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Cómo ser un Messi en la confección de silos
by Aapresid
Referentes en forrajes conservados comparten sus tips para confeccionar silos energéticos y potenciar el aprovechamiento del forraje a nivel ruminal.
Comienza una nueva campaña y nos hacemos las mismas preguntas. Los años pasan, pero las técnicas básicas se mantienen constantes. Sin embargo, por los resultados, sabemos que hay todavía mucho por mejorar.
Según indica el Ing. en Producción Agropecuaria Fernando Opacak, coordinador General Cámara Argentina de Contratistas Forrajeros, hay registros de confección de silajes que datan del siglo XIX. En esa época descubrieron que, si se extraía todo el oxígeno de un forraje trozado, éste se podía conservar por largos períodos de tiempo, suficiente en esa época para pasar el invierno.
“Hoy no solo necesitamos forraje para esa época del año, sino para todo el planteo forrajero de la alimentación de nuestro rodeo, sea verano o invierno”, comentó Opacak. Para eso recomendó hacer bien los números para no quedarse sin alimento producido en el campo y, consecuentemente, tener que salir a comprarlo afuera, con el incremento notable de costos que ello implica. “El planteo forrajero es la piedra basal y condiciona a todas las acciones que llevemos adelante”, reflexionó.
Poner primera
“Una vez que conocemos la cantidad de forraje que vamos a necesitar en el año, debemos calcular cómo lo vamos a producir”, dijo el representante de CACF. Y agregó: “De esto se desprende que debemos calcular cuánta materia seca (MS) puede produ- cir una hectárea de nuestro campo. Luego hacer el cálculo de cuántas hectáreas necesitamos, teniendo en cuenta que el cultivo que elijamos deberá ser extremadamente “mimado” para cumplir con los objetivos”.
En función de lo anterior, acotó que la fertilización, control de insectos y control de plagas deberían tomarse tan en serio como cuando se siembra un cultivo para cosecha. A mayor cuidado, mayor rendimiento por unidad de superficie y, por ende, menor costo por kilo de forraje producido. Pero más allá del costo, hay que recordar que lo importante es llegar a lograr el objetivo de producción para cumplir con el planteo forrajero.
Si el cultivo se desarrolla de forma normal, con buena humedad a lo largo de su ciclo y cumpliendo todo lo mencionado anteriormente, el punto crucial para lograr un correcto almacenamiento de ese forraje el resto del año es determinar el momento adecuado de su cosecha.
Haciendo foco en silo de maíz, el consultor en Conservación y uso de Forrajes Conservados, Ing. Agr. Pablo Cattani (Espacio Forrajero), dijo que cuando se plantea un cultivo con destino a silaje energético no nos podemos dar el lujo de pensar y planificar el mismo para obtener solamente volumen de forraje, dado que existen mejores alternativas para ese uso y que la capacidad productiva de los suelos y ambientes donde se desarrolla eficientemente el maíz, no pueden permitirse resignar rendimiento ni nutrientes a la hora de analizar alternativas.
Dicho esto, cabe destacar los puntos de mayor importancia o impacto en la obtención de un silaje energético.
Partiendo de la base de que la calidad del silaje de maíz depende en gran medida de su producción en grano, se dejará para otro análisis todo lo inherente al cultivo, que para esta fecha ya debería estar logrado; y se hará foco en el desarrollo del mismo y el mejor momento para aprovecharlo de acuerdo al destino productivo y el desarrollo que haya tenido la planta al momento de proceder al picado.
A modo de aclaración, vamos a hablar de cosecha de forraje (planta entera), para diferenciarlo de la cosecha de grano.
Materia seca: el dato más importante
“La principal, sino la única referencia que tenemos que tomar para decidir el inicio de la cosecha (picado), es el contenido de MS de toda la planta (tallo, hojas, espiga). No hay otro dato objetivo o subjetivo para la toma de decisión”, opinó Opacak. “Y cómo es el dato más importante, hay que tener mucho cuidado en su estimación a campo”, sugirió.
Comentó que esto se puede hacer de varias maneras, algunas más sencillas y rápidas que otras. “No existe una mejor, siempre y cuando cada una se ejecute de forma correcta. Lo importante es que la muestra a analizar sea representativa del lote”, sentenció.
Entre las técnicas que enumeró, mencionó el método del microondas, el koster tester, secado a estufa, método de la freidora sin aceite y los NIRs portátiles. Estos últimos llegaron al mercado para agilizar y simplificar la tarea. En el país se comercializa un equipo medidor NIR portátil que en pocos segundos arroja el valor de materia seca de la muestra y permite realizar varias repeticiones en poco tiempo para disminuir aún más el error muestral.
Relación Grano-Planta
Por su parte, en cuanto al desarrollo del cultivo de maíz, Pablo Cattani explicó que, para tener en claro el momento de corte o picado, lo primero que debemos considerar es la proporción de Espiga/Planta.
“Lo ideal es trabajar siempre en proporciones que sean igual o superior a 1, sabiendo que de esa manera los mayores componentes nutricionales e incluso la digestibilidad total del silaje estará representada por la cantidad de almidón aportado a la dieta”, subrayó.
Además, acotó: “Debemos tener en claro que esta proporción siempre se relaciona con la MS, por lo que además, en caso de que la producción de grano haya sido la correcta, siempre conviene picar el forraje con mayor MS, ya que de esta manera estaremos acumulando mayor contenido de almidón y por lo tanto mayor energía para la dieta”.
Para ejemplificar, el consultor compartió resultados contundentes de un ensayo diseñado para el INTA, y llevado a cabo en la EEA Manfredi. En el Gráfico 1 se aprecia claramente que al incrementar la MS de la espiga, también se incrementa la digestibilidad de MS de la planta total. “Esto se debe a que se incrementa notablemente la participación del almidón en el grano a medida que se incrementa la MS total, llegando a valores de 15% adicional de almidón cuando se pasa de 30% a 42% de MS al momento de la elección de picado, tal como lo expresa claramente el Gráfico 2”, indicó.
En la Figura 1 se observa que, a medida que avanza la línea de leche, se incrementa el contenido de almidón en el grano que es aportado a la MS del silo.
De acuerdo a lo expresado, y por los resultados obtenidos en los ensayos realizados, Cattani dijo que el momento de picado ideal puede variar entre el 35% y el 43% de MS para vacas de leche, pudiendo incrementar la MS a 48% en silajes destinados a la producción de carne. Estos valores concuerdan con los recomendados por Opacak.
Procesado del grano
Una vez definida la materia seca de un cultivo que desarrolló normalmente y que presenta una buena proporción Espiga/Planta, hay que ser conscientes de la importancia del almidón, por lo que será necesario “disponibilizarlo” dentro del rumen, para lo cual su procesado es fundamental.
“Un muy buen partido de grano es el que presenta entre el 50 y el 70% de las partículas de grano encontradas en una muestra de un litro de material picado con un tamaño no mayor a 0,5 cm y que en ese litro no debe haber más de 3 granos sin partir”, enunció Cattani.
A colación, Opacak dijo que en el mundo no se discute el uso del partidor de grano en las picadoras en cultivos de maíz o sorgo. “En Argentina todavía hay establecimientos que prefieren confeccionar sus silos sin los granos procesados. Esto trae aparejado el problema del aprovechamiento de los mismos por parte de los animales”, disparó. Y continuó: “Si el grano no está partido en varias partes, el tránsito por el tracto digestivo del animal no logra digerir y éste se pierde en las heces. Granos que encontramos en la bosta, son granos que se pierden y nunca se van a transformar en leche o carne”.
Tamaño y uniformidad de partículas
Según Cattani, para la correcta elección del tamaño de partícula a lograr, en primer lugar se debe analizar qué dieta total va a consumir cada rodeo, y a partir de allí establecer la proporción de silaje para decidir el tamaño de partícula. “En términos generales hablamos de partículas de 1,2 - 1,5 cm promedio, con un 10% de partículas mayores, pero siempre tratando de que no superen los 10 cm”, recomendó. Las partículas superiores a 10 cm, advirtió, tienden a ser seleccionadas en el comedero y los animales la rechazan, no por saciedad sino quizás por incomodidad, logrando disturbios en la correcta lectura de comederos.
Además del tamaño y prolijidad del picado, el especialista hizo mucho hincapié en la uniformidad del tamaño de partícula, ya que permitirá un mayor direccionamiento a un alto consumo y correctos procesos al momento de corregir dietas de acuerdo a lectura de comederos, además de favorecer en gran medida la compactación de la masa ensilada. Con ese fin, sugirió utilizar las bandejas separadoras de partículas desarrolladas por la Universidad de Pennsylvania, más conocidas como bandejas de Penn State, cuyos resultados para cada tipo de forraje, ración y producción ganadera se resumen en la Tabla 1.
VER REVISTA. Tabla 1 Proporciones sugeridas en cada bandeja, como % de partículas retenidas (Penn State).
Altura de corte
Otra manera sumamente práctica y efectiva de elevar el contenido de MS y la digestibilidad al momento de picar maíz, es la correcta elección de la altura de corte. “Partiendo de la base de que en la porción inferior de la planta se concentra la mayor cantidad de fibra estructural (indigestible), agua y tierra, es lógico pensar que, al elevar la altura de corte, no solo encontraremos almidón aportado por el grano, sino que además disminuimos la proporción de partes indigestibles en la masa total ensilada”, comentó Cattani (Figura 2).
Con datos precisos, el representante de Forrajes Conservados dijo que, de acuerdo a ensayos realizados por Wu y Roth, en 11 estudios se encontraron valores de diferentes parámetros en combinaciones de 17,8 hasta 48,2 cm de altura de corte (Tabla 2).
Suponiendo el escenario de un maíz estresado por factores externos, aclaró que nunca se debería picar con menos de 30% de MS dado que en ese punto no hay retención de carbohidratos solubles y ocurre mucha pérdida por efluentes. Además de dicha pérdida, también puede ser contraproducente en la dinámica de fermentación.
Más allá de eso, recomendó tener en cuenta que el tallo de la planta tiene una excelente reserva de agua por lo que el picado nunca debe ser a las apuradas. Incluso, ante sequías fuertes, siempre hay capacidad fermentativa y herramientas para generarlas, como la mayor compactación, el picado algo más fino, la elección de bolsas como estructura de almacenaje y la aplicación de inoculantes a mayores dosis.
Planificación de almacenaje
El último paso a considerar a la hora de planificar el silaje, es como se va a consumir este alimento para no “desperdiciar” todo el esfuerzo realizado que debe traducirse en alta productividad.
Para tal caso, Cattani dijo que, cuando se elige la estructura de almacenaje (bolsa o silo aéreo) y el dimensionamiento de los silos aéreos, se debe tener presente el proceso de extracción. Las medidas del silo deben ser tales que permitan una remoción de al menos 30 cm diarios de toda la cara del silo para minimizar las pérdidas (Figura 3). “Esto se debe a que cuando el material se sobreoxigena, va perdiendo mega calorías por oxidación de la materia orgánica y, por ende, potencial productivo”, argumentó.
Para ejemplificar esto, explicó que cuando el espesor de la pared removida es de 30 cm, las pérdidas energéticas no superan el 5%, mientras que cuando la tasa de extracción nos da un espesor de 10 cm, las pérdidas se elevan hasta el 16%.
Para concluir, Pablo Cattani manifestó que la confección de silajes energéticos a base de maíz, debe ser un proceso de mejora contínua y con impacto en la toma de decisiones estratégicas. Advirtió que no comienza ni termina en la confección, sino que arranca con la planificación de cultivos, su siembra y cuidado, y termina con el aprovechamiento del forraje a nivel rumi- nal, que es el sitio de mayor eficiencia de uso de este excelente recurso forrajero.
Por su parte, Fernando Opacak reflexionó: “Sin dudas hay muchos factores más a tener en cuenta para lograr un buen ensilaje, pero teniendo sentido común y siguiendo estas premisas vamos a poder optimizar, y maximizar la producción y la eficiencia de nuestro establecimiento”.
AGRADECIMIENTOS
Agradecemos especialmente a Fernando Opacak y a Pablo Cattani por su generosidad y excelente predisposición para realizar esta nota.