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Parecen más Humanos los Narcotraficantes

Otro pésimo e indignante caso es el del supuesto “nadador master,” Jonathan Mauri Carabaguíaz, quien, hasta hace poco tiempo, nadie sabía quién era ni a qué se dedicaba. El hecho de que su hermana, Carolina Mauri, fuera ministra de Deportes, lo benefició al otorgarle un premio de 233 millones de colones, por haber ganado, presuntamente, un campeonato mundial en Suecia, en agosto del 2010. Lo impresionante de esta estafa (“legalizada”), radica en que dicho premio había dejado de otorgarse años antes a los deportistas costarricenses, precisamente por carecer de financiamiento. En un principio se le denegó el dinero, pero el “atleta” recurrió al Tribunal Contencioso Administrativo del II Circuito Judicial de San José, apeló, y finalmente tuvo una sentencia a su favor que lo convirtió “por arte de magia,” en un nuevo millonario en esta desvencijada democracia, estafada y vuelta a estafar. En esos instantes de la polémica, la ciudadanía y la prensa se quejaron por el descaro y la jugarreta de Jonathan Mauri y su hermana, la entonces ministra, pero el asunto ha pasado al olvido y él ha seguido viviendo su vida de millonario a expensas de un país severamente empobrecido y endeudado con la Banca internacional. En un intento de síntesis sobre este engorroso y vergonzante tema, tenemos que argumentar que todos los pensionados de lujo le cuestan al Estado unos 916 millones al mes; o sea, más de 10,900 millones de colones al año; 64 de esos jubilados pertenecen al Magisterio Nacional y 33 más al Ministerio de Hacienda. La persona que más dinero recibe se llama Myrna Isabel López Sánchez, ex funcionaria de la Universidad de Costa Rica, con una pensión de 14 millones de colones mensuales. También percibe la pensión de lujo que pertenecía a su esposo, en su condición de “cónyuge supérstite” (beneficio de viuda). Pero ella está feliz por tal monto, sin duda alguna. Este es un semblante inmoral de este país que posee sectores sociales altamente vulnerables, que se debaten entre el hambre y ninguna oportunidad para surgir como seres humanos. Tampoco hay voluntad política para acabar con esas estafas al erario público y solamente debemos esperar que esos mismos pensionados fallezcan para que sus beneficios también desaparezcan.

Los Narcos Parecen más Humanos…

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SAN JOSÉ, Costa Rica-(Especial para The City Newspaper) Vivimos en un mundo donde cada vez es más difícil hallar actos de humanidad profunda, en contraposición con tanto egoísmo, maldad y desfachatez. Me explico y para ello me remito a dos informaciones: una venida desde México y otra generada en este país centroamericano. La primera señala que los narcotraficantes de los carteles mexicanos están repartiendo comestibles entre las personas pobres, al mejor estilo de Pablo Escobar Gaviria, el narco colombiano, en sus años de auge en Medellín. La segunda información surge de la Casa de Gobierno costarricense, donde el Presidente de la República, Carlos Alvarado, solicitó reducir un porcentaje mínimo de las pensiones de lujo que recibe un grupo de individuos y que, además de ser

montos inmorales, sangran al presupuesto del Ministerio de Hacienda. A su vez, esas deducciones irían hacia las personas en estado de pobreza. Es decir, en el caso personal, si yo fuese “pensionado de lujo” en Costa Rica, estaría indefectiblemente de acuerdo en que una parte de mi dinero fuera hacia la clase social más desprotegida. No me representaría ningún problema ser solidario. Sin embargo, la reacción de 34 de esos pensionados que perciben dinero arriba de los 4 millones de colones, fue totalmente adversa al Presidente de la República y muy propia de sus corazones llenos de egoísmo, falta de solidaridad y deseos de seguir estafando al fisco Estatal, porque presentaron un recurso de amparo ante la Corte Suprema de Justicia, para que los jueces echen atrás el plan del mandatario. Y lo más sorprendente radica en que, entre los firmantes de ese recurso, hay nueve magistrados, tres ex miembros del Consejo Superior del Poder Judicial, dos exjefes de la policía judicial (OIJ), y la viuda de un expresidente de la misma Corte Suprema. El presidente Carlos Alvarado comentó al enterarse de la noticia: “En una situación fiscal como la que enfrentamos, no es aceptable que se quiera defender pensiones con montos tan elevados. Todos debemos aportar a la solución. Las pensiones son para proteger y no para enriquecerse.” Nótese el grado de descaro y desfachatez en los pensionados de lujo firmantes del recurso de amparo. Es por eso que no pude evitar compararlos con los narcos mexicanos, quienes están mostrando un alto grado de compasión con los pobres de su país, en momentos cruciales cuando la pandemia del Covid-19 les ha arrebatado los trabajos y los ha hundido aún más en la miseria. Es decir, en Costa Rica 34 pensionados de lujo (quienes, además, se sienten ofendidos porque se les llama así), se oponen ferozmente para que sus dineros sean reducidos y con ello se ayude a los costarricenses en malas condiciones socioeconómicas; mientras que en México los pobres llenan sus despensas de alimentos, ayudados por los narcotraficantes. ¡De verdad que vivimos en un mundo dispar y muchas veces incomprensible! Es por eso que siempre estaré en contra de los corazones negros de las gentes, de esos individuos que diariamente se visten de dignidad, pero que, en el fondo, son tan perversos e indignos como el peor ser humano existente. “La contribución solidaria”, como se le llama a esa reducción de las pensiones de lujo, fue aprobada en noviembre pasado por el parlamento y señala que las jubilaciones mayores a 2,2 millones de colones mensuales, son las que tienen que aportar para financiar, a su vez, al régimen dirigido a los ancianos en condición de pobreza (se beneficiarían unas 10 mil personas). De tal manera, el recurso de amparo presentado por los pensionados inmorales, si fuese acatado por los jueces, golpearía fuertemente a esa parte de la población tan vulnerable. Y terminamos con estas palabras de la diputada Franggi Nicolás: “Mientras miles de costarricenses reciben pensiones miserables, un pequeño grupo de egoístas que ha vivido (…) de beneficios inmerecidos (…) prefieren perjudicar a poblaciones en pobreza que también merecen vivir con dignidad. ¡Qué triste que hoy 34 pensionados de lujo, pongan en riesgo la puesta en marcha de la ley (…)! Espero que este recurso de amparo no prospere, para que finalmente se le ponga un candado a esos premios odiosos que nunca tuvieron que haberse permitido.” Cierra así su comentario

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