2 minute read

Evaluación de aprendizajes

3.3.2. La metodología. Es el sustento del currículo para la selección de los métodos y los medios de enseñanza que se realizan en una clase y demás espacios educativos.

a) Principios Metodológicos. Es la base teórica para las prácticas metodológicas del currículo integral restaurador que se divide en trece.

Advertisement

• Todas las actividades parten desde una perspectiva bíblico-cristiana como visión de la vida orientada hacia el servicio.

• Integración de la fe en la enseñanza, como proceso intencional y sistemático, este proceso en primer lugar, a través de la práctica, mediante el lenguaje, los hábitos, el vestuario, la alimentación, etc.; y en segundo lugar integra la fe en la enseñanza es el resultado de la cosmovisión bíblica personal del docente.

• Progresión en el abordaje y en la profundización de los contenidos, es decir que el docente de nivel inicial debe iniciar con la ejemplificación de imágenes para concreción de un mensaje para entender su utilidad y beneficios para la comunidad educativa.

• Calidad y objetividad en el proceso de enseñanza. El docente debe saber dónde quiere llegar y el estudiante debe entender ese camino a ello se habla la secuencia didáctica para tener un resultado definido.

• Relación teórico – práctica. Son círculos armoniosos donde el niño aprende haciendo, esto para desarrollar un pensamiento independiente, para que aprenda a comunicarse con fluidez, tener el inicio de lectura de sus primeras oraciones y escribir con claridad, saber que alimentos son saludables para su cuerpo y que se involucre en las tareas con la familia.

• Coherencia entre objetivos, contenidos, procedimientos y evaluación. esta secuencia didáctica ligada a la metodología de enseñanza.

• Conocimiento del estudiante y su realidad. Conocer al estudiante en su contexto sociocultural y como se procesa el desarrollo físico, espiritual, emocional e intelectual, esto antes de realizar la clase.

• Estímulo a espíritu de investigación, reflexión y creatividad. El niño ya posee un espíritu inquisidor con respecto a la vida, por tanto la docente debe estimular ese proceso con actividades que cotidianamente realiza en su hogar para posteriormente hacer la reflexión de su relación de convivencia con los demás.

• Consolidación de los conocimientos, volviéndolo permanentes: esto a través del hábito y las habilidades, la docente de inicial provee actividades que posibiliten un aprendizaje significativo y a ello es preciso hacer la armonización de los contenidos.

• Respeto por las diferencias individuales. La maestra debe conocer las características singulares de sus estudiantes, tales como su estilo de aprendizaje, sus talentos, dones y habilidades, trabajando para promover su desarrollo.

• Consideración hacia los valores bíblicos – cristianos: cada valor que se enseña derivan las actitudes y de las actitudes la conducta, y de ello lograr identificar, apreciar y valorar tales principios.

• Espíritu cooperativo: refuerza la convivencia social, relaciones de cooperación esto como desarrollo continúo del conocimiento y de la formación del carácter.

This article is from: