REVISTA LATINOAMERICANA DE HISTORIA, ARTE Y LITERATURA
Año 8
N°24
Septiembre-Diciembre 2019
2
REVISTA LATINOAMERICANA DE HISTORIA ARTE Y LITERATURA
Antilha publica artículos originales e inéditos.
Editores
El contenido de los artículos y opiniones ex-
América Malbrán Porto
presadas en Antilha son responsabilidad
Enrique Méndez Torres
exclusiva de sus autores.
Ana Igareta
Antilha, Revista Latinoamericana de Historia, Arte y Literatura es una publicación cuatri-
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mestral editada y publicada por el Centro de
América Malbrán Porto
Estudios Sociales y Universitarios America-
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Portada, cenefa y viñeta: Camino a Orizaba, América Malbrán Porto, 2009
3
REVISTA LATINOAMERICANA DE HISTORIA ARTE Y LITERATURA
Comité Editorial Dr. Jorge Angulo Villaseñor
DEA-INAH, México.
Dr. Enrique Tovar Esquivel
INAH, México.
Dra. Lourdes Budar Jiménez
Universidad Veracruzana, México
Dr. Daniel Schávelzon
CAU-UBA, Argentina
Dra. Ana Igareta
UNLP, Argentina.
Mtra. América Malbrán Porto
EAHNM-INAH, México.
Mtro. Alfredo Feria Cuevas
INAH-México.
Antrop. Alejandra Gómez Colorado
INAH, México.
Arqlgo. Enrique Méndez Torres
CESUA, México.
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REVISTA LATINOAMERICANA DE HISTORIA ARTE Y LITERATURA
CONTENIDO Editorial
P. 7
Reflexiones sobre arqueología forense y memoria histórica en Guatemala Byron Francisco Hernández Morales
P. 9
Análisis comparativo de los dioses venusinos en el Códice Dresde maya y los dioses de códices rituales del Altiplano central Ofelia Márquez Huitzil
P. 28
Dichos y refranes alusivos a la cocina mexicana, como ejemplos del folklore nacional Ivon Cristina Encinas Hernández
P. 59
Apuntes sobre un cuento de Borges P. 72
Víctor Ortega León
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REVISTA LATINOAMERICANA DE HISTORIA ARTE Y LITERATURA
EDITORIAL
C
erramos el año con nuestro número 24, en el cual presentamos los siguientes cuatro artículos. En el primer texto, Byron Hernández, desde su experiencia reflexiona en torno a su
labor como arqueólogo forense y lo importante de mantener la memoria histórica en torno a las acciones bélicas llevadas a cabo a finales del siglo pasado en la república de Guatemala. Si bien ésta labor se auxilia de técnicas propias de la Arqueología para la recuperación de evidencia que nos refiere a las acciones por la cual algunos pobladores pasaron, se ha tenido que complementar con otras estrategias para recuperar información que vincule a los familia-
res vivos con los contextos que se llegan encontrar y tratar de evitar que se convierta en una mera actividad de recuperación de cuerpos, per se, y queden almacenados sin ser dignificados. Ofelia Márquez nos hace un análisis comparativo entre códices mayas y del centro de México respecto a la iconografía de deidades símiles que son reconocidas por algunos rasgos y atributos, así a la luz de nueva información y análisis de fuentes documentales de primera mano identifica a los dioses venusinos. Ivon Encinas nos hace un delicioso recuento gastronómico dándonos una probadita a través de los dichos y refranes del folklore mexicano dejándonos con un rico sabor de boca y antojo para, quizás, reflexionar la próxima vez que disfrutemos de nuestra comida mexicana y de otras latitudes valorando la riqueza de una cocina. Por último Víctor Ortega nos habla un poco de ese mundo imaginario creado por Borges, discurriendo sobre una “realidad” en el imaginario uqbariano y el mundo idealista de Tlön. Tal vez uno de los mejores cuentos del literato argentino. Como siempre esperamos que este número cumpla sus expectativas y agradecemos la confianza tanto de lectores como de colegas, a ocho años de haber iniciado.
Los Editores
7
8
CESUA REFLEXIONES SOBRE ARQUEOLOGÍA FORENSE Y MEMORIA HISTORICA EN GUATEMALA Byron Francisco Hernández Morales 1
Introducción
D
espués de 36 años de conflicto armado interno, como se le ha llamado, y 22 años de haberse firmado los Acuerdos de Paz, es evidente la forma en que diferentes entidades y personas individuales obtienen
beneficios de éste cruento pasado en el País.
Se suelen escuchar en los discursos palabras como reivindicación, dignificación de las víctimas, de los sobrevivientes (que no dejan de ser víctimas) y de esto no escapan los profesionales de la Arqueología y Antropología dedicados a las Ciencias Forenses. También es común escuchar que “en Guatemala todo se olvida rápido”, que “no
hay memoria”, que “no se aprende del pasado”, por lo cual, desde la posición y experiencia de las Ciencias Sociales surge la duda ¿Qué hace la Arqueología Forense para propiciar la creación y el fortalecimiento de la memoria histórica a partir de la recuperación de los restos de los caídos en la guerra civil recién pasada?
Como respuesta a esta interrogante se consideran los diferentes actores dentro del proceso de una exhumación, en particular dos, los familiares de las víctimas que se van a exhumar y las asociaciones de apoyo jurídico y social.
1. Arqueólogo por la Escuela de Historia Universidad de San Carlos de Guatemala. Programa de Maestría en Antropología Social CUNOC USAC .
Antilha 8 (24) 2019:9-27 9
CESUA Byron Francisco Hernández Morales
Los datos vertidos en este artículo, son
ver, sin embargo, en Guatemala suele
un extracto de las diferentes vivencias,
asociarse a víctimas mortales (Fig. 1).
observaciones en campo y entrevistas
Por tanto, se puede definir para este en-
semi-estructuradas que han permitido
sayo que la Arqueología Forense puede
generar un panorama general sobre las
entenderse como la aplicación del méto-
situaciones en las cuales se dan los pro-
do arqueológico en procesos de investi-
cesos arqueológicos forenses en el
gación socioculturales con el fin de apor-
País, contrastando el verdadero interés
tar evidencias para la aplicación de justi-
por los factores humanos implícitos en
cia.
dicho proceso y la perspectiva de obtención de algún tipo de beneficio personal
Arqueología Forense en Guatemala
o económico, entre otros.
Hasta la fecha en Guatemala, son aproximadamente 21 años desde que se
Arqueología Forense
efectúan labores de Arqueología Foren-
De forma general puede partirse de una
se, prácticamente el mismo tiempo de
definición breve indicando que la Ar-
que se firmaron los Acuerdos de Paz.
queología es la disciplina antropológica
A partir de entonces, diferentes institu-
que se encarga del estudio de los seres
ciones han trabajado en procesos de
humanos a través de sus restos materia-
exhumación de restos óseos humanos,
les. En este punto vale la pena enfatizar
cadáveres de la guerra civil, sin embar-
en el término forense. Por definición, se
go, son pocas las publicaciones que se
refiere a lo perteneciente al foro, al dere-
conocen sobre estos casos, aunque no
cho o la administración de justicia
específicamente sobre el tema que ata-
(Monreal, 1989:62). Esto no necesaria-
ñe este documento, se tuvieron a la vis-
mente implica la presencia de un cadá-
ta tres publicaciones de la Fundación de
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CESUA Reflexiones sobre arqueología forense y memoria histórica en Guatemala
Fig. 1. Proceso de exhumación en Arqueología Forense. Foto: B. Hernández.
Antropología Forense de Guatemala2:
Forzada en Guatemala (2010).
En materia de memoria histórica, es
Manual de Procedimientos para in-
vestigaciones
bien conocido el trabajo de la ODHAG
Antropológico-Forenses
en Guatemala (2005).
(Oficina de Derechos Humanos del Ar-
Módulo de Capacitación dirigido a
zobispado de Guatemala) y su proyecto
Fiscales del Ministerio Público: Naturale-
REMHI3, sin embargo, no se conocen
za y Persecución Penal de Los Críme-
publicaciones mayores de las institucio-
nes Internacionales Perpetrados Duran-
nes dedicadas de lleno a la Arqueología
te el Conflicto Armado Interno (López, s/
Forense en el país.
f).
Desde la definición misma de la ArqueoPropuesta de Investigación del Des-
logía, se puede observar la importancia
tino Final de Víctimas de Desaparición
y necesidad de la misma en diferentes
2. FAFG de aquí en adelante.
3. Proyecto de Recuperación de la Memoria Histórica.
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CESUA Byron Francisco Hernández Morales
procesos antropológicos y sociales en
que la información revelada por la Ar-
general.
queología y Antropología Forense no es
En el caso guatemalteco, la Arqueología
divulgada, es almacenada en fichas, en
y Antropología forenses están revelando
bodegas y archivos privados por lo cual
acontecimientos que no fueron registra-
¿Cómo es posible evitar que estos he-
dos por la Historia y que son de vital im-
chos vuelvan a ocurrir si la información
portancia para que la sociedad pueda
no se socializa?
recurrir a las lecciones que enseña el pasado y evitar que hechos así ocurran
Memoria Histórica
nuevamente en el futuro (Moscoso,
Memoria histórica no debe confundirse
1993:38) (Fig. 2).
con Historia. La primera se basa en la
Sin embargo, es interesante reparar en
reconstrucción de acontecimientos a
Fig. 2. En Guatemala, Arqueología Forense se asocia directamente a víctimas mortales.
Foto: B. Hernández. Antilha 8 (24) 2019:9-27 12
CESUA Reflexiones sobre arqueología forense y memoria histórica en Guatemala
partir del recuerdo de las personas y no
rial.
siempre son precisos. En contextos del
La Arqueología como una ciencia auxi-
conflicto armado, la relatoría de los so-
liar de la Historia, por tanto a través de
brevivientes es de gran importancia para
la evidencia recuperada en los contextos
la investigación (Fig. 3), reconstruir los
forenses, puede reescribirse la historia,
hechos ante y peri mortem de la víctima,
siempre y cuando estos hallazgos sean
datos particulares como ropa, lesiones,
dados a luz como un procedimiento
complexión, enfermedades, por mencio-
científico de información.
nar algunas. Este tipo de datos se cons-
Por otro lado, la memoria histórica pue-
tituyen en un coadyuvante de la fase ar-
de ser considerada como todos los re-
queológica, para poder realizar un pri-
cuerdos que las personas conservan so-
mer cotejo entre el dato oral y el mate-
bre los hechos del pasado, y no debe
Fig. 3. La memoria de las personas es de vital importancia para la reconstrucción de los hechos y de su propia historia. Foto: B. Hernández. Antilha 8 (24) 2019:9-27 13
CESUA Byron Francisco Hernández Morales
confundirse con la historia, como se dijo
Tomando en consideración la proposi-
líneas atrás, pues la memoria no siem-
ción del autor, y pensando en la canti-
pre, y no necesariamente, va a ser tan
dad de casos de exhumación efectua-
exacta para un individuo y tampoco el
dos, el número de entrevistas realizadas
recuerdo de una persona será totalmen-
por caso y el volumen de hechos ejecu-
te igual al de otros.
tados por año ¿cuánta memoria históri-
Una de las fases de la investigación fo-
ca está enclaustrada entonces en bode-
rense es la entrevista antemortem reali-
gas y almacenes?
zada a sobrevivientes, familiares o testi-
Es de suma importancia la recuperación
gos de los hechos, y es aquí en donde
de la memoria histórica de cada hecho,
puede obtenerse mayor información pa-
pero con la divulgación de cada uno de
ra la construcción de la memoria históri-
estos, se puede fortalecer la memoria
ca de algún caso en particular.
histórica colectiva y con ello la recons-
…consiste en un cuestionario orien-
trucción de la historia misma del País.
tado a reconstruir la biografía osteo-
Eso sería un aporte muy valioso por par-
lógica de la víctima y a recuperar la
te de la Antropología y la Arqueología
memoria histórica del hecho […] Re-
Forense.
gistra el testimonio acerca del fenó-
Un giro importante a esta situación po-
meno que finalmente provocó la
dría darse si se considera a dicho proce-
muerte de la persona, datos del victi-
so
mario, forma de tortura o ejecución
disciplina la Antropología Cultural Foren-
de la víctima, datos sobre el enterra-
se según lo define Mayorga:
de
entrevistas
como
una
sub-
miento, datos sobre las experiencias
Se encarga de auxiliar al psicólogo
posteriores a la masacre y otros
forense en la interpretación de la
(Moscoso, 1999:29).
conducta del victimario tal y como se
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CESUA Reflexiones sobre arqueología forense y memoria histórica en Guatemala
evidencia en el lugar de los hechos o
la evidencia arqueológica con el fin ex-
hallazgo. El objetivo es establecer
clusivo de la identificación de los restos
las características de la personalidad
óseos.
del criminal que servirá para una de-
Con estos datos, se pretende hacer ver
tención rápida. Con los conocimien-
que la Antropología, a través de la Ar-
tos sobre concepciones culturales
queología Forense y los procesos de
sobre la muerte, los rituales funera-
exhumación efectuados en Guatemala,
rios y la muerte en contextos rituales,
son actores importantes y valiosos en la
el especialista puede saber cuando
recuperación de la memoria histórica,
un criminal es organizado o desorga-
pero generalmente se ha dejado de lado
nizado y por qué; tratando de distin-
este interés, si en algún momento exis-
guir las prácticas culturales de los
tió.
desórdenes patológicos (Mayorga,
La afirmación anterior puede tomarse
2014:9).
como agresiva, no obstante, observando
Esto juega un papel preponderante si en
detenida y pragmáticamente todos los
realidad las prácticas antropológicas fo-
procesos en los cuales la Antropología
renses tienen como objetivo el aportar al
Forense se involucra, saltan a la vista
fortalecimiento de la memoria histórica
diferentes intereses, dentro de los que
colectiva la información que los hallaz-
destaca el económico y no solo por par-
gos efectuados en las excavaciones ar-
te de las instituciones que efectúan el
queológicas; sin embargo, por observa-
trabajo directo de la investigación foren-
ciones efectuadas en campo durante los
se pues existen distintas partes implica-
procesos de entrevistas antemortem,
das en todo el transcurso y por lo menos
únicamente se pretende recabar infor-
dos de ellas serán abordadas en este
mación que pueda ser contrastada con
artículo, las asociaciones de acompaña-
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CESUA Byron Francisco Hernández Morales
miento jurídico y las familias de las vícti-
pretende investigar, seguimiento del pro-
mas mortales de la guerra.
ceso en el Ministerio Público, rastreo durante el análisis de los remanentes
Asociaciones
de
óseos recuperados, coordinación con
Acompañamiento
Jurídico
las familias para la inhumación de los
Estas instituciones juegan un papel im-
restos de sus difuntos, entre otros.
portante en el trabajo antropológico fo-
En el país, son muchas las asociaciones
rense (Fig. 4), son estas entidades quie-
de este tipo y prácticamente en todos
nes prestan apoyo a los familiares y so-
los casos han surgido en las mismas co-
brevivientes de la guerra. Puede resu-
munidades afectadas por la guerra, la
mirse en que la ayuda que brindan con-
pregunta es ¿existe algún interés por
siste en atención psicosocial, asesoría
parte de estas instituciones en recuperar
legal para la denuncia del hecho que se
la memoria histórica de su propio pue-
Fig. 4. Las asociaciones de apoyo son el vínculo entre los familiares y los equipos forenses. Foto: B. Hernández Antilha 8 (24) 2019:9-27 16
CESUA Reflexiones sobre arqueología forense y memoria histórica en Guatemala
blo?
pológico forense exponen en muchas
Para dar respuesta a esta interrogante,
partes cuando hablan de “dignificación a
se procedió a plantearle la misma al se-
víctimas”, “es lamentable ver todo esto”,
ñor Fredy Noriega4, quien respondió:
“se contribuye al fortalecimiento del sis-
Parte del trabajo de nuestra institu-
tema de justicia a través de la documen-
ción es promover la memoria históri-
tación y divulgación…”, “apoyo a la so-
ca de Nebaj, nosotros contamos con
ciedad en la reconstrucción de la historia
narraciones de muchas personas pe-
reciente” “búsqueda de justicia”, entre
ro no todas son ciertas, y aparte, se-
otras.
ría bueno contar con la información
Lo que describe Noriega, demuestra
que los forenses obtienen, pero siem-
más un sensacionalismo, con fines polí-
pre se la quedan ellos y dicen que no
ticos y propagandísticos, que pueden
pueden dársela a nadie… a veces
ser enfocados a diferentes objetivos, los
deja en qué pensar la actitud de ellos
cuales podrían orientarse a la obtención
porque solo cuando son casos gran-
de dinero para las operaciones técnicas,
des, de alto impacto aparecen los je-
que, si bien es cierto suelen ser onero-
fes a tomarse fotos con embajadores
sas, utilizar este tipo de acciones para
y la prensa, pero casos pequeños ni
agenciarse de fondos económicos po-
los toman en cuenta (comunicación
dría notarse como una práctica antiética.
personal, 2015).
Cabe recalcar que las instituciones de
Esta versión se consideró importante
apoyo jurídico también muestran algu-
pues contrasta con los discursos que
nos aspectos enfocados a la obtención
instituciones dedicadas al trabajo antro-
de dinero, aunque este no sea cobrado a los familiares. A través de diferentes organizaciones nacionales que financian
4. Representante de la Asociación de Población Desarraigada de Nebaj. Antilha 8 (24) 2019:9-27 17
CESUA Byron Francisco Hernández Morales
estos programas, el personal de dichas
ses se deben a las familias pues sin el
organismos locales subsiste para brindar
interés por recuperar los restos de sus
el servicio adecuado a las familias que lo
difuntos, todo lo que aquí se ha descrito
requieren. Sin embargo, existen algunas
no sería posible (Fig. 5).
diferencias en estos casos, ya que son
No obstante, algunas familias demues-
la primera línea de contacto con las per-
tran ciertos patrones que no concuerdan
sonas, son quienes tienen una primige-
con el discurso de ninguna de las agru-
nia responsabilidad ante las comunida-
paciones ya mencionadas, pues no en
des, responsabilidad en cuanto a facilitar
todos los casos se tiene el verdadero
el proceso de exhumación, mantener
deseo de exhumar a un familiar caído en
informadas a las personas sobre la in-
la guerra (por causas directas o indirec-
vestigación y propiciar las condiciones
tas) para buscar justicia o dignificación.
para las inhumaciones de los restos una
Lo anterior salta a la vista a partir de di-
vez analizados. Su discurso si bien es
ferentes visitas a campo y escuchar a
parecido al ofrecido por profesionales de
los familiares preguntando ¿Con quién
la Antropología Forense, tienen el agra-
tiene que hablar para que se les dé el
vante de ser quienes deben literalmente
dinero del muerto? ¿Cuánto se paga por
poner el rostro de frente a las comunida-
cada muerto? ¿El dinero lo dan en cuan-
des que han depositado su confianza en
to saquen al muerto o cuando lo devuel-
ellos.
van? Al inicio de las exhumaciones, la gente
Las Familias
realmente mostraba interés por recupe-
Juegan un papel preponderante en todo
rar los restos de sus víctimas por dignifi-
el proceso, tanto las asociaciones de
cación, pero ahora es quizá un setenta
apoyo jurídico como los equipos foren-
por ciento que lo hace por dinero. Aun-
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CESUA Reflexiones sobre arqueología forense y memoria histórica en Guatemala
Fig. 5. Los sobrevivientes proporcionan la información esencial del contexto en que ocurrieron los hechos. Foto: B. Hernández.
que este fenómeno se dio progresiva-
do, a la recuperación de la memoria his-
mente, fue cerca del año 2008 que tomó
tórica de su pueblo, de su familia. Aun-
mayor auge (Noriega, comunicación
que no solamente se deba a esto, pues
Personal, 2015).
la pobreza extrema, o muchos otros fac-
Sin embargo, los datos anteriores no ex-
tores pueden empujarlos a recurrir a es-
ponen una estadística nacional, es in-
to, volviéndolo un fenómeno amplio y
teresante ver cómo algunos de los so-
digno de investigarse a profundidad en
brevivientes de la guerra muestran cierta
su momento.
indiferencia ante la misma, pues desde
Ahora bien, ¿podrá ser esta actitud indi-
el momento que su interés es recuperar
ferente un reflejo del desconocimiento
a sus fallecidos por obtener un beneficio
de su pasado? De ser así ¿quién debe-
económico, denota entre otras cosas,
ría propiciar el acceso a dicha informa-
poca importancia a los hechos del pasa-
ción, a esta historia?
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CESUA Reflexiones sobre arqueología forense y memoria histórica en Guatemala
Estas preguntas son generatrices de
que no se ampliará más este punto, úni-
una polémica que no se pretende abor-
camente se pretende enmarcar que las
dar en este artículo, sin embargo es in-
familias no establecen contacto directo
dispensable poner el tema en la mesa
con ningún investigador forense.
para abrir el panorama de la discusión
Una vez conocido el caso por los equi-
que se plantea en este trabajo.
pos forenses, se hace una propuesta de peritos al Ministerio Público para que
Comparación de las Tres Partes
este órgano judicial emita un nombra-
Conociendo a grosso modo la dinámica
miento de cargo y ordene la exhuma-
de cada uno de los tres principales acto-
ción.
res en el proceso de exhumación, se
Posteriormente, ya contando con dicha
puede comprender la dinámica general y
designación, se coordina con las asocia-
sus interacciones.
ciones de apoyo la fecha para efectuar
Una vez claro que son las familias de los
la exhumación y se debe comunicar a
caídos el motor de todo, se comprende
los familiares para que estén presentes
mejor que son las asociaciones de apo-
en esta fase.
yo jurídico las primeras en acceder a la
En general, el contacto que existe entre
información, pues son el contacto directo
familiares y forenses es relativamente
con el Ministerio Público, equipos foren-
poco e indirecto, solamente hacen con-
ses y otras instancias que puedan cola-
tacto al momento de la entrevista ante-
borar en alguna fase.
mortem, inspecciones previas (en el ca-
Son las asociaciones de apoyo quienes
so de haber) y durante la exhumación,
toman la decisión de trabajar con alguno
el mayor acercamiento es con las aso-
de los equipos forenses, los motivos de
ciaciones de apoyo, no se da un vínculo
dichas disposiciones son internas, por lo
más directo que permita la obtención de
Antilha 8 (24) 2019:9-27 20
CESUA Byron Francisco Hernández Morales
datos mayores, enfocados a la recons-
con el manejo de los datos obtenidos de
trucción de la memoria histórica de di-
los mismos familiares, podría decirse
chas familias, mucho menos colectiva.
que únicamente se habla con ellos por-
Lo anterior puede observarse gráfica-
que se hace necesaria la información
mente en la figura 6.
para la identificación, como ya se hizo
Se debe tener presente que el diagrama
mención, no con otros fines.
ejemplifica la comunicación entre las
La posición de algunos grupos forenses,
partes, pero esto no implica necesaria-
que por ética profesional no se mencio-
mente que exista flujo de información
narán los nombres, es que la informa-
enfocada a un trabajo conjunto de recu-
ción es de uso legal, por tanto, si las fa-
peración de memoria histórica, existe un
milias quieren o necesitan saber algo,
hermetismo por parte de los forenses
que se acerquen al Ministerio Público a tramitar dicha información; si se necesita llevar un proceso legal, que sea el mismo ente estatal mencionado que se encargue de dar seguimiento y que las familias vean si quieren justicia o no, en sus respectivos casos. Por ende, la posición de los forenses estaría un poco alejada de su discurso enfocado a las familias, pues su colaboración siempre es a través de intermediarios.
Fig. 6. Diagrama de flujo de la comunicación entre instituciones en un proceso de investigación antropológico forense. B. Hernández.
Comentarios Finales Con el panorama más claro, se puede
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CESUA Reflexiones sobre arqueología forense y memoria histórica en Guatemala
observar un fenómeno bastante marca-
Lo vertido con anterioridad pone de ma-
do en el proceso de exhumación de víc-
nifiesto que en un principio instituciones
timas de la guerra.
dedicadas a estas investigaciones, te-
Es lamentable observar la forma en que
nían la visión de ayudar verdaderamente
muchas personas han vuelto un negocio
a los más golpeados por más de 30
la muerte misma de sus allegados y fa-
años de combate, sin embargo, lo ob-
miliares, pues siendo los sobrevivientes
servado en campo refleja una realidad
el motor de todo el sistema integrado ya
muy distinta.
mencionado, desde allí se da la pauta
Se mencionaron algunas frases caracte-
para que no se considere la posibilidad
rísticas en los discursos de algunas ins-
de una verdadera construcción de me-
tituciones, las cuales re-victimizan a los
moria histórica.
sobrevivientes, a los grupos familiares,
Desde el inicio se planteó para este ar-
tomando una actitud a veces paternalis-
tículo la Arqueología Forense como par-
ta.
te medular, por tanto, independiente-
Si bien es cierto que las investigaciones
mente de las razones que tenga cada
forenses no captan fondos por parte de
persona para exhumar los restos morta-
las familias, se debe propiciar una base
les de sus allegados, se deben apreciar
económica para sufragar los costos de
las causas reales que empujan a la Ar-
operación, pero es necesario considerar
queología a ejecutar las investigaciones,
la forma en que se procuran estos fon-
que bien pueden ser una fuente de em-
dos, generalmente es como se mencio-
pleo, la manera de obtener dinero a cos-
nó en el párrafo anterior, vendiendo la
ta del sentir de los demás, en este caso
idea a organizaciones extranjeras, em-
de los sobrevivientes, protagonismo, en-
bajadas y obras sociales de que todo
tre otras.
esto es por y para las víctimas, pero la
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CESUA Byron Francisco Hernández Morales
realidad muestra una verdad más dura.
recurso económico en las esferas más
Los donantes de esos millones nunca
bajas (organizacionalmente hablando)
están presentes en el trabajo forense,
de estas asociaciones que trabajan en el
posiblemente harán una visita a las se-
fortalecimiento de los derechos huma-
des de las instituciones y a los sitios de
nos.
excavación, para lo cual se suele prepa-
La Arqueología Forense juega un papel
rar una “exhumación a la carta”, como
preponderante en toda la investigación
dice en términos coloquiales a nivel ge-
ya que debe cuidar todos los remanen-
neral el personal de FAFG.
tes asociados a la escena pues el míni-
Es muy evidente que los discursos políti-
mo error repercute en dificultad de análi-
cos de las instituciones son orientados
sis posterior y mala interpretación de los
para fines económicos, lamentablemen-
hallazgos. Es esta parte sumamente va-
te el dinero no siempre es canalizado a
liosa dado a que se trabaja con la evi-
las investigaciones, sino a mantener el
dencia de los hechos, se puede demos-
status de vida del personal de alto rango
trar materialmente un acontecimiento
dentro de los grupos forenses pues
pasado. Sin embargo, por lo visto en di-
mientras el discurso venda, las personas
ferentes exhumaciones a lo largo del
sobrevivientes y víctimas mortales se-
País, la Arqueología se reduce a la recu-
guirán sirviendo de escudo político, es
peración y documentación de los hallaz-
posible seguir aplicando a proyectos de
gos, a un mero inventario.
financiamiento. Ante esto, se considera
Considerando que la Arqueología Foren-
muy importante para una posible amplia-
se tiene literalmente en sus manos el
ción del presente trabajo, acercarse al
testimonio material de un hecho, es
personal interno de cada grupo forense
plausible por medio de ésta un aporte
y observar de qué forma se maneja el
muy importante a la construcción de la
Antilha 8 (24) 2019:9-27 23
CESUA Reflexiones sobre arqueología forense y memoria histórica en Guatemala
memoria histórica, y de la Historia mis-
La Arqueología Forense como protago-
ma pues aunque ambas van de la mano,
nista esencial en el proceso de recupera-
son concepciones teóricas diferentes; “la
ción de la memoria histórica, tiene que
memoria de los pueblos y las personas
plantearse la posibilidad de propiciar los
se construye a partir del recuerdo de su-
espacios académicos, una verdadera di-
cesos, esencialmente aquellos que mar-
vulgación de la información recuperada
can etapas de sus historias” (Martínez,
en campo para un apoyo real a la socie-
2009:17). Por tanto la Arqueología juega
dad, una franca contribución a los proce-
un doble papel de importancia.
sos de justicia, pues una circulación am-
La Arqueología como Ciencia Social, de-
plia de los testimonios reforzados en las
be tener plenamente claro que el recu-
evidencias materiales, propician una am-
perar restos óseos humanos no debe
pliación al conocimiento de la historia de
ser un simple trabajo de “saca huesos”,
los pueblos y de un país completo.
y más claro aún lo deben tener los gru-
No es concebible una investigación con
pos dedicados a las Ciencias Forenses
el apellido “científica” como muchos pro-
en contextos de la guerra pues es inau-
mulgan, cuando la información se acapa-
dita la forma en que el discurso discrepa
ra, embodega u olvida. Cada uno de los
de la práctica, no existe coherencia labo-
arqueólogos y antropólogos que se en-
ral y de vida. Es vital el aporte arqueoló-
cuentran en el medio deberían ser perso-
gico forense a la construcción de la me-
nas con la visión de exponer y dar a luz
moria histórica desde el momento en
los resultados de las investigaciones,
que se concibe la memoria individual y
más obligación aún tiene cada entidad
colectiva como un medio en que se fun-
que alberga a este personal.
damenta la identidad de los pueblos
La Ciencia tiene su razón de ser en
(ídem.).
cuanto los resultados son funcionales y
Antilha 8 (24) 2019:9-27 24
CESUA Byron Francisco Hernández Morales
provechosos para la humanidad y los
de osamentas recuperadas, eso justifica
resultados se den a conocer al público
las donaciones económicas, lo que vie-
en general.
ne a cobrar sentido si se vuelve a leer la
Las alocuciones ya mencionadas en el
relatoría de Noriega en donde refiere
texto deben de llevarse a la práctica, no
que ahora se buscan casos grandes, de
ser relatos repetitivos que se lanzan al
alto impacto, con numerosas osamen-
público nacional y extranjero solamente
tas, no hechos en donde existen pocas
por la obtención de dinero para mante-
víctimas (Noriega, comunicación perso-
ner un modo de vida (de algunos) mien-
nal, 2015).
tras a las comunidades y las familias se
La Arqueología entonces ¿se está trans-
les tiene como meros informantes y co-
formando en una técnica de producción
laboradores. Los grupos forenses, y por
mercantil en donde se deben mantener
ende la Arqueología desarrollada dentro
los estándares de producción para justi-
de estos lineamientos, solamente son un
ficar la inversión?
engranaje en un sistema mecánico im-
Lo anterior causa que en los almacenes
pulsado por las víctimas.
o bodegas de las instituciones exista
Otro dato de interés y que va de la mano
gran cantidad de osamentas sin poder
con el discurso propagandístico con fi-
ser identificadas, o acumuladas durante
nes de obtención económica, es el exhu-
años esperando turno para ser analiza-
mar victimas a granel, fenómeno bien
das en los laboratorios, por tanto, el
marcado en el medio. Lamentablemente,
tiempo que toma una osamenta en vol-
algunos financistas como en todo pro-
ver con sus familiares es impredecible.
yecto, otorgan el dinero a los equipos y
En resumen, “sacar” osamentas en ma-
a cambio piden ver resultados. En el ca-
sa para justificar dinero y con eso au-
so forense, los resultados son el número
mentar la probabilidad de que nueva-
Antilha 8 (24) 2019:9-27 25
CESUA Reflexiones sobre arqueología forense y memoria histórica en Guatemala
mente se obtenga otra suma, no es dig-
2015).
nificar a las víctimas de la guerra. En-
Para finalizar solo se agrega, que la Ar-
contrar una víctima enterrada como XX5
queología Forense que en algún momen-
y devolverla a las comunidades (en el
to contó con un verdadero sentido social,
mejor de los casos) o mantenerla alma-
lo ha perdido a medida que la guerra se
cenada de la misma forma en que se
ha visto como una fuente de enriqueci-
encontró (XX), tampoco es dignificación.
miento para unos cuantos y una forma
Recuperar restos óseos y devolverlos a
indirecta de aprovecharse de las vícti-
su lugar de origen muchos años des-
mas.
pués cuando ya los familiares han muer-
A pesar de todo, es indispensable reto-
to, no es apoyar al proceso de justicia ni
mar el verdadero sentido de la Ciencia y
fortalecimiento de derechos humanos.
la Arqueología Forense en específico,
Yo conozco unas personas que que-
pues no solamente es un trabajo técnico
rían sacar a sus víctimas y los foren-
para excavar, es una disciplina que en
ses se los llevaron, y primero se mu-
realidad puede fortalecer procesos de
rieron sus familias y nunca los vol-
justicia, derechos humanos, dignificar a
vieron a ver… es triste porque al
las víctimas y más aun, por lo expuesto
menos antes las familias sabían
en este trabajo, dignificarse a sí misma
dónde estaba su muerto, pero lo sa-
en cuanto sus hallazgos sean realmente
caron y se lo llevaron a Guatemala y
útiles a la sociedad guatemalteca en ge-
nunca volvieron, es como que los
neral.
hubieran
desaparecido
también
(María Brito, comunicación personal,
Bibliografía Fundación de Antropología Forense de Guatemala 2005 Manual de Procedimientos para investigaciones Antropológico-
5. Se denomina XX cuando no se conoce su identidad. Antilha 8 (24) 2019:9-27 26
CESUA Byron Francisco Hernández Morales
mado y sus causas de muerte en la cabecera departamental de Huehuetenango. Tesis de Grado Presentada a la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad Rafael Landívar. Guatemala.
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Monreal, José Luis 1989 Diccionario Enciclopédico Océano. Tomo II. Barcelona, España. Editorial OCEANO.
López, Fernando S.F. Módulo de Capacitación dirigido a Fiscales del Ministerio Público: Naturaleza y Persecución Penal de Los Crímenes Internacionales Perpetrados Durante el Conflicto Armado Interno. Fundación de Antropología Forense de Guatemala. Guatemala. Fundación Soros.
Moscoso, Fernando 1993 “Contribuciones de la arqueología y antropología forense a la evolución del sistema legal en Guatemala” en VII Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala 1993, J.P. Laporte y H. Escobedo (Eds.), Guatemala. Museo Nacional de Arqueología y Etnología. Pp. 3438.
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1999
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Mayorga, Aníbal 2014 La Antropología Forense en la identificación de víctimas del conflicto arAntilha 9 (24) 2019:9-27 27
CESUA ANÁLISIS COMPARATIVO DE LOS DIOSES VENUSINOS EN EL CÓDICE DRESDE MAYA Y LOS DIOSES DE CÓDICES RITUALES DEL ALTIPLANO CENTRAL Ofelia Márquez Huitzil 1 La historia común y las historias particulares de cada uno de los pueblos mesoamericanos actuaron dialécticamente para formar una cosmovisión mesoamericana rica en expresiones regionales y locales... (Alfredo López Austin, 1998:31).
Introducción
E
s necesario un estudio comparativo iconográfico entre los dioses venusinos
en el Códice Dresde maya y los dioses de códices rituales del Altiplano central, ya que por disímbolas que parezcan las culturas a las que pertenecen,
tienen rasgos comunes que hay que buscar con detenimiento, tanto en dicha iconografía como en la mecánica calendárica y/o numerológica de ambas. El análisis cuidadoso de estos elementos, puede aportarnos conocimientos complementarios en el
estudio de ambas. Lectura de las tablas venusinas en las láminas 46 a 50 del Códice Dresde En la sección de las láminas 46 a 50 del Códice Dresde (1930), en el extremo superior izquierdo, vemos desglosados 13 ciclos venusinos de 584 días cada uno, organi-
zados en líneas que siguen una lectura de izquierda a derecha, de 4 signos, que distan entre sí: 236 días hacia el primero de ellos que viene de la lámina anterior, entre el primero y el segundo, 90 días; del segundo al tercero: 250 y del tercero al cuarto, 8
1. Doctora en Estudios Mesoamericanos, Universidad Nacional Autónoma de México. Profesora investigadora del Centro de Estudios Sociales y Universitarios Americanos S.C. (CESUA), México. Antilha 8 (24) 2019: 28-58 28
CESUA Ofelia Márquez Huitzil
días. Distancias de días que correspon-
5 x 584 = 2920 = 8 x 365
derían a los periodos en que Venus se
De esta manera, el total de las 13 líneas
observa, primero: como estrella de la
multiplicadas por las 5 láminas nos dará
mañana, luego de su conjunción inferior;
un total de 37960 días correspondientes
segundo: días de la desaparición de Ve-
a 65 ciclos venusinos, y también a 104
nus en la conjunción superior detrás del
años solares:
astro solar; tercero: cuando Venus re-
13 x 2920 = 37960 = 65 x 584 = 104 x
aparece como estrella de la tarde, luego
365
de su conjunción superior, y cuarto:
Estos mismos números expresados en
cuando Venus desaparece en la conjun-
cuenta larga, por medio de columnas de
ción inferior, delante del astro solar (Fig.
barras y puntos los vemos en la parte
1).
inferior izquierda de cada lámina (Fig.
Del signo 1 Ahau con el que empeza-
2).
mos en el extremo inferior derecho de la
Los números 236, 90, 250 y 8, abstraí-
lámina 50, llegamos al 3 Cib de la lámi-
dos del ciclo sinódico de Venus de 584
na 46, y de éste al 2 Cimi, después al 5
días (Aveni, 1991:102) se vinculan, al
Cib y, finalizamos en esta línea, de éste
parecer, con ciclos lunares. Por ejem-
al 8 Kan; continuando nuestra lectura en
plo, el número 236, aparece como múlti-
la primera línea de la siguiente lámina,
plo de la variable lunar de 59 días, como
por lo que el total de las primeras líneas
lo demostró E. Siarkiewicz (1995:143,
de las 5 láminas, nos dará un total de
155) para las láminas 18 a 21 del Códi-
2920 días, o 5 ciclos venusinos y que
ce Borgia (Fig. 3).
corresponden a 8 ciclos solares de 365
De manera que:
días:
59 = 29 + 30 = 2 lunaciones
Antilha 9 (24) 2019: 28-58 29
CESUA Análisis comparativo de los dioses venusinos en el códice Dresde
Fig. 1 Detalle de los extremos superior derecho de las láminas 46 a 50 del Códice Dresde (1930), con las distancias de días en las cuatro fases de sus periodos sinódicos. Tabla de la autora.
Antilha 8 (24) 2019: 28-58 30
CESUA Ofelia Márquez Huitzil
Fig. 2 Detalle de los extremos inferior derecho de las láminas 46 a 50 del Códice Dresde (1930), con las distancias de días en las cuatro fases de sus periodos sinódicos, expresados en cuenta larga, mediante columnas de puntos que expresan unidades, y rayas que expresan conjuntos de 5 unidades. Tabla de la autora.
Fig. 3. Láminas 18 a 21 del Códice Borgia, 1898. Tabla de la autora.
Antilha 9 (24) 2019: 28-58 31
CESUA Análisis comparativo de los dioses venusinos en el códice Dresde
59 X 6 = 354 = 12 lunaciones
La variante 146 es aquélla que, al multi-
354 + 10 = 364 (Ciclo computacional)
plicarse con el tonalpohualli refiere 104
364 = 13 x 28 días estudiado por Stanis-
años o 65 ciclos venusinos o 37960 días,
law Iwaniszewski2, probablemente vincu-
y que por otra parte, contiene 2 veces 73
lado al ciclo sideral lunar), múltiplo tam-
días, submúltiplo del año solar vago, es
bién de 7, número importante en los ci-
decir:
clos de 63 días estudiados por Wood
73 x 5 = 365
Cano y Márquez Huitzil (2016).
73 x 260 = 18980 días = 52 años solares
Por otra parte, el número 90 refiere múl-
365 x 52 = 18980 días
tiplos del ciclo de 9, o de los Novenos
El número 8 refiere la cantidad de días
que vemos en el Tonalámatl Aubin
promedio de la Conjunción Inferior de
(1900), Códice Cospi (1988) y Códice
Venus.
Telleriano-Remensis (1899):
También vemos, en las láminas 46 a 50
9 x 10 = 90
del Dresde, en orden progresivo, la suma
9 Ciclos del tonalpohualli o del tzolkin
de los ciclos venusinos, conforme a la
refieren 80 lunaciones ya que:
lectura de las líneas de signos de izquier-
9 x 260 = 2340 = 80 lunaciones = 20 x
da a derecha en el total de las láminas,
117 (4 lunaciones)
hasta sumar los 2920 días, como reflejo
El 250 refiere 8 trecenas: 8 x 13 = 104.
del orden de los signos en líneas que ya
A las 8 trecenas se les añade la variante
explicamos (Fig. 4).
146: 104 + 146 = 250
Dado que el ciclo sinódico de Venus es exactamente de 583.921361 en lugar de 584 días, entre 1924 y 1926, John Tee-
2. Conferencia “Las propiedades numéricas de 364” de Stanislaw Iwaniszewski en el Seminario de Arqueoastronomía, Escuela Nacional de Antropología e Historia, México, sesión del 6 de agosto de 2013.
ple (Teeple en Bricker, 2011:174-176) demostró que el ajuste correspondiente
Antilha 8 (24) 2019: 28-58 32
CESUA Ofelia Márquez Huitzil
Fig. 4. Detalle de las líneas 19 y 10 de las láminas 46 a 50 del Códice Dresde, 1930, en donde se ve la progresión numérica de los ciclos sinódicos venusinos. Tabla de la autora.
de 5 días, cada 104 años o 65 periodos
El quincunce y los ojos trilobulados con
venusinos, aparece en la catorceava lí-
los que se identifica a Venus y que apa-
nea de la última fila en cada lámina (Fig.
recen en la última línea de todas las lá-
5). Así tenemos la presencia de:
minas, es el mismo que lleva Tlahuizcal-
7 Xul en lugar de 3 Xul,
pantecuhtli, el lucero matutino o Venus
6 Kayab en lugar de 2 Kayab,
en el rostro, tal y como se le identifica
0 Yax en lugar de 16 Ch’en,
en el folio 14v del Códice Telleriano Re-
14 Uo en lugar de 10 Uo,
mensis (1899) así como en las láminas
13 Mac en lugar de 10 Mac.
80 a 84 del Códice Vaticano B 3773
Antilha 9 (24) 2019: 28-58 33
CESUA Análisis comparativo de los dioses venusinos en el códice Dresde
Fig. 5. Detalle de las líneas 14 de las láminas 46 a 50 del Códice Dresde, 1930. Tabla de la autora.
(1972) y en las láminas 16, 19, 45, 49,
La segunda columna refiere la 1ª
53 y 54 del Códice Borgia (1898) (Fig.
Visibilidad Venus Vespertino, en
6).
este caso en “14 Zac, la Gran Es-
En las 5 últimas líneas de la Sección de
trella Escorpión manifestó en el
Venus en el Códice Dresde, vemos que
Oeste” (Ídem.), luego de la Conjun-
según la lectura epigráfica de Eric Veláz-
ción Superior.
quez (2016), Venus adquiere diferentes
La tercera columna refiere la Última
posicionamientos respecto de los rum-
Visibilidad Venus Vespertino: “19
bos cósmicos y diferentes nombres (Fig.
Tzec, la Gran Estrella Perro se ma-
7). Así tenemos que, en la lámina 46:
nifestó en el Sur” (Ídem.), es decir,
La primera columna refiere la Últi-
antes de entrar en la Conjunción
ma Visibilidad Venus Matutino en
Inferior.
este caso en “4 Yaxkin, la Gran Es-
La cuarta columna refiere la 1ª Visi-
trella Pavo se manifestó en el Nor-
bilidad Venus Matutino: “7 Xul, la
te” (Ibíd.:62), es decir, antes de en-
Gran Estrella Kiimil se manifestó en
trar en la Conjunción Superior (a
el Este” (Ídem.), es decir, en la 1ª
partir de la fecha 1 Ahau, 13 Mac).
salida heliaca en el Este, luego de la Conjunción Inferior.
Antilha 8 (24) 2019: 28-58 34
CESUA Ofelia Márquez Huitzil
Fig. 6. Detalles del folio 14v del Códice Telleriano Remensis, 1899; de la lámina 81 del Códice Vaticano B, 1972 y 45 del Códice Borgia, 1898.
Fig. 7. Detalle de la lámina 46 del Códice Dresde lectura de las últimas 5 líneas en columnas, 1930. Cuadro de la autora.
Antilha 9 (24) 2019: 28-58 35
CESUA Análisis comparativo de los dioses venusinos en el códice Dresde
Por todo esto, podemos observar que, la
lo Saurio.
Gran Estrella, es decir, Venus, adquiere
En lo que respecta a las láminas 53 y 54
diferentes nombres o personalidades,
del Códice Borgia (op. cit.), con sus dife-
como Pavo, Escorpión, Perro y Kiimil o
rentes rostros, Venus se va identificando
Muerte con un posicionamiento específi-
como: Tlahuizcalpantecuhtli, por el quin-
co en el cielo en la lámina 46.
cunce en el rostro, es el lucero matutino,
En la lámina 47 a la Gran Estrella se le
quien por su pintura facial de dos líneas
llamará: Ave Ahkan (Trueno), Lajun
transversales negras, es simultáneamen-
Chan (Diez Cielo) y Kan Itzamhaab (4
te el Señor del fuego, de la turquesa o
Rocío del Cielo-Cocodrilo-Fibra de He-
Xiuhtecuhtli, Huehuetéotl, con su indu-
nequén).
mentaria de guerra y su quincunce en el
En la lámina 48 se le llamará: K’in Ajaw,
rostro. En la segunda imagen es Tlacate-
Señor Día, Estrella Wak Mitun Ajaw (?),
cólotl, el Señor Tecolote, el Hechicero.
Ix U’ Ajaw (Rostro de Luna).
Después aparece como Perro o Itzcuintli,
En la lámina 49 su primer nombre no ha
enseguida como Conejo o Tochtli, ser
sido identificado, su segundo nombre
vinculado con la Luna y con el pulque. Y
corresponde a Estrella Kiimil, Muerte, le
por último es el Cráneo, asociado con la
sigue Estrella K’awiil, Dios de la riqueza
Luna y con la Muerte (Fig. 8).
y por último Jun Ajaw, Señor 1.
De todo esto lo que ambos códices tie-
En la lámina 50 se le llama Estrella
nen en común es que Venus, en algún
Ahan, Dios del Maíz, Estrella Ha’al Ik’
momento, tiene ésta denominación por el
Mam, Abuelo Materno, Negro de la Llu-
quincunce, de Perro, ser vinculado con el
via, Dios del Inframundo, la Destrucción,
Inframundo; de Luna y de Muerte.
la Riqueza, Estrella Wuk Si’ip (que hace ofensa) y Estrella Itzam Ahyiin, CocodriAntilha 8 (24) 2019: 28-58 36
CESUA Ofelia Márquez Huitzil
Fig. 8. Detalles de las láminas 54 y 53 del Códice Borgia, 1898. Cuadro de la autora.
Las deidades en las láminas 46 a 50
Ahyiin, Cocodrilo Saurio, por Eric Veláz-
del Códice Dresde
quez (op. cit.:62). Porta un tocado con
En la sección de las láminas 46 a 50 de
cabeza de lagarto, en coherencia con el
Códice Dresde (op. cit.), vemos en cada
mes Zip. También lleva el signo de las
una de ellas, en la parte superior dere-
bandas cruzadas que aparece en el
cha, a una deidad sentada, presidiendo
mes Zip, justo en el lugar de la pupila
las otras escenas.
del ojo, así como un incensario con el
Itzam Ahyiin, Cocodrilo. En la parte
signo de las bandas cruzadas, y se en-
superior de la lámina 46 tenemos a un
cuentra sentado sobre una doble banda
Dios anciano con nariz y mentón promi-
celeste con rectángulos entre los que
nentes, identificado como el dios Itzam
distinguimos el quincunce, y nuevamen-
Antilha 9 (24) 2019: 28-58 37
CESUA Análisis comparativo de los dioses venusinos en el códice Dresde
te, el signo de las bandas cruzadas (Fig.
va un tocado posiblemente de lagarto,
9).
pues de acuerdo con los textos jeroglíficos él se llama Itzman Ahyiin “Cocodrilo Saurio” […] […Itzam Ahyiin
Chac Ek’…] ahan (?), yaj ch’e’ enal… yaj ch’ok… “la Gran Estrella Itzam Ahyiin… elotes (?)... sepulcros dolorosos, niños heridos… (Velázquez, op. cit.: 62).
Con respecto al dios Tonacatecuhtli, Señor de nuestra carne, o de nuestro susFig. 9. Detalle de la lámina 46 del Códice Dresde, 1930.
tento, también identificado como el Señor Dos, Ometecuhtli, en el Altiplano central, Sahagún nos dice que:
La cruz de malta, en otros contextos,
refiere los rumbos cósmicos como en la
…conocían y sabían y decían que
lámina 1 del Códice Fejérvary Mayer, o
había doce cielos, donde en el más
en las encrucijadas bajo el pie de IztliTezcatlipoca, en la lámina 2 del mismo códice, y en la de la lámina 28 del Códi-
ce Laud (1966) (Fig. 10). La lectura que Eric Velázquez hace de los glifos que se encuentran arriba del dios dice:
Fig. 10. Detalle de las láminas 1 del Códice Fejérvary Mayer y 28 del Códice Laud, 1966.
Su cuerpo está pintado de azul y lle-
Antilha 8 (24) 2019: 28-58 38
CESUA Ofelia Márquez Huitzil
alto estaba el gran señor y su mujer; al
era quel segno, che appare di notte in
gran señor le llamaban Ometecuhtli
cielo, chiamato dal vulgo, via di santo
que quiere decir dos veces señor, y a
Iacomo (Camino de Santiago), o via
su compañera la llamaban Ome-
lata (Códice Vaticano A o Códice
cíhuatl, que quiere decir dos veces se-
Ríos, láminas 13-14).
ñora, los cuales dos así se llamaban
…lo llamaban Tonacatecotle, y por
para dar a entender que ellos dos se-
otro nombre Citlallatonali, y decían
ñoreaban sobre los doce cielos y so-
que era el signo que aparece de no-
bre la tierra… (Sahagún, 1992:597).
che en el cielo, llamado por el vulgo,
A Tonacatecuhtli lo vemos representado
vía de San Giácomo, o vía láctea
también como a un dios anciano, con un
(Seler, 1980, Vol. I:65).
apéndice anular en el labio superior que
Por lo que al igual que Itzman Ahyiin, el
indica vejez, en la lámina 9 del Códice
Cocodrilo Saurio, se vincula con el cielo
Borgia (op. cit.), coincidentemente, no
(Fig. 11).
sólo vivía en la tierra, como Señor de los Nutrimentos, sino que también regía en
Dios A, Kimil, Dios de la muerte. En la
los 12 cielos. En la descripción que se
parte superior de la lámina 47 del Códi-
hace del dios en las láminas 13 y 14,
ce Dresde (op. cit.), vemos al Dios A
Códice Vaticano A o Códice Ríos, ve-
Kimil, de la Muerte. Lo caracteriza su
mos que se le concibe también como
rostro de cráneo, y su cuerpo encarna-
Citlallatonali, Calor de estrellas, y asi-
do. Su asociación con el cielo es evi-
mismo, Vía Láctea:
dente, ya que se encuentra sentado so-
Chiamavanlo Tonacatecotle, e per un
bre una banda celeste. Porta una sonaja
altro nome Citlallatonali, e dicono che
de calabaza, lleva un yelmo en forma de
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CESUA Análisis comparativo de los dioses venusinos en el códice Dresde
Fig. 11. Detalle de la lámina 13 del Códice Vaticano A o Códice Ríos, y de la lámina 9 del Códice Borgia, 1898.
ciempiés (Velázquez, op. cit.: 64), aunque nosotros pensamos que puede tra-
Fig. 12. Detalle de la lámina 47 del Códice Dresde, 1930.
tarse del cráneo de una danta o tapir. El glifo de Kimil se encuentra junto al glifo de la Gran Estrella Chak Ek, Venus (Fig.
MICTLAN:
12).
In topan in mictan in ilvicac (CF VI:
Estableciendo un paralelo con el dios de
5 […])
la Muerte del Altiplano, Mictlantecuhtli,
Sobre nosotros [en Mictlan, en el
vemos que éste, encuentra su morada
cielo]
en el Inframundo, pero un inframundo
In topan in ilvicac in mictlan (CF VI:
que puede referir tanto los espacios
48)
subterráneos, como los celestes, como
Sobre nosotros [en el cielo, en
muy
Mictlan,]
bien
lo
demuestra
Katarzyna
Mikulska:
Cuix ic itolo in topan in Mitlan in
…el nombre de Mictlan […] aparece
ilhuicatl (CF VI: 141[…])
en una expresión junto con la palabra
Tal vez así fue dicho [arriba de no-
ilhuicatl “cielo”, junto con el locativo
sotros, en Mictlan]…”
topan, por ejemplo:
2008:231).
Antilha 8 (24) 2019: 28-58 40
(Mikulska,
CESUA Ofelia Márquez Huitzil
En un detalle de la lámina 10 del Códice Borbónico (1991), el dios de la muerte porta abanicos y rosetas de papel plegado, elementos que caracterizan también al dios de la Lluvia Tláloc, quien se vincula de manera intrínseca con el cielo y las nubes. También el dios de la muerte tiene el pelo encrespado negro con ojos estelares, como cielo nocturno, justo enfrente de un mástil que tiene en la parte Fig. 13. Detalle de la lámina 10 del Códice Borbónico, 1991.
superior un ojo rodeado por oscuridad encrespada y que caracteriza a la media noche, como yohualnepantla (Fig. 13).
verso (Fig. 14). El Dios N, Pahuatún, Cargador del
En la coronilla lleva una serpiente azul
cosmos, Dios del maíz, es asociado con
de teselas, al igual que Tláloc cuando
Venus. En la parte superior de la lámina
porta un yelmo de serpiente con teselas
48 del Códice Dresde (op. cit.), vemos a
de jade en la lámina 57 del Códice Bor-
este dios del maíz. El glifo del Dios N,
gia (op. cit.), además de que porta en la
está asociado con la Gran Estrella, tiene
mano unas correas también de teselas
4 puntos que refieren los rumbos del uni-
de jade y de turquesa. Por otra parte el Dios N, tiene también, en la coronilla, el signo del año: Tun, de la misma manera
3. Añadimos negritas a las palabras que denotan “arriba”, “sobre”, para topan, “en el cielo”, a la cita y traducción, de Mikulska., 2008.
que Tláloc, dios de la superficie terres-
Antilha 9 (24) 2019: 28-58 41
CESUA Análisis comparativo de los dioses venusinos en el códice Dresde
Fig. 15. Detalles de la lámina 57 del Códice Borgia, de la lámina 48 del Códice Dresde, y de la lámina 38 del Códice Borgia, 1991 .
Caracol, deidad de la Luna en el Altiplano, Ixchel se encuentra sentada en un trono cuyo asiento es una banda celeste y porta un caracol en la mano, aunque
Fig. 14. Detalle de la lámina 48 del Códice Dresde, 1930.
Tecciztécalt puede llevar este último objeto en la frente, en la nuca o muy cerca
tre y de la lluvia en el Altiplano, muestra
de sí (Fig. 17).
en numerosas ocasiones el signo miotli,
Por otra parte, de la misma manera que
trapecio y rayo del año, también en la
la Diosa del Agua terrestre o diosa de la
coronilla, como vemos en un detalle de
Falda de Jade, Chalchiuhtlicue, en la lá-
la lámina 38 del Borgia (op. cit.) (Fig.
mina 11 del Códice Borgia (op. cit.), Ix-
15).
chel porta un penacho o un recipiente
En la siguiente lámina, la 49 del Códice
cónico invertido para plumas, en la cabe-
Dresde (op. cit.), vemos en el panel de
za y una orejera en forma de disco, de la
la parte superior, a la Diosa Ixchel, de la
que parte una correa con una concha
Luna. Su glifo también aparece vincula-
blanca en la punta (Fig. 18). Cabe seña-
do con el de la Estrella Roja, Venus
lar que la diosa Ixchel lleva también una
(Fig. 16).
mancha oscura alrededor de la boca, co-
Al igual que Tecciztécatl, la Persona del
mo la diosa Tlazoltéotl, la Diosa comedo-
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CESUA Ofelia Márquez Huitzil
ra de inmundicias del centro de México, diosa del amor, de los partos y del tejido. Además, Ixchel tiene, por encima del caracol una flor, lo que la vincula, simultáneamente, con la Diosa del amor Xochiquetzal. Si dicha flor es un nenúfar, entonces sería un elemento más que se asociaría con la diosa Chalchiuhtlicue, pues en el folio 263v de los
Fig. 16. Detalle de la lámina 49 del Códice Dresde, 1930.
Primeros Memoriales de Sahagún (León -Portilla, 1958:132), esta diosa tiene dibujado en su escudo un nenúfar hacia abajo. Ixchel resume entonces, varias de las características iconográficas de
Fig. 17. Detalles de las láminas: 49 del Códice Dresde, 1930; 11 del Códice Borgia, 1898; 19r del Códice Telleriano-Remensis, 1899 y 16 del Códice Borbónico, 1991.
algunas deidades femeninas del Altiplano. Hun Ahau Metnal y Ahan, Dios del maíz. En la parte superior de la lámina 50 del Códice Dresde (op. cit.), vemos a dos dioses: uno que se encuentra sobre el trono de banda celeste, que ha sido identificado por Eric Velázquez (op. cit.:70) como el dios Hun Ahau Metnal,
Fig. 18. Detalles de la lámina 11 del Códice Borgia 1898 y 49 del Códice Dresde, 1930. Antilha 9 (24) 2019: 28-58 43
CESUA Análisis comparativo de los dioses venusinos en el códice Dresde
con yelmo en forma de cráneo y man-
como dios de la muerte, se semeja en
chas de putrefacción, como dios de la
gran medida, al dios de la muerte del Al-
muerte, y enfrente de él vemos al dios
tiplano, Mictlantecuhtli, pero, también hay
Ahan, del Maíz, quien porta una mazor-
que señalar un hecho importante, y es
ca de maíz en la cabeza, formando par-
que el cráneo lo porta el dios a manera
te de su rostro (Ídem.). Esta escena está
de yelmo y no como su rostro, como ge-
vinculada a los glifos de los dioses, a su
neralmente se le representa, lo que lo
vez unidos al signo de la Estrella Roja
vincula al lucero del alba del centro de
(Fig. 19).
México, Tlahuizcalpantecuhtli o Venus,
Hun Ahau Metnal, con yelmo en forma
quien también lleva el cráneo a manera
de cráneo y manchas de putrefacción,
de yelmo en la lámina 14v del Códice Telleriano-Remensis (op. cit.). Además de las formas aovadas de la banda alrededor de la cabeza del dios del Altiplano, y el ojo aovado del dios maya en cuestión (Fig. 20). Respecto del Ahan, del Maíz, es muy claro el paralelismo con el dios Cintéotl del maíz en el Altiplano, ya que ambos portan mazorcas de maíz en la cabeza y tienen el rostro atravesado por una línea longitudinal quebrada, aunque distinta en cada caso. Ejemplo de esto lo tenemos en un detalle de la lámina 14 del Códice
Fig. 19. Detalle de la lámina 50 del Códice Dresde, 1930. Cuadro de la autora.
Borgia (op. cit.) (Fig. 21).
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CESUA Ofelia Márquez Huitzil
Fig. 20. Detalles de las láminas 14v del Códice Telleriano-Remensis, 1899 y 50 del Códice Dresde, 1930.
Fig. 21. Detalles de las láminas 50 del Códice Dresde, 1930 y 14 del Códice Borgia, 1899.
Venus lanzando dardos en las lámi-
gún el análisis de Harvey y Victoria Bri-
nas 46 a 50 del Dresde, y sus vícti-
cker (2011:196-198). El dios L es el Se-
mas.
ñor de la riqueza del inframundo, la no-
En las imágenes que aparecen al centro
che y el comercio, mientras que el dios
de las láminas 46 a 50 del Códice Dres-
K, es el dios Kawil, asociado con el re-
de (op. cit.), vemos a los flechadores o a
lámpago, la riqueza, los linajes, la fertili-
Venus lanzando sus dardos y en las
dad. Eric Velázquez traduce la escena
imágenes de la parte inferior de dichas
de la siguiente manera:
láminas tenemos a sus víctimas.
la Gran Estrella Ha’al Ik’Mam se manifestó en el este; [el dios], K’awiil es
La Gran Estrella, el dios L, flecha al
su [víctima] flechada, Luna dolorosa,
dios K. En la parte central de la lámi-
hombres heridos, su anuncio es ri-
na 46, así como en la parte inferior, apa-
queza, elotes (?) dañados, comida
rece representada la Gran Estrella como
enferma (Eric Velázquez, op. cit.:
el dios L, ya que así lo dice el texto se-
62).
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CESUA Análisis comparativo de los dioses venusinos en el códice Dresde
La Gran Estrella, se encuentra en el Es-
ne el rostro negro, como en la lámina 67
te (Fig. 22).
del Borgia (Fig. 23).
El dios L, por ser el dios del comercio
El dios K’awiil al vincularse con el relám-
podría vincularse con el dios Quetzal-
pago y la riqueza podría tener paralelos
cóatl, quien también era dios del comer-
con el dios Tláloc. De hecho, en la lámi-
cio entre los cholultecas. De hecho, éste
na 54 del Borgia (op. cit.), y en la lámina
último aparece con el rostro oscuro y en
10 del Códice Cospi, la nobleza y la ri-
otras ocasiones con barba, como en las
queza son sobre el trono, son flechadas
láminas 40 y 56, del Códice Borgia (op.
por Venus-Tochtli, coincidiendo en las
cit.). También podría semejarse al dios
salidas heliacas de Venus con el signo
Tláloc, cuando éste se encuentra en
Ácatl, Caña, mientras que en el Dresde
contextos de riqueza y abundancia y tie-
(op. cit.), el dios K de la riqueza es flechado por el dios L Ha’al Ik Mam ‘Abuelo Materno, Negro de la Lluvia, en presencia de Itzam Ahyiin (Fig. 24). La Gran Estrella Lajun Chan flecha al tigrillo. En las partes central e inferior
Fig. 23. Detalles de las láminas 46 del Códice Dresde, 1930, y de las láminas 40, 56 y 67 del Códice Borgia, 1899.
Fig. 22. Detalles de la lámina 46 del Códice Dresde, 1930. Cuadro de la autora.
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Fig. 24. Detalles de las láminas 46 del Códice Dresde, 1930; de la lámina 54 del Códice Borgia, 1899, y de la lámina 10 del Códice Cospi 1988.
de la lámina 47, vemos a la Gran Estrella Lajun Chan, así como al tigrillo que Fig. 25. Detalles de la lámina 47 del Códice Dresde, 1930. Cuadro de la autora.
es flechado por ésta. Eric Velázquez traduce la escena de la siguiente manera: …la Gran Estrella Lajun Chan se
la iconografía venusina del Altiplano, ya
manifestó en el este; el gran tigrillo
que tanto en la página 33 del Borgia
es su [víctima] flechada, es el anun-
(op. cit.), como en la 25 del Fejérváry-
cio del dios de las semillas corazo-
Mayer (op. cit.) aparece el ojo trilobula-
nes, señores nagualistas heridos,
do de Venus y que cuelga al frente del
muchos dardos sagrados, espaldas
tocado del dios Lahun Chan en el Dres-
(?) dolidas (Eric Velázquez, op. cit.:
de (op. cit.) (Fig. 26).
65).
En el Borgia (op. cit.), Tezcatlipoca co-
Los glifos indican también que Lajun
mo Señor de la montaña, es atacado
Chan, la Gran Estrella, se encuentra en
por Venus-Tecolotl en la lámina 54;
el Este (Fig. 25).
mientras que el dios ataca el Corazón
Cabe señalar el paralelismo iconográfico
de una montaña que también puede ser
que existe entre estas imágenes y las de
Tepeyollotli, avatar de Tezcatlipoca, en
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CESUA Análisis comparativo de los dioses venusinos en el códice Dresde
dios Ahan. En la parte central e inferior de la lámina 48, vemos a la Gran Estrella Tawizcal, y al dios Ahan quien es flechado por ésta. Eric Velázquez traduce la escena de la siguiente manera: …la Gran Estrella Tawiskal se manifestó en el este, [el dios] Ahan (?)
Fig. 26. Detalles de la lámina 33 del Códice Borgia, 1899; 25 del Códice FejérváryMayer, 1971 y 46 del Códice Dresde, 1930.
es su [víctima] flechada, es el anuncio del oriente en las ciudades, su anuncio es sepulcros de personas (?) (Eric Velázquez, op. cit.:67)4.
la lámina 10 del Códice Cospi (op. cit.). De la misma manera que en el Dresde
Todo esto sucede en el rumbo del Este
(op. cit.), el dios Chac Bolay tigrillo, es
(Fig. 28).
atacado por Venus-Lajun Chac, Diez
El dios Tawizcal, no sólo guarda seme-
Cielo, en presencia del dios A Kimil (Fig.
janza con el dios Tlahuizcalpantecuhtli
27).
por su nombre, sino que también tiene paralelos con otros dos dioses cánidos del Altiplano: Huehuecóyotl, el Coyote
La Gran Estrella Tawizcal flecha al
viejo, dios de la danza y del fuego, y Xólotl, el Monstruo, gemelo de Quetzalcóatl, quien se convierte en Venus Tlahuizcal-
4. Añadimos negritas al texto de Velásquez, ya que queremos destacar la importancia de las referencias al rumbo cósmico del Este, y su vínculo con Venus matutino, como veremos más adelante.
Fig. 27. Detalles de las láminas 47 del Códice Dresde, 1930; de la lámina 54 del Códice Borgia, 1899, y de la lámina 10 del Códice Cospi, 1988. Antilha 8 (24) 2019: 28-58 48
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Fig. 29. Detalles de las láminas 48 del Códice Dresde, 1930; 43 y 10 del Códice Borgia, 1899.
Fig. 28. Detalles de la lámina 47 del Códice Dresde, 1930. Cuadro de la autora.
pantecuhtli. Tiene el hocico claro con
Fig. 30. Detalles de las láminas 48 del Códice Dresde, 1930; 43 y 10 del Códice Borgia, 1899.
colmillos grandes y curvos, como Xólotl caracterizado
como
perro
o
como
Huehuecóyotl (Fig. 29). También porta el oyohualli o xiuhcoyo-
zahualcóyotl en el folio 106r del Códice
nacochtli, orejera u oreja del dios coyote
Ixtlixóchitl (1976), o como que lleva
del fuego, Huehuecóyotl (Fig. 30).
Huehuecóyotl en la lámina 4 del Códice
Tahuizcal tiene también orejas, y oreje-
Borbónico (op. cit.), así como el plumón
ras de coyote, al igual que el danzante
que vemos frente al dios en Dresde y
de Huehuecóyotl en la lámina 64 del Có-
que vemos adornando a Huehuecóyotl
dice Borgia (op. cit.) o como las orejas
también en la lámina 4 del Borbónico
que que lleva en su tocado el rey Ne-
(Fig. 31).
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CESUA Análisis comparativo de los dioses venusinos en el códice Dresde
Gran Estrella Chak Xiwtek, la Tortuga Preciosa es su víctima. En la parte central de la lámina 48, así como en la parte inferior, vemos a la Gran Estrella Chak
Fig. 31. Detalles de las láminas 48 del Códice Dresde, 1930; 64 del Códice Borgia, 1899; 106r del Códice Ixtlixóchitl, 1976 y 4 del Códice Borbónico 1991.
Xiwtek, así como a la Tortuga Preciosa, quien es flechada por aquélla. Velázquez traduce la escena de la siguiente manera:
Tanto en la lámina 9 del Códice Cospi
la Gran Estrella Chak Xiwtek se ma-
(op. cit.), como en la lámina 54 del Bor-
nifestó en el este, la espalda (?) de la
gia (op. cit.), Cintéotl, Dios del Maíz, es
tortuga preciosa es su [víctima] fle-
atacado por Venus-Itzcuintli, Venus-
chada, es el anuncio del [dios so-
Perro. Mientras que en el Dresde (1930)
lar] K’in Ajaw, es el anuncio del [dios
(op. cit.) el dios E, Dios del Maíz es ata-
de
cado por Venus-Tawiscal (Tlahuizcal-
la
abundancia]
K’awiil...
(Velázquez, op. cit.:69)5.
pantecuhtli), en presencia del dios N,
Como señalan Taube y Bade (1991:22)
Itzam Tuun (Fig. 32).
existe una gran semejanza con el dios Xiuhtecuhtli, el Señor de la Turquesa, dios del Fuego en el Altiplano, incluso su nombre parece reminiscencia de: Xiwtek, Chak Xiwtek, Rojo Fuego. También arroja sus dardos en el Este (Fig. 33).
Fig. 32. Detalles de las láminas 48 del Códice Dresde, 1930; de la lámina 54 del Códice Borgia, 1899 y de la lámina 9 del Códice Cospi, 1988.
5. Añadimos negritas al texto de Velázquez ya que nos interesa destacar su vínculo fonético con el dios del Fuego, Xiuhtecuhtli, en el Altiplano.
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Fig. 34. Detalles de las láminas 49 del Códice Dresde, 1930; 69 del Códice Borgia, 1899; 9 del Códice Borbónico, 1991 y 53 del Códice Borgia, 1899.
en la frente al igual del dios del fuego de la lámina 69 del Borgia (Fig. 35). Según Taube y Bade, el vínculo de
Fig. 33. Detalles de la lámina 49 del Códice Dresde, 1930.
Xiuhtecuhtli con Venus tiene un aspecto guerrero, ya que:
Taube y Bade (Ibid.:16) observan que el
…Xiuhtecuhtli […] comparte […], un
vínculo con el dios del fuego y esta re-
importante rol con Tlahuizcalpante-
presentación de Venus es innegable ya
cuhtli, como dios de la guerra. Co-
que lleva la misma pintura facial consis-
mo regente de la trecena 1 Serpien-
tente en dos transversales negras, una a
te, Xiuhtecuhtli es constantemente
la altura de los ojos y otra por debajo de
representado junto con Tlahuizcal-
la nariz hasta la barbilla o cubriendo és-
pantecuhtli en los manuscritos me-
ta. Pintura facial que también porta la
xicanos (Borgia p. 69, Vaticano B,
representación de Venus Tlahuizcalpan-
57). En estas escenas el signo de la
tecuhtli en la lámina 53 del Códice Bor-
guerra atl-tlachinolli está notoria-
gia (op. cit.) (Fig. 34).
mente representado. Seler (1963,
También lleva un ave azul hacia abajo,
2:195) observó que mientras Xiuh-
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CESUA Análisis comparativo de los dioses venusinos en el códice Dresde
sencia de la diosa lunar (Fig. 36). Kaktunal, su víctima es el extranjero. En la parte central de la lámina 50 del Códice Dresde, así como en la parte inferior, vemos a la Gran Estrella Kaktunal, muy semejante al dios del Altiplano Iztla-
Fig. 35. Detalles de las láminas 49 del Códice Dresde, 1930 y 69 del Códice Borgia, 1899.
coliuhqui- Ixquimilli, el cuchillo curvo de los ojos vendados o muertos. Este dios flecha a un ser humano, el extranjero
tecuhtli era un dios de la guerra,
(Fig. 37), Velázquez traduce la escena
Tlahuizcalpantecuhtli simbolizaba
de la siguiente manera citando a Thom-
a los guerreros y a su apoteosis
pson (1972):
después de la vida, en el cielo del
[…] <Iztlacoliuhqui-Ixquimilli>, mani-
Este (Taube y Bade, 1991:13).
festación especial de <Tezcatlipo-
Por otra parte, independientemente del
ca> como señor de los pedernales,
trabajo de Taube y Bade, observamos
del frío, del hielo, de la helada […]
que tanto en la lámina 9 del Códice Cos-
Su augurio dice: k’al[a]j lak’in Kaktu-
pi (op. cit.), como en la lámina 53 del Borgia (op. cit.), Chalchiutlicue diosa del agua terrestre es atacada por Venus-
Xiuhtecuhtli y aparece dentro de un contexto acuático en el que destaca la figuFig. 36. Detalles de las láminas 49 del Códice Dresde, 1930; de la lámina 53 del Códice Borgia, 1899 y de la lámina 9 del Códice Cospi, 1988.
ra de una tortuga. En el Dresde (1930) (op. cit.), el dios Tortuga o anfibio es atacado por el mismo dios bajo la pre-
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frío Itztlacoliuhqui-Ixquimilli Tezcatlipoca son muy claras. Los ojos vendados, los listones cortos terminados en rectángulos negros son evidentes (Fig. 38). En la lámina 54 del Códice Borgia, el conjunto de guerra, escudo y lanzas, es flechado por Venus-Cráneo. Para el Códice Cospi (op. cit.), sería el ataque al jaguar de la lámina 11, el cual, no se encuentra sobre un cerro, sino, sobre un
Fig. 37. Detalles de la lámina 50 del Códice Dresde, 1930. Cuadro de la autora.
campo de cultivo, como si se tratara de un guerrero o de un nagual que viene a
nal Chak Ek’, tz’ul ujul, umu’uk K’uh,
robar la cosecha, es decir, un extranje-
umu’uk tz’ak ajaw, umu’uk Ahan(?),
ro. En ambos códices se trata del último
‘la Gran Estrella Kaktunal se mani-
panel de la sección, coincidiendo con
festó en el este, el extranjero es su
las salidas heliacas de Venus con el
[víctima]
flechada…
(Velázquez,
Ibíd.:70-71)6. Observamos que, en la imagen, las similitudes del dios Kaktunal con el dios del Fig. 38. Detalles de las láminas 50 del Códice Dresde, 1930; 15 y 69 del Códice Borgia, 1899 y 13 del Códice Laud, 1966.
6. Añadimos negritas al texto de Velásquez para enfatizar la presencia de Iztlacoliuhqui-Ixquimilli con la representación del dios vendado en la lámina 50 del Códice Dresde.
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CESUA Análisis comparativo de los dioses venusinos en el códice Dresde
signo Ollin, Movimiento. Al igual que el
Tonacatecuhtli u Ometecuhtli, dios an-
último ataque de Venus por Itzlaco-
ciano, creador de la vida, cuya morada
liuhqui-Ixquimilli, es hacia un extranjero
se encuentra tanto en el contexto terres-
provisto de armas y de escudo en pre-
tre como celeste, y que es regente del
sencia del dios Jun Ajaw y del dios E del
primer signo de los días: Cipactli o Coco-
maíz (Fig. 39).
drilo, refiere un vínculo innegable con el
Conclusiones
dios Itzam Ahyin maya, el Cocodrilo Sau-
Como hemos visto a lo largo del presen-
rio, quien en estas láminas se encuentra
te análisis iconográfico, los vínculos en-
sobre la banda celeste, en el contexto de
tre los dioses mayas y los de la región
las Tablas venusinas del Códice Dresde.
central de México, aunque sutiles y difí-
El dios de la muerte: Mictlantecuhtli, no
ciles de observar al inicio, son innega-
sólo guarda una semejanza directa con
bles. La información que tenernos en
el dios maya Kimil, de la muerte, sino
fuentes y en códices, complementa las
que también al igual que éste, puede te-
propiedades y características que los
ner su morada en el ámbito celeste, co-
dioses poseen. Así, el dios del Altiplano:
mo pudimos deducir a partir del análisis y traducción que hace del Códice Florentino, Katarzyna Mikulska (Códice Florentino en Mikulska,2008:231). De la misma manera, el dios del Altiplano: Tláloc, guarda semejanzas con el Dios N,
Fig. 39. Detalles de las láminas 50 del Códice Dresde, 1930; de la lámina 54 del Códice Borgia, 1899 y de la lámina 11 del Códice Cospi, 1988.
Pahuatún, Cargador del cosmos, dios maya del maíz, quien lleva el signo del año Tun, en la coronilla, al igual que Tláloc porta el miotli, o signo del año, con-
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sistente en un trapecio o rayo, vinculán-
mercio, lo que se denota por sus atuen-
dose con el ciclo agrícola y por lo tanto,
dos con franjas de teselas de jade, el
con el cultivo del maíz. Las diosas del
color negro de sus rostros y la barba
agua, del amor, de la Luna y de la belle-
que caracteriza tanto al dios maya L co-
za, en el Altiplano: Chalchiuhtlicue, Tla-
mo a Quetzalcóatl, siendo este último
zoltétol, Tecciztécatl y Xochiquetzal tie-
dios del comercio entre los cholultecas.
nen muchos elementos en común con la
El dios maya Tawizcal, guarda por su
diosa maya: Ixchel, de la Luna, por lo
nombre, semejanza con el dios del alti-
que dichos elementos, que en esta últi-
plano Tlahuizcalpantecuhtli, Venus, Se-
ma diosa se sintetizan, respecto de las
ñor de la Aurora, además de que tiene
diosas del altiplano se complementan,
paralelos con los dioses: Huehuecóyotl,
se vinculan, y simultáneamente se dife-
el Coyote viejo, dios de la danza y del
rencian, en los conceptos de agua-flor
fuego, y Xólotl, el Monstruo, gemelo de
acuática-amor-fertilidad
Quetzalcóatl, quien se convierte en Ve-
femenina-luna-
ciclos lunares y femeninos-belleza.
nus y puede representarse como perro,
Aunque difieren enormemente, los esti-
de manera que los tres últimos dioses,
los en los que están representados los
tienen el hocico claro con colmillos gran-
dioses del maíz: Cintéotl, del altiplano y
des y curvos. Por otra parte, la Gran Es-
Ahan, maya, ambos llevan mazorcas de
trella Chak Xiwtek guarda enormes se-
maíz en la cabeza y tienen el rostro atra-
mejanzas fonéticas en su nombre, con
vesado por una línea longitudinal. Por
el dios del fuego del altiplano: Xiuhte-
otra parte, los dioses Quetzalcóatl y Tlá-
cuhtli, así como semejanzas iconográfi-
loc se asociarían con el dios maya L,
cas con el mismo dios, como ha sido
Señor de la riqueza, la noche y el co-
plenamente demostrado por Karl Taube
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CESUA Análisis comparativo de los dioses venusinos en el códice Dresde
y Bonnie L. Bade (op. cit.). Finalmente,
Cultura Económica.
cabe destacar que, el dios maya Kaktu-
Códice Borgia 1898 Il manoscrito Messicano Borgiano del Museo Etnográfico della S. Congrefazione di Propaganda Fide. Publicado en Chromophotographi por Le Duc de Loubat. Roma. Stablimento Danese.
nal, aparece con los ojos vendados como el dios del frío del altiplano: Iztlacoliuhqui-Ixquimilli, y actúa como Tlauhizcalpatecuhli el dios venusino de la aurora, en las láminas 54 del Códice Borgia,
Códice Cospi 1988 Calendario messicano 4093 Biblioteca Universitaria de Bolonia. Puebla. Gobierno del Estado de Puebla. Centro Regional de Puebla, INAH-SEP.
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CESUA DICHOS Y REFRANES ALUSIVOS A LA COCINA MEXICANA, COMO EJEMPLOS DEL FOLKLORE NACIONAL Ivon Cristina Encinas Hernández 1
L
os dichos y refranes son expresiones del pueblo, generalmente divertidas y con alguna enseñanza o consejo, y se utilizan comúnmente en el lenguaje popular, siendo parte del folklore y reflejo de nuestra cultura, pues en ellos
están contenidos muchos temas, como la cocina mexicana. A través de este trabajo se ha hecho una recopilación de dichos populares, desde la oralidad, mismos que se han relacionado con la gastronomía para poder analizarlos y acercarnos al folklore y tradición mexicana. Ya que algunos de estos dichos se remontan en el tiempo, inclusive hasta época virreinal. El folklore de un pueblo representa la esencia y cultura del mismo; hablar de folklore es hablar de sentimientos compartidos, de cohesión social, de los rasgos que identifican a una nación y trascienden fronteras. No hay pueblos sin cultura, y por ende, no hay pueblos sin folklore.
La palabra folklore está ligada a las tradiciones de un pueblo. Su etimología viene del inglés, y deriva de folk, que se traduce como pueblo, y lore, saber (Cf. Emrich, 1946; Corso, 1966:153). Con base en lo anterior, el vocablo se refiere al saber del pueblo. El nombre de folklore fue empleado por primera vez por el arqueólogo William J. Thoms (1846), con el que quiso titular el estudio de las tradiciones, leyendas y
supersticiones populares. Este estudio, considerado ciencia, tiene por objeto acopiar o investigar los conocimientos del pueblo en las diversas ramas de la ciencia, de la literatura, usos y costumbres, ritos y creencias, espectáculos y fies-
1. Arqueóloga por la Escuela Nacional de Antropología e Historia, México. Programa de Intercambio, Vinculación, Cooperación Académica y Cultura de la Universidad del Tepeyac. icencinas@gmail.com Antilha 8 (24) 2019: 59-71 59
CESUA Ivon Cristina Encinas Hernández
tas, juegos y técnicas, locuciones,
en un lenguaje mucho más popular que
etc. La antropología social suele em-
el refrán (Real Academia Española,
plear, en vez de folklore, el vocablo
1970:475). No obstante lo anterior, hay
folkways, creado por el norteameri-
frases que pueden ser consideradas de
cano W. G. Sumners (1906), de sig-
ambas formas, por lo que englobo los
nificación más estricta (Salvat Edito-
ejemplos seleccionados como “dichos y
res, 1971:1441).
refranes”. De hecho hay definiciones
Se puede entender que el folklore de un
donde una palabra incluye a la otra, co-
pueblo incluye sus costumbres, tradicio-
mo la que cito a continuación: “Refrán.
nes, arte popular, leyendas, creencias,
Dicho agudo y sentencioso de uso co-
supersticiones, literatura popular, dichos,
mún” (Salvat Editores, 1971:2849).
refranes, adivinanzas, bailes, danzas,
Otra definición de dicho, palabra que
música, canciones y, por supuesto, la
deriva del latín dictus, “decir”, es la si-
gastronomía.
guiente: “Sentencia original de una per-
Por su parte, un “refrán” se refiere a una
sona en una conversación; aforismo po-
frase popular que puede tener rima o
pular. Ocurrencia chistosa y oportuna.
estar estructurada como un verso, y en
Expresión insultante o indecente […]
ocasiones lleva una moraleja o enseñan-
Murmuración, opinión que corre entre la
za, por lo que pueden estar redactados
gente” (ibíd.:1061).
de manera clásica, incluso un poco for-
Los dichos y refranes forman parte de la
mal (Cf. Pérez Botello, 2007; Real Aca-
literatura popular, y, como se verá más
demia Española, 1970:1120). Un “dicho”
adelante, hay fabulosos ejemplos de
es también una frase popular similar al
ellos relacionados con la cocina mexica-
refrán, pero generalmente más graciosa,
na.
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CESUA Dichos y refranes alusivos a la cocina mexicana
Ahora bien, las “tradiciones” son las cos-
meada, alimentada cotidianamente por
tumbres pasadas más arraigadas de los
su tradición cultural, el espíritu nacional
pueblos, y forman parte de la idiosincra-
se revitaliza y se torna fecundo y creador
sia de sus habitantes. Como señala Se-
de historia” (ibíd.:16).
bastián Verti (1991), las tradiciones me-
Partiendo de las definiciones anteriores,
xicanas reflejan el amor a lo nuestro y
presento a continuación, algunos de los
son historias vivientes y comunales, con
dichos y refranes alusivos a la gastrono-
dimensiones humanas, sociales, geo-
mía mexicana, que son parte del folklore
gráficas y temporales que tienen “…la
y el patrimonio intangible de nuestra na-
virtud de amalgamar al hombre presente
ción.
con
“Al que nace para tamal, del cielo le
su
pasado
y
con
su
terru-
ño…” (Verti, 1991:17). Por ello, en total
caen las hojas”
acuerdo con este autor, y amante y de-
Si hay variedad en una delicia culinaria
fensora de lo mexicano, coincido con él,
de México, ¡es en los tamales! Más aún,
en que nuestras tradiciones, hablan por
en la forma de prepararlos, de amarrar-
nuestro entusiasmo, y también son men-
los, de las hojas con que se cubren, y
cionadas en diversos dichos y refranes
hasta en la forma de comerlos. Eso sí,
como “a todo guajolote le llega su Navi-
los tradicionales son de masa de maíz,
dad” o “la Candelaria ha llorado, pero
aunque actualmente hay algunas otras
el invierno no se ha acabado”, y al
pocas versiones que se preparan con
mismo tiempo estas expresiones son
harina de arroz.
parte de un lenguaje popular que tam-
Ejemplos de la variedad de nuestros ta-
bién puede considerarse tradicional al
males son los de pescado, envueltos en
ser una costumbre.
hoja santa que se preparan en el Estado
“Cuando la vida de un pueblo es per-
de Guerrero; las corundas michoacanas,
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CESUA Ivon Cristina Encinas Hernández
de emblemática forma triangular y ata-
del folklore mexicano. Para empezar,
dos con hojas de plátano, papatla o ptla-
como dicen las abuelitas, es pertinente
tanillo; los tamales de ceniza de Jalisco,
poner un “centavito de cobre” al fondo
preparados con frijoles colorados; el
de la olla, ya que si se termina el agua
enorme zacahuil de la huasteca; y los
de ésta, la monedita de ligero peso co-
esponjosos tamales de dulce con pasas
menzará a brincar, avisando con ello del
y de color rosa envuelto en hojas de
hecho a la cocinera o cocinero. Y como
maíz, típicos de la Ciudad de México,
los tamales son cosa laboriosa, se sue-
que bien pueden ir fritos y dentro de un
len hacer en familia, entre comadres o
bolillo transformándose en una guajo-
amistades, pero cuidado, nada de eno-
lota.
jarse con nadie, o los tamales no queda-
La palabra tamal deriva del náhuatl ta-
rán buenos. Ahora bien, que si se quie-
malli, y significa “envuelto”. Ya en el si-
ren tomar medidas precautorias, hay
glo XVI Fray Alonso de Molina, en su
que bailarles, y bien sonrientes, y de pa-
diccionario del Nahuatl define: “tamalli,
so conviene también rezarle a San Pas-
pan de mayz [Sic] embuelto [Sic] en ho-
cualito Bailón, y pedirle que nadie les
jas y cocido en olla” (Molina, 1992:91).
eche “mal de ojo”.
Hoy en día se cuecen generalmente en
Cabe agregar que, dulces o salados,
unas altas vaporeras de aluminio o ace-
son deliciosos, pero eso sí “que no te
ro inoxidable conocidas incluso como
hagan de chivo los tamales”, porque
“ollas tamaleras”, y hay muchas costum-
las traiciones no se perdonan. Y recuer-
bres, creencias y supersticiones en torno
da que el maridaje perfecto para un ta-
a su preparación, lo cual, como se men-
mal, es con un atole; pero cuidado nue-
cionó anteriormente, también es parte
vamente “no te vayan a dar atole con el
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CESUA Dichos y refranes alusivos a la cocina mexicana
dedo”.
son, de forma clara, y el chocolate debe
Los atoles son una bebida muy mexica-
quedar espeso, con espuma, que se an-
na que se consume caliente, sobre todo
toje también. Ambos, atole y chocolate,
en los desayunos y meriendas. General-
deben quedar excelsos. Dicen por ahí
mente son dulces, aunque también hay
que “si como lo mueve lo bate, a qué rico
versiones saladas y picantes, como el
chocolate”, o que “con la que entien-
chileatole típico de Huamantla, en Tlax-
de de atole, escoba y metate, con esa
cala. Se preparan con un espesante co-
cásate”, y no nos enojemos con lo de
mo la masa de maíz, aunque también
la escoba, mejor entendamos que tam-
hay variedad en este necesario ingre-
bién sirve para hacer entender al que
diente. Por ejemplo, en la Sierra Gorda
nos hace enojar y bien que le gusta lo
de Querétaro, se hace un riquísimo ato-
que cocinamos.
le de teja, que lleva semilla de girasol
El chocolate y la misma palabra chocola-
molida, y se endulza con piloncillo. Y si
te, de origen náhuatl, xocolatl, son una
al leer esta descripción no tuviste una
herencia que salió de México para tras-
reacción sublime y el antojo inmediato
cender fronteras.
de probarlo, seguramente es porque
Si bien no es de origen mexicano, sino
“tienes atole en las venas”, o porque
centro y sudamericano, fue de nuestro
no has bebido delicia similar y no sabes
país de donde partió rumbo a Europa,
de lo que te pierdes. Para mí, “más vale
continente al que llegó para quedarse.
atole con risas, que chocolate con
El árbol del cacao se cultiva desde el
lágrimas”, a menos que estén “las
siglo VII y es originario de América
cosas claras, y el chocolate espeso”,
Central y del Sur. Su nombre científi-
porque así somos los mexicanos, direc-
co es Theobroma cacao, que signifi-
tos. Las cosas se deben decir como
ca <alimento de los dioses> […] La
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CESUA Ivon Cristina Encinas Hernández
espuma, considerada la parte más
¡Ni qué decir de nuestros utensilios!.
sabrosa del brebaje, la conseguían
Aquella olla única en la que el arroz no
vertiéndolo desde cierta altura en un
se nos pega. Recuerdo con gran cariño
recipiente (Doeser, 2005:4).
a mi abuela Esperanza, que no prepara-
Como también señala Pierre Hermé:
ba el bacalao navideño si no era en su
…no hay buen chocolate sin espu-
enorme cazuela de barro, y cuidadito y
ma. Los colonos españoles, que ha-
metieras mano, y menos con una cu-
bían aprendido bien este precepto,
chara que no fuera de madera. Este di-
crearon en México las primeras cho-
cho representa en gran medida la im-
colateras, unos recipientes de cerá-
portancia que damos los mexicanos a
mica provistos de una tapa de ma-
nuestros guisos, porque “lo que bien sa-
dera con un agujero por el que se
be en la boca, arrulla el alma” (Cf. Ya-
pasaba el molinillo o espumador, y
no, 2012). Eso sí, aunque seas un gran
se obtenían las tan apreciadas bur-
y bendecido cocinero, y como al que na-
bujas (Hermé, 2007:16).
ció para tamal, del cielo te caigan las
Ese fue el espeso y espumeante choco-
hojas, nada de que “te expandes como
late que en palabras de Hermé, hechizó
verdolaga” acaparando toda la coci-
a las cortes europeas.
na y sin permitir alguna ayuda o aceptar algún consejo, hay que conservar la hu-
“Entre muchos cocineros, echan a
mildad, pues “¡al mejor chango, se le
perder el caldo”
cae el zapote!”.
¡Oh sí! Los cocineros mexicanos somos
Si algo hay en el sureste mexicano, son
celosos de nuestra cocina y de nuestras
changos y zapotes; monos araña parti-
recetas. Cada familia tiene su sazón, y
cularmente, y en cuanto a los zapotes,
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CESUA Dichos y refranes alusivos a la cocina mexicana
los hay de muchos tipos: negro, blanco,
El zapote era consumido y muy aprecia-
amarillo, borracho.
do desde el México prehispánico. Su
En su diccionario de aztequismos,
nombre viene del náhuatl “tzopelic”, que
Luis Cabrera enlista 39 plantas de
quiere decir dulce.
zapote, entre ellas el zapote de abe-
De acuerdo con Rémi Siméon, otra de
jas, el de agua, el amarillo, el de
sus varias especies es el “…chiczapotl
ave, el zapote blanco, el zapote bo-
(chicozapote), del que se extrae una sus-
bo, el zapote borracho, el cimarrón,
tancia llamada tzictli o chictli <chicle>,
el dormilón, el negro, el zapote de
que los niños y las mujeres tienen la cos-
niño, el zapote prieto, el reventador
tumbre de mascar” (Siméon, 1977/2006:
o reventón, el zapote calavera y el
725).
culebra, el zapote grande y el zapo-
Pero volvamos al refrán, que si bien
te perro. Con el tiempo, el zapote
menciona al zapote, habla de manera
negro (Dyospyros ebenaster), un
popular de qué aún siendo muy buenos
fruto suave y dulce que crece en
en algo, podemos cometer un error.
climas cálidos, de frágil cáscara ver-
Otros dichos similares son: “Del plato a
de y pulpa negra, se combinó con la
la boca, a veces se cae la sopa”, refi-
naranja –cuya siembra se atribuye a
riéndose a que por muy segura que nos
Bernal Díaz del Castillo-, el azúcar y
parezca una situación o acción, algo
el ron para formar un postre de gran
puede pasar. Bien dice otro refrán de ín-
deleite (Salinas, 2000:13).
dole similar, que “al mejor cazador, se le
Como puede apreciarse, tenemos zapo-
va la liebre”, sí, esas liebres que tam-
tes “¡para dar y regalar!”. Todos ellos
bién se comen y en mixiote son delicio-
deliciosos.
sas, pero hay que tener cuidado si las compras en el mercado, ojo, decimos los
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CESUA Ivon Cristina Encinas Hernández
mexicanos “que no te den gato por lie-
está dando frutos, pero así es a veces la
bre”; por eso los conocedores com-
vida, y más cuando se te antojan unas
pran los animales a los que en las carni-
tunas con chile piquín, “chiquito pero
cerías les dejan las patas con un poquito
picoso”, y como la temporada de esta
de pelo, para garantizar que se trata del
fresca y jugosa fruta empieza en los ca-
animal que pediste, y bien, esa patita de
lurosos meses de junio y junio, pues “las
liebre o conejo, también se usa como
calabazas se acomodan con la carre-
adorno o amuleto para la buena suerte:
ta andando”, y hablando de caldito y
otro ejemplo del folklore.
calabaza, pues “a darle que es mole de
“Al nopal lo van a ver solo cuando tie-
olla”.
ne tunas”
Este último es un dicho por demás en-
Y para nopaleras, las de Milpa Alta, ¡que
cantador, que se refiere a hacer las co-
paisaje más hermoso! Del náhuatl nopa-
sas con esmero, que bien “valen la pe-
lli, esta planta la tenemos en nuestro es-
na”. Y ¿cómo no?, si el mole de olla es
cudo nacional, en nuestra mesa y hasta
un platillo suculento, común en el centro
en la frente, dicen algunos de poco seso
de México. ¿O será que “el que hambre
con afán de ofendernos, y por supuesto
tiene en pan piensa”?, es que es bue-
sin entender que tanto la planta como
nísimo, “se me hace agua la boca”, “ay
sus frutos, las tunas y los xoconostles,
mamá que pan tan duro, y yo que ni
han alimentado a nuestros ancestros y
dientes tengo” . Un solo plato de este
lo siguen haciendo. Ir en verano a la Fe-
molito y “barriga llena y corazón conten-
ria de la Tuna en Teotihuacán es encon-
to”. Está “para chuparse los dedos”.
trarnos con nuestras raíces, aunque
Se prepara con vegetales frescos de las
bueno, sí, suena como ir justo cuando
milpas, como ejotes, calabacitas y elo-
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CESUA Dichos y refranes alusivos a la cocina mexicana
tes; además se agregan al caldo chiles
“No se puede chiflar y comer pinole”
pasilla, epazote y xoconostles, que le
Este alimento en polvo se prepara con
dan un sabor único. Y todos estos ingre-
maíz tostado y molido, al cual se puede
dientes tienen siglos en la cocina nacio-
agregar azúcar e incluso canela.
nal, pues son consumidos desde la épo-
“…el maíz se puede tostar, moler fina-
ca prehispánica. Eso sí, el caldo de res
mente y el resultado es el pinole, cuyo
fue agregado en la época virreinal, pues
consumo puede ser en polvo o diluido en
este animal, junto con muchos otros, fue
agua fresca (pues con agua caliente se-
traído por los europeos. Y para probar
ría un atole). De esta última manera se
este platillo y vivir la vida sin arrepenti-
obtiene lo que se ha llamado un alimento
mientos, les aviso que “a cada uno le
-bebida instantáneo y fácil de preparar,
toca escoger, la cuchara con que ha-
antepasado lejano de tantos productos
brá de comer”, y si les toca servir, na-
semejantes de nuestros días. Al pinole
da de “dar el alón y servirse la pechu-
se le puede agregar miel, achiote y ca-
ga”. Está bien que “las penas con pan
cao para obtener una sabrosa bebida lla-
son menos”, y que “a quién le dan
mada
pan que llore”, pero seamos comparti-
pas)” (Vargas, 2014:45).
dos de manera equitativa, sino luego se
Comer pinole solo es toda una experien-
hacen fama de que “el que parte y re-
cia, pues absorbe inmediatamente toda
parte, se queda con la mayor parte”,
la humedad de tu boca, de ahí la frase
y por favor, si alguien no quiere, ya sa-
“el que tiene más saliva, traga más pi-
be: “agua que no has de beber, déjala
nole”, pero regresando al dicho ante-
correr”, así “entre menos burros, mas
rior, ya no digamos chiflar, ni hablar se
olotes”, como es, “al pan, pan, y al
puede sin que parte de él salga expulsa-
vino, vino”.
do involuntariamente. Y para el que diga
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tascalate
(típica
de
Chia-
CESUA Ivon Cristina Encinas Hernández
que sí es posible, le anticipo como res-
ño, maíz dulce, conejo, tepecintle,
puesta que “de lengua me como un ta-
zapalote chico, zapalote grande, bo-
co”, pues definitivamente no es fácil,
lita, tehua, nal tel, chapalote, etc.
“si no son enchiladas”, decimos los
Sus colores oscilan entre el blanco
mexicanos, refiriéndonos a este otro pla-
lechoso
tillo de sencilla preparación. Total, “el
(coztictlaolli), el rojo (xiuhtotlaolli) y el
que siembra su maíz, que se coma su
negro (yauhtlaolli)” (Barros y Buen-
pinole”.
rostro, 1997:7).
(iztactlaolli),
el
amarillo
No se puede hablar de la cocina tradicional mexicana sin mencionar al maíz,
Somos de maíz, como señala el Popol
pues es la base de infinidad de platillos y
Vuh:
bebidas. Es tan importante que cuando
De Paxil, de Cayalá, así llamados,
no nos queda nada decimos “No hay ni
vinieron las mazorcas amarillas y las
maiz" (así, sin acento, pronunciado
mazorcas blancas.
de manera popular).
Estos son los nombres de los ani-
“De las semillas se cultivan hoy no
males que trajeron la comida: Yac
menos de cuarenta, llamadas razas
(el gato del monte), Utiú (el coyote),
por los botánicos, y de ellas se deri-
Quel (una cotorra vulgarmente lla-
van decenas de variedades y cla-
mada chocoyo) y Hoh (el cuervo).
ses. De los maíces criollos mencio-
Estos cuatro animales les dieron la
naremos algunos: blando de Sono-
noticia de las mazorcas amarillas y
ra, tuxpeño, cacahuacintle, palome-
las mazorcas blancas, les dijeron
ro, toluqueño, serrano de Jalisco,
que fueran a Paxil y les enseñaron
zamorano amarillo, Celaya, chalque-
el camino de Paxil.
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CESUA Dichos y refranes alusivos a la cocina mexicana
Y así encontraron la comida y ésta
de tierra caliente, Actopan…), o su
fue la que entró en la carne del
forma
hombre creado, del hombre forma-
bra)” (Carrillo, 1998:29).
(cacahuate,
ojo
de
ca-
do; ésta fue su sangre, de ésta se
Todos nuestros frijoles son gran fuente
hizo la sangre del hombre. Así en-
de proteínas y nutrientes. Un caldito de
tró el maíz en la formación del hom-
frijol es tan revitalizante que me recuerda
bre por obra de los Progenitores
que “al dolor de cabeza, el comer lo en-
(Anónimo, 1960:103-104).
dereza”, y mejor mencioné caldito
Y sus semillas hasta quemadas son de-
porque luego pasa que “a la hora de freír
liciosas, pues explotan en esponjosas
frijoles, manteca es lo que hace falta”.
palomitas. Pero mucho cuidado, no to-
Por eso hay que estar pendientes de lo
das las semillas reaccionan así en el co-
que tenemos en la alacena, lo que está
mal, ni aun en una olla con agua. Bien
por terminarse y lo que llega hasta a des-
sabemos que “a la mejor cocinera se le
aparecer, así que “un ojo al gato y otro al
queman los frijoles”. Y no importa de
garabato”.
qué tipo de frijoles hablemos, pues en
Finalmente, y después de haberles anto-
México también de ellos tenemos mu-
jado al menos un platillo o bebida mexi-
chas variedades: negros, ayocotes, pin-
cana, los invito a vivir nuestro folklore, a
to, bayo, vaquita, flor de mayo, rosita,
entenderlo y disfrutarlo con sencillez,
azufrado, etc.
ahora sí que “no le pongan tanta crema a
“En el Mercado de México es posible
sus tacos”, “no le busquen tanto rui-
encontrar numerosos tipos de frijol,
do al chicharrón”, ni se sientan ajenos
llamados según el color de su semi-
a tan bellas expresiones populares, y re-
lla (negro, amarillo, blanco…), su lu-
cuerden que “a comer y a misa, ¡sólo
gar de origen (parbaleños, serranos,
una vez se avisa!”
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CESUA APUNTES SOBRE UN CUENTO DE BORGES Víctor Ortega León 1
T
lön, Uqbar, Orbis Tertius (1985), una de las obras borgianas más conocidas y analizadas, es un relato que pertenece a la colección intitulada El
Jardín de Senderos que se Bifurcan, de 1941, misma que formaría parte
del volumen Ficciones en 19442. A decir de su autor, se trata de simples “notas sobre libros imaginarios”; sin embargo, es mundialmente célebre la capacidad de Borges para abrir portales a vastos mundos a través de la escritura de un breve párrafo. Este es el caso del relato que ahora nos ocupa.
El cuento de Borges consta de dos partes y una posdata. La primera parte, alude a un misterio; la segunda, lo explicita parcialmente; la posdata, lo desenmascara. Así, pues, el relato se articula, al menos, en tres niveles distintos, cada uno de los cuales nos ofrece miradas inquietantes sobre los otros dos. En la primera parte, Borges recurre a elementos que le son caros para plantear el te-
ma inicial de su ficción: la existencia de un lugar llamado Uqbar. A través de un espejo, de una enciclopedia y de su complicidad literaria con Bioy Casares, el autor nos presenta el resumen de cuatro páginas inexistentes que tratan sobre las generalidades de aquella región tan imprecisa como inasible. Uqbar es un lugar cuya mera existencia constituye ya un misterio. Nadie ha escucha-
do hablar de él; no figura en ningún tratado geográfico ni en ningún relato de viajes; sin embargo, se le han dedicado cuatro páginas únicas en un ejemplar único de una de las enciclopedias más prestigiadas del mundo. 1. Maestro y Doctor por la UNAM, ha realizado estudios en Arqueología, Antropología y Filosofía. Actualmente, se encuentra adscrito como Profesor-Investigador al Centro INAH Chihuahua, en México. 2. Publicado originalmente en la revista SUR, en mayo de 1940. Antilha 8 (24) 2019: 72-86 72
CESUA Víctor Ortega León
Pero la existencia de Uqbar es un mero
dad [es decir, a la “realidad” de la imagi-
pretexto. Toda la búsqueda narrada en
naria Uqbar], sino a las dos regiones
esta primera parte es el contexto que
imaginarias
Borges se permite para señalar, de dos
Tlön…” (ibíd.:111)3.
maneras distintas, la punta del iceberg:
Así, el escritor bonaerense, haciéndo-
poéticamente, al hablar sobre la abomi-
nos mirar por el ojo de una cerradura
nación en que convergen la cópula (o la
ficticia, nos ofrece un atisbo de otra
paternidad) y los espejos; filosóficamen-
realidad donde la realidad misma es
te, al señalar uno de los rasgos caracte-
puesta en entredicho.
rísticos del pensamiento uqbariano: el
La segunda parte del texto, una inven-
gnosticismo. Aquí, la enciclopedia se li-
ción memorable, nos mete de lleno ya
mita a consignar que para uno de los
en el sustrato filosófico de la historia.
gnósticos de Uqbar, “el visible universo
A través del improbable hallazgo de un
era una ilusión o (más precisamente) un
tomo de otra enciclopedia, esta vez ficti-
sofisma” (Borges, 1985:110).
cia, Borges nos empuja a mirar de nue-
Es importante mencionar aquí, a manera
vo, por el ojo de otra cerradura, hacia el
de precedente, la alusión que hace el
mundo imaginario que ha creado con
autor a la literatura uqbariana. Apunta
apenas unos trazos. El hecho de que se
que la sección de la Anglo-American Cy-
trate sólo de un tomo y no de la enciclo-
clopaedia dedicada al idioma y las letras
pedia completa, apunta ya hacia nuestra
de este fantástico país “… anotaba que
incapacidad de conocer la realidad, sea
la literatura de Uqbar era de carácter
esta cual fuere, en su totalidad. Más no-
de
fantástico y que sus epopeyas y sus leyendas no se referían jamás a la reali-
3. Cursivas nuestras.
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Mlejnas
y
de
CESUA Apuntes sobre un cuento de Borges
table resulta, sin embargo, que el tomo
información que tendremos sobre Uqbar,
en cuestión sea el onceno, un tomo in-
mientras que la segunda, nos informará
termedio, lo cual abre un universo de
más ampliamente acerca de Tlön, una
posibilidades imaginarias para un antes
región que ha pasado a convertirse en
y un después del breve atisbo de cono-
un planeta.
cimiento que se nos ofrece.
En un pasaje enigmático (Cf. Ibíd.:113),
Pero lo más sorprendente de este frag-
lanza Borges la pregunta sobre la identi-
mento de enciclopedia, es que no se
dad de los creadores de Tlön, como si no
nos ofrecen en ella datos sobre la reali-
hubiese mencionado antes que este
dad imaginaria de Uqbar sino que, sien-
mundo, al igual que Mlejnas, es una in-
do congruentes con lo dicho anterior-
vención creada por la imaginación de los
mente acerca de la literatura uqbariana,
habitantes de Uqbar. ¿Cabe aquí pensar
la enciclopedia lleva el título de A First
lo impensable, que Borges confunde sus
Encyclopaedia of Tlön, es decir, no se
propias ficciones? ¿o es esta una confu-
trata de información acerca del país
sión deliberada, un artilugio para repro-
imaginado por Borges, Uqbar, sino de la
ducir, como en espejo, la perplejidad ori-
región imaginada por los habitantes de
ginaria?
dicho país imaginario, Tlön4. Es como si
La primera característica filosófica de
el libro, ese volúmen XI, fuera la prueba
Tlön es que sus naciones, las de ambos
de la existencia de Uqbar.
hemisferios, “son –congénitamente- idea-
Así las cosas, podemos decir que la pri-
listas”. Rasgo destacable si recordamos
mera parte del texto nos ofrece la poca
que dicho mundo ha sido concebido por un país de gnósticos. Ciertamente, desde su gestación, Tlön fue poblado con
4. Recuérdese que junto con Mlejnas, Tlön era una de las regiones imaginarias a las que se refería la literatura uqbariana.
naciones que pensaban, por un lado, que
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CESUA Víctor Ortega León
el mundo “es una serie heterogénea de
absolutamente supeditada a la noción
actos independientes. Es sucesivo, tem-
de tiempo, más como un mero acciden-
poral, no espacial” (Ibíd.:114); por otro,
te que como otra cosa. Así, cada mo-
que no existen los sustantivos mientras,
mento es independiente en sí mismo,
paradójicamente, se les multiplica ha-
como las mónadas de Leibniz, lo cual
blando de ellos por mera acumulación
cierra las puertas a cualquier pensa-
de adjetivos.
miento científico.
No en vano, anota Borges el nombre de
Afirma Berkeley que, dado el hecho de
Berkeley justo antes de comenzar su
que los pensamientos y las ideas no po-
descripción de Tlön. En el mundo imagi-
drían existir fuera de la mente, entonces
nado por el país imaginario, Berkeley no
todo aquello a lo que se refieran dichas
solo tiene cabida (y me atrevería a decir
ideas y pensamientos debe, por fuerza,
que únicamente allí), sino que resulta
compartir esta misma naturaleza. En
fundamental. La cosmovisión de los
otras palabras, la existencia de una
tlönianos, según la describe Borges,
realidad exterior e independiente del
concibe al universo como una serie de
pensamiento humano le parece inadmi-
procesos mentales sucesivos. En este
sible (Cf. Berkeley, 2004). De ello, deri-
sentido, apunta el autor, la psicología es
va que únicamente el espíritu tiene exis-
la disciplina hegemónica de la cultura en
tencia real y el mundo solo se hace
este mundo producto de la imaginación
realidad a través de los sentidos: Esse
de la imaginación.
es percipi.
Por otro lado, la noción de espacio no
Sin llegar a tanto, los tlönianos practican
tiene cabida en el pensamiento tlöniano;
un idealismo más lúdico y agnóstico,
en el mejor de los casos, se encuentra
más cercano a Hume que a Berkeley.
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CESUA Apuntes sobre un cuento de Borges
Afirma Borges que los metafísicos de
demonio.
Tlön no buscan la verdad ni, a diferencia
Una más, hermética y cabalística, com-
del obispo, la verosimilitud. Buscan, en
para el universo con una escritura secre-
cambio, el asombro. La enumeración de
ta donde no todos los símbolos valen.
algunas de las escuelas de pensamiento
Sorprendentemente, esta corriente ase-
nos confirma este dicho.
gura que la verdad es cíclica ya que úni-
Una de estas escuelas, por ejemplo,
camente lo que ocurre cada trescientas
niega la existencia del tiempo. Dado
noches es verdadero.
que, para los adeptos a esta corriente,
Otra, de la que el cuento de Borges inti-
el presente es indefinido, conciben el
tulado Las Ruinas Circulares (1944) es
futuro como un recuerdo presente más
un excelente ejemplo, propone que cada
que como algo real. Notable postura pa-
ser humano es dos seres a la vez pues
ra un idealismo construido sobre el eje
mientras dormimos estamos despiertos
temporal.
en otro lado y viceversa.
Otra escuela, por el contrario, no sólo
Finalmente, la escuela más asombrosa
admite la existencia del tiempo, sino que
de Tlön es la que mayor escándalo pro-
asume que éste ya ha transcurrido por
voca por atentar contra los pilares mis-
completo. Para los que comparten esta
mos del pensamiento tlöniano. El mate-
postura, la vida no sería sino el recuerdo
rialismo plantea, para asombro de pro-
sesgado e incompleto de aquél proceso
pios y extraños, que la realidad tiene una
ya transcurrido.
existencia independiente de cualquier
Más dialéctica, otra escuela concibe el
proceso mental. Tal parece que en este
universo, hasta el más ínfimo detalle,
mundo los heresiarcas conforman la inte-
como resultado de una escritura a cua-
lliguentsia pues son a los únicos a quie-
tro manos entre un dios subalterno y un
nes se les atribuyen razonamientos me-
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CESUA Víctor Ortega León
morables; así, uno de ellos, que bien po-
hacerse del solipsismo. Ya hemos visto
dría haberse llamado Locke, planteaba
que a los tlönianos no les interesa llegar
el “sofisma de las nueve monedas”, pa-
a los extremos de un razonamiento rigu-
radójicamente denominado así pues con
roso y, si bien idealistas, admiten la
él pretendía demostrar la existencia de
existencia de otros como ellos, aunque
la independencia de la materia y, por en-
finalmente todos formen parte de una
de, de la realidad. Por supuesto, en un
sola entidad.
mundo dominado por el idealismo cual-
En segundo, porque ofrece la posibili-
quier intento de apuntalar la indepen-
dad de conservar la psicología como
dencia de la realidad, la existencia de la
base paradigmática de las ciencias, to-
materia, será tildado de razonamiento
da vez que, al formar parte todos los se-
falso y capcioso, es decir, de sofisma.
res de un único ser, no necesitan más
Sin embargo, una forma de pensamiento
que la intermediación mental entre sí
opuesta ha logrado imponerse en la filo-
mismos para conocer.
sofía de este mundo imaginario. Borges
En tercero, porque no entra en contra-
lo llama panteísmo idealista, mismo que,
dicción con el culto a los dioses, dado
en resumen, plantea la existencia de un
que finalmente el sujeto único es la divi-
único sujeto que es, a la vez, todos los
nidad misma. Todo esto no hace sino
seres del universo, cada uno de los cua-
apuntar hacia el idealismo berkeleyano
les es, a su vez, una manifestación de
y a ciertas tesis de Leibniz y Spinoza,
dicha unidad, misma que no es, final-
aunque Borges lo acerca más a una
mente, otra cosa que la divinidad.
doctrina planteada por Schopenhauer.
El autor aduce tres razones para su éxi-
La idea de un sujeto único de conoci-
to: en primer lugar, porque permite des-
miento, llega a imbuir incluso el pensa-
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CESUA Apuntes sobre un cuento de Borges
miento matemático. Tanto la geometría
se a sí misma, y le permite a Borges
como la aritmética, carecen de axiomas
trascender el nivel fantástico de su histo-
propiamente dichos pues, a diferencia
ria para plantear una posibilidad inquie-
del ideal occidental moderno, dan prefe-
tante: la intromisión de aquél mundo ima-
rencia al conocimiento obtenido por vía
ginario en este, nuestro mundo real. Al
sensorial por sobre cualquier razona-
desenmascarar el origen de la enciclope-
miento lógico, lo que no deja de ser pa-
dia tlöniana, como producto de una so-
radójico en un mundo que profesa el
ciedad secreta destinada a crear literal y
idealismo extremo.
literariamente un mundo, el autor men-
Pero la más sorprendente consecuencia
ciona las consecuencias inevitables de
de esta milenaria tradición idealista son
una obra de este tipo. Una brújula, un
los llamados hrönir. Originados por una
cono de metal, son suficientes para su-
competencia de trasfondo arqueológico,
gerir posibilidades perturbadoras: ¿pue-
estos objetos secundarios, como los lla-
de un mundo ficticio filtrarse en el mundo
ma Borges, no sólo permiten encontrar
real a tal grado que llegue a suplantarlo?
exactamente lo que se busca sino modi-
La respuesta es, por supuesto, afirmati-
ficar el pasado a conveniencia. Huelga
va. Es el caso de toda religión monoteís-
decir que, aquí, el autor parece ofrecer
ta. No es baladí la mención de que el
más un retrato de la realidad que una
mismo Berkeley formaba parte de aque-
ficción. El hrönir mismo ha devenido,
lla sociedad secreta y de que entre sus
con el tiempo, en ur: “la cosa producida
fundamentos intelectuales se encontra-
por sugestión, el objeto educido por es-
ban la cábala y los estudios herméticos.
peranza” (Borges, 1985:120).
Más inquietante, si cabe, resulta la men-
La posdata de 1947, ya aparece en la
ción de otro proyecto: los cien tomos de
edición príncipe de 1940, antecediéndo-
la enciclopedia dedicada a Orbis Tertius,
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CESUA Víctor Ortega León
una realidad que sólo los tlönianos po-
magnitud misma, acabara imponiéndose
drían conocer pues estaría escrita en
en el pensamiento social. Sin embargo,
una de sus lenguas. Así, habría que ser
como afirma Bertrand Russell, cotidia-
un verdadero iniciado para conocer la
namente aceptamos como verdades
verdad escondida en la obra imaginaria
muchas cosas que, vistas más de cerca,
de la obra imaginaria de la obra imagina-
no resisten sin contradecirse un análisis
ria, verdadera mise en abyme o, en tér-
más o menos riguroso.
minos del relato, lo que vendría a ser la
A diferencia de la de Borges, otras fic-
realidad última e inalcanzable para quie-
ciones filosóficas, como las Antípodas
nes vivimos en esta realidad que co-
del filósofo Richard Rorty (1983), enun-
mienza a parecer ficticia.
cian un mundo opuesto al planteado por
Llevada al extremo, la invención borgia-
el escritor argentino. Tlön es aquél mun-
na acaba, de hecho, por tomar el lugar
do que desde “el fondo ilusorio de los
de la realidad, haciéndose adoptar poco
espejos” pretende denunciar un excesi-
a poco desde el descubrimiento de la
vo materialismo; las Antípodas, desde el
enciclopedia tlöniana completa. Resulta
otro extremo de la galaxia, sirve de pre-
imposible resistir la tentación de compa-
texto para exhibir no sólo un excesivo
rar esta fantasía con el magno proyecto
idealismo sino nuestra incapacidad para
enciclopédico de la Ilustración francesa.
llegar a cierto nivel de conocimiento.
Aquél triunfo de la razón, acabó toman-
En el segundo capítulo de La Filosofía y
do forma y cuerpo en una obra magna.
el espejo de la naturaleza, Rorty preten-
Como si las enciclopedias, al ser obras
de exhibir determinadas presuposicio-
multitudinarias, crearan un cosmos y,
nes, aparentemente no reconocidas, de
con ello, una cosmovisión que, por su
nuestra concepción de lo mental, a sa-
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CESUA Apuntes sobre un cuento de Borges
ber: que asociamos el acceso privilegia-
Berkeley pudiera tener razón imposibilita-
do con cierta calidad fenoménica de los
ría, por lógica, la nuestra.
fenómenos mentales. Y para tal, cons-
Moore (1993), en cambio, paladín del
truye un mundo que tiene la función de
sentido común, podría decir que a los
señalar, siguiendo a Wittgenstein, que
tlönianos no les interesa la rigurosidad
aquellas certezas son prescindibles.
de pensamiento y se contentan, como
Aun así, no deja de ser un mundo ad
dijo Borges, con permanecer constante-
hoc para su análisis, mismo que, por tal
mente asombrados frente a un universo
motivo, termina siendo muy limitado.
imaginario que sólo es posible en la fic-
Borges, en cambio, ha creado un mundo
ción literaria. Efectivamente, ¿cómo po-
que no se agota, que se multiplica a sí
dría construir una brújula, acuñar mone-
mismo, por lo que no puede ser englo-
das, editar una enciclopedia, una socie-
bado mediante análisis alguno. No obs-
dad en la que la falta de observación me-
tante, hay una suerte de paralelismo en-
tódica impediría cualquier desarrollo tec-
tre los procesos mentales de los tlönia-
nológico, no digamos ya científico?
nos y los procesos neurales de los antí-
El cuento de Borges es una ficción tan
podas: ambos parecen marcar el límite
bien estructurada que cobra visos de po-
de sus certezas.
sibilidad; sin embargo, ello se deriva úni-
En este sentido, la revisión que realiza
camente de la pericia del escritor y no de
Rorty del conductismo, escepticismo y
la solidez de las ideas por sí mismas. Pa-
materialismo acaba por ponernos frente
ra una mirada atenta, Tlön no resulta
a la misma perplejidad epistemológica y
más creíble que el país de las maravillas
gnoseológica a la que nos enfrenta Bor-
de Lewis Carroll, pero, como cualquier
ges con aquella reivindicación de Berke-
utopía, encanta por sus posibilidades.
ley: cualquier otra realidad en la que
Hume, dice Borges, “notó para siempre
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CESUA Víctor Ortega León
que los argumentos de Berkeley no ad-
que lo lleva a concluir que nuestras cer-
miten la menor réplica y no causan la
tezas no son sino una ficción paliativa
menor convicción” (Borges, 1985:114).
de nuestra imaginación ante la perpleji-
Aunque convengo en lo segundo, difiero
dad en que nos deja una realidad que
en lo primero. El pensamiento berkele-
no alcanzamos a comprender. Enton-
yano, al igual que el cuento del argen-
ces, cualquiera de las escuelas de pen-
tino, funciona, esto es convence, única-
samiento de Tlön resultaría posible por
mente si uno está dispuesto a dejarse
más improbable que parezca, y aunque
convencer. De hecho, convence más el
el sentido común nos diga lo contrario.
cuento de Borges por lo que sugiere que
Pero, volviendo a la obra borgiana, re-
la filosofía de Berkeley por lo que argu-
cordemos que en Tlön fue donde, en
menta.
realidad, comenzó la suplantación de la
“¿Hay en el mundo –pregunta Russell-
realidad imaginaria por la imaginación
algún conocimiento tan cierto que nin-
hecha realidad. Notaba Borges la exis-
gún hombre razonable pueda dudar de
tencia de aquellos “hijos casuales de la
él?” (Russell, 1980:15). Podríamos res-
distracción y el olvido” (Borges, 1985:
ponder, a despecho de Rorty, que todo
119), los llamados hrönir. Me parece
depende de qué se entienda por razona-
que en estos objetos ficticios se concen-
ble. Para Berkeley, sus argumentos son
tra el fenómeno de la suplantación.
razonables y tilda de “rebaño no pensan-
Los hrönir, según Borges, son objetos
te” a quien se atreva a ponerlos en tela
secundarios que cumplen la función de
de juicio.
duplicar y suplantar otros objetos que se
A Hume (1992), el afán de ser razonable
han perdido, independientemente de
lo conduce a la duda escéptica, misma
que aquellos objetos originales sean o
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CESUA Apuntes sobre un cuento de Borges
no encontrados después. La fábula que
to! Sin embargo, el experimento se con-
narra el origen de tan singulares objetos
sideró un fracaso.
es por demás sugestiva.
Sólo pudo considerarse que se comen-
El director de un penal hizo saber a los
zaba a tener éxito cuando, tras varios
reclusos que “en el antiguo lecho de un
“fracasos”, no ya los presos sino los dis-
río había ciertos sepulcros”, así que
cípulos del director de un colegio
“prometió la libertad a quienes trajeran
“exhumaron –o produjeron- una más-
un hallazgo importante”. Resulta signifi-
cara de oro, una espada arcaica, dos
cativa la mención de que, durante los
o tres ánforas de barro y el verdinoso
meses previos a la excavación, los pre-
y mutilado torso de un rey con una
sos fueron instruidos, mediante fotogra-
inscripción en el pecho que no se ha
fías, sobre lo que debían encontrar. ¿No
logrado aún descifrar” (Borges, op.
es ésta una magnífica parábola sobre
cit.:120).
nuestros paradigmas gnoseologicos?
Es decir, obtuvieron, de una forma o de
No obstante, el entrenamiento y las an-
otra, lo que se suponía que debían en-
sias de libertad no rindieron los frutos
contrar. Dicho “éxito”, permitió descubrir
deseados. Tras siete días de excavacio-
“la improcedencia de testigos que cono-
nes, no se logró desenterrar otra cosa
cieran la naturaleza experimental de la
que “una rueda herrumbrada, de fecha
busca”. Así, pues, no se trataba realmen-
posterior al experimento”5 ¡Sorprendente
te de buscar para conocer sino de en-
hallazgo! ¡De entre los restos se obtiene
contrar para reforzar una idea previa, es
algo que ni siquiera ha empezado a
decir, no se trataba de contrastar una hi-
existir, como la propia Posdata del cuen-
pótesis sino de confirmarla. Evidentemente, fueron discípulos adoctrinados y no reos transgresores quienes lo logra-
5. Cursivas nuestras.
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CESUA Víctor Ortega León
ron.
rencia. La historia de una cultura es uno
“Las investigaciones en masa –refiere
de los fundamentos de toda cosmovi-
Borges- producen objetos contradicto-
sión; un pequeño cambio tiene, con el
rios; ahora se prefieren los trabajos indi-
tiempo, grandes consecuencias.
viduales y casi improvisados” (Ídem.).
Es bien conocida la práctica de destruir
En cierta forma, este es el proceso que
documentos históricos, como muchos
ocurre dentro de los paradigmas de co-
códices americanos, para suplantarlos
nocimiento: por un lado, no se busca
por nuevos documentos donde se narre
sustituirlos sino apuntalarlos. Mientras
una historia más conveniente a ciertos
menos contradictorios los resultados de
intereses. Por otro lado, famosa es tam-
una investigación, mayor relevancia tie-
bién la falsificación de documentos o la
nen dentro de ese mundo imaginario en
invención misma de ellos, como la cono-
que se convierten, con el tiempo, los pa-
cida y nunca suficientemente lamentada
radigmas mismos. Por otro lado, los pa-
Donación de Constantino, que han per-
radigmas se transforman e, incluso, se
mitido, modificando el pasado, la apro-
abandonan a raíz de aquellos “objetos
piación de extensas regiones del mundo
contradictorios”.
a ciertos grupos hegemónicos.
Por otro lado, los hrönir han permitido a
No es inocente, pues, la modificación
los
autor,
del pasado. Verdaderos hrönes y ures
“interrogar y hasta modificar el pasado,
son, en verdad, todos los monumentos
que ahora no es menos plástico y me-
nacionalistas, las reliquias religiosas, no
nos dócil que el porvenir”. Así, estos cu-
pocas piezas de museo que respaldan
riosos objetos empiezan a modificar la
realidades inventadas. Ni hablar de li-
realidad al cambiar sus puntos de refe-
bros sagrados que refieren pasados que
arqueólogos,
según
el
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CESUA Apuntes sobre un cuento de Borges
nunca ocurrieron y prometen futuros que
Borges: “A veces unos pájaros, un caba-
jamás ocurrirán.
llo, han salvado las ruinas de un anfitea-
Pero los hrönir y, aunque el autor no lo
tro”. Ciertamente, no pocas veces, una
diga explícitamente, suponemos que los
reliquia ha mantenido vivo un lugar de
ur también, tuvieron un desarrollo formi-
culto o una obra literaria ha inyectado
dable. Se cuentan, en el texto, hrönes
nueva vida a una corriente filosófica.
de duodécimo grado cuya decadencia
Tenemos, pues, que los procesos menta-
no conduce más que a una vuelta al
les le llevarían la delantera a los proce-
principio. Esta cíclica producción de ob-
sos neurales a la hora de protagonizar
jetos derivados de objetos, vuelve infini-
ficciones, aunque Rorty pueda argumen-
tas las posibilidades de cubrir cualquier
tar que los primeros son producto de los
necesidad, material o intelectual, incluso
segundos, con lo cual concuerdo. Sin
antes de que esta exista, como lo prue-
embargo, la ficción filosófica, en el caso
ba la rueda encontrada al principio.
de Borges, nos empuja no sólo a consi-
La brújula, el cono metálico, la misma
derar las posibilidades de la imaginación
enciclopedia tlöniana no serían, pues,
sino las consecuencias de abandonarse
otra cosa que hrönes que han traspasa-
a esta sin el menor rigor lógico.
do las esferas de la ficción para venir a
De alguna forma, el Tlön de Borges y las
suplantar algo que se ha perdido en
Antípodas de Rorty evidencian, paradóji-
nuestra realidad: la certeza.
camente, las inconsistencias de la obra
Sin embargo, al igual que los hrönir mul-
del obispo irlandés. Personalmente, el
tiplican el número de entidades en Tlön,
discurso berkeleyano me parece, aunque
es común que las cosas se desdibujen,
riguroso, muy amañado, sumamente ten-
se borren, se pierdan, conforme van ca-
dencioso y más cercano a la arenga po-
yendo en el olvido. Poéticamente, dice
pular que al pensamiento filosófico. Ese
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CESUA Víctor Ortega León
“rebaño no pensante” al que el autor
Bibliografía
quiere criticar parece ser, en realidad, el
Berkeley, George
público natural para este tipo de perora-
2004 Principios del Conocimiento Hu-
ta donde la “obviedad de lo que digo” es
mano. Biblioteca de Obras Maes-
cuestión de fe mientras que “la falsedad
tras del Pensamiento, N° 56.
de los que dicen lo contrario” se da por
Buenos Aires, Argentina. Ed. Lo-
descontado.
sada.
Por otro lado, me parece que es desde el sentido común defendido por Moore y
Borges, Jorge Luis
desde el materialismo al que se apega
1985 “Tlön, Uqbar, Orbis Tertius” en
Russell desde donde una obra como
Prosa completa, tomo II: Historia
Tlön, Uqbar, Orbis Tertius puede ser
de la Eternidad. Ficciones. El
mejor apreciada. Caer en la trampa del
Aleph. Barcelona. Ed. Bruguera.
idealismo es como caer en una trampa
Pp. 109-124.
de arena. Es como querer demostrar la falsedad del sofisma cristiano desde el
2006 [1944] “Las ruinas circulares”
Vaticano.
en Ficciones.
Con todo, nos queda siempre la duda:
Pp. 59-69.
Madrid.
Alianza.
¿Qué fue de Uqbar? ¿Por qué Borges no vuelve a mencionarla en el resto del
Hume, David
texto?
1992 Tratado de la Naturaleza Humana. Ensayo para Introducir el Método del Razonamiento Humano en los Asuntos Morales. Colec-
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ción Sepan Cuántos No. 326. México, D. F. Ed. Porrúa, S. A. Pp. 126-144. Moore, G. E. 1993 “En defensa del sentido común”, en Defensa del Sentido Común y Otros Ensayos. Ed. Orbis, Barcelona. Rorty, Richard 1983 “Personas sin mente”, en La Filosofía y el Espejo de la Naturaleza. Ed. Cátedra, Madrid. Russell, Bertrand 1980 “Apariencia y realidad”, en Los Problemas de la Filosofía. Barcelona. Ed. Labor.
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El texto impreso y digital debe estar en
Estructura: Los textos remitidos para su publicación
versión de procesador de textos Word,
en las secciones de Artículos y Colabora-
con sus páginas correctamente foliadas,
ciones Especiales deberán estar ordena-
en tamaño carta (216 x 279 mm), en
dos de acuerdo al siguiente esquema:
INVITACIÓN A PUBLICAR
fuente Arial de tamaño 11, a 1.5 espa-
Título
cio, con márgenes de 3 cm en todas las
Nombre completo del autor
direcciones de la página.
Filiación institucional
Considerando
todas
las
Dirección electrónica
secciones
(resumen, texto, referencias, notas, figu-
Curriculum Vitae (Resumen 2 renglo-
ras, anexos, etc.), el trabajo no debe so-
nes)
breasar las 20 cuartillas, las cuales se
Resumen en español e inglés con pala-
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