7 minute read

Los 6 mandamientos de la siembra directa de pasturas

Por: Dr. Ing. Agr. José MartínJáuregui Profesor Adjunto- Cátedra Forrajes (FCA, UNL)

Desde la planificación hasta el primer pastoreo, pasando por la elección correcta de los lotes, especies, cultivares y equipos para lograr una siembra directa exitosa.

Los recursos forrajeros perennes son la base alimenticia de los sistemas ganaderos del país. De hecho, del total de alimento consumido por un novillo o vaquillona en todo su ciclo productivo (gestación hasta faena), el consumo total de grano no excede el 10% de la energía total. Esto se debe, entre otras razones, al bajo costo de las pasturas en relación a otros recursos (Tabla 1).

Para lograr pasturas que persistan en el tiempo y generen una adecuada provisión (cantidad y calidad) de alimento para nuestros animales, es crucial comenzar con una buena implantación. La planificación de la siembra se debe empezar con, al menos, un año de anticipación. A continuación se detallan los pasos para una siembra directa exitosa.

01 Elegir el mejor lote

El cultivo antecesor definirá el nivel de rastrojo previo, el momento en que se libera el lote y el consumo de agua, entre otras cuestiones. Para una siembra directa es importante priorizar lotes que vengan de silos tempranos (maíz- sorgo) o de cultivos de cosecha de invierno (trigo) o verano tempranos (sorgo). Lotes que se liberan temprano permiten recargar de agua el perfil y dan lugar a una siembra temprana que facilita un ingreso rápido al primer pastoreo.

En caso de que sean lotes de cosecha, se recomienda remover el rastrojo (por ejemplo, haciendo rollos) para poder hacer una siembra directa. Si se busca convertir praderas naturales en pasturas, hay que pasar previamente por 2 años de cultivos anuales para eliminar malezas de difícil control como la gramilla.

02 Analizar el suelo

Antes de la siembra, es esencial realizar un análisis de suelo para planificar correctamente los requerimientos de fertilización y enmiendas. Los parámetros químicos básicos a revisar son:

pH: para alfalfa debe estar entre 6-7. Las gramíneas y otras leguminosas pueden tolerar pH 's diferentes (desde más alcalinos hasta más ácidos).

Fósforo (P): los niveles de P óptimos para gramíneas y leguminosas son de 15 y 25 ppm, respectivamente. Si el nivel del suelo está por debajo, la respuesta será favorable si se le agrega este nutriente (Figura 1).

Calcio (Ca): es un nutriente esencial y su incorporación depende del nivel de pH del suelo. Es importante tener en cuenta que la alfalfa realiza una importante extracción de este elemento, y esta situación reduce el pH.

Azufre (S): para alcanzar potenciales en alfalfa, por ejemplo, se requieren casi 15 ppm. Para gramíneas el requerimiento es similar.

Nitrógeno (N): si estamos sembrando gramíneas, la incorporación de N a la siembra puede ser una vía para lograr una rápida emergencia. Es importante no superar los 50 kg de N sobre la línea (100 de Urea aproximadamente) para reducir el riesgo de toxicidad.

03 Controlar malezas

Un control exhaustivo de las malezas en presiembra permite un óptimo desarrollo de las pasturas. También es posible controlar algunas malezas que escapan a ese primer control con herbicidas post-emergentes, teniendo en cuenta que se pueden aplicar a partir de la 3er hoja trifoliada en leguminosas y a partir de la 3er hoja en gramíneas.

04 Elegir las especies y cultivares correctos

Cambiar el ambiente es mucho más difícil (y costoso) que buscar la/s especie/s y variedades que se adapten mejor a él (Figura 2). La idea es que el ambiente “trabaje para nosotros” y no al revés. También es importante elegir semillas de calidad, certificadas, con un adecuado valor cultural y un rápido y vigoroso crecimiento inicial.

05 Elegir y regular la sembradora

A pesar de que en Argentina no existen sembradoras específicas de pasturas (las máquinas que se usan para sembrar pasturas son sembradoras de grano fino adaptadas), es posible tomar algunos recaudos para asegurar que la sembradora esté adecuada para sembrar pasturas. Así, al momento de elegir una sembradora hay que verificar:

Que posea cajón alfalfero si se van a sembrar leguminosas o especies de semillas pequeñas como Falaris.

Que permita remover las ruedas tapadoras o bien sacarle la tensión a los resortes.

Que siembre a la menor distancia posible entre líneas (17,5 m o menos). Si esto no fuera posible, evaluar la siembra doble (cruzada, entre 45-90°).

Foto 1: Cola de castor.

Que incorpore al final una cola de castor (Foto 1) o rueda pisagrano (Foto 2) para asegurar el contacto suelo-semilla.

Foto 2: Rueda pisagrano.

El día de la siembra, asegurarse de:

Regular densidad: no hay que confiarse en tablas provistas por el fabricante ya que el desgaste de la máquina y la variación en el tamaño y peso de semillas comerciales lo hace impreciso. Lo correcto es calibrar la sembradora para sembrar la densidad adecuada. La calibración puede hacerse de manera estática (con la sembradora parada) o dinámica (con la sembradora en marcha), colocando bolsitas en varias boquillas de la sembradora y pesando las semillas que caen en su interior después de recorrer una distancia conocida. El método dinámico es el ideal.

Verificar profundidad: la profundidad de siembra de la mayoría de las pasturas no debe exceder los 1-1,5 cm. Esta profundidad puede ser mayor si se utiliza el método de siembra “Marrón” en el que se remueven las ruedas tapadoras. Esto es así porque al remover las tapadoras, no se incorpora tierra por encima de la semilla y se puede sembrar más profundo buscando, por ejemplo, más humedad (Foto 3).

Foto 3: Imagen de una siembra directa de Agropiro sobre rastrojo de sorgo utilizando el sistema de siembra “Marrón” (Surco abierto).

Verificar que la semilla corra adecuadamente: las mangueras de caída de semilla deberán estar en buenas condiciones de mantenimiento. También es deseable que la caída sea recta y que la manguera no tenga recovecos o curvas que dificulten la caída.

Velocidad de avance: Lo ideal es mantener una velocidad no mayor a 5-6 km/h para lograr una adecuada distribución de la semilla y evitar “saltos” que puedan perjudicar la profundidad de siembra.

06 Verificar la eficiencia de siembra

Entre los 60-90 días desde la siembra, se recomienda verificar la eficiencia de implantación para poder tomar decisiones importantes como la posible resiembra, corroborar el desempeño y corregir procesos a futuro en caso de ser necesario. Para estimarla, se utilizan las siguientes ecuaciones:

¿Cuándo hacer el primer pastoreo?

Elegir el momento correcto para el primer pastoreo es esencial para lograr una buena estructura y producción de la pastura. Veamos algunos consejos:

Gramíneas y consociadas sin Alfalfa: iniciar el primer pastoreo cuando las plantas tengan, en promedio, 3 hojas. El objetivo es “despuntar” la pastura, para que adopte una estructura más postrada y cubra rápidamente el entresurco. Se recomienda utilizar categorías livianas que permanezcan poco en el lote y nunca ingresar con piso húmedo o encharcado. También es importante verificar el anclaje de las plantas previo al ingreso (probar si las plantas se arrancan al tirar de ellas con la mano).

Alfalfas puras: para esta especie sembrada pura se recomienda demorar el primer ingreso lo más posible. Esto se debe a que el período de implantación es crítico para que pueda desarrollar adecuadamente su órgano más importante: las raíces. Esto asegura una mayor persistencia y producción en el largo plazo. Lo ideal es esperar hasta que el cultivo alcance una acumulación de 3-4 toneladas de materia seca.

Alfalfas consociadas: aquí es importante buscar un equilibrio entre el manejo de las gramíneas puras y las alfalfas puras. Se sugiere demorar la entrada al primer pastoreo lo más posible, pero al mismo tiempo evitar sombreado excesivo de las gramíneas. Si comienza un sombreado o competencia, hay que ingresar a pastorear.

La siembra directa bien implementada es una excelente manera de conservar y mejorar la fertilidad y las propiedades físicas de nuestros suelos. A pesar de que el clima puede comprometer nuestro éxito, protocolizar la siembra y poner en juego todo el paquete de soluciones tecnológicas y agronómicas disponibles aumentará significativamente las posibilidades de éxito.

This article is from: