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El fuego sagrado de la innovación vive en nuestros socios
Los socios en el Congreso
El desarrollo, la transferencia y la adopción de tecnología hicieron posible el cambio en la producción y la organización de las empresas agropecuarias. En los últimos años, ésto ha ocurrido con un ritmo vertiginoso. Hoy la agricultura argentina tiene una clara identidad, la producción sustentable. La vinculación, conectividad y la red de Aapresid fueron motores de ello, alimentados por el fuego sagrado de la innovación. Para potenciar el nivel de comunicación entre los asistentes del Congreso, el Stand de Aapresid se ha renovado. Ubicado en el centro del hall comercial, este lugar estratégico contará con un excelente y cómodo espacio para encontrarse e intercambiar con amigos e informarse de las últimas novedades de la Institución. Será el punto de encuentro de las Regionales Aapresid. Entre varias de las sorpresas que se encontrarán en el stand, les adelantamos (a pedido de muchos socios) que tendremos a la venta Merchandising oficial de Aapresid No dejen de visitarnos, los invitamos a mantener vivo el fuego sagrado de la innovación. Prepárense para sorprenderse... Los esperamos.
EL AROMO
(Romildo Risso - Atahualpa Yupanqui)
Hay un aromo nacido en la grieta de una piedra. Parece que la rompió pa` saíir de adentro de ella.
Salud, plata y alegría, tuito al aromo, la suebra Asegún ven los demás dende el fugar que lo observan.
Ansina vive el aromo sin que ninguno lo sepa. Con su poquito de orgullo porque es justo que lo tenga.
Está en un alto pela’o, no tiene ni un yuyo cerca, Víéndo lo solo y florido Tuito el monte lo envidea.
Pero hay que dar y fijarse como lo estruja la piedra. Fijarse que es un martirio la vida que te envidean.
Pero con calma tan linda que no le Brota una queja. Que en vez de morirse triste se hace flores de sus penas.
Lo miran a la distancia árboles y enredaderas, diciéndose con rencor. Pa uno solo, cuánta tierra.
En ese rajón, el árbol nació por su mala estrella. Y en vez de morirse triste se hace flores de sus penas…
¡Eso habrían de envidiarle los otros, si lo supieran!
En oro Ce ofrece al sol pagar la luz que le presta. Y como tiene de más, puña’os por el suelo siembra.
Corno no tiene reparo, todos los vientos le pegan. Las heladas lo castigan L`agua pasa y no se queda.