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EDITORIAL Los cultivos de servicio en la evolución del Sistema de Siembra Directa
Los productores hoy tenemos a nuestro alcance una gran oferta tecnológica que nos permite realizar una agricultura de altísimo potencial productivo. En ese marco, el mayor desafío es realizarla de la forma más sustentable posible, es decir, cuidando el ambiente y las personas, y siendo rentables.
Para lograr esto, es clave utilizar el sistema de sistema directa junto con sus prácticas agronómicas sustentables, que siempre es bueno recordar:
No remoción del suelo
Rotación de cultivos e intensificación de las rotaciones
Nutrición balanceada del sistema
Manejo responsable de productos fitosanitarios
Manejo integrado de malezas, plagas y enfermedades
Gestión ganadera.
Para que sus beneficios logren alcanzar a todos los ambientes productivos de Argentina, se deben incluir también cultivos de servicio en las rotaciones, intensificando las mismas. Lo importante es poder balancear la rotación con una leguminosa y una gramínea por campaña, y si se pudiese, también incorporar una cru- cífera -intentando que no sea pariente de los nabolza para evitar problemas de manejo futuros-. De esta manera, se lograría un equilibrio óptimo entre los cultivos de servicio y de cosecha, obteniendo los siguientes beneficios para el sistema productivo:
Aporte de raíces diversas en calidad, cantidad y profundidad de exploración.
Incremento de la fertilidad biológica de los suelos.
Aporte de rastrojo de óptima relación Carbono Nitrógeno.
Disminución de la compactación del suelo, con la consecuente erradicación de las labores para romper densificaciones cada X años, lo cual se está volviendo una moda peligrosa y tira por la borda los beneficios acumulados del Sistema en SD.
Disminución importante del stock de semillas de malezas en el suelo, con una reducción significativa de aplicaciones de productos fitosanitarios. De esta forma se evita la moda de la rastra de disco y/o diamante (con sus perjuicios ya enumerados).
Disminución del aporte de Nitrógeno químico casi en su totalidad, con un pH del suelo que evita la acidificación.
Incremento de la eficiencia de uso del agua y aumento del contenido hídrico del suelo (mayor capacidad del silo de agua).
Balance de carbono positivo, lo que arrojaría un sistema de producción biológico sustentable.
Como todo en la vida, esta forma de producción es sumamente compleja y requiere de periodos de tiempo que no se engloban bajo la cultura del quiero ya, gobernada por las necesidades de los dueños del campo, los contratistas y los gobiernos de turno. El desafío entonces, es cultivar también la paciencia y la templanza para que los resultados puedan florecer en todo su esplendor.
Bernardo Romano
de Pensamiento Prospectivo