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Testimonios de mujeres que inspiran

En el agro son muchas las mujeres que emprenden decididamente, llevan adelante ideas, tallan un sendero, dejan huella e inspiran con sus historias. En el marco del Día Internacional de la Mujer, Lucrecia Salgado y Silvia Carles, dos mujeres referentes de nuestro sector, comparten reflexiones, logros y desafíos claves para seguir avanzando hacia la igualdad.

Por: Ing. Agr. María

Eugenia Magnelli

El 8 de marzo se conmemora el Día Internacional de la Mujer. Independientemente de las etnias, credos, cultura, ubicación geográfica, educación, situación económica o política de las sociedades y/o naciones, esta fecha nos convoca a reflexionar sobre el camino recorrido en pro del empoderamiento de las mujeres, reconocer los logros y trabajar arduamente en las materias pendientes para una mayor igualdad, justicia y desarrollo.

Con el testimonio de Lucrecia Salgado y Silvia Carles, dos mujeres referentes, quisimos homenajear a todas aquellas que, decididamente, son artífices de su propia historia, traen aires de cambio, inspiran, tallan un sendero y dejan una huella para las generaciones presentes y futuras.

Involucrarse y emprender

Lucrecia Salgado es Ingeniera Agrónoma, trabaja hace 12 años en Bayer Crop Science y actualmente se desempeña en el área de Ciencia de Climate Corporation. A raíz de su inquietud por la sustentabilidad y el cuidado del suelo, se asoció a Aapresid en 2017 y hoy participa en la institución en diferentes espacios, como la Regional Tandilia, la Chacra de Agregado de Valor y también integra el Programa Internacional.

Siempre le interesó la innovación y la tecnología. Su motivación por estar más cerca de las AgTech la llevó a desarrollar un nuevo proyecto y se convirtió en co- fundadora de Innventure, el fondo de inversión que tiene el foco en AgriFoodTech, y fue creado por productores y empresas del agro argentino.

A partir de su camino recorrido, Lucrecia habló de su vivencia personal, las oportunidades y desafíos que tienen las mujeres por delante.

Teniendo en cuenta tu experiencia, ¿cuál es el valor que agregan las mujeres en diferentes ámbitos?

Creo que todas las personas, por el hecho de ser distintas, aportamos valor. La diversidad en sentido amplio aporta valor cuando trabajamos en lo que nos gusta. No me gusta afirmar ni enumerar las diferencias que hay entre la mujer y el hombre, porque creo que no hay una regla.

Existen diferencias, un poco más notorias, que hacen que seamos complementarios. La mujer mira al mundo con otros ojos, tiene creatividad, sensibilidad, capacidad de escucha, pone pasión en lo que hace, es inclusiva y capitaliza otros puntos de vista.

“La mujer gana terreno y aporta una mirada distinta, que sin dudas agrega valor y es cada vez es más demandada”, Lucrecia Salgado.

Según tu visión, ¿qué terreno consideras que han ganado las mujeres y que nos falta como sociedad para que exista mayor igualdad?

Hoy se ven mujeres exitosas en la política, la construcción, el agro, en la academia y en todos los ámbitos. El papel de la mujer está evolucionando año tras año y cada vez más se ven mujeres en posiciones de liderazgo. Creo que estas mujeres creen en sí mismas, se preparan, toman desafíos y avanzan porque saben y tienen confianza en que pueden lograr lo que se propongan.

En mi caso, trabajo en una compañía que celebra la diversidad, promueve la inclusión y la equidad en todos los niveles. Una compañía comprometida con potenciar el desarrollo profesional de todos sus empleados. También soy parte de Aapresid, institución en la que no hay programa, regional o reunión donde las mujeres no tengan su espacio y voz. Siempre tuve oportunidades para seguir desarrollándome profesionalmente, me sentí escuchada, valorada y en igualdad de condiciones respecto a los hombres.

Muchas mujeres, a pesar de tener acceso a educación, empleo e incluso buenas posiciones laborales, sufren del denominado “techo de cristal”, una barrera invisible que impide alcanzar posiciones de más liderazgo y poder, lo cual está relacionado directamente con las normas y estereotipos culturales que traemos arraigados. Este síndrome muchas veces no es permanente, sino que podemos sentirlo en algunas etapas y en otras sentirnos más empoderadas. Vale decir que esto está cambiando, en especial con las nuevas generaciones.

Además de mujeres en situaciones “deseadas”, también siguen existiendo mujeres vulnerables, sin acceso a información, mujeres en entornos rurales que se enfrentan a la desigualdad en lo que respecta a la propiedad, la remuneración, la capacidad decisoria o acceso a recursos y mercados. Muchas veces su labor es invisible y en algunos casos no remunerada, a pesar de ser tan productivas. Por eso es importante seguir hablando del tema, conmemorar el día de la mujer, hacer campañas, comunicar los logros. Es necesario seguir potenciándolas, acompañandolas y desarrollando sus competencias y habilidades, entregándoles confianza y un ambiente que les permita desenvolverse y mostrar sus aptitudes.

En Argentina hay muchas organizaciones que nuclean mujeres, por ejemplo, la Red de Mujeres Rurales, Mujeres Rurales Argentinas, programas de compañías multinacionales que ge- neran ecosistemas de mujeres. En este sentido es importante reconocerlos, ya que son quienes trabajan para lograr que cada vez más mujeres estén donde quieren estar. desafío para la sociedad no es solo la lucha por los derechos de las mujeres, sino también de nosotras, de prepararnos, de animarnos a ocupar lugares, a tomar decisiones y dar nuestras opiniones con libertad.

Si bien sabemos que no todas las mujeres tienen igualdad de oportunidades, estas no aparecen a menos que las busquemos. El desafío para la sociedad no es solo la lucha por los derechos de las mujeres, sino también de nosotras, de prepararnos, de animarnos a ocupar lugares, a tomar decisiones y dar nuestras opiniones con libertad.

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¿Por qué consideras que es importante conmemorar el Día Internacional de la Mujer?

La declaración de “días internacionales” tiene como objetivo concientizar a la opinión pública y señalar a los gobiernos que existe un problema sin resolver, a fin de que se avance en soluciones.

El 8 de marzo es, sin dudas, importante recordarlo, porque si bien avanzamos mucho, se ven cambios y la mujer aumentó su protagonismo, siguen existiendo situaciones de disparidad e incluso países en donde todavía no se respetan los derechos de la mujer.

Por otro lado, creo importante resaltar que desde el año 2017, la ONU declaró al 15 de octubre Día Internacional de las Mujeres Rurales en reconocimiento de la función y contribución de la mujer en la promoción del desarrollo agrícola y rural. Es importante resaltarlo ya que es un día aparte para celebrar el día de la “mujer rural”, porque hay mucho por seguir haciendo por la mujer en este ámbito.

Mencionaste a las mujeres rurales, ¿qué significa para vos ser una mujer rural?

Ser una mujer que trabaja en el sector agro, es tener compromiso con una sociedad que necesita del campo para producir alimentos, fibras y energía. La mujer del agro, es amante de la naturaleza, respetuosa del medioambiente, posee visión de futuro, piensa en las generaciones venideras. Tiene compromiso social, suele participar en distintos espacios, busca compartir conocimientos y experiencias.

En un sector en el que la mayoría son hombres, la mujer gana terreno y aporta una mirada distinta, que sin dudas agrega valor y cada vez es más demandada.

Productora de cerdos, empresaria, miembro de la Red de Mujeres Rurales y referente, Silvia Carles se crió en el campo familiar ubicado en la provincia de Córdoba. Desde muy chica le enseñaron que, por ser mujer, no significaba que no podía hacer tareas que eran consideradas “de hombres”. De manera natural, manejaba el tractor, subía al caballo y pasaba los animales por la manga, vacunaba, etc., intercalando el trabajo rural con ir a la escuela. “En eso tengo que agradecer mucho a mi padre. Él nos daba la confianza de que podíamos hacer las actividades del campo tal como las podía hacer un hombre, salvo en cuestiones que re- querían de más fuerza o en situaciones particulares”, destacó. Con esa impronta, hoy lleva adelante el establecimiento agropecuario que la vio nacer.

Actualmente la empresaria se ocupa de las compras, las ventas y el abastecimiento de los insumos de la hacienda. Según manifestó, en todas estas actividades que realiza siempre se sintió muy cómoda, nunca tuvo ningún problema de trabajar en un ámbito en el que, hace 20 años atrás, la mayoría eran hombres. “Ahora hay más mujeres incursionando en las actividades rurales si lo comparamos cuando yo comencé”, declaró.

Haciendo foco en la fecha, Silvia señaló que tener un Día Internacional de la Mujer ayudó a que muchas mujeres que sentían desigualdad, pudieran acortar la brecha: “Yo creo que son pasos que hay que dar. No soy fan de tener un día de la mujer, porque considero que todos los días hay que dar pasos para llegar a conseguir más cosas para el género. Es mejor ver el camino recorrido más que detenernos en un día en particular. Pienso que se avanzó mucho y el día de mañana no lo vamos a ver como una fecha tan importante” .

Un punto relevante que señaló Silvia es la importancia de capacitarse. Al respecto dijo lo siguiente: “Está bueno resaltar que uno no ocupa un lugar por ser de un género u otro, sino porque está capacitado para ello. Las mujeres tienen que entender que está bueno ganarse los espacios porque se está preparado y no por cubrir un cupo”. No obstante, aclaró: “Si cubrir cupos ayuda para que más mujeres ocupen determinados espacios puede ser un paso, pero no me gustaría que esa sea la forma”.

En coincidencia con Lucrecia, Silvia afirmó que las mujeres tienen una sensibilidad especial. “Somos multitasking y muy proactivas, y eso en una empresa está buenísimo. El hecho de tener distintas miradas ayuda a que sea mucho más fácil el crecimiento de una empresa, una asociación o una cooperativa”, concluyó.

Tener un Día Internacional de la Mujer ayudó a que muchas mujeres que sentían desigualdad, pudieran acortar la brecha.

Desde comienzos del siglo XX -tiempo en que las mujeres comenzaron a movilizarse por el derecho al voto y por mejores condiciones de trabajo e igualdad- a la fecha, se lograron achicar varias brechas, en algunos ámbitos o contextos más que en otros. No obstante, tanto en nuestro país como en el resto del mundo, todavía hay muchas materias pendientes, estereotipos por derribar y batallas por ganar para asegurar una mayor inclusión y equidad de oportunidades para las mujeres. Reflexionar como sociedad, conversar sobre ello y tomar cartas en el asunto es el primer paso para marcar la diferencia.

A modo de cierre, después de leer los testimonios de Lucrecia y Silvia, podemos remarcar que involucrarse y participar con libertad, capacitarse y educar bajo parámetros de igualdad, resulta clave para ser artífices del cambio que queremos ver.

Agradecimientos:

Agradecemos a Lucrecia Salgado, Silvia Carles y a la Red de Mujeres Rurales por sus valiosos aportes y colaboración para realizar esta nota.

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