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Perspectivas y mercado para la gruesa 22/23: ¿hay luz al final del túnel?
En una campaña con todas las complicaciones posibles desde lo climático -tercer año consecutivo de sequía, olas de calor y una inesperada helada en pleno verano-, las lluvias traen algo de esperanzas. Especialistas comparten estimaciones para esta gruesa volcada a las siembras tardías, y estrategias comerciales para posicionar mejor al maíz y la soja en un contexto global complejo.
Por: : Dra. Ing.Agr.
Virginia Mogni
Tres Niñas consecutivas y olas de calor récord terminaron por agotar hasta la última gota de reserva hídrica en la campaña 22/23. Como si esto fuera poco, una helada en pleno febrero en varias zonas productivas del país, pone techo en los rendimientos potenciales.
A estas condiciones climáticas extremas, se le suma la volatilidad con la que se transitó gran parte de la campaña 22/23. Principalmente debido al conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, que no deja de trepar escalones, y repercute tanto en la oferta y demanda de com- modities como en las cotizaciones de activos energéticos que impactan en el precio de los principales insumos. Todas estas variables trajeron incertidumbre en la toma de decisiones sobre la rotación agrícola; pero la que manda es la variable climática, que repercutió directamente en el atraso de fechas de siembra tanto de soja como de maíz.
Si bien es innegable de que la seca ya impactó de lleno en los cultivos, en algunas zonas, las lluvias trajeron alivio y esperanzas a las siembras tardías. ¿Qué se espera para esta campa-
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Aapresid ña? ¿Cuáles son las proyecciones de mercado y a qué estrategias comerciales apuntar? En diálogo con Agenda Aapresid, Lucas Grajales (Hit consultant) y Josefina Jolly (consultora comercial de FYO) comparten estimaciones productivas y estrategias comerciales para planificar lo que se viene en maíz y soja.
Estimaciones
Las esperadas lluvias llegaron, aunque de manera dispersa y en muchos casos insuficientes para recargar los perfiles, por lo que se siguen viendo cultivos estresados. Si bien el extremo oeste, parte del centro y SE de Buenos Aires junto a La Pampa, sur y NO de Córdoba y San Luis fueron los sectores más favorecidos, otro es el panorama del resto de la región productiva, donde los rindes se verán mucho más afectados, adelantó la Bolsa de Comercio de Rosario en su informe mensual sobre cultivos del 08/02/2023.
En los sectores más favorecidos en cuanto a lo hídrico, los maíces tempranos se estimaban al momento del informe con rindes por encima de los 50 a 60 qq/ha y en los tardíos con más de 70 qq/ha a 90 qq/ha. Mientras que en el resto de la región pampeana, se esperaban entre 30 y 75 qq/ha, dependiendo la fecha de siembra. Pero, las inesperadas heladas ocurridas en torno al 18 de febrero en varias provincias el país, plantean la interrogante de qué impacto tendrán esas bajas temperaturas en los cultivos.
El citado informe, estableció que de las 50 millones de tn (Mt) de maíz que se proyectaban con un escenario normal, el clima recortó el 15% de la producción en la primera estimación, llevándolo 42.5 Mt. En cuanto a la superficie sembrada, es de 7,3 millones de ha y el rinde promedio esperado de 64.1 qq/ha, el cuarto más bajo desde 2008/2009 (Fig. 1).
“A los lotes de maíz en siembra temprana, la helada los agarró en grano pastoso, lo que podría repercutir en la interrupción de su ciclo, mientras que los de fecha tardía (dependiendo de su fecha específica), se encuentran en estadio vegetativo hasta R2”. En definitiva, las estimaciones podrían disminuir por este fenómeno climático, advierte Grajales.
En soja, las pérdidas sobre los 47 Mt esperados al inicio de la campaña son alarmantes. Sólo entre enero y febrero, la producción estimada (ajustada) cayó un 7% (de 37 a 34,5 Mt), siendo Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe las provincias más afectadas. Es así que se estima una superficie sembrada de 16 millones de ha, 23 qq/ha promedio de rinde y 34.5 Mt producidas, la segunda peor cosecha en 15 años (Fig. 2).
Al igual que lo mencionado en maíz, estas estimaciones pueden disminuir por dos sucesos que impactaron drásticamente en el estado de los cultivos, en especial en soja de segunda, explica Grajales. El primero, la ola de calor que atravesaron las principales zonas productivas durante 5 días consecutivos que produjeron pérdidas de stand de plantas y pérdida del estado general de los lotes. Y segundo, las citadas heladas ocurridas a mediados de febrero, que en algunos casos provocaron una contundente pérdida de lotes en producción. “Esto lleva a preguntarnos si Argentina va a estar por debajo de las 30 Mt producidas de la oleaginosa”
La mirada de los especialistas: las fichas puestas en las siembras tardías
Para ir afinando números, en lo que refiere a maíz, sólo el 20% de la superficie se sembró de manera temprana mientras que el grueso restante se volcó a maíz tardío, ganando un 10% de terreno a las siembras tempranas, que en años normales rondan el 30%, precisa Jolly.
Dentro de la proporción de temprano, Grajales comenta que aproximadamente la mitad se encuentra en malas o regulares condiciones, con potencial de rendimiento comprometido, con casos de lotes que sufrieron daños irremontables y se destinaron para forraje. En cambio, un 65% de lo que se sembró desde fines de noviembre en adelante, está en condiciones normales. Sin embargo, el rinde se va terminar de definir con las lluvias esperadas para fines de febrero, durante el período crítico del cultivo. de
Otro miedo que acecha a los maíces tardíos, luego de la experiencia de la campaña pasada y las temperaturas mínimas récord registradas a mitad de febrero, es la ocurrencia de nuevas heladas tempranas. “En lotes de maíz sembrados hasta el 15 de enero, necesitamos un período libre de heladas por lo menos hasta los primeros 10 días de mayo”.
Para el cultivo de soja, la siembra también fue muy retrasada, tanto que recién hacia fines de noviembre se empezó a informar el avance de siembra, cuando normalmente desde fines de octubre o principios de noviembre ya se dispone de esa información, explica la consultora.
Estrategia comercial “con faros largos”
El mercado muestra señales alcistas, con expectativas de subas debido a varias causas, que incluyen la ajustada oferta/demanda en Estados Unidos, la ausencia de Ucrania en el juego y la magra cosecha que tendrá la Argentina. Sin embargo, a nivel regional, la súper gruesa que espera Brasil y el comienzo de lluvias hacia el cono sur sudamericano podrían hacer que los precios de soja y maíz no logren expresar la realidad del contexto global. Además, existen otras variables financieras a nivel global que generan incertidumbre, como el crecimiento a nivel global, de gigantes como Chi-
Soja
Para reducir la incertidumbre y el riesgo, se hace preciso planificar muy bien las estrategias comerciales, apuntando a coberturas flexibles en cuanto a precios en las opciones a futuro. “Si comparamos hoy en día los precios que podemos llegar a fijar en cosecha, las más golpeadas: un 40% se encuentra de regular a malas condiciones. Sin embargo, la soja de segunda no escapó a los daños, observándose un 55% en esas condiciones debido a que el estrés climático afectó la implantación, achicando el stand de plantas de muchos lotes y el potencial de rendimiento, reitera Grajales. na, y cómo va a repercutir esto a la demanda internacional de alimentos. estamos por encima del promedio histórico, y pueden llegar a aumentar un poco más”. Es por ello que según Grajales es un buen momento para considerar comprar call (opción de compra) a menor precio.
En este contexto enrarecido, “la mejor decisión es aquella que te deje dormir tranquilo”, cita el consultor. “Hoy para muchos productores eso puede representarse en tener cubierto por lo menos los costos de producción y después ver de especular con la ganancia”. En ese sentido, trabajar en base a presupuestos puede ser útil: “si consideramos una soja a 370 dólares, hoy el mercado nos está dando un precio por arriba de ese valor”, señala Jolly.
Por ejemplo, si el productor tuviera una estimación cierta de su producción de soja, una estrategia recomendada sería fijar precio a mayo con una venta forward, y flexibilizar la operación mediante la compra de opciones call para ganar con la diferencia de primas si los precios suben. En cambio, si uno no tiene en claro la expectativa de producción, es aconsejable asegurarse con la compra de puts (opción de venta) para garantizar un precio base, con la posibilidad de beneficiarse si los precios aumentan más aún.
Maíz
Por el contrario, en lo que hace al maíz temprano recomiendan esperar y dejar pasar el movimiento inicial. “Sobre todo poner más atención a la ocurrencia o no de rolleo de las declaraciones juradas de venta, para tener dimensión de la participación de las exportaciones que influyen en la fluctuación de precios.
Como ocurrió con el trigo en diciembre del ‘22, cuando la exportación se prorrogó y solo embarcó lo que tenía comprometido, el precio cayó y quedaron comprando los molinos, ejemplifica Jolly.
Para el cereal apuntan a prestar atención a los consumos, ya que también puede que estos den un plus sobre el precio del mercado a tér- mino. Por su parte, el mercado de opciones sigue siendo una herramienta más que interesante en estos momentos para asegurar un piso y ver si acompaña la suba, sin comprometer volumen.
En lo que refiere a calls, los especialistas apuntan a considerar posiciones más allá de mayo, por ejemplo a julio y noviembre, ya que en caso de un nuevo dólar soja, el disponible baja y esas posiciones tienen más chance de suba. “Actualmente esas opciones están un poco más accesibles y se pueden armar estrategias acordes al bolsillo a lo que quiera invertir cada uno en esas primas”, indica Jolly.
En suma, los especialistas llaman a mirar con faros largos la situación y no quedarse solamente con las posiciones más cortas. Evaluar el contexto y asesorarse es clave para armar la mejor estrategia a medida de cada negocio. Esto permitiría “poder ver la luz al final del túnel” y seguir jugando el partido en la próxima fina, con la ilusión de que el clima juegue a nuestro favor.
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Lo que la Niña no se llevó:
¿Qué aprendizajes dejó la seca?
“De lo bueno siempre se aprende… y de lo malo, también”, dice el refrán. Así lo demuestran dos productores agrícolas que ante lo inevitable capitalizaron las mejores experiencias para cuidar y cosechar cada milímetro de agua. Estrategias basadas en agricultura regenerativa y claves de manejo en años secos, en primera persona.
Las últimas campañas desafiaron a los productores a sacar el pie del acelerador y maximizar el ingenio para seguir produciendo ante condiciones extremas de sequía y temperatura. ¿Qué enseñanzas quedaron? ¿Cuáles son los planteos que permitieron salir adelante en estas condiciones? Jorge Mazzieri de la regional Justiniano Posse y Santiago Lorenzatti de Okandú compartieron con Agenda Aapresid su experiencia sobre las estrategias que están mostrando ser las más convenientes en estos escenarios en el sudeste cordobés.
Planificación en base al diagnóstico del agua disponible
Una de las grandes enseñanzas que dejaron estos años es la importancia de planificar la campaña en base a un diagnóstico minucioso del sistema. Uno de los puntos clave en esta misión de caracterizar el ambiente es cuantificar en cantidad, calidad y distribución el agua en los primeros 2 metros del perfil del suelo, en otoño, al inicio del ciclo agrícola.
“Por ejemplo en lotes con buena valoración hídrica (con más de 200-250 mm de agua útil), decidimos arriesgar a siembras de maíz alrededor de octubre para diversificar la estrategia y no concentrar todo en siembras tardías de diciembre, como se dio en la soja de primera”, detalló Lorenzatti. En cuanto a soja, plantearon un abanico más tendido hacia noviem- bre y diciembre, jugando con fechas y grupos de madurez para que el momento crítico caiga desde enero hasta fines de febrero.
Una vez en claro que se va a hacer en cada lote, se puede empezar a contemplar variables de manejo, fundamentalmente densidad y distancia entre líneas. Por otro lado, el diagnóstico y reposición de nutrientes tiene que estar más firme que nunca, insistieron, porque si el suelo no está del todo saludable, no se puedan capitalizar las precipitaciones.
La experiencia de la gruesa 22/23
El 2022 en muchos casos rozó los 400 mm anuales, la mitad de lo que se esperaría en una campaña normal para la zona. A esto se sumó que los perfiles ya venían secos por dos niñas anteriores y que se dio un pronunciado descenso de las napas, “que hoy increíblemente estan situadas por debajo de los niveles del año 2000”, comentó Mazzieri. Así, lo térmico terminó impactando aún más en la mayoría de los lotes, “una situación muy difícil de manejar aún cuando uno planifica de manera defensiva”, agregó Lorenzatti.
Los maíces tempranos sembrados dentro de los primeros 10 días de octubre, son los que más sufrieron el embate climático. Estiman al menos un 30% de pérdida de rinde potencial respecto al año anterior, y en casos extremos los recortes pueden ser aún mayores dependiendo el híbrido e historia del lote.
Por su parte, la soja de primera de octubre se espera una caída del 20-25%. En tanto que las de noviembre están en carrera en plena floración definiendo aún rendimiento, y dependen de las perspectivas de lluvias; si no se dan, el derrumbe puede ser importante, indicaron. Lo mismo la soja de segunda, parte sembrada en la última semana de diciembre y el resto en enero, que está intentando llegar a R6 en marzo.
Un horizonte optimista y en siembra directa
Para la campaña 2023-2024, en los mejores ambientes donde se hizo soja temprana de octubre, si las lluvias acompañan planean ir a cultivos invernales como trigo. Si esa recarga no se da a tiempo, recurrirán a cultivos de servicios, cuidando la fecha de terminación.
“No existen recetas, pero sí tenemos claro que hay que intensificar y mantener la rotación incluyendo CS y asegurar cultivos bien nutridos y competentes para poder transformar cada milímetro caído en biomasa, granos para cosecha o nitrógeno biológico
Dentro de los CS, el centeno en siembras volado sobre maíz sigue siendo una estrategia muy valiosa en la zona para adelantar su terminación a fines de invierno-principio de primavera, en vistas de acumular agua para la próxima soja. Mientras que en lotes de inferior calidad, optarán por vicia que abone terreno al maíz tardío.
“No existen recetas, pero sí tenemos claro que hay que intensificar y mantener la rotación incluyendo CS y asegurar cultivos bien nutridos y competentes para poder transformar cada milímetro caído en biomasa, granos para cosecha o nitrógeno biológico”.