posibilidades políticas, esto a causa de los actos corruptos del partido al que pertenecían, la Unidad Socialcristiana, y que motivó una “enorme estampida” de correligionarios hacia otros movimientos existentes. Finalmente, Samuel Yankelewitz, ex presidente de la Cámara de la Empresa Privada, sigue preso en su propia mansión por evadir sus responsabilidades tributarias con Hacienda. Estas situaciones particulares han hecho que los hebreos “se replieguen” y se alejen del “punto de mira” acusador y con ello evitar que se deteriore aún más la imagen que tienen como colectividad y elemento racial en Costa Rica. De tal manera, presenciamos hoy el ocaso de esta etnia que muchos aplauden y otros deploran abiertamente.

Polémica por Sobresueldos en Canal de Panamá

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CIUDAD DE PANAMÁ-(Especial para The City Newspaper) De la inmensa gama de problemas que nacen derivados de la corrupción gubernamental en América Central, los altísimos salarios devengados por los administradores del Canal interoceánico, están causando controversia en esta nación; y ha llegado a tal extremo, que el tema se ha convertido en causa de debates en la prensa y en la población que sigue atenta lo que está sucediendo. Concretamente, el administrador de la vía acuática que une a los dos océanos, gana un salario de US$26,666 al mes, algo inconcebible desde todo punto de vista y que tiene a los ciudadanos descontentos a lo largo del país. Se trata de Ricaurte Catin Vásquez, matemático de profesión, quien fue elegido para el cargo por la junta directiva de la

Autoridad del Canal de Panamá, después de haber sido recomendado por dos empresas contratadas previamente por esa entidad y que consideraron las cualidades que debía tener el ejecutivo que iba a ocupar el puesto. Aristides Royo, ministro para Asuntos de Canal, explicó que el monto de dinero en dólares pagado al administrador, se produjo porque “se estudiaron los salarios de empresas similares al Canal en Panamá y (Compañías de) Suramérica e, incluso, fijamos un sueldo más alto del que recibe actualmente el funcionario en cuestión”, pero, al final, decidieron por la cantidad estipulada y que a los diputados, dirigentes de los trabajadores de la vía interoceánica y sectores de la sociedad, no les ha parecido justa, sino, por el contrario, demasiado elevada y nada coincidente con la realidad del país, más aún cuando la deuda externa panameña está creciendo desproporcionadamente y hay partes significativas de la población que sufren pobreza. El mismo ministro, en respuesta a la presión a la que se ha visto sometido en los últimos días, desglosó el sueldo del administrador de esta manera: US$14,666,67, el salario neto que se le paga a Ricaurte Vásquez; más US$12,000,00 por gastos de representación, lo cual arroja una cifra de US$26,666 en total. Aristides Royo ha dicho a la prensa que ninguno de los aspirantes al puesto de administrador del Canal, incluido Vásquez, sabían cuánto sería el sueldo y que la información se tenía definida un año antes del proceso de la escogencia del funcionario. Pero lo que más indigna a los panameños estriba en el hecho de que otros directivos del Canal, tienen sobresueldos muy parecidos al que hemos expuesto aquí y que son totalmente exagerados con respecto a la realidad presupuestaria del país. Esta situación se presenta cuando la deuda externa panameña sube cada día y supera ya los US$30,000 millones, según informes brindados por el Ministerio de Economía y Finanzas. Y la explicación que da el presidente de la República, Laurentino Cortizo, indica que esa enorme deuda con los organismos financieros, le fue heredada el pasado 1 de julio, cuando asumió el poder después de haber ganado las elecciones generales y que le permitirán gobernar durante el quinquenio del 2019 al 2024. Amplió al decir que heredó niveles de déficit fiscal, superiores al 3,5 por ciento y obligaciones por pagar, cercanas a los US$1,100 millones. Es por ello que el nuevo gobierno, el pasado 3 de diciembre del 2019, aprobó un desembolso de más de US$944 millones para el pago de deudas que se remontan al 2010, con acreedores nacionales y con miras a revitalizar una economía que crece a su ritmo más lento en una década. Ello ha repercutido en el desempleo, que se disparó al 7,1 por ciento en agosto pasado, y que tiene preocupados a los ciudadanos afectados, como es lógico. Es así como no todo es “color de rosa” en Panamá en materia financiera, más aún cuando la agencia de calificación de riesgo, Moody’s, manifiesta en su último informe, de octubre anterior, que el endeudamiento de esta nación aumentará el 45 por ciento del PIB, para el 2021. Ello nos da una explicación certera del porqué no se habla con optimismo en ningún rincón de la geografía panameña y menos cuando se conoce de salarios fuera de registro, como el del administrador del Canal interoceánico.

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