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Bueno, bonito e intensificado

Por: Eric D. Scherger¹; JuanCruz Colazo²; Cristian Álvarez³;Suyai Almirón⁴. ¹ Chacra Sur de Córdoba. ² INTA San Luis. ³ AER INTA General Pico. ⁴ Sistema Chacras, AAPRESID

La Chacra Sur de Córdoba evaluó el impacto de la intensificación con cultivos de servicios sobre la dinámica hídrica y nutricional, y su efecto en el rendimiento de maíz.

Los suelos del sur de Córdoba son altamente susceptibles a distintos procesos de degradación debido a su escaso desarrollo, su textura gruesa, sus bajos niveles de materia orgánica (MO) y su pobre estructuración. El pasaje de sistemas ganaderos o mixtos a agrícolas continuos, generaron cambios en sus propiedades físicas, químicas y biológicas (Bozzer y Cisneros, 2019).

De la mano de la siembra directa y un manejo de cobertura superficial, con mayor cantidad y diversidad de cultivos en la secuencia agrícola a través de la inclusión de cultivos de servicio (CS), se puede impactar positivamente en el rendimiento de los cultivos de renta. Su uso podría mejorar la captación y almacenaje de agua, disminuir la temperatura del suelo, reducir la erosión y mejorar el control de malezas.

Sin embargo, también se podrían producir efectos negativos debido a la competencia por agua y nutrientes. Asociado a esto, es importante una adecuada nutrición de los cultivos, especialmente con fósforo, bases y micronutrientes.

El objetivo de este estudio fue evaluar el impacto de la intensificación con CS sobre la dinámica hídrica y de nitratos en rotaciones con y sin CS, y el efecto del rendimiento de maíz con dos estrategias de fertilización. En esta nota se presentan los resultados obtenidos en uno de los cuatro establecimientos de los miembros de la Chacra Sur de Córdoba donde se llevan adelante ensayos de larga duración con rotaciones intensificadas.

Materiales y métodos

El trabajo se llevó a cabo en el establecimiento “La Meliora” (-34.49342, -64.87613) en un suelo clasificado como Ustipsamente típico. Se compararon rotaciones soja – maíz tardío con (T1) y sin (T0) CS luego de la soja. El tratamiento T0 fueron 225 días de barbecho. El CS utilizado fue centeno sembrado en siembra directa con una densidad de 30 kg/ha. La fecha de siembra del maíz fue la última semana de noviembre, y se realizó con dos niveles de fertilización:

1) Estrategia del productor: 80 kg/ha de Microessentials SZ (10 kg N + 14 kg P + 8 kg S + 0,8 kg Zn) en línea/banda a la siembra y luego en V4-V6, en función del contenido de N-NO3- a la siembra, se aplicó Urea/UAN hasta alcanzar 200 kg N/ha.

2) Estrategia mejorada (P, S, Zn, Ca y B) de acuerdo con el diagnóstico realizado en la chacra: 200 kg/ha Microessentials SZ (24 kg N + 34 kg P + 20 kg S + 2 kg Zn) en banda o pre-siembra, y luego entre V6 y VT se aplicó 220 g Ca/ha y 14 g B/ha.

Se utilizó un diseño en franjas con repeticiones en el espacio y ambiente (loma, media loma y bajo) de 10 m de ancho y 300 m de largo. El distanciamiento entre surcos fue de 52 cm. Las densidades de maíz variaron de acuerdo con el ambiente del lote (50.000 semillas/ha en la loma, 77.000 semillas/ha en media loma y 80.000 semillas/ ha en el bajo).

Para determinar la dinámica hídrica, se tomaron muestras en los estratos: 0-20, 20-60, 60-100 y 100-150 cm a través del método gravimétrico (estufa 105º). Las determinaciones se realizaron a la siembra y secado de los CS, y a la siembra y período crítico del cultivo estival. En las profundidades de 0-20 y 20-60 cm se determinó N-NO3-. El contenido de agua fue expresado como agua útil (AU), mediante la estimación de las constantes hídricas por funciones de pedotransferencia. El uso consuntivo (UC) de los CS fue estimado como un balance entre la entrada de agua por precipitaciones y la diferencia de agua en el suelo durante el periodo de crecimiento del CS. La probabilidad de recarga del perfil fue estimada ajustando funciones de distribución a las precipitaciones históricas (2008-2019).

El rendimiento en grano se determinó con cosechadora comercial y mapas de rinde.

Resultados

El tratamiento intensificado con CS presentó menores contenidos de AU al secado del CS respecto al tratamiento sin CS. Los valores de UC fueron en promedio 132 mm. Esto implica la utilización de la totalidad de las precipitaciones invernales que tienen lugar en esta región (110 mm promedio entre mayo a septiembre), las que, de no ser aprovechadas y transformadas en biomasa por el CS, se perderían por evaporación (por la baja pluviometría y la escasa cobertura superficial del manejo tradicional) o drenaje.

La sumatoria de las precipitaciones ocurridas en el período evaluado (110 mm de abril a octubre) y el contenido de agua inicial del período (88 y 200 mm en loma y bajo respectivamente) generó una lámina total de 198 y 310 mm, que excede la máxima capacidad de almacenaje (150 mm) de dicho suelo. Esto pone en evidencia que gran parte de las precipitaciones invernales se perderían por evaporación y/o no podrían ser almacenadas para el cultivo estival en los primeros 150 cm de profundidad. El contenido de agua útil al secado de los CS fue de 21 y 52 mm en loma y bajo, mientras que en el barbecho sólo fue de 99 y 126 mm. Estos resultados demuestran que, si bien el barbecho invernal permite almacenar más agua, posee una baja eficiencia para retenerla por largos períodos de tiempo (baja eficiencia de almacenamiento de agua).

En este sentido, es importante el ajuste del período de recarga posterior al secado del CS (inicio y duración) para no incrementar el costo hídrico para el cultivo estival. Para la región, la época de mayores precipitaciones se concentra de octubre a diciembre, por lo que si se ajusta la fecha de secado, se podría recargar completamente el perfil.

Es importante el ajuste del período de recarga posterior al secado del CS (inicio y duración) para no incrementar el costo hídrico para el cultivo estival

Teniendo en cuenta las lluvias históricas, se calculó la probabilidad de ocurrencia de precipitaciones para dos fechas de secado del CS comúnmente implementada en la zona (temprana -15/10- y tardía -1/11-) (Tabla 1). Con fechas tempranas, se observó una probabilidad de 92,3% de restablecer los 78 mm de diferencia de AU entre T1 y T0 en la loma, lo que significa que 9 de cada 10 años se iniciaría la siembra del cultivo estival con el perfil recargado completamente. Por otra parte, si la fecha de secado se posterga 15 días (1/11), la probabilidad de recarga total desciende a 53,8%, indicando que 5 de cada 10 años no se recuperará la humedad del perfil y afectará al cultivo de verano. Sin embargo, para el ambiente de bajo, debido a la presencia de napa, aún con fecha de secado tardía sería suficiente para recuperar el perfil en la totalidad de años.

En esta experiencia, el CS se secó el 23/10/2020 y el cultivo de maíz se sembró el 1/12/2020, alcanzando un período de recarga de 39 días. En el ambiente de bajo, debido a la presencia de napa a 2 m de profundidad, la necesidad de recarga era menor y el perfil alcanzó a completarse casi en su totalidad. Mientras que, en el ambiente de loma, debido al mayor espesor del perfil consumido y la no influencia de napa, la necesidad de recarga hídrica era mayor y no se completó totalmente.

Por lo tanto, el manejo sitio específico toma relevancia en estos ambientes dado que, a igual oferta de precipitaciones, la posición en el paisaje y la influencia de napa repercute en los costos hídricos para el cultivo de verano.

VER REVISTA. Tabla 1 Probabilidad (%) de precipitaciones acumuladas (mm) para dos fechas de secado del CS (15/10 y 1/11) hasta la siembra del estival (1/12) en el sur de Córdoba.

Respecto al contenido de N-NO3-, fue siempre menor en T1 respecto a T0, debido al consumo realizado por el CS y la inmovilización de N en su rastrojo, ya que el centeno se secó en un estado fenológico muy avanzado. Se cuantificó una inmovilización de 34 kg de N-NO-3/ha. Aun así, la estrategia de fertilización mejorada en T1 redujo 30% la brecha de N respecto a la situación promedio de T0 (Tabla 2).

VER REVISTA. Tabla 2 Contenido de N-NO3- (kg/ha) a 0-60 cm con los antecesores barbecho (T0) y CS (T1) y las estrategias de fertilización mejorada (Mej) y del productor (Prod) en cuatro momentos.

El rendimiento de maíz fue menor luego del CS (Tabla 3). Esto se puede explicar por los menores valores de N, agua a la siembra y su interacción. En la loma, el agua fue el factor principal mientras que, en el bajo, con el agua asegurada por la presencia de napa, el menor contenido de N explicaría el resultado.

VER TABLA. Si bien la estrategia mejoradora de la nutrición no logró emparejar los rindes entre T1 y T0, se observó 10% de respuesta promedio en ambos tratamientos y ambientes, siendo mayor en el ambiente de loma (18%). La respuesta promedio fue de 1094 kg/ha con antecesor barbecho y 788 kg/ha con antecesor CS. Tabla 3 Rendimiento de maíz (kg/ha) con los antecesores barbecho (T0) y CS (T1) y las estrategias de fertilización mejorada (Mej) y del productor (Prod) en tres ambientes.

Conclusiones

En esta primera experiencia, la intensificación con CS generó rendimientos menores respecto del testigo, lo que no significa que sea siempre así ya que la respuesta está condicionada por las condiciones climáticas del año y, dentro del mismo año, por el efecto ambiente (con y sin acceso a napa, estado nutricional) y por el manejo (fertilización, fecha de secado del CS, especie del CS). El principal desafío para intensificar sin afectar al cultivo de renta radicaría en el ajuste de las fechas de secado del CS según AU del perfil, probabilidad de recarga futura y fenología del CS.

Para la zona de estudio, la fecha de secado óptima para los antecesores de maíz tardío no debería extenderse más allá del 15 de octubre, según la probabilidad de precipitaciones estivales y el UC registrado.

Desde la dinámica hídrica, se debe contemplar la presencia o no de napa cercana a la superficie de suelo y el posible aporte de agua que esta puede realizar asociada a la profundidad y calidad (pH y CE).

Desde la dinámica de N, se debe contemplar la especie del CS a utilizar, debido a la cantidad de N que inmovilizan las gramíneas. Esto se debería tener en cuenta para la recomendación de fertilización del maíz siguiente, considerando también la calidad del material (C/N, C/S y C/P) para no alterar la inmovilización de los nutrientes y evitar desbalances en el cultivo principal.

Finalmente, en todos los casos la mejora en la nutrición balanceada permitió un incremento significativo del rendimiento, con distinta magnitud entre T1 y T0. Esta última diferencia estaría dada principalmente por el factor agua en ambientes restrictivos.

BIBLIOGRAFÍA

• Bozzer, C y Cisneros, JM. 2019. Detección de médanos y focos de erosión como indicadores de ambientes susceptibles a la reactivación de procesos de erosión eólica y desertificación. FAV-UNRC Ab Intus, 4(2):1-13.

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