Como ya se ha mencionado, al ser la disciplina positiva un tema reciente, la mayoría de los tutores no entienden cómo tratar o disciplinar a un infante; es aquí cuando se debe tener en cuenta la ayuda profesional externa. Es decir, el consultar a personal estudioso en el tema que puede sugerir métodos para modificar el comportamiento, tanto de padres como de hijos, trabajar en su psique y entender en qué están fallando para mejorar y crear un ambiente apto para todos. Los padres coinciden en la necesidad de saber más sobre técnicas disciplinarias, pues no están satisfechos con las conductas después de implementarlas (López et al., 2000).
2.4 Paternidad responsable
Se deber recordar que la paternidad también es un conjunto de valores que ayudan en su método de enseñanza, pues refuerzan para sí mismos la paciencia, asertividad, liderazgo, el respeto, la empatía, entre otros. Ser un buen padre no es sólo brindarle y colmarlo de objetos y atención desmesurada, sino también se trata de guiar, disciplinar y respetar. Así pues, se debe tratar de enseñar la conducta adecuada, no la sanción exacta. Ahora bien, esa conducta adecuada va ligada siempre al conocimiento y a la emoción. No se basa en el miedo, sino en la confianza mutua.
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