Manual de Disciplina

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Disciplina Todo lo que tienes que saber para la educación del infante

Por Zabdi Judá Ortega Gutiérrez 1


Índice Introducción ………………………………………………………………… 3 1. Disciplina como concepto……………………………………………. 4 1.1 ¿Por qué es importante la disciplina?............................................... 4 1.2 Autodisciplina……………………………………………………………. 6 2. Disciplina familiar……………………………………………………… 8 2.1 Objetivo de la disciplina familiar…………………………………….…. 8 2.2 Enmienda del mal comportamiento…………………………………… 9 2.3 Castigo físico………………………………………………………….... 13 2.4 Paternidad responsable……………………………………………….. 14 3. Disciplina escolar……………………………………………………… 16 3.1 Creando un espacio disciplinado…………………………………....... 17 3.2 Beneficios de la disciplina escolar ………………………………….... 19 3.3 Indisciplina………………………………………………………………. 20 3.4 Disciplina del docente………………………………………………..… 22 Bibliografía …………………………………………………………………….. 25

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Introducción

A lo largo de la historia, el ser humano, como ser sociable, se ha visto en la necesidad de interactuar y encajar en su entorno; por ello se han establecido algunas normas para su sana convivencia. Entre lo moral, lo ético y lo legal, se han regido para progresar tanto en lo individual como en lo comunitario; pero ¿de qué sirve un bien mayor si no es para el beneficio individual? Y viceversa, ¿cómo conseguir el beneficio comunitario a partir de la individualidad? Pues bien, para lograr un objetivo es necesario ponerse metas u objetivos, éstos nos sirven para poder avanzar y prosperar tanto en lo colectivo como en lo privado. Lo que interesa en esta investigación, es la manera de llegar a conseguir un bien o meta, en lo individual para así proyectarla en lo colectivo, por ello se abordará el tan importante tema de la disciplina. Si bien, es algo que se nos ha arraigado desde la infancia sin saber a bien cómo sacarle el mejor provecho, con esta investigación se pretende tocar puntos esenciales para tener en cuenta un mejor estudio –y desglose- hacia la materia; así mismo, se pueden llegar a responder algunas interrogantes que aún no han quedado del todo claras o bien, puedan surgir nuevas interrogantes que sirvan de inspiración en otras investigaciones. Dentro de esta búsqueda, se abordará del tema más general hasta un punto específico, que es la disciplina en la enseñanza. Lo que se busca es que, una vez entendida la cuestión, se pueda aplicar al ámbito escolar, pues como docentes, es necesario tener en cuenta todos –o al menos la mayoría de- los factores que impliquen la buena enseñanza hacia los futuros aprendices, y la disciplina es uno de los puntos más importantes y fundamentales.

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1. Disciplina como concepto. Hablar de disciplina, nos remite a las normas de conducta aceptadas por la sociedad para la convivencia con nuestros semejantes; nos permite lograr un objetivo/meta y se lleva a cabo por parte del individuo o colectivo para un beneficio propio o mayor, según sea el caso. El Diccionario del Español de México (2021) nos dice que disciplina se define como un método o determinadas normas que se hacen con constancia, debe ser ordenado para establecer cierta jerarquía y tiene un objetivo. En otras palabras, la disciplina es una manera de adoctrinamiento que pareciera surgir –por parte de los padres o tutores- desde que se nace, para lograr formar o educar desde la infancia un buen comportamiento para los diferentes contextos en la vida.

1.1 ¿Por qué es importante la disciplina? La disciplina no sólo nos ayuda a fomentar un buen comportamiento social y nos ayuda a alcanzar las metas que nos propongamos, sino que también nos ayuda a construir y fomentar otros valores como la conciencia, confianza, paciencia, creatividad, autonomía, responsabilidad, organización y perseverancia, entre otros. Una persona que es disciplinada se muestra como confiable, organizada, perseverante y armónica; además, con la disciplina se desarrolla la capacidad de ejercer control de los deseos, carácter, emociones, lenguaje y actitudes; todo esto ayuda a conseguir las metas que se han trazado, convencido de lo que se quiere.

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Varias investigaciones recientes, acerca de la disciplina, se ha demostrado que un niño o joven en formación que es disciplinado mejora su calidad de vida y está mejor preparado para las exigencias que la sociedad requiere tanto a nivel académico, social y laboral, es decir, forma personas íntegras para que puedan afrontar los retos y desafíos del acelerado ritmo con que se mueve el mundo de hoy, a través del desarrollo de aptitudes, actitudes y competencias que resulten apropiadas y admitidas dentro de la sociedad que vivimos (Almendárez Castillo, 2017). Es importante mencionar y tener en cuenta que el camino de la disciplina no es inmediato, sino que es un objetivo a mediano o largo plazo que sólo se logra con la constancia y los valores ya mencionados. Una vez dominado el tema, cualquier objetivo que se quiera lograr, a través de la disciplina, será bastante sencillo, pues ya se habrán cautivado las enseñanzas y se podrán poner en práctica fácilmente.

Por último, es importante señalar lo que García Correa y García M. (2009) nos dicen en su trabajo La disciplina familiar: “La disciplina es un fenómeno universal-cultural que desempeña cuatro funciones: la primera es de socialización o sea, el aprendizaje de los estándares del comportamiento aprobados y tolerados en una cultura determinada. La segunda función hace referencia a la madurez de una persona normal considerando que el comportamiento no es un fenómeno espontáneo sino es la respuesta a las

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demandas y expectativas de una sociedad determinada. La tercera función consiste en la interiorización de estándares morales, siendo necesarias ciertas sanciones externas para asegurar la estabilidad del orden social. La cuarta función hace referencia a la seguridad emocional del niño pues los controles externos le dan más seguridad en sus conductas ya que su capacidad de autocontrol es limitada. Así pues el control y la disciplina lo vemos como necesario para conseguir las cuatro funciones dichas.”

1.2 Autodisciplina Cuando se es disciplinado en las acciones cotidianas, con la familia, en la escuela y en la comunidad, no hace falta que lo vigilen y controlen, porque la misma persona está al pendiente de cumplir lo que le corresponde. Estos son algunos de los puntos más importantes que se deben tener en cuenta al momento de reflexionar acerca de la autodisciplina 1.

Aceptación: saber qué nivel de disciplina se tiene, de qué es capaz y de qué no.

2.

Fuerza de Voluntad: la capacidad de actuar con energía en un momento determinado, aunque no se sostenga en el tiempo.

3.

Trabajo Duro: la capacidad de hacer lo que es difícil y retador.

4.

Laboriosidad: la capacidad de realizar el trabajo, aplicar el tiempo y el esfuerzo necesario hasta que esté hecho, aunque sea algo rutinario y aburrido.

5.

Persistencia: la capacidad de seguir adelante cuando se pierde la motivación, el esfuerzo sostenido a lo largo del tiempo.

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Para ejemplificar, estas son algunas actividades más populares que se ayudan de la disciplina para cumplir los objetivos: 

Productividad en proyectos personales

Productividad en trabajo

Seguir una dieta

Hacer deporte

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2. Disciplina familiar Si bien, como ya se hizo alusión, la disciplina es un método aprendido desde las infancias. Un niño, regularmente, es consciente de sí a partir de los 6 años y es en esa edad que comienza la capacidad del autocontrol. La mayoría de los niños buscan la aprobación y complacencia de los padres, por lo que, si dentro de su aprendizaje, el tutor muestra aprobación o desaprobación por el comportamiento del infante, refuerza la conducta que se quiere enseñar. Los padres deben ser los responsables de imponer las reglas y los valores familiares dentro del hogar, de una manera clara y lógica para que el niño pueda crecer en un ambiente adecuado. Cuando la guía que se ha expuesto en el lecho familiar es el correcto, el autocontrol y disciplina del menor aumenta positivamente durante los años escolares sin necesidad de recurrir a las represalias, o bien, a una disciplina negativa.

2.1 Objetivo de la disciplina familiar Según García Correa y García M. (2009), el principal objetivo de la disciplina familiar es facilitar la evolución hacia una situación en la que el ejercicio efectivo de ese control, que lleva implícito toda disciplina vaya haciéndose cada vez menos necesario. A medida que los hijos vayan dándose cuenta de la necesidad de estructurar sus conductas personales y someterlas a ciertas restricciones, van mejorando sus posibilidades de integrar esos principios y restricciones en su propia vida. La disciplina familiar se debe basar en la comprensión inteligente de la conducta y norma por parte de los hijos y en un auténtico interés por el desarrollo de su personalidad. Pero también se fundamenta en la comprensión de los padres 8


sobre el desarrollo evolutivo del pensamiento del hijo para justificarle y razonarle el porqué de las normas.

Es decir, el infante tiene que ir aprendiendo de sus propias construcciones y de las enseñanzas de los padres, los valores, los hábitos y las normas en general para la óptima convivencia en su entorno. Los padres tienen la responsabilidad de imponerle las reglas, los valores de la familia y también de mediar los acuerdos, en medida de lo posible para que el menor no corra riesgos.

2.2 Enmienda del mal comportamiento

Como ya se mencionó, la corrección del mal comportamiento debe tener sentido lógico para el niño, ya que una vez claro su error y desaprobación de conducta, difícilmente vuelve a incurrir en el fallo. Es importante mencionar que la manera en la que se corrige el mal comportamiento del menor debe ser asertiva, de tal modo que éste no deba sentirlo como un castigo, como una falta de afecto ni como una mala intención por parte del tutor, sino se corre el riesgo de malinterpretar el cambio. La flexibilidad y la empatía en la disciplina siempre tienen que ser una opción, ya que la enseñanza es un acto de consciencia y meditación para formar a los menores.

Siguiendo con el texto de García Correa y García M. (2009), menciona que quizás algunos padres piensan que la disciplina es un método que utiliza el castigo para obtener el control, pero la disciplina no tiene que ver con el castigo. Más bien, la disciplina familiar tiene que ver con enseñar, educar, preparar, entrenar, moderar, 9


construir habilidades y centrase en las soluciones. La disciplina es constructiva, alentadora, afirmativa, útil, afectuosa y optimista. Los niños no nacen con un manual de instrucciones, así que los padres necesitan encontrar un sistema que les permita confiar en sí mismo.

Así pues, es importante mencionar que cualquier método se debe adecuar a la personalidad tanto del infante como del tutor, pues al tratar con distintas personalidades puede que no siempre funcione, en especial en la transición del niño a mayor. Se debe tener en cuenta, que la personalidad del niño es cambiante con el paso de los años y en algunas edades puede resultar voluble a las llamadas de atención; también, un mismo método puede no funcionar con diferentes niños, es decir, lo que resultó con el primer hijo, puede no siempre ser lo adecuado para el segundo. En estos casos, el tutor o padre tiene la responsabilidad de crear un espacio personalizado e individual para cada infancia, con oportunidades para realizarse y sentirse satisfecho, tanto con su educación como sus metas personales; por eso es importante el diálogo entre ambas partes, pues así el menor expone sus necesidades y dudas y la figura de autoridad puede negociar entre sus puntos de vista y las reglas que se han impuesto.

El negociar y comunicarse es un vínculo que muestra respeto y autoridad, pero también concientiza tanto al niño como al padre en sus propias necesidades. Si el adulto sólo se enfoca en cubrir las necesidades del infante, fomenta la dependencia y la falta de valentía; así, si las necesidades se enfocan en el adulto, puede provocar 10


la sumisión, el miedo y la rebeldía. La disciplina tiene que ser el resultado de un equilibro entre la firmeza, el cariño y el respeto, tanto para los padres como para los hijos. García Correa y García M. (2009) nos menciona algunas normas paternas y maternas para tener dentro de casa para lograr un refuerzo positivo en el menor: 1. LOS PADRES DEBEN SER MODELOS POSITIVOS Los padres y madres son los primeros modelos de comportamientos para sus hijos, por eso deben cuidar mucho los comportamientos en casa y resolver los problemas y diferencias de la pareja mediante el diálogo y la comprensión. 2. HABLAR CON FRECUENCIA CON SUS HIJOS Y TRANSMITIRLES CONFIANZA PARA QUE LOS HIJOS A SU VEZ LES HABLEN CON CONFIANZA Es importante escuchar con interés lo que los hijos quieran comunicar, aunque los padres estén cansados o les parezcan tonterías. Hay que proporcionar confianza, seguridad, afecto y animar a los hijos a que hablen de lo que les motiva y lo que les inquieta y preocupa. 3. EDUCAR EN LOS DERECHOS HUMANOS Deben ayudar a sus hijos a reconocer los sentimientos de sus hermanos y de los demás, a sentir empatía, es decir, a ponerse en el lugar de otros y comprender sus sentimientos. Igualmente, han de aprender que todos somos diferentes, y que esta diversidad es valiosa. Hay que transmitirles los valores de respeto, la tolerancia, la no aceptación de la injusticia. 4. FOMENTAR LA AUTONOMÍA DE LOS HIJOS No deben protegerles excesivamente, sino facilitar su independencia y responsabilidad aunque algunas veces los hijos se equivoquen. No queremos decir que no necesiten guía y consejos, sino apoyarlos para que aprendan a tomar sus propias decisiones con responsabilidad. 5. ESTABLECER NORMAS CLARAS Y DIALOGADAS Los hijos deben saber claramente cuáles son las conductas que se esperan de ellos. Es mejor con- vencer que imponer. Para ello, hay que razonar según las etapas evolutivas sobre el porqué de las normas y, siempre que sea posible, permitirles 11


que participen en algunas decisiones y que opinen sobre algunas normas de convivencia en casa. De nada sirve proponer muchas normas si no se consigue su cumplimiento. 6. INTERESARSE POR LAS RELACIONES Y AMISTADES DE SUS HIJOS Los padres deben interesarse, pero sin agobiar, por los amigos y compañeros de sus hijos, por sus relaciones con ellos. No debemos pensar que, si algo va mal, el hijo es siempre el culpable o la víctima y el perdedor. 7. ESTIMULAR A LOS HIJOS A UTILIZAR CONSTRUCTIVAMENTE EL TIEMPO DE OCIO Hay que aumentar y fomentar aficiones y deportes para facilitar las relaciones con los demás. Que hagan los fines de semanas deportes, excursiones, teatros, lecturas. 8. HABLAR CON LOS HIJOS SOBRE CÓMO AFRONTAR LOS CONFLICTOS Hay que transmitirles las ideas de que los conflictos son algo natural en los seres humanos y que se producen continuamente en la vida cotidiana, ya que las personas tenemos diferentes intereses y necesidades: un buen ejemplo es cuando uno quiere ver la televisión otro hacer deportes. Lo importante es saber que hay muchas maneras de resolverlos, pero que la mejor manera es el diálogo y no la confrontación. 9. INTERESARSE POR CÓMO VAN EN LOS ESTUDIOS Y EN LA ESCUELA Es muy importante que los padres mantengan contactos con el centro educativo y se interesen por cómo van sus hijos. En ocasiones también es bueno hablar con otros padres sobre cómo favorecer la convivencia y el éxito escolar.

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2.3 Castigo físico

Por otro lado, hay que tener en cuenta que la disciplina positiva es un tema moderno; hasta hace algunos años se implementaba el castico físico para “corregir” los malos hábitos. Recientemente, en algunas sociedades se ha prohibido el uso de la violencia, pues se ha demostrado que ejercer violencia para disciplinar no funciona, en cambio repercute tanto en la salud física y mental del niño. Aunque haya estudios científicos demostrando las consecuencias, la realidad es que aún existen estos métodos disciplinarios. Un estudio de 197 países expone que sólo 41.9% prohíbe el castigo físico en la escuela y 2.3% en casa; hasta octubre de 2007, 19 países (2.3%) lo prohibían en cualquier escenario (Global Initiative to End All Corporal Punishment of Children, 2007:4). Otra investigación con 29 países reportó que 86% de niños y niñas de entre 2 a 14 años han sido sometidos a usos de disciplina violenta en su hogar, lo cual sucede en todos los estratos socioeconómicos (UNICEF, 2007). En distintas muestras, se ha revelado que los castigos físicos sólo generan violencia en los infantes, pues no sólo incrementa la agresión en sí mismos en etapas posteriores, sino que también su carácter se vuelve hostil y ensimismado. Aunque la mayoría de los padres han aceptado haber criado a sus hijos con disciplina negativa (golpes, castigos, privar de alguno de sus privilegios), también se han dado cuenta que esta conducta no les es de mucha –o ninguna- utilidad.

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Como ya se ha mencionado, al ser la disciplina positiva un tema reciente, la mayoría de los tutores no entienden cómo tratar o disciplinar a un infante; es aquí cuando se debe tener en cuenta la ayuda profesional externa. Es decir, el consultar a personal estudioso en el tema que puede sugerir métodos para modificar el comportamiento, tanto de padres como de hijos, trabajar en su psique y entender en qué están fallando para mejorar y crear un ambiente apto para todos. Los padres coinciden en la necesidad de saber más sobre técnicas disciplinarias, pues no están satisfechos con las conductas después de implementarlas (López et al., 2000).

2.4 Paternidad responsable

Se deber recordar que la paternidad también es un conjunto de valores que ayudan en su método de enseñanza, pues refuerzan para sí mismos la paciencia, asertividad, liderazgo, el respeto, la empatía, entre otros. Ser un buen padre no es sólo brindarle y colmarlo de objetos y atención desmesurada, sino también se trata de guiar, disciplinar y respetar. Así pues, se debe tratar de enseñar la conducta adecuada, no la sanción exacta. Ahora bien, esa conducta adecuada va ligada siempre al conocimiento y a la emoción. No se basa en el miedo, sino en la confianza mutua.

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Cuando el hogar previene la aparición de indisciplina, promueve la acción de todos los integrantes en orden a la adquisición de las mejores formas de comportamiento tanto de sus hijos como de los padres. Por lo tanto, es básicamente un proceso constructivista

de prevención continuado con un proceso de intervención y

mantenimiento.

Una familia bien concebida es un lugar de iniciación de los hijos en el proceso de asunción de las responsabilidades derivadas de su propia conducta, y de la participación en los mecanismos de toma de decisiones basadas en una buena información previa. Una vez dicho esto, podemos definir la disciplina familiar como el conjunto de actitudes desarrolladas por los padres, dirigidas a conseguir que sus hijos estén satisfechos, ocupados y desarrollándose en las tareas

sociales e

instruccionales y a minimizar los comportamientos disruptivos en casa. En otras palabras, es el conjunto de actividades planificadas y destinadas a conseguir la paz, normas, orden, convivencia en la familia.

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3 Disciplina escolar Una vez que el infante ha entendido cómo se maneja su primer círculo social (el familiar), tiene que enfrentarse a otro más grande: la disciplina escolar. En éste, no sólo demostrará lo que ha aprendido, sino que tendrá que reaprender –si es el casolas mismas y/o nuevas normas para una sana convivencia social. La disciplina escolar es el primer paso para que el infante se adapte a una comunidad de iguales, y no sólo eso, sino que también será consciente ya no sólo de sí mismo, sino también de otros niños con los que entablará vínculos interpersonales bajo la guía de un docente.

Una vez dicho lo anterior, es importante que se hable de la educación. Entre los conceptos más importantes, se dice que la educación es un proceso permanente e integral de la interacción mediante el cual hay un aprendizaje individual y grupal (Cubero, 1996); por otra parte Ausubel (1983) nos dice que la educación es el conjunto de conocimientos, órdenes y métodos por medio de los cuales se ayuda al individuo en el desarrollo y mejora de las facultades intelectuales, morales y físicas. La educación no crea facultades en el educando, sino que coopera en su desenvolvimiento y precisión. Estos conceptos son muy importantes para este trabajo porque revela la esencia de la disciplina. Rememorando que la disciplina también es un método de perseverancia y autocontrol, imponerlo en la educación y en el ámbito escolar mejora el rendimiento, la atención y los objetivos que se tienen del infante.

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Que exista disciplina en una institución educativa se remite a plantear objetivos – tanto para el alumno como para el docente- que se deben cumplir bajo ciertos estándares establecidos y pactados por cuatro partes: La institución, los padres o tutores, los docentes y los niños que acudan a dicho organismo. 3.1 Creando un espacio disciplinado Para que puede existir disciplina positiva dentro de una institución educativa, tanto el educador como el educando deben respetar la libertad del otro y por lo tanto entre los dos debe haber un mutuo respeto. El docente debe tener en cuenta siempre que, no importando la edad del niño, es un ser humano con necesidades diferentes, individuales y debe ser tratado con el respeto que se merece. También, es necesario que el maestro evalúe los valores que el niño ha aprendido, cuáles debe desarrollar, afianzar y potenciar en los distintos momentos de su vida para una buena formación de los alumnos. La principal necesidad de crear un espacio disciplinado es formar a sujetos con capacidad crítica, creativa, social y perseverante; alumnos que no desistan ante los problemas y con la inteligencia para superarlos, por lo que el docente se tiene que hacer de métodos adaptados para un grupo de personas y que pueda poner mayor atención en las que se puedan rezagar. Dentro de un espacio disciplinado debe existir 

Respeto

Atención

Responsabilidad

Reconocimiento

Intención de compromiso

Agrado de recibir educación

Agrado de dar enseñanza

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Una vez formado este pacto, se adquieren compromisos tanto para el alumno como para el docente, uno enseña y otro aprende, y viceversa. Muchas veces ambas partes deben estar abiertas al diálogo y a la percepción de conocimientos. Es muy importante que el alumno sienta que es partícipe de esta formulación de normas de convivencia, pues construye su responsabilidad tanto grupal como individual para su aplicación; es decir, como ya se mencionó antes, el espacio escolar es uno de los primeros lugares donde el infante se da cuenta de sí mismo y de su entorno, de su convivencia con el otro que está fuera de su círculo familiar. También, otro de los puntos importantes, debe ser la claridad de las normas, es decir, tienen que ser sencillas y comprensibles para todos los que cohabitan, además de estar dentro de la comprensión de todos los estudiantes. No debe haber ambigüedades dentro de lo establecido y el docente tiene que rectificar que todos hayan comprendido, además de rectificar que se cumpla lo acordado. Una vez teniendo claro todo esto, las normas tendrán que ser efectivas y aplicarse consistentemente, si llegan a discrepar, el alumno puede crear inseguridad de lo que se espera que haga y lo que se le permita. Si bien, algunas normas pueden ser efectivas y con otras pueden que existan cambios. Hay que recordar que la flexibilidad y la comunicación son puntos fuertes de la disciplina y al tratar con más de un niño se deben tener presentes estos temas. Lo que no se debe permitir la irresponsabilidad, pereza o perversidad de ninguna de las dos partes, ya que esto rompe el vínculo y entorpece tanto el aprendizaje como la relación establecida en un principio.

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3.2 Beneficios de la disciplina escolar Tener un aula disciplinada implica prevenir los problemas que se puedan presentar, es decir, siempre ir un paso delante de los alumnos para evitar caer en inconformidades y faltas de respeto, mejorando así la convivencia y el aprendizaje. Se recomienda al docente siempre ser congruente y razonable al dirigirse a la situación que confronte sin atacar el autoestima del alumno, además de respetar las indicaciones y el tiempo que se da para realizar las tareas asignadas. También se aconseja hacer uso del lenguaje corporal para ayudar a los alumnos a controlar su auto comportamiento; así mismo, el docente deberá ser más perceptivo ante sus alumnos para que pueda captar señales comunicativas que los alumnos se envían, para facilitar la aplicación de estrategias metodológicas que le ayuden a prevenir la indisciplina. Si se establecen bien las normas dentro del aula, algunos beneficios importantes pueden ser: o Organización del aula y de toda la escuela. o Facilita el proceso de socialización y enseñanza. o Crean espacios seguros para la recreación. o Proporciona normas o reglas de conducta que facilita la delimitación de lo permitido y lo no permitido de manera clara. o El alumno sabe lo que se espera y lo que no se espera de ellos y por qué.

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3.3 Indisciplina Uno de los principales problemas tanto para el aprendizaje como para la buena convivencia dentro de un salón de clases es la indisciplina. Se consideran actos de indisciplina todas las acciones, palabras, actitudes, gestos y reacciones que contrarían las normas disciplinarias vigentes en un centro de enseñanza, o que representan atentados contra la moral, la autoridad, el orden, el espíritu y las tradiciones de la institución (Alvez Mattos, 2007). Cuando un alumno propicia estos actos pone en riesgo su moral, la del colegio y los propósitos educativos. La mayoría de las veces son consecuencia de conductas aprendidas desde casa, o bien, falta de identidad del alumno que los ocasiona. Un educando puede carecer de disciplina cuando se encuentra bajo cierta forma de libertinaje; tomemos en cuenta que la libertad de uno acaba cuando comienza la del otro, en estos casos, puede que el educador sofoca la libertad del educando o hay caso en que el educando abusa de su libertad, ocasionando una violación a la libertad del educador. Por otro lado, también se puede llegar a pensar que uno de los factores para la indisciplina son las normas institucionales, que pueden llegar a no ser aptas para la madurez psicológica del estudiante, pues éstas, por la poca experiencia del alumno, no le permiten prever y calcular las consecuencias de sus acciones y su autocontrol no le proporciona los límites necesarios para distinguir entre lo que hace bien y lo que no. En estos casos, el profesor debe servir como guía y como medio para crear espacios de comunicación, resolver dudas e inquietudes de su grupo de trabajo; además de ser el vínculo para un espacio de comunicación abierto y seguro, donde se desarrollen las ideas y los acuerdos mutuos, para establecer nuevamente las normas y poder adaptar su entorno para una sana convivencia. Así mismo, no se debe dejar de lado que el crear estos espacios de confianza, también sirven para un óptimo aprendizaje y enseñanza. El docente tiene que inspirar y cautivar el estudiante a instruirse; si no existe la intención de aprender, 20


cualquier cosa que haga el maestro no será suficiente y difícilmente se dará el aprendizaje. La importancia de detectar la indisciplina desde una etapa temprana, puede prevenir situaciones de peligro –tanto físico como moral-, faltas de respeto por parte de estudiantes y profesores, desorganización grupal y lo más importante, la falta de aprendizaje –entre otros-. No se le pide al docente ser amigo del alumno, ni dejar de lado su autoridad, más bien ser reflexivo, autoritario y flexible, teniendo en cuenta que está a la cabeza de un grupo que dependen de él. Se prefiere cultivar buenas relaciones, inspirar y crear lazos para facilitar la relación de respeto que se debe tener. Es muy difícil enseñar cuando no hay buena relación maestro-alumno. Soluciones para prevenir la indisciplina: o Empatía tanto por parte del estudiante como del profesor, sin llegar a caer en la familiaridad ni la condescendencia. o Autoridad por parte del profesor. Las normas se deberán ser un mutuo acuerdo y deberán ser respetadas en todo momento. o Tener en cuenta la individualidad de cada alumno y el orden del grupo. o No manifestar desprecio de ningún modo, es mejor ser prudente y mostrar respeto en todo momento, manejar la situación con calma y serenidad. o No hacer promesas ni amenazas que no se van a cumplir, pues esto puede provocar confusiones y desdibujar límites. o Crear un espacio de respeto, diversidad, comunicación, libre para expresar ideas y llegar a acuerdos mutuos, pues esto favorece el aprendizaje. o Jamás reprender físicamente a ningún alumno.

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3.4 Disciplina del docente Así como se ha hablado de los estudiantes, también hay que tener claras las actitudes y aptitudes del docente para con sus alumnos. Es importante establecer cómo es que el profesor puede sacarle el máximo provecho a la disciplina para poder ejercer la enseñanza de la mejor manera. De acuerdo con el Material de apoyo Hacia una Disciplina Positiva, la palabra disciplina significa regularizar, mediatizar, ordenar, instruir, enseñar. No se puede enseñar donde no hay orden ni método. Para un maestro y maestra de escuela primaria y secundaria mantener la disciplina en el aula es tarea difícil. Los niños/as y adolescentes en la actualidad están sometidos a un caudal de estimulación que los han acondicionado a estar contantemente entretenidos y su capacidad de concentración parece haber disminuido. (FUNARTE, 2014) El docente siempre tiene que tener en cuenta que la disciplina es su herramienta más importante en su proceso de enseñanza-aprendizaje, pues gracias a ésta los alumnos aprenden a vivir como un miembro de la sociedad. Es importante que cuando se quiere enseñar se prepare de manera exhaustiva lo que se quiere dar, se debe recordar a quien está dirigiendo, en qué nivel, qué características presentan las personas que van a escuchar, aunque las facultades de todo ser humano sean el entendimiento y la voluntad, no a todos se les puede tratar de la misma manera

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El maestro siempre tiene que tener en cuenta que sirve como guía, pues el proceso educativo que imparta y su capacidad, dependerá que el alumno descubra la bondad del bien que se le propone adquirir. Se debe cuidar y motivar al alumno para que tenga su propio criterio, participe en el proceso de manera conjunta o individual, según sea el caso y coopere con todas las tareas para adquirir el conocimiento, habilidades y comprensión. Por otra parte, dentro de su papel también debe estar al pendiente de que el alumno sepa utilizar lo aprendido e intervenir en su desarrollo según lo crea conveniente; dentro del aula de clases, el maestro es responsable de la educación de su alumno. Estas son algunas estrategias que le permitirán al docente impartir disciplina dentro del aula de clases: 

El primer día de clase comunicar las normas y las consecuencias de su transgresión, es decir, se deberá establecer expectativas de respeto dentro del entorno.

Ser puntuales.

Deberá estimular a los alumnos a partir de diferentes situaciones mediante diversos procedimientos o actuaciones.

Deberá evitar el desorden del grupo instruyendo ciertas rutinas para controlar y coordinar secuencias específicas de comportamiento.

Controlar la atención de los alumnos, por ejemplo, haciendo clases dinámicas.

No comenzar a impartir conocimiento a la hora exacta, sino dar un tiempo para que los alumnos se aclimaten.

No permitir que los alumnos abusen de la confianza de los profesores.

Siempre inducir al diálogo para sondear qué tanto interés tienen los alumnos por las clases y así mejorar. 23


Algo que nunca debe hacer un docente es imponer castigos físicos al alumno para corregir sus actos; así como se mencionó en el tema Disciplina familiar, las reprensiones corporales carecen de resultados y sólo promueven la violencia en cadena, dando desconfianza al alumno y fomenta la indisciplina. Se deberá tener cuidado en ser asertivo en cuanto a la corrección de conducta hacia el estudiante, pues necesita hacerlo entrar en razón y que entienda lo que estuvo mal. Uno de los más grandes problemas que se enfrentan los educadores, es la disciplina familiar, pues es el reflejo de la conducta del niño en el ambiente escolar. Skinner dice que el desarrollo de la infancia reviste especial importancia para explicar los patrones del comportamiento adulto, no obstante, se basa solamente en la especificación de las “contingencias de reforzamiento” que una persona experimenta durante su desarrollo. De esta forma, un niño recompensado cuando muestra curiosidad, tendrá una mayor tendencia a presentar una conducta curiosa en diversas situaciones, no sólo en la infancia, sino también en la edad adulta. Estos patrones de conducta aprendidos se convierten en las bases para los diferentes tipos de congruencia llamados “personalidad”. Si bien, así como hay efectos positivos de los actos positivos, sucede lo mismo con lo nocivo; un niño que es educado bajo un ambiente indisciplinado, suele imitar los patrones y exportarlos, dando un mal ejemplo a sus semejantes. El profesor en cuestión, tiene que entender que cada alumno es un ser humano diferente y también se tiene que adecuar a las distintas situaciones que se le presenten. De nuevo, la empatía, la flexibilidad y el diálogo son sus aliados para la disciplina. Por último, no se les debe restar importancia a los alumnos al trabajar con ellos individualmente, pues puede contribuir a la ociosidad mental del grupo. El profesor debe trabar con toda la clase y ocupar la atención de todos, dándoles tareas definitivas e inmediatas para que las hagan; después de eso, deberá atender los problemas individuales de cada alumno. También, deberá haber rotación de responsabilidades de clase; el docente deberá dar sentido de responsabilidad a los estudiantes dándoles tareas de liderazgo que se rotaran cada cierto tiempo, para así asegurar la igualdad dentro del aula.

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