Según la Medicina Tradicional China la salud se puede ver alterada básicamente por dos motivos: por los factores patógenos externos y por los factores patógenos internos. Los primeros vienen siendo las inclemencias del tiempo (viento, humedad, sequedad,…) y los segundos sería la gestión no adecuada de nuestras emociones: la ira, la euforia, la preocupación, la tristeza y el miedo. En el caso de las emociones, que es lo que nos trae hoy aquí, si esta gestión inadecuada se prolonga en el tiempo, puede llegar a provocar un desequilibrio energético y eso a su vez algún problema de salud. A fin de recuperar ese equilibrio energético en nuestro cuerpo, existen incontables ejercicios de Qigong, cada uno de ellos destinado a trabajar sobre uno o más de los conocidos cinco elementos o arquetipos: Madera, Fuego, Tierra, Metal y Agua. Estos elementos tienen un movimiento energético determinado y se entiende que todo aquello que tenga un movimiento energético similar a ellos, se encuentran relacionado entre sí. Así entonces podemos ver la relación que existe entre la ira, que su energía es expansiva y se asemeja a la de la Madera, que actúa de la misma manera. Vemos la euforia que se comporta como el Fuego, de manera ascendente. La preocupación como la Tierra, ascendente y descendente a la vez. La tristeza como el Metal, condensado. Y por último el miedo como el Agua, que es descendente. Para que podáis practicarlos en casa en compañía de vuestros niños, os voy a explicar cómo realizar unos sencillos ejercicios de Qigong y así experimentar cómo es posible regular y equilibrar nuestras emociones moviendo nuestro cuerpo de una forma muy fácil. Cada uno de ellos podemos repetirlo tres veces. Descripción de los ejercicios Durante toda nuestra práctica tenemos que mantener una postura relajada pero erguida, con los pies ligeramente abiertos hacia fuera y separados entre sí a la distancia de nuestra cadera, las rodillas un poquito flexionadas, el mentón retraído, los hombros bajos y las axilas ahuecadas. Vamos a hacer cuatro ejercicios, cada uno de los cuales corresponde a uno de los elementos antes citados. El quinto, la Tierra, lo utilizaremos como “separador” entre cada uno de los otros cuatro, ya que es el movimiento estabilizador. TIERRA – PREOCUPACIÓN Una vez que hayamos adoptado la postura indicada anteriormente, a la vez que realizamos una inspiración, subiremos las manos por delante de nosotros hasta la altura de los hombros y seguidamente, durante la espiración, las volveremos a bajar realizando el mismo recorrido hasta que se coloquen por delante de nuestro ombligo. Con los dedos índices y pulgares dibujaremos un triángulo, y todos los dedos menos los pulgares apuntarán hacia el suelo. En este momento nos hemos colocado en la postura estática con la que podemos estabilizar nuestro cuerpo, nuestra respiración, nuestras emociones, ésta es la postura del elemento Tierra. Con este ejercicio estamos preparándonos para el 18