Diferentes pero iguales. Historias de Marosa la foca curiosa Por Waldemar Fontes
Marosa la foca curiosa, salió del agua y se arrastró sobre una roca en la playa para observar la actividad de las personas que desembarcaban en la bahía. Su amigo, el pingüino Borravino, nadaba en busca de comida para sus polluelos y en la isla vecina, su pareja, protegía el nido, esperándolo. Rufino, el león marino, estaba nervioso y atento, esperando que las personas terminaran la descarga de sus botes y gruñía de a ratos para recordarles que debían proteger el medio ambiente. A lo lejos, una bandada de gaviotines revoloteaba tratando de ahuyentar a las skúas que se habían acercado demasiado a los nidos. Turín, el gaviotín de colorido plumaje, se acercó hasta donde estaba Marosa, para contarle de su viaje anual hasta el Ártico. -¿Cómo estaban los osos? Preguntó la foca, preocupada por el deshielo y el cambio climático que los estaba afectando. -Estaban un poco flacos, se van adaptando al entorno y algunos piensan en migrar al sur y convertirse en osos pardos. -GRRRR, dijo el león marino. –Qué ni se les ocurra venir por la Antártida. Aquí es la tierra sin osos y no pueden venir.
Copos de Nieve - Nº 57 – Diciembre 2020
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