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Anote ese poroto y que pierdan las plagas

Por: Ing. Agr. Augusto S. Casmuz

La mosca blanca, la falsa medidora, el ácaro blanco y el picudo negro de la vaina son algunas de las plagas que amenazan al cultivo de poroto. Recomendaciones para un mejor manejo.

La producción de poroto (Phaseolus vulgaris L.) se desarrolla principalmente en la región del noroeste argentino (NOA). Entre las limitantes fitosanitarias que afectan al cultivo, se encuentran las plagas, que pueden manifestarse durante las diferentes etapas de desarrollo del poroto, impactando sobre la productividad. En esta nota, vamos a conocer algunas características sobre la mosca blanca (Bemicia tabaci), la falsa medidora (Chrysodeixis includens), el ácaro blanco (Polyphagotarsonemus latus) y el picudo negro de la vaina (Rhyssomatus subtilis), y las estrategias de manejo recomendadas para hacerles frente. ¿Empezamos?

Mosca blanca, Bemisia tabaci

Bemisia tabaci es una de las principales plagas del cultivo de poroto. Su importancia radica en la capacidad que presenta este insecto para transmitir virus que afectan a la productividad del cultivo (Morales, 2000).

Características

Bemisia tabaci es una de las plagas más ampliamente distribuidas en las regiones tropicales y subtropicales del mundo, y afecta a más de 600 especies vegetales, incluyendo plantas cultivadas y silvestres (Cuéllar y Morales, 2006).

Los adultos son unas pequeñas mosquitas blancas, que miden cerca de 1 mm (Figura 1A). La hembra coloca huevos en la cara inferior de las hojas en forma aislada o en grupos irregulares (100 a 300 huevos/hembra), como se detalla en Figura 1B. Presenta cuatro estadios ninfales, que se encuentran fijos en el envés de la hoja (Figura 1C). La duración promedio de huevo a adulto es de 33 días, lo que determina la gran capacidad reproductiva de esta plaga (Quintela, 2002).

Figura 1A: Adulto Figura

Figura 1C: Ninfa de Bemisia tabaci.

Figura 1B: Huevo

Los adultos y las ninfas causan daños directos por la succión de savia de las plantas, e indirectos por la excreción de sustancias azucaradas que favorecen el desarrollo de fumagina, afectando el proceso de la fotosíntesis. Ambos daños, sin embargo, revisten poca importancia en el cultivo. El mayor impacto de la plaga está dado por la capacidad de los adultos de transmitir geminivirus; destacándose el virus del enanismo del poroto y el virus del mosaico dorado. Altas poblaciones de mosca blanca en las etapas iniciales del poroto, pueden ocasionar pérdidas totales en el cultivo (Figura 2).

Figura 2A: Adulto de Bemisia tabaci en hoja

Figura 2B: Planta sana

Figura 2C: Planta con síntomas de geminivirus

Estrategias de manejo

Para ser 100% sinceros, el monitoreo de esta plaga no resulta sencillo. Esto tiene que ver con la movilidad de los adultos y la dificultad para la observación de los huevos y ninfas. La primera recomendación es observar, con ayuda de una lupa, el envés de las hojas correspondientes al tercio superior para detectar la presencia de B. tabaci. Hay que tener en cuenta que la fase crítica del poroto hacia los geminivirus transmitidos por B. tabaci se extiende desde la emergencia del cultivo hasta la floración. Por eso las estrategias de manejo se deben concentrar en dicho período.

Al tratarse de una plaga muy polífaga, la presencia de cultivos hospederos como el algodón, la soja, especies hortícolas como el tomate y el pimiento, contribuyen a la ocurrencia de poblaciones mayores de B. tabaci sobre el cultivo de poroto (Corrêa de Faria y Yokoyama, 2008).

Para el manejo de B. tabaci, se debe recurrir al uso de insecticidas curasemillas que protejan al cultivo durante las primeras etapas de su desarrollo, como los que pertenecen al grupo de los neonicotinoides (tiametoxam, imidacloprid y acetamiprid). El tratamiento de semillas se debe complementar con aplicaciones foliares de insecticidas, cuando se detecte la presencia de adultos de B. tabaci en el cultivo. Entre las alternativas foliares se pueden mencionar a los piretroides (bifentrin, esfenvalerato), neonicotinoides (tiametoxam, imidacloprid, acetamiprid) y cetoenoles (spirotetramat). El empleo de estos insecticidas se debe realizar con la premisa de rotar los modos de acción para evitar problemas de resistencia.

Falsa medidora, Chrysodeixis includens

La falsa medidora (Chrysodeixis includens) es una especie que cobró gran importancia en las últimas campañas y hoy se la considera como la principal defoliadora del cultivo de poroto.

Características

Es una especie típica de ambientes subtropicales, con mayor importancia en las regiones del NOA y NEA. La falsa medidora se caracteriza por ser polífaga, es decir que se puede desarrollar sobre numerosas especies vegetales, aunque manifiesta preferencia por las leguminosas como la soja y el poroto (Navarro et al., 2009). Puede presentar hasta 4 generaciones al año, ocurriendo desde fines de enero hasta marzo en la soja y posteriormente en el poroto.

Los adultos son mariposas de 35 mm de envergadura alar, dispuestas en forma inclinada; en posición de reposo, se observan dos penachos, uno toráxico muy notorio y otro abdominal. Las alas anteriores son de color pardo oscuro con dos manchas plateadas cerca del centro del ala (Figura 3). Las hembras colocan los huevos en forma aislada, generalmente en el envés de las hojas. Cada hembra puede colocar en promedio 700 huevos durante su vida. Las larvas son de color verde claro, con una serie de líneas longitudinales blancas. Presentan 3 pares de patas falsas o abdominales, que la obliga a desplazarse arqueando su cuerpo o “midiendo”. Las larvas de los últimos estadios se caracterizan por presentar el extremo abdominal más ensanchado que el resto de cuerpo (Figura 3).

Después del último estadio larval, empupa en la hoja, generalmente en la cara abaxial, dentro de un capullo algodonoso. La pupa es de color verde claro con una serie de manchas de color pardo en el sector dorsal (Figura 3). El período de huevo hasta la emergencia del adulto varía de 27 a 35 días (Sosa - Gómez et al., 2010).

Figura 3A: Adulto de falsa medidora Chrysodeixis includens.

Figura 3B: Huevo de falsa medidora Chrysodeixis includens.

Figura 3C: Larva de falsa medidora Chrysodeixis includens.

Figura 3D: Pupa de falsa medidora Chrysodeixis includens.

Las larvas se alimentan de hojas y se ubican frecuentemente en el tercio inferior y medio del cultivo. Las larvas de los primeros estadios raspan las hojas y aquellas mayores a 15 mm, consumen las hojas respetando las nervaduras, lo que le da a la hoja un aspecto en forma de red (Figura 4). Cuando ocurren altos niveles sobre el cultivo, se pueden observar larvas alimentándose de vainas en formación.

Figura 4: Daños causados por larvas Chrysodeixis includens en hojas.

Figura 4: Daños causados por larvas Chrysodeixis includens en hojas.

Estrategias de manejo

Para el monitoreo, se recomienda el empleo del paño vertical. Dicha tarea se debe realizar con una frecuencia al menos semanal, y así registrar el número de larvas y estimar el nivel de defoliación observado en el cultivo.

La falsa medidora, C. includens, es una especie que tolera dosis mayores de insecticidas en comparación a otras orugas defoliadoras, observándose además fallas de control a partir del uso de activos pertenecientes a los grupos de los piretroides y organofosforados. Entre los activos que presentan control sobre falsa medidora se encuentran los insecticidas pertenecientes al grupo de los carbamatos (tiodicarb), los reguladores del crecimiento (lufenuron, teflubenzuron, novaluron, triflumuron, metoxifenoxide), las diamidas antranílicas (clorantraniliproble, flubendiamide) y pirroles (clorfenapir).

Por la ubicación de la plaga en el cultivo, cobra importancia el momento y la calidad de aplicación de los insecticidas, obteniéndose mejores resultados en aplicaciones realizadas antes del cierre del entresurco, lo que asegura la llegada del producto al estrato inferior y medio del cultivo.

Ácaro blanco, Polyphagotarsonemus latus

El ácaro blanco, Polyphagotarsonemus latus, es una especie distribuida en todo el mundo, que ataca a una gran diversidad de especies vegetales, incluidos cultivos de importancia como el poroto.

El ciclo de vida del ácaro blanco es corto, transcurriendo entre 5 a 7 días desde el estado de huevo al adulto. El adulto es de color blanco amarillento y mide entre 0,2 y 0,3 mm.

Los adultos y sus larvas causan daños al poroto, y se ubican en el envés de las hojas nuevas. Como consecuencia de sus daños, las hojas manifiestan deformaciones características con los bordes enrulados hacia arriba (Figura 5). En el envés suelen observarse manchas plateadas que con el tiempo adquieren un aspecto bronceado por la muerte de los tejidos (Figura 5). Los ataques del ácaro blanco se inician en focos o rodales en el cultivo, y luego se dispersan al resto del lote.

Para el monitoreo se recomienda la observación del envés de las hojas jóvenes, con ayuda de una lupa, para la detección de larvas y/o adultos del ácaro blanco. Para el control del ácaro blanco se puede recurrir al uso de insecticidas – acaricidas foliares, como la abamectina. No se recomienda el empleo de piretroides ya que favorece el aumento de sus poblaciones.

Figura 5: Daños de Polyphagotarsonemus latus en hojas de poroto. Deformación de bordes (A) y bronceado de las hojas, leve (B) y severo (C).

Picudo negro de la vaina, Rhyssomatus subtilis

Es un picudo que se encuentra distribuido en el área sojera del NOA (Cazado et al., 2013), con importancia en aquellas zonas poroteras en las que predomina la soja como cultivo estival.

El adulto de R. subtilis es de forma ovalada de color negro y mide aproximadamente 5,0 mm de longitud y 2,5 mm de ancho. Tiene una sola generación al año, con una fase activa asociada al cultivo, representada por los adultos y las larvas; y una fase de latencia o hibernación, que ocurre en el suelo y está representada por las larvas hibernantes y las pupas, como se detalla en la Figura 6 (Socias et al., 2009).

El proceso de emergencia de los adultos desde el suelo se inicia a mediados de noviembre y ocurre por “pulsos o camadas” que están asociados a las precipitaciones. Los máximos niveles de emergencia se manifiestan entre febrero y marzo, coincidiendo con la siembra y las primeras etapas de desarrollo del cultivo de poroto (Cazado et al., 2014).

A

B

C

D

E

Figura 6: Adulto (A), huevo (B), larva (C), larva hibernante (D) y pupa (E) de R Rhyssomatus. subtilis.

Las etapas vegetativas del poroto son consideradas como las más críticas al daño ocasionado por R. subtilis. Los adultos dañan cotiledones y brotes, y causan la muerte de las plántulas. En etapas vegetativas más avanzadas, el daño y la muerte de brotes afecta la estructura de las plantas de poroto (Figura 7).

Para el monitoreo de los adultos de R. subtilis, se recomienda el empleo del paño vertical. Hay que tener en cuenta que, en etapas vegetativas tempranas se debe complementar con la revisión de brotes, hojas secas y rastrojo, a fin de estimar con mayor exactitud los niveles de la plaga. El registro de las plantas afectadas (con brote dañado) en el sector de muestreo suele servir como indicador de la presencia de la plaga. Para el manejo de esta plaga se dispone del uso de insecticidas curasemillas para las primeras etapas del cultivo, entre los que se destacan los neonicotinoides (tiametoxam, imidacloprid y acetamiprid). El período de protección efectivo de esta herramienta es de 15 a 20 días después de la siembra. Pasado el efecto del insecticida curasemillas, se debe recurrir a las aplicaciones foliares de insecticidas como los piretroides y las mezclas de estos con los neonicotinoides. El período de protección brindado por estos insecticidas está condicionado por las nuevas emergencias de los adultos desde el suelo.

Figura 7: Daños causados por los adultos de Rhyssomatus subtilis en etapas vegetativas del poroto.

BIBLIOGRAFÍA

• Cazado L. E.; Murúa M. G.; Casmuz A. S.; Socías M. G.; Vera M. T.; O´Brien C. W. and Gastaminza G. 2013. Geographical distribution and new host associations of Rhyssomatus subtilis (Coleoptera: Curculionidae) in Argentina. Florida Entomologist (EEUU), 96 (2): 663-669.

• Cazado L. E.; Casmuz A. S.; Scalora F.; Murúa M. G.; Socías M. G.; Gastaminza G. A. y Willink E. 2014. El picudo negro de la soja, Rhyssomatus subtilis Fiedler (Coleoptera: Curculionidae). Avance Agroindustrial 35 (4), Dossier. ISSN 0326-1131.

• Corrêa de Faria, J. y Yokoyama, M. 2008. Integração da avaliação de danos causados pelo mosaico dourado do feijoeiro: o papel de culturas hospedeiras do vetor do vírus e manejo da praga e doença. Documento Embrapa Arroz e Feijão (230). Santo Antônio de Goiás.

• Cuéllar M. E. y Morales F. J. 2006. La mosca blanca Bemisia tabaci (Gennadius) como plaga y vectora de virus en fríjol común (Phaseolus vulgaris L.). Revista Colombiana de Entomología. 32 (1): 1 – 9.

• Morales F. J. 2000. El Mosaico Dorado y otras enfermedades del fríjol común causadas por geminivirus transmitidos por mosca blanca en América Latina. Palmira, Valle del Cauca, Colombia: Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT). 169 p.

• Navarro F. R.; Saini E. D. y Leiva P. D. 2009. Clave pictórica de polillas de interés agrícola, agrupadas por relación de semejanza. 1° Ed. INTA, EEA Pergamino e IMyZA – CNIA Castelar, FCN e Instituto Miguel Lillo, UNT. Buenos Aires, Argentina. 100 p.

• Quintela E. D. 2002. Manual de identificação dos insetos e outros invertebrados pragas do feijoeiro. Documento Embrapa Arroz e Feijão (142). Santo Antônio de Goiás.

• Socías M. G.; Rosado-Neto G. H.; Casmuz A. S.; Zaia D. G. and Willink E. 2009. Rhyssomatus subtilis Fiedler (Coleoptera: Curculionidae), primer registro para la Argentina y primera cita de planta hospedera, Glycine max (L) Merr. Rev. Ind. y Agríc. de Tucumán 86 (1): 43-46.

• Sosa – Gómez D. R.; Correa – Ferreira B. S.; Hoffmann – Campo C. B.; Corso I. C.; Oliveira L. J.; Moscardi F.; Panizzi A. R.; Bueno A. de F. y Hirose E. 2010. Manual de identificação de insetos e outros invertebrados da cultura da soja. Documento Embrapa- CNPSo (269). Londrina.

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