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ESSAY ENSAYO

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RESISTANCE MEXICAN WOMEN SET AN EXAMPLE

By | Por: LINA MARGARITA SALAS* TRANSLATION | TRADUCCIÓN: ANA MARÍA ENCISO NOGUERA THROUGH CARE

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Every year on March 8, women around the world organize to take to the streets, protest and show the world how gender-based violence impacts the way we live. This year, as always, women in Mexico organized and made the decision to march together, but this time, on Monday, March 9, by showing the country a day without them. As always, certain groups and individuals came out against the women on social media, in some cases minimizing the struggle, and others through direct attack.

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But this year, the response to demonstrations was also violent. In social networks, pamphlets and street signs, the protesters were met with threats from people who proposed to join them in order to attack them, prevent their demonstration and, in the most violent cases, throw acid on them in the streets.

The threats are not entirely surprising, but yet another face of a structure that attacks the dignity and life of women. It’s the same structure they protest. So, in the face of explicit and intentional intimidation, how should we respond? With resistance, but not the resistance of weapons and force, but the resistance of care.

SETTING AN EXAMPLE

Being a feminist in Latin America is, more often than not, exactly that: an act of resistance and of personal and collective care. Mexican women set the example by responding to the threats with group protection protocols, sha

Ser feminista en Latinoamérica es, más a menudo que no, exactamente eso, un acto de resistencia y de cuidado propio y colectivo. Being a feminist in Latin America is, more often than not, exactly that: an act of resistance and of personal and collective care.

Cada 8 de marzo, mujeres alrededor del mundo se organizan para salir a las calles, organizar protestas y mostrar al mundo cómo la violencia de género impacta la manera en que vivimos en sociedad. Este año, como siempre, las mujeres en México se juntaron y tomaron la decisión de marchar juntas, esta vez, saliendo a las calles el lunes 9 de marzo y haciendo que su forma de protesta sea mostrar al país cómo se ve un día sin mujeres. Y, como siempre, grupos e individuos se han empezado a manifestar por redes sociales contra la protesta de las mujeres mexicanas, en algunos casos minimizando la lucha, y en otras, atacándola de manera directa.

Pero este año, además, la respuesta de quienes se oponen al 9M es violenta. En redes sociales, panfletos y letreros en las calles, las manifestantes se encuentran con amenazas de personas que proponen juntarse para agredirlas, evitar su manifestación y, ESPAÑOL

en los casos de mayor violencia, lanzar ácido a las mujeres en las calles. Las amenazas, y su segura materialización, no resultan del todo sorpresivas, sino que son una cara más de esa estructura que atenta contra la dignidad y vida de las mujeres, la misma estructura contra la que se sale a marchar. Entonces, ante la intimidación explícita e intencional, ¿cómo responder? Con resistencia, pero no la resistencia de las armas y la fuerza, sino la resistencia del cuidado.

Ser feminista en Latinoamérica es, más a menudo que no, exactamente eso, un acto de resistencia y de cuidado propio y colectivo.

Tenemos, en todo el continente, grupos organizados de mujeres para la defensa personal. We have organized women's selfdefense groups across the continent.

ring tips to protect themselves during attack and escape mechanisms in the event of violence against their lives. This –the most tangible example of the way in which violence against protestors is represented– is a direct reflection of what it means to resist from a position of care. Their strategy was not to find targets and train for violence, but respond inwards and towards the collective.

While this means, in millions of cases, feeling even more vulnerable, this is how we not only keep our integrity intact, but also how we ensure that our struggle is coherent and that it grows. We have organized women's self-defense groups across the continent.

DIFFERENT FORMS OF RESISTANCE

From martial arts, digital security, gas training, and social-emotional skills, we com-

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bat forms of violence against women through safety that spawns from coming together, telling our stories after years of silence, and giving each other tools, real or symbolic, to respond to the fear and paralysis of aggression.

That is, in the end, what the aggressions against feminism seek: to paralyze our revolution. That is why we resist while we keep moving, and are rebellious in caring. We do not learn techniques to attack and harm, but to know our bodies and protect ourselves when vulnerable. We don't learn to stand together to hurt our oppressors but to rebuild a social fabric that allows us to live instead of surviving.

MARCH 18 - 25, 2020 ESPAÑOL

Las mexicanas, muestra de esto, respondieron a las amenazas con un protocolo de protección grupal, tips para protegerse ante un ataque y mecanismos de evasión y huida en eventos de violencia contra sus vidas. Ese, el ejemplo más tangible de la manera en que se representa la violencia contra quienes resisten, es el reflejo directo de lo que implica resistir desde el cuidado. La estrategia de las mujeres mexicanas no es encontrar blancos, formarse para la violencia ni llevar a bordo sus propias preparaciones para cegar o lastimar a los violentos. Ellas responden hacia adentro y hacia el colectivo.

Y aunque esto significa en millones de caso sentirse aún más vulnerable, la realidad es que es así como no sólo mantenemos intacta nuestra integridad, sino cómo garantizamos que nuestra lucha sea coherente y crezca. Tenemos, en todo el continente, grupos organizados de mujeres para la defensa personal. Desde las artes marciales, la seguridad digital, la preparación de gases de contención y las habilidades socioemocionales, combatimos a las formas de violencia contra la mujer a través de la

Women shout slogans and make a feminist symbol at the end of a street feminist parade to protest during International Women's Day on March 08, 2020 in Madrid, Spain. Photo by Pablo Blazquez Dominguez/Getty Images

Las mujeres gritan eslóganes y hacen un símbolo feminista al final de un desfile feminista callejero para protestar durante el Día Internacional de la Mujer el 8 de marzo de 2020 en Madrid, España. Foto por Pablo Blazquez Dominguez/Getty Images

seguridad que nos brinda juntarnos, contar nuestras historias después de años de silencio, y regalarnos unas a otras herramientas, reales o simbólicas, para responder al miedo y la parálisis de la agresión.

Porque es eso, en últimas, lo que buscan las agresiones al feminismo: paralizar nuestra revolución. Por eso resistimos en movimiento, y somos rebeldes en el cuidado. No aprendemos técnicas para atacar y hacer daño, sino para conocer nuestro cuerpo y protegernos cuando estamos vulnerables. No aprendemos a estar juntas para lastimar a nuestros opresores, sino para reconstruir un tejido social que nos permita vivir en lugar de sobrevivir.

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