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Calibrando motores para cosechar más maíz
by Aapresid
Por: Santiago Tourn¹ ; Diego de la Torre¹; Ignacio Erreguerena¹; Hernán Pannaggio1; Pedro Platz¹; José Peiretti²; Víctor Merani³; Matilde Mur³; Juan Manuel Vázquez³; Luciano Larrieu³; Facundo Guillino³. ¹ Unidad Integrada Balcarce, FCA UNMdP-INTA. ² INTA Salta. ³ FCAyF, Universidad Nacional de La Plata.
Se aproxima otra cosecha de maíz, con un clima que complejizó todo. Momento de revisar algunos puntos para ajustar la recolección, el almacenamiento y planificar la comercialización.
Más de 7 millones de hectáreas de maíz (aproximadamente 50% tardío) esperan ser cosechadas este año en la región Pampeana (Bolsa de Cereales de Buenos Aires). Esto significa que se deben recolectar, potencialmente, 60 millones de toneladas de grano y gran parte se almacenará para aprovechar mejores oportunidades de comercialización.
En general y sobre todo para maíz tardío, el momento de madurez fisiológica ocurre a mediados de otoño cuando las temperaturas medias descienden, aumenta la humedad relativa del ambiente y los eventos de precipitación son frecuentes. Todo esto atenta contra el secado natural del grano (lo hace lento) y retrasa la cosecha del cultivo (junio-julio-agosto, según región), fecha en que las condiciones para hacerlo se alejan de las óptimas. Así, aumenta la probabilidad de daños por insectos, invasión y desarrollo de hongos en los granos y se demoran los controles de malezas.
A todo esto, se suman las condiciones de estrés calórico y sequía que sufrió gran parte de la superficie sembrada. Por lo tanto, es clave trabajar en los procesos involucrados en la recolección y almacenamiento de los granos para lograr una alta eficiencia del sistema, es decir, más cantidad de granos y mantener durante más tiempo su calidad.
Cosecha de maíz
Los últimos reportes meteorológicos pronostican una alta probabilidad de un otoño-invierno normal/húmedo, por lo tanto, se esperarían algunos contratiempos por anegamientos de lotes y/o temporales extendidos. Gran parte de los cultivos se desarrollarán con menor porte que años anteriores, crecimiento y desarrollo desparejo y, en consecuencia, rendimientos más bajos. Bajo estas condiciones, las espigas pueden ser finas y con diámetros desuniformes, lo que genera mayor complejidad al momento de regular el cabezal maicero.
Además, los cultivos desparejos y/o con déficit hídrico y nutricional son más susceptibles al vuelco. Por lo tanto, si se espera que baje la humedad del grano para recolectarlo, aumentan notablemente otras fuentes de pérdidas naturales como espigas desprendidas o plantas caídas que el cabezal no puede recolectar.
A partir de relevamientos de pérdidas de cosecha realizados en el centro y sur de Buenos Aires y La Pampa, se detalla en la Figura 1 (VER REVISTA) la distribución de pérdidas de maíz promedio, antes y después de ajustar la máquina.
Las pérdidas promedio en esta zona son un 30% menores a las registradas a nivel país. El 65% ocurren por cabezal y 35% por cola de la máquina cosechadora. Antes del ajuste de la cosechadora (situación que se observaba al llegar al lote), las pérdidas alcanzaron un valor de 130 kg/ ha y se distribuyeron de manera similar al promedio (Figura 1. VER REVISTA). En la mayoría de los casos, el ajuste de los sistemas de la cosechadora logró disminuir las pérdidas, y el efecto fue mayor en las pérdidas por cabezal, dónde la reducción registró aproximadamente un 50%. Estos valores de pérdida son independientes del rendimiento y el estado del cultivo, pero pueden ser mayores en cultivos desuniformes y con problemas de vuelco.
Cómo recomendación general, el ajuste de la cosechadora para cada condición de cultivo puede asegurar recuperar una cantidad importante de grano que de otra forma quedaría en el suelo.
El ajuste de la cosechadora para cada condición de cultivo puede asegurar recuperar una cantidad importante de grano que de otra forma quedaría en el suelo.
En este trabajo se observó que hubo similar proporción de plantas volcadas transversal y longitudinalmente entre momentos de cosecha. Sin embargo, la eficiencia de recolección de plantas volcadas fue mayor en la cosecha temprana. En la cosecha tardía no se recuperó ninguna de las plantas volcadas. En ese momento, las plantas se presentaban con tallos muy quebradizos y las volcadas estaban muy cercanas al suelo. Esta situación podría deberse a que, durante los 44 días que pasaron entre momentos de cosecha, las raíces se debilitaran por la propia descomposición. Asimismo, las condiciones de viento y las precipitaciones que ocurrieron en ese periodo pudieron haber perjudicado el anclaje de las plantas. Las pérdidas por cabezal resultaron menores en la cosecha tardía, quizás por una posible variación de velocidad en las pruebas que pudo haber generado mejor eficiencia en la situación menos apta de cosecha. En cuanto a las pérdidas por cosechadora, fueron similares en los dos momentos de cosecha.
La captación de las espigas y la regulación de los sistemas de la cosechadora son puntos clave en la cosecha de maíz.
Consideraciones para la configuración de la cosechadora
Ajustar correctamente la velocidad de avance de la máquina con la velocidad de las cadenas alzadoras y los rolos destroncadores. Una mala relación de velocidad puede hacer que las espigas se caigan al ser tocadas por las cadenas alzadoras o que la planta sea cortada al final del recorrido del cabezal e ingrese exceso de material no grano a los sistemas internos de la cosechadora. Es importante que el productor o contratista cuente con engranajes que permitan bajar la revoluciones del eje de mando de las cajas espigadoras, para poder adecuarla a bajas velocidades de avance del cabezal.
Mantenimiento del cabezal maicero. Esto es, por un lado, estrías de rolos espigadores en buen estado; si están gastados y los tallos son pequeños, se reducirá su capacidad de captación y espigado, lo que redunda en pérdidas por caída de espigas en el momento de la captación o el cortado de plantas. Por otro lado, correcto funcionamiento de la regulación de chapas espigadoras; si están fijas o trabadas es poco probable que se produzca una correcta captación de las espigas. Asimismo, el uso de válvulas de goma evita la caída de las espigas captadas, que suelen deslizarse sobre las cadenas alzadoras.
¿Cómo lograr una adecuada regulación de los sistemas de la cosechadora?
Si se logra regular el cabezal, se evitarán excesos de ingreso de material no grano al sistema de trilla y separación. Esto facilitará la trilla y evitará la sobrecarga de paja en la separación y aumentará las pérdidas por cola.
Sobre el mantenimiento, es importante chequear el buen estado de las muelas de trilla, como así también los batidores. Evitar rellenar con electrodos. Se recomienda su renovación para lograr mejores resultados y facilitar un correcto desgrane; los efectos también favorecerán la cosecha de soja, sorgo y girasol.
En el caso de trabajar con una cosechadora convencional es muy importante mantener forrado el cilindro de trilla (entre los batidores) con las chapas que suelen venir de fábrica.
La regulación de la luz del cilindro-cóncavo, como regla general, debe ser: a) en las cosechadoras convencionales, semejante al diámetro promedio de las espigas en su sector de ingreso y al diámetro de los marlos en el sector de expulsión de dicho cóncavo; b) en las axiales, se mantiene en su sector medio el diámetro de las espigas (promedio) y se le restan unos 5 o 6 mm para generar acción de trilla.
En lo que respecta a las revoluciones de cilindro de trilla o rotor axial, probar trabajar entre 450 y 350 rpm, en la medida que comencemos con humedad, y luego disminuir durante la campaña.
En las cosechadoras con sistema axial, en el sector separación, mantener una luz de unos 35 mm entre las muelas o púas removedores para todos los cultivos.
Calidad del grano de maíz tardío
Se presume que la calidad de comercialización de los granos de maíz se deteriora cuanto más tiempo permanece la espiga en la planta. Uno de los factores de deterioro que disminuiría la calidad comercial del grano sería el aumento del tiempo de exposición de los granos a posibles ataques de patógenos fúngicos y/o, en caso de que ya están establecidos, se favorece su desarrollo e invasión. Además, de acuerdo a las condiciones ambientales y el tipo de hongo, se pueden acumular micotoxinas que causan intoxicaciones agudas, subagudas o crónicas a las personas o ganado que consume el grano contaminado.
En los mismos momentos en que se analizó la eficiencia de cosecha temprana y tardía de maíz (VER REVISTA Tabla 1), se evaluó la presencia de hongos de importancia agronómica en las espigas. En estos relevamientos se observó preponderancia de los hongos del género Fusarium y Aspergillus en ambas muestras (100 y 50% de incidencia final). En general hubo un aumento variable de la incidencia de los hongos observados entre la cosecha temprana y la cosecha tardía. Esto estaría relacionado con la mayor exposición de las espigas en la cosecha tardía (VER REVISTA Figura 2) al inóculo de estos microorganismos y al tiempo de desarrollo.
Cabe destacar que se observó una importante incidencia (55%) de F. verticillioides que, junto con algunas especies de Aspergillus (A. flavus, A. niger, entre otras), producen toxinas perjudiciales para el ganado. Dentro del género Fusarium se observó la presencia de la especie F. graminearum, capaz de producir la toxina deoxynivalenol perjudicial para el consumo humano (de la Torre et al. 2020).
Se observó una importante incidencia (55%) de F. verticillioides que, junto con algunas especies de Aspergillus (A. flavus, A. niger, entre otras), producen toxinas perjudiciales para el ganado.
Malezas en maíces tempranos y tardíos
La demora en la cosecha de un cultivo de maíz suele favorecer el incremento de la densidad y tamaño de malezas de ciclo otoño-invernal. Esta condición, sumado a que parte de las malezas más pequeñas (en emergencia) podrían ser cubiertas por los residuos de cosecha, afecta directamente el éxito de la aplicación de herbicidas tanto de cobertura total o dirigidas, lo que genera un aumento de los costos de producción por repetir aplicaciones.
En los mismos momentos en los que se hizo el relevamiento de eficiencia de cosecha (Tabla 1 VER REVISTA), se evaluó, entre otras cosas, la densidad de malezas, su estado de desarrollo y se determinó la riqueza de especies (cantidad).
En ambos lotes de maíz se observó una densidad de malezas similar (VER REVISTA Figura 3). Sin embargo, en el lote de cosecha tardía se cuantificaron más especies (15 vs. 11) y con un estado de crecimiento y desarrollo más avanzado que el observado en las especies presentes en el lote de cosecha temprana.
Desde el punto de vista del manejo de malezas, la demora en la cosecha del cultivo de maíz dificulta su control debido a su mayor crecimiento y desarrollo. Dicha situación empuja al productor y/o profesional a definir una estrategia de control diferente entre ambos sistemas. En el caso de utilizar herbicidas, posiblemente se seleccionen distintos ingredientes activos y se utilicen mayores dosis en los lotes de cosecha tardía para lograr un buen control de malezas.
Secado en silo con aire natural de maíces tardíos
Adicionalmente a las determinaciones mencionadas se evaluó la eficiencia de un silo secador de INTA. Este sistema de secado consiste en un silo con piso plano perforado equipado con un ventilador de gran caudal (1,5 m3/min.t) y un calentador, capaz de elevar la temperatura del aire de 4 a 5° C, para controlar su humedad relativa. Tanto el ventilador como el calentador funcionan con energía eléctrica (trifásica) y están controlados por un software desarrollado por INTA.
El lote cosechado de forma temprana en el partido de Balcarce pertenece a un pequeño productor equipado con un silo secador INTA de 300 tn de capacidad. En este ensayo se logró secar el maíz desde 20% de contenido de humedad a 15 % en aproximadamente un mes. El consumo energético total fue de 23.108 Kwh, con un costo aproximado de 1,5 dólares por tonelada y por punto (tarifa eléctrica local 2017), sin contar amortizaciones y movimientos. El costo variable de secar puede variar sustancialmente así como las condiciones climáticas de cara a la campaña, la condición del grano y la tarifa eléctrica.
Por otra parte, el grano del lote que se cosechó de forma tardía también requirió secado. En este caso se entregó a un acopio con los descuentos por mermas y acondicionamiento correspondientes. Es decir que a pesar de postergar su cosecha con la esperanza de que el grano se seque naturalmente, esto no sucedió por lo que implicó un doble perjuicio. A los costos de acondicionar el grano se suman también las dificultades para la cosecha, el aumento de la carga fúngica sobre los granos y un costo extra para controlar las malezas.
A los costos de acondicionar el grano se suman también las dificultades para la cosecha, el aumento de la carga fúngica sobre los granos y un costo extra para controlar las malezas.
Conclusiones generales
La cosecha temprana del cultivo de maíz puede ser una ventaja dado que es posible que las plantas sean poco susceptibles al vuelco, lo que favorece la recolección de las espigas y disminuye las pérdidas por espigas no captadas. Asimismo, se disminuiría la incidencia de hongos en los granos y se liberaría antes el lote, para así planificar un control oportuno de malezas.
Un sistema de secado en silo con aire natural o baja temperatura es un muy buen complemento para una cosecha temprana de maíz. Le permite al productor tener un mayor control sobre la fecha de cosecha y los costos de acondicionamiento.
Si las condiciones ambientales y/o comerciales extienden el momento de cosecha de maíz tardío, se deben contemplar pérdidas adicionales de cantidad y calidad de grano y posibles controles extra de malezas. Por lo tanto, previendo una situación de este tipo se deberá trabajar sobre la cosechadora para que trabaje de la manera más eficiente posible, explorar híbridos con baja susceptibilidad a vuelco y a ataque fúngico, y ajustar correctamente las dosis y la pulverizadora para lograr un control eficiente de las malezas.