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“¡Estemos en unidad, carajo!”

Jorgelina Traut Periodista y Locutora

No sé cuántas asambleas de productores llevo contadas. Desde hace 15 años me dedico al periodismo agropecuario y siempre intenté estar en todas las que pude. Los contextos, las épocas, las situaciones y las relaciones entre campo y gobierno fueron diferentes, pero no así los reclamos. Desde hace tiempo los pedidos son muy similares. Los derechos de exportación, por ejemplo, esas tres palabras, reducidas incorrectamente en una, retenciones, se hacen presentes desde que comunico al sector. En el último tiempo se sumó también, sin pedir permiso, el “tipo de cambio único”, en voz baja al principio, más fuerte en otros momentos y a los gritos en la asamblea en Villa Constitución el último 28 de febrero de 2023. Reducción de la presión impositiva y mayor financiamiento también fueron de la partida.

¿Qué diferenció esta asamblea de las anteriores? La efusividad hacia adentro. Si bien podíamos entender que iba a haber un reclamo de las bases para con los dirigentes, esta última asamblea convocada por Federación Agraria Argentina, trajo una catarsis de productores desalentados por la falta de respuestas, hambrientos de conductas más rebeldes por parte de quienes conducen la mesa de enlace, y un desprestigio inusitado hacia ellos, que considero no eran merecedores. La liviandad de verter conceptos en contra de quienes presiden las cuatro entidades causó estupor entre quienes estabamos escuchando, incluidos los dirigentes. Claro que, micrófono en mano, debajo del escenario y con tribuna, fue mucho más fácil envalentonarse para emular amarguras, descontentos, pero sobre todo, enormes críticas para con el anfitrión y sus tres colegas, que miraban por momentos atónitos y por otros embroncados, lo que estaba pasando.

Llegaría el turno de los cuatro dirigentes, que parecía no iban a hablar más allá de Achetoni, pero tomaron el micrófono y expusieron lo propio. Contestaron, se defendieron y explicaron. También recibieron aplausos, seguramente de quienes previamente habían manifestado, desde abajo del escenario, que el campo debe permanecer unido. Los cuatro presidentes de las entidades mostraron en palabras que ese era el camino a transitar, el de la unión. Un par de ellos, dieron a entender la tarea tan subestimada y desprestigiada que tienen como representantes gremiales, de sentarse a dialogar con el Gobierno, de exponer los problemas del sector y de intentar hacer entender que lo que brindan desde los altos estratos no alcanza para un campo seco por tercer y/o cuarto año consecutivo. Un campo que ni una lluvia intensa ni varias menores alcanzarán para devolverle la productividad perdida. Un campo que sigue recibiendo boletas de embargo o anticipos de ganancias por pagar cuando no tiene un peso para continuar.

No se trató de víctimas y victimarios. No ahí, no en Villa Constitución, no entre los reunidos al costado de la Autopista Buenos Aires- Rosario y la ruta 90. Se trató y se trata de trabajadores de la tierra, de hombres y mujeres que producen alimentos, de jóvenes que aspiran a vivir en un país mejor. Quienes se manifestaron y se quejaron, con razón en la mayoría de las oportunidades, lo hicieron en cuanto a los reclamos para los políticos.

Comencé diciéndoles que no sé cuántas asambleas de productores llevo contadas. No me di cuenta a tiempo de llevar algún registro. Estuve en las multitudinarias de la 125, como fue la del monumento de los españoles, por citar una emblemática. También en la más cercana y más polémica en su organización, como fue el trac- torazo a Plaza de Mayo. Pero sí puedo asegurar que nunca olvidaré el pedido de disculpas de Carlos Achetoni a sus colegas presidentes de las otras tres entidades por todo lo que tuvieron que escuchar este 28 de febrero. Tampoco dejaré de recordar a un presidente de la FAA increpando con tanta vehemencia a los presentes (muy parecido al 9 de julio de 2021) y preguntándoles si acaso se habían convertido en adivinos, para saber qué pasó en los encuentros mantenidos con el Gobierno tan solo a través de una foto, recordando la humildad de sus padres, quienes le enseñaron los valores y la promesa y pedido de no claudicar ante la tentación. Si esto último les sonó a religión, sepan que Achetoni mismo decidió correr ese riesgo pero no dejar de decir lo que sentía, tal como lo expresó.

Creo haber percibido tantas cosas que ni las carillas que pueda sumarles podrían reflejarlo en su totalidad. Tal vez el intenso calor sobre mi cabeza hizo estragos o tan solo conecté con lo que pasaba. Dejenme decirles, sin que suene a religión, que pueden venir tiempos de cambios. Pueden ser pequeños o imperceptibles al principio, pero estarán y llegarán los grandes cambios para este país. Créanme que hoy cayeron varias imágenes de egos y aparecieron almas con ganas de mostrar quién es el campo, cómo produce y hasta dónde puede llegar. La Mesa de Enlace se llevó consigo el mayor zamarreo, nunca antes visto en estos últimos diez años. Nunca se achicaron y supieron el estado de alerta y movilización en espera de la implementación fehaciente de las medidas necesarias para auxiliar a los productores sumidos en emergencia y/o desastre agropecuario, y a todos los afectados por la sequía, heladas y granizadas. El federado emplazó a que el gobierno dé respuestas antes del lunes 13 de marzo. Caso contrario, señaló que se implementarán medidas gremiales. Asimismo, invitó a los presentes, a quienes no pudieron asistir pero apoyan los reclamos, y a sus pares de la Comisión de Enlace de Entidades Agropecuarias a organizar una movilización o manifestación en Buenos Aires, para expresar el descontento ante todo lo que falta a nivel coyuntural y también en lo estructural. Esto último expresa literalmente el comunicado de la entidad.

“¡Claro que nos asiste la razón! Juntémonos, dennos la fuerza necesaria para seguir luchando”, culminó Carlos Achetoni, el último 28 de febrero de 2023, en Villa Constitución, provincia de Santa Fe.

Por mi parte, termino esta columna de actualidad diciendo: ¡Se vendrán grandes cambios!

¡Confío en que éste tocar fondo a nivel sectorial sea el gran impulsor de una mejora en la representatividad y asegure grandes resultados para toda la comunidad agrobioindustrial.

8M - Día Internacional de la Mujer

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