León Durante la Guerra de Independencia

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LEÓN durante la

Guerra de Independencia Rodolfo Herrera Pérez © Rodolfo Herrera Pérez

Ediciones del Archivo Histórico Municipal de León


H. AYUNTAMIENTO DE LEÓN, GTO. 2018-2021 Lic. Héctor Germán René López Santillana Presidente Municipal

Lic. Felipe de Jesús López Gómez Secretario del H. Ayuntamiento

Lic. Margarita Alférez Rodríguez Directora General de Archivos

Lic. Luz Araceli Andrade Cifuentes Directora del Archivo Histórico

Lic. Héctor Hesiquio Rodríguez Martínez Coordinador de Publicaciones

Archivo Histórico Municipal de León Justo Sierra 216. Zona Centro 2021, Año de la Independencia


Índice

Presentación…………………………………...……1 León Antes de la Insurrección……….......................3 El Inicio de la Insurrección……………………….17 Acciones de Gutiérrez de la Concha.......................37 Acciones de Gómez de Barreda…………………..89 Bajo la Constitución……………………………..119 La Caída de los Fuertes…………...……………..127 Los Últimos Rebeldes……………..……………..171 Insurgentes Juzgados en León…………………...191 La Consumación de la Independencia...…………203



Presentación El Archivo Histórico Municipal de León cuenta en su rico acervo documental con una muy importante y bien conservada Sección denominada “Independencia” que corresponde al Fondo Subdelegación, en la cual podemos encontrar los bandos publicados por las autoridades virreinales, la correspondencia de los protagonistas del bando realista y las causas de infidencia que se levantaron a los insurgentes juzgados y ejecutados en esa época. Todas estas fuentes, ricas en información han sido la base para la investigación realizada por el Arq. Rodolfo Herrera Pérez, colaborador de larga trayectoria en este Archivo, quien en su gusto por la investigación de la historia de nuestra localidad y en consonancia con los fines de difusión de esta institución histórica documental, nos muestra mediante esta obra los sucesos y aspectos sobresalientes que marcaron a León durante la Guerra de Independencia como escenario de acciones y estrategias de lucha entre insurgentes y realistas. La investigación se divide en nueve capítulos. En los dos primeros Rodolfo nos lleva de la mano revelándonos cómo desde los primeros años de la villa fue necesario contar con fuerzas armadas para defenderla contra los ataques de los chichimecas, luego, en el orden imperial con categoría de Alcaldía Mayor y posteriormente como Subdelegación, contribuyó para defender las posesiones del monarca español, hasta llegar al estallido de la insurrección en 1810, en que las autoridades virreinales reaccionaron ante el avance de los insurgentes, el breve periodo en que la villa fue ocupada por el ejército americano y la constante comunicación con el Cura Miguel Hidalgo y Costilla. En el tercero, nos presenta el actuar del realista José Manuel Sotero Gutiérrez de la Concha, con las acciones militares que emprendió en su propia villa, Irapuato, Salamanca y San Pedro Piedragorda, méritos que le valieron el reconocimiento del mismo Félix María Calleja del Rey. Su abundante correspondencia nos permite conocer más del actuar de este joven de apenas 27 años, que terminó ofrendando su vida luego de expresar que León no tenía más trinchera que el pecho de sus habitantes. El cuarto, contiene las acciones del Capitán Luis Gómez de Barreda, quien siguiendo los pasos de su antecesor, establece una serie de fosos para defensa de la villa y se enfrentó a los constantes ataques de las gavillas de insurgentes, entre ellos los hermanos Albino, Pedro y Francisco García, que se levantaron en armas en Valle de Santiago, siendo capturado en su tiempo el más aguerrido de todos, Albino, al que todos conocían como El Manco. Murió a manos de los insurgentes en la villa de León. El quinto, es un breve relato de lo que se vivió a la sombra de la Constitución de Cádiz, las condiciones previas, la promulgación y aplicación en los renglones gubernativos, y, finalmente su desconocimiento por Fernando VII al retomar el trono de España. En el sexto, muestra la caída de los fuertes en que se habían concentrado los insurgentes después de la aprehensión y ejecución de José María Morelos. Siendo de relevante importancia la información de cómo desde León se emprendieron las acciones contra el Fuerte del Sombrero; las declaraciones de los aprehendidos al ser ocupado, el envío de víveres para mantener al ejército realista y la atención de los soldados heridos durante los ataques; continuando con el sitio y toma del Fuerte de los Remedios, en los confines de la Subdelegación, siendo en el territorio de León, donde murieron heroicamente Pedro Moreno y Javier Mina.

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El séptimo, da noticia de los últimos rebeldes que merodearon la villa y los otros pueblos dependientes de ella, siendo los principales protagonistas Encarnación Ortiz y sus hermanos, mejor conocidos como los Pachones, quienes desde la serranía dirigían sus ataques. El octavo, se integra con información de los bandos promulgados para juzgar o indultar a los insurgentes y las sumarias que se instauraron a los rebeldes aprehendidos por las fuerzas realistas de la villa de León, desde 1810 hasta 1821. Finalmente, en el noveno, teniendo como principal protagonista al coronel Agustín de Iturbide, muestra cómo León participó en la integración del Ejército de las Tres Garantías con armamento, recursos y hombres montados, así como la construcción de una torre que se tuvo por algunos años como el baluarte representativo del fin de la guerra, y las acciones para jurar en la villa el Acta de Independencia del Imperio Mexicano. León siempre fiel, siempre valiente, el título que costó la vida a centenares de leoneses y el sufrimiento de muchas familias, fue puesto en el emblema que sirvió para sellar los nombramientos de los militares, sobre el baluarte y un león herido, rodeado de pertrechos de guerra. Después de que León recibió el título de ciudad, el 2 de junio de 1830, es cuando toma realce la conmemoración del inicio de la Guerra de Independencia, elogiando a los iniciadores Miguel Hidalgo, Ignacio Allende, José María Morelos y muchos otros que dieron su vida para hacer de la América Septentrional una nación independiente con el nombre de México. En la plaza del antiguo pueblo de indios de San Miguel de la Real Corona se yergue orgullosa la única columna que en nuestra ciudad, conmemora la Independencia de nuestro país, y en uno de los documentos del Archivo Histórico Municipal (SD-IND-COM-C.4-Exp.21-1811) se encuentra escrito este poema dedicado al que encendió la antorcha de la libertad: Esta noble ciudad, reconocida al don de libertad, que ha recibido de aquel héroe inmortal, que ha merecido que sea su fama eterna y aplaudida. A que en su loor asistas, te convida al obsequio que tiene prevenido, para mostrar, que no podrá el olvido, jamás borrar acción tan distinguida. Y así en aplauso, de tan gran blasón de tu lealtad usando y patriotismo, honra con tu asistencia la función. Dando elogios y vivas sin guarismo. ¡Viva Hidalgo, diciendo, y viva León, que supieron triunfar del Despotismo!

Lic. Luz Araceli Andrade Cifuentes Directora del Archivo Histórico Municipal de León 2


León Antes de la Insurrección Desde el inicio de la época colonial fue importante para los Gobiernos Virreinales garantizar la seguridad de los territorios conquistados y protegerlos de las sublevaciones de los indígenas y, sobre todo, del ataque de los piratas y las potencias extranjeras. La Corona poco se ocupó de mantener o fortalecer un ejército regular en la Nueva España y las tareas de defensa del territorio se entregaron casi por completo a las milicias. Éstas eran cuerpos militares no remunerados, alimentados por trabajo voluntario o a través de la leva forzosa y se establecieron en los territorios coloniales a partir de que la Corona emitió, el 7 de octubre de 1540, una Real Cédula en la que convocaba a los colonos americanos a formar la milicia. Las primeras milicias, que no recibieron pago alguno y fueron carentes de disciplina, se conocieron como compañías milicianas urbanas, pues sus miembros se reclutaban generalmente en las principales villas y ciudades. Puesto que el reclutamiento forzoso causaba que se abandonaran propiedades y ocupaciones, los colonos españoles y criollos enviaron a sus esclavos a cumplir con este servicio militar. La presencia de esclavos y más adelante de mulatos y pardos libres, siempre causó polémica: por una parte, se señalan las ventajas de que sean parte de las fuerzas de defensa del territorio, pero también se manifiestan los miedos ante el poder que pudieran obtener estos grupos y el riesgo de tumultos o sublevaciones. En el siglo XVIII, la Corona española empezó a tener serios problemas para controlar sus territorios. El creciente poderío del Imperio Británico, demostrado sobre todo en la ocupación inglesa de La Habana, Manila y La Florida, obligó a crear en la Nueva España y en el resto del continente americano, un ejército regular más vigoroso y fortalecer las milicias locales. Las reformas borbónicas dictaron medidas para que los milicianos se incorporaran como tropa regular del ejército virreinal. Esta medida, en particular a partir de 1765, otorgó a los pardos y mulatos la posibilidad de ascender socialmente mediante su incorporación a la carrera militar profesional, y, de esa manera, podían acceder a los privilegios y fueros reservados para los militares. Para distinguirlos, algunos militares les dieron uniformes distintos: a las de españoles, de paño azul; a las de pardos, de cotense, con divisa amarilla en la casaca y usaban la lanza como arma distintiva.1 En el caso de León, ubicado en el centro de la Nueva España, en 1596, veinte años después de fundada la villa, se recibió el superior despacho en el que el Virrey Gaspar de Zúñiga y Acevedo, Conde de Monterrey, ordenaba le enviaran listas de vecinos, armas y mercancías de Castilla que hubiera en la jurisdicción, con objeto de racionar a causa de la destrucción hecha por los corsarios ingleses en las naos españolas que traían mercancía a la Nueva España.2 Para la defensa de estas tierras el Virrey Marqués de Guadalcázar envió 20 arcabuses, un quintal de pólvora y dos quintales de cuerda, mismos que quedaban en posesión del Alcalde Mayor. En 1618, Sancho Dorantes de Carranza se los entregó a su sucesor, Juan de Sotomayor.3 En 1626, Luis Alonso de Torres, para solicitar al Virrey la ampliación de la jurisdicción, hizo levantar una información ante el Alcalde Mayor, capitán Jorge de Terrazas Herades, y en ella especificó que fue el primero en ocupar el cargo de Alcalde de la Santa Hermandad -cuerpo de defensascuando se fundó la villa de León.4 En 1755, el Cabildo nombró Capitán de Infantería Miliciana a Francisco de la Fuente y Ontavilla, y Capitán de Caballos Corazas a Antonio de la Pompa, ante el amotinamiento o tumulto de los 3


indios de San Francisco del Rincón contra los españoles que residían en ese pueblo, la tarde del día 22 de marzo.5 Tras la toma de La Habana por los ingleses, plaza considerada inexpugnable por la Corona española, fue necesaria una acción rápida para impedir que se repitiera el desastre, ya que las fuerzas milicianas y las regulares habían fracasado, por ser en su mayoría civiles mal armados. España declaró la guerra a Inglaterra en 1762, por lo que el Virrey tomó providencias para reorganizar las milicias: Que se hiciese el reclutamiento con el auxilio de los hacenderos y los hombres ricos, quienes habían de disponer que sus criados o sirvientes se incorporaran al ejército… así mismo mandó que los Alcaldes Mayores cooperaran activamente señalando a los individuos que habían de formar las compañías que teóricamente decían existían en sus jurisdicciones.6 De la Alcaldía Mayor de León parece que no fue enviada ninguna milicia, en cambio, se tiene noticia que la Compañía de Lanceros de Pardos y Morenos Libres de San Miguel el Grande fue despachada a Orizaba el 20 de octubre de 1762. La paz de París que puso fin al estado de guerra se firmó entre Inglaterra, Francia y España el 10 de febrero de 1763.7 En 1764, el Virrey Marqués de Cruillas, envió al Alcalde Mayor, Martínez de Soria, la aprobación del nombramiento de don Francisco Cristóbal Marmolejo, como Capitán de la Compañía de Caballería Miliciana de la jurisdicción de León. En el mismo oficio se especifica que se les da un mes de plazo a don Fernando Barrera y don Anselmo de Quijas, para que soliciten y tomen posesión respectivamente, de sus cargos de Teniente y Alférez de la expresada compañía. Así se notificó a los interesados, siendo Barrera el único que no aceptó, aludiendo ser hombre de ningunas facultades y cargado de obligaciones, que prefería ser soldado raso.8 El año siguiente, en 1765, el Virrey mandó al Alcalde que todas las personas radicadas en la jurisdicción de la villa de León que quisieran ingresar al servicio de las armas, pasaran a la casa del Justicia Mayor de la Cabecera, o a la del Teniente, en los pueblos de ella, para anotar su nombre y filiación ante el escribano. El Justicia debía informar al Comandante General de las Armas del Reino, don Juan de Villalba, para que procediera a formar los cuerpos de la milicia, que el Rey resolvió establecer.9 Para verificar la expulsión de los jesuitas de la ciudad de Guanajuato en 1767, el Alcalde Mayor de León, envió 400 hombres al mando de los capitanes Francisco Menchaca, Ignacio Poleo, Cristóbal de Gaona y Anselmo de Quijas. Apoyo que agradeció el visitador José de Gálvez diciendo: para hacer respetar y obedecer mis providencias.10 Entre estas fuerzas iban mulatos residentes en el Barrio Arriba. El 2 de julio de 1771, Francisco Cristóbal Marmolejo se dirigió al Ayuntamiento de la villa para solicitar los hombres y caballos que faltaban en las Compañías, y especificó claramente que ya había una Compañía de Pardos, como se les conocía a los hijos de negros con indias, su Capitán era Juan Luciano de Ortega: Muy señor mío, para que se verifique la próxima visita de inspección que debe pasar a estas compañías el Caballero de Croix, y que las halle en el apetecido buen estado que se debe, es preciso que vuestra señoría se sirva dar las correspondientes providencias, a completar seis hombres que faltan a la compañía de Españoles, uno a la de los Mestizos y otro a la de Pardos; y también cuarenta y ocho caballos que 4


igualmente faltan los diez y siete a la primera, diez a la segunda y veintiuno a la tercera, con lo cual, lograré yo el desempeño de las estrechas órdenes con que me hallo.11 En 1777, un cambio que dejó trascendencia en los leoneses fue la secularización de la Parroquia, cuando los frailes franciscanos entregaron sus posesiones al párroco dependiente directamente del Obispo de Michoacán. Diez años después, en 1787, se dio otro cambio político de profunda trascendencia para toda la Nueva España. Por consejo del Visitador General don José de Gálvez, la Corona española decidió implantar el sistema administrativo de Intendencias, por la Ley del 4 de diciembre de 1786, así que la villa de León perdió su categoría de Alcaldía Mayor para ser una de las Subdelegaciones que, junto con Celaya, San Miguel el Grande y la Sierra Gorda, integraron la Intendencia de Guanajuato. El 3 de diciembre tomó posesión como el primer Intendente de Guanajuato, el Teniente Coronel de los Reales Ejércitos, don Andrés Amat de Tortosa. Al día siguiente, el último Alcalde Mayor de León, don Nicolás Bermolen, se reunió en la Sala Capitular de la villa con los miembros del Ayuntamiento: don Pedro Antonio de Obregón, don José Franco, don José Ignacio Crespo, el escribano don Ildefonso de la Peña Rada y don Félix Gutiérrez de la Concha, para programar la recepción del primer Subdelegado, don Antonio Clemente de Aróstegui, Caballero de Santiago, quien llegó el día 15 de ese mes. Por su parte, a Bermolen se le comisionó como Subdelegado interino de San Pedro Piedragorda, pueblos del Rincón y Pénjamo.12 Ante los conflictos de España con otras naciones europeas, en los últimos años del siglo XVIII se procuró contar con mejores fuerzas armadas. Por bando del Virrey Conde de Revillagigedo, publicado el 5 de septiembre de 1794, se ordenó la formación de 16 divisiones, con el número de compañías y fuerza de cada una que señala la Instrucción que debía observar don Antonio Pérez Gálvez, electo Comandante de la Undécima División, en el Partido de León y demás agregados -San Francisco, Purísima, San Pedro Piedragorda y Pénjamo-. Debía componerse de 620 hombres, correspondiendo a León aportar 160. El alistamiento debía hacerse con individuos de casta limpia -sólo españoles-, no menores de 16 años ni mayores de 40; su estatura, 5 pies o dos varas menos una pulgada (1.64 m) medidos sin calzado, y que no tuvieran accidente habitual, ni imperfección visible que los hiciera inhábiles para el servicio de las armas. Se debía establecer las siguientes clases: 1ª mozos solteros y viudos sin hijos, aptos para el servicio. 2ª casados sin hijos, y 3ª casados y viudos con hijos. Y si no era suficiente el alistamiento voluntario, se debería hacer un sorteo, en el que participaran con el Comandante y Ayudante de la División, el Justicia del Partido, el Cura Párroco y un sujeto idóneo que se le nombraría Síndico Procurador.13 Filiación para la 3ª Compañía del Regimiento Provincial de Dragones del Príncipe. Nombre y padres:

José Marcelino Parra, hijo de José Eugenio y de María Alejandra Barajas.

Natural:

Del pueblo de la Purísima Concepción del Rincón, perteneciente a esta villa de León, dependiente de la Intendencia de Guanajuato y avecindado en el mismo.

Oficio:

Platero. 5


Edad: Religión:

23 años. Católica apostólica romana.

Estado:

Soltero.

Señas particulares. Estatura cinco pies tres pulgadas siete líneas. Sus señales:

Pelo y ceja castaño; ojos pardos, frente plana, nariz abultada, labios esbeltos, una cicatriz de hoyo de viruelas en medio de las dos cejas y la ceja derecha en su extremo entrepelada, barbicerrado y color trigueño rosado.

Se alistó presentado por el Juez Real para servir en el expresado Regimiento, por el tiempo de doce años, hoy veintiuno de octubre de mil setecientos noventa y cuatro, y se le leyeron las penas que previene la ordenanza general y queda advertido de que no habrá disculpas. Siendo testigos el sargento veterano, José Antonio Cueto, y el granadero miliciano, Antonio Pérez, ambos del mismo cuerpo.14 Juan Antonio de Riaño, como Intendente de Guanajuato, el 16 de diciembre de 1794, giró un oficio para que se le den todas las facilidades al coronel José Antonio Rangel para el establecimiento de la Legión del Príncipe en Guanajuato, Silao, León, Irapuato y Pénjamo.15 El 4 de enero de 1795, pidió se le informara si existía armamento, correaje, vestuario u otros utensilios pertenecientes a la antigua Legión del Príncipe, y el 26 de abril, solicitó donativos y préstamos para sostener la justa guerra contra los franceses. El Ayuntamiento y vecinos de León contribuyeron con 1,090 pesos.16 En 1796, Riaño solicitó el acopio de gente para enviarla a La Habana, con destino al servicio de tierra y bajeles de la Real Armada, y al siguiente año, los vagos se destinaron para la península de las Californias.17 Para 1797, el Virrey dio a conocer desde el Cantón de Orizaba, que para defender el Reino de cualquier invasión formó los Regimientos de Milicias Provinciales, y ordenaba que los Ayuntamientos realizaran los reemplazos por sorteos entre la gente soltera, y en su defecto viudos y casados. Y que para las tripulaciones, se hiciera una pesquisa de vagos, ociosos y mal entretenidos.18 Uno de los consignados por ocioso, vagabundo y mal entretenido que se consignó al servicio de las armas fue el leonés Juan José Manríquez.19 Por petición de los Fiscales, Auditor de Guerra, Asesor General y Voto Consultivo del Real Acuerdo, el Virrey dictó algunas órdenes para la defensa de los dominios en la Nueva España. Para el efecto, los hacendados, administradores, mayordomos y encargados fueron convocados por el Subdelegado don José Venancio de Roa y el Capitán Comandante don Manuel Gutiérrez de Güemes. La asamblea se realizó el primero de febrero de 1799, en presencia del coronel don Ignacio García Rebollo, como Comisionado por el Virrey, y en ella se les asignó un número de caballos que cada hacienda debía tener listo para cualquier emergencia. El 23 de febrero, los convocados recibieron ante el escribano público doce pesos por cada animal que les fue asignado a las fincas, como se relaciona a continuación: 6


El Conde de Valenciana, por Santa Ana, Sandía y demás Don José Díaz Quijano, por La Hoya, Loza y demás Coronel Ignacio de Obregón, por Cañada de Negros y San Ángel Don Baltasar Muciño, por Santa Rosa Don Mariano Marmolejo, por El Palote Don Salvador Buzo, por La Gavia Don José Ildefonso de Septién, por San Nicolás Don Juan Aguilera, por El Granjeno Don José Manríquez, por Cerrito de Jerez Don Ramón Garnica, por las haciendas de Arriba y Abajo Don Francisco Pérez, por Los Sauces Don José Venancio de Roa, por El Jagüey Don Gabriel Gómez, por La Sardina Don Pedro A. Domínguez, por Ibarrilla, Sardaneta y Herrera Don José del Carmen, por El Sauz de Armenta Don Manuel Barros, por Peñuelas José Regalado, por la hacienda de Santiago Don José Campo Verde, por Otates Don Nicolás Nápoles, por El Lobo Don Manuel Ibarra, por Los Tanques Don Julián Santibáñez, por La Zanja y Coyotes Don Manuel Guerrero, por Las Fuentes Don Salvador Buzo, por La Sarteneja Don Agustín Reynoso, por Los Sapos El Alférez don José Francisco Arcocha, por Cerro Gordo Don Fermín Pacheco, por El Potrero y anexos Don Antonio Muñoz, por la hacienda de Otatitos Don Rafael Guzmán, por El Joconoxtle El ayudante mayor don José Puga, por San Vicente Don José Ramón de Hoyos, por la hacienda de Ocotes Don Lorenzo Sánchez, por la hacienda de Guadalupe y Patiña Don Juan Manuel Guerrero, por la hacienda del Talayote

12 caballos. 5 caballos. 9 caballos. 4 caballos. 4 caballos. 4 caballos. 2 caballos. 1 caballo 2 caballos 3 caballos 2 caballos 3 caballos 1 caballo 3 caballos 3 caballos 4 caballos 2 caballos 2 caballos 1 caballo 2 caballos 2 caballos 1 caballo 1 caballo 1 caballo 2 caballos 2 caballos 1 caballo 1 caballo 1 caballo 1 caballo 2 caballos 1 caballo

En virtud del citado repartimiento y de haber recibido cada uno de los expresados hacenderos los doce pesos por cada caballo, se obligaron por sí y a sus haciendas perpetuamente a entregar los caballos útiles en estado de servicio, para cualquier servicio en que se empleen y para la Asamblea anual, precediendo orden superior o aviso del Jefe del Regimiento en caso de urgencia, y los han de poner en esta villa, trayendo el conductor papel del dueño o administrador de la hacienda, que exprese el pelo, fierro y señales, bajo cuyas condiciones quedan las referidas haciendas en obligación perpetua de aportar en todos tiempos los caballos que les están asignados, sin que los actuales dueños ni los sucesores o compradores de ellas puedan eximirse con ningún motivo ni pretexto de este servicio en que tanto se interesa el bien del Estado. Fueron testigos: don Francisco García, don José María y don José Anastasio Manrique.20 En 1802, se filiaron para el Regimiento de Dragones Provinciales del Príncipe: José María Ferrel, Juan Nepomuceno Guerrero, Mariano Marcos Mares, Juan José Núñez de Prado, José Ignacio Muñiz, José Alejandro Satucho, Vicente Aguilera y José Gervasio Balleza.21

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Inicia el siglo XIX Una desgracia cayó sobre León. Inesperadamente la tarde del 14 de septiembre de 1803, la villa se vió inundada. Ese día llovió intensamente y lo grave se sintió cuando comenzó a bajar la corriente de la serranía. Era tanta y con tal fuerza que el lecho del río no fue suficiente para contenerla, saliéndose por sus orillas. El agua subió y entró en muchas casas de la villa y del pueblo del Cuisillo destruyéndolas, las familias sufrieron por la envestida. Fue una noche en que los gritos, los llantos y el estruendo de muchas casas al caer horrorizaron a los leoneses. La desgracia fue tal, que el Ayuntamiento, los sacerdotes y religiosos se reunieron para buscar la manera de evitar nuevas inundaciones. Asistieron don Manuel José Doblado, don Pedro Antonio de Obregón, don José Ignacio Crespo y don Buenaventura Barreda, presididos por el Subdelegado don Juan Zárate y Manzo, el Cura y los religiosos de San Juan de Dios. Fue el agrimensor don Cristóbal Zabre quien, a petición del Subdelegado, propuso el mejor arbitrio, para libertar a la villa de otra desgracia: …su señoría, me encargó que propusiera el mejor arbitrio, para lo que pasé al río, examinando sus orilla hasta encontrar un paraje, por cuyos lados no salió agua alguna, de donde inferí que sacando el nivel de esta altura, un bordo de piedra y cal, que termine en su largo hasta libertar en todas sus partes a la villa, será el medio más oportuno, pues con él se consigue darle profundidad al río, por cuanto el bordo se ha de levantar de la superficie de la tierra, desde una cuarta hasta tres varas y media. Así mismo anchura, porque de un bordo a otro, en donde menos, hay cincuenta varas, también dirección, porque el bordo ha de ser recto, y siendo para libertar a este lugar y al pueblo del Cuisillo, en cuyo medio se halla el río, necesarios dos bordos, uno entre el río y este lugar, el otro entre el río y el pueblo, se hace preciso hacer una obra perpetua, con lo que quedará libre esta villa, aunque venga otra corriente igual a la pasada. A mediados del siguiente año, el Cabildo deseaba poner un impuesto al maíz y la harina e incrementar los pilones que ya se cobraban, pero por órdenes del Virrey se negó el permiso, en cambio se obligó a que entre los vecinos más pudientes se juntaran tres mil pesos para iniciar la obra en los lugares más bajos del río, y por mandato de los señores regidores Manuel José Doblado y Pedro Antonio de Obregón, y con anuencia del Sr. Presidente, el 17 de septiembre de 1804, se extrajeron en calidad de suplemento para la obra del río, en la parte arriesgada del pueblo del Coecillo, 520 pesos 7 reales que se guardaban en el arca de tres llaves, con la obligación de su reembolso luego que se verificara la colecta de los 3,000 pesos entre los vecinos pudientes de la villa. La obra de la muralla fue encomendada a Francisco Fernández, quien comenzó el 5 de marzo de 1805, sacando arena del río con quince obreros contratados. Al día siguiente, entraron en acción quince albañiles, dieciséis peones, ocho mezcleros, nueve cajoneros y diez muchachos.22 En 1807, el Intendente de Guanajuato, Juan Antonio de Riaño, con la aprobación del Virrey, nombró como nuevo Subdelegado de la villa al Capitán del Regimiento de Dragones Provinciales de San Luis, don Esteban de Para y Campillo, quien tomó posesión el 7 de marzo. Unos días después, el 18 del mes, ordenó se publicara el siguiente bando: Los inmediatos días de semana Santa, en que nuestra madre la Iglesia, nos recuerda el misterio sagrado de nuestra redención y que por tanto deberían ser un objeto de nuestro culto, respeto y reverencia, son por desgracia los más profanados por la insolencia de algunos hombres miserables, que abandonados a los vicios más torpes y abominables, parece que en el discurso de todo el año sólo se dedican a hacer 8


un acopio de costumbres estragadas y perversas para por medio de una manifestación desvergonzada, derramar en estos días santos todo el torrente de su iniquidad y malicia. Se estremece todo buen católico al reflexionar el abuso terrible con que se vulneran los respetos sagrados de nuestra religión, en los días mismos que debían consagrarse en modo particular y hacer sobresalir nuestra reverencia a los más altos misterios. Más ya que no esté de mi parte el absoluto remedio a tantos males, para precaverlos al menos en cuanto me sea posible, usando de mi autoridad y jurisdicción, he tenido a bien nombrar sujetos de mi confianza, que encargados de celar el buen orden público en las distintas demarcaciones que se les han señalado, corrijan y contengan todo género de maldad, procediendo a aprehender y poner en la cárcel a todo el que incurra en los delitos de juego, embriaguez, altanería, desvergüenza o que en la noche, dada la queda se encuentre en la calle, con cualesquier motivo. Deberán también velar, principalmente, sobre la conducta de los forasteros, haciendo se retiren de la villa aquellos que no acreditando su hombría de bien, se hagan sospechosos, asegurando sus personas si lo resistieren. Y para que todos reconozcan, respeten y obedezcan a los comisionados que a este fin he diputado, y en los casos ocurrentes ninguno alegue ignorancia, se fijará con este bando una lista que contenga su nombre y cuarteles que se les han designado. Será del arbitrio y el de los señores alcaldes ordinarios, mis compañeros, impedir a los delincuentes que sean aprehendidos aquellas penas a que se hayan hecho acreedores, pero por lo que respecta a los ebrios, se les apercibe desde ahora, que sufrirán en la picota una hora de argolla, veinticinco azotes en ella misma, el pelo cortado y una limeta al cuello que denote el motivo del castigo, imponiéndose igual pena a los portadores de armas cortas. Y por cuanto, a que no se ve en este lugar más que una multitud de gente mal entretenida y ociosa, que por consiguiente debe ser mal entretenida y perniciosa al bien público, se prohíbe a todos los de esta clase sean forasteros o patricios, que si no tomaren una dedicación continua a los ejercicios que supieren u otros destinos generales y comunes, serán aprehendidos y remitidos a Guanajuato, para que por tiempo de dos meses se les aplique (observando carcelería) al trabajo de aquellas minas, debiendo advertirse que pasada Pascua, todo aquel que no acredite hallarse ocupado será comprendido en esta pena. Las personas que nombró fueron: para el Barrio del Rastro: don José Portillo, don Vicente Núñez y don Juan Barrón; de la Calle Real: don José María Puga, don Antonio Barbosa, don Vicente Galván, don Pedro Pérez y don Antonio Torres; del Barrio de La Soledad: don Bernardino Muñoz, don Gervasio Delgado y don Miguel Echeveste; Barrio Abajo: don José Antonio Marmolejo, don Cornelio de Rocha, don Bernardino Azpeitia y don Julián Muñoz, y Barrio de Arriba: don José María Galván, don Juan Cesáreo Velázquez, don Eugenio de Castro y don José Becerra.23 El 8 de mayo de 1807, mandó publicar un bando amenazante ante la presencia de jugadores, ebrios y deudores de los tributos: Habiéndose servido el señor Intendente de la Provincia, con aprobación del excelentísimo señor Virrey, conferirme la Subdelegación de esta villa y su partido, que he precisamente a mi cuidado desempeñar las obligaciones en que este empleo me constituye, y como al efecto deba tomar providencias que exigen meditación y conocimiento ya para que el público no carezca del buen orden necesario a todo lugar, y ya también para que en conocimiento de éste, no se omita ninguno de aquellos medios que dependan de mi autoridad. Por tanto, y reservando para en lo 9


sucesivo las determinaciones particulares y generales que pidan estos principales objetos, me reduciré por ahora a la más exigente y digna de mi atención. La disposición actual de este lugar es un testimonio incontrastable, no solamente del celo y actividad con que velan sobre los intereses de la república los señores alcaldes que en la actualidad lo son de ella, sino también de la docilidad de este público cuyo respeto y adhesión a su provincia me inspira las mejores esperanzas en punto a su buen gobierno, que por mi parte trataré de conservar en cuanto dependa de mis arbitrios y pidan mis obligaciones. El pernicioso vicio del juego, resorte general que pone en movimiento todos aquellos de que es capaz la malicia humana y que principiando y que principiando por la ruina particular de los individuos arrastra las de la familia ----------- debe desterrarse de todo lugar bien ordenado, no solo como un vicio que en si mismo ha merecido la prescripción de las leyes, sino como un manantial de que proceden todos los males capaces de arruinar una república. Por tanto y recordando la prohibición hecha por el excelentísimo señor Virrey, don Antonio Bucareli, refrendada después por el excelentísimo señor Conde de Revillagigedo. Mando se pongan en observancia las penas dispuestas por estos excelentísimos señores en los bandos que por todo el distrito de su gobernación hicieron publicar al efecto y que los ministros de justicia estén en la mayor eficacia en los parajes públicos, casas de juego acostumbradas y que principalmente tomen conocimiento de los propagadores de este vicio, conocidos comúnmente con el nombre de coyotes, para que haciendo se aseguren a ellos y sus cómplices en la real cárcel, se les apliquen con el mayor vigor todas las penas a que respectivamente se hayan hecho acreedores. No es de menos consideración el vicio de la embriaguez, pues convirtiéndose los infelices entregados a él en unos brutos incapaces de racionalidad, se cometen al abrigo de una conducta tan detestable los crímenes mayores, para remedio de los cuales, no sólo haré se apliquen a los prostituidos en este desorden las penas a que comúnmente están sujetos, sino también otras más graves y capaces de escarmentar a los viciosos de este género. Y por cuanto una de mis principales obligaciones sea la recaudación de tributos, cuyo cobro han demorado varias circunstancias, prevengo a todos los que adeudan este real haber, que dentro del término de ocho días, contado desde la fecha de éste, ocurran a satisfacerlo, advertidos que en caso contrario procederé a su prisión, la que sufrirán hasta que verifiquen la satisfacción de este real ramo.24 Comenzando 1808, en bando del 9 de enero, manifiesta su descontento ante los problemas para recaudar los tributos: Por cuanto una de las providencias y principales atenciones de mi cargo sea la recaudación de tributos, cuyo cobro cada día lo retardan los individuos que deben satisfacerlo, con notable perjuicio de la real hacienda; para que en el presente año no se padezca esta demora, que al mismo tiempo que inhabilita los objetos de esta recaudación, resulta en los causantes el gravarse con mayores cantidades que no pueden satisfacer cuando se les ejecuta, por el presente hago saber a todos los habitantes de esta villa, que son comprendidos en matricula de tributos y aquellos que por su calidad deben satisfacerlo, como a los hacendados, mayordomos, cabezas de rancho e individuos que tienen a su cargo gente de servicio y obligadas a esta justa contribución, que sin excusa, pretexto ni otro recurso que el de la pronta solución, comparezcan a 10


satisfacer dentro de breve término este real haber, con respecto a la calidad y estado de cada uno, trayendo consigo la carta de pago del último adeudo que hayan satisfecho, prevenidos que en caso contrario procederé a su prisión, la que sufrirán hasta la satisfacción íntegra de cuanto resten, y a lo demás que dé lugar su omisión. Y para que una tan recomendable providencia tenga el debido efecto, mando se publique por bando en el lugar y paraje acostumbrado, instruya su contenido a todos los comprendidos en él y haga efectiva esta determinación.25 Caso particular lo presentaron los indios del pueblo del Coecillo, quienes para el mes de mayo debían la cantidad de 783 pesos 5½ reales de dos tercios vencidos, desde el año anterior y su Gobernador José Ceferino Hernández, pretextando un ocurso que dijo haber enviado a la Real Audiencia de la Nueva España, con la mayor altanería se resistía a entregar la cuenta y papeles respectivos a la recaudación, pues decía que sólo en el caso de que la república se la pidiese la entregaría, faltando al respeto y subordinación que debía al Subdelegado. El Capitán Esteban de Para informó del hecho a las autoridades de la provincia, ante lo cual el 14 de mayo el Intendente le transcribió el dictamen del fiscal: El que haya dirigido ocurso a la Real Audiencia, no consta, ni menos el que aquel superior tribunal se tenga advocado el conocimiento de este asunto. Pero aún cuando así fuera, no por esto podría el gobernador ni la república negarse a la ejecutiva satisfacción de una deuda tan recomendable y digna de atención, por lo que no pueden disimularse los pretextos de que se vale el gobernador para negarse al entero de la mencionada cantidad, ni a la demostración de la cuenta y documentos que se expresan. En esta atención se servirá vuestra señoría, si lo tiene a bien, ordenar a dicho Justicia Mayor, que haciendo juntar a los oficiales de la república, como también al gobernador Hernández, les manifieste la estrecha obligación en que se hallan de enterar dicha cantidad y la injusticia e ilegalidad de los pretextos de que se valen para eludir la paga, para la cual los requiere en debida forma bajo el apercibimiento de que no hacerla, como también la presentación de la cuenta y papeles conducentes, se procederá al embargo de sus bienes y prisión de sus personas, y a lo demás que haya lugar en derecho, sin admitirles excusa en su contradicción. Y practicada esta diligencia dé cuenta con ella a la mayor posible brevedad, para que en su vista se tome la providencia que convenga. Y agregó: Así lo tengo mandado en auto de esta fecha, de acuerdo con mi asesor ordinario, y que se prevenga seriamente al gobernador Hernández para que en lo sucesivo respete a su Subdelegado Justicia Mayor, guardándole la subordinación debida, sin dar mal ejemplo a los demás justiciales y a la república. Lo que manifiesto a vos para su inteligencia y cumplimiento. El Subdelegado de León, ordenó el día 16: Cúmplase en todo lo mandado por el señor Intendente de conformidad con lo pedido por el promotor fiscal, y a sus debidos efectos, hágase se junten en las casas reales donde está el gobernador, la república del pueblo del Coecillo, y haciéndoseles manifiesta la estrecha obligación en que se hallan, de enterar las cantidad de setecientos ochenta y tres pesos cinco y medio reales de los dos tercios de tributos, que están vencidos del año pasado, y lo injustos e ilegales que son los pretextos de que se valen para eludir la paga, requiéraseles por ésta en toda forma, apercibidos sin admitir excusa ni contradicción, que de no hacerlo con la cuenta y papeles conducentes, se procederá al embargo de sus bienes y prisión de sus personas, con lo demás que haya 11


lugar en derecho. Así mismo, prevéngasele al gobernador Hernández el respeto y subordinación que ordena, y hecho todo, dese cuenta a la posible brevedad a dicho señor Intendente. Dos días después, en la sala de declaraciones, ante el Subdelegado, comparecieron el Regidor Juan Ventura Vilches, el Alguacil Juan de la Cruz Juárez, el Escribano José Mateo Martínez y el Gobernador José Ceferino Hernández, se les leyó e hizo entender por el escribano la superior orden, con las prevenciones y apercibimiento, y se les requirió el pago de los 783 pesos 5½ reales y la manifestación de la cuenta y listas que acreditaban el adeudo de tributos vencidos del año pasado. Entendidos de todo, dijeron: Que el próximo domingo se presentará por el gobernador el respectivo cuaderno, y por el regidor la lista de todos aquellos individuos que han sido recaudados por su mano, y con estos documentos los reales que tuviere, para que abonados éstos al descubierto dicho, se liquide la cuenta de aquel en quien quedare y se exhiba a quien lo debiere. Que por lo demás están entendidos de la subordinación que deben al Justicia Mayor y que el haber resistido las listas cuando las pidió, no fue por inobediencia, sino por consideración a la república, que es responsable en todo tiempo a los descubiertos que resultan en este ramo. No cumplieron con lo prometido, así que el 14 de junio, se les mandó notificar que dentro del tercer día lo verificaran con apercibimiento, en caso de omisión, del embargo de bienes y prisión de sus personas. Así lo hizo el escribano y ellos respondieron: que dentro de los tres días responderán. Tampoco cumplieron con el plazo establecido, así que el Gobernador fue arrestado. El 22, ante el Escribano compareció el Regidor, Alguacil y varios de los vocales de la república del pueblo del Coecillo y, en virtud de la diligencia precedente, dijeron: que saliendo el gobernador de la prisión, en compañía de él harán la exhibición de todo aquello que estuviere recaudado, arreglado al cuaderno y lista que tiene en su poder, pues éste se mantiene desde su principio a su cargo y las listas se mantienen en poder del regidor y el alcalde Silvestre Arrona. También pidieron que se les dejara consultar con los demás que faltaban, lo que debía seguir a la respuesta. Al día siguiente, sólo se presentaron el Alguacil y el Regidor, expresando que no tenían otra cosa que responder, más que lo mismo que consta en el principio de la diligencia. Quedando inconcluso el caso y la deuda pendiente.26 Durante los dos años que el Capitán Esteban de Para y Campillo estuvo al frente de la Subdelegación de León, la deuda de los cuatro pueblos de indios de su jurisdicción por falta de pago de tributos y bienes de comunidad se fue incrementando: Pueblo de San Francisco del Coecillo Del año de 807 debe de tributos 707 pesos 5 reales Del año de 808 1,769 pesos 1 real

2,474 pesos 6 reales

Pueblo del señor San Miguel Del año de 807 debe de tributos Del año de 808

1,247 pesos 3 reales

153 pesos 5 reales 1,093 pesos 1 real

Pueblo de San Francisco del Rincón Del año de 807 debe de tributos 88 pesos 1 real Del año de 808 758 pesos 1 real Pueblo de la Purísima del Rincón 12

846 pesos 3 reales


Del año de 808 debe de tributos 519 pesos 5 reales Deuda de tributos Deben los pueblos de bienes de comunidad Total descubierto

519pesos 5 reales 087pesos 2 reales 1,022pesos 5 reales 6,109 pesos 7 reales27

Mientras en la Nueva España se urgía el cobro de reales para enviarlos a la península, la monarquía de Carlos IV daba el último paso de una diplomacia profranca y antibritánica que tan nefasto resultados tendría. Al inicio de la primavera de 1808 las tropas napoleónicas cruzaron los pirineos y avanzaron sobre el territorio español. El 17 de marzo, tras la ocupación francesa de Cataluña y Navarra, el pueblo de Aranjuez se amotinó frente al palacio de Godoy, provocando la renuncia del ministro y la abdicación de Carlos IV a favor de su hijo Fernando VII. Napoleón ordenó la ocupación de España, un ejército de más de 150,000 hombres avanzó de norte a sur por el centro de la península hasta Toledo, ocupando Madrid, y el envío de ambos monarcas a Bayona; en ese lugar obligó a Fernando VII a devolver la Corona a su padre, y luego a Carlos IV a cederle los derechos del trono español a su hermano José Bonaparte, quien intentó atraer a las élites afrancesadas mediante la Constitución emitida en Bayona. Pero la imposibilidad de establecer un gobierno civil en las provincias vascas, Navarra, Aragón, Cataluña y otras regiones frustró la normalización política de la zona ocupada por los franceses. En muchas provincias, la ausencia del Rey favoreció la formación de Juntas Provinciales. Aunque los burócratas y el ejército aceptaron los hechos, el pueblo de Madrid se reveló contra la ocupación napoleónica a principios de mayo de 1808, invocando a la Virgen del Pilar y a Fernando VII, El Deseado, como emblemas de la religión católica y de la Independencia de España frente al ateísmo de los invasores franceses. Los pobladores de Asturias, Aragón, Galicia y otras provincias se insubordinaron contra las autoridades españolas que colaboraron con los franceses y la guerra se extendió a lo largo y ancho de la península. A finales de julio, las tropas francesas capitularon ante la contraofensiva española en Bailén. José Bonaparte se vió obligado a abandonar Madrid y refugiarse en Vitoria, y el ejército francés tuvo que retirarse hasta el río Ebro. Los españoles albergaron la esperanza de verse libres y tener a su Rey de regreso.28 Para celebrar el retorno de Fernando VII a España, el Subdelegado invitó a los leoneses a unirse a los festejos: La Divina Providencia, que habiendo elevado al trono de sus mayores a nuestro gran monarca, el amado Fernando Séptimo, permitió por altos fines que no debemos escrutar, los sucesos lastimosos que hacia su sagrada persona han llorado ambas Españas, no ha querido dejar sin escarmiento al tirano enemigo que los ha excitado y al que lo es por carecer de la religión y de la humanidad, el pérfido Napoleón. Ha auxiliado nuestras gloriosas armas contra éste monstruo y protegiendo nuestra justicia, en defensa de ambas causas hemos tenido una sucesión continuada de noticias felices, que no solo dan esperanza de ver restablecido a su solio al deseado Fernando, sino que nos hacen creer le tenemos ya en sus dominios y rodeado de sus felices vasallos. Estos plausibles conceptos que han inundado de gozo nuestros corazones, así como han dado motivo a las demostraciones de júbilo con que ha explicado su regocijo nuestra gran metrópoli, la noble, la fidelísima, la leal, la excelentísima ciudad de México, y a su ejemplo los demás lugares de este nobilísimo reino, así también han 13


conmovido nuestros sentimientos ----, religión para que, reconociendo los inmensos extraordinarios auxilios con que la Divina Providencia ha protegido nuestras armas victoriosas, le tributemos en debida acción de gracias los cultos y sacrificios a que estamos obligados. Los días jueves y viernes inmediatos que en esta villa se han dedicado a tan religioso objeto, lo serán también de nuestro amor y fidelidad al soberano, y como quiera que en todo debemos manifestar nuestro reconocimiento a Dios y nuestro ----, espero que este vecindario manifieste las disposiciones de que haya animado por medio de la iluminación en ambas noches, adorno de las casas, salvas y públicas aclamaciones cada uno según sus proporciones y facultades. Me lisonjeo de que todo el común recibirá con gusto esta insinuación y que, contribuyendo con entusiasmo fiel y religioso, a que se logren tan loables ideas dará esta prueba de su amor al católico Fernando. Sí, fieles leoneses, mi corazón se une con el vuestro, con todos hablo y a todas clases me dirijo, pero principalmente al pequeño pueblo, a esta porción escogida que dedicada al personal trabajo sostiene con la aplicación a ella, distintas clases de que se compone toda sociedad. Lo repito, amados míos, mi corazón se une con el vuestro y en esta amable concordia, que estrechamente nos liga, no dudo que vuestras aclamaciones hagan resonar en los rincones más ocultos el nombre de nuestro amado Fernando. Viva Fernando, leoneses, y así como espero y os suplico esforcéis vuestros extremos con tan plausible motivo, así también os ruego no manchéis con el desorden la hermosura de estos días, dedicados al respeto del altar y al que debemos al trono. Dado en esta Subdelegación de León, a 10 de agosto de 1808.29 *

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La noticia preventiva que he dado al público, en bando promulgado el 18 de septiembre, sobre el día asignado para la proclamación y jura de nuestro católico deseado monarca, el señor don Fernando Séptimo, ha producido todo su efecto en este fiel vecindario, que trabajando sin omitir dispendio en la decencia exterior de casas ha dado a sus calles la más hermosa vista, y acreditado con su empeñoso esmero, el celo y amor con que se prepara al lucimiento y decoro del solemne homenaje que debe prestar a su amado soberano. Esta disposición de los ánimos (manifestada ya en ocasiones anteriores) me hace creer que continuándose en los días 13, 14 y 15 del presente en que se han distribuido los distintos actos de la función, llenarán su lucimiento por medio de una completa iluminación en las tres noches, adornos decentes en puertas y ventanas, y limpieza en las calles, como ya está prevenido. Así lo espero, y por lo mismo nada tengo que advertir con este objeto al vecindario, que animado por sí mismo, sabe esmerarse y distinguirse en cuantas demostraciones contribuyen a manifestar su amor y lealtad al Soberano. Más como su entusiasmo mismo, en el general concurso puede producir algunos inconvenientes, que deben precaverse anticipadamente, he tenido a bien tomar al efecto las siguientes providencias: 1ª. Desde el día 13, en cuya noche ha de darse principio a la solemnidad con los artificios de fuego, que están prevenidos, se cerrarán al tocarse la oración, todas las 14


tiendas en que se vendan licores, para evitar por este medio el horroroso abuso que se hace de ellos y los males que produce la embriaguez en todo concurso; cuya providencia se observará en las noches siguientes del 14 y 15. 2ª. En la tarde del 14, que debe ser el Paseo del Real Pendón, se omitirá el uso de coches y caballos, y lo mismo en las tres noches de iluminación, precaviéndose de este modo los daños y contingencias que puedan causarse en la concurrencia al acto y paseo de las calles. 3ª. En la mañana del 15, ha de celebrarse la función de iglesia, pero siendo tan reducida la parroquia y no ser posible el que se contenga en ella la multitud de gente que ha de presentarse, cuyo número excesivo producirá, no sólo el desorden en el templo, sino también la sofocación y muerte de algunos concurrentes. Para evitar estos daños, que cada uno de por sí debe tener en consideración, ya por el respeto que todos debemos a los actos religiosos y ya por el mal, que como se expone, pueden causarse, así mismo se espera que este dócil público se contendrá ----------------------- las puertas de la iglesia para prohibir la entrada, con arreglo a los bandos superiores que hay sobre la materia, ya que el templo por su corta extensión, no puede admitir a un unmeroso concurso. 4ª. Se prohíbe generalmente, toda clase de desorden que pueda ofender o molestar la pública tranquilidad, sin que por esto me valga de los apercibimientos ordinarios, porque estoy bien persuadido a que la prudencia y regular modo de operar, ya que tengo experimentado en este vecindario, no dará lugar a ejecución alguna, pero si acaso (lo que no espero) se cometiere algún exceso contra estas disposiciones, será castigado con la mayor severidad. Creo no tendré el dolor de verme en este extremo, antes si me prometo, que el vecindario todo, contribuirá a tan justas miras, conteniéndose cada uno en su deseo y coadyuvando a una con el arreglo de sus acciones al que debe tener una función, en cuyo respetuoso desempeño, se interesan los objetos más dignos de nuestra consideración. No soy yo, fiel vecindario, el que prescribe el arreglo que se propone para precaver el buen orden, en la jura de nuestro Soberano, él mismo os habla por mi conducto, vuestro amado Fernando es el que pide el arreglo común. Aquel Fernando mismo, que es el objeto de vuestro amor y de vuestras públicas aclamaciones, es quien exige la atención de todo cuanto puede contribuir al respeto que le debéis, vuestra propia seguridad y conveniencia es igualmente interesante en ella. Reflexionad acerca de estos objetos y hallaréis que yo no me propongo otros que vuestra utilidad común, y el buen nombre que deseo a una jurisdicción, que confiada a mi cuidado, pretendo se acredite amante a su Soberano y celosa de su reputación. Vivo satisfecho de que en nada faltaréis a las obligaciones de cristiano religioso y vasallos fieles y que vuestra moderación en los días expresados acreditarán mis conceptos. Dado en la Subdelegación de León, a 9 de octubre de 1808.30 El 11 de junio de 1808, los ministros principales de la real tesorería de la provincia y el promotor fiscal denunciaron al Intendente:

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Al descubierto de seis mil ciento ochenta y dos pesos cinco reales en que se halla el Subdelegado de la villa de León, don Esteban de Para y Campillo, por la recaudación de tributo de su cargo del primero y segundo tributo del año anterior, debe agregarse tres mil setecientos cuarenta y tres pesos un real del último, cuyas partidas suman nueve mil novecientos veinticinco pesos seis reales… Tras un largo proceso, y preso en el cuartel de infantería de la ciudad de Guanajuato, fue aceptada su renuncia por el Virrey el 9 de mayo de 1809 y sus fiadores tuvieron que pagar parte del desfalco.31 1

Historia de México. México, Salvat Editores de México, 1974, -Tomo 6-, p. 88. AHML AM-MLC-COM-C. 1-Exp. 1-1596. 3 AHML AM-MLC-COM-C. 1-Exp. 2-1618. 4 AHML AM-MLC-COM-C. 1-Exp. 4-1626. 5 AHML AM-ML-NYA-C. 1-Exps. 11 y 12-1755. 6 Lara Valdés, José Luis. Historia del Ejército en Guanajuato Primera parte 1760 a 1810, Guanajuato, Talleres Gráficos del Gobierno del Estado de Guanajuato, 2003, pp. 14 y 15. 7 Lara Valdés, José Luis. Historia del Ejército…, op. cit. p. 18. 8 AHML AM-JTC-BDS-C. 5-Exp. 49-1764. 9 AHML AM-JTC-BDS-C. 5-Exp. 61-1765. 10 AHML AM-MLC-COM-C. 1-Exp. 9-1767. 11 AHML AM-MLC-RCL-C. 1-Exp. 15-1771 y AM-OBP-PPA-C. 4-Exp. 18-1773. 12 AHML AM-CAB-ACB-C. 1-Exp. 2-1787. 13 AHML SD-JTC-BDS-C. 3-Exp. 19-1794. 14 AHML SD-MLC-RCL-C. 6-Exp. 2-1794. 15 AHML SD-MLC-COM-C. 1-Exp. 8-1794. 16 AHML SD-MLC-COM-C. 1-Exps. 9 y 10-1795. 17 AHML SD-MLC- RCL-C. 6-Exps. 8 y 10-1796. 18 AHML SD-JTC-BDS-C. 4-Exp. 7-1797. 19 AHML SD-MLC-RCL-C. 6-Exp. 11-1800. 20 AHML F. N. Vol. 1799 fojas 51v-52v 21 AHML SD-MLC-RCL-C. 6-Exp. 12-1802. 22 AHML SD-OBP-INU-C. 1-Exp. 7-1803. 23 AHML SD-JTC-BDS-C. 6-Exp. 51-1807. 24 AHML SD-JTC-BDS-C. 6-Exp. 50-1807. 25 AHML SD-JTC-BDS-C. 6-Exp. 80-1808. 26 AHML SD-TSR-IMP-C. 1-Exp. 32-1809. 27 Ibídem. 28 Gran Historia de México Ilustrada. México, Tercera reimpresión, Editorial Planeta De Agostini, 2006 -Tomo 5-, 2006, p. 15. 29 AHML SD-JTC-BDS-C. 7-Exp. 13-1808. 30 AHML SD-JTC-BDS-C. 7-Exp. 20-1808. 31 AHML SD-TSR-IMP-C. 1-Exp. 32-1809. 2

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El Inicio de la Insurrección En la primera década del siglo XIX, la villa de León tenía una población de 18,000 habitantes, se componía por la traza original de los españoles, con dos barrios, el de Arriba, habitado por mulatos libres dedicados principalmente a la curtiduría y obrajería; el de Abajo, San Juan de Dios, que apenas se cuajaba en torno al convento-hospital de los frailes juaninos, y dos pueblos de indios, San Francisco del Coecillo y San Miguel de la Real Corona. En su rededor había varias docenas de haciendas y ranchos muy prósperos, dedicados al cultivo del trigo y maíz, y a la cría de ganado mayor y menor. Siendo León cabecera de Subdelegación, estaban sujetos a ella Pénjamo, Cuerámaro, Huanímaro, Abasolo, San Pedro Piedragorda y los pueblos del Rincón, que eran San Francisco y Purísima, pero a su vez dependía de la Intendencia de Guanajuato. La parte espiritual estaba regida por la Parroquia de San Sebastián, entregada apenas unos años atrás por los franciscanos al clero secular, siendo su Párroco en turno don Tiburcio Camiña. Unos cuantos frailes franciscanos se quedaron en el templo de la Tercera Orden, casi en el anonimato, y en San Juan de Dios estaban los juaninos, quienes se dedicaban a atender a los enfermos en el hospital a su cargo. José Mazorra de Vegas al frente de la Subdelegación de León Por oficio del Promotor Fiscal de la Real Hacienda, que dirigió el 24 de enero de 1809, al Intendente de Guanajuato, Juan Antonio de Riaño: Al descubierto de seis mil ciento ochenta y dos pesos cinco reales en que se halla el Subdelegado de la villa de León, don Esteban de Para y Campillo, por la recaudación de tributo de su cargo del primero y segundo tributo del año anterior, debe agregarse tres mil setecientos cuarenta y tres pesos un real del último, cuyas partidas suman nueve mil novecientos veinticinco pesos seis reales; y para excusar un nuevo cargo nos parece conveniente se sirva vuestra señoría nombrar uno de los vecinos de probidad y abono de dicha villa, que de luego a luego, se encargue de la del presente, impartiéndole sin limitación alguna cuantos auxilios necesite por los alcaldes ordinarios, supuesto que por la falta en que ha incurrido Campillo deba quedar suspenso del uso de su empleo; y por cuanto, según las más seguras y fidedignas noticias que tenemos, se hallan en don José Mazorra de Vegas, vecino republicano de dicha villa, reunidas las circunstancias necesarias al empleo de aquella comisión, se servirá vuestra señoría, si lo tiene a bien confiarla, precediendo el otorgamiento de la correspondiente escritura a favor de su Majestad. A lo que el Intendente ordenó ese mismo día: En vista del excesivo descubierto en que se halla con la real hacienda el Subdelegado de León, don Esteban Para y Campillo, por el recomendabilísimo e importante ramo de tributos, de los antecedentes del caso y de la irregular con que él se conduce el Justicia, todo lo que tiene bien presente el juzgado que no perdonó diligencia alguna al efecto del entero, obrando según acostumbra con todo el celo y eficacia propia de su ministerio; hágase en todo como piden los activos ministros de 17


estas reales causas y el promotor fiscal. Y para que, tal vez por algún accidente imprevisto, no padezca la menor demora la recaudación de tributos por pagar vencidos y que se vencieren, encargada al republicano vecino de dicha villa, don José Mazorra de Vegas, y por otra parte ni los fiadores de Campillo, dignos de consideración ni éste puedan alegar en tiempo alguno excusas o pretextos sobre el debido reintegro de la expuesta deuda de nueve mil novecientos veinte y cinco pesos seis reales, el juez de comisión Subdelegado de Pénjamo librará inmediatamente órdenes a los pueblos y segundos recaudadores de tributos, para que por ahora no entreguen éstos al citado don Esteban ni a otro que los intente percibir a su nombre o con su poder, y si sólo al expresado Mazorra dada que sea por este la correspondiente fianza, lo que se notificará al Subdelegado deudor, a fin de que como interesado en su cobro interponga en él prestando al comisionado las noticias y documentos justificativos del adeudo, lo que también se hará saber a los fiadores para su resguardo, gobierno e inteligencia. El nuevo comisionado respondió: Señor Intendente don Juan Antonio de Riaño. He recibido las diligencias relativas al nombramiento que vuestra señoría ha hecho en mí, con fecha de veinticuatro del corriente, a pedimento de los ministros principales de real hacienda para que recaude los tributos de esta jurisdicción, adeudados en el año anterior de 1808 y que se deben cobrar en el presente, y aunque por corresponder a la confianza de dichos señores ministros y de vuestra señoría, procederé a ponerlo en práctica, promulgado que sea el bando por el alcalde ordinario de 1er voto, que ya está de acuerdo para ello, debo hacer presente, la gran dificultad que se ha de ofrecer, teniendo que valerse de auxilios, por el ninguno o poco caso que han de hacer los contribuyentes, a no verse revertido o con la facultad de Subdelegado interino, o a lo menos con una facultad amplia y expresa de vuestra señoría, para proceder al cobro ejecutivamente cuando el caso lo requiera en la persona y bienes de los contribuyentes, sin necesidad de ocurso, al auxilio de los jueces ordinarios, que aunque no dejarán de prestarlo, después de ----sarse la ocasión, en estas demoras, falta como ya insinué, el respeto y temor que descargado deben tener los mismos contribuyentes. Los ministros principales de real hacienda que hacen la parte del real fisco, no exigen fianzas de estilo por esta recaudación interina, y aunque yo tengo facilidad de presentarlas, no parece regular que se eroguen los gastos necesarios, ni se income a los deudores para una recaudación al quitar y procesa en el momento que se provea la propiedad del empleo. En cuanto a la recaudación de lo adeudado, en los años anteriores, y lo no recaudado, contemplo que no habrá sino el ánimo de hacerme cargo, más que de diligenciarlo, pero aunque así se hará con todo empeño, parece conveniente la expresa ocasión, a fin de evitar disputas ulteriores, debiendo hacer presente que lo que hasta ahora he entendido, se ha dejado de pagar al Subdelegado don Esteban de Para y Campillo, consta de la adjunta nota y cuyo cobro me parece muy difícil o imposible, porque si hay tanta dificultad en la recaudación de lo presente, mucha mayor debe ser acerca de lo pasado, en personas que por lo regular carecen de bienes. Dios guarde a vuestra señoría muchos años. León, enero 30 de 1809.

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Unos meses después, ante las hostilidades del Capitán Esteban de Para y Campillo para ayudar en la recaudación de los tributos al comisionado, el Intendente decidió nombrarlo Subdelegado Interino. Guanajuato y marzo 18 de 1809. Como piden en todo los ministros principales de esta real tesorería y el promotor fiscal, sírvase al efecto con inserción de sus pedimentos, orden al comisionado don José Mazorra de Vegas, al cual se le nombra por este decreto Subdelegado interino de la villa de León y su partido, para que sin mezclarse en el punto de arresto del deudor contumaz, capitán don Esteban de Para y Campillo, disponga con eficacia el más breve puntual cumplimiento de los demás en los términos asignados, dentro de los cuales deberá el último responder y satisfacer sin excusa ni pretexto, de modo que el comisionado quede expedito y con cuantos apuntes, documentos, noticias, listas y relaciones necesitare y pidiere al total mejor desempeño del encargo primero y de la Subdelegación en todos sus ramos de justicia, policía, real hacienda y entero de ésta. Y cualquiera que sea el resultado, notificará Mazorra a dicho Campillo el que después de ejecutar exactamente por su parte lo mandado comparezca personalmente en esta ciudad capital de provincia ante el presente señor juez, sin excusa ni pretexto, pues de lo contrario, que no se espera, se tomarán otras providencias más serias. Y en todo caso dará el Subdelegado interino cuenta de las resultas a la mayor brevedad posible, el señor Intendente Corregidor Comandante de las Armas de la provincia, así lo proveyó, mandó y firmó con su asesor ordinario. De que doy fe. Juan Antonio de Riaño. Manuel Pérez Valdés. Ante mí. José María Marquina. El Capitán Esteban de Para y Campillo, para manifestar su inconformidad, envío una carta al Intendente, donde incluyó su renuncia. Desde la última ocasión que concurrí con vuestra señoría en esa capital y me restituí a esta villa, no he dejado de tomar todas las providencias que he juzgado oportunas, a fin de recaudar el adeudo de tributos y bienes de comunidad en que se hallan los indios, y la jurisdicción, entre otros medios de que me he valido, ha sido uno de ellos, hacer un padrón exacto, que manifestando el número de tributarios existentes en haciendas, ranchos y todo género de población, acredite también el total de los que no han pagado, para que sobre un conocimiento cierto de los que sean se les exija debidamente. Más como esa operación es dilatada por lo extensa que es la comprensión, no ha podido aún concluirse, ni yo dar cuenta con el resultado, ni dictar tampoco las providencias relativas al total cobro, como lo haré luego que termine esta útil y necesaria operación. En estas circunstancias se ha extendido hoy por la villa una providencia de vuestra señoría, que después de bien traqueada en cuanto teatro presenta el lugar, ha llegado a mi noticia, sin que el comisionado me haya hecho saber de ella una palabra, porque desde luego siguiendo el caritativo sistema que se ha propuesto, no quiere que yo sepa cosa alguna hasta que por voz de pregonero se suine por toda la villa, aún en los corrillos más despreciables como ha sucedido en todas las anteriores. Ella, en fin se me ha dicho, es dirigida a que estando admitida mi renuncia, se me exijan los documentos relativos a ella y que pase la jurisdicción a don José Mazorra. 19


Ni ahora ni nunca dejaré de obedecer las órdenes de vuestra señoría como es debido, pero en cuanto a la presente, me han estimulado a que le suplique las circunstancias en que me veo y comprometimiento de mis fiadores. Ya acreditaré a vuestra señoría con suficientes documentos luego que se concluya el padrón, que mayor cantidad de la que comprende mi descubierto, que está debiendo la jurisdicción, y que siendo ésta cobrable mientras me halle en ejercicio, será toda pérdida luego que salga de él. A verdad que a estas resultas me hace acreedor mi indulgencia; pero también lo es, que a más de mi compasión mal entendida, tuve consideraciones que en cierto modo me obligaron (principalmente hacia los indios) a más de ella, como lo haré ver si fuere necesario. Más como no sea mi ánimo disculparme, sino sólo conseguir de la bondad de vuestra señoría un término en el cual pueda reintegrar como debo el descubierto en que me hallo, omitiré explicarme sobre la exposición antecedente. Ni yo solicitaría, ni vuestra señoría querría concederme tampoco un dilatado plazo, pero al menos le suplico me amplíe hasta todo el mes que entra, en cuyo tiempo en cobrar la mayor parte (al menos) de lo que se me está debiendo, y toda la semana presente para concluir la cuenta con pago de las responsabilidades independientes, que consisten en corta cantidad por las que he satisfecho de cuenta de comunidad a los maestros de escuelas de tres pueblos en los dos años vencidos, y porque lo de asiento de gallos está existente en esa capital, para enterarlo con un pico de veintetantos pesos, que aún no me exhibe don Cristóbal Zabre. Considero que vuestra señoría tiene razones para no concederme la gracia que le pido, porque las desgracias de los tiempos o más bien la Providencia Divina, que quiere de este modo corregirme, ha querido que todos mis proyectos hayan salido vanos y de aquí han resultado mis falincias en lo que he prometido. Luego que llegó aquí Zárate con su comisión, se exaltó el ánimo de algunos vecinos, hasta ofrecer uno de ellos pagar por mí cualesquiera descubierto y los demás responder por mis resultas. Ofrecí en aquellos momentos afianzarlas, tan persuadido yo de poderlo hacer, como animados ellos a ejecutarlo, pero después y mayormente luego que llegó la providencia que sobre esto se cometió a Mazorra, cuyas circunstancias saben hasta los niños de la escuela, he advertido en aquellos mis benefactores cierto gesto de frialdad, y retiro absolutamente me ha desalentado, y como por otra parte hace tiempo que vivo de recibir desaires, como ya de encontrarme con uno en cada paso que doy. En éste estado y siéndome ya vergonzosa porque no hay quien no me señale con el dedo, viendo en mí el objeto de las comunes conversaciones, para todo me desanimo, y aún debe vuestra señoría creer que vivo forzadamente. Ni aún para esta representación habría tenido aliento, si un amigo que en cierto modo es interesado y que conoce prácticamente la realidad de cuanto expongo, no me hubiese precisado. Deseo en la ocasión presente hasta perder la vida, porque mis infaustos sucesos me hacen ya verla con odios y como una carga vergonzosa que arrastro por

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donde quiera que voy. Dios me libre de esta fatiga o ejercite su voluntad del modo que quiera, dándome la resignación que necesito. Si vuestra señoría quisiere tener por mí la consideración que le suplico, espero que añada a él la gracia de que directamente me venga cualesquiera providencia y de modo que pueda yo encerrar en mí mismo lo que tenga de penoso, y cumplir con ella sin que un comisionado sin caridad ni buena fe me esté indignamente sacando a la vergüenza pública. Soy un Subdelegado, señor Intendente y esta investidura aunque recaiga en un hombre malo, espero merecerá a vuestra señoría se la trate con el decoro que pido: no se me haga ya en el poco tiempo que me resta un objeto de la insolencia pública. Así lo ruego a vuestra señoría encarecidamente, expresándole que en la notificación que se me haga responderé que sobre sus puntos he representado a vuestra señoría y que espero su resolución. Dios nuestro señor guarde la vida de vuestra señoría muchos años. León, marzo 20/809. Aún así, el Ayuntamiento fue convocado para dar la bienvenida a la nueva autoridad, levantándose la siguiente acta: En la villa de San Sebastián de León a 21 días del mes de marzo de 1809, habiéndose juntado en su Sala Capitular el Ilustre Ayuntamiento de ella, citado por el señor alcalde de primer voto, don Francisco Ildefonso Mazorra, con mérito a un pliego cerrado que ha dirigido el comisionado al cobro de tributos por el alférez de dragones provinciales de Nueva Galicia don José Mazorra, en cuya cubierta previene la separación del Subdelegado don Esteban de Para y Campillo, se rompió ésta y dentro se encontró un expediente que seguido entre los oficiales reales de la ciudad de Guanajuato, y el promotor fiscal de real hacienda contra el citado Campillo, sobre el cobro de tributos y otros ramos pertenecientes al real erario y a pedimento de dichos ministros y promotor fiscal, admitida la renuncia de la Subdelegación de esta villa que tiene hecha el referido don Esteban, en su consecuencia se ve por el señor Intendente proveído interinamente este empleo con el goce y jurisdicción de las cuatro causas en el insinuado, don José Mazorra, cuyo documento acompañó con el oficio, y pretensión siguiente: Oficio. Muy ilustre señor. Me hallo con el adjunto expediente en que se contiene el nombramiento de Subdelegado interino de esta villa y su partido en las cuatro causas, que hace el señor Intendente de la provincia en mi persona y siéndome necesario, por los demás efectos a que se extiende mi comisión y nombramiento, la posesión o reconocimiento que de tal Subdelegado se me debe hacer por este Ilustre Cuerpo, lo participo a vuestra señoría, acompañando el citado nombramiento que se servirá devolverme, para la ejecución de las demás diligencias a que se dirige. Dios guarde a vuestra señoría muchos años. Villa de León, marzo 20 de 1809. José Mazorra. Muy ilustre Cabildo Justicia y Regimiento de esta villa de León. Sigue. Lo que vista por su señoría, acordó se reconozca y tenga por tal Subdelegado interino al indicado don José Mazorra y al efecto de este reconocimiento, se mandó comparecer, y siendo presente, en señal de posesión o de aquello que pueda y 21


deba darle y concederle, está según derecho y el espíritu del nombramiento, lo senté a la cabecera y asiento de presidencia, y en el acto se devolvió el expediente que acompañó para la evacuación de las diligencias que demanda. Con lo que se concluyó esta diligencia, que firmó con su señoría el aposesionado de que doy fe. Francisco Ildefonso Mazorra. Manuel José Doblado. Mariano de Obregón. José Ignacio de Pro. José Mazorra. Ante mí. Cosme María de Obregón. Escribano de Cabildo. Las manifestaciones de inconformidad por parte de Campillo no se hicieron esperar: Señor don José Mazorra. En la mañana del día de ayer supe por rumor popular que habiéndose celebrado junta de Cabildo, se había reconocido a vos en ella por Subdelegado de este partido, sin que yo haya tenido noticia antecedente que me previniese de tan extraordinario procedimiento en tal ocurrencia, y siéndolo yo por el Rey, nuestro señor, cuyos respetos se han atropellado por vos y el Ayuntamiento, que sin convocar por su presidente mi asistencia a él, accedió a un acto tan atrevido, en obvio de los perjuicios que podrían seguirse si en el caso tomase las providencias que tal atentado demanda; he tenido a bien elevar mis quejas a la superioridad y le prevengo que mientras por ella no se resuelva acerca de este particular se abstenga de usar todo distintivo y de ejercer jurisdicción alguna en perjuicio de la que el Rey me ha dado, reduciéndose a su comisión de tributos, única investidura de vos por ahora. Dios nuestro señor guarde la vida de vos muchos años. Subdelegación de León, marzo 22 de 1809. *

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Señor Intendente de la provincia de Guanajuato. En este instante que dan la primer plegaria de las doce, acabo de saber que ha habido junta de Cabildo en la que se ha dado posesión de Subdelegado a don José Mazorra, sin que yo tenga noticia de la autoridad que congregó este Cuerpo, ni tampoco de la que le ha autorizado para un proceder semejante. Por consiguiente se ha atropellado por estos individuos la autoridad regia que me confirió este empleo, y yo en defensa de ella y de este trastorno de nuestro orden civil y social, tomaré las providencias que el caso exige; pero antes doy a vuestra señoría parte para que no se me impute violencia. Dios nuestro señor guarde la vida de vuestra señoría muchos años. León. Marzo 21 de 1809. En su misma carta, el Intendente escribió su orden de arresto: Al capitán don Esteban de Para y Campillo. Guanajuato, 22 de marzo de 1809. Se me presentará vos inmediatamente, absteniéndose de toda providencia ni ejercicio de autoridad sin mi acuerdo. La superioridad está ya debidamente instruida 22


del manejo de vos, cuyas demasías sabré contener ejecutivamente en el caso de que vos sea tan temerario que quiera absolutamente correr a su perdición. El Capitán Para y Campillo se trasladó a la ciudad de Guanajuato y fue recluido en el cuartel de infantería, en donde se le siguió el proceso y se le tomaban las declaraciones pertinentes, por lo que José Mazorra de Vegas quedó definitivamente como el Subdelegado Justicia Mayor de la villa de León. En informe del 21 de abril, informó al Intendente sobre los trabajos que realizaba para la recaudación de los tributos: Y respecto a que no se ha cobrado por mí el Subdelegado, otra cantidad que lo que por los indios de los pueblos, consta haber satisfecho y entrado en mi poder, queda en esta parte cumplido la razón documentada que se previene, deba sentarse en este punto, pues aunque de particulares se enteraron encargado ya yo de la recaudación de lo atrasado, por don Manuel de Ibarra, treinta y un pesos; don Manuel Aguilar, treinta; don Fernando Becerra, trece pesos dos reales y un tal Badial de San Bernardo, trece con cuatro, que sumadas las cuatro partidas componen: ochenta y siete pesos siete reales, esta cantidad la recibió el capitán Campillo o su encargado, y no la puso a mi poder como lo debía haber hecho, en el acto de cada percepción, verificando lo mismo; con cincuenta y cuatro pesos cuatro reales de bienes de comunidad que del pueblo de San Miguel percibió, en tres de marzo del presente año, en que ya yo el Subdelegado, estaba encargado de todo el cobro de estos adeudos, a cuyas dos partidas de que usó e invirtió en lo que tuvo a bien, se acreció el de ciento setenta y nueve pesos cuatro medio reales que tomó de lo que es a mi cargo en la recaudación del corriente año, pidiéndoselos al encargado que se tenía puesto, sin que hasta la fecha halla reintegrado cosa alguna de ésta, y las demás cantidades que percibió. Lo que resulta adeudado o pagar en tiempo del capitán Campillo, son tres mil setecientos setenta y ocho pesos seis reales y medio, que los cuatro pueblos del Cuicillo, San Miguel, San Francisco y Purísima Concepción salen restando de tributos, de los dos años, en que fue a cargo del citado Campillo la recaudación, y al mismo tiempo adeudan, novecientos dieciocho pesos tres y medio reales de bienes de comunidad, que ambas partidas, componen la de cuatro mil seiscientos cincuenta y siete pesos dos reales, según lo que con presencia de recibos y documentos se extractó en la cuenta, que acompaña a este expediente y liquidación reconocida, que ante el presente escribano hicieron los indios de cada uno de los citados pueblos, en la que no resulta duda ni otro género de adeudo, que debe tener tendencia con la recaudación de tributos. Las diligencias que al efecto se han presentado por don José Antonio Barreda, como encargado del capitán don Esteban de Para y Campillo, son sólo un padrón de las haciendas y ranchos de la jurisdicción, de que el cuaderno de gobierno al cobro de dichas haciendas y del recinto de la villa, que ha pasado a su presencia, se ha extractado igualmente la lista, que también va acumulada a este expediente, firmada de puño del citado Barreda, en la que constando el cobro de 3,683 pesos 6 reales de lo respectivo a las haciendas y 1,568 pesos 2 reales que han producido los individuos de la villa, cotejado el padrón formado salen unas con otras las haciendas iguales en el adeudo, con el cobro hecho pues aunque en unas faltan en otras sobran, prevenido de que unos individuos se paran a las otras. A la cantidad de las haciendas se debe acrecer lo que el capitán Campillo percibió de don José Ferro, administrador de la hacienda de Santa Ana, pues aunque consta en la lista acumulada no haber documento reconvenido el citado Ferro, ha contestado la adjunta carta, por la que se comprueba haber entregado el importe de tributos al citado capitán Campillo. En la citada lista se extraña la hacienda de las Fuentes de Medina, propia de don Juan Manuel Guerrero, quien requerido a presencia del escribano por el adeudo de tributos, aseguró 23


tenerlos satisfechos al capitán Campillo, y cada uno de los interesados entregados de la carta de pago, como lo acreditaría el pago del presente año. Así mismo del cuaderno de mostrencos, que entregó el citado don José Antonio Barreda, se ha sacado la lista que firmada de su puño, acompaña al final de este expediente, en el que no constando más razón de manifestación, venta u otro cargo, que lo que va listado para los efectos que convenga, se ha mandado acumular. Y habiendo expuesto el citado Barreda no tener otra cosa a su cargo y en lo que ha ejecutado tener desempeñado el cargo de su patrono, para conclusión de lo prevenido en el decreto de ocho del corriente, hágasele saber a don José Escandón, como dependiente del señor coronel don Ignacio de Obregón los adeudos que resultan en el ramo de tributos su cobranza y estado para que auxilie e intervenga por su parte en ello, si lo tuviere a bien, lo que verificado, dese cuenta con todo al señor Intendente. Don José Mazorra, Subdelegado Justicia Mayor de ésta y su jurisdicción, así lo diligenció, proveyó, mandó y firmó con el encargado a la entrega y reconocimiento don José Antonio Barreda, de que doy fe. José Mazorra. José Antonio Barreda. Ante mí. Cosme María de Obregón. Razón de la liquidación de los cuatro pueblos de indios de este partido, de lo que le tienen dado a don Esteban de Para y Campillo, y a mí el actual Subdelegado. A saber: Pueblo de San Miguel, año de 1807 Su gobernador Luis Santiago Ramírez, cargo que se le hace por la matricula de su año 1,659 pesos ½ real de tributos. En 4 de julio de dicho año, dio dicho gobernador 401 pesos, consta de recibo. En 1° de noviembre, dio y consta de su recibo, digo en 27 de agosto, 187 pesos. En 1° de noviembre, dio 220 pesos, consta de su recibo. En 4 de diciembre, dio 100 pesos, consta de recibo. En 26 de enero de 808, dio 289 pesos, consta de su recibo. En 18 de marzo, dio 200 pesos, consta de su recibo. En 6 de abril, 50 pesos, consta de su recibo. En 15 de mayo, dio 26 pesos 3 reales, consta de recibo. En 28 de junio, dio 20 pesos 5 ½ reales, consta de recibo. En 22 de agosto, dio 12 pesos. Entregado a don José Mazorra: En 12 de marzo, dio 15 pesos. En 1º de abril, dio 30 pesos. El regidor de dicho pueblo, en dos partidas, 20 pesos. El alguacil, 14 pesos 6 ½ reales. 1,585 pesos 7 reales. Resta de tributos del año de 807. 73 pesos 1 ½ reales. De bienes de comunidad de dicho año, 141 pesos 7 reales. En 3 de marzo de 809, entregó a don Esteban 215 pesos 1 real. 27 pesos 2 reales de bienes de comunidad, consta de su recibo. Resta del año de 807, 187 pesos 7 reales. Año de 808, entregado por el gobernador Pedro Antonio Ortiz a don Esteban de Para y Campillo, en 23 de agosto de dicho año, 212 pesos, consta de su recibo. En 23 de noviembre, dio 125 pesos, consta de su recibo. En 20 de diciembre, por recibo de su encargado, 139 pesos. En 4 de enero de 809, por recibo de su encargado, 100 pesos. Entregado a don José Mazorra: 24


En 3 de febrero, entregó dicho gobernador, 138 pesos. En 20 de febrero, entregó 112 pesos. En 22 de marzo, entregó 150 pesos. 976 pesos. Debe satisfacer dicho gobernador de tributo: 1,659 pesos. Debe: 682 pesos 7 ½ reales. Rebajó 27 pesos 2 reales que en 3 de marzo entregó a don Esteban Campillo de bienes de comunidad, consta de recibo. Cargo 141 pesos 7 ½ reales que deben por los bienes de comunidad correspondientes a este año de 808. Resta el pueblo de San Miguel de los dos años de 807 y 808, 985 pesos 1 real.

Pueblo de San Francisco del Rincón. Año de 807 Entregado por el gobernador Victoriano Jacinto al capitán don Esteban de Para y Campillo: En 6 de mayo, dio 235 pesos, consta de recibo. En 15 de junio, 120 pesos. En 26 de julio, dio dicho gobernador, 120 pesos. En 25 de agosto, dio 50 pesos. En 14 de septiembre, dio 182 pesos. En 2 de octubre, dio 80 pesos. En 17 de noviembre, dio 88 pesos. En 29 de diciembre, dio 300 pesos. En 31 de enero de 808, dio 184 pesos. En 26 de febrero, dio 72 pesos. En 5 de marzo, dio 30 pesos. En 16 de abril, dio 36 pesos. En 8 de agosto, dio 23 pesos. Entregado a don José Mazorra, del año de 807 En 24 de febrero de 809 dio 25 pesos y en 11 de abril, dio 13 =38 pesos. Cargo de tributos de su matrícula 1,572 pesos 1 ½ reales. El mismo año de bienes de comunidad 14 pesos 1 ½ reales. Sale debiendo dicho gobernador: 149 pesos. Rebaja del uno por ciento, que se le pasa de tributos 15 pesos 5 reales. Rebaja de 18 pesos 2 reales de la función del Santo Titular de dicho pueblo. 18 pesos 2 reales. Debe: 115 pesos 1 real. Año de 1808 Entregado por el gobernador Benito López: En 26 de abril, dio 87 pesos. En 30 de mayo, dio 50 pesos. En 24 de junio, dio 90 pesos. En 27 de agosto, dio 143 pesos. En 8 de septiembre, dio 70 pesos. En 2 de diciembre, dio 60 pesos. En 18 de diciembre, dio 74 pesos. En 28 de diciembre, dio 130 pesos. En 16 de enero de 809, dio 110 pesos. En 30 de enero, dio 38 pesos. 25


Entregado a don José Mazorra: En 30 de enero, dio 62 pesos. En 8 de febrero, dio 40 pesos. En 1º de marzo, dio 100 pesos. En 6 de abril, dio otros 100 pesos. En 11 de abril, dio 11 pesos. Es cargo de la matrícula de tributos Bienes de comunidad 134 pesos 6 ½ reales.

1,169 pesos. 1,572 pesos 1 ½ reales. Debe: 538 pesos.

Pueblo chico de la Purísima Concepción del Rincón. Año de 807 De bienes de comunidad de dicho año 35 pesos 7 ½ reales. Entregado por el gobernador Cristóbal de los Reyes Melchor al Subdelegado don Esteban: En 8 de julio, dio 150 pesos, consta de recibo. En 8 de septiembre, dio 100 pesos. En 24 de septiembre, dio 100 pesos. En 24 de noviembre, dio 40 pesos. En 30 de diciembre, dio 24 pesos. En 24 de enero de 809, dio a encargado 200 pesos. Entregados a don José Mazorra, por dicho Gobernador: En 8 de febrero 100 pesos. En 2 de marzo, dio 200 pesos. En 5 de abril, 115 pesos. 1,245 pesos. Cargo de la matrícula de dicho pueblo: 1,349 pesos 6 ½ reales. De bienes de comunidad de dicho año: 115 pesos 7 ½ reales. Debe: 256 pesos 11 ½ reales. En 15 de abril, mandó el Teniente del Rincón, 20 pesos y 10 pesos de dos meses de la escuela que se paga de bienes de comunidad, que ambas partidas importan 30 pesos. Pueblo de San Francisco del Coecillo Que concurrió a liquidar el regidor Vilchis y no lo hizo el gobernador, por hallarse en México, pleitiando ni haber justiciales en los años de 807 y 808. Entregados por Ceferino Hernández, en 19 de julio, 429 pesos. Entregados por el alcalde Arrona, en 23 de agosto, a don Esteban, 124 pesos. En 23 de noviembre, entregados por el regidor Vilchis, 202 pesos 3 ½ reales. En 11 de febrero, dio el mismo regidor, 150 pesos. En 26 de abril, dio 80 pesos. En 25 de mayo, dio 62 pesos. En 24 de diciembre, dio 16 pesos. 1,063 pesos 3 ½ reales. Importa el cargo de la matrícula de tributos: 3,538 pesos 2 reales. De bienes de comunidad, en los dos años: 287 pesos 2 reales. Debe: 2,762 pesos ½ real. RESUMEN GENERAL: Pueblo de San Miguel Quedó debiendo de 807, sin haberle rebajado el uno por ciento, 73 pesos 1 ½ reales. De bienes de comunidad de dicho año, 114 pesos 5 ½ reales.

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De tributos de 88, debe: Dicho pueblo, 682 pesos 7 ½ reales De bienes de comunidad 114 pesos 5 ½ reales

985 pesos 4 reales

Pueblo de San Francisco del Rincón año de 807, 985 pesos 4 reales De tributos de 808, sin descuentos, 403 pesos 1 ½ reales De bienes de comunidad 134 pesos 6 ½ reales 653 pesos 1 real Pueblo chico de la Purísima Concepción del Rincón De bienes de comunidad del año de 807, 35 pesos 1 ½ reales Del año de 808, de tributos 1104 pesos 5 ½ reales De bienes de comunidad, de dicho año, 115 pesos 7 ½ reales Resta, sin haber rebajado su honorario ni función titular:

256 pesos 4 ½ reales

Pueblo de San Francisco del Coecillo Resta de tributos de los años 807 y 808, 2,474 pesos 6 ½ reales De bienes de comunidad, 287 pesos 2 reales 2,762 pesos ½ real Según parece, suma el cargo de tributos de los cuatro pueblos de esta jurisdicción, de los años de 807 y 808, como se manifiesta 3,738 pesos 6 ½ reales y 918 pesos 3 ½ reales, que importa el cargo de bienes de comunidad, ascienden las dos partidas a 4,657 pesos 2 reales. José Mazorra. Razón de las cantidades que han pagado las haciendas y ranchos de la jurisdicción de León, por los tributos pertenecientes al año de 808. A saber: Hacienda de Cerrito de Jerez Hacienda de Duarte Hacienda de Ibarrilla Hacienda del Cerro Gordo Hacienda de los Otates Hacienda de la Sardina Hacienda de la Gavia Hacienda de los Sauces Hacienda de Lagunillas Hacienda de los Tanques Hacienda del Jagüey Rancho de la Cañada de los Muchachos Hacienda de la Sandía Hacienda de San Cristóbal Hacienda de San Judas Hacienda del Sauz de Armenta Hacienda de San Lorenzo del Lobo Hacienda de los Ocotes Hacienda de San Vicente Rancho de Casas Blancas Hacienda del Palote Hacienda de los Sapos Hacienda de la Sarteneja Hacienda de San Cayetano Hacienda de San Nicolás Rancho de san Jerónimo, de don Manuel Mojica

13 pesos 4 reales. 182 pesos 4 reales 67 pesos 6 reales 97 pesos 6 reales 75 pesos 6 reales 124 pesos 4 reales 141 pesos 2 reales 101 pesos 4 reales 40 pesos 31 pesos 82 pesos 67 pesos 6 reales 233 pesos 2 reales 139 pesos 42 pesos 4 reales 157 pesos 6 reales 56 pesos 4 reales 56 pesos 2 reales 63 pesos 24 pesos 2 reales 118 pesos 6 reales 37 pesos 31 pesos 6 reales 35 pesos 24 pesos 4 reales 17 pesos 27


Rancho de San José del Cerrito, de Echeveste Hacienda de San Isidro Hacienda de San Miguel de Otatitos Hacienda de Peñuelas Rancho de don Fernando Becerra Rancho de don Vicente Guerrero, El Talayote Labor de los Castillos Hacienda de la Zanja Medio sitio de San Roque de los Torres Cañada de Alfaro, rancho de Obrajeros, rancho de los Vera y rancho de la Virgen Medio sitio de San Roque de los Montes Peones que trabajaron en la presa de Santa Rosa Rancho de la Patiña y Xoconoxtle Labor de Guadalupe, de don Lorenzo Sánchez Rancho de don Manuel Fernández Lista de la Tenería Hacienda de San Juan de Abajo Rancho de don Miguel Durán Rancho de la Capellanía Rancho de don Miguel Guerrero, en El Talayote Lista sin nombre Rancho de don Ángel José Guerrero Rancho del difunto don Antonio Guzmán Hacienda de San Nicolás de Arriba Rancho de los Lorenzos Rancho de san Nicolás del Monte Hacienda de la Loza y de la Hoya Don Gregorio Badeal, por San Bernardo Labor de los Hernández Hacienda de Santiago Hacienda de la Cañada de los Negros Hacienda de Santa Rosa

18 pesos. 29 pesos 2 reales. 73 pesos 154 pesos 4 reales. 13 pesos 2 reales. 16 pesos 4 reales. 126 pesos 6 reales. 58 pesos 6 reales. 46 pesos 2 reales. 128 pesos 2 reales. 27 pesos. 37 pesos 6 reales. 9 pesos 3 reales. 33 pesos 2 reales. 9 pesos 2 reales. 6 pesos. 14 pesos 4 reales. 13 pesos 4 reales. 12 pesos 4 reales. 28 pesos 4 reales. 32 pesos 6 reales. 19 pesos. 10 pesos 6 reales. 24 pesos. 9 pesos 4 reales. 22 pesos. 87 pesos 6 reales. 119 pesos 6 reales. 50 pesos 6 reales. 93 pesos 4 reales. 200 pesos. 36 pesos 2 reales

Derechos de media anata Los derechos por este ramo han sido solamente los del nombramiento de don Ignacio Zúñiga, para Teniente de los pueblos del Rincón, y don José Ferro, para encargado de justicia de las haciendas de Santa Ana, San Cristóbal y La Sandía, cuyos derechos se enteró en cajas reales a su debido tiempo. Los del nombramiento de don Manuel Barosio, para Teniente de los pueblos del Rincón, por promoción de Zúñiga a la Subdelegación de San Pedro Piedragorda, que también se enteró al tiempo mismo de causarse.1 En 1810, Fernando VII se encontraba preso en Francia por Napoleón. Ante la falta de Rey se estableció la Junta de Gobierno de Cádiz, quien expidió una proclama a la América Española: En la peligrosa crisis que acaba de sufrir la monarquía, cuando asaltada de una nube de desgracias en su defensa exterior, las facciones y el frenesí minaban interiormente sus cimientos para que se desplomase al suelo; cuando la confusión y el desorden no dejaban el poner senda alguna que seguir en medio del laberinto de los sucesos y del movimiento tumultuario de las pasiones; el pueblo de Cádiz, que puesto 28


por la naturaleza y la fortuna inmediatamente al torbellino, ha tenido la suerte de ser unas de las principales columnas en que se han sostenido la unidad y esperanzas del estado, os habla ahora por medio de su Junta superior, para enteraros de la verdad de los acontecimientos, manifestamos la suma de sus operaciones y mostraros el rumbo por donde vuestra vuelta debe seguirnos para la solución de la patria. La fama llevará a vuestros oídos que los franceses han penetrado en la Andalucía, que han ocupado a Sevilla, que se han dilatado hasta el mar, que la Autoridad soberana depositada en la Junta Central lo está ahora en su Consejo de Regencia y que nuestros esfuerzos deben comenzar de nuevo a organizar la máquina de la resistencia contra el enemigo. * * * Tales han sido, pueblos de América, en estos difíciles circunstancias el procedimiento, los deseos y las esperanzas del pueblo de Cádiz y su Junta de Gobierno; la conservación de la monarquía, la gloria del estado y la aprobación de los buenos son el único galardón a que su ambición aspira. Cádiz, 28 de febrero de 1810.2 El Virrey Francisco Javier de Lizana, expidió el 7 de mayo, un bando para el reconocimiento del Supremo Consejo de Regencia de España e Indias.3 Ante los achaques del Virrey, por real orden se le confiere el gobierno a la Real Audiencia, a partir del 8 de mayo. Ésta el día 16, expidió un bando para establecer los términos en que el Supremo Consejo de Regencia dispuso la elección de diputados en cortes generales por Nueva España. Una acción que emprendió, fue solicitar 20 millones de pesos fuertes del comercio para socorrer a la península en su lucha contra los franceses.4 José Mazorra de Vegas, como Subdelegado, expidió un bando dando aviso del juramento prestado a la Suprema Junta de Regencia, solemnizándose con iluminación: Habiéndose celebrado en la mañana de este día, en la Sala Capitular del Ilustre Ayuntamiento, con el regocijo y satisfacción que demanda, el solemne juramento que por Real Cédula de 10 de febrero del corriente año se manda prestar al Supremo Consejo de Regencia, como depositario interino de la soberanía de nuestro augusto Monarca, el señor don Fernando VII, con todo el lleno del poder y autoridad que en la majestad reside. Según es costumbre debe solemnizarse este acto con iluminaciones y muestras de mayor alegría dictada de los corazones nobles y leales de que se hallan poseídos los habitantes de esta; y a su efecto se señalan el presente día seis y los subsecuentes, siete y ocho del corriente. Y satisfecho de los realzados sentimientos, con que en iguales casos ha acreditado este vecindario su amor, fidelidad y respeto hacia el Soberano, se omiten las circunstancias, a que deben entender los júbilos públicos, pues con solo insinuarles es bastante para que procedan a cuanto conduzca a demostrar su lealtad, obediencia y notorio patriotismo que deberán hacer en los tres días prefinidos. Y para que llegue a noticia de todos, mando se publique por bando en la forma ordinaria, para que cerciorado el público de lo que a su nombre se acaba de ejecutar, en su consecuencia lo solemnice con las depronscripciones propias de un pueblo leal y cónsono a la nación española. Dado en la Subdelegación de la villa de León, a 6 de junio de 1810. José Mazorra.

Por su mandato. Cosme María de Obregón.5 29


Inicia la guerra de Independencia En la madrugada del 16 de septiembre, el Cura de Dolores, don Miguel Hidalgo y Costilla dio inicio a la insurrección con la arenga: ¡Viva Fernando séptimo muera el mal gobierno! Con el inicio de la guerra, las familias se vieron divididas y enfrentadas, por las dos facciones: los fieles al Rey, conocidos como realistas y los insurgentes, seducidos por las ideas del Cura Hidalgo. Es de suponer que muchos leoneses, cuyos nombres se perdieron en las arenas del campo de batalla, tomaron las armas para seguir al Cura de Dolores, don Miguel Hidalgo y Costilla al inicio de la Guerra de Independencia o ayudaron a los españoles a defenderse durante los ataques que sufrió León por los insurgentes. Dos días después del comienzo de la insurrección, el Subdelegado y Justicia Mayor de León, José Mazorra de Vegas, comenzó a recibir una serie de cartas, donde el Intendente Juan Antonio de Riaño, le daba noticia de los avances del movimiento y algunas instrucciones para preparar la villa. Reservadísima. Auxilie vos con todo el lleno de su autoridad, todo su celo y actividad, a ese comandante militar, para que pueda rápidamente acuartelar, armar y montar las tropas de su mando del Regimiento de Dragones del Príncipe. Dios guarde a vos muchos años. Guanajuato, 18 de septiembre de 1810.6 *

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*

El señor coronel ministrará lo necesario a ese Escuadrón de Dragones, cuyos socorros dará vos del ramo de tributos de su cargo, y además los caballos que faltaren, repartiéndolos equitativamente entre los vecinos pudientes de esa jurisdicción, a quienes dirá vos que se les devolverán o reintegrarán de los que dicho señor coronel ha pedido para este objeto. Dios guarde a vos muchos años. Guanajuato, 19 de septiembre de 1810.7 *

*

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Aprovecho este momento de reposo para hacer a vos las prevenciones siguientes: 1ª. Haga vos comprender a ese vecindario leal, que exige su quietud y conservación, mantener espías apostadas y autorizadas por todos vientos, a las mayores distancias posibles de día y de noche, para evitar una sorpresa de los sediciosos. 2ª. En el evento, de ser imposible y temeraria la defensa del asalto, cada europeo solo, con dos criados a lo más, tratará por caminos extraviados de guarecerse en este real, trayéndose las mejores armas que tuviere, y teniendo para este caso los mejores caballos dentro de su propia casa. 3ª. Habrá siempre aparejadas las mulas necesarias, para salvar los caudales del Rey y de los europeos con el que se emboscarán en la sierra; y hecho, me avisarán para providenciar su segura conducción a ésta. 30


4ª. Haga vuestra merced entender generalmente de que este mineral permanece fiel y sosegado, aunque sí sobre las armas, procurando que nadie se retraiga en conducir aquí sus vendimias y efectos como antes. 5ª. Abrigue vos a todos los ultramarinos que acudan a esa villa; y haga vos que todos los de esa jurisdicción tengan estas mismas noticias y prevenciones, como también cuantos europeos residieren en las jurisdicciones de Pénjamo y San Pedro Piedragorda. Dios guarde a vos muchos años. Guanajuato y septiembre 20 de 1810.8 El 21 de septiembre, viendo el Conde de Pérez Gálvez, Coronel del Regimiento de Dragones del Príncipe, y don Manuel García de Quintana, Teniente General y Comandante del Batallón Provincial de Infantería, que todas las circunstancias para la defensa de Guanajuato se presentaban en su contra, se separaron de sus respectivos cuerpos y salieron de la ciudad; el primero con dirección a San Blas, en compañía de don Pedro de la Riva y Modesto Villa, y Quintana se quedó en León, que era la residencia de la familia de su esposa, donde creyó estar seguro. El Intendente Riaño, abandonado a su suerte, para ese día, tenía la seguridad de su próxima muerte. Las noticias le llegaban continuamente y cada vez más desalentadoras, pues al ejército de Hidalgo se sumaba cada día un gran número de elementos, y por lo que habían hecho en otras poblaciones no podía albergar la esperanza de salir bien librado. De ahí su decisión de refugiarse en la Alhóndiga de Granaditas, recientemente edificada y que era una verdadera fortaleza, donde supuso que podía resistir hasta la llegada de los refuerzos. Aun así, envió otras cartas: Es vuestra merced el único que me ha entendido hasta ahora, y me sirve de mucha satisfacción ver que es vuestra merced un hombre de provecho. Quede pues el escuadrón de caballería para defensa de esa villa hasta nueva orden. Haga vos cortaduras muy profundas, y corone vos las azoteas de piedras y toda suerte de armas arrojadizas. Llame vos a sí a todos los europeos de la jurisdicción. Avance vos espías con santo y contraseña hasta las mayores distancias. Meta vos dentro de las compañías de Piedragorda y el Rincón y forme vos una verdadera plaza de armas, porque los sediciosos ya saquearon a Celaya; lo harán hoy probablemente en Irapuato y quizás mañana en Silao; en fin, vendan vosotros caras sus vidas, y sea vuestra merced el primero por delante de todos. Viva nuestro don Fernando Séptimo, fuera espanto y rempujar recio. Si el vecindario, como ha hecho el de esta ciudad, y debe, le hace el responsable de enterar el importe de tributos en caso necesario, suspenda vos su cobro y si así no fuere, que no lo espero, suspenda vos por algunos días su cobranza con exigencia. Participe vos sus buenas ideas y éstas a Pénjamo para que imiten su ejemplo laudable, porque la intención de los insurgentes, conocida ya por mí, es forzarme por hambre, viendo que no lo pueden hacer por mi vigilancia, y si ustedes me faltan, no tengo que comer. Por tanto, haga vuestra merced que de toda esa jurisdicción y de la provincia de Guadalajara me venga maíz siquiera, aunque sea por la sierra; aquí lo venderán al precio que quieran, y con aviso de los conductores enviaré escoltas que aseguren su transporte.

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En ninguna ocasión los fondos del pósito pueden ser mejor empleados que en la presente. No puedo decirlo todo, porque me falta tiempo. Patriotismo, fidelidad, prontitud, y serenidad sobre todo. Dios guarde a vos muchos años. Guanajuato septiembre 22 de 1810.9 *

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Ya su excelencia sabe nuestra situación; y el jueves debía llegar a Querétaro la tropa de socorro. Comunique vos esta buena noticia hasta donde pueda. Dios guarde a vos muchos años. Guanajuato y septiembre 24 de 1810.10 *

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Según noticias contestes y uniformes, los insurgentes han sido bien recibidos en Dolores, San Miguel el Grande, Celaya, Salamanca, Irapuato; son deseados en Silao, y verosímilmente sucederá lo mismo en otras partes. Ignoro qué progresos haya hecho la seducción en este mineral; más lo cierto es que advierto que los europeos no se creen aquí seguros desde ayer, y que muchos se han desaparecido. Mi situación es en extremo peligrosa, y en nada puedo servir a vos. Paréceme, debe vos ponerse de acuerdo con las fuerzas de Lagos, y si es posible con el señor Abarca. Dios guarde a vos muchos años. Guanajuato 26 de septiembre de 1810. A las dos y media de la tarde.11 Los simpatizantes de la nueva causa, esperaron hasta el día 27 para entrar en acción. El Capitán Manuel de Austri, que ya estaba de acuerdo con su regimiento y recibía correspondencia del Cura Hidalgo, tomó con su escuadrón las Casas Reales y despojó de su investidura al Subdelegado Mazorra y nombró en su lugar a José Ramón de Hoyos,12 que era el Alcalde de Primer Voto y simpatizante de Hidalgo. La villa de León se rindió voluntariamente, a pesar de tener en su recinto tres mil hombres armados y dos cañones. El pueblo recibió con aplausos el nuevo gobierno y, por voz del pregonero, se enteró de los triunfos alcanzados.13 El 28 de septiembre, la ciudad de Guanajuato cayó en poder de los insurgentes, de cuya toma cada vez se decían las peores versiones: masacre, robos, violaciones, destrucción y libertinaje. Hidalgo nombró al Brigadier José Francisco Gómez como Intendente, Corregidor y Comandante de las Armas de la Provincia.14 El día 30, se gritó que el Cura Hidalgo había designado a don Mariano Campoverde Subdelegado de los pueblos de Puruándiro y San Francisco Angamacutiro.15 A las diez de la mañana del 4 de octubre, entró a la villa el comisionado del Ejército Americano, don Rafael de Iriarte con su acompañamiento, trayendo consigo un estandarte con la imagen de Nuestra Señora de Guadalupe y lo primero que hizo fue echar fuera de la cárcel a los reos, siendo dos de ellos Santiago Rosas y Tomás de Ibarra.16 32


En los días siguientes, algunos vecinos se sumaron al Ejército Americano. La escuadra de Iriarte se convirtió en un verdadero cuerpo militar. Entre ellos don Baltasar Muciño, un hombre que no se doblegaba ni al mismo Subdelegado. Llegaron hombres de las haciendas de la jurisdicción, como Santa Ana del Conde, La Zanja y otras. A continuación la lista de los insurgentes procedentes de Cuerámaro: José Ortiz Don Francisco Ruiz Lorenzo Pérez Agustín Saldaña Ramón Cabrera Antonio Guerrero Ignacio Elizarraras Ventura Cabrera Juan Micharón

Antonio Galicia Ildefonso Guerrero Isidro Pereda Timoteo Gutiérrez Hilario Ortiz Zenón Valdés Cayetano Zavala Marcelo López José Pantaleón Rafael Sandoval Julián Patiño Manuel Fuerte José Zapatero Antonio Zapatero José Rosales Juan Serrano El hijo de Santiago Domínguez17

Ignacio Magdaleno Tomás Canchola. Agustín Sandoval Santiago el pollero Pedro Árias José María Fuerte Luciano Cabrera Paulín Córdova

Los habitantes de la villa se sintieron tan libres que sus actos no fueron bien vistos por las nuevas Autoridades. A tal grado llegaron los desórdenes, que el Subdelegado Ramón de Hoyos y el Capitán del ejército José Rafael de Iriarte expidieron un bando: Don José Ramón de Hoyos, Subdelegado, Justicia Mayor de esta villa y el capitán don Rafael de Iriarte, que lo es del ejército del excelentísimo señor Capitán General de América, don Miguel Hidalgo, su comisionado. Deseándose por cuantos medios diere la prudencia el concluir la comisión a que es conducido dicho señor Capitán, sin que para ella sea motivo y haga mérito la concurrencia y gran número de gentes que se presentan en esta plaza y calles, sin otro objeto que poner en conflicto y en compulsión a estos vecinos y por consiguiente valerse de esta ocasión para no respetar a los señores Jueces, Jefes y demás daños que puedan ocasionar tales desórdenes, separándose de la atención y objeto principal a que se dirigen los auxilios para que son convocados los pueblos, trastornando el orden público y el gobierno político. Por tanto y siendo de la obligación en que por razón de esta comisión está constituido dicho señor Comisionado ocurrir a contener estos males ha resuelto que por medio de este Bando mandar, como por el presente manda el expresado señor Capitán, que por ninguna causa o motivo que sea, se falte al respeto a los señores Jueces, Jefes y Comisionados, y por consiguiente que ninguna persona, aunque sea de las que auxilian a la citada comisión, hagan extorciones en casas de particulares, haciendas y sembrados, absteniéndose desde hoy en delante de hacer pelotones de gentes con vocerías, algarabías ni menos se precipiten en arrojarse a las tiendas ni casas de los particulares, bajo el supuesto que el que contraviniere a cualquiera de éstas prevenciones, será castigado con el rigor y pena a que se haga acreedor. Y para que llegue a noticia de todos los habitantes, mandamos se publique por bando en esta villa de San Sebastián de León, a seis de octubre de 1810.18 Dos días después, la desesperación se apoderó de las familias más acaudaladas. Con lujo de violencia fueron arrebatados todos los hombres llegados de la península y puestos bajo la custodia de Austri, para ser llevados ante Miguel Hidalgo, situado en Salamanca. Los europeos aprehendidos fueron: don Cristóbal Somera, el reverendo Padre Fray Marcos Sáenz, don Bernardo del Villar, don

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José Castro, José María Ruiz, Félix Gamarra, Santiago Manteca, José Vicente Parra y Francisco Poleo.19 Ese mismo día fueron conducidos por Manuel de Austri, excepto Fray Marcos Sáenz, que se quedó recluido en el convento de San Juan de Dios. La mayor parte de la tropa salió para unirse al ejército insurgente. Hoyos envió la solicitud de que regresaran las fuerzas, pero no lo consiguió. En respuesta recibió el siguiente oficio: Visto el oficio de vuestra señoría y pedimento para que las compañías se regresaren a esa villa, me es casi imposible, pues teniendo precisión de pasar a Valladolid, Querétaro o donde me convenga, me sería muy difícil pasar adelante si en todos los lugares de mi mando fuese dejando la tropa mejor y más disciplinada de mi ejército. Vuestra señoría puede tomar la providencia de levantar una o dos compañías, que serán las suficientes para el resguardo de esa villa. La actividad que vuestra señoría manifiesta en la fundición de los cañones, ha merecido toda mi aprobación; por lo que toca al cobre, puede vuestra señoría ocurrir al señor don Bernardo Chico Linares, coronel del Regimiento de Guanajuato, y para ayuda de sus gastos, remito trescientos pesos para que a su conclusión se dará orden del ramo que se han de pagar. Dios guarde a vuestra merced muchos años. Cuartel General de Salamanca, 10 de octubre de 1810. Miguel Hidalgo. Capitán General de América.20 El mismo Coronel Manuel de Austri, le envió una carta que le había dirigido José Francisco Gómez, el nuevo Intendente de Guanajuato. En ella se transcribía una orden del Capitán General Miguel Hidalgo, donde prohibía la publicación de órdenes en su contra: Por cuanto conviene al orden público, objeto muy principal de mis expediciones, el que no se publiquen papeles sediciosos expedidos principalmente por las autoridades de México y Valladolid, compuestas de españoles que se han de dar por agraviados de que aspiremos por nuestra libertad, y teniendo además como tengo, noticia cierta de que el Santo Tribunal de la Fe de México y el Ilustrísimo Señor Obispo de Valladolid, han fulminado excomunión mayor contra mí, mis compañeros y demás personas que auxiliaren y protegieren nuestra expediciones de libertad, prevengo a vuestra señoría de que luego mañana, dirija oficios al cura juez eclesiástico de aquí, al comisario del Santo Tribunal de la Inquisición, notarios y demás, a quienes toca por costumbre o derecho publicar semejantes edictos, que no lo hagan hasta no tener el pase de vuestra señoría, y consulta del asesor ordinario, bajo la pena de que se les tendrá por enemigos de la Nación, y como a tales se les castigará, ya quitándoles sus temporalidades, ya extrañándolos de estos reinos o, ya en caso de mayor rebeldía, castigándolos con el último suplicio. Al mismo intento, convendrá que vuestra señoría circule esta misma orden a los alcaldes ordinarios, justicias y demás potestades por mí constituidas, para que lo hagan entender a los curas y comisarios del Santo Oficio para su inteligencia y que eviten el castigo. Y lo comunico a vos para su inteligencia y cumplimiento. Dios guarde a vos muchos años. Guanajuato, 10 de octubre de 1810.21

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Mientras tanto, el pregonero gritó una nueva noticia: el nombramiento de Miguel Hidalgo como Generalísimo de todas las Armas de América e Ignacio Allende como Capitán General, ocurrido en Acámbaro. Tal hecho fue celebrado con iluminación de las calles, cohetes, música y desorden. Para conducirnos con el acierto posible en la gloriosa empresa que comenzamos, y hemos de continuar hasta perfeccionarla con la victoria o sellarla con la sangre que tan gloriosamente circula en nuestras venas, se congregó el día de ayer 22 del corriente, toda la oficialidad de nuestro Ejército grande americano, en este cuartel general del pueblo de Acámbaro, con el fin de que adquiera la organización de que depende el triunfo de sus armas y la conducta arreglada de sus tropas; y todos los individuos que la componen, recomendables por su valor y patriotismo, me proclamaron Generalísimo de todas las Américas; Capitán General al Excelentísimo Señor Teniente General don Ignacio Allende; Tenientes Generales a los Excelentísimos Señores Mariscal don Juan de Aldama, Brigadier don Mariano Jiménez, y Coronel don José Joaquín de Árias, y honorario al Excelentísimo Señor Mariscal don Mariano Valleza; Mariscales de Campo a los Señores Coroneles don Joaquín de Ocón, don José María Aranzivia, don José Antonio Martínez y don José Ignacio Martínez, suspendiendo los nombramientos de los señores brigadieres y coroneles, hasta formar una idea completa del estado de nuestras fuerzas. Asimismo, para no robar mi atención a los asuntos de la guerra, se nombró Ministro de Policía y Buen Gobierno al Excelentísimo Señor Secretario Licenciado don José María Chico, con quien deberán entender las representaciones ajenas de lo militar.22 El 23 de octubre, llegó de Lagos otra partida de europeos: Manuel González Hernández, Ramón de la Ballina, Luis de Ochoa, Plácido Fernández y los hermanos Juan, Francisco y Manuel Fernández Alonso. Con la orden de Iriarte de que la tropa de León los llevara ante Hidalgo.23 Los festejos por los triunfos del ejército insurgente siguieron en la villa. El 17 de noviembre, se dio a conocer: …por noticias de oficio, bien circunstanciadas, sabemos que el 10 del corriente uno de nuestros más leales patriotas, unido con el pueblo de San Luis Potosí se apoderó de aquella capital de provincia, de la artillería y caudales sin necesidad de que la división de nuestro ejército tuviera que operar! ¡Entraron en paz! ¡Toda la intendencia de Zacatecas está conquistada y unida a nosotros, en donde se hicieron prisioneros más de cien europeos! ¡Toda la comprensión de Guadalajara está tomada y la ciudad espera la entrada de nuestro ejército!24 Mientras que en León era todo festejo, la escasez se apoderó de la ciudad de Guanajuato. El Capitán General de América Ignacio Allende se dirigió en dos ocasiones al Subdelegado de León solicitando el envío de víveres para el abastecimiento público: Nada interesa más a la causa común y felicidad de la Nación Americana, sino que se mantenga la unión, valor y constancia de los pueblos conquistados y el que todos contribuyan por cuantos medios y arbitrios dicte la prudencia, al socorro de esta capital, cabecera de la provincia y la más interesante del reino. Por lo mismo, luego vista orden, dará vos providencia de que de las haciendas de esa comprensión, se conduzcan a esta capital a la mayor brevedad, cuantas

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harinas y maíces se pueda, aunque sea en mazorca, pues así conviene al mejor éxito de nuestra empresa. En caso de que se tema invasión de enemigos, con anticipación deberán todos los hacendados aventar los ganados mayores y menores que hubiere, a las inmediaciones de esta capital, para evitar que los ocupe el enemigo, y que sirva de provisión a estos habitantes, y oportunamente se reintegrará su importe en plata mientras se acuñare la moneda. Dios guarde a vos muchos años. Cuartel General de Guanajuato y noviembre 14 de 1810.25 *

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Procure vos que se conduzcan víveres a esta ciudad de cuantos modos sea posible, con particularidad maíces, aunque sean en mazorca; pajas para las bestias y grano de cebada y demás cosas necesarias para el abastecimiento público, esforzando y apurando sus diligencias sobre esto con el mayor empeño y brevedad. Dios guarde a vos muchos años. Cuartel General de Guanajuato, noviembre 17 de 1810.26

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AHML SD-IND-COM-C. 2-Exp. 13-1810. AHML SD-IND-COM-C. 2-Exp. 20-1810. 23 AHML SD-IND-COM-C. 2-Exp. 19-1810. 24 AHML SD-IND-COM-C. 2-Exp. 14-1810. 25 AHML SD-IND-COM-C 2-Exp. 21-1810. 26 AHML SD-IND-COM-C 2-Exp. 23-1810.

1

AHML SD-TSR-IMP-C. 1-Exp. 32-1809. 2 AHML SD-JTC-BDS-C. 8-Exp. 8-1810. 3 AHML SD-JTC-BDS-C. 8-Exp. 18-1810. 4 AHML SD-JTC-BDS-C. 8-Exps. 19, 21 y 221810. 5 AHML SD-TSR-IMP-C. 1-Exp. 32-1809 y SDJTC-BDS-C. 8-Exp. 23-1810. 6 AHML SD-IND-COM-C. 2-Exp. 1-1810. 7 AHML SD-IND-COM-C. 2-Exp. 2-1810. 8 AHML SD-IND-COM-C. 2-Exp. 3-1810. 9 AHML SD-IND-COM-C. 2-Exp. 4-1810. 10 AHML SD-IND-COM-C. 2-Exp. 5-1810. 11 AHML SD-IND-COM-C. 2-Exp. 6-1810. 12 Lira, Sostenes. Efemérides de la Ciudad de León. León, Edición de la Empresa Económica de Gráfica Escolar, 1905, p. 73. 13 AGN, Operaciones de Guerra, T. 180, f. 63, citado por Jesús Rodríguez Frausto. 14 AHML AHML SD-IND-COM-C. 2-Exp. 101810. 15 AHML SD-IND-COM-C. 2-Exp. 7-1810. 16 AHML SD-IND-COM-C. 2-Exps. 8 y 9-1810. 17 AHML SD-IND-COM-C. 3-Exp. 5-1811. 18 AHML SD-IND-BDS-C. 1-Exp. 2-1810. 19 AHML SD-IND-COM-C. 2-Exp. 11-1810. 20 AHML SD-IND-COM-C. 2-Exp. 12-1810.

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Acciones de Gutiérrez de la Concha La primera ciudad que recuperó Félix María Calleja fue Celaya. En ella se encontró con un gobierno insurgente dócil y dispuesto a someterse al orden virreinal. Los propietarios también se pusieron a las órdenes del jefe realista; en cambio, el pueblo bajo se mostró hostil y desafiante ante su mandato. Una vez que tuvo el control de la situación, Calleja publicó un indulto a la población, recogió todo el armamento, incluyendo los utensilios de cocina, colocó la horca en la plaza pública y ejecutó a los más criminales para escarmiento de la población. En cambio, los criollos fueron perdonados e incluso el Subdelegado Carlos Camargo fue ratificado en su cargo por contar con apoyo popular. También se organizó la defensa de la población con dos compañías de patriotas. Sin oposición, Calleja también reconquistó Salamanca e Irapuato, donde siguió la misma política: cambiar autoridades, indultar a la población, ejecutar a algunos individuos de clase popular y organizar la milicia local. Enseguida procedió contra Guanajuato. Sin una adecuada organización, sin el auxilio de Iriarte e Hidalgo y con buena parte de la población en su contra, Allende y sus fuerzas resistieron dos días antes de abandonar la ciudad para refugiarse en Guadalajara. Tras recuperar la ciudad, Calleja destituyó a las autoridades insurgentes, restableció el antiguo ayuntamiento y nombró intendente interino a Fernando Pérez Marañón. Ejecutó sólo a los más comprometidos, perdonando la vida de muchos otros. El 26 de noviembre ordenó la ejecución de 23 individuos, todos decentes, entre los que se encontraba el Intendente insurgente José Francisco Gómez.1 Calleja nombró el 3 de diciembre de 1810 a Manuel José Sotero Gutiérrez de la Concha Subdelegado de la villa de León, hijo del finado capitán don Félix, constructor de la Plaza de Gallos y de doña Benita Mazorra de Vegas, quien contaba con 27 años y desempeñaba el cargo de las postas. Al día siguiente, ordenó que se diera a conocer el Bando de Indulto del Virrey para los insurgentes que estuvieran dispuestos a deponer las armas, la exención de impuestos para los indios y las castas. También, ante la llegada de muchos menesterosos de Guanajuato y sus inmediaciones, lanzó la siguiente proclama: Habitantes de León: el amor que os tengo y el deseo de vuestra felicidad me han hecho sacrificar mi quietud e intereses para libertaros de los males que os hubiera traído la entrada de un ejército victorioso y justamente irritado. En el empleo que obtengo, nada me será más sensible que tener que castigar y usar de las amplias facultades que me son concedidas por el señor Comandante en Jefe. Espero de vuestra lealtad y virtud, que tengo bien reconocida, que no llegará este caso. Uno de los mayores desordenes que puede haber en un pueblo es la abundancia de gente sin arbitrio de qué subsistir; en estas circunstancias se hallan los vecinos de Guanajuato y sus inmediaciones, residentes en esta villa; en ella no pueden encontrarlo, y habiéndose publicado en aquella ciudad los mismos bandos de indulto que aquí, pueden con toda seguridad retirarse a sus casas y antiguos destinos, para lo cual les señalo el preciso y perentorio término de veinticuatro horas, el que pasado todo forastero que se encuentra en la villa será encarcelado y su conducta escrupulosamente examinada, para el digno castigo de los delitos que se les averigüen. 37


Los escandalosos pueblos y embriagueces de que abunda esta villa, son un mal intolerable en toda sociedad bien ordenada; para evitarlo impongo, a los delincuentes en este género de delitos, la pena de un mes de trabajo sin ganar salario alguno, en una de las haciendas a que se considere oportuno destinarlos, reservando otros castigos para los reincidentes, Y para que llegue a noticias de todos, mando se publique por bando y se fije en los parajes acostumbrados. Que es hecho en esta villa de León, a cuatro de diciembre de 1810.2 Luego, dirigió a los dueños, arrendatarios, administradores y mayordomos de las haciendas y ranchos de la jurisdicción de León el siguiente manifiesto: Ayer se me puso en posesión del empleo de Subdelegado de esta villa y su jurisdicción, que me ha sido conferido por el Sr. Brigadier don Félix María Calleja, Comandante en Jefe del Ejército de Operaciones contra los Insurgentes, e inmediatamente publiqué con toda solemnidad el bando de indulto cuya copia es adjunta. Hágase vos cargo de él y guárdelo en todas sus partes, con especialidad en punto a armas que recogerá vos, las que haya en sus pertenencias y me dará parte inmediatamente. También se publicó el bando de exención de tributos para los indios y demás castas, lo que hará vos saber a la gente de su mando. Ya que por la misericordia de Dios hemos conseguido ser perdonados y evitar los males que nos hubiera acarreado la entrada de un ejército castigador, debemos, en cuanto dependa de nuestra parte, mantener el orden y resistir nuevos ataques de los insurgentes; para lo primero es necesario que no consienta vos en los términos de su pertenencia, forastero alguno, y para lo segundo, que mantenga vos por día y noche; un mozo que cuide el camino o vereda que atraviesa sus tierras, reconozca a los que por él transiten, asegure a los sospechosos y dé cuenta a vos, quien lo hará a mí, así de estos incidentes como de cuanto ocurra y vos sepa. Sería hacer poco honor a la interesante clase de labradores, si conminara con pena al que no observe con exactitud lo prevenido; omítola pues y espero de la lealtad y patriotismo de vos se esmere y active a competencia en el cumplimiento de lo que llevo prevenido. Dios guarde a vosotros muchos años. Villa de León, 4 de diciembre de 1810.3 Una escolta de soldados se encargó de recorrer el territorio para leerles el manifiesto y obtener la firma de adhesión al gobierno realista: Lagunillas. Diciembre 5/1810. José Tomás Pompa. Miguel Azpeitia. Potrero. Diciembre 6/1810. Ignacio Sánchez. Otates. Diciembre 6/1810. Pablo Pompa. Otatitos. Diciembre 6/1810. Antonio Muñoz Ledo. Duarte. Diciembre 6/1810. Vicente Medina. Hacienda de Santa Ana. Diciembre 6/1810. Juan María Flores. Hacienda de El Jagüey. Diciembre 7/1810. Ignacio Coronado. José Guadalupe Muñoz. Hacienda de la Gavia. Diciembre 7/1810. Juan Liceaga. San Vicente. Diciembre 7/1810. José Ascencio Castro. 38


Hacienda de los Ocotes. Diciembre 7/1810. Pablo Rodríguez. Tuna Agria. Diciembre 7/1810. José Gregorio de Castro. José Anastasio de Alba. Hacienda de la Sauceda. Dic. 7/1810. Hacienda de la Sandía. Diciembre 7/1810. José María Muñoz Ledo. San Cristóbal. Diciembre 8/1810. José Ferro. San Judas. Diciembre 8/1810. Jorge Muñoz. Hacienda de Jerez. Diciembre 8/1810. Rafael Salas. Hacienda de Santa Rosa. Dic. 8/1810. José Colosio Manrique Lorenzo Sánchez. Francisco Almaguer. Hacienda de Arriba. Diciembre 9/1810. José Gervasio Delgado. Hacienda de la Zanja. Diciembre 9/1810. Miguel Echeveste. Hacienda de la Loza y sus anexas. Diciembre 9/1810. Bernardino Muñoz. Ibarrilla y sus anexos. Diciembre 9/1810. José Ignacio Rueda. Por Tomás Vázquez y por Antonio Pacheco: Pedro de Almaguer.4 Félix Calleja, en su estrategia de atemorizar a la población de León, el 12 de diciembre expidió un bando en Silao, que el Subdelegado mandó pregonar en los lugares más concurridos. En el pueblo en que se cometa asesinato de soldado de los ejércitos del Rey, de justicia o empleado, de vecino honrado criollo o europeo, se sortearán cuatro de sus habitantes, sin distinción de personas, por cada uno de los asesinados, y sin otra formalidad, serán pasados inmediatamente por las armas aquellos a quienes toque la suerte.5 Un par de días después, llegó Félix María Calleja con un ejército mayor a cinco mil hombres. Los soldados fueron alojados en la Plaza de Gallos. El Brigadier, se hospedó en la casa más lujosa de la villa, la de los Obregón, donde le ofrecieron una elegante cena para celebrar su llegada a León. El día 16, desde muy temprano, pidió una sala para despachar correos y recibir a los prominentes personajes de la villa, entre ellos al Subdelegado. Entre los asuntos que atendió, fueron los del Dr. Antonio Lavarrieta, Cura de Guanajuato, a quien le concedió el indulto, pero lo mandó desterrado a Lagos, y del Comandante del Batallón Provincial de Infantería, quien temeroso de ser derrotado y muerto a manos de las fuerzas de Miguel Hidalgo, dejó a la buena de Dios sus soldados y vino a refugiarse a León, creyendo que aquí estaría menos expuesto a perder la vida. Calleja dio la orden de que fuera buscado hasta que lo encontraran y se le obligara a presentarse ante él, para que rindiera informe por su falta. Al tenerlo enfrente, entre injurias, y a la vista de los presentes, con brusquedad fue arrancando una a una sus insignias, arrojándolas al suelo con desprecio y lo condenó a que se presentara al Virrey para que recibiera la sentencia. Al salir de ahí, Quintana cayó en cama y falleció pocos días después. Cuando cayó la tarde, los tambores anunciaron la ejecución. Una muchedumbre reunida en la plaza principal esperaba impaciente, apenas controlada por los soldados. La horca estaba lista, un par de prisioneros fueron conducidos ante el verdugo. Con la cara encapuchada y las manos atadas, subieron al banquillo. Un guardia les colocó la cuerda en el cuello y con una simple señal del Brigadier, los dos cuerpos cayeron. Patalearon por unos minutos y cedieron su vida a la muerte. Calleja salió para Guadalajara en persecución de Hidalgo y dejó a sus soldados heridos en el hospital de San Juan de Dios, que declaró militar y exclusivo para atender a sus tropas. El 22 de diciembre, José Esteban Rosas, el teniente de los Pueblos del Rincón, le informó al Subdelegado que estaba todo en buena disposición y sin novedad, y los gobiernos de San Francisco y 39


Purísima se le habían presentado. También, que había publicado unos bandos, que estaba recogiendo armas y que el Cura estaba haciendo cuanto tenía de su parte para hacer ver a los habitantes del error en que habían caído.6 El 26, Rosas informó que los insurgentes habían caído en la hacienda de Jalpa y sus inmediaciones, y que los habitantes de San Francisco le pedían que pusiera en las armas cuando menos cuatro hombres y un cabo.7 En otro oficio, del día 30, propuso a Nazario Juárez y Lorenzo Cruz para gobernadores de San Francisco del Rincón y Purísima, respectivamente, por no haber admitido el partido de la insurrección.8 El Subdelegado proclamó a la Madre Santísima de la Luz como Defensora y Caudilla de la población y le colocó un bastón de oro y una banda de color rojo.9 Sin la presencia del ejército de Calleja, se enfocó en la formación de un Cuerpo de Dragones con voluntarios, para defender la villa de León de los ataques, pues las noticias que le llegaban delataron la presencia cada vez más cercana de varios cabecillas. El día 29 de diciembre, don Fernando Pro le presentó el resultado de los esfuerzos: Sargentos: Tambor: Cabos: Granaderos:

Fernando Pro y José de la Luz Pompa. Hermenegildo Hinojosa. Ignacio Muñoz Ledo, Felipe Calvillo, Francisco Fragoso y Benito Pro. José Cruz Ávila, Pablo Rocha, Antonio García e Ignacio Austri.

Dragones:

Justo Gutiérrez, Andrés Mújica, Jorge Piña, Anselmo García, Ignacio Rayón, José de la Luz Rocha, Rafael Gollás, Antonio Manríquez, Domingo Quiroz, Santiago López, Teodoro Mujica, Matías Suárez, José María Muñoz, Miguel Núñez, Marcos Soto, Tomás Carrillo, Fernando Mendoza, Nazario de Torres, Víctor González, Manuel Venegas, José María Perrón y Manuel de Torres.10

Concluyó 1810 con la publicación del bando suscrito por Mariano Escandón, conde de Sierra Gorda, dado en Valladolid el 29 de diciembre y difundido en la villa por el Cura de la Parroquia. En este escrito Escandón justificaba su levantamiento de la excomunión impuesta a Hidalgo y a su gente por Manuel de Abad y Queipo. Afirmó que lo había hecho para sosegar la inquietud del pueblo de Valladolid y evitar daños mayores. Al mismo tiempo, como gobernador del Obispado impuso la censura de excomunión a Miguel Hidalgo y sus seguidores, prácticamente la de Abad y Queipo se consideró suspendida.11 El 2 de enero de 1811, Manuel Merino, por el Brigadier Calleja, escribió desde Lagos al Subdelegado para que remitiera los soldados enfermos que quedaron en el hospital al cuidado del prior y que los gastos se cubrieran con los efectos que dejó para su venta o de las ganancias de la renta del tabaco. Con relación a este asunto, el día 4, el Prior Fray Marcos Sáenz se dirigió al Subdelegado para informarle: Muy señor mío, es casi casi imposible contener los soldados enfermos sin centinela que los sujete, pues a nosotros no nos hacen ningún aprecio, salen y entran cuando quieren, siendo esto causa de extravíos en sus alimentos y curaciones, pues no excusan al comercio de mujeres.

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Esto aviso a vos para que se digne poner guardia a efecto de precaver lo que llevo dicho, quedando de vos su más atento seguro servidor que besa su mano. Guarde Dios su merced.12 Ese mismo día 2, Rosas informó que los insurgentes se retiraron de Piedragorda y envío dos estados de las armas y bestias que había recogido en los Pueblos del Rincón. Dos días después, remitió las elecciones de los nuevos justicias de esos lugares. También refirió que se le presentó el insurgente Juan Gasca, de San Bernardo, quien dijo que Rafael Sánchez y Juan de Dios Palomino se habían ido para la villa de Jerez, en compañía de Iriarte.13 El día 7, informó que se le presentaron los insurgentes José Cortés y José Antonio Zaldívar, alias Torres, llegados de Zacatecas. El primero dijo que en el paraje llamado La Cieneguilla fue derrotado Iriarte por las descubiertas del señor Bonabia. Le preguntó al Subdelegado si alcanzaban la gracia del insulto.14 El 13 de enero de 1811, el Teniente Rosas tomó la declaración del arriero Matías Becerra, que salió de León el último de diciembre para llevar seis cargas de harina, por encargo de su amo don Julián de Obregón, para entregárselas a Joaquín Espinosa. Dijo que al llegar a Zacatecas se encontró con hombres de Juan de Dios Palomino, Rafael Sánchez, Juan de Dios Guerrero y Rafael de Iriarte. Los dos primeros lo llevaron ante Iriarte, en compañía de otros muchos que no conocía. Que Iriarte lo interrogó, a lo que dijo que llevaba el harina para completar una cuenta que tenía su amo en esa ciudad, por lo que lo dejó libre, pero Rafael Sánchez le discutió porque sabía muy bien como él, sus amos y demás dependientes de Cañada de Negros le habían servido a Calleja, y le echó en cara que con él e Iriarte no habían hecho otro tanto cuando estuvieron en León. Que oyó decir que después de la batalla que los insurgentes dieron el día de Noche Buena, Iriarte, Palomino y Sánchez se quedaron en una casa situada enfrente del Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe, pero tenían la intención de tomar el rumbo de Aguascalientes para llegar a Guadalajara, con un ejército de 20,000 hombres, pero el que vio no llegaba ni a la octava parte, armados de lanzas y garrotes, sin fusiles y ni cañones de los 50 que decían. También supo que había muerto el insurgente Baltasar Muciño, un hijo de Marcial Pérez, el de La Descubridora y otros 47 de ellos. Regresó el día 9, trayendo mil pesos en reales y ocho barras de plata que Espinosa tuvo escondidas en el colegio del Santuario para liberarlas de la insaciable codicia de los insurgentes, y se las entregó como pago para su amo. Dijo ser de 30 años de edad, originario de Jalpa y avecindado en la hacienda de Cañada de Negros.15 Esteban Rosas el día 15, le informó al Subdelegado que las cárceles de esos pueblos carecían de celdas para asegurar a los reos de insurrección, por lo que los remitía a la de la villa de León. Siendo el primero José María Pérez, indio del pueblo de San Miguel de León, quien se separó del ejército de Iriarte.16 En el extremo oriente de León había confusión con los límites. El 18 de enero, Francisco Aniceto Palacios, Administrador del Conde de Valenciana, le pidió al Subdelegado que resolviera definitivamente a qué jurisdicción pertenecía la hacienda de Santa Ana, porque no sabía si obedecer a los jueces de Silao o León, o a ambos.17 El Intendente de Guanajuato Fernando Pérez Marañón le transcribió al Subdelegado de León el oficio del Brigadier Félix Calleja, comunicándole el triunfo sobre los insurgentes en el Puente de 41


Calderón. Por su parte, Rosas también informó el 22 de enero, que había celebrado la victoria sobre los insurgentes y se le había presentado el rebelde Lucas Ríos, quien le dijo que los cabecillas Hidalgo, Allende y otros huyeron cobardemente poco después de empezado el combate y que infiere que se irían a unir con Iriarte.18 Tres días después, Rosas remitió a León al Dragón Jerónimo Quiroz, y le informó al Subdelegado que se estaban presentando insurgentes de los que huyeron de Puente de Calderón.19 Por esos días corrió el rumor de que Rafael de Iriarte enviaría a recoger a los desertores y que el Cura Hidalgo y Barroquín se hallaban en Aguascalientes esperándolo.20 El día 29, José Mariano Reynoso, Subdelegado de Silao, le comunicó al de León que en Salamanca cayó una porción de insurgentes ladrones, acaudillados por el Clérigo García, quienes saquearon algunas casas y se marcharon con dirección a Celaya.21 El Intendente Pérez Marañón, le envió más información sobre la toma de Salamanca y agradeció la ayuda que le ofreció para repeler el ataque que pudiera intentar en aquella ciudad el clérigo García, al frente de ciento y tantos insurgentes: Acabo de saber, por conducto seguro que en Salamanca ha caído una porción de insurgentes ladrones, acaudillados por un clérigo García, quienes rompieron la cárcel, apresaron al Administrador de Alcabalas, ínterin le robaban los reales que tenía de su Majestad y saquearon otras casas de aquella villa, marchándose luego en dirección de Celaya (aunque éste puede ser engaño) y satisfecho de la lealtad bien acreditada. Es cierto que el clérigo García, al frente de ciento y tantos insurgentes ha conmovido la plaza de Salamanca y con ella saqueado algunas casas de aquella villa y amenaza a los lugares circunvecinos. En esta capital estamos prevenidos para recibirlo, de modo que creemos que, si se atreviera a entrar en él, es muy probable que no quede sin escarmiento. Y aunque para ello no necesitamos por ahora del auxilio que vos me ofrece con esa compañía, que está a sus órdenes, he apreciado mucho esa buena disposición y usaré de ella siempre que llegue la ocasión de que me vea invadido por los enemigos. El correo se ha detenido por temor de que se perdiera su correspondencia, cuanto están como hoy, cercados los caminos de esta ciudad por esas gavillas de revoltosos que todo lo asedian. Dios guarde a vos muchos años. Guanajuato, 31 de enero de 1811.22 Por su parte, Manuel Ignacio García, desde Silao, le avisó a Gutiérrez de la Concha que no había novedad y que contaba con dos cuerpos de plebeyos de Irapuato y Guanajuato, por lo que no aceptaba la fuerza que le ofrecía.23 Al inicio del mes de febrero, Esteban Rosas reportó el día 1º la mala conducta con que se conducía el vecindario de San Bernardo, que ahí y en Peñuelas se mostraban morosos en ejecutar la orden de vigilar a los insurgentes, pues lejos de dar parte de ellos, los alojaban y encubrían. También, que al Dragón Domingo Quiroz lo trataron de aprehender en San Bernardo los rebeldes José y Antonio Reyes, Manuel Saldaña y otros de La Descubridora, para llevárselo a Hidalgo.24 42


Uno de los asuntos urgentes que tuvo que atender el Subdelegado fue el estado en que se encontraban los bienes confiscados a los insurgentes, por lo que puso a cargo al Administrador de la Alhóndiga, quien rindió el siguiente informe de la cuenta de los fondos del Ejército del Centro: Cuenta de los reales que voy entregando en satisfacción de la cantidad de tres mil trescientos cincuenta y siete pesos, dos y tres cuartillas reales en que según el avalúo se me remataron los efectos existentes pertenecientes al Ejército del Centro, que es al cargo del señor general don Félix María Calleja: El 31 de diciembre de 1810 al padre Prior fray Marcos Sáenz, por un recibo de dicho día 100 pesos.

A saber: 100pp.

Al señor administrador de tabacos, don Pablo Rodríguez, por dos recibos a favor de dicho padre Prior, uno del siete de enero, otro del veintiuno del mismo y dos minutitas que había pagado, de

305.4 ½.

El veintinueve de enero de 1811 al padre Prior, por su recibo, doscientos pesos.

200 pp.

El treintaiuno del dicho, al padre fray Juan Nepomuceno, por su recibo, doce pesos.

12 pp.

En 1° de febrero, a don José María Franco, por su recibo, cuarenta pesos.

40 pp.

Al señor Subdelegado, dos mil pesos.

2,000 pp. 2,657.4 ½.

Mientras en la villa de León se disfrutaba de cierta calma, las cosas no andaban tan bien en otros puntos de la Intendencia de Guanajuato. La primera mala noticia del mes fue del Alcalde José Mariano Reynoso, quien comunicó: En esta madrugada me han asegurado unos europeos, que lo son: Francisco Villegas, don Santiago y otro, que Irapuato ha sido invadido por un tal Machuca, vecino de Salamanca y que su gente ha asesinado a un sacerdote apellidado Almansa y otros vecinos; lo que he tenido a bien participar a vos para su inteligencia y providencias concernientes, según lo he prometido. Dios guarde a vos muchos años. Silao. Febrero 5 de 1811.25 Al otro día, Reynoso le transcribió el oficio del Intendente, donde pedía que las tropas de León y Silao se reunieran en Cuevas con las procedentes de Guanajuato: En consecuencia de esto y con el objeto de destruir en su origen al movimiento e insurrección que ha comenzado, saldrá mañana de esta capital la escolta de 50 hombres bien armados y de tropa veterana hasta la hacienda Cuevas en que se hará el punto de reunión, esperando allí la fuerza militar que venga de esa congregación y de la villa de León, a cuyo Subdelegado le dará vos aviso de esta determinación para su gobierno y que si acaso no hubiere dispuesto la marcha de aquella gente, lo haga 43


inmediatamente en la inteligencia de que aquí lleva la tropa todas las municiones de balas, cartuchos, pólvora y demás necesarios con supera abundancia para el logro de la empresa y el feliz éxito de exterminar esas cuadrillas de bandidos dejándolos escarmentados para siempre.26 Los ánimos en León también se alteraron, en cualquier momento las tropas tendrían que enfrentar al enemigo. La orden llegó de Guanajuato con instrucciones precisas: Sr. Justicia Subdelegado Don Manuel José Gutiérrez de la Concha. Por el oficio que con fecha de ayer me dirigen los señores que componen la Junta Patriótica de la Congregación de Silao, veo con el mayor sentimiento los graves e irreparables perjuicios que las cuadrillas de insurgentes han causado y aún siguen causando en las haciendas comarcanas y el justo temor de que se hallan poseídas de sufrir un ataque, por lo que se hayan resueltas a reunir sus fuerzas con las de esa villa para salirles al encuentro solicitando al efecto mi permiso y el auxilio necesario. En junta que acabo de presidir se ha acordado con uniformidad de dictámenes, no solamente acceder a este intento, sino también prestar el auxilio de la guarnición de esta capital, que he mandado salga sin la menor demora a acamparse en la hacienda de Cuevas, en donde estará mañana esperando reunirse con las de esa villa y Silao, lo que participo a vos para que en su inteligencia disponga su salida en la forma y a los fines que van expuestos, dirigiéndose a la referida hacienda para disponer desde allí los puntos que han de cubrir y las operaciones que han de hacer para la defensa y libertar estos territorios de tan continuados asaltos de que se ven amenazados, no teniendo que recomendar a vos la eficacia que demanda la empresa, cuando la tengo tan experimentada. Dios guarde a vos muchos años. Guanajuato. Febrero 6 de 1811. Fernando Pérez Marañón.27 Acción en Irapuato En la madrugada del 7 de febrero las tropas de la villa de León estaban listas para salir, compuestas por la Compañía del Regimiento del Príncipe, quince soldados de los enfermos del ejército de Calleja, que se hallaban en esta villa, y trece voluntarios. Al llegar a Silao, los recibió el Alcalde Mariano Reynoso. De ese lugar enviaron aviso al Comandante de la Tropa de Guanajuato para que avanzase hasta La Calera y se reuniera con ellos en dicho punto y así evitar el rodeo que harían hasta Cuevas. Las tropas de León y Silao marcharon toda la tarde y a las 7:00 de la noche arribaron a la hacienda de La Calera, donde los esperaba el Capitán Juan Francisco Luengas, con los soldados de Guanajuato. Al pasar lista, se informó que la tropa estaba integrada por 63 hombres de León, armados casi todos de escopeta y los que no de pistola y espada; 80 de Silao, con 20 fusiles y 26 de pistolas y el resto de lanzas y los 50 de Guanajuato, 30 del Regimiento de Celaya y 20 de Sierragorda.

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La orden que tenían las tropas era no pasar de Irapuato, pues por los informes recibidos se sabía que el enemigo se había ido para Cuitzeo y Pénjamo, pero se pidió autorización a la Capital de la Intendencia para hacerlo. Al día siguiente, a las 4:00 de la mañana, todas las compañías salieron con rumbo al pueblo, al llegar no encontraron indicio de movimiento. La calma se había apoderado de todo, un completo silencio, nadie los recibió. Pero luego que la tropa llegó a la plaza principal, sin saber de dónde provenían, los atacó por todos lados una multitud de gente con piedras, palos, machetes y lanzas. Se ordenó el fuego y a los pocos tiros se dispersaron todos los atacantes, dejando en las calles como treinta muertos y en las fuerzas algunos contusos. Concluida la acción, se dio la orden de formación en la plaza, en donde estuvieron más de una hora sin que se presentara vecino alguno. El Comandante Luengas mandó llamar al Alcalde, un tal Lic. Esquivel, y después fueron llegando algunos otros, entre ellos don Francisco Lizuáin. Ellos declararon que era tanto el temor que les había infundido el pueblo que no se atrevían a salir. Estaban a piedra y lodo en sus casas. El saqueo de los insurgentes los había llenado de terror. A los tres jefes realistas los alojaron en la casa de don Francisco Lizuáin. En donde se les procuró con las mayores atenciones por el anfitrión y fueron visitados por los pocos vecinos que se atrevieron a salir de sus casas. A las 6:00 de la tarde, el Capitán Luengas recibió oficio del Comandante de Guanajuato, donde se le prohibía absolutamente el pasar de Irapuato y le quitaba el mando, debiendo entregarlo al Alférez de Sierragorda, don Miguel Zarzosa. Por un buen rato, el Capitán Luengas estuvo discutiendo con los otros militares, hasta que resolvieron ocultar la variación y dejarlo en el mando hasta el día siguiente, para evitar el disgusto de las tropas. La noche paso en calma, sin ninguna novedad. Parecía que el enemigo se había retirado asustado con la última acción, pero a las 7:00 de la mañana, un grupo de 30 hombres entraron atacando a diestra y siniestra. En cuanto pudo, la tropa se puso en alerta y salieron a perseguirlo hasta la orilla del pueblo, camino de Salamanca. A la primera descarga huyeron como lo tenían de costumbre. La caballería los siguió en su alcance y quedaron muertos en el campo como ciento cincuenta sin haber en los realistas más desgracia que un lancero de Silao, herido de un brazo. Entre los que se cogieron, uno ofreció llevarlos a donde tenían escondidos dos cañones y dos cargas de fusiles. El Capitán Luengas, viejo militar, puso cara de duda ante las palabras del prisionero, pero al ponerlo en consideración de Zarzosa, que no había aún tomado el mando, éste indicó que salieran a ver si era cierto y seguir al alcance del enemigo. Los soldados iban con mucho gusto por llegar a Salamanca, pero media legua antes, una orden de Zarzosa provocó el desorden:¡Mis hombres no siguen, seguro que es una trampa! La cara del prisionero delató la mentira, así que los soldados se regresaron. Un nuevo interrogatorio, cargado de golpes, hizo que el prisionero dijera que todo era mentira, por lo que la caballería volvió a Irapuato a montar la infantería que había avanzado pie a tierra y surgió el ánimo del inmediato retorno a las casas. Al tiempo que estaba ya formada la tropa, lista para salir de Irapuato. El Alcalde Esquivel llamó al Subdelegado de León para mostrarle un oficio del Intendente, en el que le ordenaba quedarse

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con su tropa a guarnecer el pueblo mientras se organizaba una de vecinos o llegaban auxilios de Querétaro. Gutiérrez de la Concha desobedeció la orden del Intendente, porque no quería guarnecer Irapuato dejando su villa sola, además de que la tropa ya estaba descontenta porque no se veía jefe que mandara y ese pueblo era todo de insurgentes, pues no hubo un solo vecino que se uniera a ellos para repeler al enemigo. Ante su negativa, el mismo Cura de Irapuato se puso de rodillas suplicando la permanencia de la tropa. Zarzosa no supo qué resolver y la desazón creció en los soldados. Ante la indecisión, el Subdelegado de León montó su caballo y ordenó la marcha. Así salió la tropa de León, la siguió la Silao y Guanajuato. Zarzosa quiso todavía detener sus hombres en la hacienda de La Garrida, pero ellos no obedecieron y avanzaron sin detenerse hasta la Capital.28 La noticia del saqueo de Irapuato se supo en los pueblos del Rincón. Muy señor mío, que estimo. Por dos mozos de don Pedro Otero que pasaron ayer para Guanajuato y vienen de Guadalajara, he sabido que el señor Cruz hizo prisionero al cura Mercado y a otros dos cabecillas, pero si no supieron decirme en que paraje, ni quienes fueron estos. Si vos sabe algo, sírvase comunicármelo, pues estoy desesperado al ver que nos tienen metidos en tanto silencio. También he sabido (por uno que tengo preso) que el sedicioso clérigo García ha hecho infinitos destrozos en Irapuato y que lo esperan en Silao. Si así fuere (que no lo creo) y pasaré adelante, he dispuesto recoger los intereses reales que existen en estas receptorías y replegar con los vecinos honrados que me acompañan a esa villa, pues de los indios, aunque están quietos y obedientes, no me fio respecto a que se fugan inmediatamente que ven el peligro. Esto es si no se voltean como lo tienen de costumbre. Celebraré que no tenga vos novedad, como lo desea éste su afectísimo seguro servidor, que su mano besa. Rincón, febrero 8 de 1811. José Esteban Rosas. Sírvale a vos de gobierno, que son muchísimos los que del ejército de Iriarte han venido a presentarse para gozar del indulto.29 Rosas, el día 12, le informó al Subdelegado que los insurgentes Nazario González, José María Buzo, Eduviges Soto, Clímaco Galván y José María Gancho se habían llevado de la hacienda de Charco Prieto al europeo Miguel Poleo.30 Con el paso de los días, los indios de los pueblos del Rincón, San Francisco y Purísima, andaban muy inquietos por las noticias que se regaron sobre lo acontecido en Irapuato.31 Ya en León, el Subdelegado Manuel Gutiérrez de la Concha hizo una larga relación al Brigadier Calleja de la empresa en la que expuso su parecer:

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…se malogró cuando prometía las mayores esperanzas y en la que las tropas se portaban con el mayor valor, especialmente el capitán don Juan Francisco Luengas, de quien puedo asegurar a vuestra señoría que es un oficial prudente en sus determinaciones y valiente al frente del enemigo. También son dignos de elogio el Alcalde de 2° voto de Silao, don Mariano Reynoso, y toda su tropa, pero con especialidad su hijo Ladislao Reynoso, de edad de doce a trece años a quien yo vi matar con sus pistolas; el Sargento del Regimiento del Príncipe, Francisco Castillo, Comandante de la Compañía y mis trece voluntarios que solos conmigo entramos los primeros atravesando el pueblo a escape para situarnos en la salida de Salamanca para quitar aquella retirada, lo que se verificó haciendo retroceder a innumerable pueblo que nos acometía. Los soldados enfermos del Ejército del mando de vuestra señoría no necesitan más elogio que éste, por lo que sólo incluyo la lista de los que son. Todos los demás se portaron con muchísimo valor y son dignos de igualarse a los nombrados, pero es menester hacerlo especialmente del señor Cura de Silao, Lic. don José María Bezanilla, el padre sacristán de dicho pueblo, don Francisco Barros, y el presbítero don Francisco Ortega, que anduvieron en las dos acciones auxiliando a los moribundos que daban señas de dolor. También fue y se ocupó en el mismo ministerio el señor Cura de esta villa, que no necesita de elogios míos. Entre los voluntarios de esta villa, fue el cabo de auxiliares de Querétaro, don José María García, que por una casualidad se hallaba aquí y por su valor e intrepidez es digno de un particular elogio. Dios guarde a vuestra señoría muchos años. León, 12 de febrero de 1811.32 En respuesta recibió del mismo Félix Calleja elogios por su actuación y la noticia de que sería recomendado ante el mismo Virrey de la Nueva España. He recibido el oficio que me dirigió vos con fecha de 13 de este mes participándome el resultado de la expedición que hizo a Irapuato contra los insurgentes, siento que se malograse el completo de ella y apreciando como es justo el celo y patriotismo a vos, a los señores Curas de Silao y León y los demás individuos que concurrieron a aquella facción, les doy a todos las debidas gracias y con esta fecha recomiendo su fidelidad al excelentísimo señor Virrey. Dios guarde a vos muchos años. Lagos, 22 de febrero de 1811.33 Mientras tanto, en torno a la villa de León se caldeaban otros asuntos. Rosas envió varios informes. Que el día 13, sorprendido en Peñuelas a cinco rebeldes escondidos, y dos días después que había ordenado a los hacendados proporcionaran hombres para vigilar y perseguir a los insurgentes, y que por su morosidad castigó a los mayordomos de Peñuelas y Los Tanques.34 En Purísima, capturó el 12 de marzo a los indios Martín Rosales y Rufino Salas, quienes no obstante después de ser azotados por sediciosos en la plaza, insultaron al Gobernador tratándolo de acallejado y lo denunciaron con el Cura que estaba en Atotonilco capitaneando a los insurgentes.35 El 15, que en Puruándiro fue derrotado el Padre Navarrete por Juan Cabello, mientras que en Cuerámaro el Padre García, capitaneando a cien insurgentes, estaba repartiendo las semillas y demás muebles de dicha hacienda. Que en Pénjamo, el Subdelegado que puso allí el Padre García, tenía una porción de indios haciendo guardias con armas de garrote y lanza, y que entraban y salían soldados sin ninguna hechura.36 47


El Intendente, por su parte, el día 16, informó al Subdelegado, que en las inmediaciones de Lagos se aprendió al Fraile Benigno Barrón, al que se le encontró un título de Capitán de los Insurgentes, dado por Hidalgo en Valladolid, y una comisión firmada por Allende en Charcas, el 11 de febrero, para levantar ejércitos, nombrar oficiales y revolucionar los pueblos.37 Por el rumbo de Guanajuato, ante los ataques del capitán Árias, Miguel de Campos estaba tomando providencias, contaba con 150 hombres de infantería, dos cañones, dos escuadrones de dragones y uno de lanceros, todos al mando del Capitán Bernabé Tello, y ponía al tanto al Subdelegado para incluir el apoyo de las tropas de León.38 En los primeros días de marzo, llegó a León el bando impreso del Virrey, donde se dio instrucciones sobre el fuero de los soldados: Para evitar las dudas que ocurren con repetición acerca del fuero que deben gozar los individuos de los Cuerpos y Compañías Patriotas que están formados y pueden formarse en esta capital y demás ciudades y lugares del reino, he declarado que mientras se hallen haciendo el servicio dichos Cuerpos y Compañías, gozan del fuero civil y criminal sus individuos, y cuando no hagan servicio sólo tendrán el concedido a los urbanos en este caso. Y respecto a que el Sr. Dr. D. José Galilea, en su real título expedido a 30 de julio último se le nombró Asesor General y Auditor de Guerra de este Virreinato, he resuelto lo sea en todos los asuntos y causas relativas a los Cuerpos Patriotas, a fin de facilitar su pronto despacho y aliviar las tareas del Sr. Auditor de Milicias, lo que aviso a vos, para su noticia y gobierno. Dios guarde a vos muchos años. México, 28 de febrero de 1811. Venegas.39 También el Indulto para quienes desearan dejar las armas, el que se publicó el 3 de marzo en los lugares acostumbrados: 1° Aunque las Cortes han mirado la deserción como uno de los crímenes más execrables en las presentes circunstancias, atendiendo sin embargo a tan plausible motivo, han venido en declarar que los desertores y dispersos del ejército y armada, que se hallasen en pueblos no ocupados por los enemigos, y se presentasen a los Virreyes, Capitanes generales, Gobernadores y demás Gentes militares y Justicias en el término de tres meses, contados desde el día de la publicación de este Indulto, sean comprendidos en él y vuelvan a servir en sus propios cuerpos u otros en que se les destine, el tiempo que les falta de su empeño sin nota alguna de deserción en sus filiaciones, aunque esta sea de reincidencia, y si fuesen sargentos o cabos, sirvan también de soldados el tiempo que les faltaba de su empeño cuando tomaron sus ginetas o escuadras, a menos que su buena conducta en las acciones de mayor riesgo les haga acreedores a ser restituidos a sus plazas, en cuyo caso quedarán sin la antigüedad anterior. 2° En los propios términos que los anteriores, gozarán también de este Indulto los desertores que se hubiesen ido a pueblos ocupados por los enemigos y no hubieren tomado partido con ellos, presentándose dentro de seis meses contados desde el día de su publicación. 3° Los desertores que habiéndose ido a los pueblos ocupados por los enemigos hubieren tomado partido por ellos, alistándose en sus banderas y acreditasen haberlo 48


hecho por violencia y de ningún modo por propia voluntad, siendo además circunstancia precisa que no hayan hecho uso de sus armas contra la Patria, si fueren soldados, cabos o sargentos servirán ocho años en los regimientos a que se les destine en clase de soldados todos, contados desde el día de su presentación, entendiéndose con los sargentos y cabos lo que queda dicho en el artículo 1°, para el tiempo y modo con que pueden ser restituidos a sus plazas, y además que a los que se presentaren con caballo o armamento se les rebajarán cuatro años de los ocho. A mediados de ese mismo mes, el Intendente de Guanajuato le transcribió al Subdelegado un oficio del Virrey, del día 5, para evitar la deserción de los soldados: Sin embargo, de las respectivas órdenes que se han dictado en diferentes épocas por esta capitanía general para la persecución y aprehensión de los desertores, me ha acreditado la experiencia que el aumento de estos proviene del poco celo y decidia con que los Subdelegados y Justicias disimulan su existencia en los pueblos y haciendas de sus respectivas jurisdicciones. Bajo de este concepto y el de que en todos los cuerpos, especialmente provinciales, mucha la deserción que se observa, dimanada de dicha tolerancia, prevengo a vuestra señoría lo haga estrechamente a los Subdelegados de la provincia de su cargo para que soliciten y aprendan con la mayor eficacia a los desertores y me den parte cada mes de los que aprendan en cada pueblo o hacienda, remitiéndolos sin dilación a esta capital por cordillera en los términos prevenidos. Y lo comunico a vos, encargándole estrechamente su más exacto cumplimiento. Dios guarde a vos muchos años. Guanajuato, 18 de marzo de 1811. Una noticia de mucho impacto que hizo vibrar de alegría a unos y entristecerse a otros, llegó a la villa de León, los iniciadores de la Insurgencia habían sido capturados. Señor Subdelegado, don Manuel José Gutiérrez de la Concha. Silao. Abril 1° de 1811. Mi estimadísimo señor, en obsequio de nuestra amistad he determinado ponerme a su servicio, comunicándole la plausible noticia que nos ha dado hoy el padre fray Pedro Pineda, de haberse repicado en Guanajuato la aprehensión del Cura Hidalgo y demás cabecillas de la revolución, que se verificó por tierra dentro; asegura haberse sabido de oficio por lo que se ha solemnizado aquí con repiques. Le suplico a vos le de estas noticias al señor Cura y muchas memorias de este su afectísimo servidor, que su mano besa. José Mariano Reynoso.40 Desde Guanajuato, el Intendente Pérez Marañón, le transcribió un oficio de Calleja: El señor General Brigadier don Félix Calleja, en oficio de 30 de marzo último dice esto: Quedo entendido por el oficio de vuestra señoría de 25 del presente, de los efectos que ha producido hasta ahora la División que destaqué al mando del Teniente 49


Coronel don Miguel del Campo, y agradezco mucho las expresiones que con este motivo me hace vuestra señoría, a quien participo, para su satisfacción y la de ese público, la importante noticia que recibí esta mañana, y me comunica con fecha de 25 de este. Por informes del Comandante de la División de Provincias Internas, que existe en las inmediaciones de Parras, de que el Cura Hidalgo y demás cabecillas, quedaban presos por las tropas de la Provincia de Coahuila y que en alcance de Allende que había huido, iban dos partidas. Lo que comunicó a vuestra merced para su satisfacción y la dé a ese fiel vecindario. Dios guarde a vos muchos años. Guanajuato, 3 de abril de 1811.41 Acción en San Pedro Piedragorda Por unos días las cosas estuvieron en aparente calma. El 8 de abril, el teniente de San Francisco del Rincón envío un recado urgente. Muy señor mío, que estimo. Los insurgentes capitaneados por un coronel Valdespino y en número de 300 ya entraron anoche a Piedragorda. El portador de éste ha sido el espía que puse. Ha estado arrestado por ello y él mismo informará a vos de todo muy pormenor, para que sin pérdida de tiempo determine venirse con alguna tropa. Esto está quieto y yo podré poner 12 hombres armados y si más armas tuviera, pondría más. No pierda vos tiempo en atención a lo que sabrá de las preguntas que hizo Nicolás Becerra al enviado, a quien escuchara vos bien. Es de vos su afectísimo, que su mano besa. Rosas.42 Inmediatamente el Subdelegado solicitó el apoyo a Silao, a lo que el Alcalde José Mariano Reynoso le contestó: Son las 8¾ de la noche, en que acabo de llegar de Guanajuato y recibí el oficio de vos, por cuyo motivo no puedo habilitar toda la gente que deseo, pero la que pudiera irá por el camino del Rincón, por donde puede vos dirigir sus órdenes, no siendo fácil que llegue al Rincón porque saldrá de aquí algo tarde. Si vos determina que salga esta divisioncita por otro camino, deme vos aviso para mi gobierno. Dios guarde a vos muchos años. Silao, abril 8 de 1811.43 Las tropas de Silao avanzaron durante la noche y al llegar a la hacienda de Santa Ana del Conde, en la mañana, Reynoso envió otro comunicado: He avanzado por el camino de Rincón, como ofrecí a vos en mi oficio de vos, traigo 26 dragones que maniobran pie a tierra, 32 voluntarios montados, con espada y armas de fuego, 24 lanceros y algunos paisanos que se me han reunido. He venido esperando la disposición de vos para dirigirme al punto de reunión que le parezca y espero me lo comunique para mi gobierno, y en el ínterin iré caminando por la mañana a La Sandía, con dirección a donde vos me diga.44

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El Subdelegado de León mandó un mozo, para avisar a Reynoso que el punto de reunión sería La Puerta de San Juan y de ahí emprenderían la marcha directa a Piedragorda. El día 9 de abril de 1811, las tropas de León, Silao y San Francisco del Rincón se reunieron bajo sus órdenes. La estrategia fue entrar a Piedragorda en un movimiento rápido, para sorprender a los insurgentes. La caballería tenía instrucciones precisas de avanzar a discreción y en cuanto alcanzaran las goteras rodear la población para entrar a la plaza. Mientras los realistas hicieron este movimiento, al abrir fuego, el grueso de los insurgentes ya había salido sin ofrecer mayor resistencia y se ocultaron en los cerros cercanos. Sólo algunos cuantos, los más tenaces, se quedaron en sus puestos, acuartelados en una casa que estaba en contra esquina de la Iglesia de la Resurrección. Al ser abandonados por el grueso de sus compañeros, fueron presa fácil y los capturaron. Tan sólo eran tres hombres y una mujer, que llenos de orgullo, se declararon insurgentes enemigos de la causa del Rey. Sus generales eran: Rafael Galván, de 51 años, casado con María Guadalupe González, quien hacía un año que había salido de San Pedro con el estandarte del cabecilla Torres, para ir a atacar Guadalajara; Antonio Quesada, de 25 años, casado con María de los Dolores Galván, quien dijo que por noviembre del año pasado estaba con los insurgentes en el ataque a La Barca y salió herido, por lo que se estaba recuperando en San Pedro, y don Joaquín Basauri, natural de la hacienda de Frías, de 49 años, casado con Serafina Morín. Fueron traídos a la villa de León y después de su correspondiente sumaria, fueron puestos en libertad el 7 de diciembre de 1811.45 Mientras tanto, los días 9 y 10 en la villa de León, se presentaron ante don Ildefonso Septién, varios leoneses que se adhirieron al Bando del Virrey, para dejar las armas: José Vicente Falcón, quien entregó 7 tomos de a octavo, cuatro de ellos titulados Diario de los Literatos de España y los tres restantes Dominicas y Asistencia a la Misa, dijo que se los regaló Mariano Mares, después que vino del ejército de Iriarte. Juan Nepomuceno López, anduvo con Iriarte desde esta villa a San Luis Potosí. Compró un estuche de barbero en Zacatecas, con seis navajas, aceitera y tijeras en 7 pesos. Rafael de Herrera, anduvo con Iriarte desde Aguascalientes a Zacatecas. No trajo alhaja, dinero ni otra cosa alguna. Pedro José Rivero, gamucero de oficio, anduvo con Iriarte desde aquí hasta Zacatecas. No trajo cosa alguna. José Antonio Ortega, vecino de la hacienda de Los Hernández. Anduvo con Iriarte, desde esta villa hasta El Fresnillo. Trajo un caballo que se le murió en el ojo de agua de Los Otates. El animal se lo dio el Capitán de su compañía, don Ignacio Franco. No trajo otra cosa alguna.46 Gutiérrez de la Concha informó a sus superiores del ataque que con las fuerzas de León y Silao encabezó sobre Piedragorda, recibiendo la siguiente contestación de Miguel de Michelena: Contesto al oficio que con fecha de ayer dirigió vuestra merced al Teniente don Tomás Carmona, por haberse retirado de Salamanca, por la corta fuerza de su tropa, y ningún auxilio de aquella villa, y esperar contestación de mi Comandante don Miguel del Campo, en esta virtud, si se ofreciere ocurriré a pedir el socorro de vuestra merced, esperando me comunique las novedades que haya por esa, mayormente si 51


repitieren alguna reunión de insurgentes como la que desbandó vuestra merced en San Pedro Piedragorda. Dios guarde a vos muchos años. Celaya. Abril 12 de 1811.47 Aún con la aprehensión de los que resistieron el ataque, los insurgentes siguieron merodeando Piedragorda. José Esteban Rosas, el 13 de abril, refirió: Por aquí no ha ocurrido más novedad que la de haber estado el miércoles en la noche, 50 insurgentes en Piedragorda, pero estos me aseguran son de los criollos de allí. También he sabido por un vecino de esta jurisdicción, que un tal Desiderio Becerra (sobrino de Nicolás) le avisó el martes a las 9 de la noche, de la venida de esa tropa, cuyo correo toparon en Silva. Desde ayer ando solicitando su aprehensión y me han dicho se fue para esa villa, en donde podrá vos solicitarlo, que yo estaré con el correspondiente cuidado aquí para que no escape. E igualmente, he sabido por un vecino (que es Miera), que Solís tiene en ese suelo dos vigías, llamado uno Sixtos y otro Pedro, ambos negros y altos, el último más fornido, con el objeto de que le avisen los movimientos que vean en vos y esa tropa, por lo que bien podrá con el mayor empeño solicitarlo. Avíseme vos si Sánchez (Rafael) se le ha presentado el día de ayer y, si no, mándeme a saltar la luna una escolta para remitírselo, respecto a que todos fueron sus compañeros en la insurrección y que por lánguidos (como observaría vos el día que estuvo aquí) los he extrañado y aún uno más de la casa del Cura lo puse arrestado, por lo que vos considerará qué clase de gentes son éstos. La escolta (si vos la manda) que se conduzca con el mayor silencio, para que no se malogre el tiro, como sucedió en Las Fuentes. Es cuanto ocurre y, saludándome al señor Cura y a don José Zamora, queda siempre a su disposición este su afectísimo seguro servidor, que su mano besa.48 Después de las fallidas acciones de las fuerzas realistas en Irapuato, a causa del desorden que provocó el cambio de jefe, los insurgentes vieron un campo vulnerable y comenzaron a asediar Salamanca. El 7 de abril de 1811, Miguel de Michelena desde Celaya le comunicó al Subdelegado de León lo siguiente: Con destino de destruir una gavilla de insurgentes, compuesta (según el número exagerado de que la suponen los Alcaldes Ordinarios de la villa de Salamanca) de 600 hombres armados, he dispuesto con arreglo a orden del señor Teniente Coronel Comandante de División, don Miguel del Campo, mandar dos compañías, la una de Dragones de San Carlos y la otra de lanceros al mando del Teniente don Tomás Carmona, con orden de que permanezca en dicha villa con esta fuerza, sin pasar adelante a menos que no sea con el objeto de reunirse con los voluntarios de León y Silao, para impedir el que Guanajuato sea invadido por la gavilla citada, o cualesquiera otra que se forme, según noticias que adquiera en aquel punto, por los conductos que lo he comunicado. En esta inteligencia, espero de su patriótico celo, no admitirá diligencia alguna con este respecto, teniendo presente que deberán tratar de reunirse con Carmona, acordando con éste el punto más a propósito para contribuir unidos al fin propuesto.49 52


Su respuesta fue que algunos de los voluntarios aún estaban convalecientes y cansados, después del ataque a los insurgentes en San Pedro Piedragorda.50 De Salamanca, por el día 15, el Teniente Tomás Carmona se tuvo que retirar por la corta fuerza con que contaba. Así que una gavilla de 300 insurgentes, encabezados por Navarrete, El Anglo y otros cabecillas, tomó la villa con lujo de excesos y amenazaron con seguir para el norte para atacar por sorpresa a otros pueblos de la Intendencia.51 El día 18, José Mariano Reynoso, desde Silao, informó que el ataque a Irapuato comenzó cerca de la una de la tarde, que los realistas serían cosa de 80, apenas armados la mitad con fusiles y la otra con lanzas y cuchillos, mientras que los insurgentes eran 500, armados con lanzas, cuchillos y sólo 18 o 20 fusiles. Y que el Angloamericano estaba en Salvatierra con otros mil hombres listos para atacar.52 Ese mismo día, salieron de Salamanca con dirección a Irapuato 200 hombres capitaneados por Albino García. La alerta fue dada por Miguel de Michelena, desde Celaya, con instrucciones de reunirse las tropas de León con las de Silao para impedir un ataque a Guanajuato.53 Otra acción en Irapuato. El 24, Antonio de Linares, desde San Miguel el Grande, le pidió al Subdelegado de León acudiera con su tropa de vecinos honrados para reunirse con la de él el día 30 en Irapuato.54 Nuevas noticias revelaron que los insurgentes, en número de 200, saquearon la hacienda de Tomé López, y se encaminaban para Pueblo Nuevo. Tan rápido corrían las nuevas, que los mismos indios de Purísima andaban inquietos por los acontecimientos en Zacatecas, Salamanca y Guango.55 El 1° de mayo, Antonio de la Llata le entregó en Irapuato el siguiente oficio: Convencido de su patriotismo en favor de la justa causa, aptitud y demás circunstancias que le acompañan, incluyo a vos la lista de los presos en acción de guerra para que a estilo militar los sentencie y haga se ejecuten, para cuya operación dispondrá vos de la tropa necesaria, encargándole sea a la mayor brevedad posible, dándoles los auxilios que ofrece la religión.56 Antonio de Linares, por su parte un par de días después, se dirigió desde Salamanca a los curas y subdelegados de León y Silao, manifestándoles que por el Capitán Antonio de la Llata sabía que estaban muy mal avenidos con su mando y que no tomaran ninguna determinación hasta su vista.57 Mientras tanto en territorio de la Subdelegación de León, en la tarde del 2 de mayo, los insurgentes entraron en el paraje conocido como El Puerto del Rucio, perteneciente a la hacienda del Sauz de Armenta armando una refriega con tiroteo de bala, resultando varios heridos y algunos muertos, entre individuos del ejército del Rey y paisanos de la misma hacienda. Se mandó al cirujano José María Campo, que aunque no tenía estudio reconocido, ejercía el oficio desde hacía más de 25 años, para que atendiera a los heridos. Miguel José de Emparán con las tropas realistas derrotó el 3 de mayo en el campo de Los Magueyes, cerca de Aguascalientes, a los insurgentes que se retiraban de Zacatecas, acaudillados por Rayón, Liceaga y otros, tomándoles gran parte de artillería, parque y matándoles entre mil ochocientos a dos mil hombres.58 53


En los siguientes días, un grupo de 30 insurgentes estuvieron en la hacienda de Las Fuentes y por las inmediaciones del Rincón pasaron otras cuadrillas de picaros que habían huido de Zacatecas, para unirse con las que estaban en La Piedad, Atotonilco y otros pueblos. Un grupo de 30, al mando de Ignacio Saldaña durmió en Las Arenillas y estuvieron en La Sarteneja, por lo que las tropas del Rincón, a cargo del Teniente Rosas, salieron a desalojarlos del territorio. Otro gran número de tropa enemiga desde Santa Ana Pacueco hasta La Piedad, amenazaba con ir a Piedragorda a hacer una carnicería. También, se hallaban en la sierra de Comanja e Ibarra.59 Ante la amenaza, el Comandante Valentín Soberón se situó en San Pedro Piedragorda. Éste informó que el administrador de la hacienda de Atotonilquillo le había entregado al Capitán del Ejército del Cura Hidalgo, José Ignacio Saldaña, a su hermano José Celio y algunos objetos que tenía embargados.60 El día 6 de mayo, José Ildefonso le comunicó al Subdelegado: En atención al oficio de vos, le remito la mayor porción de pólvora que he conseguido con Izquierdo y Cabrera, quedando éste advertido de fabricar más. Celebro, como debo, la gloriosa acción ejecutada por vos y mucho más el que vos saliese libre en tan inminente riesgo. Todo lo haré presente a este vecindario para que me ayude a celebrarlo. Es adjunto el oficio del señor Emparán, cuya victoria hemos celebrado con repique.61 San Felipe fue atacado por 300 insurgentes el día 10 y de ahí pasaron a San Juan de Los Lagos. Lagos temía una invasión, mientras que por la salida de tropas para Irapuato, Silao y León se declaraban indefensos. Por lo que Antonio de Linares, en oficio escrito en Salamanca el día 12, calmó los temores del Cura y Subdelegado de León diciéndoles que contaban con su auxilio en caso de necesitarlo.62 Por los méritos logrados contra de los insurgentes en Irapuato, Joaquín de Soberón, por comisión del Comandante Linares, nombró a Gutiérrez de la Concha Comandante de las Armas: Debiendo hacer movimiento mañana, según me previene el Comandante don Antonio Linares, y teniendo de éste la facultad bastante para nombrar un sujeto benemérito que comande las tropas, que quedan de guarnición en este punto, he venido en nombrar a vos por Comandante de estas Armas con todas las facultades correspondientes a dicho empleo; lo que le participo para su inteligencia y satisfacción. Dios guarde a vos muchos años. Irapuato, mayo 16 de 1811.63 El Alcalde de Primer Voto de Salamanca, José Tomás Machuca, le agradeció el auxilio que le ofreció a su villa, y le informó que la división del Capitán Linares marchó para Valle de Santiago.64 Miguel José de Emparán, que llegó a la villa el 16 de mayo con las tropas realistas, le ordenó al Subdelegado el día 18 que se trasladara a León con su división y en el camino le instruiría el modo que adoptarían para el resguardo de los caudales reales en Guanajuato.65 En Purísima, desapareció el Alcalde y el Regidor Mayor, y José Esteban Rosas informó el día 20 que tenía sospecha de que se unieron a los rebeldes que andaban en Piedragorda, por lo que había nombrado a nuevas personas en los puestos vacantes. Las tropas del Rincón salieron a perseguir a los 54


malvados, y exageradamente expresó que sería necesario acabar con la mitad de los indios de ese pueblo, pues el que mejor pensaba de ellos era como los piamonteses, esto es viva quien vence.66 Nuevos presos llegaron a la cárcel de la villa de León, acusados de insurgentes. De San Francisco del Rincón: Eduviges Soto, que fue soldado de Iriarte y en Charco Prieto, con otros cinco, se llevó al europeo Miguel Poleo; también los indios Rufino Salas y Martín Rosales, el Padre Plata, Domingo Chico e Ignacio Liceaga.67 El 23 de mayo, se publicó el bando del Virrey Francisco Javier Venegas en los parajes acostumbrados de la villa de León con el Indulto concedido por la instalación de las Cortes: Don Fernando VII, por gracia de Dios, Rey de España y de las Indias, y en su ausencia y cautividad el Consejo de Regencia, autorizado interinamente, a todos los que las presentes vieren y entendieren, sabed: Que en las Cortes generales y extraordinarias, congregadas en la real Isla de León, se resolvió y decretó lo siguiente: El indulto concedido por la instalación de estas Cortes, además de los casos que comprenden las Leyes y los indultos publicados anteriormente en la coronación de los Reyes, se extiende a los reos de contrabando, por extracción e importación de efectos prohibidos o venta de estancados. Comprende el indulto a los fugitivos, ausentes y acusados de contumancia, quienes en el término de seis meses, estando dentro del reino, y de un año si están fuera, contado desde la publicación, deberán presentarse ante cualesquiera Justicias, para que dando cuenta a los Tribunales respectivos hagan la declaración correspondiente. Dado en el Real Palacio de México, a 5 de abril de 1811. Acatando la orden del Brigadier Calleja, el 3 de junio, las tropas de León se trasladaron a Salamanca, por lo que Gutiérrez de la Concha dejó a don Miguel de Obregón a cargo: En cumplimiento de la orden que con fecha 1° del corriente me comunica el señor General del Ejército del Centro don Félix Calleja salgo esta tarde para Salamanca con la tropa de esta villa, particípolo a vos para su inteligencia y que debiendo quedar encargado de la Subdelegación que está a mi cargo continué las causas de los reos que tengo comenzadas, se las forme a los que no las tengan breve y sumariamente con ellas, dé cuenta al citado señor General a quien informará vos de lo que ocurra digno de su atención durante mi ausencia. Dios guarde a vos muchos años. León, junio 3 de 1811.68 De tal movilización, Fernando Pérez Marañón giró oficio de enterado de que por órdenes de Calleja las compañías de León, Silao e Irapuato atacarían al perverso rebelde Albino García y cubrirían la ciudad de Guanajuato.69 El Lic. José María Esquivel y Salvago, informó al Subdelegado que Salamanca fue tomada por la cuadrilla de Albino García y expuso la situación de las tropas que defendían Irapuato: En contestación al oficio de vos, de esta fecha, que acabo de recibir, debo decirle: que la cuadrilla de insurgentes de Albino García se apoderó de Salamanca ven55


ciendo alguna resistencia que según se le hicieron los soldados levantados allí, y con esto se apoderó de dos cañones que había en dicha villa y de algunas otras armas, cuyo número ignoro. Tampoco sé el número de insurgentes que haya congregados, ni su actual verdadera situación, pues por más que he procurado inquirirlo se me han escaseado las noticias, no obstante parece lo más cierto que el día de ayer salieron del Valle con destino a Salamanca y hoy entraron o se acamparon en sus inmediaciones, con el objeto, según ellos publicaban, de acometer a este pueblo, por cuya causa aún escribí esta mañana al señor Intendente pidiéndole auxilio y apreciaría mucho que vos se determinara a situarse en este punto. Por lo que mira a estas tropas vayan a expedición contra los insurgentes, me parece necesario decir a vos que aquí no hay tropa alguna pagada, si no de voluntarios que sirven sin sueldo, comprometidos sólo a la defensa de este punto, se entiende resistiendo los ataques que en él se ofrezcan y sin caminar en persecución de las gavillas, aunque sea útil su destrucción para nuestra misma defensa. Que sin este expreso compromiso, no hubiera yo conseguido voluntarios, y que ellos en realidad tienen dos gravísimos inconvenientes para salir fueras: el primero, que alejándose de sus casas y trabajo no tienen con que mantener ni sus personas ni sus familias, y el segundo, que la mayor parte son de infantería, pero compuesta de gente decente que no es capaz de resistir el trabajo de caminar a pie por corto que sea el camino. El señor General no tendrá desde luego noticia individual del género de tropas que hay en Irapuato y se conceptuará quizá de que las hay pagadas, como es León y Silao, y en esta inteligencia comunicará a vos la orden que me cita. No obstante, viniendo vos aquí y averiguada con puntualidad la situación de los insurgentes, si no pasare a Salamanca, hablaríamos con las tropas a ver si se logra persuadirlos como en otra vez, para que pase a dicho punto, pero en caso de que no accedan me parece que no se les puede obligar por ser ésta acción fuera de su compromiso. Dios guarde a vos muchos años. Irapuato, 4 de junio de 1811.70 El mismo Esquivel, envió nuevo mansaje en el que anunciaba que los insurgentes acamparon en el cerro de la Cal, moviéndose en dirección a Irapuato para atacarlo, uniéndoseles algunas otras cuadrillas, comandadas por el Angloamericano.71 Ante esto, el 4 de junio Gutiérrez de la Concha decidió acuartelar las tropas de León en Silao, para socorrer a Guanajuato en caso de ataque o hasta nueva orden y dio aviso al Lic. Esquivel que pasaría a Irapuato cuando se le comunicara que el enemigo se presentara en número considerable.72 Nuevas amenazas lo hicieron marchar hasta Irapuato, desde donde informó al Brigadier Calleja que contaba con ciento noventa y dos hombres y dos cañones y que los rebeldes, en número de setecientos, se encontraban en Valle de Santiago. Desde donde iniciaron el ataque a Salamanca, en cuya villa los voluntarios que la defendían se rindieron vergonzosamente, llevándose dos cañones y la mayor parte de fusiles, que eran quinientos hombres y se posicionaron en el cerro de la Cal, defendido por el río Grande.73 Cobrando fuerza, los insurgentes atacaron Celaya, preparando un nuevo asedio sobre la villa de Salamanca, mientras que el Padre Navarrete y el Angloamericano, con sus hombres, asediaban Querétaro.74 56


En vista de la situación, Fernando Pérez Marañón, trascribió al Subdelegado de León la orden de Calleja, para que saliera en auxilio de los voluntarios de Salamanca. Por lo que urgió alistar la Compañía del Príncipe de Silao, incluyendo a los catorce lanceros y voluntarios de ese pueblo para que se le unieran inmediatamente.75 De Silao sólo me enviaron cuatro voluntarios, temerosos de que Albino García los atacara y no hubiera tropas para defenderlo. Por lo que recurrió a Calleja, informándole que el camino de San Miguel el Grande estaba infectado de pícaros, que Albino García estaba en Valle de Santiago y que no sabía nada del Capitán Linares. Unos días después, le informó que una cuadrilla de tres mil hombres, al mando de Torres, Rayón y Huidrobo estaban en Pénjamo y se dirigían a Guanajuato, y que por más ordenes que enviaba, la Compañía de Silao no se le había unido.76 También le informó que en Salamanca no había sujeto a quien encargarle el Gobierno, dejándola en su anarquía, y le adjuntó unos bandos de Albino García, agregando que el Día de Corpus, 14 de junio, entró en Pénjamo la cuadrilla de Torres y Huidrobo, con tres mil hombres y nueve cañones, de los que cien eran lanceros, y esperaban a Muñiz con doscientos fusileros, otros mil de Lamas y nueve cañones.77 Pidió entonces al Conde de Casa Rul, nombrado por el Virrey para encargarse de las Armas de la Provincia, auxilio de caballería para atacar a Albino García, antes de que saliera para Yuriria o Pantoja, y pudiera reunirse con los de Pénjamo.78 A lo que el Conde le comunicó que le enviaría, si el Intendente le proporcionaba caballos, veinticinco o treinta dragones del Príncipe. Sugiriendo que se reunieran en Burras, para darle el escarmiento que merecían.79 Finalmente, por orden directa de Calleja, de Silao le llegó la Compañía de Patriotas con cuarenta plazas y un cañón, al mando del Sargento Aniceto Cervantes.80 El 17 de junio, el Subdelegado informó a Calleja que la División de Antonio Linares se hallaba en Valladolid, hasta donde se había replegado amenazada por una cuadrilla considerable. Consiente de tal fuerza, agregó y si somos derrotados lo seremos con honor.81 El Conde de Casa Rul le envió al Teniente Antonio Velasco, con veintiún dragones, para reforzar la división de su mando. Pero un par de días después, le informó que un grueso de tres mil insurgentes que salieron del Xoconoxtle para San Miguel el Grande se encaminaba a acometer el pueblo de Dolores y de ahí posiblemente pasarían a la ciudad de Guanajuato, por lo que debería situarse en Cuevas para combinar ambos los movimientos que debían hacerse.82 Le respondió, el 20 de junio, que tan pronto se retirara de Irapuato la división de su mando, sería atacada por Albino García, pues la tropa que se había creado consideraba que no lo resistiría.83 Al llegar a Irapuato las Compañías de Patriotas de Silao y del Príncipe de Guanajuato, informó a Calleja que los insurgentes del Valle estaban esperando refuerzos de Yuriria, Cuitzeo y Salvatierra para atacarlos, y que los de La Barca, que derrotó Negrete, entraron a Arandas y se dirigían a Atotonilco.84 Ante tales amenazas, las fuerzas al mando del Teniente Coronel Miguel de Campo, llegaron a la villa de León para resguardar la ciudad de Guanajuato y unirse a las del Comandante para perseguir a Albino García, que tenía toda la región ocupada con sus cuadrillas.85

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El Conde de Casa Rul le ordenó al Subdelegado de León que saliera de Irapuato y se situara en la hacienda de Burras y enviara avanzadas a Guanajuato, Silao e Irapuato. Además, que alistara cien hombres para cada una de las dos compañías del Regimiento de Infantería Provincial, procurando que fuera gente de mejor talla, color y honrada conducta.86 Por su parte, Miguel del Campo dio avisó de que los insurgentes querían atacar Irapuato, que salió de Silao por el camino real y pidió al Subdelegado que lo hiciera por Temascatío para ver si lograban arrollarlos.87 Desde Irapuato, el Lic. Esquivel informó que en Salamanca se encontraba Cleto Camacho con una partida, a quien se le uniría Albino García con el resto de los insurgentes y las indiadas de Valle, Salamanca, Santa Cruz, Amoles y Guaje, con la intención de atacar Irapuato. Por anónimo de un vecino de Salamanca, se supo que García llegó con cien hombres y se hospedó en el mesón de Barroso y de San Agustín, tal informante pidió piedad para esa villa para que no se tocara a degüello.88 Por tal motivo, el Subdelegado Gutiérrez de la Concha decidió marchar de la hacienda de Burras y esperar en Irapuato el ataque del enemigo. Siendo el 26 de junio, un día en que las fuerzas realistas obtuvieron un triunfo sobre las insurgentes en Valle de Santiago, con lo que pudieron nombrar autoridades en Irapuato. Éste es el informe que rindió al Teniente Coronel Comandante de la 1ª División, don Miguel del Campo, el 28 de junio: Para cumplir con la orden de vos sobre que le participe los individuos de la tropa de mi mando que se distinguieron el día 26 en la acción del Valle de Santiago, sería necesario hacer las listas de todos, porque ninguno quedara agraviado. Cada uno, llegada que fue la acción, manifestó con las obras el valor, entusiasmo y alegría que antes se les conoció en el semblante. Vos los vio, lo reflejó y me lo dijo cuando las balas del enemigo me llegaban y pasaban. El adjunto parte del Comandante de Silao, don Mariano Reynoso señala los individuos de su mando que hicieron algo notable y, aunque por modestia, no nombra a su hijo, don José Ladislao, yo estoy informado que merece un particular elogio por haber atacado y perseguido al enemigo en las calles, despreciando el fuego que le hacían. De la Compañía de Voluntarios de Caballería de Irapuato se distinguieron donde Raymundo Zaragoza, que con los conocimientos del terreno guió en la marcha y ataque las valientes compañías de descubierta; don Guadalupe Gutiérrez y don José Luis Gallardo, que se hallaron en el alcance que se hizo a los cabecillas, hasta la vuelta del cerro La Batea. De los de León, se distinguieron el sargento don Francisco Castillo, que fue el primero que se adelantó bastante de la formación para tirar a los dos o tres cabecillas que tuvieron el atrevimiento de acercársenos, luego de orden de vos mandé que hicieran lo mismo los voluntarios don Plácido Fernández y don Antonio Sañudo, que desempeñaron a mi satisfacción en el alcance, a más de los dragones de San Carlos y lanceros, de quienes podían dar razón los tenientes don Félix de la Madrid y don Miguel Verástegui; se distinguieron de los voluntarios, el teniente de la Compañía del Rincón de León, don José Mazorra, don José Rentería, don Diego Pretalia, don Juan Quijano, don Miguel Díaz, don Antonio Septién, don José Gorriz, don Ramón Mares y don Luis Martínez.

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El elogio de las Compañías de Infantería de León y Silao, y de los artilleros, vos lo puede hacer mejor que nadie, pues se halló a su frente disponiendo el ataque.89 Miguel del Campo, el 2 de julio pidió a algunas personas, clero y religiosos de Irapuato eligieran a su Autoridad, luego pasó a Salamanca y viendo la imposibilidad con que se hallaba para continuar por sus enfermedades el Justicia de la villa, ordenó que se reunieran los vecinos, clero y religiosos para elegir al sustituto. Por lo que se levantó la siguiente acta de elección: Salamanca Mero Mixto Imperio, a tres de julio del año de mil ochocientos once: estando en la sala capitular de este convento de San Juan Sahagún de Religiosos agustinos de esta provincia de Michoacán, don José Tomás Machuca, Regidor Alguacil Mayor del Ilustre Ayuntamiento de esta dicha villa, y Alcalde Ordinario de primer voto; el señor Cura Juez Eclesiástico Interno, Br. don Ignacio Muñoz; el Reverendísimo Padre Absoluto, fray Manuel Escalera; el reverendo padre fray Salvador Agustín Percas, Prior Predicador actual de este convento citado; el reverendo padre fray Alipio Flores, religioso agustino; el licenciado don Manuel de Alvis, el bachiller don José Tiburcio Incapíe y el bachiller don Mariano Páramo, y el bachiller don Victoriano Pérez, subdiácono; los republicanos don José Rafael García de León y don José Bernardo Barriga, don Vicente García de León, don Toribio y don Domingo García, don Ignacio de la Puente Rivas, don Crescencio Rodríguez y García y don Juan Ignacio de Santana, se vio el oficio orden del día de ayer librado por el señor Comandante del Ejército del señor don Félix María Calleja, don Miguel del Campo y en su consecuencia se acordó que para su debido cumplimiento le propusiesen dos personas y se procediese a votar con el objeto de ver en cual de ambos recaía el empleo de tal Alcalde Ordinario de esta recitada villa. Y habiéndose nombrado o propuesto al republicano don Pedro de Arévalo y a don Jacinto Díez Barroso, salió electo canónicamente el último y considerando ser sujeto escaso de bienes para sostenerse, pues no tienen otra cosa que sus arbitrios en el campo, se propuso que por este vecindario se colectase una congrua suficiente para su manutención y habiéndose convenido, toda la junta ofreció contribuir semanariamente: el señor cura interino, con tres pesos; este sagrado convento dos, el Regidor Alguacil Mayor, franquearle casa para su habitación; los republicanos don Rafael García de León y don Bernardo Barriga, cuatro reales cada uno; el bachiller don José Tiburcio Incapíe (que por equívoco no se puso en el lugar que le toca) un peso cuatro reales; don Toribio y don Domingo García de León, cuatro reales cada uno. A los que no se hallaron presentes, que fueron los que se expresaron, se les señaló o determinó contribuyeran: don Juan Marenco, con un peso; don Luis García, Regidor Fiel Ejecutor, un peso; al Abastecedor y su socio, un peso cada uno; a doña Inés Cárdenas, un peso; a don Francisco Rodríguez y Delgado, cuatro reales; a don Francisco Javier Páramo, cuatro reales, y a don Francisco García de León, dos reales. De cuya cantidad, que asciende al total de dieciséis pesos dos reales, se le ministrarán al dicho Jacinto Díez Barroso, diez pesos, y los seis pesos dos reales restantes al presente escribano real público y de Cabildo, por ser notoria su total indigencia en la época actual, pues en lo absoluto no tiene que hacer cosa alguna. Con lo que se concluyó este acuerdo, que firmaron todos los concurrentes, por ante mí, de que doy fe. 59


Ignacio Muñoz Ahumada Fray Juan Escalera Fray Mateo Álvarez Br. José Tiburcio Incapíe Lic. Manuel Procopio Alvis José Rafael García de León Vicente García de León Juan Ignacio de Santa Ana Isidro Rodríguez del Castillo

José Tomás Machuca Fray Salvador Agustín Perea Fray Alipio Flores Br. Mariano Páramo Br. Victoriano Pérez José Bernardo Barriga Ignacio de la Puente Crescencio Rodríguez

En la propia villa, a cuatro del citado julio, el escribano siendo presente don Jacinto Diez Barroso, en su persona que conozco le hice saber el nombramiento que le está hecho de Alcalde Ordinario de este sitio, y en su inteligencia dijo: acepta el empleo con que esta respetable Junta se ha dignado condecorarlo, rinde las debidas gracias, pero suplica se libre exhorto u oficio al lugar donde se halle residiendo el Regidor don Luis García para que se regrese a esta dicha villa, a tomar la vara a la posible mayor brevedad, pues el que expone está instruido que el excelentísimo señor Virrey lo tiene nombrado Alcalde de este pueblo. Eso respondió y firmó. Doy fe. Isidro Rodríguez del Postillo.90

Jacinto Díez Barroso Acción en Salamanca

Calleja ordenó al Subdelegado de León situarse en Salamanca e imponerles un castigo de 50 mil pesos. El día 4 salió para esa villa, donde consideraba que era más fácil matar a todos aquellos vecinos que exigirles el dinero, pues el que no era insurgente era egoísta y no tenía resolución para abrazar decididamente algún partido.91 Se puso en marcha con las fuerzas de León, Silao e Irapuato, pero en el camino se dio cuenta que muchos voluntarios se habían separado sin licencia, por lo que pidió a Calleja se les diera un escarmiento ejemplar. Al pasar revista, la fuerza de la División de Irapuato estaba formada por: Infantería:

Patriotas de León Patriotas de Silao Voluntarios de Irapuato

49 38 60

Caballería:

Voluntarios de León Voluntarios de Silao Voluntarios de Irapuato Lanceros de Silao

22 38 25 18

Total

366 soldados.92

Tomó la plaza el 5 de julio y comunicó al Alcalde José Tomás Machuca que tenía órdenes de Calleja de castigar la villa por su contumacia, debiendo reunir 50,000 pesos de exacción militar o en caso contrario diezmaría a la población, saquearía sus casas y secuestraría sus fincas. Ante la negativa del Alcalde, lo destituyó tomando el gobierno de la villa. Mandó llamar a los vecinos a la plaza para dar a conocer la sentencia y levantar un padrón de los vecinos, españoles, mulatos o de color quebrado; otro de los pueblos y repúblicas de indios y otro de las haciendas y ranchos de su jurisdicción. Según le informaron que por el Padrón General de la Feligresía de Salamanca y su Partido, de 1809, había más de 16,000 habitantes distribuidos en la villa, sus barrios de Nativitas, San Juan de la Presa, San Antonio, Señor de Roque y San Pedro y en las 17 haciendas y 20 ranchos. 60


Así quedó registrado el nuevo padrón y las contribuciones que pagaron los vecinos: Repartimiento que con arreglo a la orden del señor comandante General del Ejército de Operaciones, fecha 6 del corriente, se hace entre los vecinos de Salamanca para la exacción militar de veinticinco mil pesos en castigo de los asesinatos ejecutados dentro de esta villa en soldados de las tropas del Rey, a que debieron oponerse los vecinos con todas sus fuerzas. Don Tomás Machuca Pedro Arévalo Juan Marenco Manuel Alvis Valentín Montero Francisco Páramo Gabriel Espino Francisco García de León Juan Martínez Francisco Rodríguez Luis García Caballero Manuel Orozco Ignacio Reyes Cristóbal Reyes Ignacio Ramírez Eufrasio Pérez Trinidad Huerta José María Quintana Antonio Sánchez Anselmo Vidal José Cervantes Manuel Delgado José Pantoja Gabriel Noriega Vicente Esquivel José María Laguna Matías Cuevas Toribio Castillo Guadalupe García Mateo Rico Juan Bautista Castañón Nicolás Delgado Francisco Ventrillas José María Ramírez Miguel Villafaña Félix Jiménez José María Centeno José María Gutiérrez Faustino Camacho Juan José Ramírez José Miguel Hernández Felipe Santiago Pérez José Teodoro García

1,500 1,000 1,100 0 50 200 10 1,022 35 100 2 255 3 2 2 9 4 2 2 4 3 12 2 10 2 4 15 8 6 37 45 45 2 4 4 3 15 6 4 3 2 3 3

José Luis García Ignacio Puente Joaquín Marenco Manuel Alvarado Rafael Basurto José María Pérez Pedro Zavala José María Villafuerte José Landeros Miguel Rodríguez Miguel Peredo José Vicente Pérez Rafael Reyes Tomás Méndez Ramón Zamora Antonio Lucero Luis Guerrero Luciano Ramírez Basilio Vidal Gabriel Noriega Isidro Pérez Victoriano Escamilla Nicolás Hayo José Cárdenas Antonio Abad Jorge Cuevas Asencio Cardiel Dámaso Pérez Basilio Castañeda Lorenzo Bernardo José Gervasio León Pascual González Ignacio Delgado Joaquín Reyes Juan José Germán Jiménez Pedro Nicolás Miranda Venancio Butarda Antonio de la Cruz Ramírez Francisco Frías José María Ramírez José Vicente Herrera José María Doroteo Manuel Agustín 61

1,500 20 100 340 27 55 45 14 50 100 30 3 2 2 2 6 5 2 4 6 18 15 3 14 23 16 20 37 2 4 3 2 14 3 3 10 120 2 3 3 10 3 4


José Urbano José Hilario Ramírez José Guadalupe Rayas Antonio Salgado Pedro González Salvador Cárdenas Juan el rebocero Juan Vicente Herrera Vicente Elizarraras Toribio García de León Rafael Aguilera Pedro José Paz José María Gutiérrez Bernabé Martínez Francisco Zamudio José María Gaitán José Matías Gutiérrez Antonio Páramo Agustín Calero José Cristóbal Serrano Ignacio Leyva Quinto Vera José María Zárate Pablo Martínez José María Trinidad Mariano Cárdenas Francisco Arredondo José María Méndez Claudio Hernández Francisco Salas Francisco Valdés Francisco Arredondo Ramón Espinosa Juan Jaramillo Juan Partida José Lucas Espinosa Antonio Hernández José Clemente José María Crespo Simón Caramosa José María Teodoro José Agustín Velázquez Juan Lucero Simón García Guadalupe García Padilla José María García Padilla Nicolás García Manuel Miranda Liberto Rosillo Francisco Javier Carmona José María García

2 3 2 10 5 4 3 6 3 535 4 9 3 1 4 16 8 10 12 7 7 8 9 7 7 8 9 8 9 10 7 7 7 18 2 8 9 8 9 5 5 5 9 4 11 7 5 7 18 16 9

Salvador Manuel Pacheco José Pedro González José Manuel González Rufino Esteves Toribio Rodríguez Mateo Ríos Santiago Valtierrilla José María Salgado Roberto Pizarro Domingo García de León Juan Reyes Juan José Conejo Francisco Becerra José Tomás de la Cruz Rafael Zavala Vicente Tavera Manuel Vega José Simón Venadero Remigio Zárate Ramón Medina Pedro Páramo Ramón Mota José María Almansa Pascual de la Luz Jacinto Ornelas Vicente Cervantes Felipe Martínez Ramón Zárate José Silvestre Francisco Ramírez Rafael López José Perfecto Guerrero Esteban Reynoso Joaquín Tovar José Matías Arredondo Juan Manuel Lucero Manuel Teodoro José Luciano Cipriano Dionisio Bernardo de la Luz Manuel Cuevas Isidro Pérez Agustín Pantoja Marcos Manríquez Victoriano Ramírez Pedro Martínez Conejo José María Lemus Vicente Rodríguez José María Martínez José Balpuesta 62

3 3 2 20 6 4 2 8 13 410 19 3 50 3 5 5 2 50 8 7 20 9 9 7 18 8 7 15 1 7 7 7 7 35 8 14 11 6 1 5 5 14 2 25 6 8 1 4 9 7 2


Vicente Valtierreño 2 José Laureano 2 Asencio Nava 2 Miguel Ignacio 2 Ignacio Medina 2 Gaspar Reyes 8 José Dionisio 2 Salvador Páramo 4 Pedro Martínez 3 José María Damián 3 Pascual Flores 2 Pascual Lancón 2 Ignacio de la Luz 2 Cayetano García 8 Manuel Salmerón 11 Juan José Pérez 4 José María Rangel 4 Pedro de Olmos 3 José María Pinela 2 Santiago Arredondo 4 Venancio Acosta 3 José María Barroso 3 Salvador Rosas 11 José María Cárdenas 11 Miguel García 8 José el aguador 2 Rafael Zavala 11 Juan José Ortega 13 Francisco López 3 José Abad Villafaña 9 José Ortiz 12 Juan Celaya 30 Lorenzo Chagoya 9 Luis Antonio Rodríguez 11 Toribio Rodríguez 11 Manuel Ramírez 9 Félix de la Luz Rodríguez 8 José Agustín Enríquez 6 Manuel Flores 6 Maricelo Estrada 17 José María Raso 10 Juan Antonio Vega 7 José Santos 6 Vicente 6 José Dimas 6 José Ignacio Domínguez 6 José María García de León 4 Ramón Zárate 4 José Ramírez 2 Mariano Hernández 2 José Antonio Ramírez 3 José María Vidal 4 Juan José Ramírez 2 José Eusebio Carrillo 3 Francisco Almansa 3 Cayetano Chávez 3 Antonio Gamiño 20 Francisco Blancarte 2 Francisco Rodríguez 6 Julián Saldaña 3 Manuel Ramos 20 Isidro Díaz 10 Vicente Arredondo 6 Javier Soto 6 Hilario Sauceda 3 Juan Quiroga 3 Domingo Ortega 2 Vicente Ferrer 2 Narciso García 2 José Gregorio 2 José León Villafaña 2 Manuel García 2 Luis Paredes 100 Vicente Antonio Silva 4 Pedro García de León 6 Juan Gutiérrez Bonete 6 Tomás Gutiérrez 6 Victoriano Blanco 2 Fabián Cárdenas 4 Teodoro Salgado 6 Juan Soto 810 Antonio Sánchez 5 José Antonio Tapia 2 Ignacio Batalla 2 José Nicolás Cervantes 2 Joaquín Cárdenas 2 Vicente García de León 100 José Macario Machuca 1,500 José Dolores Puente 0 Carlos Rodríguez 7 José Ramírez 9 Agustín Cardiel 11 Antonio Pita 20 Pedro Aguilar 8 Ignacio García, sobrino de don Luis 80, el teniente de Alguacil Mayor 25 y Antonio (nombrado) El Curro 40. Total: 13,092. 63


De los pueblos y barrios, se recaudó: Santa María Nativitas. Gobernador Joaquín Reyes. San Juan de la Presa. Alcalde Manuel Ramírez. San Pedro. Alcalde Esteban Martín Ventura. Valtierrilla. Alcalde José María Bernardo Mendoza. Barrio de Ntra. Sra. de San Juan. Cabo Mateo Valencia. Barrio del Señor de Roque. Cabo José Agustín. Pueblo Nuevo. Encargado de Justicia don Ignacio Aguirre.

800 160 400 1,000 300 90 1,020 Total: 4,2070

De las haciendas: Dolores, Sardinas, Doña Rosa, Mancera, Uruetaro, Cal, Santo Domingo y Tinaja. Todas pertenecientes a los herederos del capitán Santana y corren a cargo de don Manuel Alvarado, como depositario de ellas: 5,000. Los Dos Ríos, de don Teodoro Gutiérrez, por sí y sus arrendatarios, hasta el lunes: 1,100. Sótelo, de los herederos de don Francisco Guerra: 550. Loma Pelada, de don José Antonio Raso, su hermano y demás herederos: 250. Mancerita, al cargo de don Francisco Raso, quien exigirá a los dueños de ranchos y arrendatarios 150 y por sí 100 pesos: 250. San Andrés de los Dos Ríos, de don Juan Mosqueda y sus coherederos: 400. La Joya de Cortés, su arrendatario Mariano Vázquez: 200. Total: 13,600. Por más que insistió y amenazó a los vecinos, sobre todo a los más pudientes, no logró reunir la cantidad.93 Para aprender, juzgar y sentenciar, breve y sumariamente a estilo militar, a todos los que habían incurrido en el delito de la insurrección, tenía orden de comisionar a don José María Piña, Administrador de las haciendas del coronel Ríos. Como así lo hizo.94 El 18 de julio, informó a Calleja: García Conde sorprendió la gavilla de Albino García y mató al cabecilla Luz Gutiérrez. En Salamanca no hay un solo individuo capaz de desempeñar los empleos de Subdelegado y Comandante. No hallo más arbitrio que quemar esta villa para que se nos ahorre el trabajo de volver después a conquistarla…95 Ante tal situación, Calleja decidió nombrarlo Capitán Comandante de las Compañías Urbanas de León. A lo que manifestó su gratitud, pero le presentó renuncia al mismo por serle imposible cumplir, a consecuencia de las obligaciones que le impondría. He recibido de vuestra señoría de 19 del corriente, en que con la bondad que nos es conocida se sirve vuestra señoría nombrarme Capitán Comandante de las Compañías Urbanas de León, graduando de distinguidos servicios, lo que sólo ha sido cumplir con las obligaciones de buen patriota y leal vasallo. Como tal estoy dispuesto a ser y hacer cuanto vuestra Señoría tenga a bien mandarme; pero ahora debo hacer a vuestra Señoría presente que aunque en las actuales circunstancias no debemos omitir sacrificio alguno de los que se necesiten para la conservación del reino, y su 64


tranquilidad, tengo esperanzas de que esta la conseguiremos breve mediante el favor de Dios y acertadas providencias del excelentísimo señor Virrey y de vuestra Señoría, y en este caso (hablo con un Jefe a quien amo como y respeto como padre) el empleo de Capitán, aunque muy honroso, me será muy gravoso: entonces habrá muchos asuntos que me priven de la atención a las negociaciones de mi casa, que deben producir la subsistencia de mi numerosa familia, compuesta toda de mujeres, que absolutamente dependen de mí. Encontrarme con pocos jefes (quizá con ninguno) como vuestra Señoría y muchas otras cosas que vuestra Señoría mejor que yo puede preveer. Tengo además el empleo de Administrador de Correos, que aunque de cortos productos me ayuda y liberta de muchas incomodidades, pues como tal no puedo admitir otro sin el permiso del señor Administrador General de México. En atención a lo expuesto, ya que estoy enteramente resuelto a sacrificar mi vida e intereses, siempre que las necesidades del reino lo exijan, y vuestra Señoría me lo mande. Suplico a vuestra Señoría se sirva omitir el dar cuenta al excelentísimo señor Virrey, con el nombramiento que ha tenido la bondad de dispensarme y considerarse como hasta aquí un leal vasallo, que queda suficientemente renunciado, con el aprecio de vuestra Señoría. Dios guarde a vuestra Señoría muchos años. Salamanca. Julio 20 de 1811.96 Desde Guanajuato, Bernardo Villamil lo instó que debía aceptar con gusto el grado de Capitán Comandante que se le había conferido.97 En nuevo oficio, en el que aceptó el cargo, le informó que había nombrado Alcalde a Rafael García y que había hecho presente a los vecinos que si en lo adelante no se defienden y toman una parte activa a favor de la justa causa, serán pasados a cuchillo y asolada la villa…98 También le informó que se habían presentado ochenta voluntarios y que el Padre Absoluto ofreció pagar de su bolsillo el importe de cien fusiles. A los que se sumaron más, llegando a ciento cincuenta hombres, que estaba instruyendo en el ejercicio militar.99 Por esos días, un mozo le entregó un sobre con esta felicitación: Señor negrito, mi capitán, mi Subdelegado, mi Comandante y mi amigo, Ahí va este título famoso, he impedido los debidos sufragios para con nuestro Jefe a favor de vos, como debo en obsequio de nuestra amistad, y me he ofrecido abonador de su acreditada conducta, que ya veo seguirá vuestra merced observando, por tanto, sea mil veces en hora buena y mande a su afectísimo amigo, que su mano besa. Rocha. Al enviarle una remesa de 16,700 pesos a Calleja, de los cuales 10,000 habían sido dados por el Padre Absoluto, el Subdelegado le adjuntó la representación que hizo el Alcalde Rafael García, en la que decía que en Salamanca el egoísmo y la miseria que todos tenían era inacabable.100 Manuel Gutiérrez de la Concha, como Comandante de la División de Salamanca, propuso un plan para desalojar las malditas gavillas de Albino García y Luna.101 El día 25 de julio, por una carta interceptada a los insurgentes, supo que el General en Jefe, José Vicente de Menchaca, proponía a los pueblos de Amoles, Guaje, Valtierrilla, Santa Cruz, San 65


Juan de la Vega y San Miguelito un plan para atacar juntos la ciudad de Valladolid, prometiendo liberarlos de todos los insultos que continuamente experimenta y a más de esto se les daría tierras en donde pudieran laborear los despojos de los gachupines…102 Gutiérrez de la Concha, en oficio del 25 de julio, agradeció a Calleja su nombramiento de Capitán, haciendo presente los méritos del Sargento Francisco Castillo para que fuera nombrado Capitán de la Compañía de Patriotas de León.103 Ante la amenaza, Calleja ordenó a Manuel del Campo que saliera con su división para Valladolid, dejando el día 29 a Celaya desguarnecida. El 2 de agosto, del Campo le remitió tres pliegos, uno para Trujillo y dos para el Capitán Linares, donde les decía que todos los pueblos eran insurgentes hasta Valladolid, excepto Zinapécuaro; que en su tránsito por Tarimoro se encontró con treinta o cuarenta insurgentes, haciéndoles tres bajas.104 Dos días después, del Campo le informó que el camino de Acámbaro estaba interceptado y que confirmaba la toma de San Juan del Río por los enemigos.105 El 8 de agosto, Calleja ordenó al Capitán Gutiérrez de la Concha que enviara mozos a averiguar con exactitud el estado de las cosas de Valladolid, avisándole el resultado. Mismo que le remitió al día siguiente: …Albino García, con 90 hombres, llegó hasta la orilla del río, pero que huyó ante la presencia del capitán Francisco Castillo, y que la plebe e indiada de la villa de Salamanca ha mostrado buena disposición, pero no tienen vecinos honrados que les den ejemplo…106 Al mediodía del 9, la guardia del río de la Compañía de Patriotas de León, fue atacada por el enemigo. En su informe Antonio Azpeitia refiere lo acontecido: El cabo de la expresada da parte al señor Comandante, con la novedad que ayer, entre once y doce del día, llegó uno en traje de paisano y cortó el calabrote del paso. Inmediatamente me dio aviso el centinela. Salí con mi guardia y me hallé con el enemigo al frente, haciéndole fuego a los barqueros, y yo empecé a hacer los mismo a los barderos de las casas y árboles en donde estaba cubierto el enemigo. En donde gastamos como cincuenta cartuchos, no dejando llegar a los que apercibíamos después de haberme rotado el sombrero de un balazo. A la sazón nos llegó el socorro y a poco vimos salir la muchedumbre que traía el enemigo. No ha ocurrido más novedad durante mi función. Mientras tanto, los vigías fueron llegando y el Capitán Gutiérrez de la Concha envió informes a Calleja: el día 10, no hay enemigos en las inmediaciones de Valladolid y las avanzadas llegan a Guango, desde donde está todo para acá en mayor insurrección… 107 El 14: …por informe del capitán Pedro Menezo, en Tarimoro había reunión de enemigos y se hacía pólvora. Dicho pueblo fue atacado por el teniente coronel Miguel del Campo.108 Albino García, por su parte, se situó en Surumuato, cometiendo en los pueblos de El Guaje y Amoles muchas iniquidades. Al entrar a Santa Cruz, los indios le apresaron nueve de sus hombres.109

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El día 19 de agosto: Albino García no trata de resistir un ataque, sino remontarse al cerro de Villachuato y que para ir a Surumuato es indispensable pasar el río, lo que constituye una operación muy larga.110 Desde Irapuato, el 22, Pedro Menezo, le participó que el día 19 destruyó a inmediaciones de Pénjamo las gavillas de Natera y García, de Silao, e igualmente a las que envío Albino García al mando de Cleto Camacho; que los prisioneros fueron pasados por las armas, que el campo estaba intransitable y los ríos sin vados, por lo que era imposible atacar a García en Surumuato.111 Mientras que las tropas realistas esperaban el siguiente verano para cruzar los ríos y pantanos, García volvió atacar Pénjamo el día 27 y tomó el camino de San Pedro Piedragorda.112 Por lo que Pedro Menezo, salió el día 1° de septiembre de Irapuato, a perseguir la gavilla que entró al Rincón de León, que debía ser atacada por el Sargento Mayor Agustín Viña, dándome aviso para que le brindara auxilio en caso de necesitarlo.113 En Salamanca, una vez que llegó el señor José María Piña de entrevistarse con Calleja. El 3 de septiembre de 1811, el Capitán don Manuel Gutiérrez de la Concha, Subdelegado Justicia Mayor de la villa de León y Comandante de División, hizo saber a los habitantes salmantinos: El señor Mariscal de Campo don Félix María Calleja del Rey, Comandante General del Ejército del Centro, con fecha 20 de agosto último ha nombrado de Subdelegado y Comandante de las Armas de esta villa a don José María Piña, en virtud de las repetidas renuncias de don Rafael García de León, concediéndole la facultad de que pueda residir en la hacienda del Molino de Sarabia, nombrando un teniente que arreglado a sus órdenes ejerza sus funciones y resida en esta villa cabecera, para la debida y pronta administración de justicia, en cuya inteligencia todos los vecinos de ella y su jurisdicción, tanto militares como paisanos reconozcan y tendrán al citado don José María Piña por tal Subdelegado y Comandante, guardándole y haciéndole guardar la obediencia y respeto debido a tales empleos. Yo he visto con el mayor placer las pruebas que todo este vecindario tiene dadas de su docilidad y desengaño, he dado parte al señor General y confío que animándose más y más apurarán todos los recursos que están en su arbitrio para borrar el feo borrón que se habían echado, mantener la tranquilidad en su territorio y resistir y atacar a los enemigos de Dios, del Rey y de la Patria, bajo las órdenes de un jefe que tiene acreditado su patriotismo y valor, si así lo hiciereis contad con la protección del Rey, de sus tropas y de nuestros leales vecinos, pero si olvidados de los deberes más sagrados, se apoderan de vosotros el vicio, el egoísmo, el miedo y la vileza temed el más tremendo castigo que muy de cerca os ha amenazado ya.114 El 6 de septiembre, el Subdelegado se enteró por la versión de un lépero de León, que Albino García había entrado a Irapuato matando a varios y echando fuera a todos los reos de la cárcel. También supo, por otro informante, que García salió huyendo para no enfrentarse a las tropas realistas. Al día siguiente, Juan Nepomuceno de Oviedo le envió un oficio en el que lamentaba que no hubiera batido al insurgente y le sugería que hiciera fosos en Salamanca para detener al enemigo. Y lo más grave de todo, que Apaseo estaba acometido por los insurgentes y ya estaban preparándose en Salvatierra para atacar Celaya.115

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Para auxiliar a las tropas que defendían Irapuato, el día 7 envió a José Mazorra, como Teniente, a la cabeza de la Compañía de Voluntarios de León, y solicitó al comandante de las armas de aquel lugar le informara dónde se hallaba el grueso del enemigo.116 En la mañana del día siguiente, llegó el informe solicitado. Don Pedro Menezo le participó que los insurgentes se habían dividido para Pénjamo, Cuitzeo y Pantoja, siendo en el mayor grueso de éste último donde iba Albino García, y que para celebrar el triunfo sobre Irapuato había organizado una corrida de toros. Agregó también que este enemigo era muy molesto y que los tenía en continua alarma, a lo que le solicitó le dijera por dónde le parecía que lo persiguiera.117 Le respondió, que los pícaros estaban en Valle de Santiago con bastante gente, y que junto con su división debería irse para aquella villa, desde donde saldrían a la media noche para caer sobre el enemigo al amanecer.118 Las cosas no salieron como estaban planeadas. Los insurgentes se desplazaban con rapidez. Se apoderaron de Santa Cruz. En tal lugar, Albino García mató a diez o doce vecinos y treinta y dos dragones de España, de los de Valladolid, entre ellos al teniente, y se llevó prisionero al Padre franciscano Salas. Así que el día 13, Gutiérrez de la Concha le propuso al Teniente Coronel Juan Nepomuceno de Oviedo un nuevo plan para atacar a los insurgentes y que si no los encontraban, debían pasar a los pueblos del Guaje y Amoles, para castigarlos.119 Llegó al colmo la desesperación del Capitán Gutiérrez de la Concha, debido a que los vecinos de Salamanca no ofrecían ayuda alguna, más parecían indolentes ante las amenazas. Un grupo de vecinos, compuesto por don Francisco Gil de Hoyos, don Joaquín de Bribiesca, don José María González y fray Tomás Luvían, se le presentaron para que resolviera un asunto sin importancia. A lo que les respondió: La criminal conducta que ha observado este pueblo es la más impolítica, bárbara y absurda. Se hacen cada vez más acreedores a su total exterminio. El único arbitrio que les queda es juntarse para perseguir a los insurgentes, pues de lo contrario, tema este pueblo el más severo castigo… No dijeron nada, se quedaron callados. A lo que agregó: Cuando yo esperaba que vosotros, todos reunidos con los vecinos tratasen de reconocer los excesos que se han cometido en este pueblo, contra Dios y contra el Rey y arrepintiéndose de ellos formasen un plan de defensa, veo con dolor que recurren a trivial disculpa de la fuerza y común obstáculo de las armas, motivos generales y comunes con que los pueblos rebeldes tratan de dorar su contumacia. ¡Vayan y digan a todos los vecinos inocentes que puedan, que salgan de Salamanca y vayan a otra parte en que esté el legítimo gobierno! ¡Sólo les pido que consuman el cuerpo santísimo de Nuestro Amo! No olvidéis llevaros los vasos y ornamentos sagrados, como lo tiene mandado el ilustrísimo señor Obispo Diocesano, que se haga en los lugares donde sea inevitable la entrada de los insurgentes…120 Con algunos refuerzos que le llegaron de Celaya, salió el día 17 a las cinco de la mañana con todos sus hombres para reunirse con Juan Nepomuceno de Oviedo, y atacar juntos el día 21 las gavillas de insurgentes destructoras de la humanidad e interceptoras de toda comunicación.

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Llegó a las diez al Guaje, sin haber tenido razón de los insurgentes, por lo que escribió un papel con lápiz al Brigadier en que le participaba su llegada y que iba a quemar el pueblo y el de Amoles, ínterin recibía sus avisos, y que Salamanca quedaba enteramente sola y muy expuesta. Estando a tiro de cañón de Amoles, lo volvió a alcanzar el mozo que llevaba su carta y lo previno que en el puesto que llaman La Palma, estaba una considerable partida de insurgentes y que por una mujer había sabido que iban a atacar Celaya. Se dispuso para atacarlos por retaguardia, cuando observó una gran polvareda por el camino de Culiacán, y mandó reconocerla. Se le dio aviso que era el enemigo en número de más de mil hombres de caballería y muchísima indiada de a pie. Se dispuso a esperarlos, pero ellos se pasaron a larga distancia y tomaron posición a media falda del cerro de dicho pueblo, teniendo por delante dos potreros distantes uno de otro, cosa de 200 pasos. Los atacó allí con mucho trabajo y huyeron a pocos tiros, pero la mucha piedra y fragosidad del cerro no le permitió seguirles el alcance. Por lo que se volvieron a reunir, reforzados por otra gruesa gavilla, que por la falda de la derecha, venía con una gran bandera blanca. El Capitán bajó al llano y ellos se arrimaron a tirar fusilazos por retaguardia, pero inmediatamente que les volvió el frente, se retiraron y comenzaron a desfilar por derecha e izquierda, como a rodearlos. Se acercaron unos ocho o diez y el demasiado ardor de los Voluntarios los atacó a escape, sin orden. De lo que resultó la dispersión y muerte de cinco de ellos, de los cuales fueron el europeo voluntario de León, don José Escandón, y mozo referido, a quien cogieron el papel y cuatro oficios del señor General: uno para el señor Rebollo, otro para el señor Campo, otro para el Coronel Oviedo y otro para el Teniente Prieto. El Capitán consideró que con estas noticias tratarían de dirigirse a Salamanca a cometer sus acostumbradas maldades, por lo que se fue a socorrerla y el enemigo junto con ellos, tirándoles fusilazos en los parajes que no lo podían ofender, de cuyas resultas hirió varios caballos y un soldado. A las 11 de la noche las tropas realistas llegaron a Salamanca e inmediatamente el Capitán Gutiérrez de la Concha dio parte al General Calleja, también escribió al Teniente Coronel don Pedro Menezo, pidiéndole socorro, pues consideraba que el enemigo no dilataría en atacarlos. En vista de lo expuesto y con las noticias de que a Parangueo habían llegado ya varias partidas de la gavilla de Muñiz, que dispersaron las tropas del Rey en Cipimeo, juzgó muy expuesta su División, no obstante, la llegada del Teniente Coronel don Pedro Menezo, y más que si el convoy no venía bien resguardado lo atacarían los enemigos. Así que ordenó la marcha a la villa de León. Lo último que supo fue que, al llegar los insurgentes a Salamanca para invadirla, los recibieron con vivas y aplausos. Sólo el Cura de la villa y algunos vecinos se refugiaron en Irapuato.121 La situación en León Durante los meses que el Subdelegado permaneció en Salamanca, en torno a la villa de León el enemigo comenzó a reconocer el campo. Avanzadas iban, avanzadas venían, atacando en forma de guerrillas los lugares que se mantenían fieles a la causa del Rey. Los informantes lo mantenían al tanto sobre los avances del enemigo. El día 14 de junio, una cuadrilla de tres mil hombres, al mando de Torres, Rayón y Huidrobo entraron en Pénjamo con cien lanceros y esperaban a Muñiz con 200 fusileros, otros mil de Lamas y nueve cañones.122 69


El 19, entraron en Arandas y quitaron los cadáveres de seis reos que había dejado colgados el señor Castillo Negrete y que intentaban pasar a Piedragorda con el objeto de dirigirse a León. También, que estaban sublevando los pueblos de Arandas, La Barca y Atotonilco, que entre ellos andaban los Becerra, Buzo, Palomino y otros hombres prominentes de los pueblos del Rincón y habían introducido en toda esa jurisdicción moneda provisional de Zacatecas.123 El día 21, el Teniente Coronel Manuel del Campo entró a León, con el objetivo de atacar a Albino García que ya tenía todo inundado con sus cuadrillas. Su primear misión fue perseguir una escolta de 14 hombres que saquearon el rancho de San José de los Amoles, en la jurisdicción de Silao, buscando a los desertores de los ejércitos de Hidalgo. Lograron llegar hasta la Cruz de Aguilar y luego tomaron el rumbo a Cuerámaro.124 El 23, estuvo en la hacienda de Tultitán el insurgente Timoteo Gutiérrez con 30 hombres, llevándose para Cuerámaro toda la gente útil, y que en La Piedad se hallaba José Antonio Torres, capitaneando otros 500 insurgentes.125 El 27, José Ildefonso de Septién, informó al Subdelegado que estaba por llegar el Brigadier Calleja a la villa de León, y que podrían presentarse todos los presos que estaban acusados de insurgentes para que resolviera lo que fuera de su agrado.126 Durante su estancia, Félix Calleja dio a conocer su Plan para formar Compañías, mismo que había promulgado el 8 de junio en Aguascalientes, y publicado en León el 3 de julio de 1811. Artículos correspondientes a la formación de compañías en las Haciendas y Ranchos que son parte del Reglamento Político Militar hecho para ellas y los pueblos de su demarcación: En cada hacienda de los respectivos partidos formarán sus dueños una compañía de cincuenta hombres que la mandará un capitán con los respectivos subalternos. En las de menos consideración una de treinta al cargo de un alférez y en los ranchos un escuadrón de seis u ocho hombres. Todos entregarán listas al comandante de armas de la cabecera y todas vigilarán en los caminos de su distrito arrestando los sospechosos y dándole parte de cuanto ocurra digno de su noticia y si resultare que se reúne alguna gavilla de bandidos dispondrá el comandante que a la fuerza de la cabecera se reúna la de todos o parte de las haciendas según fuere la necesidad y saldrá a dispersar y castigar los delincuentes. Saldrán también, si fuere necesario, los Barrios de los Pueblos con sus respectivos jueces que los tendrán arreglados al efecto y aun cuando no lo sea se mantendrán reunidos bien que ocupados de sus atenciones, y el individuo que falte en estos casos sin muy justificado motivo será sin remisión tratado como insurgente. La prohibición de toda especie y a toda clase de personal que no sean militares es absoluta, y a fin de distinguirlos, cada individuo de estas compañías llevará siempre consigo una certificación que lo exprese con media filiación firmada por el capitán respectivo y visada por el comandante militar de la cabecera. El que se encuentre con ellas sin este requisito las perderá y por primera vez sufrirá la pena de seis pesos de multa que con cuenta justificada se aplicarán al fondo 70


del cuerpo urbano de la cabecera; doce por la segunda y destierro a cincuenta leguas por la tercera. Los arrieros y otros que necesitan herramienta usarán únicamente del hacha y un cuchillo corto y sus puntas para cortar reatas, etc. Los pequeños pueblos a quienes no se extienda el reglamento hecho para los grandes formarán también una compañía en todo semejante a las de las haciendas para cooperar con ellas a la destrucción de las partidas de insurgentes además de tener dispuestos sus barrios en los términos expresados a fin de salir con ellos cuando la urgencia lo pida. De este modo se conocerá y distinguirá al buen patriota y sin la equivocación que hasta aquí se podrá castigar al malo: los pueblos y las haciendas estarán seguras y podrán dedicarse a las siembras evitando así la miseria y la enfermedad con sus frutos. Los dichos pueblos tendrán de avanzadas a las mismas haciendas que no podrán ser sorprendidas ni es posible que transite un hombre sin que se le descubra. Este sencillo plan que realizado y generalizado extingue en muy pocos días las reliquias de la insurrección, restituye también la paz al seno de las familias y purga el país de los monstruos que le afligen; no ofrece ninguna dificultad ni exige ningún sacrificio que voluntariamente que no haigan (sic) hecho muchos pueblos y haciendas, pero si contra mis esperanzas existe algún tenaz egoísta que intente frustrarlas encargo muy particularmente a los comandantes y jueces que sin ninguna consideración a su estado o clase, que sería muy perjudicial en estas circunstancias, me den cuenta del que sea con calificación del hecho para imponerle el castigo de destierro a cincuenta leguas de su domicilio que es el menor que se puede dar a un hombre que ve con indiferencia los males que afligen al país que le sustenta y el pueblo o hacienda que bajo especiosos pretextos no cumpla con lo que se le previene sufrirá una fuerte exacción militar a favor de la Real Hacienda sin perjuicio del castigo a que puedan haberse hecho acreedores algunos de sus individuos. Todo lo cual tendrán también entendido los comandantes de las divisiones del ejército para comunicarlo y llevarlo a debido efecto en los distritos en que se encuentre al intento; oficios acompañados de copia de esta instrucción a los justicias, dueños, administradores de haciendas de quienes exigirán contestación que asegure su cumplimiento. Lo que en la actualidad servirá particularmente de gobierno al de la que va a salir al cargo del sargento mayor don Agustín de Viña.127 Para dar cumplimiento a esta orden, Septién mandó avisar a los hacendados, quienes en respuesta enviaron los hombres que encontraron aptos para servir de soldados: De la Sandía La Zanja San Cristóbal Santa Ana San Juan de Abajo Ocotes Sauz de Armenta

11 (solteros españoles) Miguel Echeveste envió 3 José Ferro envió 8 13 José Guadalupe Muñoz envió 15 José Ramón de Hoyos envió 4 José del Carmen, sólo encontró 5128 71


José María Galván, presentó una lista de los sujetos que pueden servir de soldados: El entenado de José María Torres El hijo de Rafael Galván El hijo de José el cochero El hijo de José Mercado El hijo de Pedro Barreda Los hijos de José Ascencio El hijo de José Carrera, el cerero Mazorra, el vinatero Los hijos de Luis Paredes El hijo de Juan Mercado El hermano de José María Muñoz Los hijos de Francisco Padilla Los hijos del rastrojero El hijo de Segura Los hijos de Rafael Gómez Los hijos de Elías Los hijos de Miguel Coronel Joaquín Rivas Los hijos de la Almaraza Los hijos de Pablo García El hijo de José Antonio Díaz Los hijos de Felipe Gómez Honorato Torres El hijo de Pedro Córdova Los hijos de José Antonio Ortega Remigio, el carpintero Los hijos de tata Juan Carlos Castro El hermano de Manuel Barriga Antonio Baldovino Los hijos de Joache Los hijos de la Sanluiseña Los hijos de Ignacio Tafoya Los hijos de Ricardo Castro

Los hijos de Lucas Díaz Los hijos de Fabián Escoto Los hijos de Ignacio Chávez Ignacio Medel Los hijos de Encarnación Oláes Los hijos de Toribio Vela Los hijos de Domingo Castro Luis Hurros Los hijos de Chillo Castro Los hijos de José María Donato Alvino Morales Hipólito Morales Pioquinto López Los hijos de Javier Mares Los hijos de Santos Aguilar Los hijos de Juan Duro Los hijos de Francisco Castro Cundo Castro Romualdo Ruiz Los hijos de Luz Castro Los hijos del loco de Zacatecas El hijo de Matías Cruz Cosme Cruz Sebastián, el que crió Ortega Asesorías de Ureña José Hermión José Santana Mariano Chileverde José Silvestre Vicente Moreno José Torres Isidro Medina Juan Parada Los hijos de Tomás Miranda Cuartel 2º. Julio 3 de 1811.129

El 19 de julio, se informó del asesinato del Gobernador del pueblo de Purísima, Lorenzo de la Cruz, quien apenas una semana antes se había entrevistado en León con el General Calleja. Lo mató el insurgente Contumaz Rosalino, conocido como El Músico, en el paraje El Derramadero, llevándose su cabeza. Las cosas no llegaron a mayores, pues en ese pueblo estuvo la Cuarta División del Ejército del Centro, que regresaba de La Piedad. En su lugar, José Esteban Rosas, el Teniente de Justicia en los Pueblos del Rincón, designó a Isidro de los Ramos.130 Para aclarar el asunto, el Subdelegado ordenó al Teniente de los Pueblos del Rincón: Siento mucho el homicidio del Gobernador del Pueblito, don Lorenzo de la Cruz, que vos me participa en su oficio de 19 y espero que con la actividad que acostumbra siga haciendo las más prolijas diligencias para descubrir y aprender al 72


agresor, previniendo entre tanto a todos los vecinos de dicho pueblito que si en el término de ocho días no se coge, serán sorteados y pasados por las armas cuatro de sus vecinos con arreglo a lo mandado por el señor General, cuya providencia llevará vos a efecto con todo el rigor que requiere el caso. Apruebo el nombramiento de Gobernador que vos ha hecho en don Isidro de los Ramos y espero que no queden sin castigo los pícaros que descubra con la correspondencia que se ha cogido. Dios guarde a vos muchos años. Salamanca, 21 de julio de 1811.131 Unos días después, el 27, el Teniente informó que había aprendido a varios sediciosos y esperaba el regreso del Subdelegado para ejecutar el castigo que merecían. También le participó, que al correo Cirilo Villegas, que llevaba unas cartas del General Calleja para el coronel Campo, lo habían apresado desde el día 15 un grupo de dieciséis insurgentes en el paraje Lo de Sierra, de donde se lo llevaron a Tolimán, y se fugó.132 El 8 de agosto, Septién, le envió la petición de indulto escrita por María Clara, La Malinchi: María Clara Guadalupe Tovar, vecina de Guanajuato, presa en esta Real Cárcel de León, dos meses y cinco días, de orden del Noble Juzgado de vos porque se dice que soy insurgente, parezco ante vos y digo: que Nuestro Católico Rey, que Dios guarde, en otra ninguna criatura más que en mí tiene que ejercer su caridad y misericordia, pues así nos lo prometió en el indulto que mandó publicar a beneficio de todo delincuente, y numerándome yo en la más débil criatura y desgraciada, suplico a vos se sirva aplicarme la gracia del indulto y darme la libertad porque ya espíritu me falta para padecer penosas hambres. Suplico se duela de mi miseria, me mande poner libre mediante su caridad. Su suplicante.133 El Teniente José Esteban Rosas, que fue secuestrado por los insurgentes, el 16 de agosto le envió al Subdelegado, un extenso informe: Mi muy caro y estimado amigo: ya sabría vos como el día 10 del corriente al amanecer, fui sorprendido en mi cama por 60 insurgentes capitaneados por un tal Landeros, hermano de Dionisio el que mandé a vos con la contestación que conducía Villegas del señor General para el señor Campo. Estos perversos, son los más del partido del Rincón, me saquearon, se apoderaron de seis fusiles, mi sable, un par de pistolas, mi papelera y me llevaron preso hasta La Angostura, echando fuera los reos de la cárcel, y teniéndome esa noche en casa de un Maciel. El día 11 salieron para Cuerámaro diciendo iban a llevarme a Pátzcuaro a presencia de su General Torres, pero a la entrada de aquella hacienda, encontraron saliendo de ella para este rumbo dos compañías de su misma clase, mandadas por los cabecillas García y Guadalajara, el primero ladrón bien conocido y el segundo dragón que fue de la compañía de don Francisco Carrillo del Regimiento del Príncipe, y acordaron que se me quitase la vida en Tultitán luego que llegasen. Esta determinación me la hicieron saber y quiso Dios no se ejecutase por la interposición del bachiller don Ignacio Arcocha, capellán de dicho puesto, quien hincado de rodillas les suplicó no cometieran tan atroz barbaridad, aunque me llevasen preso al paraje que quisieran, pidiéndoles e igualmente me dieran un ligero descanso mientras ellos comían alguna cosa. Luego que concluyeron, tomaron el camino de La Sardina que ya 73


estaba de su cuenta y se pasaron en la noche a robar las haciendas del Jagüey, Santa Ana y Sandía, llevándome asegurado en su retaguardia con la orden de asesinarme siempre que en estas fincas hubiera la más mínima resistencia. Al amanecer del día 12 se llegó a mi Guadalajara asociado de otros dos (que también fueron soldados del Príncipe) y me ofreció reservadamente darme campo para que me profugase poniéndome en el camino de Silao, cuya oferta rechacé diciéndole no estaba para el caso el caballo por venir muy cansado y así que le daba las gracias; a que me reiteró proponiéndome, me daría caballo luego que cerrase la siguiente noche. A estas horas cogieron la vuelta de la hacienda del Lobo y a cosa de las ocho, se pusieron a descansar en la altura de la loma del Macho cuidando no los atacasen los señores don Francisco Barrios y don José de Jesús Manrique, que sabían los andaban solicitando con fuerzas suficientes para destruirlos. Estando en esta situación y en número de dos o cuatro pasó por dicha loma casualmente a una confesión el bachiller don José Gerónimo Sánchez y noticioso de que allí me traiban (sic) a mí se llegó a los capitanes suplicándoles me dejasen ir con él a su casa para curarme, pues veían venía bastante enfermo e incapaz de caminar; Guadalajara y Landeros accedieron sin mayor resistencia, pero García, exponiendo era yo fuerte contrario para ellos no quiso condescender, hasta que el primero oponiéndosele fuertemente le dijo que ninguno de ellos debía tener conocimiento en mi persona y así que si no me iba con el padre, él solo con su compañía me llevaría a su General a cuyo efecto desde allí se separaba. Viendo esta desavenencia el citado bachiller Sánchez se revistió de valor y le dijo a García que o me había de traer consigo por cualesquiera medio o se lo habían de llevar conmigo hasta liberarme por ser mi primo, con lo que se venció este bárbaro, y me llevó dicho sacerdote a pasar la noche en la hacienda de La Sarteneja, teniendo el cuidado de trasladarme el día 13 a este suelo, donde subsisto restableciéndome de las ligeras heridas y contusiones que saqué, y esperando uniformarme para unirme a esa división o a la que se tuviere a bien imponerme. Sólo en nuestra vista podré decir a vos lo que padecí y lo que pasó en mi pueblo en el acto de mi prisión; con más los antecedentes que ocurrieron, de los que hoy he dado cuenta al señor nuestro General, y así solo quedo rogando a Dios libre a vos de los insurgentes, más que de los demonios, pues los considera peores este su afectísimo amigo y seguro servidor que su mano besa.134 En una siguiente carta, continúa con el informe: Muy señor mío y estimado amigo: la adjunta escribí a vos el día 16 y no pude solicitar quien la llevara por no haber podido salir a la calle en esos días, después fui a La Gavia a prender a Liceaga y perdí la ocasión de un mozo que despachó a vos este señor Cura, pero ahora aprovecho este lance y se la incluyo para que vea lo bien que me fue con los señores insurgentes. El señor General me previene en 18 del corriente, me restituya a cabecera y al uso de mi empleo luego que me restablezca; sin duda su señoría cree que aquel buen pueblo está quieto como dice el Cura del partido. Ya vos ve que facilidad para persuadirse y que bien me iría si cumpliera con la orden. El día de ayer le he hecho presente las dificultades que hay de por medio, el riesgo a que me expongo, no haber allí de quien fiarse y que últimamente no puedo ir, hasta que las armas del Rey lo es74


carmienten y se me presten algunos auxilios para tranquilizarlo. Por lo que he sabido ahora después, estoy bastantemente enterado en que la sorpresa que me dieron fue tramada en el mismo pueblo; lo 1° por haber estádome quieto, y no haberme dado aviso de que se aproximaban los insurgentes a pesar de las repetidas órdenes con que en toda la jurisdicción se los había prevenido; lo 2° por no haber venido la noche anterior a la ronda los nombrados, y haber sido éstos, unos de los que me cayeron; lo 3° por haber conocido yo treinta y uno de la misma reducción, y entre ellos uno que al salir del curato la noche antes, me pidió una limosna a cosa de las diez y media de la noche; lo 4° por no haberse metido en hacer ninguna defensa los vecinos, y antes si haberlos recibido con vivas de la plebe y haberse agolpado en la puerta de mi casa; y lo 5° por lo mal contentos que manifestaban todos estar con el gobierno del Rey, cuya integridad jamás les ha gustado, respecto a estar hecho a un gobierno lánguido, disimulado y a su arbitrio como lo han tenido por espacio de muchos años. En nuestra vista haré a vos ver las medidas que pensaban tomar para conseguirlo, no estar sujetos a esta Subdelegación y burlarse de sus disposiciones. Finalmente todo en general son unos pícaros, hipócritas e insurgentes y ladrones, por lo que he de merecer a vos me exima de gobernarlos, contando siempre conmigo para castigarlos y tenerme destinado en esa división, o en cualesquiera otro destino que vos guste, en que pueda ser útil a Dios, al Rey, a la Patria y a mis conciudadanos que es a lo que con ardor aspira este su afectísimo amigo y seguro servidor que su mano besa.135 Durante este mes, Cleto Camacho y Toribio Natera estaban con García ocupando Pénjamo, el extremo sur de la Subdelegación de León, sitio bastante importante en la revuelta, pues se encuentra entre Guanajuato, Guadalajara y Valladolid, con una fuerza que sumaba de 1,500 a 2,000 hombres, en su mayoría de caballería. El día 19, don Pedro Meneze fue enviado allá a combatirlos con 200 hombres y una compañía de escopeteros de la frontera de Nuevo Santander, con lo que pudo desbandarlos, aprisionando a unos y matando a otros, pero tuvo que retirarse a defender Irapuato. En represalia, Albino García inundó el pueblo después del ataque.136 El Subdelegado Gutiérrez de la Concha, desde Salamanca, le envió la siguiente felicitación: Oportunamente recibí el apreciable oficio de vos de 21 del corriente en que me participa la victoria conseguida en Pénjamo por esa valiente división, aquí la hemos solemnizado como corresponde y damos a vos los más sinceros parabienes. Está muy bien que cuando las circunstancias lo proporcionen, tratemos el ataque de Albino. Los de los Dos Ríos no pasan de treinta pícaros que ya dispersos, ya reunidos incomodan a los caminantes indefensos y huyen como gamos de nuestras partidas, sin poderse sorprender porque no paran ni tienen asiento fijo.137 El 22 de agosto, Ildefonso de Septién siguió con la formación de la compañía armada para el resguardo de la villa de León, con base en el Plan de Calleja. Lista de los hombres que hay útiles para el servicio de las tropas del Rey y defensa de la villa y su partido, como está mandado por orden superior y a su continuación por oficio en carta cordillera del señor Subdelegado en turno, don Ildefonso de Septién: Ibarrilla y Zardeneta. 5 hombres. De San José de los Sauces, Ignacio Sánchez envió el 31 de agosto, 50 hombres. De la Gavia, el 23 de agosto, llegaron 50 y el 5 de septiembre, otros 20. 75


Con la intención de hacerles prendas de vestuario, Septién preguntó si podía disponer de los pilones. A lo que le contestó el Subdelegado, dos días después, que de ellos reintegrara 1,000 pesos a los bienes de María Ana de Quijas, que pidió para el vestuario de la Compañía de Patriotas y que se podía hipotecar dicho arbitrio si había alguien que quisiera hacer el préstamo.138 Una de las preocupaciones de Gutiérrez de la Concha era que algunos insurgentes, que se habían acogido al indulto, permanecían en la villa, por lo que instruyó al señor Alcalde de 1er Voto, don Ildefonso de Septién, sobre lo que debía hacer con ellos: Está muy bien se haya asegurado la persona de don Ignacio Liceaga y que lo remita vos al señor General. Tengo noticia que en esa villa se hayan don Joaquín Camacho y otros sujetos, que indultados de sus delitos en la presente insurrección, y siendo como todos los que en ella han tomado parte unos holgazanes, sin oficio ni arbitrio de que subsistir, han abandonado sus tierras o porque en ellas son conocidos o desterrados con infamia. Tales hombres no pueden dar a esa villa algunas ventajas y pueden causar males gravísimos, si los jueces no tienen el continuo trabajo de velar sobre sus acciones y palabras, para evitar uno y otro, y por las presentes circunstancias me parece indispensable que los haga vos salir inmediatamente de los términos de esa jurisdicción. Dios guarde a vos muchos años. Salamanca. 24 de agosto de 1811.139 Mientras tanto, Albino García se movilizó rodeando el Rincón de León y el 31 de agosto atacó Lagos. Llegó entre las 2 y 3 de la tarde y saqueó los comercios y las casas de los principales, sin tocar las de los sacerdotes. Aprendió al Licenciado González y al Alcalde 2°, Tranquilino González, y al Administrador de Correos, José María Rico, a quienes despojó de sus ropas, los hizo montar en burros y los paseó por la población, con el anuncio de fusilarlos en la Plaza Principal, al pie de una pirámide coronada con la estatua de Fernando VII. Sólo por las súplicas del Fraile José María Guzmán les perdonó la vida. Al día siguiente, nombró contra su voluntad a don Urbano Zorrilla Comandante de la Plaza y formó pelotones con la plebe. Pero en cuanto abandonó Lagos, éste disolvió las tropas. El 2 de septiembre intentó entrar a León, donde fue rechazado. El día 11, el Teniente Rosas informó sobre el ataque del Manco García en la hacienda de Lagunillas: Mi muy estimado señor y amigo: parece que el señor General trata de tener a vos y esa valiente División en ese punto, llevarse a Guanajuato la que está aquí y dejarnos solos en esta villa, expuestos a perecer. El señor Cura ayer en la tarde salió de ésta para Cuevas para verse con su señoría y hacerle presente el estado en que quedamos si se va el señor Viña: ¿quién sabe qué resultará? Ya sabría vos cómo nos iba a ir el día dos de éste con el Manco García, quien traiba (sic) intención consumirnos. Yo hice ese día la descubierta con ocho voluntarios de aquí, le prendía dos de su gavilla, tomándole seis caballos, volví a dar parte al Comandante Viña y cuando volví a adelantarme, descubrí su chusma formada en batalla, en la altura de la loma, en donde está situada la casa de Lagunillas, pero apenas nos vieron huyeron cobardemente. 76


Por aquí estamos rodeados de gavillas que se extienden desde el Rincón hasta Piedragorda. Dicen que en la tarde de ayer mataron al señor Cura Llorca, quiera Dios sea mentira; y a su Divina Majestad pido ayude a vos y a toda esa brillante partida para que le pague al Manco, los buenos servicios que quería hacernos en esta villa, pues en ello recibirá el más vivo gusto y satisfacción este su afectísimo seguro servidor que su mano besa.140 Las tropas de León regresaron de Salamanca. Al llegar a Silao, la primera noticia que tuvo el Capitán Manuel Gutiérrez de la Concha fue que los vecinos no querían a José Mariano Reynoso como Subdelegado y Comandante de las Armas en ese pueblo, por lo que el día 20 de septiembre de 1811, envió una carta al General Calleja recomendándolo por hombre de bien, dando cuenta de su desempeño como político y militar. Sólo estuve unas cuantas horas y seguí mi marcha.141 Una vez situado en la villa de León, el primer asunto que requirió de toda la atención del Subdelegado fue la falta de maíz en la Alhóndiga, las reservas estaban por agotarse, sin hombres que labraran el campo y los constantes saqueos a las haciendas y ranchos pocas esperanzas ofrecían para esos meses. Ildefonso de Septién le pidió con insistencia que hiciera efectivo el pago a varios deudores, que en años anteriores habían solicitado fuertes cantidades de grano, pero ni ellos tenían las posibilidades. No había otra salida que racionar al mínimo las cantidades que se les daría a cada habitante. El día 23, trató con Mariano de Obregón y Ventura Barreda, Fiel Ejecutor y Procurador respectivamente, sobre el impuesto de un real por fanega de maíz del que se consumiera en la Alhóndiga para la manutención de las tropas de la villa.142 El día 25, de la hacienda de la Sardina, el Teniente Rosas, envió el siguiente informe: Al amanecer de este día llegué con mi partida a la hacienda del Jagüey, y ya no encontré en ella la gavilla de insurgentes que el día de ayer se llevó la caballada y mulada de dicha finca. Inmediatamente procuré informarme del rumbo que habían tomado para seguirlos y atacarlos en cualesquiera paraje que los encontrara; por lo que sin pérdida de tiempo me pasé a este puesto, en donde he encontrado solas las casas de la cuadrilla y he hallado en algunas de ellas sus raterías de saqueo, por cuyo motivo las he mandado quemar. El administrador me ha dicho que la chusma que pasó por aquí anoche no pasaba de veinticinco pícaros y que llevaban el rumbo de Tultitán; y yo a efecto de saber la verdad he destacado un vigía que me informe con certeza para resolver el seguirlos, sin malograr el viaje. En la referida hacienda del Jagüey y ésta no he encontrado ni un caballo y así continuaré con los que traigo, a pesar de que vienen destroncados.143 Al día siguiente, informó que en Peñuelas pasó por las armas a Antonio y Andrés Ramírez, quienes habían saqueado esa hacienda y la de Frías, ordenando colgar sus cadáveres en dos mezquites frente a la casa grande. Que iba a registrar los ranchos de San Bernardo y Palenque y que andaba en persecución de los que se dispersaron de Cuerámaro.144 Por tales alertas, el Subdelegado puso todo su empeño en organizar las Compañías Urbanas de la Villa, para lo cual nombró oficiales y sargentos:

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La Segunda Compañía de Patriotas, a cargo del Capitán Luis Gómez de Barreda, quedó integrada por cuatro escuadras, con 2 sargentos, 1 teniente, 1 tambor, 3 cabos, 1 alférez, 4 granaderos y 37 soldados, 50 en total. La tropa de los pueblos del Rincón, a cargo de José Esteban Rosas y el Capitán Francisco Castillo, tuvo 1 teniente, 1 alférez, 2 sargentos, 6 cabos, 4 granaderos, 41 soldados y 1 tambor, en total 54 individuos. La Compañía de Infantería de Voluntarios de Fernando VII, bajo las órdenes del Sargento Manuel de Ureña, con 2 sargentos segundos, 4 cabos primeros y 4 segundos, 75 soldados y 43 supernumerarios. En total 231 hombres.145 Así mismo, instó a los hacendados de León, que para limpiar la jurisdicción de gavillas de ladrones que en las haciendas hacían tantos daños, resolvió formar una compañía de cincuenta hombres que serían mantenidos, armados y montados por su cuenta. Les anexó una lista de los que a cada uno tocaba aportar, mismos que debían estar listos para recibir sus órdenes el domingo 29, montados y armados con trabucos, escopetas o lanzas, según cada uno pudiera.146 Se encontró con la grave noticia que en las haciendas de toda la jurisdicción de León no había ya caballos, pues el Sargento Agustín de la Viña los había confiscado para sus fuerzas en septiembre del año pasado. Aún así, envió una escuadra para vigilar la jurisdicción, comandada por Alonso Calderón, quien el 5 de octubre informó que anduvo en las haciendas de San Cristóbal, Garbancillo y Sandía, y que en El Talayote estuvieron 200 insurgentes.147 Al siguiente día, que pasó a Los Sauces, Duarte y Otates, y que unos 100 insurgentes que estuvieron en Duarte se fueron a La Tlachiquera a reunirse con otras gavillas; que por ahí todo se hallaba quieto y no había novedad. Pero para el día 8, a las 7:00 de la noche, que ya el enemigo se encontraba en los cerros de Duarte y Otates: Muy señor mío: me parecen muy bien las disposiciones de vuestra merced. Hoy he transitado hasta Comanjilla y no se encuentra cosa alguna, solamente que en los cerros de Duarte y Otates es donde se hayan los insurgentes. Anoche, toda hasta que amaneció, estuve sobre las armas porque don Antonio Muñoz me puso en movimiento mandándome decir que sabía que la partida le caiba (sic) en la noche y a Los Otates. Yo deseaba la ocasión porque ya tengo deseos de una tinga, esta noche quedo acampado en el camino a dichos insurgentes, que es Duarte. Por ahora no ocurre novedad ninguna.148 En la tarde del siguiente, pidió refuerzos porque esa noche esperaba que lo atacaran.149 Mientras tanto, el Subdelegado envió al coronel Conde de Pérez Gálvez, el informe que le pidió sobre el nombramiento de oficiales para el Regimiento del Príncipe. Muy señor mío, nada me ha dicho el señor Intendente de la Provincia, sobre guarnición del Regimiento del Príncipe, ni el Capitán de Patriotas, don Francisco Castillo, pide encargarse de este asunto, por faltarle tiempo para desempeñar su obligación. Por mi parte, cumpliré con los de mi empleo de Subdelegado. Muy santa y buena me parece la orden del excelentísimo señor Virrey y despojar de sus empleos a los oficiales que hayan sido insurgentes, deseo que se cumpla al pie de la letra y aún que se extienda a los cobardes y egoístas. 78


Está muy bien que cuando vuestra señoría guste, pase a este Ayuntamiento el oficial para la propuesta de oficiales, que considero no será fácil hacer en los términos que vuestra señoría me encarga. Don Ángel Sánchez, que tiene un oficio de vuestra señoría, en que le dice que lo ha propuesto para Alférez, supongo que será el mismo por quien vuestra señoría me pregunta y, si es él, incurrió gravemente en el crimen de infidencia, pues fue capitán de los insurgentes; está indultado y hará diez días que contra su voluntad lo puse de soldado en mi Compañía. Don Mariano Obregón y Zermeño ha estado ausente desde el principio de la insurrección hasta fines de abril, en cuyo tiempo supe que había venido y, pasados cuatro o cinco días, que no se me presentó, determiné llamarlo para preguntarle si era o no oficial y reprenderle su impolítica, pero no lo verifiqué por haber marchado a Irapuato con la División hasta el 22 del pasado, que regresé; a los dos o tres días lo busqué, lo negaron en su casa y supe que al día siguiente de llamado se marchó sin pasaporte, por lo dicho inferirá vuestra señoría que no conoce el honor y más sabido que su madre ha sido y es insurgentísima. No he visto más propuesta de vuestra señoría sobre caballos, que el último párrafo de su carta del 7 del corriente, a que contesto sobre el particular, solo digo que los más de los hacenderos de esta jurisdicción han quedado sin un caballo que montar, resultas de la recolección hecha por orden del señor General, por el Comandante don Agustín de Viña. Devuelvo a vuestra señoría la que me incluyó para Ortega, a quien no le querido entregarla porque ha sido coronel de insurgentes y uno de los más grandes pícaros que han seguido al infame partido de Hidalgo, éste no obstante indultado por el señor General y es una lástima. Dios guarde a vuestra señoría muchos años, desea su afectísimo que besa su mano. León, 9 de octubre de 1811.150 El día 11 del mes, el Conde de Casa Rul transcribió al Subdelegado la orden del Virrey para el alistamiento de individuos de milicias, por lo que le pedía que auxiliara al Teniente Jerónimo Gómez para alistar 200 hombres en la villa, para integrarlos al Regimiento Provincial. Por su parte, Pérez Gálvez también pedía contribuir para formar tres compañías del Regimiento de su mando.151 La mañana del 12 de octubre de 1811 fue marcada con hierro candente en la historia de León, las cabezas del Cura Miguel Hidalgo, los capitanes Ignacio Allende, Juan Aldama y Mariano Jiménez, fueron entregadas por una escuadra de Lagos, con la orden de hacerlas llegar a Silao.152 La incursión de insurgentes en el territorio se hizo más inminente. El Subdelegado envió al comandante de la División Volante, Francisco Castillo, a enfrentar tales avanzadas, y por sus informes se dio cuenta que el enemigo se acercaba cada día más a la villa. El día 12 de octubre, informó que en su recorrido fue previniendo a los dueños de las haciendas sobre la tropa que debían formar para su defensa. Que no había encontrado insurgentes, por lo que salía para Los Salados y Charco Prieto, en donde despacharía espías para vigilar al enemigo. Así mismo, que había puesto en libertad a Borja; que le llegaron refuerzos de Silao y que el Manco García llegó a Cuerámaro y Pedro García al Llano Grande, cerca de Cuchicuato, con 200 hombres.153

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El día 14, que un grupo de 300 insurgentes, pretendían atacarlo en Tultitán, a donde se dirigía, que no los encontró, pero creía que iban a Irapuato a reunirse con el Manco García, llevándole de regalo nueva caballada.154 Ante la amenaza, el 15, el Subdelegado envió aviso a José Joaquín Basauri, Francisco Gómez y Julián Obregón, para que, auxiliados por la Compañía Volante y de Patriotas, cubrieran las tierras de Frías, Jalpa y Cañada de Negros para evitar los daños que se estaban sufriendo y vivir con alguna tranquilidad. El único que respondió fue Obregón, que solicitó gente armada para defender su hacienda de Cañada, haciéndose responsable de los gastos.155 Para el 20, Juan Miera ordenó a los gobernadores de San Francisco y Purísima poner 60 hombres acuartelados para su defensa, pues una gavilla de insurgentes estaba en Cañada de Negros, doscientos en Las Arenillas, otro tanto en El Comedero y de Charco Prieto a San Pedro Piedragorda, otra igual. Apenas lograron reunir cincuenta, quedando los gobernadores como comandantes.156 Miera, el día 22, solicitó instrucciones para atacar una partida de mil insurgentes que se había reunido de Cruz de Piedra a Las Amarillas. Para auxiliarlo, el Subdelegado envió al coronel Diego García Conde, para que con su tropa cubriera los rumbos de poniente y norte de la hacienda del Comedero y Cruz de Piedra, evitando así la fuga del enemigo.157 El capitán Luis Gómez de Barreda, salió el 23 de San Francisco para ocupar Cañada Honda, donde había seiscientos pelantrines. También informó que en San Pedro Piedragorda habían hecho una gran iluminación por la victoria que decían obtuvieron sobre el señor Negrete, cuyo pueblo tenía acuartelado cien hombres armados con lanzas y machetes para defenderse en caso necesario.158 Al siguiente día, informó que el Comandante Flon dispersó una reunión de cincuenta zánganos; que las fuerzas de ambos se unirían para limpiar todas las inmediaciones de las gavillitas que la infestaban, y que se le incorporaron veinticinco hombres proporcionados por la hacienda de Jalpa, situándose en el Puerto del Rucio para contener las cuadrillas enemigas.159 Sin embargo, continuó su marcha, en unión del Capitán Ángel Linares, con cuatrocientos hombres, para llegar a San Pedro con la mira de atrapar al Manco y sus secuaces. En el camino pasó por las armas a dos insurgentes que aprendió.160 El día 25, que ya tenía cincuenta y siete hombres de Jalpa y La Cañada, pero que algunos carecían de armas. En contrapartida, García contaba como con dos mil hombres de caballería y se dirigía a Cuerámaro. Gómez y Linares decidieron dejar San Pedro para perseguir al Manco, llegando hasta San Luisito, en donde Linares se separó para seguir a Cuerámaro, mientras que él atacó una gavilla de insurgentes haciéndoles sesenta bajas y treinta prisioneros, fusilando a los delincuentes, y que su tropa se portó con la mayor bizarría. Por tal logro, el día 28, desde Silao, les envió a Gutiérrez y al Cura Camiña una felicitación para los Leoneros, por haber libertado a sus amigos de los rebeldes.161 El día 29 de octubre, las fuerzas de García Ramos y Pedro García atacaron la villa de León, pero gracias a los hombres y al tenaz empeño del Subdelegado, fueron derrotados y obligados a replegarse por el rumbo de Los Castillos. Por informe de José Mariano Reynoso, enviado de Silao el 30 de octubre, supo Gutiérrez de la Concha que entre la hacienda de Guadalupe y Trejo, jurisdicción de Irapuato, se encontraba acampado Albino García con considerable número de gente y con la intención de atacarlo, que la noche anterior cayeron quinientos hombres en la hacienda de La Laja.162

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Noviembre comenzó con ataque de los insurgentes. El día primero, los indios de San Francisco, impresionando a Juan Miera, que sin embargo de su natural cobardía los enfrentaron en el rancho del Mezquitillo catorce contra más de cincuenta, resultando cuatro muertos y cinco heridos.163 Dos días después, Miera avanzó hasta El Lobo y parte del cerro de Los Salados, por haber tenido noticia que la chusma de bandidos que estaba en Charco Prieto se retiraba. En la acción, capturó un reo, llamado Ambrosio García, y envió una expedición a los ranchos de donde bajaron los que atacaron el Mezquitillo. Según sus informantes, en Cañada Honda había cerca de mil insurgentes y al Manco García se le había visto por Cuerámaro.164 Para el día 6, situado en La Sardina, Miera hizo que los bandidos se fugaran de esa hacienda, encontrando un entierro con 5 pesos 5 reales que repartió entre la tropa. Mandó una expedición a Tultitán y San Ramón, siendo informado que los insurgentes se habían subido al puesto llamado La Laguna del Buey, por lo que envió una carta a Negrete, para que en unión con él y Linares, que se hallaba en Jalpa, atacaran a dos fuegos a Núñez y Pedro García que se hallaban en la Laguna de Los Salados, con más de cien hombres.165 Posicionado en Tultitán, Miera informó el día 8, que Núñez con cincuenta hombres se hallaba en El Colorado, arriba de los cerros de Cuerámaro; Pedro García, con cuatro cientos hombres mal armados, en El Guayabo, y Corona en la hacienda de La Joya, por lo que los atacaría. El encuentro se verificó el siguiente día, contra las partidas al mando de Matías Moreno, Quilimaco Galván, Ignacio Volares e Isidro Blanco, a las que derrotó. Por lo que se regresó a San Francisco del Rincón.166 El 12 de noviembre, entró a la villa de León la División comandada por Diego García Conde, que se había encargado de aniquilar las gavillas de insurgentes que merodeaban en la jurisdicción de Lagos. Para ello se dispuso alojamiento para la tropa en la Plaza de Gallos, como ya era costumbre, y para los oficiales en algunas casas de los vecinos más pudientes.167 Albino García rodeó la ciudad de Guanajuato y se dispuso atacarla. El 17, a las 8¾ de la noche, Fernando Pérez Marañón por oficio ordenó al Subdelegado que la tropa de su mando prestara inmediato auxilio a la capital, en virtud de que el Manco y su gente se hallaban acampados en Cuevas y hacienda de La Calera, con la intención de atacar al día siguiente.168 Actuó con desacato a la orden. Contestó que las tropas no estaban en condiciones de emprender la marcha y que Pedro García, Núñez y Camarena se encontraban en las haciendas del Lobo y Peñuelas con mil quinientos hombres y que por Lagos amenazaba Oropesa, causas por las que no podía salir a defender la capital.169 Silao también estaba en aprietos. El día 25, José Mariano Reynoso le informó que un ejército de enemigos se encontraba acampado desde La Calera hasta la hacienda de Burras, llegando sus avanzadas hasta la hacienda del Medio Sitio, y que en la hacienda de Santa Rosa estaba otro grupo con intención de atacarlo.170 Ante la situación, el Subdelegado ordenó que las tropas de León, al mando del Capitán Luis Gómez de Barreda, salieran para Silao, mientras que las de Reynoso marchaban para Guanajuato. Por informe del Capitán Gómez, supo que el día 26, Reynoso había liberado la capital de caer en manos del infame Albino: A las 7:00 de la mañana llegué a este pueblo en donde me encontré con toda una tropa en marcha, con dirección a Burras, en donde parece se hallaban reunidos los rebeldes. Toda mi caballada llegó casi cansada y la tropa bien estropeada, por 81


cuya razón y con arreglo a lo acordado con don Mariano Reynoso, me he quedado en este punto interín él regresa, lo que estoy esperando de un momento a otro. Igualmente, lo que haya ocurrido, que aún se ignora, no obstante, la proximidad en que nos hallamos. En este instante acaba de regresar Reynoso, que ha libertado hoy a Guanajuato de caer en manos del infame Albino, éste logró apoderarse de la mayor parte de la ciudad, habido del mayor número de aquel infame pueblo, quien se portó como acostumbra y fue causa de la muerte de algo más de cuarenta de aquellos patriotas. En fin, mañana temprano me regresaré y diré a vos verbalmente lo que no puedo ahora, porque estoy un poco malo y muy incómodo.171 Pérez Marañón, ordenó nuevamente el día 27, que una compañía de León, bien equipada y armada, fuera a guarnecer aquella ciudad. En su carta informó sobre la resistencia que le opusieron al Manco, quien todavía estaba en Cuevas y podía atacarlos; su plan era formar una División con las tropas de Silao, Irapuato, Guanajuato y León para rechazarlo.172 Las condiciones en que se encontraba el Subdelegado eran las mismas. Había despachado ochenta hombres, al mando del Capitán Gómez, para auxiliar a Silao, y en los pueblos del Rincón había entrado una gavilla de consideración, así expuso estas razones y agregó que en más de tres ocasiones las tropas de León habían librado a la capital de ser invadida por los rebeldes.173 A finales de noviembre, Marañón insistió nuevamente en prestar pronto auxilio a la ciudad de Guanajuato, porque había fundamentos de que sería atacada por fuerzas superiores. Le hizo llegar al Subdelegado una copia de la propuesta de Francisco Aniceto Palacios, para que se unieran las fuerzas de León, Silao e Irapuato para hacer frente a Albino García: María Santísima de Guanajuato nos libró contra toda humana esperanza de la sorpresa y veraz ataque de Albino García el memorable día 26 del presente. La misma Soberana Señora nos librará sin duda de los nuevos ataques que ciertamente ha de fraguarnos este terrible enemigo, atraído del poderoso estímulo de nuestras riquezas; más nosotros debemos no perder instante en activar nuestras diligencias para su total destrucción, poniendo en ejecución los medios más prontos y eficaces. Ninguno lo es tanto para mí, como la reunión de nuestras fuerzas, según lo propuse en la junta de antier. León, Silao e Irapuato tienen gente aguerrida, armas, municiones y caballos en términos que pueden juntarse de los tres lugares mil hombres armados, los cuatrocientos de fusil y los restantes de sable, pistolas y lanza, con cinco o seis cañones. Nosotros podremos auxiliar franqueando cincuenta fusileros, cien lanceros y doscientos de a caballo con pistola, sable y lanza, y dos cañones. El decir que prontamente podemos juntar una fuerza efectiva de 1,400 hombres armados y siete u ocho cañones para salir al encuentro a nuestro soberbio enemigo, antes de que aumente su fuerza y se haga cada día más temible, como lo estamos viendo con dolor. Hoy nos ataca a nosotros y divierte con una pequeña partida a Irapuato y Silao, que podían venir a nuestro socorro; mañana atacaría a estos pueblos y llamará nuestra atención con cualquier división y de este modo logra robar, aumentar su fuerza y tenernos en continua agitación, expuestos más cada día a ser víctimas de su furor infernal. ¡Qué medio pues, en tales circunstancias! Dejar resguar82


dados del modo posible nuestros lugares, reunir todas nuestras fuerzas y perseguir a este bandido hasta destruirlo. En el campo no hay plebe a temer, no hay mujeres que seduzcan, no hay atractivos del saqueo: fuego y sangre que horrorice a esos delincuentes, constancia y firmeza que los acobarde y gran confianza en nuestra protectora Soberana, que los pondrá a nuestros pies. Si hasta ahora no se han adherido a nuestras ideas los beneméritos leoneses y silagüenses, acaso procederé de que entienden que se les trata de una acción aventurada por poco fuerte; más cuanto sepan que la acción es general, sin duda se presentarán a ella, como me lo aseguran dos sujetos de distinción, que advirtieron en el Comandante de Silao la mejor disposición para este proyecto. Si cada lugar ha de sufrir los ataques de este malvado, poniendo a todos sus habitantes en consternación y amargura, únanse todos para resistirlo y para destruirlo. Si cada uno de ellos ha sido bastante a repelerlo, unidos lo serán para destruirlo. Antes una pequeña partida bastaba para ahuyentarlo, hoy sabe ya sostenerse. Cada día cobra más fuerza y se hace a todos más temible. Reunámonos, pues, abran todos las manos para auxiliar con todo género de socorros a nuestras tropas y corramos unidos a las armas contra este perturbador sanguinario. Guanajuato, 30 de noviembre de 1811.174 Le reiteró su falta de recursos. Así que le trascribió una orden que tenía de Calleja, en la que se obligaba al auxilio mutuo175. Los únicos hombres que podían moverse, eran precisamente los que estaban bajo las órdenes del Capitán Gómez y los de Linares. El 4 de diciembre salieron de Silao para Irapuato, y el Capitán envió el siguiente informe: Mi Comandante. No hay unas tijeras prontas, por lo que me disculpará vos no vaya cortado el papel. Hoy hemos llegado aquí a las cuatro y media y nos tuvieron dando vueltas para alojarnos, como dos horas, pero al fin tiró del sable Linares y se proporcionó todo prontamente. Mañana parece que descansaremos y luego quien sabe lo que se hará. Parece que Albino se haya en el Valle y que toda su cuadrilla la ha desparramado seguramente de miedo. En fin, mañana me informaré bien y haré a vos una razón circunstanciada de todo. Dios guarde a vos muchos años. Irapuato. Diciembre 5 de 1811, a las 8:00 de la noche. Luis Gómez de Barreda.176 El día 6, informó que en Mendoza y sus inmediaciones se hallaba Pedro García, con una cuadrilla, en el Valle estaba el Manco, con otra, y más adelante estaba otro insurgente reclutando gente a palos para engrosar su ejército.177 La villa de León también se hacía presa fácil. El 22 de diciembre, Reynoso informó que en Cuerámaro había más de dos mil insurgentes, y que le habían asegurado que Albino García se encontraba entre ellos, por lo que proponía atacarlos junto con la División del Capitán Ángel Linares.178 El día 25, en plena celebración de la Natividad, Francisco Castillo informó que el cabecilla Reyes salió de San Pedro Piedragorda con cuatrocientos hombres y más de 1,000 pesos que recaudó entre los vecinos, tomando rumbo al Cañón de Jalpa para reunirse con otros cabecillas.179 83


Al empezar el año de 1812, Pérez Marañón en oficio del 9 de enero volvió a insistir al Subdelegado que por orden del Virrey debía reorganizar su Regimiento, sin perjuicio de la tropa que había formado y tenía bajo sus órdenes.180 Para ayudar al asunto, corrió el rumor de que estaban por llegar a León unos frailes misioneros, que tenían por objeto predicar y convencer a cuantos pudieran para que se fueran a Guanajuato. Por tal motivo Gutiérrez de la Concha envió un oficio al Cura Camiña: Noticioso de que los padres misioneros que estaban en Guanajuato, están próximos a venir a esta villa a ejercer su ministerio, creo de mi obligación hacer a vos presente el poco honor que de esta providencia resulta a vos y el agravio que se hace a este pueblo, que dando ejemplo a todos los del reino, ha escuchado con amor y docilidad la voz de su pastor, con esto quedo cubierto para las resultas y vos libre para hacer en el particular lo que guste.181 Los insurgentes no dieron señal de movimiento, hasta el 25 de enero, cuando Rafael Flores informó sobre el ataque que hicieron a la villa de Lagos: En el día de esta fecha, a las 3 de la tarde han acometido a este lugar cosa de 500 insurgentes, capitaneados de Núñez y Pedro García: han sido rechazados por las armas de esta villa y sólo en los barrios han saqueado y quemado algunas casas. En vista de que se les ha hecho frente, y que no han podido lograr su perverso designio, se han retirado en esta hora que son las 5, no sé con qué objeto, si acaso de volver o de tomar otro rumbo, cual es el del Rincón de donde han venido. Por tanto, vos verá lo que dispone en obsequio de este lugar y de la justa causa, principalmente en consideración de las insinuaciones que otra vez he hecho a vos.182 Ángel Linares también envío el 7 de febrero al Subdelegado una nota desde Irapuato, escrita a las diez de la noche. En ella le dijo: Amigo Concha. Que vaya la del General a Guadalajara, es lo que quiero. Nada se sabe del Centro, Albino en opiniones o está en el Valle o lo derrotaron. Hoy espero que se aclare y pasaré noticia. Es de vos afectísimo amigo.183 Lo que reveló el verdadero peligro fue el siguiente parte de novedades: El capitán de la volante, da parte al señor comandante de las armas, de haber llegado con las novedades siguientes: A distancia de una legua del Jagüey, tuve razón había pasado por allí un espía de los rebeldes, con dirección al Garbancillo, a donde inmediatamente me dirigí. Cogí a dicho espía y a poco andar de dicho Garbancillo me encontré con una avanzada de rebeldes, como de cosa de treinta hombres, inmediatamente destaqué al alférez de mi compañía, don José García, con doce hombres sobre la derecha, al teniente de la misma por la izquierda y a la avanzada de voluntarios, con su gente. El resultado de la acción fue once muertos, uno que se arcabuceó, y cinco lanzas, una mula y cuatro caballos ensillados, cogidos a dichos rebeldes.

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Sin más novedad que un lancero herido levemente de brazo y mano, el que recomiendo a vuestra merced por su valor, pues se metió entre ellos solo. Sería agravio recomendar a los demás con entusiasmo y valor. León y febrero 7 de 1812. José de Rentaría. El espía lo mandé a la cárcel. El lancero que se recomienda en este parte es Crispino Hernández.184 El aciago día 8 de febrero inició con el aviso urgente de que el enemigo estaba por llegar al barrio de San Juan de Dios. El Subdelegado montó su caballo y emprendió la marcha por la Calle Real de San Miguel. Sin esperar el grueso de la tropa, acompañado apenas por el puñado de hombres, alcanzó los confines de la villa y entró en los terrenos que rodeaban el convento de los juaninos. Los frailes, desde la azotea del templo, vieron claramente las acciones del enemigo y le gritaron con todas sus fuerzas: -¡Por el amor de Dios, no salga, don Manuel, no salga! Él, despreciando la advertencia, dijo: -¡La villa no tiene más trinchera que el pecho de sus habitantes! El ejército que quería tomar la villa, era apenas un centenar de hombres famélicos a pie, armados con piedras y palos, que en cuanto escucharon romper el fuego se pusieron en precipitada fuga. Gutiérrez de la Concha desenvainó la espada y mandó perseguirlos a degüello, lo que se verificó por muy corto espacio. Él se adelantó más que los demás entre los campos labrantíos de la hacienda de San Nicolás y entonces el grueso del ejército de Pedro García salió de la mezquitera: cientos y cientos de hombres a caballo, muy bien armados. El terreno barbechado impidió que el resto de la caballería avanzara con rapidez, así que en unos cuantos segundos se encontró sólo dentro de un cerco formado por gran cantidad de insurgentes. Ni su agilidad ni su valor le sirvieron. El enemigo, sin piedad, le arrebató la vida: una bala se impactó en su pecho, derribándolo del caballo, luego vinieron sobre él puñetazos, patadas y las filosas puntas de lanzas se clavaron en su cuerpo. Otros voluntarios también fueron sacrificados sin piedad. El que más resistencia puso fue Epigmenio Muciño, mientras el resto pudo replegarse en la villa, hasta donde fueron perseguidos. La artillería, que ya estaba situada con la infantería, soltó el primer cañonazo sobre los insurgentes, que se parapetaron en el hospital de San Juan de Dios. En donde, sin escuchar ni respetar a los frailes, asesinaron tres enfermos que ahí se recuperaban, entre ellos Pedro de Torres, que al verse cercado por los hombres de Lamas, gritó con orgullo: -¡Soy soldado de los Provinciales de Puebla! También sacrificaron al Alférez de lanceros don José Gurría, que en la retirada cayó de su caballo y pudo a pie ocultarse en una zanja, en donde lo hallaron los rebeldes en una de sus correrías, siendo el resultado de todo diecisiete muertos que hicieron, contando algunos pobres que estaban en las calles. Los rebeldes se llevaron sus muertos, que por fuentes fidedignas, no bajaron de cien individuos, incluidos seis coroneles. Los insurgentes se retiraron y las tropas realistas pudieron recoger los cuerpos, entre los que hallaron a José Mazorra de Vegas, José Rosas, José Miguel Díaz, Epigmenio Muciño, José Gorriz, 85


Juan José de Obregón, Ignacio Sánchez, José Luis López y Miguel González de Laris. Encontraron gravemente herido al Teniente José Victoriano Rentería -quien murió al siguiente día-.185 La noticia del trágico suceso llegó a las poblaciones cercanas. El 9 de febrero, a las 9:00 de la noche, Tadeo Gutiérrez Solema envío parte de la tropa de Lagos: Señor Comandante don Luis Gómez de Barreda. En este instante recibo orden de mi coronel para que de las mejores tropas y más bien armadas y montadas de esta villa, salgan inmediatamente a auxiliar a vos cincuenta hombres en compañía de igual número de los Dragones de Nueva Galicia, quedándose en ésta otros cincuenta del propio regimiento, los patriotas y artillería de Aguascalientes con la demás guarnición de este pueblo, la gente armada de Ciénaga de Mata, que ha pedido su Señoría, quien por este accidente estará por aquí mañana con el resto de su regimiento. La fuerza destinada por ahora para auxiliar a vos, saldrá de aquí mañana y temprano se hallará en esa, lo que participo a vos para su inteligencia, sirviéndose renoticiarles al camino y a mí a ésta, si ocurriesen algunas novedades.186 Los cuerpos de Manuel José Gutiérrez de la Concha y José Mazorra de Vegas fueron sepultados en el templo de la Tercera Orden.

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AHML SD-IND-COM-C. 3-Exp. 43-1811. AHML SD-IND-COM-C. 3-Exps. 45 y 46-1811. 25 AHML SD-IND-COM-C. 3-Exp. 49-1811. 26 AHML SD-IND-COM-C. 3- Exp. 50-1811. 27 AHML SD-IND-COM-C. 3- Exp. 50-1811. 28 AHML SD-IND-COM-C. 3-Exp. 51-1811. 29 AHML SD-IND-COM-C. 3-Exp. 53-1811. 30 AHML SD-IND-COM-C. 3-Exp. 55-1811. 31 AHML SD-IND-COM-C. 3-Exp. 56-1811. 32 AHML SD-IND-COM-C. 3-Exp. 57-1811. 33 Ibídem. 34 AHML SD-IND-COM-C. 3-Exp. 59-1811. 35 AHML SD-IND-COM-C. 4-Exp. 14-1811. 36 AHML SD-IND-COM-C. 4-Exp. 18-1811. 37 AHML SD-IND-COM-C. 4-Exp. 19-1811. 38 AHML SD-IND-COM-C. 4-Exp. 24-1811. 39 AHML SD-MLC-COM-C. 1-Exp. 17-1811. 40 AHML SD-IND-COM-C. 4-Exp. 38-1811. 41 AHML SD-IND-COM-C. 4-Exp. 40-1811. 42 AHML SD-IND-COM-C. 4-Exp. 48-1811. 43 AHML SD-IND-COM-C. 4-Exp. 49-1811. 44 AHML SD-IND-COM-C. 4-Exp. 50-1811. 45 AHML SD-IND-IFD-C. 21-Exp. 24-1811. 46 AHML SD-IND-COM-C. 4-Exp. 51-1811. 47 AHML SD-IND-COM-C. 4-Exp. 52-1811. 48 AHML SD-IND-COM-C. 4-Exp. 54-1811. 49 AHML SD-IND-COM-C. 4-Exp. 45-1811.

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Gran Historia de México Ilustrada. México, Tercera reimpresión, Editorial Planeta De Agostini, 2006 -Tomo 5-, 2006, pp. 91-92. 2 AHML SD-IND-BDS-C. 1-Exp. 7-1810. 3 AHML SD-IND-COM-C. 2-Exp. 25-1810. 4 AHML SD-IND-COM-C. 2-Exp. 25-1810. 5 AHML SD-IND-BDS-C. 1-Exp. 8-1810. 6 AHML SD-IND-COM-C. 2-Exps. 27 y 28-1810. 7 AHML SD-IND-COM-C. 2-Exp. 29-1810. 8 AHML SD-IND-COM-C. 2-Exp. 32-1810. 9 Lira, Sostenes. Efemérides de la Ciudad de León. León, Edición de la Empresa Económica de Gráfica Escolar, 1905, p. 77. 10 AHML SD-MLC-RCL-C. 6-Exp. 18-1810. 11 SD-IND-BDS-C. 1-Exp. 9-1810. 12 AHML SD-IND-COM-C. 3-Exps. 7 y 11-1811. 13 AHML SD-IND-COM-C. 3-Exps. 9, 12 y 141811. 14 AHML SD-IND-COM-C. 3-Exp. 16-1811. 15 AHML SD-IND-COM-C. 3-Exp. 20-1811. 16 AHML SD-IND-COM-C. 3-Exps. 24 y 25-1811. 17 AHML SD-IND-COM-C. 3-Exp. 29-1811. 18 AHML SD-IND-COM-C. 3-Exps. 33 y 34-1811. 19 AHML SD-IND-COM-C. 3-Exp. 35-1811. 20 AHML SD-IND-COM-C. 3-Exps. 36 y 37-1811. 21 AHML SD-IND-COM-C. 3-Exp. 40-1811. 22 AHML SD-IND-COM-C. 3-Exp. 41-1811.

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AHML SD-IND-COM-C. 4-Exp. 46-1811. AHML SD-IND-COM-C. 4-Exp. 55-1811. 52 AHML SD-IND-COM-C. 4-Exp. 57-1811. 53 AHML SD-IND-COM-C. 4-Exp. 60-1811. 54 AHML SD-IND-COM-C. 4-Exp. 63-1811. 55 AHML SD-IND-COM-C. 4. Exps. 67 y 68-1811. 56 AHML SD-IND-COM-C. 5-Exp. 1-1811. 57 AHML SD-IND-COM-C. 5-Exp. 2-1811. 58 AHML SD-IND-COM-C. 5-Exp. 10-1811. 59 AHML SD-IND-COM-C. 5-Exps. 6 y 7-1811. 60 AHML SD-IND-COM-C. 5-Exps. 17 y 8-1811. 61 AHML SD-IND-COM-C. 5-Exp. 5-1811. 62 AHML SD-IND-COM-C. 5-Exps. 13, 14, 15 y 16-1811. 63 AHML SD-IND-COM-C. 5-Exp. 21-1811. 64 AHML SD-IND-COM-C. 5-Exp. 25-1811. 65 AHML SD-IND-COM-C. 5-Exps. 22 y 26-1811. 66 AHML SD-IND-COM-C. 5-Exp. 29-1811. 67 AHML SD-IND-COM-C. 5-Exp. 22-1811. 68 AHML SD-IND-COM-C. 5-Exp. 36-1811. 69 AHML SD-IND-COM-C. 5-Exp. 37-1811. 70 AHML SD-IND-COM-C. 5-Exp. 38-1811. 71 AHML SD-IND-COM-C. 5-Exp. 39-1811. 72 AHML SD-IND-COM-C. 5-Exps. 40 y 41-1811. 73 AHML SD-IND-COM-C. 5-Exps. 43, 44 y 451811. 74 AHML SD-IND-COM-C. 5-Exp. 47-1811. 75 AHML SD-IND-COM-C. 5-Exps. 48 y 49-1811. 76 AHML SD-IND-COM-C. 5-Exps. 58 y 59-1811. 77 AHML SD-IND-COM-C. 5-Exp. 61-1811. 78 AHML SD-IND-COM-C. 5-Exp. 64-1811. 79 AHML SD-IND-COM-C. 5-Exp. 66-1811. 80 AHML SD-IND-COM-C. 5-Exp. 67-1811. 81 AHML SD-IND-COM-C. 5-Exp. 68-1811. 82 AHML SD-IND-COM-C. 5-Exps. 73 y 75-1811. 83 AHML SD-IND-COM-C. 5-Exp. 77-1811. 84 AHML SD-IND-COM-C. 5-Exp. 78-1811. 85 AHML SD-IND-COM-C. 5-Exps. 81, 84 y 851811. 86 AHML SD-IND-COM-C. 5-Exps. 86 y 92-1811. 87 AHML SD-IND-COM-C. 5-Exp. 91-1811. 88 AHML SD-IND-COM-C. 5-Exps. 94 y 1041811. 89 AHML SD-IND-COM-C. 5-Exps. 97, 98 y 1051811. 90 AHML SD-IND-COM-C. 6-Exps. 1 y 2-1811. 91 AHML SD-IND-COM-C. 6-Exp. 3-1811. 92 AHML SD-IND-COM-C. 6-Exps. 4 y 5-1811. 93 AHML SD-IND-COM-C. 6-Exps. 6 y 7-1811. 94 AHML SD-IND-COM-C. 6-Exp. 8-1811. 95 AHML SD-IND-COM-C. 6-Exp. 35-1811. 96 AHML SD-IND-COM-C. 6-Exp. 43-1811. 97 AHML SD-IND-COM-C. 6-Exp. 45-1811. 98 AHML SD-IND-COM-C. 6-Exp. 46-1811. 99 AHML SD-IND-COM-C. 6-Exp. 48-1811.

AHML SD-IND-COM-C. 6-Exp. 94-1811. AHML SD-IND-COM-C. 6-Exp. 49-1811. 102 AHML SD-IND-COM-C. 6-Exps. 51 y 521811. 103 AHML SD-IND-COM-C. 6-Exp. 56-1811. 104 AHML SD-IND-COM-C. 6-Exps. 63-74-1811. 105 AHML SD-IND-COM-C. 6-Exp. 80-1811. 106 AHML SD-IND-COM-C. 6-Exps. 89 y 951811. 107 AHML SD-IND-COM-C. 6-Exp. 98-1811. 108 AHML SD-IND-COM-C. 6-Exp. 99-1811. 109 AHML SD-IND-COM-C. 6-Exp. 106-1811. 110 AHML SD-IND-COM-C. 6-Exp. 108-1811. 111 AHML SD-IND-COM-C. 6-Exp. 117-1811. 112 AHML SD-IND-COM-C. 6-Exps. 134 y 1361811. 113 AHML SD-IND-COM-C. 6-Exp. 141-1811. 114 AHML SD-IND-COM-C. 7-Exp. 4-1811. 115 AHML SD-IND-COM-C. 7-Exps. 6 y 7-1811. 116 AHML SD-IND-COM-C. 7-Exps. 9 y 10-1811. 117 AHML SD-IND-COM-C. 7-Exp. 12-1811. 118 AHML SD-IND-COM-C. 7-Exp. 14-1811. 119 AHML SD-IND-COM-C. 7-Exps. 20 y 311811. 120 AHML SD-IND-COM-C. 7-Exp. 21-1811. 121 AHML SD-IND-COM-C. 7-Exp. 22-1811. 122 AHML SD-IND-COM-C. 5-Exp. 59-1811. 123 AHML SD-IND-COM-C. 5-Exp. 71-1811. 124 AHML SD-IND-COM-C. 5-Exp. 51-1811. 125 AHML SD-IND-COM-C. 5-Exp. 99-1811. 126 AHML SD-IND-COM-C. 5-Exp. 103-1811. 127 AHML SD-IND-COM-C. 6-Exp. 120-1811. 128 AHML SD-MIL-RCL-C. 6-Exp. 19-1811. 129 Ibídem. 130 AHML SD-IND-COM-C. 6-Exps. 38 y 391811. 131 AHML SD-IND-COM-C. 6-Exp. 44-1811. 132 AHML SD-IND-COM-C. 6-Exp. 59-1811. 133 AHML SD-IND-COM-C. 6-Exp. 91-1811. 134 AHML SD-IND-COM-C. 6-Exp. 102-1811. 135 AHML SD-IND-COM-C. 6-Exp. 102-1811. 136 AHML SD-IND-COM-C. 6-Exp. 117-1811. 137 AHML SD-IND-COM-C. 6-Exp. 128-1811. 138 AHML SD-IND-COM-C. 6-Exp. 120-1811. 139 AHML SD-IND-COM-C. 6-Exp. 125-1811. 140 AHML SD-IND-COM-C. 7-Exp. 18-1811. 141 AHML SD-IND-COM-C. 7-Exp. 33-1811. 142 AHML SD-IND-COM-C. 7-Exp. 35-1811. 143 AHML SD-IND-COM-C. 7-Exp. 37-1811. 144 AHML SD-IND-COM-C. 7-Exp. 40-1811. 145 AHML SD-IND-COM-C. 7-Exp. 36-1811. 146 AHML SD-IND-COM-C. 7-Exp. 39-1811. 147 AHML SD-IND-COM-C. 7-Exp. 47-1811. 148 AHML SD-IND-COM-C. 7-Exps. 48 y 531811.

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AHML SD-IND-COM-C. 7-Exp. 55-1811. AHML SD-IND-COM-C. 7-Exp. 56-1811. 151 AHML SD-IND-COM-C. 7-Exps. 60 y 641811. 152 Lira, Sostenes. Efemérides de la… op. cit. p. 77. 153 AHML SD-IND-COM-C. 7-Exps. 62 y 631811. 154 AHML SD-IND-COM-C. 7-Exp. 66-1811. 155 AHML SD-IND-COM-C. 7-Exps. 67 y 681811. 156 AHML SD-IND-COM-C. 7-Exps. 69 y 701811. 157 AHML SD-IND-COM-C. 7-Exps. 72 y 731811. 158 AHML SD-IND-COM-C. 7-Exp. 75-1811. 159 AHML SD-IND-COM-C. 7-Exp. 77-1811. 160 AHML SD-IND-COM-C. 7-Exp. 79-1811. 161 AHML SD-IND-COM-C. 7-Exps. 83,,84 y 851811. 162 AHML SD-IND-COM-C. 7-Exp. 87-1811. 163 AHML SD-IND-COM-C. 8-Exp. 1-1811. 164 AHML SD-IND-COM-C. 8-Exp. 2-1811. 165 AHML SD-IND-COM-C. 8-Exps. 7 y 8-1811. 166 AHML SD-IND-COM-C. 8-Exps. 11 y 151811. 167 AHML SD-IND-COM-C. 8-Exp. 18-1811. 168 AHML SD-IND-COM-C. 8-Exp. 21-1811. 169 AHML SD-IND-COM-C. 8-Exp. 22-1811. 170 AHML SD-IND-COM-C. 8-Exp. 25-1811. 171 AHML SD-IND-COM-C. 8-Exp. 26-1811. 172 AHML SD-IND-COM-C. 8-Exps. 27 y 281811. 173 AHML SD-IND-COM-C. 8-Exp. 29-1811. 174 AHML SD-IND-COM-C. 8-Exps. 32 y 331811. 175 AHML SD-IND-COM-C. 8-Exps. 35 y 361811. 176 AHML SD-IND-COM-C. 8-Exp. 39-1811. 177 AHML SD-IND-COM-C. 8-Exp. 45-1811. 178 AHML SD-IND-COM-C. 8-Exp. 47-1811. 179 AHML SD-IND-COM-C. 8-Exp. 48-1811. 180 AHML SD-IND-COM-C. 9-Exps. 13 y 141812. 181 AHML SD-IND-COM-C. 9-Exp. 18-1812. 182 AHML SD-IND-COM-C. 9-Exp. 17-1812. 183 AHML SD-IND-COM-C. 9-Exp. 19-1812. 184 AHML SD-MLC-PMI-C. 5-Exp. 1-1812. 185 AHML SD-IND-COM-C. 9-Exp. 27-1812. 186 AHML SD-IND-COM-C. 9-Exp. 26-1812. 150

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Acciones de Gómez de Barreda Para cubrir la vacante de la Subdelegación y Comandancia de Armas, el Intendente de Guanajuato Fernando Pérez Marañón, nombró provisionalmente para el cargo al Capitán Luis Gómez de Barreda.1 Siendo citado por el Presidente del Ayuntamiento para tomar posesión: Señor Capitán don Luis Gómez de la Barreda. A las cuatro de la tarde pasará vos a esta sala capitular a tomar posesión de la Subdelegación, que interinamente le ha encomendado el señor Intendente Corregidor de esta provincia. Lo que participo a vos como actual Presidente de este Ilustre Ayuntamiento y de su orden. Dios guarde a vos muchos años. Sala capitular de la villa de León y febrero 12 de 1812. Manuel Antonio de Lizardi.2 Gómez de Barreda, estuvo casado con Isabel González de Villa, viuda de Manuel Gutiérrez de Güemes. Fue un realista que participó en varias batallas contra los insurgentes bajo las órdenes de Manuel José Gutiérrez de la Concha. Apenas entrado en sus funciones, por un aviso dirigido a Mariano Reynoso, el nuevo Subdelegado de León se enteró que el día 14 los insurgentes estaban en Peñuelas y que al siguiente se movieron de La Sardina y Tultitán, llevándose las mujeres, muchachos y cuanto ganado tenían. Por lo que ordenó al capitán Joaquín Moreno que se pusiera en marcha con la tropa de dragones y patriotas de su mando.3 El 17 de febrero, José de la Cruz le escribió de Guadalajara a Barreda, lamentando la muerte de su antecesor y dándole informe que en Lagos, Jalos, Irapuato y La Piedad se encontraban tropas del Rey para acabar de una vez con la canalla. Le sugirió que amurallase o foseara la villa para defenderla con menos número de gente.4 Aún con estas noticias, en dicha misma fecha, Juan Francisco Calera solicitó que saliera inmediatamente la partida de tropa que facilitó para auxiliar a León, pues en Lagos se temía un ataque del enemigo. Reynoso, por su parte, avisó que Silao estaba cercado de enemigos: a Núñez lo tenía en Tlachiquera y a Pedro El Aguador en Comanjilla y Chichimequillas, y le envió un papelito en el que se confirmaba que Diego García Conde había venido a perseguir y destruir todas las gavillas de los rebeldes y facinerosos que infestaban la provincia, y que acabaría con Albino García. También había el rumor de que la indiada de los pueblos del Rincón, San Miguel, Coecillo y muchos negros del barrio de Arriba estaban a punto de atacar la villa.5 El 19 de febrero, el rebelde Pedro García atacó León. Así lo refiere José de la Cruz desde Guadalajara:

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He recibido el oficio de vuestra merced de 23 del corriente en que me participa que el miércoles 19 volvió a atacar esa villa el rebelde Pedro García con su gavilla numerosa, aunque sin lograr ventaja alguna por la vigorosa defensa que duró cuarenta y ocho horas, matándoles bastante gente y sin ninguna pérdida de los nuestros, bien con el dolor de ver arruinar las haciendas llevándose la canalla los animales y semillas que encuentran en ellas. Me he enterado de cuanto vuestra merced me indica con este motivo y veo también la necesidad de perseguir a esos rebeldes para evitar las malas resultas que de lo contrario podrán sobrevenir. El capitán Linares que voló con oportunidad al auxilio de esa villa dejando en Silao al señor Obispo me escribe que volvía por su Ilustrísima para ponerlo en Lagos, con cuya noticia y las demás que vuestra merced me comunica determinaré lo que crea conveniente para auxiliar a ese territorio en cuanto lo permitan las circunstancias y me fuere dable.6 Hay otro testimonio, José Francisco de Barros al solicitar una constancia dijo: …haber estado con nueve hombres en socorro de esa villa cuando Albino intentaba invadirla; que estuve cuatro días hasta que fue el señor Viña y que acompañé a vos a la avanzada la víspera que le esperaba el ataque, y al día siguiente por orden del señor Viña, mientras fue a dar el ataque me dejó cuidando de los barrios de dicha villa, que se observaba algo desordenada.7 Después de este ataque fueron capturados dos leoneses y, tras las respectivas averiguaciones, fusilados el 9 de marzo de 1812 en la plaza pública: Juan de Dios Rivera, de 37 años, casado, anduvo en las gavillas de Pedro Aranda y José María Fortuna. Declaró: el día miércoles veinte del que se trata, en que le cayeron los insurgentes y se lo llevaron para dentro de la villa, en particular para el barrio de Arriba… Pedro Rivera, de 28 años, casado, anduvo con las gavillas de Pedro Aranda y Rafael de Iriarte. Los días 20 y 21 de febrero acompañó a los insurgentes a saquear algunas casas del Barrio Arriba. Declaró: que está preso por insurgente, que lo aprehendió el sargento de la Compañía Volante, Toribio Sánchez, el día cinco del corriente, en el paraje nombrado El Recodo.8 En oficio de Pérez Marañón, del día 23 de febrero, se refiere que dos días antes Albino García entró a Salamanca y que Salmerón y Saucedo, con 100 hombres, iban a reunirse adelante de León.9 Durante los días 15 y 16 de marzo de 1812 se hallaban en la villa de León cerca de 500 soldados de los siguientes destacamentos: Real Cuerpo de Artillería, División del Coronel Comandante Diego García Conde Regimiento de Infantería de la Corona 19 hombres 1ª Compañía de artilleros 7 hombres 2ª Compañía de artilleros 2 hombres 3ª Compañía de artilleros 5 hombres Carreteros: 14 hombres Mulas de tiro para el servicio de cuatro cañones 46 Como encargado del parque. Domingo de Olarte Artilleros voluntarios 3 individuos Oficiales de maestranza: 2 individuos Total 52 hombres Regimiento Infantería Provincial de Puebla: 1ª Compañía 2º Batallón: 1 capitán, 2 tenientes, 1 subteniente, 1 sargento 1º, 2 sargentos 2º, 1 tambor, 3 cabos 1º, 3 cabos 2º y 53 soldados Total 63 hombres 90


2ª Compañía 2º Batallón: 1 teniente, 1 subteniente, 2 sargentos 2º, 1 tambor, 4 cabos 1º, 3 cabos 2º y 54 soldados Total 64 hombres División del Batallón Provincial de Tula. A cargo del teniente don Bartolomé del Reyo En 5 compañías: 1 capitán, 1 teniente, 1 subteniente, 2 sargentos 1º, 3 sargentos 2º, 1 tambor, 2 cabos 1º, 3 cabos 2º y 81 soldados Total 95 hombres Piquete del Regimiento de Infantería de México 1 capitán, 1 teniente, 2 sargentos 2º, 1 tambor, 2 cabos 1º, 1 cabo 2º, 3 granaderos y 56 soldados Total 65 hombres Regimiento de Infantería de Nueva España, agregado al de México 1 sargento 1º, 2 capitanes 1º y 17 soldados Total 20 hombres 2º Batallón del Regimiento de Infantería de la Corona de Nueva España: 1ª Compañía: 1 capitán, 1 teniente, 1 subteniente, 1 sargento 1º, 2 sargentos 2º, 2 tambores, 4 cabos 1º, 4 cabos 2º y 58 soldados Total 71 hombres 2ª Compañía: 1 capitán, 1 teniente, 1 subteniente, 1 sargento 1º, 2 sargentos 2º, 2 tambor, 4 cabos 1º, 1 cabo 2º y 70 soldados Total 80 hombres 3ª Compañía: 1 capitán, 1 teniente, 1 subteniente, 1 sargento 1º, 2 sargentos 2º, 2 tambores, 4 cabos 1º, 3 cabos 2º y 63 soldados Total 75 hombres 4ª Compañía: 1 capitán, 1 teniente, 1 subteniente, 1 sargento 1º, 2 sargentos 2º, 2 tambores, 4 cabos 1º, 3 cabos 2º y 64 soldados Total 76 hombres 5ª Compañía: 1 capitán, 1 teniente, 1 subteniente, 1 sargento 1º, 2 sargentos 2º, 2 tambores, 4 cabos 1º, 3 cabos 2º y 66 soldados Total 78 hombres 6ª Compañía: 1 capitán, 1 teniente, 1 subteniente, 1 sargento 1º, 2 sargentos 2º, 2 tambores, 4 cabos 1º, 4 cabos 2º y 53 soldados Total 66 Hombres 2ª Compañía de la Corona de Nueva España: 1 capitán, 1 teniente, 1 sargento 1º, 1 sargento 2º, 3 cabos 1º, 2 cabos 2º y 47 granaderos Total 54 hombres 10 El 20 de marzo, José de Rentería se reportó haber llegado a la hacienda La Sardina y que en unión con Negrete iban a perseguir las gavillas. Al día siguiente, José Joaquín de Nava informó que tan luego como salió Negrete de San Pedro Piedragorda, se apoderó de ese lugar una gavilla de 60 insurgentes.11 El 22, Rentería escribió de Purísima que había enfrentado una gavilla de insurgentes, haciéndoles siete muertos. Cuatro días después, reportó desde Atotonilquillo, que llegaron a San Pedro donde se encontraban bastantes insurgentes, muriendo cosa de veinte.12 En carta anónima del 8 de abril se informó sobre el recorrido que hizo el Capitán Castillo: Mi estimado amigo: efectivamente despaché el otro día al capitán Castillo, con una partida que recorriese las haciendas de Duarte y Los Sauces, y se extendió hasta Santa Ana, de donde se regresó a la una y cuarto de la mañana, después de ha-

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ber pasado por las armas a los dos herreros de esta hacienda, y otros dos en Los Sauces y Otates. Ya supongo sabrá vuestra merced la última correría de nuestro Linares, que llegó hasta la Joya de Calvillo, en donde abrasó absolutamente todo y desde luego no volverán a situarse allí más las gavillas. Allí se presentó a Linares el coronel Esparza para indultarse él, su gavilla y también a Núñez con la suya, ofreciendo presentar las armas de todos, lo que hubiera sucedido a no ser un hecho que sucedió que no tiene ejemplar: es el caso, que habiendo dicho Esparza que estaba allí inmediato el insurgente Fernández, y que iba a verlo para reducirlo a que se indultara con la gavilla que mandaba, quisieron Rentería y Solar de Linares tener la satisfacción de conquistarlo ellos y sin que nadie se los mandara, ni lo vieran, se dirigieron para allá, sin armas, y fueron asesinados con lo que desgraciaron todo y cuando Linares creyó que iban marchando en la división le avisaron que los habían muerto, y aunque corrió inmediatamente sobre ellos, no pudo remediar nada. Este fue el modo en que murió nuestro Rentería que he sentido mucho por ser uno de los mejores oficiales que tenía. Supongo sabrá vos que la chusma de Torres fue quemada toda en una galera de Palo Alto por el señor Negrete, quien trae en su compañía preso a Torres para mandarlo a Guadalajara a ahorcarlo allí que fue el lugar de sus trofeos.13 Ángel Linares, reporta en Jalpa el 20 de abril, que aprehendió al cabecilla Villalobos, y que a Pedro García lo degradó Albino en el Valle, y que éste estaba haciendo una gran reunión sin saberse su destino.14 El Subdelegado Gómez de Barreda, el día 21, les manifestó a los alcaldes de barrio que estaba harto de oír desordenes cometidos en los fosos diariamente, advirtiéndoles que tomaría serías providencias si continuaba ese abuso. También les solicitó veinte caballos ensillados, proporcionándole cinco cada uno.15 Lista de los fosos, con expresión de los corresponden a cada alcalde de barrio: Don Ignacio Barreda:

1- El de la casa de Villanueva 2- El de la de Marmolejo 3- El de la de Félix de Torres 4- El de la de don Cornelio Rocha

Don José Álzate:

1- El de la casa de don Julián Buzo 2- El de la calle Honda 3- El de la casa de las Fuentes 4- El de la de Peláez

Don José María Galván:

1- El de la del bachiller don José María Velarde 2- El de la del Diezmo 3- El del Campo Santo 4- El de la casa de don José María Obregón

Don Juan Fernández:

1- El de la de don Bernardino Muñoz 2- El del Beaterio (hoy 20 de Enero y López Mateos) 3- El de la esquina de Ríos y Barriga. 4- El de la del Juego de Barras. 5- El de la de don Antonio Muñoz. 92


Lista de los que deben cubrir los fosos: Foso de los Barrigas:

Don Felipe Torres, con su compañero don Ignacio Don Ramón Muñoz El sargento Fernández

Foso del Juego de Barras:

Don Juan Miera, con sus cuatro dependientes Don José Antonio Torres

Foso de don Antonio Muñoz:

Don Cristóbal Somera Don Antonio Muñoz Don Antonio Valverde Don Filomeno Guerrero Gabino Farías Carlos Ruiz

Foso de Villanueva:

Villanueva Don Manuel Urteaga Francisco Hernández José María Hernández16

El 19 de mayo, Falla ordenó al Teniente Esteban Rosas le instruyera causa a uno de los alcaldes de barrio por cobrar contribuciones a los vecinos: Cuando se hicieron los fosos que amurallan esta villa, se hizo también por mí una lista de los vecinos que debían custodiarlos todas las noches de la cual entregue un tanto a los alcaldes de cuartel para que cuidasen de su cumplimiento por aquellos que les correspondía. Les previne igualmente en aquel entonces y les he repetido después diferentes ocasiones a los referidos alcaldes, el que por ningún caso permitiesen se ocupasen otros individuos que los nombrados por convenir así al mejor servicio y seguridad de este público, y que en caso de que alguno de los señalados se enfermase, se solicitara otro hombre de bien que poner en lugar, sin imponerles jamás ninguna contribución por ello a pesar de lo expuesto, y de la materialidad con que les explique el modo con que se habían de gobernar en este punto, he tenido varias quejas de que el Alcalde don Juan Fernández de Arias, que de mi orden, se haya arrestado en el cuartel, tiene pensionado a todo su barrio con varias clases de contribuciones que cargó a los vecinos pretextando tener orden para ello. En esta virtud y viendo este hecho sumamente criminal e indecoroso a la autoridad que ejerzo, como a mí mismo, injusto y gravoso al público, procederá vuestra merced inmediatamente a formarle la correspondiente sumaría con la escrupulosidad que el caso demanda, empezando por examinar a Francisco Cruz que se haya preso en la real cárcel, y que era comisionado por el citado alcalde para el cobro de las expresadas contribuciones; a Hilario Acosta, José Luis Morales y don Hilario Hernández con los demás vayan resultando en el proceso hasta aclarar la verdad de dichos procedimientos. Continuamente se recibían municiones para defender la villa de los insurgentes, a continuación el extracto que existía en el parque el 4 de mayo: Para los cañones:

311 cartuchos de pólvora 184 tiros de metralla 275 balas 93


47 varas de mecha de algodón 280 lomafuegos 3,000 estopines, 500 buenos y el resto pasados 240 tacos 12,070 cartuchos para fusil, embalados:

2,930 de a ¾ 2,340 de a ½ 500 de ¼

2 cargas de pólvora fina del Rey 2 cargas de pólvora hecha aquí El 4 de mayo, José Esteban Rosas se dirigió al Subdelegado Luis Gómez de Barreda para informarle sobre la causa que seguía militarmente contra los indios del pueblo de San Miguel: Rosalino Hernández, Andrés Durán, Andrés Álvarez, Eleuterio Pérez, Albino Hernández, Cleto Estrada, Francisco Pérez, Francisco Hernández y José María Hernández y Luna, a quienes tomó sus confesiones: …dicen que cuando el capitán don José Rentería los llamó el día 21 del último febrero, entendieron que era por el indicado padrón y no por la lista que se encontró el perverso Leonardo Colorado, por lo cual respondieron oyendo mentar su nombre, aún sin nombrarles de apellido. Por lo que pidió le verifique si dichos indios estaban en el padrón que hicieron las autoridades de ese pueblo.17 Desde el 25 de abril ya se cita la presencia de Agustín de Iturbide por estas tierras, causando curiosidad su comisión de pasar al interior de la Nueva Galicia. El 10 de mayo, Iturbide, situado en Silao, pidió al Subdelegado de León un préstamo de 30 o 40 fusiles para los Dragones de San Luis, así como el envío de un caballo.18 De aquel lugar le llegaron noticias sobre los movimientos de los insurgentes. El 12 de mayo, que Guizarnotegui entró en el Valle y se llevó cuanto tenía allí el Manco, que éste mandó atacar Celaya y que aquél salió a resistirlo, pero tuvo que replegarse. El 13, que la gavilla de Fernando se había situado en La Joya y que otra pasó por La Aldea. El 19, que el Manco pasó por Salvatierra de estampida y que en la plaza pública de Valladolid el capitán Juan Pesquera dio garrote a un clérigo, por las muchas vidas de soldados que mandó quitarles.19 Por su parte, el gobernador de Purísima, Martín de los Reyes, informó el 22 de mayo, que una punta de insurgentes golpeó a tres individuos que hacían la ronda y que en San Pedro estaban 500 hombres.20 Para el 28, Reynoso dio a conocer al Subdelegado, que Negrete le mató mucha gente al Manco e hirió a éste en una pierna. El 2 de junio, le avisó que se escapó Pedro El Aguador y que organiza otra expedición para impedir las reuniones de los pícaros.21 El Gobernador de Purísima, Martín de los Reyes, le informó a Gómez de Barreda el 3 de junio, que en la hacienda de Jalpa estaba el capitán Víctor Rosales con 300 hombres, igualmente el Capitán insurgente Fernando, el Capitán Blanco en las orillas de San Pedro Piedragorda y el rebelde Saturnino con Antonio Segura, quienes continuamente los amenazan. De Lagos, Rafael Flores, también le informó que en Jalpa se formó una reunión encabezada por el rebelde Rosales con cincuenta y tantos hombres, 30 fusiles y algunos pares de pistolas, pidiéndole que formara un plan para atacarlos conjuntamente.22 En informe del día 5, el citado Gobernador dijo que el Capitán Víctor Rosales se fue para el Valle con su chusma de insurgentes, que al Capitán Blanco le dieron 25 azotes y sólo los rebeldes Se94


gura y Saturnino se habían quedado por las orillas de Peñuelas. Un par de días después, refiere que en la Cañada se encuentran 200 insurgentes al mando de Saturnino y Segura.23 José Esteban Rosas en su recorrido tuvo un encuentro el día 6 con los insurgentes en la hacienda de Comanjilla, haciéndoles tres bajas y dos prisioneros, ocasionando que el perverso Manuel García le pidiera el indulto.24 El 8 de junio, Diego García Conde informó desde Celaya al Subdelegado de León que el Capitán Agustín de Iturbide batió e hizo prisionero a Albino García: Señor Comandante de Armas don Luis Barrera. Con esta fecha digo al Excelentísimo señor Virrey lo que sigue: Excelentísimo Señor.- A continuación a mi arribo a Irapuato, conforme le noticié a vuestra Excelencia con fecha de 31 de mayo anterior, y dando tres días de descanso a la tropa, salí con todas las platas el día 4 del corriente, llegando sin novedad alguna al propio día a la villa de Salamanca, donde supe que Francisco García estaba reuniendo su gente con la de otras gavillas en el Valle de Santiago, y que su hermano no hacía noche fija en ningún punto. Consideré que creyéndome con el cuidado de conducir las platas, no me creerían en estado de pensar en atacarlos, y después de haber anochecido, suponiendo una expedición para el pueblo de Los Amoles, hice salir prontamente al capitán don Agustín Iturbide con un corto escuadrón de mi Regimiento, al mando del capitán graduado don José Velázquez; otro del cuerpo de frontera, a las órdenes del capitán del propio cuerpo, don José de la Corona y mixto, mandados por el capitán graduado don Vicente Enderica y teniente don José Ponce, dirigiéndose al Valle de Santiago, midiendo el tiempo para que llegasen al asomar la luna, encargándole que si daba con alguna avanzada procurase matar la gente, y de no conseguirlo, darle alcance para evitar el aviso anticipado. Ha correspondido tan completamente la comisión de este oficial a mis deseos, que acaba de reunírseme, a poco de haber llegado a esta ciudad, trayéndome preso al Manco García y su hermano, a su secretario y otros varios cabecillas como igualmente los fusiles que les quedaban, porción de caballada y otras varias cosas de que no tengo aún cabal conocimiento, y que se expresarán en el parte circunstanciado que se está poniendo y que acompañaré a vuestra Excelencia con esta plausible noticia; la brevedad del tiempo no me ha permitido recibir a este generalísimo ladrón con todo el tono de burla que deseaba, pero sin embargo le he hecho formar la tropa que estaba deseosísima de verlo, haciéndole salva de artillería con repique de campanas, paseándolo por la plaza con un concurso de gente extraordinario, y lo tengo bien asegurado con todos los demás, para el justo castigo que merecen. Esta prisión y la dispersión general que ya tenía hecha de las gavillas, a fuerza de repetidos golpes, podrán dar tiempo a mi separación, cumpliendo con el superior encargo de vuestra Excelencia de aproximarme a esa capital con el convoy de plata, mucho más habiendo llegado a mis manos el indulto del 9 de noviembre del año anterior comunicado por vuestra Excelencia en 1° de abril del presente año; que aprovechándome de la oportuna ocasión en que lo he recibido, mandaré publicar en todo este Bajío para los que quieran presentarse a sus respectivos jueces; pues unos reveses tan decididos por los auxilios del Dios de los ejércitos y el valor de mis tropas, han de haber puesto en el estado de arrepentimiento a toda esta canalla. Y lo comunico a vos para su satisfacción y gobierno, en la inteligencia de que en las decla95


raciones tomadas al Albino García, consta que de los seis mil hombres de que constan todas sus reuniones, casi nada le ha quedado, tanto que los más que había podido juntar en el Valle de Santiago cuando se le sorprendió por el capitán Iturbide, eran trescientos hombres; y aunque este mismo número dice el citado Iturbide haberse matado aquella noche, fue incluyendo los diferentes vecinos que se sacó de las casas en que le hacían fuego y que fueron pasados por las armas. Tocante a fusiles, dice que no tenía más en la actualidad que los tres tercios que se le quitaron, pues los demás, hasta el número de cuatrocientos que tenía en el primer ataque que le di, se le han dispersado en los diferentes puntos que le he repetido, persiguiéndolo incesantemente y que se le han dispersado, de suerte que no es posible volverlos a reunir, porque en partidas de dos en dos y de tres en tres se la han fugado por diferentes puntos. Los cañones quedan enterrados: dos en la hacienda de Serrano, tras de la huerta, una culebrina en los surcos del Valle y otro cañón detrás de la hacienda de La Zanja, pues aunque faltan otros dos para el completo de los que tenía, trato de apoderarme de ellos. En punto al actual estado del destino de los cabecillas que han quedado y de sus fuerzas, inserto a la letra el párrafo de la declaración que ha dado Albino García y es como sigue: “Preguntado: cuántos cabecillas principales en ellas, dijo: que Francisco García su hermano, que está preso, que cuando lo aprehendieron tendría como trescientos hombres en el Valle, e igualmente Salmerón, que estaba en el Valle y pudo fugar cuando aprehendieron al declarante y a la gavilla de éste unida a la de Francisco, componían el número que deja citado. Y por último toda la única gente de sus gavillas que le había quedado y tenía junta en el Valle cuando lo aprehendieron, son los trescientos hombres que ha citado, con cien fusiles que cogieron de las tropas que lo aprehendieron. Que Cleto Camacho estaba en la hacienda de La Zanja, curándose de reumas, con sólo tres hombres. El Canelero, que estaba por Salvatierra juntando su gente, que constaba de cosa de doscientos hombres y todos se le habían dispersado cuando fue el primer ataque en el Valle por el señor García Conde, que no tenía más que quince fusiles. Tomás Pérez, comandante de Yuriria, que tenía cosa de veinte hombres y como tres fusiles, también se le había dispersado la gente. José Fuentes, capitán con cuarenta hombres y diez fusiles, también dispersos con todas las demás cuadrillas dispersas. Saucedo, que tenía cincuenta hombres en Puruándiro, con siete fusiles. Frías, con veinte hombres por Peralta, con cuatro fusiles también dispersos. Pedro García, que fue por Los Dolores a juntar gente con Berido, y Manuel, hijo del primero, también disperso en Cuerámaro: que la completa dispersión que ha sufrido ha sido por el señor García Conde, en la continua persecución que le ha dado de muchos días. Que el Negro Balero estaba con el declarante en el Valle de Santiago, y no sabe dónde se fue o si lo mataron en la acción; que Valdés Pino también estaba en el Valle y no se sabe si lo mataron o si fugó. Juan Vargas también estaba allí y no había más. Que un Secundino estaba por León, con cincuenta hombres, según le mandó decir. Que capitanes había muchos, pero todos dispersos.” En punto a robos, según las declaraciones de Albino García, consta “tener desde Parangueo hasta villa Choato, al cargo de José Manuel Lara, 200 yuntas de bueyes, unas entregadas en arrendamientos y otras trabajando por su cuenta. Once atajos de mulas, repartidos en esta forma: cuatro conduciendo trigo y maíz de Cuerámaro para la Loma Tendida; igual número haciendo lo mismo de Villa Choato a la Loma Tendida, y los tres restantes en Yuriria, todos al cargo de un mayordomo que no acuerda cómo se llama. Doce mil cabezas de ganado menor entre ovejas, carneros, 96


chivas y chivos, desde la Loma Tendida hasta Los Tres Reyes. Dos mil carretadas de trigo cosechadas en villa Choato, que allí existen. Tercios de tabaco en la hacienda de Santa Catarina, pólvora y salitre en el rancho de La Jaulilla, alhajas delante de el Agua Caliente en una casa, en cuyo paraje está la mujer de Albino, que lleva baúles con efectos dentro de ellos.” Tocante a las haciendas que estaban administradas de su cuenta, consta por cartas que ha escrito a los mayordomos, previniéndoles que en adelante entreguen sus productos a sus legítimos dueños, para descargo de su conciencia en la parte posible, y lo son: Manuel Lara de la hacienda de Parangueo, Miguel Sáenz de villa Choato, quienes darán razón de los demás, porque los tenía como administradores generales. Quisiera tener tiempo para insertar las copias de estas cartas, que son documentos que deben verse para prueba de los auxilios superiores cuando el hombre los busca y los desea, por más delitos que tenga sobre sí, pero lo haré luego que lo tenga. Igualmente incluyo el bando de indulto que he mandado publicar en esta ciudad, debiendo vos de ejecutarlo también en su jurisdicción, limitándolo a los quince días de la fecha de su publicación. Por último, el Bajío queda en estado que con sólo sesenta hombres armados pueda andarse por todas partes sin riesgo alguno. Ustedes pueden acabar de pacificar todo el Bajío, contribuyendo cada uno de los pueblos que se defienden con los patriotas de a caballo, mientras que me regreso con mi división para que se armen los pueblos que no lo están, o lo hace en mi lugar el señor General del Ejército Grande. Lo que notifico a vos para su satisfacción.25 Aún sin el cabecilla más importante, para el 9 de junio, el Gobernador de Purísima reportó que los insurgentes se llevaron un correo con bastante violencia y que otra porción se quedó en el rancho de San Bernardo. Reynoso, al día siguiente, informó que en Tlachiquera atacaron las tropas de Silao a Pedro García y El Aguador, y que en Cuerámaro estaba un tal Valtierra con 300 pícaros. En oficio fechado el día 12, Reynoso informó que algunos insurgentes planeaban atacar Silao y León.26 Para contrarrestar la amenaza, el Intendente de Guanajuato propuso un plan para un ataque planeado contra los enemigos. El 17 de junio, Reynoso despachó una partida respetable de las tropas de Silao para Comanjilla. Los encontró en Duarte, de donde salieron para Santa Ana.27 El 18 de junio salió de Guanajuato una partida al mando del Teniente Juan Meléndez, para unirse a las fuerzas de Silao el día 20 en Tlachiquera, para vengar la sangre de tanto inocente muerto en San Juan de Llanos. Reynoso lo participó al Subdelegado de León, señalándole el camino que debía seguir y la contraseña para no confundirse, notificándole además, que Pedro García había pasado por la hacienda de Santa Ana con 300 hombres.28 Estaban en la sierra El Aguador, los Bolaños y otros con bastante gente, por lo que el Intendente de Guanajuato propuso poner espías para saber el paradero de Pedro García y poder atacarlo. La expedición se pospuso para el día 22.29 De tal acción dio informe José Esteban Rosas al Comandante Gómez de Barreda: Después de haber caminado toda la noche el día 21, llegué el 22 a las ocho y media de la mañana a la insolente hacienda de la Tlachiquera y sin embargo de estar corriendo una fuerte neblina descubrí a los insurgentes en corto número formados en una loma al norte de la casa, a ésta hora aún no llegaban ningunas de las tropas con 97


quienes yo debía combinarme y viendo que los bandidos empezaban a ponerse en fuga, mandé a la guerrilla de descubierta que reunida con la compañía de auxiliares al mando del alférez don Alonso Calderón los atacase y persiguiese hasta destruirlos: así lo ejecutó, hiriéndoles gravemente uno, haciéndoles cinco prisioneros y quitándoles una escopeta. Concluido este alcance, me regresé a la casa grande y mandé llamar al mayordomo de quien supe que el miércoles se habían ido El Aguador y los Bolaños a San Felipe y que ya podían estar de vuelta en San Juan de los Llanos, Muerto y Deseadilla. Estando en esta investigación vi a la partida de Silao ir bajando por el camino de Los Arperos y habiendo llegado, reunida por la de Guanajuato, acordé con su comandante el capitán don Casimiro León nos alojamos allí, sin embargo de la escasez de comestibles y forrajes, hasta saber de la división del señor coronel conde de San Mateo, la cual con arreglo a la instrucción que yo llevaba, debía estar en aquel punto al amanecer. A este efecto pusimos un mozo y nos quedamos esperando, sin que quitase en todo el día las sillas nuestra caballería y en la noche redoblamos la vigilancia, persuadido en que ya no había de venir y notando que el mozo no parecía, resolvimos en forma regresarnos a nuestros destinos hoy al amanecer. Estando ya esta mañana puestos en marcha, llegó el enviado con la respuesta de un subalterno del señor conde (llamado don Fulgencio N.) diciendo había venido él hasta el puesto de Las Ardillas y que noticioso de que no había nada en La Tlachiquera se volvió a la parada de donde contestó sin hacer mención de dicho señor coronel. Uno de los cinco prisioneros fue el herrero de la hacienda, en cuya casa (que se esculcó después) se hallaron piezas de llave de fusil, hojas de lanza, una bayoneta y otras armas comenzadas a fabricar, por lo que mandé cargar la fragua y a él, en junta, se sentenció a que en compañía de otros tres de aquellos se pasase por las armas y para escarmiento se colgasen sus cadáveres. En la casa principal se encontró porción de cobre, estaño, estopines y otros materiales que indicaban querían aquellos perversos fabricar cañones, por lo que me traje todo, junto con las tres campanas de la capilla, las que también tenían destinadas al efecto. El bachiller don Francisco Plata que fue de nuestro capellán, desempeñó muy bien, no sólo las obligaciones de su instituto, sino aún las de soldado, pues en el alcance animó con su ejemplo a los auxiliares y no puedo menos de recomendarlo a vos quien debe quedar entendido en que me he regresado sin haber tenido la más mínima novedad en mi partida. Dios guarde a vos muchos años. León, junio 23 de 1812. Noticia que manifiesta las prendas y muebles que tenían los insurgentes en la hacienda de La Tlachiquera, las cuales he traído a mi cargo y se han entregado en este cuartel donde quedan existentes: 4 peroles enteros. Son de los que robaron en San Felipe. 3 botas de cebo. Igual. 6 cueros de chivo. Igual. 3 campanas. 1 barra. 98


3 martillos o mazos. 2 cámaras de cobre. 2 sierras. 4 frenos quebrados y rotos. 1 costalito con ocho llaves de puertas y otras menudería. 1 par de tenazas. 1 costal de estaño. 1 escopeta. 1 bayoneta. 4 mulas y machos Nota: asimismo en la fragua de dicha hacienda se cogió el dragón Gregorio Núñez un par de pistolas según razón que dieron el sargento Mares y el cabo Almaguer. León, junio 23 de 1812.

José Esteban Rosas.30

El 25 de junio, Reynoso le avisó al Subdelegado de León que Pedro García estaba en Cuerámaro y que si atacara León, contara con la ayuda de los de Silao. El 1 de julio, le dijo que sólo unidos podrían destruir la gavilla de García, quien tenía su madriguera en La Sardina.31 Rafael Flores, de Lagos, también tenía la intención de salir a batir a Pedro García pero le dijo a Gómez de Barreda que se enfrentaba ante la negativa de Silao y Guanajuato de apoyarlo.32 El Subdelegado de León, en oficio del 5 de julio, propuso a sus iguales de Silao y Lagos un plan para proteger las haciendas para que sembraran con quietud: … deseo con impaciencia la destrucción de la gavilla de Pedro García; y verificado, el mantener una fuerza en el campo que sea capaz de proteger las haciendas para que siembren con quietud; todas las labores principales de esta villa se hallan en la mediación de aquí a Silao y otras a una corta distancia de este pueblo, por lo que mi pensamiento es escribirle a Reynoso para que se persiga primero al enemigo y si se ahuyentase larga distancia, unir de las dos partes la fuerza volantes que ha de cuidar de la agricultura. Vuestra merced, si quisiere podrá muy bien concurrir para lo primero y no me parece haya embarazado en que alejados los rebeldes pueda también, junto con San Francisco, poner por Jalpa o sus inmediaciones otra partida que haga lo que la nuestra por acá; y ambas, estando en comunicación se podrán auxiliar cuando sea necesario y no tengan dificultad para ello. Me parece que este plan podrá facilitarnos nuestro intento y si a vos le pareciere bien, podrá avisármelo para mi gobierno; en la inteligencia de que por parte de Silao no habrá inconveniente respecto a que Reynoso por sí, siempre tiene la mejor disposición para aquello que juzga útil al bien general.33 Pedro García estaba en Peñuelas y según los informes su cuerpo no pasaba de 500 hombres y unas 100 armas de fuego. Por lo que el Subdelegado de León propuso al de Silao unir fuerzas para atacarlo: Yo, si ya franquea 100 hombres de los suyos, estoy resuelto a que se le ataque, si se consiguiere, y cuando esto no suceda, juzgo de gran utilidad su persecución para 99


ahuyentarlo y que deje las haciendas en estado de que puedan cultivarlas. La fuerza que se pueda unir de ese pueblo, esta villa y la de Lagos es suficientísima no sólo para derrotar a Pedro García, sino a cualesquiera otra gavilla que intente oponérsele y respecto a esto, y quedar los lugares con la suficiente guarnición para su seguridad mediante a no haber otra gavilla próxima a quien temer, me parece utilísima esta expedición que podrá durar dos días, que vos tenga a bien, aunque soy de sentir que mientras no haya un motivo para que se regrese, debe mantenerse en el campo, que es donde se necesita, procurando sí estar a una distancia regular para retirarse si fuere necesario. Caso que Lagos no quiera unir su fuerza porque le parezca distante el punto donde a nosotros nos sea conveniente mantenerla, no creo nos haga falta porque yo me esforzaré lo posible para que con los 100 hombres de vos, no baje la partida de 250 a 300. Vos dígame si le parece bien, y en este caso, manos a la obra, pues lo que interesa es destruir la canalla y fomentar la agricultura que es el renglón más interesante en la época presente.34 El día 11 de julio, se dirigió al Comandante Rafael Flores: Yo estoy resuelto a atacar a Pedro García en cuanto fije un poco su residencia, pues hasta ahora no amanece donde anochece y anda con continuación de una a otra parte: para ello cuento con 100 hombres de Silao y vos que saldrá por la parte de Jalpa a contenerlo por allí. Pues teniendo los insurgentes el número de gente y armas que nos aseguran, no encuentro conminativa alguna. Aunque la partida de vos entre por Jalpa como no baje de 100 hombres pues aunque no creo no huyan por aquella parte, caso de que lo verifiquen, irán ya con la dispersión que acostumbran estos casos y como consiga mi intento no irá muy lejos de ellos esta tropa.35 En el hospital de la villa había soldados realistas que se estaban recuperando, unos ya listos y otros que sus excesos no los dejaban sanar. Una porción de ellos estaba derrotadísima y con pantalones de manta que era lo que había para taparle las carnes. También estaban en León tres dragones de España, que se le separaron a Ángel Linares y se presentaron con las armas y caballos que tenían, diciendo que los cogieron los insurgentes.36 Nuevos informes delataron los movimientos de los insurgentes, el 14 de julio, que Juan Corona tenía su campamento en los cerros del Güilote y que la Nueva Junta Insurgente estaba en Yuriria. El 17, que Liceaga llegó al Chiralillo, al sur de San Pedro, con 2,500 hombres y que su objetivo era situarse en las haciendas de Cañada de Negros, Peñuelas y San Bernardo. Pedro García estaba en Jalpa, pero se fue para San Luisito.37 Ángel Linares, desde San Miguelito, le envió un escrito al Subdelegado de León, con fecha del 19 de julio, donde le dijo que para la defensa de estos pueblos contaba con dos mil fusiles y quinientos caballos y le manifestó su agradecimiento a los leoneros.38 Por su parte, Reynoso, informó el 20 de julio, que la conducta que venía de Querétaro traía nueve mil mulas; que sesenta hombres atacaron a Leison (Rafael de Iriarte) y le quitaron tres cañones y la correspondencia que tenía con el francés. Así mismo, que la villa de Córdoba había sufrido siete ataques de Morelos y había salido victoriosa.39

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Una de las acciones emprendidas contra Pedro García fue la del 23 de julio, cuando el Subdelegado envío una partida de las fuerzas realistas de la villa. Ayer despache una partida de doscientos hombres y un cañón al mando del capitán don Francisco del Castillo, para que, desbaratando las cortas gavillas que tenía noticia, -estaban talando estas haciendas-, procurase ponerse de acuerdo con el capitán don Ángel Linares, a quien según una carta que me puso de San Miguelito, a sus Alcalanes contemplaba en Jalpa. A cosa de las 8:00 de la mañana pudo salir la tropa y al llegar al rancho nombrado San Bernardo, se encontró con un número de 40 insurgentes que fueron persiguiendo hasta la hacienda de la Cañada, en donde se hallaron otra porción de la gavilla de Segura, que batió parte de nuestra caballería. Estando en esto fueron reforzados los insurgentes por Pedro García, el que vino de la hacienda de Jalpa en socorro de los suyos, que estaban apurados. Con esto se empeñó una acción general que duró hasta las 8:00 de la noche, a cuya hora determinó el comandante de la partida replegarse a esta villa, por escasearle las municiones. Tuvimos la desgracia de 5 muertos, por la demasiada intrepidez de la caballería, y cuatro heridos, dos de infantería, de bala en la pierna; y dos de caballería, uno de bala y otro de cuchillo. El enemigo perdió más de 30 hombres, entre muertos y heridos, siendo uno de los primeros el hijo de Pedro García, más temible que su padre, quien perdió también el caballo, la espada y lanza que traía, y él logró escaparse por una acequia que embarazó el pronto paso a nuestra tropa, que se portó con sus oficiales con la bizarría que siempre ha acostumbrado. Me hallo ahora sin fondos de que disponer para comprar dos cajas de pólvora que necesito y suplico, a vuestra señoría, tenga a bien dar orden para que se me franqueen de la real hacienda, con calidad de satisfacer su importe en cuanto tenga proporción para ello.40 El Gobernador de Purísima, el 25 de julio, informó al Subdelegado que los insurgentes no dejaban de entrar en su pueblo día por día y que ya había mandado gente para sepultar a los vasallos del Rey que quedaron muertos en el camino de La Cañada. Ese mismo día, Reynoso, felicitó a Gómez de Barreda por tumbar al hijo de Pedro García, que era enemigo de consideración y le informó que Salmerón atacó desde Jalapita a la tropa de Marfil, pero que huyó cuando vieron los de Guanajuato.41 El mismo Intendente, el día 26, aplaudió la acción realizada y puso a disposición del Subdelegado dos cajas de pólvora en la administración de rentas reales. En su contestación refleja la preocupación: Antes de hacer saber a este vecindario pudiente la cortísima existencia de parque con que estamos, me ha parecido conveniente mandar por las dos cajas de pólvora que tengo pedidas a vuestra señoría, porque de lo contrario, temo puede llegar a noticia de los rebeldes esta falta y venir por ella a querer invadir esta villa. Luego que están aquí y ya sin este recelo, procederé a sacar el valor de estas y las otras dos cajas que aún debo, de los vecinos, como vuestra señoría me previene, el que remitiré a esa administración, luego que se haya completado.42 Para el día 29, los insurgentes estaban posicionados en el cerro del Meco y tenían cercada a Guanajuato por varios puntos con gruesas gavillas. Pedro García se encontraba en La Sardina y Juan Corona en El Tejamanil esperando un descuido para atacar Silao, por lo que Reynoso solicitó auxilio, pues más de 500 hombres situados en la loma de Fernández se habían dirigido a la hacienda de San Agustín y otro grueso estaba acampado en San Ignacio.43 101


Ante esto, el día 3, el Subdelegado solicitó refuerzos al comandante de Lagos: …según un mozo que acaba de llegar de Silao; Guanajuato todavía está atacado. Y conviniendo mucho al bien general el auxiliar esta capital, suplico a vos el que inmediatamente mande aquí 100 hombres que cubran este punto para poder marchar yo inmediatamente con toda mi fuerza sobre el enemigo, pues contemplo no tiene vos riesgo por allá, respecto a que toda la chusma está reunida. Importa mucho la violencia y en cuanto no haya enemigos por allá, me regresaré inmediatamente para que no se demore aquí la tropa de vos…44 El 1 de agosto, Pedro García con 800 hombres se dirigió a la mina de La Luz y se desplazaron los insurgentes que estaban en San Ignacio. Por lo que Gómez de Barreda reiteró su petición al comandante de Lagos, pues las tropas de León estaban por salir a auxiliar a Guanajuato ante la amenaza de Salmerón y Pedro García.45 En agradecimiento del auxilio de las tropas de León, el intendente Marañón envió un oficio en que alabó el comportamiento del oficial Juan Pila durante el ataque a la capital. La mañana del 29 de julio último que recibí el oficio de vos de 29 del mismo y me entregó el comandante de la partida, don Juan Pila. Me hallaba actualmente resistiendo el fuerte ataque que dieron a esta ciudad, por distintos puntos de la sierra que la rodea, numerosas cuadrillas de bandidos, con cuyo motivo aquel valiente oficial me pidió le ordenase cuál era su destino en éstas circunstancias, al momento lo destaqué con la partida de mi mando al puesto que llaman San Clemente, donde se fijó reunido con otra de patriotas, conteniendo al enemigo por aquella avenida, ese día y los siguientes de 30 y 31, concluyendo honrosamente la acción que le tocó con haber marchado asociado de la fuerte división que dirigí a desalojar a los rebeldes de las minas de Valenciana, Mellado, Cata y Rayas, y avanzar en su alcance. En todas éstas operaciones se distinguió el citado oficial con su tropa, a mi satisfacción, por lo que uno y otra son acreedores a mi reconocimiento y gratitud, y lo participo a vos para que tenga consideración a ese oportuno servicio que con el mayor celo y mejor obediencia prestó el referido oficial don Juan Pila, quien conduce las dos cajas de pólvora, para que vino destinado.46 Para el 4 de agosto, Reynoso informó que Pedro García estaba celebrando corridas de toros en Tlachiquera. El Subdelegado de León le contestó dos días después: En la villita han cogido un coronel insurgente que iba con proclamas a seducir por las inmediaciones de Zacatecas. Declara que Morelos, Rayón y Verduzco pasaron como para Valladolid, y que en el pueblo de Yuriria se separó de ellos Liceaga, con el objeto de venir a recoger los dispersos del Manco y las demás cuadrillas. Puede que por esto se haya subido Pedro García al cerro, pues con la experiencia de los palos, que ya le han dado, no querrá juntarse con ellos.47 Nuevos informes situaron a Pedro García en Ibarra, interceptando el camino de San Luis Potosí; que una gavilla de un tal Pérez había acampado en La Gavia, en espera de una partida de Liceaga y que un grupo de insurgentes pasaron por Carreón con rumbo al Rincón.48 Para perseguir a García, el 9 de agosto salió una partida de realistas de la División del comandante de Zacatecas para El Comedero y de Lagos andaba otra por los Altos de Ibarra, Tlachiquera

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y Comanja, por lo que Narciso Pinto le solicitó al Subdelegado de León despachara una partida por Cañada de Negros y Jalpa con el objetivo de cortar la retirada a la numerosa gavilla.49 Gómez de Barrera le envió el 12, una comunicación al Coronel Francisco Calera: Con el motivo de que este Bajío es el más provisto de víveres, todas las más cuadrillas de pícaros se han venido a él. Con esto están los caminos interceptados, y no se puede sin un casi evidente riesgo de los correos, escribir para ninguna parte. Pedro García y su hijo han muerto: el primero, a manos de las tropas de Ciénega de Mata, el día 6 del corriente, y el otro, 15 días antes, por las de aquí; con esto nos hemos quitado este par de pícaros de encima, que incomodaban bien estas inmediaciones; quién sabe que otro tomará ahora el mando de la chusma, que por descontado no trata de deshacerse. El convoy se halla en Irapuato desde el sábado; y según han dichos le volvieron a robar al tránsito por Salamanca, cuya villa necesita muy bien quitarse de este camino: no se el número de tercios que se llevarían, pero aquí han dicho no baja de 300 cargos, parece que el señor García Conde volvió a despachar la tropa a castigar a Salamanca y dicen han encontrado en las casas bastantes tercios…50 El 13 de agosto, José Mariano Reynoso informó al Subdelegado que al día siguiente pasaría el convoy para Guadalajara, comunicándole que Calleja venía graduado de Teniente General y que se decía en voces roncas que venía un nuevo virrey.51 Gómez de Barreda pidió al Comandante José Galdamer el apoyo de sus tropas para dejar libre el paso del convoy, en nota del 15 de agosto a las 9:00 de la noche: He tenido varias noticias que en el camino que media de aquí a Silao, se ha situado una gavilla de rebeldes de bastante número, con el objeto, sin duda, de esperar el convoy: Este debe de llegar mañana a Silao y quién sabe si este obstáculo será motivo, para que se demore por evitar algún robo, en atención al crecido número de cargas que conduce y el corto de tropa que lo custodia. Para evitarlo todo y acudan a protegerlo en esta travesía, soy de sentir convendría mucho, avanzase vos con la partida de su mando hasta por acá, pues con ella y otra que yo agregaré aquí, se limpiará todo para la facilidad del paso y me parece que en ello cumplirá vuestra merced, mejor con el objeto; aquí me aseguran se contrae su comisión.52 El 20 de agosto, el Intendente Pérez Marañón le envió al Subdelegado una carta muy reservada, donde le informó sobre el arresto del anglo-americano llamado Poincet, reo de alta traición y que reunía otros gravísimos crímenes dignos de la más severa condena. Cinco días después, le dio a conocer el indulto concedido a todos los individuos que hallándose con las armas en la mano las depusieran dentro del término fijado.53 Ángel Linares, situado en Lagos, le anunció a Gómez de Barreda el 25 de agosto, que salía para Guadalajara con el convoy, por lo que pedía le enviara a sus soldados enfermos. Dos días después, son conducidos con la siguiente suma de gastos: Remito a vos con Pleguezuelos, los 45 hombres que tenía aquí, de los enfermos que han estado en este hospital y aunque algunos van todavía medio malos, llevan medicinas e instrumentos con qué poderse curar por el camino. Lo que he ministrado para medicinas, socorros, prendas de vestir y otras varias cosas indispensables; ascienden, como verá usted, por el cuadro que acompaño y comprobantes que lo 103


acreditan, la cantidad de 3,703 pesos 6 y medio reales, y agregando los 1,200 pesos 6 y medio reales que importan las sillas, cananas, portafusiles y tahalíes, vuestra señoría, que constan en la adjunta cuenta, me debe 4,904 pesos 5 reales…54 El 28 de agosto, el Subdelegado de León le manifestó al Presidente José de la Cruz el plan elaborado por Agustín de Iturbide: El teniente coronel don Agustín de Iturbide, me ha dicho procure imponer a vuestra señoría, el plan que tiene dispuesto con el señor García Conde, para la persecución de los rebeldes en este Bajío: con la caballería del dicho señor García Conde, alguna infantería montada y 300 hombres, también de caballería de aquí, Silao y Guanajuato, debe salir Iturbide el próximo martes de Silao en busca del enemigo, empezando su marcha por este Bajío que media de aquí a San Pedro, y penetrando por Cuerámaro al Valle de Santiago, Yuriria y hasta ponerse en comunicación con el señor Trujillo. En este intermedio, debe situarse el señor García Conde en Silao y luego que estén desechas todas las grandes reuniones, tratar de subdividir las fuerzas para ir organizando y armando los pueblos que median hasta Valladolid; esto es cuanto hasta ahora puedo yo informar a vuestra señoría y lo que sé en este particular. Hoy ha llegado un mozo del punto llamado Horcones, distante de aquí diez leguas, y dice quedaba allí el cabecilla Vargas con bastante gente, algunos fusiles y tres cañones. A éste dice, se debía reunir la chusma de Pedro García que manda ahora un Sotomayor y estaba en San Pedro y Salados, no sabe dar razón sobre el objeto de su venida y sólo vienen del Valle, en donde quedaba Liceaga y no oyó decir con qué número de gente: ya está instruido el señor García Conde de esta ocurrencia y sigue la resolución de que la expedición empieza a pesar el próximo martes en los términos que he dicho a vuestra señoría.55 En los primeros días de septiembre, Juan de la Pila, recorrió varios lugares para avistar a los insurgentes. El 5, desde Cañada de Negros, dijo que no había tenido novedad, que Segura se mudó para San Pedro y que toda la fuerza de los sediciosos se estaba reuniendo en Yuriria, donde estaba Liceaga. Al otro día, se ubicó en Piedra Gorda, sin novedad.56 El 10 de septiembre, Juan José Landeros informó que en San Francisco del Rincón se publicó un bando de Liceaga sobre alcabalas, diezmos, etc., y que circulaban unos papeles muy sediciosos de Rayón, Navarrete y Morelos. El 15, Julián de Obregón pidió al Subdelegado expidiera un bando prohibiendo la circulación de moneda acuñada sin permiso del gobierno.57 El padre Montes de Oca, el día 23, se quejó de los insultos que recibió de los insurgentes que estaban acampados en San Bernardo. Pero otro informante dijo que el bachiller había dicho una misa a la que concurrieron 250 insurgentes con 42 fusiles y un cañón, mismo que dispararon en los intermedios, por lo que fue detenido. A lo que sugirió Juan José Landeros, si así lo ordenaba el Subdelegado, cerrar la iglesia de San Francisco del Rincón.58 En otro orden de ideas, Landeros lamentó que uno de sus sobrinos se hubiera pasado al bando de los insurgentes y agradecía al Cura Tiburcio Camiña el indulto que le ofreció. También reportó el día 25, que Segura y otro le saqueó cien pesos y se lo llevaron arrestado a su cuartel de San Bernardo.59 El 3 de octubre, José Esteban Rosas reportó un encuentro que tuvo con el cabecilla Ignacio Franco por el rumbo de Cerro Gordo.60 104


El 17, García Conde despachó 36 infantes de Silao para la defensa de la villa de León.61 Sin embargo, el Subdelegado se dirigió el día 27 al señor Cruz solicitando una división: El sábado 21 salieron de la Cañada: Rafael Oropeza, Domingo Segura, Saturnino y Carranza, con el fin de atacar al señor cura Álvarez, quien parece los escarmentó matando al primero, algunos de los que se titulaban capitanes; y bastantes de los demás, se retiraron a los pueblos del Rincón, a donde se ha incorporado Franco y se mantiene allí con una reunión de cosa de 700 hombres, aunque con pocas armas, según me han informado. En la mayor parte de las haciendas hay sus gavillitas que impiden la extracción de semillas para los pueblos; y como el señor García Conde tiene por allá nuestra caballería, nos es imposible perseguirlos. Si vuestra señoría no nos favorece con una división, nos veremos apurados para poder recoger los maíces, que ya están destruyendo como lo tienen de costumbre. José Mariano Herrera, dueño de Tlachiquera, se presentó el día 27 ante el Subdelegado con una orden del Intendente de Guanajuato para recuperar las campanas que una partida de los realistas de León se trajo de su hacienda.62 El 6 de noviembre, Diego García Conde le solicitó al Subdelegado, por órdenes del general José de la Cruz, un informe respecto a la tropa, armas, municiones y fortificaciones, población y carácter de los vecinos. Anexo a otro informe solicitado, se informó que San Francisco 3,620, Purísima 2,400, San Miguel 2,500, Coecillo 3,000 y haciendas 10,700 habitantes.63 Nuevas noticias llegaron los días 7 y 8, que Agustín de Iturbide había tomado el fuerte de Yuriria, toda su artillería, municiones y que se encontraban 400 prisioneros y 60 soldados muertos de hambre. En el ataque participó el leonés Juan de la Pila Gómez, que junto con cinco de los cuervos, asaltó la isla de Liceaga estando en el agua hasta la cintura desde las nueve de la noche hasta las dos y cuarto en que saltó y mató uno de los centinelas. Éste, en nota del 17 de noviembre, pidió al Subdelegado hiciera lo posible para conseguir su regreso antes de que salieran al Valle, donde se estaban reuniendo las gavillas, porque saliendo ya les será preciso seguir hasta que no queden insurgentes en el Bajío.64 Con esta última fecha, José Esteban Rosas reportó haber sostenido un encuentro con más de 300 insurgentes en Los Sauces, los cuales fueron rechazados, durando el tiroteo casi dos horas, y que la misma gavilla, unida a la de Fernando Hernández, se volvió a situar en el mismo lugar. Al otro día, informó que por los caminos de Santa Ana, San Gregorio y Duarte le salieron 300 insurgentes capitaneados por Contreras, Moreno y Olmedo, los cuales fueron rechazados, habiéndoles quitado un estandarte con la sagrada imagen de Nuestra Señora de Guadalupe.65 El 18 de noviembre, Julián de Obregón, como Procurador General y Síndico personero, pidió al Subdelegado solicitara el regreso de las dos compañías de dragones patriotas de la villa que estaban en la división de Agustín de Iturbide, para auxiliar a los labradores a recoger las cosechas, pues de lo contrario caerían en poder de los rebeldes. Por su parte, Juan de la Pila Gómez también le pidió hacer cuantos esfuerzos estuvieran a su alcance para que García Conde ordenara a Iturbide el regreso de la tropa a León.66 García Conde, el día 21, respondió que había dificultades para el regreso de las compañías de patriotas de León. Y José de la Cruz, desde Guadalajara, agradeció los elogios recibidos por haber puesto el Virrey a su mando toda la tropa de la villa de León y las de toda la provincia de Guanajuato.67

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En la villa de León, el 24 de noviembre, se ordenó a cuatro soldados y un cabo que persiguieran tres insurgentes que por el camposanto andaban cintareando a los hombres.68 Por cartas que circularon a fines del mes, se conoció que Segura se encontraba en El Rincón, Oropeza en Los Salados, Franco en Comanja, El Aguador y Bolaños en Tlachiquera.69 La tensión que provocaban los insurgentes afectó los trabajos del mismo Cabildo. Luis Gómez de Barreda, en oficio del 1º de diciembre, informó al Intendente de la provincia que el Ayuntamiento de la villa se componía de tres individuos, debiendo ser de once, por lo que le preguntaba si se podía nombrar uno o más sujetos que sirvieran en clase de regidores bienales.70 El 9 de diciembre, José Mariano Reynoso informó al Subdelegado que la semana anterior habían estado en Silao Agustín de Iturbide y Juan de la Pila, agregando que las gavillas andaban mortificando las haciendas.71 El Subdelegado de León, el 11 de diciembre, informó al General Rosas sobre las posiciones de los insurgentes en su demarcación: El señor García Conde se halla en Silao, a donde vino también el señor Castro con la fuerza que tiene a sus órdenes, para ir, según afirman, a recoger los maíces que hay sembrados en la hacienda de Cuerámaro. El cabecilla Liceaga sé, estuvo el lunes próximo en la hacienda de Tupátaro y hasta ahora no he podido averiguar con certeza, si permanece allí o la dirección que ha tomado, pero según un oficio que despachó el 6 a la Cañada de Negros, a Segura, debe venir allí en donde espera se le reúnan Hermosillo con Saturnino, que están en el rambla de Frías; Franco que ocupa a Comanja, y Contreras con Olmedo, que andan por Tultitán y sus inmediaciones: en mi concepto lo que tratan es de robarse las cosechas de las haciendas de esta jurisdicción, para tener de que subsistir; y si se les quita este arbitrio, haciendo conducir a los pueblos todas las semillas, crea vuestra señoría que se les destruye, pues como los caminos están interceptados, no hay quien exponga intereses sino con seguridad, y faltándoles ya esta proporción de robo, no les queda otra que los maíces para venderlos, como han hecho hasta ahora.72 Para el 13 de diciembre Iturbide se dirigía a San Pedro Piedragorda para proteger las cose73

chas.

Pero con nuevos informes, el Subdelegado comunicó a García Conde, a las 11 de la noche de ese mismo día, lo siguiente: Acaban de avisarme unos mozos de verdad que en el paraje nombrado Tierra Blanca están reuniéndose porción de rebeldes; no se sabe con qué fin. Creo tratan algo contra esta villa, porque la gavilla de Segura en el Rincón se ha engrosado bastante; y aún la de Franco que está en Comanja, me aseguran no baja ya de ochocientos hombres, los que tiene. Todos convienen en que Liceaga se halla en San Pedro y como ya he dicho a vuestra señoría, debe venir al Rincón, el martes o miércoles próximo; y me parece no hay duda en que toda la canalla se ha cargado por aquí, donde no hay por ahora quien los incomode. Me ha parecido conveniente imponer a vuestra señoría en estas noticias, para que en caso de que se dirijan a este lugar, tenga a bien auxiliarnos oportunamente. *

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Esta tarde me han avisado de los pueblos del Rincón que Liceaga se halla en San Pedro, y que el martes o miércoles próximo, debe venir a dichos pueblos. Esta noche ha venido un mozo de los que tengo por allá de espías, quien me ha dicho que en Tierra Blanca está otra gavilla reuniendo las pequeñas y sacando a toda clase de hombres para agregarlos. Segura está también engrosándose con los infelices que se lleva de las labores y Franco que se halla en Comanja, barrió anoche con la mayor parte de la gente que tenían las haciendas inmediatas. Esto me hace sospechar el que intentan atacar esta villa o alguno de los lugares inmediatos, a los que ha mandado aviso para que estén dispuestos a resistir o auxiliar al que lo necesite.74 Para el 16 de diciembre, en La Cantera y Cuesta de San José se hallaban reunidos una porción de insurgentes. Por lo que el Subdelegado le dijo al Conde de Pérez Gálvez, que era necesario ir acuartelando a la gente, porque de lo contrario, no era más que aumentar el número de insurgentes. Así mismo, pidió al Coronel José de Castro protección para que los hacendados introdujeran el maíz dentro de la villa.75 El día 20, Gómez de Barreda informó al General José de la Cruz sobre la situación de Iturbide y los cabecillas insurgentes: Iturbide cuando regresó de Celaya logró sorprender varios insurgentes que estaban jugando gallos en Salamanca y ahí encontró la cabeza del sanguinario clero Camacho, a quien ellos mismos dieron muerte en una de sus borracheras. Dicho Iturbide no sé el punto que ocupa hoy: pero debe venir a San Pedro, a donde no tengo noticia haya llegado todavía y me hace creer el que no, el hallarse Saturnino Segura y Hermosillo ocupando a los pueblos Cañada de Negros y Jalpa, según me han informado todos los que vienen de por allí. El señor Castro no fue a Cuerámaro, como dije a vuestra señoría: salió de Silao con destino de proteger las cosechas de las haciendas inmediatas, pero en el mismo día, no sé qué motivo lo hizo marchar otra vez a Guanajuato, en donde se halla también el 2º Batallón de la Corona. Los cabecillas Liceaga, Vargas, Salmerón y otros estaban el martes quince entendidos con toda su chusma desde la Joya de Calvillo hasta Cuerámaro: ignoro si aún permanecen allí y el número de que se componen. En Lagos parece hay una porción de cargas detenidas que se dirigen para esta villa y este aliciente ha hecho todos estos días a los rebeldes, están sobre el camino, por lo que ha sido necesario detener uno de los correos que van para vuestra señoría. Hoy he sabido que se han retirado un poco y con una regular partida y dispuesto continúe el correo detenido y otro llegado anoche para no retardar la correspondencia, pero he ordenado al oficial que los conduce el que por ningún caso permita una desgracia que de otro modo pudiera suceder...76 El 21 de diciembre, José Esteban Rosas informó que a su regreso de Lagos lo estaba esperando una despreciable chusma de rebeldes en Lagunillas, a la que hizo huir cobardemente, gastando 56 cartuchos en la acción que duró una hora.77 El 23, Juan José de Landeros informó que Iturbide estaba en la hacienda de Corralejo con intención de llegar a San Pedro; que Segura y Hermosillo, con 600 hombres, se avistaron en el puesto de Palmitos, inmediato al Comedero, pero que Negrete los dispersó; que Segura cobraba las rentas de 107


las haciendas y recogía semillas de los diezmos, que los insurgentes pusieron a José Guardiola, a pesar de su resistencia, como Subdelegado de Purísima, y que Linares se hallaba en La Barca castigando a los bandidos indios que se habían revelado, que llevaba como 200 pasados por las armas.78 El Subdelegado, el día 27, ordenó a Antonio Sañudo saliera con cien hombres a la hacienda de La Hoya para ver si lograba sorprender la gavilla de ladrones que allí se empezaba a formar.79 Ante las duras expresiones de un oficio del General José de la Cruz, el Subdelegado justificó su conducta y el de las tropas de la villa de León: Aunque parezca jactancia ningún pueblo de los organizados desde la insurrección acá, se ha portado con más energía que este de León. Sus pocos soldados se han batido muchas veces, en diferentes puntos con gruesas reuniones y siempre han salido victoriosos y llenos de gloria. Y aunque es cierto que en bastante tiempo, no han tenido acción alguna de consideración por estas inmediaciones, ha sido porque no ha hallado apoyo alguno en Guanajuato, Silao y para las diversas combinaciones que he proveído en distintas épocas, como probaré en caso necesario, dirigidas al bien general y como la experiencia ha acreditado que la guarnición de un solo pueblo, no es capaz de limpiar su jurisdicción, ni mantenerse fuera dos días continuos, sin exponerse a ser sacrificada, a menos que no esté apoyada de alguna división del ejército. Este conocimiento, y no haber encontrado el apoyo referido, me movió a franquear la caballería al señor García Conde, cuando se trató de atacar a Albino García, en cuya persecución se portó mi tropa con el valor que siempre la ha distinguido; y últimamente la incorporé con la División del señor Iturbide, para que con el argumento de la citada arma, pudiese batir las muchas reuniones de bandidos, que había y hay en el Bajío y con la que está operando va para cuatro meses, como tengo informado a vuestra señoría careciendo, pues de toda la caballería, como llevo manifestado, no podía emprender cosa alguna fuera de la población; pero sin embargo, todas las veces que se han acercado los insurgentes se les ha atacado y perseguido, aunque haya sido a la hora más incómoda de la noche, lo que me es fácil de acreditar con todo el vecindario de esta villa. Si ésta es apatía, confieso que he sido apático: y si no expongo la tropa a que sea sacrificada todos los días, como algunos de aquí quieren, es porque no debo hacerlo y porque no sólo he de responder de las resultas. Desde el nueve de noviembre en que oí a vuestra señoría la enhorabuena por el nombramiento de general en todas las tropas de esta provincia, le he dirigido cuatro oficios, con fechas del 27 de noviembre, 11, 13 y 20 del corriente, lo mismo he ejecutado con el señor García Conde, comunicándole en ellos cuántas noticias he adquirido, y con la del 25, escribo al subdelegado de Lagos lo que verá vuestra señoría, por la adjunta copia; todo lo cual prueba el esmero y vigilancia con que ha procedido en este punto. Es cierto que algunas ocasiones he manifestado incomodidad a la llegada de los correos; pero también lo es que ella no ha procedido de la necesidad de escoltarlos, sino de no poder ejecutarlo inmediatamente porque las circunstancias no me lo permiten. Prueba de ello es que cuánto han venido han ido a sus destinos oportunamente…80 Informe del Subdelegado, fechado el 29 de diciembre: Don Agustín de Iturbide logró matar en Corralejo veintitantos insurgentes y coger al cabecilla Casillas. Desde aquel punto vino para San Pedro Piedragorda el 108


23, en donde sólo estuvo una noche y luego se dirigió otra vez para Irapuato, desde donde marchó ayer a Salamanca, según me han dicho unos dragones de los de aquí, que han llegado hoy. El señor Negrete también me han informado estuvo en Jalpa y que retrocedió en seguimiento de Hermosillo y Saturnino, que se fugaron para Juchipila. Segura continúa en los Pueblos -del Rincón- y sus inmediaciones: su fuerza consiste en cosa de 500 hombres, con 50 fusiles, 10 escopetas malas y bastantes lanzas y machetes. Franco está en Comanja y no he podido adquirir con certeza el número de su reunión, pero sé que es despreciable y no tiene armas. El Aguador está en La Tlachiquera, y en San Felipe, Los Bolaños. Ahora que tengo ya alguna caballería voy a empezar a hacer salidas para que los hacendados puedan introducir sus semillas, y procuraré estar de acuerdo con Lagos y Silao para que operemos de conformidad en caso de que no tengan algún inconveniente. Me parece conveniente, que mientras existan en estas inmediaciones gavillas grandes de insurgentes, no se pueden mandar los correos sin una fuerza capaz de hacerles frente y que si estos son continuos, se verán las tropas de los pueblos casi imposibilitadas de operar, pues es preciso que siempre queden competentemente guarnecidos.81 Ese mismo día, el Subdelegado propuso a su igual de Lagos atacar juntos a los insurgentes de Comanja: Mientras no se les dé un golpe siquiera a los insurgentes que están en Comanja, me parece no debe salir el convoy de esa villa, porque siendo como vos me dice cuarenta atajos -de mulas- los que hay detenidos, no tenemos tropa con que cubrir el cordón y nos exponemos a que roben algunas mulas porque ellos ya vos sabe que para estas cosas son muchos los que se juntan y es difícil poder bien atender a todo para evitar una pérdida. Me han asegurado que Iturbide y el señor Negrete andan sobre las cuadrillas que se hallan en las inmediaciones de San Pedro, en cuyo caso me parece tiempo oportuno para que nosotros vayamos sobre Comanja a ver si logramos deshacer la despreciable canalla que está allí. Para este efecto me parece muy al caso que los de Ciénega cubran los cuatro puertos de Medina, Estacada, Los Martínez y Calera, con lo cual y entrando nosotros, cada uno por su respectivo lado me parece podrían fugarse pocos, que es a lo que debemos tirar. Y si a vos le parece bien este pensamiento, dispóngalo todo como guste y avíseme el día y hora que ha de ser para operar yo, por donde se me señale… 82 Los insurgentes atacaron el correo que salía de la villa, así lo informó el Subdelegado el día 30 a José de la Cruz: Anoche despache para Silao, como dije a vuestra señoría ayer, el correo y la partida de su escolta se fue batiendo desde Los Aguirres, distante de aquí tres leguas, hasta la loma de Los Sauces, que es la mediación del camino, con un pelotón de insurgentes que se le presentó. Habiéndole hecho fuego también en dicha loma a la que venía de Silao, con los pliegos que van para vuestra señoría del señor García Conde, y otro que también dirige señor coronel don Pedro Celestino Negrete. 109


En ambas partidas no hubo desgracia ninguna, por haberse conocido al principio del tiroteo y sólo de los insurgentes murieron tres, que mataron los de aquí; quienes continuaron hasta su destino sin novedad, según me han dicho los que han venido hoy de aquella parte.83 El último día del año, los insurgentes Salmerón y Vargas fueron escarmentados por las tropas de León; Hermosillo y Saturnino, que estaban en la Cañada y Jalpa, se retiraron para Juchipila; los Seguras se encontraban en las inmediaciones del Rincón y Franco en Comanja, y el día primero, las gavillas de Fernando Hernández y Salmerón se robaron la boyada de los indios del Coecillo.84 Con la intención de atacar a los insurgentes situados cerca de San Francisco y Purísima, el Subdelegado salió de la villa y tuvo un enfrentamiento el 2 de enero de 1813, como así lo informó a Diego García Conde: A las tres de la tarde se dejaron ver por el camino del Rincón ocho insurgentes; y desde luego mandé otros tantos caballos (únicos que me habían quedado, por haber salido todos los demás en dos divisiones con los correos a Lagos) en unión de veintisiete infantes, al mando del teniente don Esteban Rosas; quien inmediatamente dispuso que dichos caballos cargasen a los enemigos y al acercarse al monte de Santa Rosa, descubrieron una emboscada de cosa de cuatrocientos hombres. Los nuestros retrocedieron entonces a ampararse de la infantería, y viendo los enemigos el corto número de soldados que tenían al frente, cargaron fuertemente sobre ellos, y lograron rodearlos; pero dicho teniente se estuvo defendiendo con la mayor energía y serenidad hasta que en compañía del capitán don Francisco Castillo llegué yo con un cañón y veinte infantes, con cuyo auxilio y la buena dirección de los fuegos se consiguió hacerles bastante daño y contenerlos. Y habiendo llegado parte de la caballería que estaba en Lagos, al ponerse el sol, se les obligó a la retirada en desorden y dispersión. Tuve dos muertos y cinco heridos. Este incidente: el recelo de que acaso vuelvan hoy a hacer tentativa, la necesidad en que me hallo de mandar tropa a que proteja el regreso de la partida que viene de Lagos. Y mandaban otra con los pliegos que ahora acabo de recibir y últimamente el hallarme comprometido a una expedición contra Comanja el día cuatro a la madrugada, combinada con las tropas de Lagos y Ciénega de Mata, me ha estrechado a suplicar al oficial de la partida que vino esta mañana, se quede aquí a auxiliarme en las varias atenciones referidas y él ha accedido a ello, con la condición de que se dé parte a vuestra señoría sin pérdida de tiempo, como lo ejecuto, esperando que vuestra señoría aprobara dicha determinación, tanto por las razones expuestas como por interesar sumamente su detención para poder realizar el proyecto referido. Y si vuestra señoría hallare por conveniente el proteger esta villa, con más tropa, mientras regresa la expedición, creo sería muy oportuno, atendida la inmediación de Segura.85 Al siguiente día, las tropas de León salieron para Comanja, como así lo informó el Subdelegado al General José de la Cruz: Salí de aquí para Comanja la noche del 3 del corriente, a las 11½, procurando extraviar el camino para no dar con una de las avanzadas enemigas, pero por no atravesar un lago me vi precisado a tomar el más frecuente a las dos leguas, y al pasar el potrero de la hacienda de Arriba di con una, compuesta de siete pícaros que envolví y corté pasando seis a cuchillo y haciendo un prisionero. Por eso supe era

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muy corta la chusma que había quedado en el punto a donde se dirigía otra combinación por haberse ido ya para la sierra. De facto así fue, pues al amanecer que llegamos solamente vieron nuestras descubiertas unos cuantos y les matamos dos. Se puso fuego a todo su cantón; se les persiguió hasta echarlos encima a los de Ciénega de Mata, y éstos, les mataron treinta y uno, les hicieron seis prisioneros y les hirieron a varios, entre ellos al cabecilla Manuel Reyna, cuyo caballo largó. Entre los prisioneros que hicieron los de Ciénega, se cogió uno de uniforme azul con botón blanco y suscripción norte número 7, y el que yo hice junto con otro que hizo el comandante de Lagos, se pasó en Comanja por las armas. Viendo aquel real abandonado, con sus casas destruidas y escuetas, mande al padre capellán de mi partida, bachiller Manuel Almaguer, hiciese cargar los vasos sagrados, ornamentos y milagrosa imagen de Jesús Nazareno para trasladarlos con toda veneración a esta parroquia y salí para esta villa a las 12 del día de ayer, dejando en aquel punto las partidas de Lagos y Ciénega sin ninguna novedad. Yo, en mi regreso, no la tuve y llegué a este suelo a las 8½ de la noche. Es en vano decir a vuestra señoría lo bien que se portaron los oficiales y tropa que llevé a esta expedición, pues lo hicieron como lo tienen de costumbre y la infantería sufrió con la mayor resignación catorce leguas de jornada.86 Aún con este golpe a los insurgentes, el cabecilla Franco seguía por el rumbo de Comanja con 500 hombres y 50 fusiles; en La Tlachiquera los hermanos Bolaño, con dominio hasta San Felipe, quienes hacían continuos robos en las haciendas de León y Silao, y los Seguras se hallaban en Los Salados, y Hermosillo en El Colorado, cerca de Cuerámaro.87 Del ataque a Comanja, Gómez de Barreda trajo un muchacho al que interrogó, el que le dijo que aunque supo que algunos de esta villa escribían al insurgente Franco, no sabía quiénes eran; que sólo vio allí en el campamento a uno de la hacienda de la Sauceda, hombre mayor y con unos calzones de gamuza, y a un tal don José María, dueño de Los Ranchos. El 7 de enero de 1813, llegó a León Pedro Celestino Negrete a la media noche y salió el 9 para Jalpa, llevando 12 mil pesos para gastos de su división, que le proporcionó el Subdelegado de la villa.88 En cartas de 13 y 14 de enero, el Subdelegado informó al de Lagos, sobre los movimientos de las tropas de León para perseguir a los insurgentes: Antes de ayer, hice salir una partida de cuarenta hombres para que recorriese las haciendas de la parte del norte y se retiró en la noche, trayendo dos prisioneros que hizo con sus caballos ensillados. Ayer salió otra por la parte del sur, y persiguió una cuadrillita de veinte insurgentes que encontró en el llano de los Coyotes; se logró matarles tres, siendo uno, un desertor de la corona y quitarles un resaco, dos lamas, tres machetes y siete caballos, tres de ellos ensillados. Segura y Hermosillo tengo noticias, se han ido para las inmediaciones de Cuerámaro, y Salmerón me han informado, está por los dos ríos, que es la guarida que más frecuentan. De Comanja, he tenido noticias que Franco se halla otra vez por aquella sierra con poca gente, por no haber podido juntar la que se le dispersó cuando fuimos allá. 111


El señor Negrete salió de Jalpa el lunes, con dirección de Arandas y el señor cura Álvarez, fue para San Pedro, según me ha dicho un mozo que acaba de llegar de la hacienda de La Cañada; sólo de Iturbide no he podido saber por dónde se halla con certeza; pues aunque me han dicho salido de Corralero el domingo, para Penjamillo.89 *

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Hoy hice salir una partida de cuarenta hombres que recorrió varias haciendas de la parte del sur y norte y acaba de retirarse sin haber visto absolutamente a nadie de los pícaros. Habiendo tenido noticia de que Segura había vuelto a San Bernardo, mandé un espía para que lo averiguara, que acaba de llegar, diciendo que efectivamente se halla dicho cabecilla en el citado paraje. Añadiendo que supo en el Rincón, por persona fidedigna, que el señor Negrete y el cura Álvarez se habían ido para Arandas y que por aquellas inmediaciones andaba un cabecilla nombrado Nájera, con cosa de 2,000 hombres.90 En oficio del 15 de enero, Gómez de Barreda informó a Mariano Reynoso que durante estos días hizo salir partidas por la jurisdicción y había logrado matar tres pícaros, coger dos; nueve caballos y quitarles un retaco, una bayoneta, tres lamas y 4 machetes. También le envió una lista de los insurgentes que vivían en la hacienda de Comanjilla y causaban bastantes daños.91 Nuevos informes revelaron que Salmerón salió con una pierna rota en su ataque a Celaya, que Segura se había reunido otra vez en Peñuelas y que Franco se hallaba absolutamente sin gente en la sierra de Comanja, pues los peones de las haciendas, que tenía allá forzados, se le vinieron a la villa.92 Por el día 20, el Cura Álvarez, andaba por Cañada de Negros y sus inmediaciones y había quemado varias rancherías afines a los insurgentes. Segura se había remontado por los cerros y sus hombres se habían esparramado como acostumbraba cuando tenía alguna división encima, apenas le quedaban unos cuatrocientos, con muy pocos fusiles, y tomó el rumbo de Corralejo.93 Mientras que las fuerzas armadas defendían a León de los ataques externos, el Subdelegado publicó el 24 de enero de 1813 un extenso bando para regular la vida de los leoneses dentro de la villa: Por cuanto, siendo de las primeros cuidados de este Ayuntamiento formar establecimientos que oportunamente se dirijan a la felicidad común del pueblo, para conservar a sus habitantes en la seguridad, tranquilidad pública, de composiciones de abasto, su legítima distribución y venta, conforme a las leyes, reales órdenes, cédulas y pragmáticas expedidas; en acuerdo de ayer, previne a petición del Procurador General Síndico Primero del Común, establecer con detenida reflexión los puntos convenientes a la más arreglada policía de este hermoso suelo, anunciando la observancia que debe presentarse a cada uno de los artículos que se van a exponer: 1. Que ninguna persona, de cualquier clase que fuere, se atreva a blasfemar contra Dios, su santo nombre, su madre santa y cosas sagradas, ni a dar escándalo con irreverencias, actos, juramento, uso de palabras, acciones y cantares deshonestos, pues estos delitos se castigarán con la severidad que prescriben las leyes.

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2. Que los domingos y fiestas de ambos preceptos no se trabaje, sin expresa licencia del juez eclesiástico, pena de diez pesos al maestro que lo hiciere y ocho días de cárcel al oficial que lo siguiere. 3. Que los magos y mal entretenidos se destinen a las armas o a donde convenga, según resultare de la sumaría que se les forme. 4. Que los borrachos y los que a deshora de noche, por no tener casa, sean encontrados en las calles, portales y otros puestos, se aprehendan y conduzcan a la cárcel y aplicados por dos meses al servicio público de limpiar la villa. 5. Que ningún maestro cerrajero o herrero haga llaves por molde o estampa sin entregarle la cerradura, donde ha de servir, para libertarse de las penas que se le impondrán, según las circunstancias y resultas de lo que aconteciere; prohibiendo también que hagan y vendan llaves sueltas, punzones o limas. 6. Que los dueños de mesones pasen todas las noches a la Subdelegación lista firmada de los huéspedes que estuvieren, indicando sus nombres, empleos, oficio, calidad y lugares de donde han venido y, pasada ya la lista, no admitirán persona alguna sin noticia de aquel juzgado, llevando cuaderno del asiento diario, para que por él y las listas entregadas, pueda comprobarse la fidelidad o infidelidad en que hayan procedido. 7. Que los que tengan puesto para comprar o vender muebles, ropa de uso y manufactura del país o las anduvieren vendiendo por las calles, no compren a hijos de familia, aprendices ni personas de quienes no tengan seguridad, llevando cuaderno de asiento de las compras y nombre de los vendedores; castigando a los contraventeros, con arreglo a derecho, según las resultas de los que casos que ocurran. 8. Que los maestros artistas plateros no compren plata, oro ni alhajas a los hijos de familia, criados de las casas, ni personas a quien no conozcan; ni a las que con cuyo oficio, caudal y establecimiento tengan proporción las prendas que vendan; tratando todas las seguridades debidas para libertarse de los cargos que se les harían en caso de contravención; que en el de presentárseles a vender tales alhajas alguna persona sospechosa, la detendrán, dando parte inmediatamente al justicia, para que proceda a las averiguaciones convenientes. 9. Que a las diez de la noche se han de cerrar las puertas de las tiendas y la venta hasta la mañana del día siguiente, bajo la pena de 25 pesos. 10. Que hayan de sufrir la misma multa de 25 pesos los vinateros que reciban gente en su casa y se hallen pasada la citada hora de las diez de la noche, y se prohíbe facilitar armas o lugares para dormir, bajo las penas que establecen las leyes. 11. Que los bodegueros tengan los comedores a la vista, con las puertas abiertas, para evitar desórdenes, no permitiendo se mande por vino o licores en cantidad que se priven, ni la mezcla de hombres y mujeres y, más particularmente, de las que son conocidas de mal vivir, bajo la pena de 12 pesos. 12. La misma multa de 12 pesos sufra el dueño de bodegón que en él tuviere gentes dadas las diez de la noche o las admitiere.

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13. Que en los trucos y billares no se pueda jugar dadas las diez de la noches, bajo la pena de 10 pesos, que se impondrán a los dueños, y si los jugadores tuvieren quimera o motivo para haberla, den parte al juez más inmediato. 14. Que se guarde enteramente la prohibición de las armas, prevenida por bandos del excelentísimo señor Virrey de esta Nueva España y generales de las tropas reales. 15. Que los tablajeros o carniceros no hagan distinción en el despacho de las carnes, recibiendo por ella aumento de precio o gratificación, que priva a los consumidores de la igualdad con que deben ser tratados, bajo la pena de 8 días de cárcel. 16. Que ningún revendedor o regatón de cualquiera especie que sea, de abastos y efectos de necesidad, pueda comprarlos de los dueños o trajinantes que los conducen a esta villa; ni entrar a vender en la plaza hasta la hora establecida por el actual procurador general, en la que ya pueda estar el público abastecido de primera mano, no saldrán a las puertas y garitas a hacer ajustes o concurso con los arrieros o conductores, ya deteniéndolos para la entrada o ya confabulándose para que solo presten sus nombres, no habrá diferencia en el despacho; no se negarán a vender las especies que tengan en sus puestos, esperando que tengan más valor. Los contratantes de estas reglas que tienen por objeto el mantener un buen fiel e igual abasto a los consumidores, serán castigados según el grado de la inobservancia para cuyo tan importante cuidado, confía el Ayuntamiento en el celo del procurador general, en quien reside este cuidado. 17. Que los comerciantes que sospechen que el efecto no se les ha dado completo por el vendedor, ya en peso o medida, ocurran a la tienda del guardamás de esta real aduana, don Felipe Fonseca, quien tiene los padrones de unos y otros, con comisión del regidor fiel ejecutor, para su arreglo y cotejo, debiendo dicho dar fe al expresado regidor, con lo que ocurra, para que disponga lo que sea justo. 18. Que no se permita dentro de la villa caballerías sueltas y que, por las que se cogen sin sillas, fierro o cabezadas, pagarán sus dueños un peso de multa y dos si reinciden; ni amansar potros, bajo la misma multa. 19. Tampoco se permitirán por las calles ganados sueltos de lana y cerda, dándose facultad a cualquier persona para que las coja y, presentándolos al juez de policía, se le dará la mitad de un peso, en que será multado el dueño. 20. Todo el que tuviere perro o perros para resguardo de sus casas, estará obligado a tenerlos amarrados y encerrados por dentro de su casa, porque si se encontraren en la calle, serán muertos; y si se observa que continúan descuidándose en amarrarlos y siguen infestando toda la villa y causando los males e incomodidades que hasta aquí, desde luego el juez de policía dará providencias para su total exterminio. 21. Se prohíbe tener en los pretiles de las azoteas y barandillas de los balcones y ventanas que caen a las calles, macetas, tiestos, tinajas u otras cosas fáciles de caer, para evitar desgracias y facilitar el cómodo tránsito a los vecinos. 22. Que tocada la queda, sean arrestados todos los que se encuentren en la calle, solos o acompañados, a disposición de la justicia; excepto si llevaren linterna o luz y fueren a negocio urgente, como llevar confesor, médico, partera y a otras cosas así.

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23. Que en el preciso término de quince días, contados de la fecha de este bando, los dueños de las casas o sus inquilinos, recompano echen resumideros al caño, pues que no verificándolo e inundando de aguas y mil inmundicias, como hasta aquí las calles, a más de multarlos con 25 pesos, se harán componer de cuenta del dueño por el juez de policía. 24. Que la limpieza de las calles corresponde a los vecinos, que deben hacerlo diariamente hasta el centro o medio, con inclusión de su empedrado o calzada, regándolas cuando no fuere tiempo de aguas, pena de un peso por primera vez que falte el aseo de ellas y de dos si reincidieren, y si el multado no pudiere, por su situación exhibir esta condena, por el primer detenido. 25. Que ninguna persona ejecute acto alguno, exonere el cuerpo en las calles, plazas y, mucho menos, en los cementerios; arrimándose a las fábricas y edificios sagrados, pena de dos pesos, que se aplicarán por mitad al denunciante y fondo de policía, cuya circunstancia debe entenderse también en los dos artículos anteriores. 26. Que los materiales que se ocupen para reedificar casa no embaracen el paso de las gentes, ni las calles, pare el tráfico de los coches, siendo de cuenta de los dueños transportar los escombros a extramuros de la villa. 27. Que los animales muertos dentro de ella, se lleven a media legua del lugar, pena de cuatro pesos a sus dueños si no lo ejecutan. 28. Que enseñando la experiencia que las casa de vecindad y accesorias suelen estar habitadas de gente de mal vivir, que causan muchos desórdenes y escándalos en ofensa de ambas Majestades, se prohíbe que estén abiertas las puertas dada la queda, y que se formen tertulias y fandangos en ellas. 29. Siendo tan públicos como criminales los excesos que se observan en el baratillo, exigen el más pronto y eficaz remedio, por lo que desde esta noche, todos los individuos que asistan a él con el objeto de expender sus manufacturas o efectos, deberán asentarse llevando la luz correspondiente a la parte exterior de los portales, desde el que empieza en la alhóndiga hasta el de las palomitas, formando línea separada los que venden hilo o manta de los que venden efectos de lana y éstos de los que expenden zapato, y así de los demás; bajo el apercibimiento que al sujeto que contraviniere a lo expuesto, sufrirá la pena de cuatro días de cárcel. Cuidando los alcaldes de barrio que esta providencia tenga efecto, respecto a que es conforme a sus ordenanzas y dirigida a estorbar a que se formen los pelotones de gente que hasta aquí, de modo que impiden el paso y encubren en ello los excesos que se trata de estorbar, esperando de dichos jueces, que como tales se consideran y son superiores de lo restante del pueblo, no perdonarán diligencia alguna para el arreglo de un tan interesante punto. 30. Que don Andrés Domingo de Sistiaga, regidor diputado de este Cabildo y encargado del ramo de policía, cuide de la más exacta observancia de estos artículos.94 El 27 de enero, estuvo en León el Teniente Coronel Agustín de Iturbide y siguió inmediatamente para Silao, dejando orden de que al siguiente día marcharan para aquel pueblo a incorporársele cuarenta patriotas de caballería de esta villa para agregarlos a la división de su mando.95 El 28, el Subdelegado le envió las tropas solicitadas:

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Remito a usted cuarenta hombres de caballería con el subteniente don Alonso Calderón, sujeto de confianza, para cuanto vos tenga a bien mandarles, pero es necesario se le dé el correspondiente sueldo para su subsistencia, porque habiendo gastado cuanto tenía en el servicio, se halla ya sin poder continuar a sus expensas como lo ha hecho hasta ahora. No mando a vos más que quince cuervos, porque los demás que quedan aquí están enfermos. En Lagos me dejó vos ocho por falta de caballos, que quién sabe cuándo vendrán, porque allí nada franquean. Los auxiliares y voluntarios que remito no son malos, y me parece cumplirán con su deber, siempre que sea necesario. Don Raymundo Zaragoza lleva la brida jalona que quedaron componiendo, cuando vos se fue y tanto su costo de 25 pesos como lo demás que se le franqueó a Vasconcelos, y lo que vos me restaba de las cien monturas, me lo ha satisfecho el citado Zaragoza, quien lleva cuenta de todo. Son las tres de la tarde, hora en que acaba de entrar Posada con su partida; descansará un corto rato la caballada y continuará inmediatamente a reunirse con vos, junto con los de aquí, que están en disposición de marchar desde ayer tarde.96 Ese mismo día, le envía otra carta a Rafael Flores, informándole que cerca de Silao una partida de León había matado a los cabecillas Pedro El Aguador, Flores y Zambrano, con otros seis de los pícaros que los acompañaban. Y que en Cuerámaro se mantenía una reunión de insurgentes sin hacer movimiento y sin saber quiénes son los cabecillas.97 Para el día 31, se supo en León que un insurgente, de apellido Ortiz, que andaba por San Felipe pasó por las armas a los tres cabecillas Bolaños y que puso las cabezas en La Deseadilla, y el día 2 de febrero, un mozo que llegó de Cañada de Negros informó que la noche anterior habían llegado a Jalpa el clérigo Torres, Los Seguras y Hermosillo con una gavilla como de 900 hombres, con la intención de atacar León, Lagos o Arandas.98 Ante tal amenaza, el día 4, Luis Gómez de Barreda propuso al Subdelegado de Lagos, atacar juntos a los insurgentes: Considero a vos instruido de la reunión de canalla que hay en Jalpa por los avisos que le he dado. Es necesario tratar de destruirla y para el efecto conviene vos con la subdivisión que debe hallarse por El Cañón y avíseme del día y paraje donde debe juntarse mi tropa con la suya para atacarlos. Es preciso sea esto cuanto antes, tanto para libertar los destrozos que ocasionan como para cumplir con las órdenes del señor general que acabo de recibir.99 Los horrores de la guerra eran omnímodos y omnipresentes. También los insurgentes procesaban sumariamente y ejecutaban a los realistas. El 2 de febrero de 1813 fue fusilado en León, don Diego Güemes, originario de Castilla; y cuatro días después, sigue la misma suerte don Luis Gómez de Barreda, Subdelegado y Comandante de las Armas de la villa, quien fue sepultado en el templo de la Tercera Orden.100

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AHML SD-IND-COM-C. 9-Exp. 27-1812. AHML SD-IND-COM-C.9-Exp. 29-1812. 3 AHML SD-IND-COM-C.9-Exps. 32 y 33-1812 4 AHML SD-IND-COM-C. 9-Exp. 34-1812. 5 AHML SD-IND-COM-C. 9-Exps. 35, 36 y 39-1812. 6 AHML SD-IND-COM-C. 9_Exp. 40-1812. 7 AHML SD-IND-COM-C. 10-Exp. 12-1812. 8 AHML SD-IND-INF-C. 21-Exps 30 y 31-1812. 9 AHML SD-IND-COM-C. 9-Exp. 38-1812. 10 AHML SD-MLC-RDC-C. 6-Exp. 29-1812. 11 AHML SD-IND-COM-C. 9-Exps. 46 y 47-1812. 12 AHML SD-IND-COM-C. 9-Exps. 49 y 53-1812. 13 AHML SD-IND-COM-C. 9-Exp. 61-1812. 14 AHML SD-IND-COM-C. 9-Exp. 65-1812. 15 AHML SD-IND-COM-C. 9-Exps. 68 y 69-1812. 16 AHML SD-IND-COM-C. 9-Exp. 3-1812. 17 AHML SD-JTC-COM-C. 18-Exp. 27-1812. 18 AHML SD-IND-COM-C. 9-Exps. 70, 71 y SD-IND-COM-C. 10- Exp. 6-1812. 19 AHML SD-IND-COM-C. 10-Exps. 7, 8 y 9-1812. 20 AHML SD-INDE-COM-C. 10-Exp. 10-1812. 21 AHML SD-IND-COM-C. 10-Exps. 13 y 15-1812. 22 AHML SD-IND-COM-C. 10-Exps. 16 y 17-1812. 23 AHML SD-IND-COM-C. 10-Exps. 18 y 20-1812. 24 AHML SD-IND-COM-C. 10-Exp. 19-1812. 25 AHML SD-IND-COM-C. 10-Exp. 21-1812. 26 AHML SD-IND-COM-C. 10-Exps. 27, 28 y 30-1812. 27 AHML SD-IND-COM-C. 10-Exps. 34, 35 y 36-1812. 28 AHML SD-IND-COM-C. 10-Exps. 37 y 38-1812. 29 AHML SD-IND-COM-C. 10-Exps. 39 y 42-1812. 30 AHML SD-IND-COM-C. 10-Exp. 47-1812. 31 AHML SD-IND-COM-C. 10-Exps. 51 y 54-1812. 32 AHML SD-IND-COM-C. 10-Exp. 55-1812. 33 AHML SD-IND-COM-C. 10-Exp. 57-1812. 34 AHML SD-IND-COM-C. 10-Exp. 61-1812. 35 AHML SD-IND-COM.C. 10-Exp. 63-1812. 36 AHML SD-IND-COM-C. 10-Exp. 64-1812. 37 AHML SD-IND-COM-C. 10-Exps. 65, 66 y 67-1812. 38 AHML SD-IND-COM-C. 10-Exp. 67-1812. 39 AHML SD-IND-COM-C. 10-Exp. 68-1812. 40 AHML SD-IND-COM-C. 10-Exp. 72-1812. 41 AHML SD-IND-COM-C. 10-Exps. 72 y 73-1812. 42 AHML SD-IND-COM-C. 10-Exps. 76 y 77-1812. 43 AHML SD-IND-COM-C. 10-Exps. 79, 80 y 83-1812. 44 AHML SD-IND-COM-C.10-Exp. 84-1812. 45 AHML SD-IND-COM-C. 10-Exps. 85 y 86-1812. 46 AHML SD-IND-COM-C. 10-Exp. 87-1812. 47 AHML SD-IND-COM-C. 10-Exps. 92 y 95-1812. 48 AHML SD-IND-COM-C. 10-Exps. 96, 97 y 99. 49 AHML SD-IND-COM-C. 10-Exp. 102-1812. 50 AHML SD-IND-COM-C. 10-Exp. 103-1812. 51 AHML SD-IND-COM-C. 10-Exp. 104-1812. 52 AHML SD-IND-COM-C. 10-Exp. 106-1812. 53 AHML SD-IND-COM-C. 10-Exps. 111 y 112-1812. 54 AHML SD-IND-COM-C.10-Exps. 113 y 114-1812. 55 AHML SD-IND-COM-C. 10-Exp. 115-1812. 2

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AHML SD-IND-COM-C. 11-Exps. 1 y 3-1812. AHML SD-IND-COM-C. 11-Exps. 4 y 6-1812. 58 AHML SD-IND-COM-C. 11-Exps. 9, 19 y 10-1812. 59 AHML SD-IND-COM-C. 11-Exp. 11-1812. 60 AHML SD-IND-COM-C. 11-Exp. 16-1812. 61 AHML SD-IND-COM-C. 11-Exp. 24-1812. 62 AHML SD-IND-COM-C. 11-Exp. 26-1812. 63 AHML SD-IND-COM-C. 11-Exps. 31 y 59-1812. 64 AHML SD-IND-COM-C. 11-Exps. 33, 35, 37 y 43-1812. 65 AHML SD-IND-COM-C. 11-Exps-45 y 46-1812. 66 AHML SD-IND-COM-C. 11-Exps. 48 y 49-1812. 67 AHML SD-IND-COM-C. 11-Exps. 51 y 52-1812. 68 AHML SD-IND-COM-C. 11-Exp. 55-1812. 69 AHML SD-IND-COM-C. 11-Exp. 56-1812 70 AHML SD-CAB-SYR-C. 5-Exp. 15-1812. 71 AHML SD-IND-COM-C. 11-Exp. 65-1812. 72 AHML SD-IND-COM-C. 11-Exp. 67-1812. 73 AHML SD-IND-COM-C. 11-Exp. 68-1812. 74 AHML SD-IND-COM-C. 11-Exp. 69-1812. 75 AHML SD-IND-COM-C. 11-Exps. 74, 76 y 77-1812. 76 AHML SD-IND-COM-C. 11-Exp. 86-1812. 77 AHML SD-IND-COM-C. 11-Exp. 92-1812. 78 AHML SD-IND.COM-C. 11-Exp. 96-1812. 79 AHML SD-IND-COM-C. 11-Exp-99-1812. 80 AHML SD-IND-COM-C. 11-Exp. 104-1812. 81 AHML SD-IND-COM-C. 11-Exp. 105-1812. 82 AHML SD-IND-COM-C. 11-Exp. 106-1812. 83 AHML SD-IND-COM-C. 11-Exp. 114-1812. 84 AHML SD-IND-COM-C. 11-Exps. 117 y 118-1812, y SD-IND-COM-C. 12-Exp. 4-1813. 85 AHML SD-IND-COM-C. 12-Exp. 5-1813. 86 AHML SD-IND-COM-C.12-Exp. 6-1813. 87 AHML SD-IND-COM-C. 12-Exps. 7 y 12-1813. 88 AHML SD-IND-COM-C. 12-Exp. 11-1813. 89 AHML SD-IND-COM-C. 12-Exp. 14-1813. 90 AHML SD-IND-COM-C. 12-Exp. 15-1813. 91 AHML SD-IND-COM-C. 12-Exp. 16-1813. 92 AHML SD-IND-COM-C. 12-Exp. 17-1813. 93 AHML SD-IND-COM-C. 12-Exps. 19 y 23-1813. 94 AHML SD-JTC-BDS-C. 10-Exp. 1-1813. 95 AHML SD-IND-COM-C. 12-Exp. 31-1813. 96 AHML SD-IND-COM-C. 12-Exp. 27-1813. 97 AHML SD-IND-COM-C. 12-Exp. 28-1813. 98 AHML SD-IND-COM-C. 12-Exps. 31 y 33-1813. 99 AHML SD-IND-COM-C. 12-Exp. 34-1813. 100 González Leal, Mariano. León, Trayectoria y Destino, León, Pro Urbe, 1990, p. 70. 57

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Bajo la Constitución La Constitución de Cádiz se sancionó el 19 de marzo de 1812, y en Nueva España, el código fue sancionado el 30 de septiembre. Las celebraciones duraron más de una semana. No obstante, el Virrey Venegas hizo cuanto estuvo de su parte para que el texto constitucional tuviera las mayores dificultades para su aplicación en suelo novohispano. El modelo gaditano había dinamitado el poder del Virrey al convertirlo en Jefe Político de la Provincia de México, por lo que su campo de acción se vio muy restringido. Sin embargo, Venegas suspendió la libertad de prensa y anuló las elecciones municipales de noviembre de ese año, aduciendo que se habían cometido irregularidades. No obstante, en las demás provincias las elecciones se llevaron a cabo y la Constitución se acató. Venegas fue sustituido el 4 de marzo de 1813 por el General Calleja, quien reemprendió el proceso electoral.1 Para encabezar la Subdelegación de León se nombró al Lic. Francisco Antonio Gómez y Vázquez, quien era abogado de la Real Audiencia y Cancillería de la Nueva España, miembro del Real e Ilustre Colegio de la Corte de México y Alcalde Ordinario de Primera Elección. Las tropas de la villa quedaron bajo las órdenes del Conde de Pérez Gálvez, quien el 1º de junio de 1813 publicó el bando para jurar a la Madre Santísima de la Luz Generala de las armas de la villa de León: Ciudadanos: abrazaría sin duda una empresa muy superior a mis limitadas luces si tratase no ya de encarecer, sino sólo de referir los singulares beneficios que, en todos tiempos, pero con particularidades en los presentes de amargura y llanto, habéis recibido de vuestra singular Patrona, la Madre Santísima de la Luz, y os haría muy poca justicia en recomendaros aquella fe y reconocimiento que deben profesarle y tenéis manifestado en distintas ocasiones. No puedo, sin embargo, deje de poner a vuestra vista la estrecha obligación en que se hayan estas tropas de proclamarla y jurarla Generala de sus Armas, que tan maravillosamente ha hecho triunfar de sus enemigos, en un sin número de ocasiones, que me sería muy difícil recordaros, y los deseos en que ha ardido mi corazón de que se le tribute aquel homenaje, tan justo como debido, desde el mismo que encargado del mando militar de este suelo empecé a experimentar su decidida protección hacia él. El día 2 de este será el feliz en que tengan efecto mis anhelos, sí, el mismo en que la Iglesia celebra la festividad de esta Soberana Señora, a las ocho de su mañana, prestaré con esta guarnición el juramento de tenerla, reconocerla y venerarla como Generala de ella. ¿Cuál pues debe ser la satisfacción que ha de ocuparnos en esta solemnidad? ¿Cuál la reverencia y el respeto con que hemos humillarnos en su presencia? ¿Y cuál, por último, el entusiasmo que debemos mostrar en tan feliz instante? Bien lo conocéis y espera que lo hagáis sensible para honor de esta población, tan fiel como valiente.2 Por su parte, el Subdelegado emitió un bando para solemnizar tal reconocimiento: Habiendo determinado prestar el día de mañana el señor comandante militar y guarnición de esta villa el juramento de reconocer y venerar por Generala de estas armas a la Madre Santísima de la Luz, en reconocimiento de los singulares beneficios que le debemos en las críticas y amargas circunstancias del tiempo, he resuelto que este vecindario de muestras del entusiasmo y parte que toma en aquel feliz suceso, iluminando esta noche y la del día de mañana, las calles, y colgando con tapices las

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casas, bien persuadido de la voluntad e interés religioso con que se prestará todos estos fieles habitantes a sensibilizarse de los modos indicados su afecto y agradecimiento a aquella soberana imagen. Y para que llegue a noticia de todos, mando se publique por bando y se fije en el lugar acostumbrado. Villa de León y junio 1º de 1813.3 El 13 de junio, el pueblo y el clero de la villa de León prestaron el juramento de guardar la Constitución Política de la Monarquía Española, con la solemnidad y cuantas demostraciones permitieron las circunstancias. Desde ese día la Plaza de Armas de la villa se conoció con su nuevo nombre, como lo había ordenado el Virrey Calleja en bando del 22 de mayo: …que la plaza principal de todos los pueblos de las Españas, en la que se celebre o se haya celebrado la promulgación de la Constitución, sea denominado en lo sucesivo Plaza de la Constitución.4 A cada integrante de las fuerzas armadas de la villa se le gratificó con cuatro reales: Cuerpo Urbano de Patriotas de León. Primera Compañía de Infantería Capitán:

Don Juan Castillo.

Teniente:

Don José Esteban Rosas.

Subteniente:

Don Alonso Calderón.

Sargentos:

Ignacio Muñoz Ledo. Miguel Fernández. Miguel Pacheco.

Cabos:

Pablo Rocha. Francisco Morales. Ignacio López. Don Tarsicio Peláez.

Granaderos:

José María Miranda. Cruz de Ávila. Rafael Navarro. Felipe Ramírez.

Soldados:

Lorenzo Velázquez, Ignacio Francoso, Rafael Sánchez, Luis de Torres, José María Ascón, Mariano Medina, Agustín Castro, Manuel de Torres, Justo Gutiérrez, Trinidad Medina, Santiago Ramírez, Ireneo García, José López, Hermenegildo Medina, Manuel Saavedra, Pedro Tavares, Matilde Morillo, Pedro Durán, Avelino Ferrer, Pedro Márquez, Ignacio Ramírez, Desiderio García, Miguel Núñez, Juan Gómez, Antonio Alvarado, Jorge Piña, Rafael Cuellar, Jesús Marmolejo, Luz Rocha, Dionisio Navarro, Matías Suárez, José María Urrutia, Luis Soledad, Román Silva, Gregorio Urquieta, Ignacio Pérez, Joaquín Manríquez, Ignacio Bravo, Félix Francoso, Ignacio Ramírez, Simón Medina, Carmen Saavedra, Fernando Mendoza, Jorge López, Secundino Can-

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delas, Francisco Hinojosa, Lorenzo Torres, Lucas Ríos, José María Melo y Gregorio Gaona. Agregados:

Maestro Mayor Hilario Hinojosa.

Músicos:

Gregorio Téllez. Pedro Ontiveros. Mariano Paredes. Gaspar Hinojosa. Martín Jaso. Vicente Hinojosa. Sebastián Hinojosa.

Segunda Compañía Sargentos:

Antonio Durán. Manuel Hinojosa.

Cabos 1ºs:

Francisco Manrique. Gervasio Vallesa. José Galván. José María Gómez.

Cabos 2ºs:

Marcelo de la Hoya. Ramiro Núñez. José María Mireles.

Soldados:

Ignacio Mares, Nieves Vela, Nicolás Galván, Fermín Fuentes, Cayetano Pérez, Francisco Téllez, Inés Argote, Lorenzo López, Rafael Aranda, Miguel Morales, Claudio Melo, Nazario Nieves, Andrés de Torres, Pedro Urquieta, Ignacio Mares 2º, Luis Zavala, Ignacio Muñoz, Mauricio Galván, Manuel González, José Ana Fernández, Rosalío Urteaga, Severo Torres, José María Ruiz 1º, Anastasio Pacheco, José María Ruiz 2º, Sixtos Peredo, José María Reyes, Félix Maquiber e Isidro Portugal.

Compañía de Dragones de la Villa Capitán:

Vacante.

Teniente:

Don Juan Gómez.

Alférez:

Don Vicente Maldonado.

Sargentos:

Mariano Mares. Toribio Sánchez. Pedro López. Cabos: Jacinto Aguilera. Francisco Murguía. Vicente Núñez. Fernando Almaguer.

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Granaderos:

Cayetano Avilés. Evaristo Hinojosa. Hilario López. Juan de Dios Pérez.

Dragones:

Froylán Miranda, Rafael Sandoval, Teodoro Parada, Antonio Chávez, Ignacio Pulido, Antonio Sandoval, Claudio Aranda, Francisco Flores, Pedro Casas, Simón Sandoval, Gregorio Núñez, Espiridión Pacheco, Salvador Gutiérrez, Hermión Hermosillo, Polinario Ramírez, Antonio Peña, Guadalupe Urbina, Gabriel Gamero, Pio Quinto Sandoval, Antonio Rocha, Crispín Hernández, Estanislao González, Pio Quinto Gamero, Vicente Raso, José María Valdivia, Bruno Lazcano, Antonio García, Francisco Picazo, Isidro López, Pablo Rocha, Agustín Mares, José María Izquierdo, Isidro Anguiano, Pomposo López, Ignacio Hernández, Francisco López, Francisco Morales, Domingo Calzada, Crisóstomo Colotán y Juan Ramírez.

Cuerpo Urbano de Artillería de León Encargado de dicho cuerpo, don Remigio Villalaz. Cabo:

Ignacio Muñiz.

Artilleros:

Teodoro Melo, José del Carmen Tavares, José María Escamilla, Joaquín Elías, Marcos Soto, Norberto Pérez, Rafael Segura, Julio López, Eulogio Baldovino, Gregorio Vázquez, José María Aviña, José María García, Pedro Acosta, Francisco Negrete, Mariano Pompa, Rafael González, Tomás Tapia, Agapito Prado, Guadalupe Sánchez, Isidro Torres, Luis Martínez, Luciano Oliva, Pánfilo Moreno, Pedro Collazo, José María Paredes, Francisco Nava, Balbino Gómez y Vicente Estrada.

Lista de los voluntarios Útiles:

Ramón Doblado, Juan Ruiz, Ángel Sánchez, Luis Martínez, Juan de Ayala, José Antonio Almaguer, Anselmo Manríquez, Fernando López, Ignacio Coz, Manuel Galindo, Antonio de Lauzarán, Diego Güemes, José María Guerrero, Gregorio López de Lara y Bernardo Buzo.

Enfermos:

Felipe Escalante, Ignacio Romero, Faustino Urrutia, Ignacio Durán, José María Esquivel, José María Azpeitia, Pedro Tejada, Luis Ruiz, José María Núñez, Rafael Martínez y Cayetano Barreto.

Fuerza Efectiva de la Compañía de Voluntarios En servicio:

Ramón Doblado, Mariano Fernández, Francisco Reynoso, José María Pompa, Felipe Ortega, Juan Ruiz, Ángel Sánchez, Juan de Ayala, Ramón Araoz, José Antonio Almaguer, Anselmo Manríquez, Fernando López, Ricardo Aguilera, José María Guerrero, Diego Güemes, Francisco Sánchez, Juan Núñez, Gregorio Hernández, Bernardo Buzo y Gregorio Torres.

Ausentes con licencia: Jacinto Mena, Joaquín Delgado, Ramón Suárez, Manuel de León, Juan Garnica e Ignacio Romero.

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Ausentes enfermos: Felipe Escalante, Faustino Urrutia, Ignacio Durán, José María Esquivel, Luis Ruiz, José María Núñez, José María Segura, Cayetano Barreto, Antonio Valverde, Benito Obregón, Pedro Tejada y Rafael Martínez. Sin caballo:

Antonio Alauzarán, Manuel Galindo, y además sin armas, Luis Martínez, José María Azpeitia, Ignacio Coz y Gregorio López de Lara.

Acatando las disposiciones constitucionales, el día 16 de junio, el Subdelegado convocó a los vecinos de la villa para la elección del nuevo Ayuntamiento: Habiéndose promulgado y jurado en esta villa, con todas las solemnidades que exigen las reales órdenes de la materia, la Constitución Política de la Monarquía Española, deben conforma a su artículo 312, ser electos por los pueblos respectivos los Ayuntamientos y cesar todos los que sirven actualmente oficio en ellos, aunque sean en calidad de perpetuo y bajo cualquier título y denominación. Por el real decreto de 23 de mayo del año próximo anterior, se ha señalado el número de plazas de que cada uno debe componerse, con respecto al vecindario del pueblo, al mismo tiempo que presento los términos en que se ha de practicar ya la elección de los electores y ya también las que éstos deben hacer de los alcaldes, regidores y procuradores síndicos, según él, esta villa o los ciudadanos que la habitan, deben nombrar diecisiete electores y éstos, dos alcaldes, ocho regidores y dos procuradores síndicos que la rijan y representen. A fin de proceder a dar el debido cumplimento a aquel soberano rescripto, cito y consta a todos os ciudadanos que están en el ejercicio de sus funciones, comprendiéndose en éstos los eclesiásticos seculares, para que el día domingo 20 del corriente, desde las ocho de la mañana hasta las seis de la tarde, vengan a la Sala Capitular y traigan cada uno una lista en la que haya asentado los nombres y apellidos de los diecisiete sujetos, ya eclesiásticos, ya seculares, que por sus circunstancias y las de estar en el uso de los derechos de ciudadanos le parezcan a propósito para confiar, nada menos que con su voto, la voluntad y representación del pueblo, bajo la inteligencia de que dada la citada hora de las seis de la tarde de él, se cerrará la votación y se publicará, acto continuo, la nómina de los sujetos que han merecido que se les confiera, como en un depósito, las arduas y delicadas funciones de darles jueces, regidores y procuradores síndicos a esta fiel población. Después de 10 horas continuas y, sin interrupción alguna, se recibieron las listas de los vecinos del partido con los votos para elegir los integrantes del nuevo Ayuntamiento, que recayeron en los siguientes ciudadanos: No. de votos:

1,266. 1,222. 1,088. 1,049. 1,028. 994. 982. 971. 943. 939.

Don Julián de Obregón. El bachiller don Pedro Montes de Oca. Don Ildefonso Septién El bachiller don Ignacio de Obregón. El bachiller don Ignacio García Diego. El bachiller don Cristóbal Obregón. Don Miguel de Obregón. El bachiller don Gabriel Sámano. El bachiller don Francisco Miranda. Don Francisco Arcocha.

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884. 854. 851. 742. 713. 659. 644.

El bachiller don Mariano Ramírez. El bachiller don Manuel de Obregón. El bachiller don Bonifacio Dosal, capitán de patriotas. Don Buenaventura Barreda. El bachiller Rosalino Muñoz Ledo. Don Tomás Vilches. Don Francisco Domingo de Obregón.

Luego, el 24, divulgó las bases para la elección de los electores parroquiales, para que eligieran a los diputados a las cortes y provinciales: En atención a que el real decreto de 23 de mayo del año próximo anterior convoca a cortes ordinarias, que han de abrir a primera sesión el primero de diciembre del presente año, debe verificarse la celebración de las juntas electorales de parroquia, partido y provincia en estos dominios, para que los diputados que se nombraren estén en principios de septiembre en la ciudad de Cádiz. Es por lo mismo indispensable tratar de celebrar en esta villa la junta parroquial, con arreglo a la Constitución, sacado de su mismo espíritu y de las instrucciones de la junta preparatoria de México, con el fin de evitar confusiones, los resultados siguientes: 1º Que a los ciudadanos de esta feligresía toca elegir treinta y un compromisarios, para que éstos, acto continuo, hagan el nombramiento de electores parroquiales. 2º Que en consideración a que las parroquias del Rincón de León y San Pedro Piedragorda están ocupadas por los disidentes y, por consiguiente, sin libertad de elegir sus electores parroquiales, su derecho electoral se agrega a ésta. 3º Que respecto a que la población de este suelo la gradúo en once mil almas, con acuerdo de los mejores calculistas del país, a la del Rincón en cuatro mil y en el mismo modo a la de Piedragorda; ya que mil almas se reducen a doscientos vecinos, conforme a la inteligencia legal, ya que por cada doscientos de éstos se ha de nombrar un elector parroquial; regulo a esta parroquia once electores, cuatro a la del Rincón y cuatro a la de Piedragorda. Con el objeto de proceder pues a la celebración de la junta parroquial, conforme al artículo 35 de la Constitución, cito y convoco a todos los ciudadanos residentes en esta parroquia, comprendiéndose en esto los eclesiásticos seculares, para que en punto de las siete de la mañana del día domingo 27 del corriente se hallen congregados en la iglesia de la Soledad, en cuya hora se dirá la misa de Espíritu Santo, la que concluida, se nombrará a pluralidad de votos al secretario y dos ejercitadores por los ciudadanos en aquel acto presentes. Y de entre ellos mismos y, a continuación, se recibirán hasta las doce del día las listas que cada uno de los ciudadanos ha de traer, en que hayan asentado treinta y un ciudadanos para compromisarios, vecinos de este suelo mayores de veinticinco años, ya sean eclesiásticos, ya seculares. Sobre todo, mando que los concurrentes guarden inviolablemente los artículos de la Constitución, referentes a esta materia, y les encargo la paz, armonía y de-

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coro con que han de regir sus operaciones en asunto de tanto interés como responsabilidad. Habiendo procedido los diecinueve electores de parroquia, con arreglo al capítulo 3º título 2º de la Constitución, se eligió a don Julián de Obregón por el partido de León y al Bachiller Ignacio García Diego por el de Piedragorda, y, por órdenes del Intendente, al Bachiller don Cristóbal Obregón por el de Pénjamo, que también estaba bajo el dominio de los insurgentes. Los que debían pasar a Guanajuato a nombrar los Diputados en cortes y los de la diputación provincial de la intendencia y de la de San Luis Potosí. Leandro de Arriaga fue nombrado depositario de las rentas públicas, y el 3 de enero de 1814 después de agradecer al Ayuntamiento, presentó cuentas para algunas mejoras materiales que debían hacerse en esa oficina, y el día 9, el Comandante, nombró a Antonio Bernardo de Quiroz capitán de la Compañía Urbana, con el nombre de Fernando VII y defensor del Santuario.5 Al siguiente día, el Ayuntamiento nombró a Andrés Domingo de Sistiaga tesorero del fondo provisional de arbitrios, en sustitución de Pablo Rodríguez, pero como no aceptó diciendo que él no reconoce más jefes que a los militares, el asunto se puso en conocimiento del Comandante de las Armas, Conde de Pérez Gálvez.6 La Constitución no fue del todo aceptada, el 12 de enero de 1814, el Virrey Félix Calleja publicó un bando donde ordenaba que se corrigiera con todo el rigor de los cánones a los eclesiásticos que en el púlpito o en conversaciones privadas o por escrito osaran denigrar a las Cortes o a sus individuos, divulgando especies subversivas del orden y de la obediencia y sumisión a la representación nacional y al gobierno. Uno de ellos fue Pedro Quevedo y Quintano, Obispo de Orense, quien después de ser destituido de todos sus honores, empleos, emolumentos y prerrogativas, fue expulsado del territorio de la monarquía por haber hecho varias protestas, reservas e indicaciones contrarias al espíritu de la Constitución.7 El 27 de abril, publicó otro bando, donde dio a conocer que la Regencia del Reino entregaría el gobierno del mismo al Rey que antes hubiera sido reconocido por las Cortes por Príncipe de Asturias, en el momento de cumplir los 18 años.8 El Intendente de Guanajuato, Fernando Pérez Marañón, el 25 de agosto, transcribió al Ayuntamiento de León la orden para el establecimiento provisional de panteones fuera de las poblaciones, en parajes ventilados, prohibiéndose los enterramientos dentro de los poblados.9 A finales de 1814, la epidemia de viruelas aún continuaba en la villa de León, por lo que el Ayuntamiento facultó a Agustín Franco, al cura Tiburcio Camiña y a Fray Rafael Maldonado, religioso de San Juan de Dios, para aplicar la vacuna. Franco, el 15 de octubre, informó que había inoculado 87 niños sin haber experimentado desgracia alguna.10 Aún con meses de retraso, Calleja también anunció el regreso de Fernando VII. El 10 de junio, pidió se hicieran rogativas públicas en todas las iglesias por la feliz llegada del Rey a España y por el buen éxito de su gobierno bajo la sagrada égida de la Constitución Política de la Monarquía. El 10 de agosto, informó que el monarca se había sentado el día 10 de mayo en el Trono de las Españas.11 Con este hecho se apagó el régimen constitucional. El 17 de agosto, el Virrey ordenó que ninguna persona, de cualquier clase, estado o condición, hablara ni fomentara de modo alguno especies

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que atacaran o contradijeran directa o indirectamente los derechos y prerrogativas del Trono, y que se suprimiera en todos los títulos, providencias, escritos y papeles públicos o privados el lenguaje de la Constitución, borrándose cualquier inscripción que hubiera conforme a tal régimen.12 Así fue publicando otras decisiones del Monarca: 15 de septiembre de 1814. Declaración de nulos y de ningún valor ni efecto, como si no hubieran pasado jamás los actos y decretos de las Cortes Generales y Extraordinarias, que condujeron a la promulgación de la Constitución.13 22 de septiembre de 1814. Declaración de nulos, hasta que no hayan obtenido su aprobación, los empleos, gracias y ascensos concedidos por la regencia y las Cortes desde el 28 de marzo.14 4 de enero de 1815. Restablecimiento del Santo Tribunal de la Inquisición.15 9 de febrero de 1815. Decreto que previene a los Ayuntamientos se arreglen en el uso de sus facultades económicas y demás que les correspondan, a lo prevenido de las leyes que regían en 1808.16 22 de julio de 1815. Abolición de la libertad de imprenta.17 24 de febrero de 1816. Restablecimiento de la Compañía de Jesús.18 El mismo Félix María Calleja del Rey concluyó sus funciones y Juan Ruiz de Apodaca tomó posesión como Virrey de la Nueva España. Así lo comunicó el Intendente Fernando Pérez Marañón en oficio del 14 de octubre de 1816.19 Finalmente, Apodaca ordenó el 8 de enero de 1817 que se establecieran rondas que vigilaran por la noche, mismas que se establecieron en la villa de León.20 1

Gran Historia de México Ilustrada. México, Tercera reimpresión, Editorial Planeta De Agostini, 2006 -Tomo 5-, 2006, p. 115. 2 AHML SD-IND-BDS-C. 1-Exp. 34-1813. 3 AHML SD-IND-BDS-C. 1-Exp. 33-1813. 4 AHML SD-JTC-BDS-C. 10-Exps. 17, 22, 23 y 24-1813. 5 AHML SD-CAB-COM-C. 3-Exp. 18-1814 y AHML SD-IND-COM-C. 12-Exp. 36-1814. 6 AHML SD-IND-COM-C. 12-Exp. 38-1814. 7 AHML SD-JTC-BDS-C. 10-Exp. 3-1813 y Exp. 60-1814. 8 AHMLSD-JTC-BDS-C. 10-Exp. 79-1814. 9 AHML SD-TSR-PNT-C. 2-Exp. 2-1814. 10 AHML SD-SND-VAC-C. 1-Exps. 34 y 35-1814. 11 AHML SD-JTC-BDS-C. 10-Exp. 85-1814 y AHML SD-JTC-BDS-C. 11-Exp. 4-1814. 12 AHML SD-JTC-BDS-C. 11-Exp. 5-1814. 13 AHML SD-JTC-BDS-C. 11-Exp. 6-1814. 14 AHML SD-JTC-BDS-C. 11-Exp. 8-1814. 15 AHML SD-JTC-BDS-C. 11-Exp. 15-1815. 16 AHML SD-CAB-COM-C. 3-Exp. 19-1815. 17 AHML SD-JTC-BDS-C. 11-Exp. 30-1815. 18 AHML SD-JTC-BDS-C. 11-Exp. 41-1816. 19 AHML SD-JTC-BDS-C. 11-Exp. 59-1816. 20 AHML SD-JTC-BDS-C. 11-Exp. 63-1817.

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La Caída de los Fuertes El 25 de enero de 1814, Manuel de Irueza Zamora trascribió en Salamanca a Pérez Gálvez el parte de Agustín de Iturbide sobre que fueron nueva y absolutamente derrotadas las gavillas de Morelos en Puruarán, donde murió el Capitán de dragones de León, Esteban Rosas, haciéndose prisionero a Matamoros, tres religiosos apóstatas y setecientos insurgentes, además de un cuantioso botín. En otro comunicado se informó que Morelos se fugó con solo siete hombres, tirando aún el vestido, que se tomó su equipaje, el de Cos, Bravo y otros cabecillas. Toda la correspondencia, el sello de la junta y la imprenta; que con eso ya se podía tener por concluida la carrera del Generalísimo de la gran farsa.1 Agustín de Iturbide, el 28 de enero ya estaba en Irapuato y el 30 llegó a Silao, desde donde envío al capitán Juan de la Pila Gómez a León para que aumentara la compañía de dragones, pidiendo al Comandante de Armas, le diera las facilidades necesarias.2 El día 8 de febrero, 1,500 insurgentes entraron a la hacienda de Ciénega de Mata, cerca de Lagos, mandados por Rafael Rayón, Fernando Rosas, Matías Ortiz, Ignacio Franco y otros del Bajío, que posteriormente tomaron el rumbo de Ojuelos.3 El 12 de marzo y los siguientes días, Agustín de Iturbide, situado en Silao, instruyó a Pérez Gálvez sobre que debían incorporarse a las divisiones del ejército los individuos que hubieran obtenido licencia absoluta para separarse del servicio, el nombramiento de jefes de regimientos, batallones y escuadrones; las propuestas para oficiales de patriotas, y la forma de castigar a los malos soldados. Así como, que debía reinstalar a Pablo Rodríguez como Tesorero de los intereses dedicados al pago de la tropas.4 El 16 de junio, Juan de la Pila Gómez, por orden del Comandante General de la Provincia, solicitó insistentemente al Ayuntamiento de la villa un préstamo de 50,000 pesos, que son tan necesarios para tan indispensable como importantes fines. Acompañando un tercer oficio con la lista de los individuos que podían facilitar el dinero: El procurador don Juan Fco. Abellafuerte El bachiller don Ignacio de Obregón Don Julián de Obregón Don Antonio Quijas Don Ignacio Sánchez Don Luis Arévalo Don Francisco Arcocha Don Manuel de Ibarra Don Manuel Segura Don Francisco Castillo Don Pedro Obregón Don Miguel de Obregón Doña Isabel la Urruchúa.

El bachiller don Pedro Almaguer Don José Ignacio de Pro Don Felipe Escalante Don José María Galván Don Buenaventura Barreda Don José Benítez Don Manuel Antonio de Lizardi Don Tomás Pompa Don Bernardino Muñoz Don Ramón Muñoz Don Juan José López Don Pablo Pompa Doña Luz la Marmolejo5

En el corte de caja de la real aduana, del 30 de noviembre de 1815, constan dos partidas de 500 pesos que se le entregaron al Comandante General Coronel Agustín de Iturbide, y el 20 de diciembre, don José Francisco Arcocha se excusó de aportar 500 pesos que le pedía el Ayuntamiento por haber pagado el préstamo del señor Iturbide.6

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Con el fin de ayudar a las urgentes necesidades del Real Erario, en febrero de 1816 se establecieron loterías forzosas.7 Por los primeros días de noviembre de 1816, el Teniente Coronel Francisco de Falla se hizo cargo de las armas de la villa de León, por lo que Francisco de Orrantia le pidió, desde Salvatierra, le informara sobre el estado de armas, municiones, tropa de línea y realistas de la guarnición a su mando; número de gavillas de insurgentes, su fuerza y armas; pueblos y haciendas guarnecidas por las tropas del Rey; estado de la agricultura, industria, comercio y población.8 A mediados del mes, Pesquera se encontraba en las inmediaciones de Silao sin novedad y los insurgentes sólo trataban de componer sus fuertes. Borja llegó a Tultitán y se pasó a los pueblos del Rincón.9 El 19 de noviembre, José de Villava informó a Falla, la rendición de la isla de Chapala y que José María Vargas y Salgado se habían indultado en San Pedro Piedragorda, con algunos de sus subalternos. Otro que se presentó al indulto por esos días fue José Cristóbal López, a quien se le permitió vivir en la hacienda de Santa Rosa.10 El Teniente Coronel Juan de Pesquera, que andaba con las tropas realistas por el Rincón, pidió a Falla, el 24 de noviembre de la hacienda de San Cristóbal, que castigara con rigor a todo el soldado de su división que se quedara en la villa.11 Por oficio del 18 de diciembre de 1816, girado por el Comandante de Lagos, Hermenegildo Revuelta, Francisco de Falla se enteró que el traidor Mina, que salió de Baltimore para desembarcar en nuestras costas, ha tenido mal éxito en su empresa, naufragó la primera expedición y se retiró la segunda a su procedencia. Dos días después, le informó sobre la toma del Fuerte de San Miguel.12 El 21 de diciembre se informó a Falla que Juan Pesquera había hecho un reconocimiento al Fuerte de los Ortices y que por Aguas Buenas pasó una cuadrilla al mando de un europeo. El 22, que Borja y Moreno pasaron para Zacapu, y que unos insurgentes se atrevieron a tumbar las trancas de una de las puertas del foso general de Silao, pero que fueron repelidos, y que a legua y media de ese pueblo se habían avistado pelotoncillos de pícaros.13 Para los primeros días de enero de 1817, nuevas noticias llegaron: que el Fuerte de San Gregorio iba a ser entregado a los realistas, pero se descubrió por una mujer que pasaron por las armas en compañía de otros cuatro individuos, y sobre el navarro: …el perverso Mina se haya en la isla de Galvestón con cosa de 400 hombres, gran número de fusiles y demás pertrechos de guerra, con el objeto de invadir este reino por Soto La Marina o Tampico, y esto se sabe de positivo por declaración de cuatro prisioneros que aquel tenía y habiéndose fugado en un bote desembarcaron por la misma costa, éstos fueron reconocidos por un vecino de Monterrey que andaba por aquella costa buscando reses, y los presentó al señor Arredondo, quien con este motivo ha hecho salir de aquella ciudad la fuerza que había con dirección a Texas para impedir cualesquiera invasión, y el señor Virrey ha tomado todas las providencias convenientes, y entre estas la de que todos los barcos que haya en Veracruz pasen a destruir aquella reunión de Galvestón. Todo esto me escribe el señor Vivero, canónigo de Monterrey, y se sabe por otros varios conductos fidedignos.

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Con el citado Mina se haya aquel célebre dominico Mier que se expatrió de México para España, y que tanta guerra nos dio en el tiempo de las Cortes con su pluma sangrienta y revolucionaria. Este tiene en Monterrey un hermano, pero de contrarios sentimientos. Como quiera que este suceso se supo con tiempo y se han tomado las medidas oportunas, todos convienen en que ya no hay que temer a éste enemigo que mucho alentaría a nuestros rebeldes, los que importa que no perciban ni la sombra de este proyecto.14 El Virrey Apodaca implementó algunas medidas, entre las que se ofrecía una gratificación de quinientos pesos a quien entregara a Mina: Por tanto y para que nada quede que hacer para su total destrucción, a que todo buen vasallo del Rey está obligado a concurrir y porque su modo de obrar lo exige, mando por el presente: 1. Que ninguno le dé auxilio de cualquiera clase que sea pena de la vida, y confiscación de bienes aplicables por terceras partes al Real Fisco, a los gastos de la guerra presente y al aprehensor o denunciador. 2. Que al fiel vasallo del Rey, nuestro señor, que prenda al traidor Mina y lo entregue a algún Comandante Militar o a la Real Justicia, se le gratifique inmediatamente en mano propia con quinientos pesos, que se librarán contra estas Reales Cajas y serán satisfechos a la vista. 3. Que si el que hiciese este servicio fuere militar le concedo además su grado inmediato. Si fuere alguno de los que están aún entre los rebeldes y aún lo fuere él mismo, en el acto queda indultado de sus crímenes, además de la gratificación de los quinientos pesos y si fuere de los aventureros de su gavilla se le entregará el dinero dicho, y el indulto para que pueda restituirse a su país libremente. 4. Por cada uno de los aventureros de la gavilla del traidor Mina que se prenda y se entregue se gratificará con cien pesos, y si fuere de ellos o rebelde quedará indultado, además de recibir dicha cantidad y libre para ir a su casa. 5. Si alguno de dichos aventureros se presentase por sí con sus armas o caballo a los Comandantes Militares de las tropas del Rey o las Reales Justicias, se le gratificarán con cincuenta pesos, su indulto y libre salida para su país. El 3 de enero, se rindió el Fuerte de Cóporo, indultándose desde Rayón y todos sus hombres.15 En los primeros días de febrero, las gavillas de insurgentes se reunieron en el Fuerte del Padre Torres, donde quedaron Borja y los Ortices, mientras que el realista Pesquera salió para Irapuato.16 José Mariano Reynoso, el día 17, propuso a Falla establecer un puesto militar entre León y Lagos, lo que sería muy útil para el comercio y las tropas de Guadalajara y Guanajuato, también le informó posteriormente que Torres volvió a su fuerte con menos gente de la que sacó, con mucho robo de animales, y que la reunión que estaban haciendo las gavillas era con el fin de atacar al comandante Juan Pesquera.17

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A finales de febrero, la división realista de Lagos se llevó la gente y muebles de la hacienda La Patiña, propiedad de Manuel Ignacio de Urteaga, quien había hecho importantes servicios al Rey y a la patria.18 En los primeros días de marzo, una porción de rebeldes, al mando del Padre Torres y Borja, salieron para auxiliar a los de la Mesa de los Caballos. Rosales estuvo en la hacienda de Santa Ana recogiendo mulas de carga para conducir víveres a Comanja, y las gavillas del Rincón y de Moreno se pusieron en constante movimiento. Por lo que las tropas de Silao, tomaron el día 10 el decantado Fuerte de los Caballos, después de hora y tres cuartos de tiroteo. El Virrey premió a todos los oficiales que participaron en la acción, dándoles un grado más del que tenían.19 Reynoso, en oficio del 1° de abril, informó a Falla que Borja estuvo jugando gallos en Los Otates, que el Padre Torres estaba vendiendo maíz y otros efectos en el fuerte y que Moreno se estaba preparando para enfrentar a las tropas del Rey. En otro, fechado el día 10, que los rebeldes habían estado divirtiéndose en Los Ocotes con gallos; que Borja estuvo antes de la Pascua en el Rincón; que el Padre Torres mandó que entraran al fuerte todas las familias vecinas, entre ellos un tal Dr. Magus que vino con cuarenta hombres de los fugados de Cóporo, y que Ortiz salió del fuerte con veinte hombres a custodiar los caminos de San Luis y auxiliar a Pedro Moreno en caso de necesitarlo.20 Juan Flores, también informó el 16 de abril de San Pedro, sobre los movimientos de los insurgentes en Comanja, y que los rebeldes se estaban reuniendo en Tultitán para atacar los pueblos inmediatos al fuerte, pero luego se confirmó que era para recoger gente para el Fuerte de San Gregorio.21 Ante tal movimiento, las tropas de Lagos, comandadas por Hermenegildo Revuelta, recibieron el día 17 órdenes de cubrir los puntos de más riesgo mientras recibía instrucciones del comandante para concurrir al sitio del Fuerte de Moreno.22 Mientras tanto, a finales de abril, las tropas de León dispusieron una emboscada en el monte de la hacienda de San Judas para sorprender a los rebeldes que salían a robar.23 El 26 de abril, el Ayuntamiento comunicó a Falla, que por la decadencia del vecindario no se proporcionaba el prest diario a los soldados.24 El Subdelegado de la villa de León, expidió un bando para atender la salud pública y lograr la comodidad de los vecinos: No pudiendo verse con inferioridad la falta de cumplimiento a los referidos bandos de policía y buen gobierno, promulgado en diversos tiempos con sujeción a lo dispuesto por el excelentísimo señor Virrey y ordenanzas de intendentes en desempeño de mis deberes y, en obsequio de la salud pública y comodidad de su fiel vecindario, recuerdo para su ejecutivo cumplimiento los artículos siguientes: 1º Que en el preciso término de quince días los dueños de casas o sus inquilinos, compongan o echen resumideros para evitar los daños y molestias que ocasionan las aguas al común, corrompidas y sucias, y de no, se les exigirá el costo que estos tuvieren y más veinticinco pesos de multa. 2º Que al que se encontrase miándose en los cementerios, puertas y calles públicas se le exigirá la multa de cuatro reales, aplicados por mitad al ministro aprehensor y fondos urbanos por primera vez, por segunda un peso, y por tercera ocho días de cárcel.

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3º Que barran y rieguen los vecinos diariamente las calles hasta el centro o medio respectivamente, pena de cuatro reales al que no lo hiciere, y también tirando en la calle o fosos basura y animales muertos, pues éstos se llevarán lo más lejos de la villa que permitan las circunstancias. 4º Que siendo perjudicial la multitud de perros en esta villa y sus barrios, por el daño que ocasionan a las gentes con las heridas y roturas de ropa de que continuamente hay quejas, como también porque impiden las rondas y aprehensión de delincuentes; para su exterminio, cogido, pasados ochos días de la publicación de este bando, libertad a todas las personas para que los cojan vivos o muertos y los entreguen a uno de mis ministros encargados, pagándoles éste inmediatamente por cada perro que reciba, medio real, y si en contravención de esta determinación, algún dueño de perros los soltare de sus casas, donde deberían tenerlos amarrados e hicieren daño, pagará la multa de cinco pesos y a la parte agraviada el daño que le cause. 5º Que todos los que de esta fecha en adelante fabricaren o reedificaren sus casas echen las corrientes embutidas o adentro de ellas, para precaver que sus aguas embaracen a las gentes, el uso de las gentes, el uso de las banquetas en dicho tiempo. Y para que llegue a noticia de todos y, ninguno alegue ignorancia, mando se publique por bando y fije en el paraje acostumbrado. Dado en León, a 26 de abril de 1817. Miguel de Obregón. Y comprendiendo a toda clase de persona la observancia de lo que se previene en el antecedente bando, encargo a los señores oficiales su cumplimiento, y que vigilen el que se le dé puntualmente la tropa de su inmediato mando. León, 13 de mayo de 1817. Falla.25 Juan de la Pila Gómez entregó el 2 de mayo la Compañía de Dragones de León al sargento Juan Miñón, para ser incorporada al Regimiento de Dragones del Príncipe.26 En los primeros días de mayo, en San Luis de la Paz se indultaron más de 1,500 rebeldes y la mayor parte tomaron las armas en defensa de la causa del Rey, y se nombró al Teniente Coronel Antonio Linares Comandante de Guanajuato. Por su parte, el insurgente Borja se retiró a La Sardina.27 El 7 de mayo, Revuelta le avisó reservadamente a Falla, que Mina ha hecho su desembarco en las provincias de oriente…28 A mediados del mes, la caballería de León, compuesta por 44 hombres al mando del Teniente Felipe Escalante, repelió una gavilla que se aproximaba a la villa. Por lo que Cristóbal Ordoñez pidió a Falla que exhortara a los habitantes que contribuyeran con cuanto les fuera posible para castigar a los insurgentes, y propuso la construcción de un foso cubierto de agua, para salvar a los leoneses del furor de los rebeldes por su justificada adhesión a la causa del mejor de los soberanos.29 Cristóbal Ordoñez, situado en Irapuato, el 4 de junio pidió a Francisco Falla que auxiliara al sargento mayor del Regimiento del Príncipe quien tenía órdenes de extraer de León 50 reclutas y conducirlos al Cuartel General.30 El 7 de junio, el Ayuntamiento contestó a Falla, que la Corporación discutiría el proyecto presentado por el Comandante General, relativo a la construcción de una línea o foso de circunvalación para la villa.31

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El día 20, Mina entró al Real de Pinos procedente de Espíritu Santo, por lo que varias divisiones realistas se dirigieron a Ojuelos y otros puntos para impedirle su llegada al Fuerte del Sombrero. El 23, Reynoso informó a Falla, que una gavilla de Moreno estuvo acopiando gran número de víveres por Duarte para conducirlos a su fuerte, y el 24, Francisco de Orrantia, que con la división de voluntarios de Navarra venía persiguiendo la gavilla, dijo que Mina había ingresado al fuerte con 300 o 400 tunantes.32 José Ruiz, comandante de los voluntarios de Navarra, el 27 de junio pidió a Falla que dispusiera alojamiento para su batallón, ya que desde León perseguiría al traidor Mina y los mercenarios que componían su gavilla.33 Tal parece que Mina acampó primero en Tlachiquera y que Borja, con 500 hombres, se le unió para salir del fuerte de Moreno.34 En los siguientes días, una porción de insurgentes se acercó a Lagos, y las fuerzas de Mina y Moreno derrotaron la división del Coronel Felipe Castañón en la mediación de San Juan de Llanos, muriendo en la acción el señor Ordoñez. Los realistas perdieron poca caballería, mucha infantería, los cañones, el parque y los equipajes. Tomó el mando militar el Coronel José Ruiz.35 La dispersión de las fuerzas puso en alerta a los realistas. El coronel José Ruiz el 27 de junio, anunció su arribo a León al día siguiente, con el propósito de observar los movimientos de Mina: Habiendo sido destinado por el excelentísimo señor Virrey a perseguir con el Batallón de mi cargo al traidor Mina y los mercenarios que componen su gavilla, no habiéndome sido posible darles alcance antes de su entrada en el fuerte de Comanja, y recelando que desde aquel punto se proponga hacer incursiones sobre esa villa y las demás de esta comarca, he determinado observar sus movimientos y cubrir este territorio mientras determina el excelentísimo señor Virrey (a quien ya he dado parte) lo que convenga en las actuales circunstancias, y al efecto me pondré mañana en marcha para esa villa, todo lo cual participo a vos para que se sirva providenciar, se disponga el correspondiente alojamiento para dos jefes, siete capitanes, treinta y dos subalternos y seiscientas plazas.36 El 5 de julio llegó a Silao José María Calderón con 300 hombres, faltando los oficiales Ordoñez, Castañón, cinco de Celaya y Flores, de la Corona. El 7, Pedro Celestino Negrete, con su división, hizo su entrada a la villa de León, informándole a Falla que la tropa, caballos y mulas a su cargo necesitaban diariamente 447 pesos 1 y medio reales para manutención, por lo que le ordenó viera al Ayuntamiento para que proporcionara cuatro o cinco mil pesos para el socorro de su tropa. El Ayuntamiento convocó a varias personas, con el fin de facilitar el dinero solicitado. Algunos de ellos manifestaron su difícil situación: el Padre Ignacio Urbieta, dijo que no había ningún dinero en las arcas del curato que poder prestar ni lo tenía el Cura Tiburcio Camiña por la decadencia general y sus enfermedades, y que él asistía por un solo efecto de política a la junta, por su parte, el Capitán Francisco Castillo, que con motivo de tener que anticipar sueldos diarios a los que venían del fuerte fugados y eran individuos de la desgraciada división del mando del Coronel Felipe Castañón, no se hallaba al día con numerario alguno para poder prestar. Al final solo se reunieron 4,000 pesos que aportaron las siguientes personas: Doña Isabel Urruchúa. Don Andrés Sistiaga Don Dolores Montes.

500 Don Fernando López 1,500 Don Ignacio Pro 100 Don Pablo Rodríguez

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500 500 100


Don José María Rosas Don Cristóbal Somera Don Felipe Escalante Don Francisco Obregón

250 100 50 100

Don Plácido Fernández Velasco Don Remigio Parga Pedro Villar

100 300 100

Se les dio las gracias a los prestamistas, y se acordó darles recibo a cada uno, encargando el recaudar y pasar al Administrador de Rentas de Tabacos, a don Pablo Rocha, para que hiciera la entrega al señor brigadier, recogiendo el recibo que tenía ordenado el Intendente, para que oportunamente hiciera el pago de los tabacos vendidos a los prestamistas.Tal cantidad fue puesta a disposición de Negrete por Bernardo de la Mora Riva, que la recibió del Ayuntamiento y puso en la Real Aduana en calidad de depósito.37 Los insurgentes también se movilizaron. Del Fuerte de San Gregorio salieron 200 hombres, 200 de Zacapu y el Padre Torres llevó 500 de Tuna Agria para reunirse todos en el de Comanja.38 Para dirigir las operaciones militares contra el Fuerte del Sombrero, se nombró al Mariscal de Campo Pascual de Liñán, quien llegó el 24 de julio a Guanajuato con 1,150 hombres. El 25 llegó a Silao, por lo que al siguiente día salió Negrete de León para conferenciar con él, llevando 250 caballos y dos cañones.39 A decir de un realista que se encontraba en León, José María Ochoa, Mina se enteró de que Pedro Celestino Negrete, defensor de la villa, tenía que reunirse con Liñán en Silao -este último había llegado a esa población el 26 de julio, después de visitar San Miguel el Grande- para acordar el sitio al Sobrero. Verificando la reunión, Negrete reunió a sus 1,200 hombres para escuchar misa y salió efectivamente de León en la mañana del 27 de julio, pero se llevó tan solo 300 elementos y no a la mayoría como le aseguraron a Mina. Indicaría Ochoa que no pensaba Mina venir tan pronto a esta villa; pero se violentó a causa de las relaciones con un distinguido de Nueva Galicia llamado Castellanos. Este sujeto había desertado de las tropas españolas de León para unirse a los revolucionarios días antes. Con esta información errada, el navarro determinó dirigirse a la villa el mismo día 27, para adueñarse de los grandes recursos que tenía aquella rica e importante población y dar de esa forma otro golpe propagandístico insurgente. El ejército realista sabía de sus intenciones. Desde el 8 de julio, el Coronel Ruiz le había señalado a Apodaca que Mina sabía más de guerra que los insurgentes y hacía saliditas por la sierra con el fin de distraerlos y caer sobre León, Guanajuato, Irapuato o Silao. Estaban en León el Coronel Juan Antonio Andrade y el Comandante Francisco Falla, con 900 realistas, por si acaso Mina osaba presentarse en la plaza. Negrete había ordenado la construcción de muros y fosos para proteger el centro de la población, además de haber fortificado varios edificios y templos. No obstante estas disposiciones, Mina los tomó por sorpresa; había salido del Sombrero con alrededor de 500 hombres sin ser sentido por los realistas y llegó a la villa entre la una y dos de la madrugada del 28 de julio. Las tropas defensoras no consideraban que los atacara aún, por lo que aquella noche sólo tenían puesta una guardia ordinaria. El navarro llegó con su silencio característico hasta la plazuela de Santiago, pensando que era el centro de la villa, pero al darse cuenta de su error siguió adelante hasta la calle del Codo -hoy República-, después tomó por Progreso y dobló por Puerta del Campo -Libertad- siguiendo por la Real de Guanajuato -Madero-, para llegar hasta el mesón de Las Ánimas, donde estaba el cuartel realista. Sus hombres arribaron al centro brincando las paredes y lograron apoderarse de uno de los edificios estratégicos dentro de las murallas, pero al llegar a una de las esquinas del fortín de San An-

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tonio, se encontraron con el Capitán Castillo, quien se había enterado de su presencia por un piquete y les ofreció resistencia con la tropa que llegó a reunir en su desesperación. El piquete había podido detectar a parte de los cazadores del Teniente Coronel Comandante Márquez, que se adelantó contra lo estipulado por Mina, a quien le dijo que sus hombres ya estaban adentro y que no quedaba otra opción que respaldarlos. Entonces el navarro le preguntó si era posible entrar a caballo a la plaza por una puerta estrecha que era la única vía de acceso, recibiendo una negativa. No obstante, Márquez, queriendo salvar su honor, intentó penetrar con sus hombres por dicha puerta y ganar así la voluntad de su general, pero los realistas habían colocado de antemano tres piezas de artillería y cuando los cazadores avanzaron sobre la puerta abrieron fuego, por lo que murieron unos 50 atacantes, entre ellos su comandante… y su cuerpo quedó literalmente hecho pedazos. Con el ruido de la batalla, se puso en alerta el resto de la guarnición y fue reuniéndose en aquel punto, tomando otra casa para hacerles fuego. En ese momento llegaron dos piquetes realistas, bajo el mando de Cervantes, pero en la confusión de la refriega, quedaron envueltos por los insurgentes, los cuales les hicieron varios muertos y prisioneros, cayendo el propio Cervantes baleado y acuchillado. Las fuerzas realistas eran superiores en número y más cuando llegó el resto del cuartel. El navarro y sus hombres recibieron un fuego vivísimo, mientras se desplazaban por entre los techos y las paredes de las casas aprovechando la oscuridad. Se hizo un intervalo como de una hora, después de dos de batalla, y pasado ese tiempo, regresaron los insurgentes con renovado empuje empeñados en tomar la villa, pero los realistas ya estaban bien agrupados y los rechazaron otra vez. Entre la refriega Mina alcanzó a reunirse con Bradhurn, y lamentándose le mostró lo que quedaba de su escolta. Después de hacerle ver las desventajas de la posición, reconoció estamos gravemente derrotados, retire su unidad tan pronto pueda a Ibarrilla, y se alejó de León al rayar el día 28. Todavía pasó buena parte de ese día en Ibarrilla, donde reunió a sus dispersos y heridos sin ser molestado. Sus bajas fueron 108 hombres entre muertos, prisioneros y heridos, en lo que fue su primera derrota en la Nueva España. Para llevar a sus muertos y heridos obligaron a habitantes de la villa, como al joven Pedro de la Cruz, de 16 años, y al platero Rafael Ríos, a cargarlos hasta el Fuerte del Sombrero. Entre los muertos se encontraba el asistente personal de Mina, un negro de nombre George, quien murió a unos pasos de su jefe, mientras le llevaba su catalejo. Los prisioneros fueron pasados por las armas, por orden de Negrete. De los realistas hubo 11 muertos y 50 heridos, además de haber perdido 16 hombres que fueron prisioneros por los insurgentes. Mina los dejó libres y regresó al Sombrero para preparar la resistencia del ataque que advertía Pascual de Liñán.40 Para gratificar a los soldados realistas que se hallaron en el ataque, el Administrador de Tabacos de la villa, don Pablo Rodríguez, entregó al Capitán Francisco Castillo 117 pesos, para darles uno a cada uno y 25 a la madre del soldado Clemente Zavala, quien murió; esto, por orden del Brigadier Pedro Celestino Negrete, Segundo Comandante General de la provincia, del dinero que puso el Ilustre Ayuntamiento de León en poder del Administrador de la Real Aduana. Lista de los soldados de las compañías de infantería de realistas fieles de esta villa, que salieron heridos en el ataque que le dieron los rebeldes el día 27 de este mes: Sargento Cruz de Ávila. Cabo José María Gómez. Soldados: Romualdo Mena,

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Juan Gómez, Antonio Baldovino, Luis Soledad, Mariano Ortega, Felipe Azpeitia, Pedro Núñez y Fernando Herrera.41 Liñán dispuso fraccionar a su tropa en tres, la primera división se ubicó en la Mesa de las Tablas, bajo las órdenes del Brigadier Loaces y la integraban 617 infantes de Zaragoza y 448 dragones de San Luis Potosí, San Carlos, Sierra Gorda y Apan, con dos cañones de a 8, dos de a 4 y un obús de 7 pulgadas; Liñán, rompió desde ahí el fuego a partir del 1º de agosto y determinó establecer en ese sitio su cuartel general. La segunda división, asignada a Pedro Celestino Negrete y formada por 250 infantes y 384 caballos de Toluca, Querétaro, Nueva Galicia y Colima, armada con 4 cañones de a 4 y 2 obuses de a 5, se colocó en un cerro que posteriormente, debido a esta acción militar, recibió el nombre de Negrete. Finalmente, la tercera, dirigida por Ruiz, con 463 infantes del Regimiento de Navarra y 379 dragones de San Luis Potosí y Frontera, fue situada en la ladera opuesta de la barranca de Barbosa. La fuerza de Liñán, se resumía en 2,541 hombres y 14 piezas de artillería. Entre las resoluciones tomadas por Liñán, destacan el impedimento a los sitiados de tomar agua del arroyo y la comisión dada a Ráfols, consistente en vigilar el camino del Sombrero a Guanajuato, y controlar con ello la comunicación oficial, así como la conducción de víveres. Una vez comenzadas las hostilidades, el primer ataque trajo como resultado, para Liñán 20 muertos, entre ellos 2 oficiales, y algunos heridos; mientras que Mina tuvo únicamente dos muertos, un hombre y una mujer.42 El 2 de agosto, Liñán, ya posicionado en la Mesa de las Tablas para emprender el ataque al fuerte, pidió a Francisco Falla: Es necesario que disponga vuestra merced, se cuezan diariamente en esa villa tres mil libras de galleta, y que se remitan por el 1er. convoy quanta haya ya hecha; maíz para la caballada y para alguna parte de la tropa; es también preciso venga todo el que sea posible y se necesitan para más 1,500 caballos cien fanegas diarias. También es preciso que vuestra merced me envié doscientas o trescientas vacas o bueyes, pues esto ahorrará raciones y evitará apuros. Yo espero que vuestra merced, hará un esfuerzo para proporcionarme y para remitirme estos recursos, y significará a ese Ayuntamiento, que amás de que le serán pagados estos víveres, es la ocasión de manifestar su celo por la causa del Rey en términos de que sirva de gobierno para lo sucesivo. También solicitó el envío de cuanta munición de fusil hubiera en León, Silao y Guanajuato.43 El Ayuntamiento tomó las providencias para el abasto de galleta, maíz y reses para el mantenimiento de las tropas que sitiaban el Fuerte del Sombrero: En contestación al oficio del señor Mariscal de Campo, don Pascual Liñán, Comandante General de las Provincias de Querétaro y Guanajuato, del día de ayer, que vos le ha trascrito a las 10 de la mañana de este día, a este Ayuntamiento, dice: Que ha dado a su Procurador General orden para que obligue a los panaderos a que diariamente entreguen tres mil libras de galleta, facilitándole fondos para que estos no pongan disculpa, y le ha reencargado al comisionado para el recibo, teniente don Cristóbal Somera, que coadyuve a el efecto. Las cien fanegas diarias de maíz están prontas, como se le ha indicado al expresado comisionado don Cristóbal Somera.

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El Ayuntamiento, para facilitar las doscientas o trescientas vacas o bueyes, en un tiempo en que hay día que no hay una res para este público, como a vos le es notorio, ha convocado a los hacenderos de estas jurisdicciones, que le han patentado la precisa e indispensable necesidad que tienen de los bueyes de arada para beneficiar las cementeras de maíz por ser el tiempo crítico éste como es constante; por lo que suplicaban a esta Corporación se les dejaren por ahora y que procurarían acabar los beneficios, porque de lo contrario a más de atrasarse ellos en un todo, no se alzaría maíz, como sucede en toda milpa que se deja de escardar. No obstante que conocía este Ayuntamiento la justa solicitud de los labradores, pero debiendo dar los auxilios necesarios a las tropas de su Majestad, les dijo tuviesen prontos para mañana, a las ocho del día, cincuenta reses y así sucesivamente para cada convoy, como vos le indicó al Regidor Diputado del Crimen, don Felipe Escalante, hasta el completo de las doscientas, y para su requisición en el caso de que alguno no las pueda traer, está encargado el señor Presidente de este Cuerpo, Conde de la Presa de Jalpa, para hacer el uso del auxilio que vos tan generosamente franquea. Dios guarde a vos muchos años. Sala Capitular de León. Agosto 3 de 1817. A las 8½ de la noche. Conde de la Presa. Felipe Escalante.

Mariano de Obregón. Manuel Urteaga.44

Reynoso informó a Francisco Falla, el día 3, que el rebelde Novoa estaba reclutando e instruyendo a cosa de 400 hombres.45 Para el 4, Liñán envío 200 caballos para encontrar el convoy y remitió a León algunos heridos, para quienes solicitó una casa en donde se reunieran los oficiales heridos, franqueándoles mozos y mozas que les atendieran y dispusieran alimentos de sus haberes; con el informe de que los rebeldes estaban escasos de víveres y absolutamente sin agua, asegurando que eso muy pronto los pondría en sus manos.46 El segundo ataque se suscitó hasta la madrugada del día 5, esto debido a que los sitiados solamente atacaban cuando los realistas avanzaban hacia el fuerte. Los hombres de Liñán se aproximaron a las murallas, ante esta circunstancia los insurgentes comandados por Mina, quien ordenó la acción desde la puerta norte del fuerte, comenzaron abrir fuego con balas de fusil y de cañón, lo mismo que con granadas, también lanzaban piedras. Como consecuencia de la refriega, Liñán sufrió la pérdida de 33 personas, por su parte los defensores del Sombrero no tuvieron ninguna baja.47 El día 5, Reynoso informó a Falla, sobre la salida de Novoa y que en Valle de Santiago se estaban reuniendo varias gavillas a esperar al Padre Torres, para atacar Irapuato, Guanajuato o Silao.48 Pascual de Liñán sabedor de la situación en la que se encontraban los sitiados y seguro de su victoria, solamente esperaba que el tiempo transcurriera, para poder tomar el fuerte. En una carta le expresó a Falla:Los rebeldes del fuerte están escasos de víveres, y absolutamente sin agua: lo que muy pronto los pondrá en nuestras manos.49 Pero la escasez de abastos, no era exclusiva de los sitiados, también los realistas estaban urgidos de provisiones. En la misma comunicación Liñán le manifestó al Comandante Militar de la villa

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de León:…salen 200 caballos a buscar el convoy, que supongo en camino. …lleva el convoy las mulas que hay vacías. Procure vos que vengan algunas hachas y si es posible azadones.50 Pascual de Liñán informó a Falla el día 8, que los insurgentes hicieron una salida del fuerte, dejando tirados en el campo diez muertos, entre ellos siete de los extranjeros de Mina.51 Por órdenes del Comandante de la Tercera División de operaciones, los trabajadores que estaban construyendo la nueva fortificación de la villa se trasladaron al sitio de Comanja, a continuar las obras de campaña.52 En plena madrugada del 8 de agosto, a las 3 de la mañana, Mina se lanzó sobre la división de Pedro Celestino Negrete, logrando tomar un reducto; sin embargó, el Brigadier realista fue pronto socorrido por dos compañías de Zaragoza, lo que no aconteció a favor de Mina, quien tuvo que consentir al mayor número de su adversario, retirarse al Fuerte. Negrete obtuvo once presos, los cuales mandó fusilar al día siguiente a la vista del Fuerte.53 Pascual de Liñán informó de esta acción a Francisco de Falla: En la madrugada han hecho los insurgentes una salida por el punto que ocupa el señor Brigadier Negrete; pero han sido con pérdida mayor que la nuestra: pues han dejado diez muertos en el campo que no han podido retirar; y siete de ellos eran de los extranjeros de Mina.54 Liñán ordenó el 9 de agosto, que los paisanos que salieran del Fuerte del Sombrero se aseguraran en la cárcel formándoseles su respectiva sumaria, permaneciendo igualmente las mujeres en reclusión hasta nueva orden. Dos días después, informó a Falla que Mina, Ortiz y Borja se habían fugado, por lo que destacó al Teniente Coronel Juan Rafols sitiar el de Los Remedios, por ser de mucha importancia la captura del navarro, y el 13, que los rebeldes habían intentado introducir víveres y agua, pero que fueron rechazados.55 El 11 de agosto Pascual de Liñán, había solicitado a Francisco de Falla, se reunieran víveres para la llegada del Regimiento de Fernando VII, Batallones de Cuatro Órdenes, Asturias y Zamora. Falla, a su vez dio a conocer al Ayuntamiento el requerimiento de Liñán, a lo que contestó que: …este Ayuntamiento,…hará cuanto está de su parte para reunir víveres, forrajes y mulas de carga.56 Además, le manifestó que en virtud de haberse agotado el arroz, garbanzo y demás legumbres, el Presidente de la Corporación, había pedido al Intendente de la Provincia, solicitara en la ciudad de Guanajuato, arroz y garbanzo a cuenta del Ayuntamiento.57 El reducido número de hombres, las brechas abiertas en los muros por las baterías enemigas, la escasez de municiones, el terrible hedor que expelían los cadáveres al aire libre, el hambre y la sed eran factores para producir la desesperación en los defensores del Fuerte. La falta de agua hacía estragos en el campamento insurgente, pues simplemente el vital líquido no existía, el Padre Agustín Rivera nos refiere la narración que hace el señor Orozco y Berra: Mina y Moreno habían creído que los fuegos del fuerte protegerían la toma del agua: fallidos sus cálculos creyeron que la falta era muy fácil de repararse, supuesto que estando en la época de las lluvias, se haría abundante provisión de las que el cielo les enviara. Pero pasaron los días; la corta cantidad del líquido reservado en el aljibe común o en poder de los individuos se agotó al cabo, aunque cuidado con esmero, y comenzaron terribles padecimientos. Los niños, las mujeres, los hombres más débiles perdieron la fuerza y el sentido; unos lloraban, los otros sin vigor para manejar las armas, corrían a todas partes como insensatos. En balde se distribuía para

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mitigar los horrores de la sed una ración de mezcal, y se recurrió a chupar el jugo de algunas plantas; aquellos licores irritaban más las desecadas fauces y producían nuevos y espantosos males. Los más arriesgados bajaban a la barranca a ver si burlaban la vigilancia del enemigo, y de común pagaban su temeridad con la vida; se aprovechaban también las noches oscuras; pero sentidos por la larga fila de los centinelas realistas, apenas podían llenar una pequeña vasija, que sólo servía en el fuerte de avivar el deseo de cuantos no podían alcanzar algunas gotas. La lluvia era el único recurso, el remedio ansiosamente esperado. Las nubes se presentaban en el horizonte, subían, engruesaban, ocultaban el sol y formaban sobre Comanja un negro, dosel; llenos los corazones de esperanza, y de ansiedad, sin hacer caso del incesante fuego del contrario, los habitantes del Fuerte sin apartar los ojos, seguían obstinadamente el movimiento de los vapores; preparaban cuantos utensilios tenían propios para coger agua; sacaban las imágenes de los santos y les dirigían fervientes e incesantes oraciones; el chubasco iba a caer; vana esperanza: las nubes impelidas por el viento dejaban caer avara y desdeñosamente algunas gotas en el recinto de la fortaleza, y se desataban a torrentes a pocos pasos en el campamento español, en las vecinas llanuras de León. Las mujeres recogían tristemente sus vasijas, se dejaba sin rezos a los santos y volvían a los labios las imprecaciones de la desesperación.” Y más adelante: “La provisión de agua se agotó de nuevo, y volvió la sed con sus horrores; se repitieron los desastres de los que bajaban a buscar remedio al barranco, las oraciones y los ruegos a los santos. En estas circunstancias el enemigo tuvo un rasgo de generosidad. Compadeció la suerte de las mujeres y les permitió bajar al arroyo y beber, más no les era lícito llevar agua al Fuerte. En breve se conoció que esto no era más que una estratagema, cuyo objeto era saber lo que pasaba en la guarnición. Por último, un día en que habían bajado muchas mujeres al sitio en que se les permitía beber, los realistas se apoderaron de ellas y las enviaron a León”.58 El día 14, fueron enviados unos soldados y paisanos para que se les formara sumaria en averiguación de su conducta observada con los rebeldes, las que iniciaron cuatro días después.59 Comandancia Militar de León. Año de 1817 Declaraciones tomadas a los individuos que el señor Mariscal de Campo, don Pascual Liñán, Comandante General de las Provincias de Querétaro y Guanajuato mandó presos a la cárcel de esta villa desde el fuerte de los rebeldes, nombrado del Sombrero; cuyos individuos permanecen en dicha cárcel hasta la determinación del referido señor general. Juez fiscal, el Capitán de Realistas Fieles de la mencionada villa, don Plácido Fernández. Escribano, el Cabo 2º de la Primera Compañía de Infantería de los Realistas de dicha villa, Pedro Durán. Declaración de Antonio Calixto Inmediatamente el señor Juez pasó a la real cárcel donde se halla preso Antonio Calixto, a quien mandó sacar con la correspondiente custodia y teniéndole delante, le tomó el juramento acostumbrado, por el que ofreció decir verdad en cuanto fuera interrogado; y siéndolo ¿por su nombre, edad, patria, religión y ejercicio? Dijo: Llamarse como lleva dicho, de 47 años de edad, natural del Valle del Maíz, de religión católica y de ejercicio arriero. Preguntado: ¿Cuál es la causa de haberse hallado entre los rebeldes y el objeto de su salida del Fuerte del Sombrero? Dijo: Que viniendo de Altamira con las mulas, lo alcanzaron los angloamericanos y lo condujeron preso hasta dicho fuerte; y que se salió con objeto de beber agua y reunirse a las tropas del rey.

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Preguntado: ¿Si lo alistaron en alguno de los regimientos de los rebeldes? Dijo: que no. Preguntado: ¿En qué se ocupaba todo el tiempo que estuvo en el fuerte? Dijo: que su ocupación no era otra más que estar jugando. Preguntado: ¿qué tiempo se mantuvo en el Fuerte y qué día salió de él? Dijo: Estuvo mes y medio, y salió el 13 del corriente agosto. Que cuanto lleva dicho es la verdad, a cargo del juramento hecho, en que se afirmó y ratificó leída que le fue esta su declaración, y por no saber firmar hizo la cruz y lo firmó dicho señor y presente escribano. Plácido Fernández de Velasco.

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Ante mí. Pedro Durán.

Declaración de Julián Sánchez …de edad de 22 años, natural de esta villa, de religión católica y de ejercicio obrajero. Dijo: Que una mañana se le puso irse para el Fuerte de Moreno, cuyo partido de rebeldes le agradaba. Y que el día 11 del corriente, a las 4:00 de la tarde que salió Moreno a parlamentar con el señor General Pascual Liñán, gritó el comandante de la tropas de Navarra, que estaba en el punto del agua: muchachos el que quiera indultarse bájese; y el que declara, en compañía de otros, lo verificó, siendo este el objeto de su salida. Fue alistado en las Compañías de Infantería de Moreno, y de estas fue pasado a las de Mina, hace cuatro meses, y su empleo era de soldado raso. También declaró: Haber sido soldado del Regimiento de Dragones del Príncipe; de Dragones de Querétaro, y que en el tiempo que fue del Príncipe, se desertó y se fue con el rebelde cabecilla Antonio Segura, a quien sirvió dos meses, y a los seis de ido, se indultó en esta villa, y se agregó al Regimiento de Querétaro, a donde anduvo tres meses, y de este se desertó para irse con Moreno. Declaración de Martín Díaz …de edad de 45 años, natural de la hacienda de Cerro Gordo jurisdicción de esta villa, de religión católica apostólica romana y de ejercicio carbonero. Dijo: que hace dos meses lo llevó una partida de Moreno a trabajar en las murallas y zanjas de dicho fuerte. Y que el día doce del presente en la noche, se descolgó por unos peñascos, forzado del hambre y sed que pasaba, y se presentó al batallón de Navarra. Declaración de Eduardo Jiménez …de edad de catorce años, natural de la ciudad de Querétaro, de religión católica apostólica romana y de ejercicio ninguno. Dijo: que venía en compañía de un sargento del batallón de Celaya, cuando atacaron los rebeldes la división del señor coronel don Cristóbal Ordóñez en San Juan de los Llanos a donde lo hicieron prisionero, y lo condujeron al Fuerte del Sombrero, y que con el achaque de ir a subir un cántaro de agua, se reunió a las tropas del rey. Declaración de Pedro de la Cruz …de edad de 16 años, natural de esta villa, de religión católica apostólica romana y de ejercicio labrador. Dijo: que el día 27 del próximo pasado julio que los rebeldes atacaron a esta villa lo cogieron en el Barrio de Arriba, fuera de cortaduras para que fuera a cargar un muerto de los que llevaban, y que se salió del Fuerte del Sombrero porque ya no quería estar entre ellos. Trabajaba en las trincheras del fuerte. Declaración de Antonio Sánchez

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…de 37 años de edad, natural de la ciudad de Guanajuato, de religión católica apostólica romana y de ejercicio platero. Dijo: que hace dos meses se lo llevó el padre Torres, uno de los cabecillas de los insurgentes de la hacienda de Burras para trabajar en la fortificación del fuerte de San Gregorio, y que el lunes 10 del corriente, a las cinco de la mañana, por lo mucho que le apuraba el hambre y sed, trató de salirse a conseguir su indulto con el señor general del Fuerte del Sombrero, a donde lo llevaron después. Los insurgentes lo pusieron de cuartelero al instante que lo filiaron. Declaración de Sabás Granado …de edad de 16 años, natural de la hacienda de Burras, de religión católica apostólica romana y de ejercicio albañil. Dijo: que Borja se lo llevó al fuerte de San Gregorio a trabajar en la fortificación de él, y que se salió del fuerte del Sombrero, a donde lo llevaron después, el día 10 del corriente a la madrugada, por la escasez de víveres que había, y lograr el indulto. También declaró: que él era recluta alistado a una de las compañías de Mina, y que la noche que las tropas del rey trataron de asaltar el fuerte estaba el que declara en uno de los parapetos, y que ese mismo día juntó Mina la tropa y les impuso pena de la vida el que dijera que estaba allí, y que si desparramaran la voz de que se había salido. Declaración de Marcos Antonio Ávalos …de edad de 60 años, natural del pueblo del Coecillo y avecindado hace dos años en el pueblo del Rincón, de religión católica apostólica romana y de oficio arriero. Dijo: que desde dicho pueblo del Rincón salió hasta la hacienda de Arriba, distante cinco leguas, a comer unas tunas, a donde lo cogieron los insurgentes y lo llevaron a trabajar al Fuerte del Sombrero, a donde estuvo haciendo unos tanques para recoger agua; y que el día 11 del corriente agosto en la noche se salió a lograr el indulto, por hallarse forzado entre ellos, y muerto de hambre. Declaración de José Esteban López …de edad de 21 años, natural del pueblo del Rincón, de religión católica apostólica romana y de ejercicio comerciante. Dijo: que el día 3 del corriente agosto salió del pueblo del Rincón para el Fuerte del Sombrero con el destino de cobrarle a uno unas enaguas que le hizo droga; y no se pudo regresar a su casa, porque ya cayó la tropa del rey y no lo dejaron salir cuando él lo intentaba, y que se entretenía en echar juego con los demás tahúres que allí había. Firmó. Declaración de Rafael Ríos …de edad de 20 años, natural de esta villa, en la cual vive fuera de cortaduras, de religión católica apostólica romana y de oficio platero. Dijo: que el 27 del pasado julio, día en que entró Mina en esta villa, se fue el que declara al Real de Comanja a vender un poco de obra de plata, a donde lo cogieron los insurgentes y condujeron al Fuerte del Sombrero; y que el día 13 del corriente agosto les dijo unos oficiales insurgentes se saliera el que quisiera y entonces logró el que declara salir a lograr el indulto. Fue alistado en la compañía de Macheteros. Declaración de Marcos Morales …edad de 19 años, natural de la villa, en la cual vive fuera de cortaduras, de religión católica apostólica romana y de ejercicio panadero. Dijo: que el 27 del próximo pasado julio, que atacó esta villa el cabecilla Mina, lo cogieron al que declara para que fuera cargando un herido, y en este intermedio dice no pudo escaparse de entre ellos; y que el 13 del corriente agosto uno de los oficiales de Mina les dijo a todos los que estaban en el Fuerte, que se saliera el que quisiera y el que declara lo verificó dicho día a las doce de él.

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Declaración de Leonardo Martínez …de edad de 16 años, natural de la villa de La Encarnación, de religión católica apostólica romana y de ejercicio labrador. Dijo: que estando haciendo unas cargas de leña, en el cerro de Las Mariquitas, lo cogieron los insurgentes hace seis meses, y que se salió porque la fuerza lo obligó por el hambre que pasaba, y trató de salir a lograr el indulto. Lo alistaron en la segunda compañía de fusileros, del Capitán Santiago González, hace seis meses; y en compañía de 300 hombres fue a dar ataque al Jaral donde no hallaron tropa alguna, y se trajeron cuatro carretas de dinero. Declaración de José Miguel Soto …de edad de 46 años, natural de la ciudad de Guanajuato, de religión católica apostólica romana y de ejercicio comerciante. Dijo: que habiendo salido del pueblo del Rincón, a donde se hallaba, en solicitud de unas tunas lo cogieron los insurgentes de la gavilla de Moreno y lo encueraron, de cuyas resultas se fue en seguimiento de ellos hasta el Fuerte de Moreno, a ver si conseguía la ropa y tres burros que le quitaron, y que no le dieron nada. Y que su salida fue el día trece del corriente agosto a las tres de la tarde, que trataron los insurgentes de parlamentar con las tropas del rey se salió el que declara a lograr el indulto. Sólo se mantuvo en el fuerte doce días. Firmó. Declaración de Miguel Aguilar …de edad de 20 años, natural de la ciudad de Celaya, de religión católica apostólica romana y de ejercicio labrador. Dijo: que cuando los insurgentes tuvieron la acción con el señor general don Cristóbal Ordóñez, en San Juan de los Llanos, lo hicieron prisionero los rebeldes que venía con el rancho de los cazadores de Celaya, y que el día 12 del corriente agosto le dijeron que el que quisiera irse que se fuera, y entonces logró el que declara el indulto que se les dio, y que cuantos prisioneros hay en el Fuerte del Sombrero de la división del Sr. Ordóñez, están por su gusto y defendiéndose de los del rey hasta más no poder. Fue alistado en la compañía primera de fusileros, cosa de un mes. Declaración de Domingo Lorea …de edad de 31 años, natural de la ciudad de Querétaro, de religión católica, apostólica y romana, y de ejercicio obrajero. Dijo: que cuando Mina atacó el pueblo del Valle del Maíz, que ganó la acción lo hicieron allí prisionero y lo condujeron hasta el Fuerte del Sombrero. Y que su salida fue el día 12 del corriente agosto para lograr del indulto. No fue alistado por estar enfermo. Declaración de Dionisio Peña …de edad de 46 años, natural de esta villa, de religión católica apostólica romana y de ejercicio carpintero. Dijo: que se fue para el Fuerte del Sombrero a acarrear leña para venderles a las puesteras que estaban en dicho fuerte haciendo de comer a los rebeldes, a donde estuvo quince días en esta maniobra; y que el día trece del corriente agosto le dieron licencia para que se saliera del fuerte por el perjuicio que les hacía a los insurgentes por la escasez de víveres. Declaración de Evaristo Ramírez …de edad de 16 años, natural de esta villa, de religión católica apostólica romana y de ejercicio zapatero. Dijo: que hace 22 días, lo cogieron los insurgentes viniendo con un tercio de leña para su casa y lo llevaron a trabajar en las murallas de dicho fuerte; y que el día 13 del corriente agosto le dijeron que se saliera. Declaración de Ignacio Segura

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…de edad de 12 años, natural de los pueblos del Rincón, de religión católica apostólica romana y sin ningún ejercicio. Dijo: que hace el tiempo de tres meses que el cabecilla Miguel Borja, sacó al que declara de dichos pueblos del Rincón, para que sirviera de tambor en una de sus compañías, y de allí lo condujeron a dicho Fuerte del Sombrero, en donde lo aleccionaban para que sirviera de tambor como lleva dicho, y que el motivo de salirse del fuerte fue la necesidad de hambre y sed que pasaba, y el interés de gozar del indulto. Formó parte de la compañía de fusileros que mandaba el cabecilla Borja. Declaración de José Tomás Maldonado …de edad de 13 años, natural de la ciudad de Guanajuato, de religión católica apostólica romana, de ejercicio pastor. Dijo: que estando cuidando unas borregas en el rancho de Los Castillos se lo llevaron los insurgentes para dicho fuerte, y que el día doce del corriente agosto logró su salida para venirse con una tía suya, y que estuvo con los rebeldes cosa de un mes. Declaración de Mateo Villegas …de edad de 11 años, natural del Real de Comanja, jurisdicción de esta villa, de religión católica apostólica romana y sin ningún ejercicio. Dijo: que a él y a su madre les dijeron que se subieran para el fuerte, y ellos por el amor de un hermano que andaba de insurgente, del cual ignora el paradero, se fueron para dicho fuerte, y que su salida la verificó el día doce del corriente agosto por el hambre y sed que pasaba. Agregó que su oficio allí no era otro que el de cortar zacate para vender dentro del fuerte. Declaración de José Frausto Rivas …de edad de 28 años, natural de la villa de Lagos, de religión católica apostólica romana, y de ejercicio carpintero. Dijo: que desde que se comenzó a poner la primera piedra del Fuerte del Sombrero se halla en él, que los insurgentes lo llevaron de la hacienda de Jaliscolla, para que ayudase a hacer las cureñas de los cañones, y cuanto más se ofreciera hacer de este ejercicio. Y que el día doce del corriente agosto se salió, de miedo, hambre y sed que tenía. Declaración de Desiderio Belmonte …de edad de 25 años, natural del rancho de Ojos de Rana, jurisdicción de Silao y de ejercicio labrador.Dijo: que hace ocho meses lo cogió el cabecilla Borja para soldado de caballería, y hace 22 días que el dicho Borja lo trajo de infante en compañía de otros cuatrocientos a auxiliar dicho Fuerte del Sombrero; y que el día diez del corriente agosto se salió a lograr del indulto porque ya no podía aguantar el maltrato que le daban y las hambres que padecía. Estaba alistado en la compañía de fusileros de soldado raso. Declaración de Miguel Hernández …de 18 años de edad, natural de la hacienda de Santa Ana, jurisdicción de Silao, de religión católica apostólica romana y de ejercicio labrador. Dijo: que en el mes de junio próximo pasado, estando comerciando en la hacienda de Santa Ana, lo llevaron los insurgentes al Fuerte de los Remedios y de allí el 28 del pasado julio en compañía de otros lo condujeron al Fuerte del Sombrero para agilitarlo bien en el manejo del fusil. Y que el 12 del corriente agosto en compañía de otros se salió por el hambre y sed que sufría a lograr el indulto. Estuvo en la segunda compañía de fusileros de la del cabecilla Mina. Declaración de José María Árias

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…de edad de 12 años, natural del pueblo de Pénjamo, de religión católica apostólica romana y de ejercicio arriero. Dijo: que estando con su tío, cuyo paradero ignora, en la hacienda de Santa Ana le pagaron un flete para dicho Fuerte del Sombrero, y se llevó al que declara para que le ayudara; y que su salida la verificó el día doce del corriente agosto por el hambre y sed que pasaba, y para gozar del indulto. Declaración de Miguel Bermúdez …de edad de 23 años, natural de la ciudad de Horcacitas, de religión católica apostólica romana y de ejercicio labrador. Dijo: que a la pasada del cabecilla Mina por dicha ciudad lo agarró para arriero de unos atajos que traía, y lo condujo hasta el Fuerte del Sombrero; y que se salió el día doce del corriente mes, por la mucha hambre y sed que tenía, y para lograr el indulto. Estuvo en la primera compañía de cazadores perteneciente al cabecilla Mina a donde se mantuvo tres meses, y anteriormente fue soldado patriota de dicha ciudad de Horcacitas. Declaración de Francisco de la Merced …de edad de 22 años, natural de esta villa, en la cual vive fuera de cortaduras, de religión católica, apostólica y romana, y de ejercicio zapatero. Dijo: que hace veinticuatro días que salió de esta villa con dos pares de zapatos a venderlos a los rebeldes, porque tuvo noticias de los demás comerciantes que se vendían con más estimación en el Fuerte del Sombrero; y que su salida de este la verificó el día doce del corriente agosto que los rebeldes le permitieron salir en compañía de otros a gozar del indulto. Declaración de Antonio Abad …de edad de 20 años, natural del Real de Santa Ana, de religión católica apostólica romana y de ejercicio arriero. Dijo: que siendo atajador de un chinchorro de mulas lo cogieron los insurgentes en la hacienda de San Antonio, jurisdicción de Irapuato; y que lo llevaron al Fuerte de San Gregorio; y que el día doce del corriente agosto se salió del Fuerte del Sombrero donde se hallaba, a lograr el indulto, por la mucha hambre y sed que pasaba. Agregó que en el fuerte del Padre Torres fue recluta, y en el del Sombrero fue alistado en la compañía de los colorados del cabecilla Mina, en donde duró cuatro semanas. Declaración de Germán Robledo …de edad de 12 años, natural de esta villa, de religión católica apostólica romana y sin oficio ninguno. Dijo: que el día 27 de julio que atacó el cabecilla Mina esta villa, se lo llevó del Barrio de Arriba fuera de cortaduras, para que fuera a trabajar a dicho fuerte, y que el día doce del corriente agosto se salió a lograr el indulto. Declaración de José de Santiago …de edad de 15 años, natural de la hacienda de Comanjilla, de religión católica apostólica romana y de ejercicio labrador. Dijo: que lo quitaron los insurgentes de su trabajo y se lo llevaron a dicho fuerte, y que el día doce del corriente agosto se salió a lograr el indulto. Lo tuvieron trabajando en un tanque para coger agua. Declaración de José Carmona …de edad de 10 años, natural del Puerto de Cuarenta, de religión católica apostólica romana y de ejercicio ninguno. Dijo: que había venido a su padre y madre que estaban en el fuerte haciendo zapatos a los insurgentes, y que el día catorce del corriente se salió a beber agua y lo cogieron las

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tropas del Rey, ignorando por esta causa el paradero de su padre, pues sólo su madre es la que se halla en esta villa. Declaración de Silvestre del Río …de edad de 10 años, natural de esta villa, de religión católica apostólica romana y de ejercicio ninguno. Dijo: que el día 27 del próximo pasado julio, que atacó el rebelde Mina a esta villa, se lo llevaron de fuera de cortaduras donde vivía para el Fuerte del Sombrero; y que el día trece del corriente agosto lo echaron a beber agua y se fue con la tropa del Rey. Declaración de José del Río …de edad de 31 años, natural del rancho Los Salados, jurisdicción del pueblo de San Pedro, de religión católica apostólica romana y de ejercicio labrador. Dijo: que el día 28 del próximo pasado julio fue a vender seis sandías a dicho fuerte con la esperanza que se las habían de pagar bien; y que su salida la verificó el día doce del corriente agosto a lograr el indulto que se les había prometido. Declaración de Julián de Rojas …de edad de 18 años, natural del valle del Maíz, de religión católica apostólica romana y de ejercicio obrajero. Dijo: que hace cosa de tres meses que el cabecilla Mina atacó y entró a dicho valle del Maíz, y lo sacó a fuerzas del obraje en que trabajaba, y que en el camino se agregó voluntario a la compañía de Úsares de dicho Mina, con quien se vino hasta el Fuerte del Sombrero; y que su salida fue el día doce del corriente a lograr el indulto, y por la sed y hambre que pasaba. Declaración de José Vicente Ciprés …de edad de 30 años, natural de la villa de Zamora, de religión católica apostólica romana y de ejercicio obrajero. Dijo: que habiendo salido el mes de junio para la ciudad de San Luis a vender seis rebozos, y de paso ver a una hermana suya, y que en la hacienda de Los Altos de Ibarra lo cogió un coronel de los rebeldes, le quitó los rebozos y lo llevó preso al Fuerte del Sombrero; y que el día doce del corriente que oyó la voz de que a todos se les daba indulto logró el salirse a gozar de él. No fue alistado, que solamente de noche lo llevaban a fuerza a cuidar de los cañones. Firmó. Declaración de Carlos Contreras …de edad de 10 años, natural de la ciudad de Guanajuato, de religión católica apostólica romana y sin oficio. Dijo: que en la guerra que tuvo Mina contra las tropas del señor Ordóñez en San Juan de los Llanos, hicieron prisionero al que declara viniendo con su padre Dionisio Contreras, soldado de San Carlos, quien se escapó y anda con su escuadrón; y condujeron al que declara para dicho fuerte en compañía de varios prisioneros; y que su salida la verificó el día doce del corriente agosto en compañía de otros a lograr el indulto, y ver si le hablaba a su padre y madre. Fue alistado en la compañía de Suárez para corneta. Declaración de Manuel Sánchez …de edad de 21 años, natural de la congregación de Irapuato, de religión católica apostólica romana, de oficio cigarrero. Dijo: que el día 17 del próximo pasado julio, se dirigió desde los pueblos del Rincón donde tenía su residencia, a el Fuerte del Sombrero en solicitud de un tío suyo que le dijeron estaba prisionero de resultas del ataque del señor Ordóñez de cuya división era soldado, pero el declarante ignora de que regimiento y no habiendo encontrado a dicho su tío, ya no lo dejaron salir hasta el día doce del próximo pasado agosto para lograr del indulto que se les había prometido.

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Declaración de Francisco Esparza …de edad de 40 años, natural de la ciudad de Guanajuato, de religión católica apostólica romana, de oficio cigarrero. Dijo: que viniendo del pueblo de Silao con la partida del señor Negrete el día 28 del pasado julio, a vender diez pesos de cigarros, por venir a pie se quedó atrás, y en el paraje de Los Sauces le salió una partida del cabecilla Borja y lo hizo prisionero en compañía de otro hombre que traía un costal de cecina; que inmediatamente los condujeron para la hacienda de La Sardina, en donde los tuvieron presos tres días y de allí los condujeron al Fuerte del Sombrero. Y que su salida de este la verificó el día doce del próximo pasado agosto que las tropas del rey publicaron el indulto. Declaración de Ignacio Camacho …de edad de 18 años, natural del rancho Las Tablas, de religión católica apostólica romana, de oficio labrador. Dijo: que hará dos meses que el cabecilla Borja lo levantó de su trabajo y se lo llevó para el Fuerte de San Gregorio; y de allí lo condujeron en compañía de otros al del Sombrero, y que el día doce de agosto próximo pasado se salió a lograr del indulto que les prometieron las tropas del Rey. Agregó que fue alistado en una compañía de infantería que no sabe cómo se nombraba. Declaración de Agustín Gómez …de 30 años de edad, natural de la hacienda del Chipinque, de religión católica apostólica romana, de ejercicio labrador. Dijo: que hace como un año que está entrando y saliendo del fuerte llevando maíz, y … de este tiempo trabajando en las murallas de dicho fuerte, y que su salida la verificó el día doce del próximo pasado agosto a lograr del indulto que se les había prometido. Se vino porque conocía que no se podía sostener en ningún lugar, por la falta de aditamentos que tiene, como también por unos animales que tiene en su rancho. Declaración de Magdaleno Montelongo …de edad de 15 años, natural de la hacienda de Santa Bárbara, de religión católica apostólica romana, de ejercicio labrador. Dijo: que saliendo de la hacienda de La Loza, con un burro cargado de maíz para la de Los Otates, lo encontró el cabecilla Borja y lo llevó para dicho Fuerte del Sombrero; y que su salida la verificó el día doce del próximo pasado agosto a lograr del indulto que se les prometió. Declaración de José Alejandro Rodríguez …de edad de 12 años, natural del pueblo de Río Verde, de religión católica apostólica romana, sin oficio. Dijo: que estando cuidando una poca de caballada del Rey junto a Horcacitas, llegó el rebelde Mina con su chusma y se arreó los caballos, y llevó preso al que declara para dicho Fuerte del Sombrero; y que su salida a reunirse a la tropa del señor Orrantia no se acuerda cuando fue. Que dentro del fuerte sólo estaba atenido a que un hermano suyo que estaba de insurgente y se fugó, le diera de comer. Declaración de Silvestre Gómez …de edad de 17 años, natural del pueblo de San Pedro, de religión católica apostólica romana, de ejercicio obrajero. Dijo: que hará mes y medio que se hallaba entre ellos por habérselo llevado una mujer, como de mandadero para que le llevara agua al Fuerte del Sombrero, por ser dicha mujer cocinera; y que su salida la verificó el día doce del próximo pasado agosto a lograr del indulto. Lo alistaron en una de las compañías nombrada la cuarta, pero que desde este nombramiento hasta su salida no se acordaron más de él.

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Declaración de Rafael Velarde …de edad de 22 años, natural del rancho de Jaripitío, de religión católica apostólica romana, de ejercicio sastre. Dijo: que hace dos meses se lo llevó Borja para el Fuerte de San Gregorio, y que su salida la verificó el día doce del próximo pasado agosto del Fuerte del Sombrero a donde lo llevaron después a lograr del indulto que les habían prometido. Fue alistado en la segunda compañía de infantería desde el día que lo agarraron; pero que en dicho fuerte el Sombrero no perjudicó a las tropas del Rey por haberse hallado enfermo de fríos. Declaración del soldado Antonio Girón …de edad de 28 años, natural de la ciudad de Valladolid, de religión católica apostólica romana, de ejercicio carpintero. Dijo: que estando en el pueblo de Silao con la división de don Juan Pesquero, como soldado que era de la Compañía de Cuervos de esta villa, que en el día está agregada al Regimiento del Príncipe, lo tenía arrestado en el cuartel de realistas fieles de Silao el teniente coronel Gaspar López, comandante de dicho pueblo, por haber revuelto el que declara de la marcha que la división llevaba por Irapuato. Y que hace diez meses que estando arrestado en dicho cuartel le dio licencia el sargento de la guardia para que se saliera a pasear, en compañía de otro soldado de San Carlos, y el declarante se cogió el camino del pueblo que llaman Romita, y el de San Carlos se quedó en dicho pueblo de Silao, y el que declara se juntó con dos insurgentes y lo llevaron para la hacienda de Santa Ana a presentar al tesorero de los rebeldes y de allí lo remitieron al Fuerte de San Gregorio, a presentárselo al cabecilla Borja, y éste se lo remitió al capitán cabecilla Emeterio Barrera a la hacienda de Comanjilla, y éste lo agregó a cuidar la remonta; y que su salida del Fuerte del Sombrero, donde estaba últimamente la verificó el día doce del próximo pasado agosto, a lograr del indulto que las tropas del Rey les prometieron. Y que hacía dos años era cabo de la Compañía de Cuervos. Estuvo en el Regimiento Mixto de Infantería, participó en ataque a Valenciana y no se indultó por el mucho temor que le tenía a su Capitán don Juan de la Pila Gómez. Declaración del soldado Sixtos Ávila …de edad de 28 años, natural de la ciudad de Guanajuato, de religión católica apostólica romana, de ejercicio platero. Dijo: que con el motivo de que le dijeron que un hermano suyo, soldado del batallón de Celaya, estaba prisionero de resultas de la guerra que hubo en San Juan de Llanos, fue al Fuerte del Sombrero, a ver si lo encontraba, y no lo encontró porque le dijeron se había quedado en Celaya; y que su salida de dicho fuerte la verificó el día doce del próximo pasado agosto a lograr del indulto. Era soldado del Batallón de Celaya, que hacía un año se desertó por una falta que tuvo, y temido de que no lo castigaran se retiró para su casa. Declaración de Rafael Martínez …de edad de 20 años, natural del pueblo de Silao, de religión católica apostólica romana, sin oficio. Dijo: que hace cuatro meses que yendo para Guanajuato lo cogieron los insurgentes, y porque no llevaba pase de ellos lo llevaron al Fuerte de San Gregorio a trabajar, y de éste al del Sombrero; y que su salida la verificó el día doce del pasado agosto a lograr del indulto que se les prometió; que luego que lo condujeron al Fuerte del Sombrero, lo pusieron de soldado en la Compañía de Fusileros. Declaración de Felipe Reyna …de edad de 31 años, natural de la ciudad de Guanajuato, de religión católica apostólica romana, de ejercicio cigarrero. Dijo: que haciendo salido de esta villa a feriar unos pocos de cigarros por maíz para su familia, en la hacienda del Palote lo agarró una avanzada del cabecilla Borja, y lo llevó

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para dicho fuerte a trabajar en un jacal para los enfermos; y que su salida la verificó el día doce del pasado agosto a gozar del indulto que les prometieron. Declaración de Agapito Gutiérrez …de edad de 12 años, natural de la hacienda de La Sardina, de religión católica apostólica romana, sin oficio. Dijo: que yendo para la villa de Lagos a vender chile, le salió al camino una avanzada del cabecilla Moreno y se lo llevaron a dicho fuerte, en compañía de su tío suyo, y otro compañero suyo, diciéndoles: hay vienen los chaquetas; y que su salida la verificó el día doce del pasado agosto a lograr del indulto. Declaración de Bernabé Urenda …de edad de 60 años, natural de la villa de Lagos, de religión católica apostólica romana, de ejercicio arriero. Dijo: que el 27 del próximo pasado julio, día en que atacó el rebelde Mina a esta villa, se lo llevaron los insurgentes de las inmediaciones de ella para que cargara a un herido, y lo llevara a dicho fuerte; y no pudo lograr su libertad, porque al instante lo pusieron a trabajar en un aljibe que estaban haciendo; y que su salida la verificó el día doce del pasado agosto a lograr del indulto que les prometieron, que sólo se ocupaba en trabajar con la barra. Declaración de Isidro Valle …de edad de 20 años, natural del pueblo del Venado, de religión católica apostólica romana, de ejercicio labrador. Dijo: que andando con la División del señor general Ordóñez por ser soldado de San Carlos, en la acción que tuvo dicho señor con el rebelde Mina en San Juan de los Llanos, hicieron al declarante prisionero y lo condujeron en compañía de otros para el Fuerte del Sombrero; y que su salida la verificó el día doce del próximo pasado agosto a lograr del indulto que las tropas del Rey les prometieron; que no se salió antes del indulto por el temor de que lo agarraran las avanzadas de los insurgentes y le quitaran la vida.Sirvió en el de San Carlos, en donde por el amor de ver a su padre cometió una deserción y con los rebeldes estuvo en una compañía que le nombraban de dragones de caballería. Declaración de Domingo Medel …de edad de 28 años, natural de esta villa, de religión católica apostólica romana, de ejercicio cocinero. Dijo: que el día 20 de julio próximo pasado, estando en el pueblo del Rincón, le cayeron a su casa unos ladrones y le robaron cuanto tenía; y sabiendo que éstos se hallaban en dicho fuerte se fue en seguimiento de ellos para conseguir su robo, y no le dieron nada por haberse presentado los que lo robaron de soldados de Moreno. Que cuando el declarante trató de salirse y retirarse para su casa, no lo pudo verificar porque sitiaron dicho fuerte las tropas del Rey; y que el día 19 del próximo pasado agosto en la noche, se salió y se presentó a la tropa de Navarra que estaba en el punto del agua. Declaración de Francisco María Lara …de edad de 37 años, natural del pueblo de Jerécuaro, de religión católica apostólica romana, de ejercicio sastre. Dijo: que el día de la derrota que sufrió la división del señor comandante general Ordóñez en San Juan de los Llanos lo hicieron prisionero, siendo cabo de la Segunda Compañía de Infantería del Batallón de Celaya, y lo condujeron al Fuerte del Sombrero; y que el día 10 del próximo pasado agosto en la noche se salió a presentarse a las tropas del Rey. Preguntado: ¿por qué en tanto tiempo que estuvo prisionero no trató de salirse como lo hicieron más de cien hombres de sus compañeros? Dijo: que con el motivo de estar herido de un balazo en

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una pierna no lo verificó, y en cuanto se alivió trató de hacerlo, pero con el motivo de que ya había dado orden el cabecilla Mina de que el prisionero que se arrimara a los parapetos lo mataran, con esta orden trató de no hacerlo porque no le sucediera. Firmó. Declaración de Pablo Cervantes …de edad de 19 años, natural del Real de Valenciana, de religión católica apostólica romana, de ejercicio obrajero. Dijo: que hace cinco meses que estando en el pueblo de Silao de artillero voluntario, pidió licencia para ir a Guanajuato a vender un poco de sabanilla con una partida; y en el río del Sabino se quedó atrás y le salieron tres insurgentes, y se lo llevaron a la hacienda de Burras a presentarlo al cabecilla capitán Natera, y éste lo remitió al Fuerte de San Gregorio, y de éste lo condujeron al del Sombrero; y que su salida la verificó el día 11 del próximo pasado agosto a presentarse a las tropas del Rey. Lo alistaron en el regimiento de caballería, nombrado de Santiago; y de éste lo pasaron a una compañía de infantería de ingleses. Reconvenido: ¿por qué en tanto tiempo que estuvo entre los rebeldes no trató de salirse y presentarse para que le perdonaran su delito? Dijo: que con el motivo de haberlo tenido en San Gregorio con un grillete tres meses, no tuvo coyuntura para fugar, y luego fue conducido para dicho Fuerte del Sombrero, a donde fue más difícil su salida por estar las tropas del Rey sobre este. Declaración de Rafael Serrato …de edad de 20 años, natural del rancho de Santa Ifigenia, jurisdicción de Silao, de religión católica apostólica romana, de ejercicio labrador. Dijo: que el día doce de diciembre del año próximo pasado, estando cosechando su milpa le cayó una avanzada del cabecilla Borja, y se lo llevaron al Fuerte de San Gregorio; y que su salida la verificó del Fuerte del Sombrero donde estaba últimamente el día doce del próximo pasado agosto por el miedo que tuvo de que no le dieran un balazo y perdiera la vida, y lograr igualmente el que lo indultaran. Cuando lo cogieron lo hicieron soldado de la cuarta compañía de caballería en la que ha servido hasta el día en que se presentó. Reconvenido: ¿por qué en este tiempo que ha sido insurgente no trató de indultarse? Dijo: que no ha tenido lugar de verificarlo por lo mucho que lo cuidaban. Declaración de José María Hernández …de edad de 18 años, natural de la villa de Lagos, de religión católica apostólica romana, de ejercicio obrajero. Dijo: que estando trabajando en su casa que está en el rancho de Los Castillos, en compañía de su padre, vinieron unos insurgentes a llevarse unas ovejas que su padre tenía; y porque los resistió, los amarraron a ambos y los condujeron para dicho fuerte, la víspera que las tropas del Rey llegaron a ponerle el cerco; y que su salida la verificó el día doce del pasado agosto a lograr del indulto que se les prometió. Que el tiempo que estuvo en el fuerte se ocupó en cuidar a su padre que estaba herido desde que se lo llevaron al fuerte, por la resistencia que les hizo a los rebeldes por sus ovejas. Declaración de Desiderio Martínez ….de edad de 16 años, natural de la ciudad de México, de religión católica apostólica romana, de ejercicio latonero. Dijo: que estando en la ciudad de Guanajuato, hace cuatro meses, con el batallón de Fernando Séptimo por ser tambor de él, salió dicho batallón de marcha para la ciudad de San Luis y en el Real de Santa Rosa, se quedó atrás el declarante por ir bastante cansado, y le salieron cuatro insurgentes que lo llevaron para donde estaba el capitán que cobraba la puerta, en donde durmió preso el que declara esa noche para conducirlo al Fuerte de San Gregorio; y pasando el día siguiente, el cabecilla Ortiz, para el Fuerte del Sombrero lo condujo entre Ortiz y otros cuatro que llevaba; y lo presentó a Moreno. Y que su salida la verificó el día doce de agosto próximo pasado a

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lograr del indulto que prometieron las tropas del Rey. No asistió a ataques contra las tropas del Rey por estar enfermo y lo alistaron con los cazadores de Mina. Reconvenido: ¿cómo en cuatro meses no se fugaba del fuerte y se presentaba a las tropas del Rey? Dijo: que la falta de conocimiento de los caminos lo hacía no exponerse a la fuga, temeroso de que las avanzadas de rebeldes lo agarraran. Declaración de José Obispo Escamilla …de edad de 46 años, natural del valle de Guatemala, de religión católica apostólica romana, de ejercicio labrador. Dijo: que viniendo con la división del señor general don Cristóbal Ordóñez, de soldado en el regimiento de San Carlos, cuando el ataque que tuvieron en San Juan de los Llanos con el rebelde Mina, hicieron al declarante prisionero en compañía de otros varios de dicha división y lo condujeron para el Fuerte del Sombrero; y que su salida la verificó el día doce del pasado agosto, a lograr del indulto que se les prometió.Reconvenido: ¿cómo en tanto tiempo de hallarse en el fuerte, antes de que les prometieran el indulto, no emprendió fugarse, como lo hicieron muchos de los prisioneros que había en compañía suya? Dijo: que con motivo de haberle herido gravemente cuando lo hicieron prisionero, como lo demuestran las cicatrices de su cuerpo, se vio a la muerte y por esta no pudo fugarse. Declaración de Antonio Medrano, soldado de las Compañías de Monterey …de edad de 21 años, natural de Monte Rey, de religión católica apostólica romana, de ejercicio zapatero. Dijo: que siendo soldado de unas compañías de infanterías sueltas que hay en Monte Rey, salió de este paraje con una División que mandaba el teniente coronel don Felipe de la Garza a atacar a los Ángulos a la Marina, y habiendo sido derrotada dicha división por el rebelde Mina, hicieron prisionero al que declara en compañía de otros nueve soldados y los condujeron hasta el Fuerte del Sombrero; y que su salida la verificó el día doce del pasado agosto a lograr del indulto que las tropas del Rey les prometieron. Reconvenido: ¿cómo en tanto tiempo de andar con los insurgentes no pudo fugarse y quedarse en uno de los parajes que están por el Rey? Dijo: que no emprendió ninguna fuga, con motivo de haber andado lo más enfermo; y por consiguiente que ignoraba los caminos o parajes por donde poder verificarlo. Los rebeldes lo alistaron de soldado en la compañía de cazadores de Mina. Declaración de José Esparza, tambor del Batallón de Fernando VII …de edad de 16 años, natural de la ciudad de México, de religión católica apostólica romana, de ejercicio sastre. Dijo: que estando en la ciudad de Guanajuato de tambor en el batallón de Fernando VII, salió el que declara en compañía de otros a lavarse a la Presa de la Olla, a donde llegó una avanzada de cabecilla que nombran “El Pajarito”, y los agarró conduciéndolos a la hacienda de Burras a presencia del capitán cabecilla Natera, quien los condujo al Fuerte de San Gregorio, y de éste sacó al declarante el cabecilla Borja de tambor en una de sus compañías y lo condujo al Fuerte del Sombrero; y que su salida la verificó el día 10 del pasado agosto para presentarse a las tropas del Rey, como en efecto lo verificó con los señores oficiales del regimiento de Zaragoza, quienes lo llevaron a presencia del señor general don Pascual de Liñán. Reconvenido: ¿por qué en tanto tiempo de andar con los insurgentes no trataba de largarlos y quedarse en alguno de los parajes que están por el rey? Dijo: que no trató de dejarlos por el motivo de que en San Gregorio cualquiera que salía le daban boleta, y por consiguiente estaba temeroso por ignorar los caminos. Preguntado: ¿en cuál de las compañías de rebeldes lo alistaron para tambor? Dijo: que Borja lo trajo en su compañía hasta el Fuerte, y ya estando en él lo agregaron a la manga de tambores sin señalarse compañía. Declaración de Albino Hernández, soldado del destacamento del Refugio

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…de edad de 26 años, natural del Puerto de Altamira, de religión católica apostólica romana, de ejercicio vaquero. Dijo: que habiendo salido del puerto del Refugio con la División que mandaba el señor coronel con Cayetano Quinteros, por ser el que declara soldado de caballería de dicha división, llegaron a la hacienda de Peotillos en persecución del rebelde Mina, quien atacó a la división y la derrotó completamente, haciendo cuatro prisioneros incluso el que declara, y los condujo hasta el Fuerte del Sombrero; y que su salida la verificó el día 12 del pasado agosto a gozar del indulto. Preguntado: ¿a qué acciones ha asistido contra las tropas del Rey? Dijo: que aunque en el camino atacó Mina al Real de Pinos, no se halló en la guerra por haberlo dejado retirado con la guardia que guardaba los atajos. Reconvenido: ¿cómo en tanto tiempo de andar en compañía de los rebeldes no trató de fugarse y quedarse en algún lugar que estuviera por el Rey? Dijo: que desde Peotillos no encontró más lugar realista que el pueblo de La Hedionda, de donde salieron a recibir a Mina todos los particulares de dicho pueblo. Preguntado: ¿en cuál de las compañías fue alistado para soldado? Dijo: que a la de dragones de caballería, según la oyó mentar. Declaración de Diego Nava, soldado de Celaya …de edad de 17 años, natural de la ciudad de Guanajuato, de religión católica apostólica romana, de ejercicio herrero. Dijo: que andando con la división del señor general don Cristóbal Ordóñez de soldado en la primera compañía de infantería de Celaya, en el ataque que tuvo lugar en San Juan de Llanos hicieron prisionero al que declara y lo condujo el rebelde Mina para el Fuerte del Sombrero; y que su salida la verificó el día 12 del próximo pasado agosto a lograr del indulto que las tropas del Rey les prometieron. Reconvenido: ¿cómo habiendo oportunidad de salirse antes del indulto no lo verificó como lo hicieron muchos de los prisioneros que se hicieron en compañía suya? Dijo: que cuando sus compañeros lo verificaron, no lo supo, y que después que el declarante trató de salirse no pudo porque impusieron pena de la vida al que se asomara a la trinchera. Preguntado: ¿en cuál de las compañías de rebeldes fue alistado para soldado y a qué acciones ha asistido contra las tropas del Rey? Dijo: que lo alistaron en la compañía de cazadores de Mina, y que aunque éste atacó al Jaral y a esta villa no asistió el declarante porque se fingió de enfermo, y lo dejaron en el hospital. Declaración de Antonio Pérez, soldado de Celaya …de edad de 19 años, natural de la ciudad de Celaya, de religión católica apostólica romana, de ejercicio carpintero. Dijo: que andando de soldado en la 2ª de infantería de Celaya, con la división del señor general don Cristóbal Ordóñez, en el ataque que dicho señor tuvo en San Juan de Llanos con el rebelde Mina, hicieron prisionero al declarante y lo condujeron gravemente herido para el Fuerte del Sombrero; y que su salida la verificó el día 12 del pasado agosto que las tropas del Rey prometieron el indulto. Reconvenido: ¿por qué teniendo proposición de salirse antes del indulto no lo verificó, como lo hicieron varios de los que se cogieron en compañía suya? Dijo: que con motivo de estar en el hospital no supo cuando sus compañeros se fugaron; y cuando ya estaba de alivio no lo verificó porque dieron orden de que se pasara por las armas al que le advirtieran demostración de saltar las trincheras, como lo hicieron con dos de los prisioneros. Preguntado: ¿en cuál de las compañías de rebeldes lo alistaron para soldado y a qué acciones ha asistido contra las tropas del Rey? Dijo: que lo alistaron en la compañía de cazadores y que no asistió a ninguna de las guerras que tuvo Mina por estar enfermo en el hospital como lleva declarado. Declaración de Francisco Reyes …de edad de 7 años, natural de la hacienda de La Sauceda, de religión católica apostólica romana, sin oficio. Dijo: que habiendo ido su madre a vender tortillas al fuerte lo llevó y estando allí llegaron las tropas del Rey y ya no pudieron salir; y que su salida la verificó el día doce del próximo pasado agosto cuando las tropas del rey pusieron unas banderas.

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Declaración de León Solís …de edad de 59 años, natural de la villa de Lagos, de religión católica apostólica romana, de ejercicio obrajero. Dijo: que el día 9 del próximo pasado agosto, saliendo de la oficina donde estaba trabajando, en esta villa fuera de cortaduras, lo agarró una patrulla del Rey que según le dijeron era de Sierra Gorda, y con la tropa que conducía los víveres condujeron al declarante en compañía de otros trece a cargar los heridos que venían del Fuerte del Sombrero, y que no sabe cuál sea la causa de su prisión. Que en el ínterin se proporcionó que vinieran los heridos, estuvo trabajando en las trincheras del campo del señor brigadier don Pedro Negrete. Declaración de Lázaro Chávez …de edad de 34 años, natural de la hacienda del Cerro Gordo, jurisdicción de León, de religión católica apostólica romana, de ejercicio adobero. Dijo: que él nunca ha estado en el fuerte, y menos entre los rebeldes; que el día 10 del pasado agosto saliendo de su casa lo agarró una patrulla y se lo llevó para dicho Fuerte del Sombrero, para que condujera unos heridos a esta villa, y no habiéndose verificado lo ocuparon en hacer las trincheras del campo del señor brigadier don Pedro Negrete, y a los tres días de estar allí vino cargando una camilla de un soldado herido, y luego que llegó lo encerraron en la cárcel sin saber por qué. Declaración de Ignacio Gómez …de edad de 40 años, natural de esta villa, de religión católica apostólica romana, de ejercicio albañil. Dijo: que nunca ha estado en el fuerte, y menos entre los rebeldes. Que el día 10 del próximo pasado agosto lo agarró una patrulla del Rey y se lo llevó para el Fuerte del Sombrero a que trajera a esta villa unos heridos, y no habiéndose verificado lo ocuparon en hacer las trincheras del campo del señor brigadier don Pedro Negrete, y a los tres días de estar allí vino cargando una camilla de un soldado herido, y luego que llegó lo encerraron en la cárcel sin saber por qué. Declaración de Gregorio Moreno …de edad de 18 años, natural de la ciudad de Zacatecas y residente en esta villa, de religión católica apostólica romana, de ejercicio albañil. Dijo: que él nunca estuvo en el fuerte, ni menos entre los rebeldes, que el día diez del próximo pasado agosto saliendo de su casa lo agarró una partida de las que conducían los víveres a las tropas del Rey que estaban en dicho fuerte, para que fuera a traer unos heridos, y no habiéndolo verificado lo tuvieron trabajando en las trincheras del campo del señor brigadier don Pedro Negrete, hasta los tres días que lo trajeron a esta villa cargando una camilla de un soldado herido, y luego que llegó lo encerraron en la cárcel sin saber cuál sea su causa. Declaración de Rafael Delgado …de edad de 36 años, natural de la ciudad de Guanajuato, y residente en esta villa, de religión católica, apostólica y romana, y de ejercicio alfeñiquero. Dijo: que no ha estado nunca entre los insurgentes, ni menos ha salido del fuerte, que el día 9 del próximo pasado agosto que andaban los soldados del Rey cogiendo gente para que fueran a el Fuerte del Sombrero a traer unos heridos lo agarraron y lo llevaron; y no habiéndose verificado el traer dichos heridos lo tuvieron tres días trabajando en las trincheras del campo del señor brigadier don Pedro Negrete, y luego lo trajeron cargando la camilla de un soldado herido a esta villa, y luego que llegó lo encerraron en la cárcel sin saber cuál sea su delito. Declaración de Laureano Moreno

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…de edad de 27 años, natural de esta villa, de religión católica apostólica romana, de ejercicio leñador. Dijo: que nunca ha estado entre los rebeldes, y menos ha salido del Fuerte del Sombrero; que el día cinco del próximo pasado agosto que andaba en la hacienda de Arriba haciendo leña lo agarró una partida del Rey y lo subió a trabajar en las trincheras del campo del señor brigadier don Pedro Negrete, en lo que se ocupó ocho días, y después lo condujeron a esta villa cargando una camilla de un herido, luego que llegó lo encerraron en la cárcel, sin saber a cuál efecto lo han detenido, ni menos la causa de su prisión. Declaración de Hipólito García …de 16 años, natural de la hacienda de Jalpa, de religión católica apostólica romana, de ejercicio labrador. Dijo: que nunca ha estado entre los insurgentes, ni menos ha salido del fuerte. Que habiendo venido el día 2 del pasado agosto de la hacienda de Jalpa con cuatro cargas de melón, se demoró ocho días en esta villa con motivo de que no le pagaban todo su efecto; y el día nueve de dicho mes, andando el que declara en la calle, lo agarró un sargento del Rey para que fuera a encontrar unas camillas de los heridos; y no habiéndolo verificado lo llevaron hasta el fuerte a trabajar en las trincheras del campo del señor brigadier don Pedro Negrete, en donde lo tuvieron tres días y después lo trajeron cargando un herido, y habiendo llegado con él a esta villa lo encerraron en la cárcel, sin saber con qué fin o por qué causa. Declaración de José María Suárez …de edad de 26 años, natural de Ciénega de Mata, de religión católica apostólica romana, de ejercicio leñador. Dijo: que estando avecindado en el rancho de San Jorge, jurisdicción de esta villa, una tarde estando en su casa llegó una avanzada de insurgentes que mandaba el capitán cabecilla Díaz, y lo llevaron para dicho Fuerte del Sombrero, en donde estuvo cuatro días; y que su salida la verificó el día 5 del próximo pasado agosto en la noche que pudo brincar las trincheras para presentarse a las tropas del Rey, que rodeaban el mencionado fuerte; y habiéndolo verificado con el señor general mandó este señor que lo pusieran a trabajar en tapar el agua, y levantar las trincheras del campo. Preguntado: ¿en cuál de las compañías de rebeldes lo alistaron para soldado? Dijo: que los días que estuvo allí siempre se quedó en la compañía que mandaba dicho capitán de insurgentes Díaz. Declaración de Bernardino Becerra …de edad de 21 años, natural del rancho de Mora, jurisdicción de esta villa, de religión católica apostólica romana, de ejercicio labrador. Dijo: que estando en su casa, llegó una avanzada de insurgentes, en donde iban Francisco Sánchez, y un hijo suyo llamado Juan, que se habían indultado en esta villa; y agarraron al que declara diciéndole que iban a coger a unos ladrones, y con este engaño lo condujeron hasta el Fuerte del Sombrero; y que su salida la verificó el día 5 del próximo pasado agosto en la noche que pudo desbarrancarse, con el fin de presentarse a las tropas del Rey, como en efecto lo verificó con los soldados de Zaragoza, quienes lo llevaron a presencia del señor general, disponiendo este señor que se quedara a trabajar en levantar las trincheras del campo. Preguntado: ¿en cuál de las compañías de rebeldes lo alistaron para soldado, y si lo ha sido de algún regimiento del Rey? Dijo: que cuatro días que estuvo en el fuerte lo tenía a su cargo el capitán cabecilla Díaz, que comenzaba a reformar una compañía; y que no ha sido soldado del Rey. Declaración de José Domingo Ramírez …de edad de 18 años, natural de esta villa, de religión católica apostólica romana, de ejercicio zapatero. Dijo: que el día 25 del próximo pasado julio, llevado de su mucha necesidad se fue al Fuerte del Sombrero a vender un tercio de duraznos, y en lo que lo vendió se quedó acarreando agua

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y leña, a unas mujeres que le pagaban ese trabajo; y que su salida la verificó el día dos del próximo pasado agosto, temeroso de las muchas tropas del Rey que rodeaban el mencionado fuerte, y con el destino de presentársele al señor general, como en efecto lo verificó. Declaración de Patricio Rosas …de edad de 19 años, natural de esta villa, de religión católica apostólica romana, de ejercicio arriero. Dijo: que fue en compañía de su madre a vender unas tortillas al Fuerte del Sombrero, y lo cogieron los insurgentes para que arrimara piedras para las trincheras, en donde estuvo siete días, y de allí se salió a presentar al campo del señor general don Pascual Liñán, y este señor lo mandó en compañía de otros al campo del señor brigadier, don Pedro Negrete, en donde estuvo tres días y de allí se vino cargando un soldado enfermo. Declaración de Nicolás Mares …de edad de 14 años, natural del Real de Ramos, de religión católica apostólica romana, de ejercicio obrajero. Dijo: que hará tres meses que estando en el pueblo de La Hedionda pasó el rebelde Mina y el que declara ignorando si era malo reunirse con aquella gente lo verificó de su espontánea voluntad, y se acomodó de asistente con un sargento de aquellos, y se vino sirviéndole hasta el Fuerte del Sombrero; y que su salida la verificó el día 9 del próximo pasado agosto por la mucha sed y hambre que padecía. Preguntado: ¿en cuál de las compañías de rebeldes fue alistado para tambor? Dijo: que a ninguna, que sólo se ocupaba en cuidar los caballos del sargento con quien estaba. Declaración de Silverio Luna …de edad de 23 años, natural del pueblo de Moya, jurisdicción de Lagos, de religión católica apostólica romana, de ejercicio hortelano. Dijo: que el día 27 del próximo pasado julio salió de esta villa a vender unas tortillas al Fuerte del Sombrero, y a los tres días de estar en él llegaron las tropas del Rey y ya no pudo salir; pero a los tres días lo verificó presentándose al batallón de Navarra, en donde estando trabajando en las trincheras, y de este campo lo pasaron a trabajar al del señor brigadier don Pedro Negrete. Declaración de Juan García …de edad de 25 años, natural de la hacienda de Cuerámaro, de religión católica apostólica romana, de ejercicio labrador. Dijo: que el día 26 del próximo pasado julio salió de dicha hacienda de Cuerámaro para la de Tultitán, a donde llevó dos cargas de garbanzo y tres de dulce a vender, y el capitán cabecilla Magdaleno Medina lo cogió y embargó lo que llevaba y lo condujo al Fuerte del Sombrero; y el 17 del próximo pasado agosto se salió y se presentó al comandante de la división de Sierra Gorda porque no le acomodaba el partido de los rebeldes. Declaración de Cipriano Aranda …de edad de 42 años, natural de Ciénega de Mata, de religión católica apostólica romana, de ejercicio labrador. Dijo: que habiendo venido a esta villa a ver a unos hermanos suyos, trató a los pocos días de regresar a su tierra, y en el paraje que llaman Lagunillas le salió una avanzada de rebeldes y se lo llevaron al Fuerte del Sombrero, en compañía de dos hijas suyas. Y que su salida de dicho fuerte no se acuerda que día fue, y se le presentó al señor general para lograr del indulto. Declaración de Esteban Estrada …de edad de 20 años, natural del pueblo de San Miguel de esta villa, de religión católica apostólica romana, de ejercicio viajero. Dijo: que viniendo de Zacatecas con dos cargas de saleas y dos docenas

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de fresadas para esta villa, lo encontró el capitán cabecilla Eustaquio Rodríguez y por unas cartas que traía el que declara para el capitán de patriotas de esta villa, don Antonio Sañudo, y para don José María Rosas del comercio de esta, le quitaron sus cargas junto con las cartas, mataron a dos de sus compañeros y con otros dos que se escaparon de la muerte, condujeron al declarante para el Fuerte del Sombrero, verificando su salida el día 6 del próximo pasado agosto, que se pudo desbarrancar, y presentándose al comandante de Zaragoza lo condujo con el señor general, quien mandó lo pusieran a trabajar en las trincheras del campo del señor brigadier don Pedro Negrete. Preguntado: ¿en cuál de las compañías de rebeldes lo alistaron para soldado, y en qué regimiento del Rey ha servido? Dijo: que los insurgentes no lo alistaron en ninguna compañía porque lo tenían trabajando en un tanque para coger agua. Declaración de Francisco Ramírez …de edad de 18 años, natural de esta villa, de religión católica apostólica romana, de ejercicio minero. Dijo: que habiendo ido de ésta para la ciudad de Zacatecas, de regreso de ésta, en las inmediaciones de Lagos, los hicieron prisioneros una avanzada de insurgentes y los llevaron al Fuerte del Sombrero, donde tuvieron al que declara, y a otros, ocho días, hasta que pudieron lograr el salirse y reunirse a las tropas del Rey, y lo verificaron el día 5 del próximo pasado agosto. Declaración de Catarino Ramírez …de edad de 20 años, natural de esta villa, de religión católica apostólica romana, de ejercicio arriero. Dijo: que habiendo ido de esta villa para la ciudad de Zacatecas a vender un poco de loza, de regreso de esta ciudad lo hicieron prisionero los insurgentes en las inmediaciones de Lagos y lo condujeron para el Fuerte del Sombrero, en donde lo tuvieron ocho días trabajando en cuanto le mandaban; y el día cuatro del próximo pasado agosto se salió a presentarse a las tropas del Rey, que se hallaban en dicho fuerte. Declaración de Ventura Hernández …de edad de 18 años, natural del pueblo de Silao, de religión católica apostólica romana, de ejercicio labrador. Dijo: que estando escardando su milpa, cayeron seis insurgentes y se lo llevaron prisionero al Fuerte del Sombrero; y que su salida la verificó el día 3 de agosto en la noche a reunirse con las tropas del Rey. Declaración de Pedro Núñez …de edad de 12 años, natural del pueblo del Coecillo de esta villa, de religión católica apostólica romana, de ejercicio ninguno. Dijo: que fue al Fuerte del Sombrero a vender unas tortillas, con una hermana suya, y a poco de haber llegado, se avistó la tropa del Rey, por cuya causa ya no se pudo salir. Y que el día que las tropas del Rey tomaron el fuerte lo cogieron, y lo condujeron preso cuando se vino el señor general para esta villa. Declaración de Severiano Jiménez …de edad de 8 años, natural del rancho de Los Castillos, jurisdicción de León, de religión católica apostólica romana, sin oficio. Dijo: que su madre lo había llevado a vender unas tortillas al fuerte, y al otro día de llegado, cercaron las tropas del Rey dicho fuerte, y ya no se pudo salir. Que no se acuerda cuando su madre lo sacó del dicho fuerte. Declaración de José María Pérez, soldado del Batallón Mixto de Querétaro

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...de edad de 24 años, natural del Valle de San Francisco, de religión católica apostólica romana, de ejercicio zapatero. Dijo: que hace cuatro meses que estaba el batallón mixto de Querétaro acampado en la Mesa de Jalpa, inmediato a la villa de San Miguel el Grande, y el que declara como soldado de dicho batallón se hallaba allí, cuando el cabecilla Ortiz atacó en dicho paraje, y en la dispersión que el batallón tuvo se separó el que declara y llegando a la ciudad de Celaya se reunió con la división del general Ordóñez; y en el ataque que dicho señor tuvo con el rebelde Mina, hicieron prisionero al que declara en San Juan de Llanos y lo condujeron preso hasta el Fuerte del Sombrero; y que su salida la verificó el día 4 del pasado agosto para presentarse a las tropas del Rey, como en efecto le verificó con la tropa de Zaragoza. Preguntado: ¿por qué teniendo lugar de salirse del fuerte antes que lo cercaran las tropas del Rey no lo verificó como lo hicieron muchos de los prisioneros de San Juan de Llanos? Dijo: que no se salió antes ni en compañía de los demás prisioneros por haber estado enfermo de unos potros, y de una pierna. Preguntado: ¿en cuál de las compañías de rebeldes lo alistaron para soldado? Dijo: que a pesar de hallarse enfermo lo alistaron en la compañía que nombraban de dragones de caballería, pero que no hizo acción ninguna por haber estado lo más en el hospital. Declaración de Ignacio Mendoza …de edad de 17 años, natural del pueblo de Silao, de religión católica apostólica romana, de ejercicio herrero. Dijo: que en la guerra que tuvo el coronel Felipe Castañón contra el rebelde Mina en San Juan de los Llanos, venía el que declara acompañando a un primo suyo, soldado del batallón de Celaya, por cuya causa lo hicieron prisionero al declarante, y lo llevaron al Fuerte del Sombrero, herido de un brazo; y su salida la verificó el día 13 del pasado agosto, con el pretexto de ir a subir agua, y se presentó a la tropa de Navarra. Preguntado: ¿en cuál de las gavillas de los rebeldes fue alistado para soldado? Dijo: que sólo lo habían destinado para corneta, pero que no llegó a ejercer este oficio. Declaración de Encarnación Martínez …de edad de 18 años, natural del Valle de Matehuala, de religión católica apostólica romana, de ejercicio labrador. Dijo: que andando con la división del señor coronel don Felipe Castañón, por ser el que declara soldado de San Carlos, en la guerra que dicho señor coronel tuvo con el rebelde Mina en San Juan de los Llanos, hicieron prisionero al declarante, y lo condujeron gravemente herido para el Fuerte del Sombrero; y que su salida la verificó el día 7 del pasado agosto en la noche, presentándose a las tropas de Navarra. Preguntado: ¿en cuál de las compañías de rebeldes fue alistado para soldado? Dijo: que no lo alistaron a ninguna, con motivo de haber estado enfermo. Declaración de José Cenobio Cordero …de edad de 10 años, natural del pueblo del Coecillo de esta villa, de religión católica apostólica romana, sin oficio. Dijo: que habiendo salido con su madre a la hacienda de Arriba a cortar unas tunas, los cogió una avanzada del cabecilla Moreno y los llevó para el Fuerte del Sombrero con las tunas que habían cortado. Y que su salida la verificó el día 19 del pasado agosto en achaque de ir a beber agua; y su madre fue de las que trajeron presas y a pocos días la dejaron libre. Diligencias de no poder declarar un muchacho mudo En dicho día, mes y año, dicho señor juez mandó sacar a un muchacho que representa tener siete años de edad, para tomarle declaración, y hallándolo incapaz por ser mudo, no se le tomó. Y para que conste por diligencia lo firmó dicho señor y el presente escribano. Ante mí. Pedro Durán.60

Plácido Fernández de Velasco.

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El 15 de agosto, llegaron el Teniente Coronel Manuel Pastor, el capitán Pedro Lugarte y algunos soldados que resultaron heridos para su curación.61 El día 17, la gavilla del rebelde Lucas Flores que se hallaba por Los Otates fue dispersada, y un pariente del Padre Torres pasó a Comanja con 80 caballos. Al siguiente, una partida de insurgentes tuvo un encuentro con otra realista, enviada de León por el Comandante Falla, en el Cerrito de Jerez. Un repique de campanas anunció a los vecinos de la villa el triunfo de los realistas.62 Pascual de Liñán, el día 18, urgió a Falla que le enviara lanilla o lana para cartuchos de 8, pólvora, estopines y cohetes de luces; galletas y maíz. Informándole además, que había fusilado a seis prisioneros, entre ellos un negro, de los extranjeros de Mina, y que 25 insurgentes iban de la Cienaguilla hacia Tlachiquera. También le envió este oficio: Los presos que llegaron a esa villa el día 14, deben ser considerados con arreglo a las notas de la lista que yo incluí a vuestra merced con la fecha del 9. Como estuvieron detenidos en el campo del señor Negrete, podía ser que se les hubiesen unido algunos por disposición de dicho señor y en este caso puede vuestra señoría considerar a los que fueren con arreglo a las notas que llevaron en la lista que vuestra merced me copia, si sobre esto hubiese alguna dificultad, puede vuestra merced hacerme presente las que fueren para determinar. Quedo enterado de lo que dice a vuestra merced el Ayuntamiento de esa villa, con fecha de 13 de este mes, y puede vuestra merced manifestarles que tengo pedidos algunos víveres a Irapuato para aliviar en lo posible la carga que está sufriendo la villa de León, pero que habiendo ya consumido la galleta que recibí de Guanajuato, es preciso que venga en los próximos convoyes a razón de ochenta arrobas diarias, las pertenecientes a los días que median entre convoy y convoy, empezando por enviar la data de dos días. Esto sin perjuicio de las remesas de maíz que es necesario vengan con más abundancia. He prevenido al teniente coronel don Juan Rafols, que no emplee sin necesidad urgente la tropa de la guarnición de esa villa y, que cuando sea preciso valerse de ella, pida a vuestra merced los auxilios que necesite, como Comandante Militar que es de dicho punto. Se ha prevenido lo conveniente para que los asistentes y demás que van con los convoyes no se aparten de ellos y encargo a vuestra merced que por su parte recoja a los que fueron separados y me remita sus nombres para hacerlos castigar a su vuelta. P.D. Convendrá remita vuestra merced en el primer convoy algunas cuerdas para liar, aginas y otros usos semejantes. Los trabajadores que vinieron últimamente se han desertado como los anteriores; es preciso pues, que pida vuestra merced al Ayuntamiento 200 y, que si puede ser, vengan con ellos algunos que hagan cabeza y sirvan para cuidar de que coman y trabajen con igualdad, pues el comisionado que aquí se nombrará apenas podrá atender a custodiarlos. He recibido cuatro oficios de vuestra merced, los tres el día 16 y uno de ayer, a los que dejo contestados. Se halla esta proveeduría sin galleta.63

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El Ayuntamiento de León dirigió a Francisco Falla, el 19 de agosto, un oficio donde le informaba sobre las providencias que había tomado para proporcionar víveres y otros efectos al ejército que se sitiaba el Fuerte del Sombrero.64 Finalmente, las tropas realistas triunfaron. Parte de la toma del Fuerte del Sombrero: Señor Teniente Coronel Francisco Falla. Comandancia General de las Provincias de Querétaro y Guanajuato. A las 8:00 de esta mañana han entrado a el Fuerte del Sombrero las tropas del Rey, habiendo cogido tanto dentro como fuera de él la mayor parte de los extranjeros del traidor Mina, y siendo preciso demoler el fuerte a la mayor brevedad se servirá vos enviarme, lo más pronto que le sea posible, doscientos trabajadores con útiles correspondientes en número proporcionado, y con víveres para tres días. Dios guarde a vos muchos años. Cuartel General de la Mesa de las Tablas, a 20 de agosto de 1817. Pascual de Liñán.65 El 20 de agosto, Juan de Horbegoso pidió a Francisco Falla le enviara a Ignacio Quijas, conocedor de la sierra, para buscar a Pedro Moreno que debía estar escondido. Amigo Falla, el general está ahora en el fuerte que anoche desampararon muchos ingleses y extranjeros, y esta mañana a las ocho entramos en él sin que se atraviesen a hacer defensa los que quedaban, y no eran pocos. La mayor parte de los fugados cayó en manos del destacamento que fue tras ellos, sin otros que anoche mismo cogieron las avanzadas, de suerte que muy raro habrá llegado a Mina con la noticia. El general me ha encargado diga a usted que haga venir cuanto antes al realista Ignacio Quijas por práctico en la sierra, para buscar a Moreno que debe estar escondido y algún otro agazapado por las barrancas. Tampoco han cuidado en esa villa de enviar su prest a estos realistas y así hubo que darles dinero el otro día; pero como no ha habido para darles más están necesitados: sírvase vos disponer se arregle este asunto.66 Moreno se ocultó en una barranca, enfermo, fue auxiliado por un vaquero, quien lo condujo al Chamuscado, como su salud ameritaba la observación de un médico, le llevó de León, un galeno. Don Pedro, luego de tres semanas logró restablecerse.67 Liñán, por su parte, el 21, le envió a Falla varios presos, entre los que se hallaban las familias de Moreno y González para que hiciera las investigaciones; y le pidió que ya sólo le enviara tres cargas de galleta y veinte de maíz.68 El 27 de agosto, el Conde de la Presa de Jalpa le informó a Francisco Falla que en la cárcel se encontraban 356 mujeres, las cuales empezaban a padecer de fiebre pútrida cuyo contagio podría ser de trascendencia para todo el pueblo. Ante esto, se ordenó que las mujeres presas en El Sombrero fueran puestas en libertad.69 Caso similar ocurrió con los hombres, así que el Presidente del Ayuntamiento, Miguel de Obregón, pidió al Comandante Falla que por la abundancia de reos en la cárcel trasladara los de su ju-

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risdicción al hospital de San Juan de Dios, para evitar alguna enfermedad epidémica. Antonio de Linares, durante su estancia en León, ordenó a Falla que previa visita a la cárcel y conocimiento de las causas, procediera a entregar los presos a la jurisdicción ordinaria, por encontrarse en la más miserable indigencia y padeciendo hambres.70 Para atender a los soldados heridos, el Br. José Ignacio Quiroz y el Dr. Antonio Roma se enfrentaron a la falta de hilas para la curación. También llegaron los cirujanos Rafael Fernández y José Camiño para ayudar en las labores. El día 29, el Intendente de Guanajuato envío una carta al Ayuntamiento de León, en donde le decía que la Real Hacienda cubriría los gastos de la curación de los militares enfermos que se encontraban en el hospital militar instalado en la villa.71 Ese mismo día 29, se informó que Mina había pasado por Santa Ana con dirección a Duarte, acompañado de Borja, Liceaga y 400 hombres. El 31, que durmió en la Estancia de Comanjilla y siguió para La Tlachiquera, y ya para el 4 de septiembre, estaba en San Juan de Llanos. Las fuerzas de Mina atacaron El Bizcocho y luego fueron rechazadas en San Luis de la Paz, pero después de tres días de ataque, capituló la guarnición, y éste pasó a Valle de Santiago. Después atacó La Zanja con 800 hombres, pero fue rechazado sufriendo la pérdida de 20 bajas.72 Desde el 31 de agosto, Pascual de Liñán pasó a sitiar al Padre Torres y su gavilla. Las fuerzas realistas concentraron su atención en el Fuerte de San Gregorio. Hermenegildo Revuelta, en oficio fechado el 6 de ese mes, propuso a Francisco Falla que una fuerza respetable persiguiera y destruyera primero a Mina y otras gavillas, antes de empezar el sitio de aquel fuerte.73 Por los primeros días de septiembre, el Conde de la Presa se nombró Subdelegado en turno de la villa de León.74 El día 14, José Mariano Reynoso informó a Falla, que el General Liñán estaba situando su batería en los cerros del Tigre y del Bellaco, y que los cabecillas Torres, Novoa y Borja estaban tras de un cerrito.75 Mientras tanto, un informante dijo que Pedro Moreno andaba por el Puerto del Aire, con solo un asistente, muy pobre y abandonado de los suyos. Reynoso, el día 21, informó a Falla, que Ortiz se hallaba en Tlachiquera con 200 hombres, donde tenía los prisioneros que trajeron de San Luis de la Paz.76 Los Ortices, por los últimos días de septiembre, estuvieron en Comanjilla y se dirigieron a Los Sauces con 200 hombres para atacar aquella congregación. Para los primeros días de octubre, su fuerza ya era de 400 y estaban en Arperos y se les había unido Pedro Moreno.77 Por el 9 de octubre, Mina estuvo en Burras, de donde salió para El Chapín con más de 1,500 hombres. Los Ortices, junto con Moreno, pasaron por San Gregorio con otros 400 para reunirse a Mina. Una división de Orrantia derrotó a Mina en la hacienda de la Caja, matándole cerca de 200 insurgentes.78 Verdadero escándalo debió haber sido la acusación de infidentes, que por denuncia de José Gómez, chiquillo de siete años, se levantó contra el Alcalde de Segundo voto Miguel García Poleo y el Regidor Manuel Antonio de Lizardi, quienes arrestados el 20 de octubre, pero por orden de Antonio de Linares se les permitió poder asistir personalmente a todos sus negocios, dentro y fuera de sus casas. Para atender el asunto vinieron a León, comisionados por el Virrey, el Coronel Pedro Yandiola y su asistente, quienes además revisaron la queja promovida por el Ayuntamiento contra el Brigadier Pedro Celestino Negrete. Finalmente, el Virrey los declaró inocentes dos años después.79

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Tadeo Gutiérrez Solana salió de Lagos el 21 de octubre para Arandas, para ocupar el puesto que dejó Quintanar al pasar a Zamora, cuyas inmediaciones amagaban los rebeldes acaudillados por Mina.80 Ese mismo día, Liñán pidió a Falla, que le enviara tan luego se presentara su comisionado y la partida de tropa nombrada por el Comandante de San Luis Potosí, le entregara un cañón del calibre de a ocho, tres de los pequeños y todos los confiscados en el Fuerte del Sombrero.81 Pedro Moreno y Javier Mina, acompañados de 40 infantes y 20 caballos, cansados y exhaustos por tanta batalla y desilusionados por los últimos resultados, el 26 de octubre llegaron a la hacienda de La Tlachiquera, propiedad de don Manuel Herrera, amigo de ambos. Por un momento desearon olvidarse de las batallas y dispusieron tomar varios días para dormir bien y poder descansar, para poder recobrar fuerzas antes de volver a la lucha. Orrantia, quien seguía afanosamente los pasos de Mina, estando en Silao, supo dónde pasarían la noche, así que se encaminó con 500 caballos; marchó a las 10 de la noche, llegando a La Tlachiquera el 27 antes del amanecer. Mina y Moreno dormían profundamente, en una troje denominada El Venadito. Se habían quitado el uniforme y desensillado a sus caballos.82 Orrantia llegó en la madrugada del 27 de octubre a las afueras del Venadito sin ser sentido y esperó ahí hasta que hubiera alguna luz del amanecer para distinguir objetos y entonces atacar. A las siete de la mañana se adelantaron a todo galope tres partidas con 120 dragones del cuerpo de la frontera, bajo el mando del Teniente Coronel José María Novoa; llegaron con sorpresa hasta el campamento y la troje de resguardo. Desconcertados, los insurgentes intentaron ponerse a salvo y algunos lograron escapar entre la maleza y las montañas. Mina despertó con sobresalto al escuchar los primeros tiros y el barullo del exterior, pero estando desarmado y sin uniforme no pudo hacer mucho, aunque intentó reunir algunos hombres fuera de la troje. Un joven negro de Nueva Orleans que era su asistente, pudo todavía ensillar su caballo y lo buscó cargando las armas, más no pudo hallarlo en la confusión. Moreno se sorprendió de igual modo por el tiroteo y en paños menores, después de tomar su espada, logró esconderse en una cueva cercana de la troje con Mauricio, su ayudante personal. Estando escondidos Moreno mandó a su acompañante que le trajera su caballo para escapar. Mauricio encontró al caballo entre aquel desorden, pero al regresar fue tomado prisionero por los realistas que, al reconocerle, lo obligaron a delatar el lugar en donde se escondía el jefe insurgente. Moreno todavía alcanzó a ver como señalaba aquel joven el sitio donde se encontraba y al acercarse los realistas, decidió morir luchando antes que caer prisionero. Los enemigos intentaron tomarlo vivo, pero el insurgente los rechazaba con su espada, por lo que, después de herir a algunos, Moreno recibió un balazo en la frente que lo mató al instante. Al momento se acercó un soldado y de un machetazo le cortó la cabeza, llevando el sangriento trofeo a Orrantia. Fernández, jefe de la partida que atacó desde la izquierda, vio a Mina en pechos de camisa, con un pantalón azul de lanquinos, escondiéndose por una jarilla, y lo hizo perseguir. Él, al ver que ya todo era inútil intentó escapar, pero fue alcanzado por el Dragón realista José Miguel Cervantes, el cual no supo a quien había capturado, por carecer de su uniforme distintivo. Fue hasta que el propio navarro se descubrió, cuando el soldado se enteró de su importante presa, por lo que le amarró con las manos a la espalda en un árbol cercano y pidió la presencia de Orrantia, esperando la recompensa de 500 pesos prometida por el Virrey. El jefe realista llegó minutos después y se dirigió a donde estaba Xavier Mina. Al verlo, preguntó con énfasis: ¿Éste es Mina?, lo que ofendió al cautivo, por lo que reviró inmediatamente: ¿Éste es Orrantia?, el cual se sintió de la respuesta, se apeó del caballo y le insultó tratándole de mal

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español, que sentía su desgraciada suerte después de haber prestado tan buenos servicios a la monarquía en la Guerra de Independencia en España, a lo que el prisionero contestó con expresiones denigrantes contra el Rey. Enfadado por los insultos a su monarca, el realista ordenó que trajeran la cabeza de Moreno, la cual llevaron dos soldados con una reata. Señalándola, le dijo al insurgente: Como la cabeza de tu compañero, después de fusilarte por detrás por traidor a la España, se verá la tuya en donde junto con éste tantos oficiales y soldados no mataste, a donde tienes que llevar cargada esa cabeza de tu compañero. Mina respondió con altanería y sarcasmo, asegurando al jefe realista: Si diez vidas tuviera las mismas que podría destruir antes que obedecer a su inicua orden, con lo que no solo se burla de mi prisión… sino que desconoce la humanidad de que somos. Orrantia le intimó tres veces silencio, diciéndole que nada venía al caso, pero en lugar de oír sus razones, siguió expresándose con mil insultos y expresiones ofensivas. Por lo que no pudo contener ya su odio personal contra el navarro, tomó su sable y lo golpeó varias veces de canto. Mina siguió adelante y le recriminó que en vez de maltratarlo mejor lo matara y así dejaría vengado a su amo el Rey. Al calor del momento el prisionero le refutó todavía: Siento haber caído prisionero; pero este infortunio me es mucho más amargo por estar en manos de un hombre que no respeta el nombre de español ni el carácter de soldado. La acción había terminado y sólo cinco oficiales de la expedición original de Mina lograron escapar, además de su hermano Martín José, Liceaga, un Capitán apodado El Tío Zaldívar y Pascual Moreno; suerte que no pudo alcanzar Mariano Herrera, aunque se le permitió conservar la vida. Otros 14 insurgentes, entre ellos tres extranjeros, fueron capturados y pasados por las armas en el mismo rancho.83 Ese mismo día Orrantia penetró triunfante a Silao, exhibiendo su trofeo, llevaba consigo, la cabeza de Moreno en la punta de una lanza y a Mina engrillado, quien al momento de ponérselos expresó: ¡Bárbara costumbre española! Ninguna nación civilizada usa ya este género de prisiones ¡Más horror me da verlas que cargarlas!. El mérito de Orrantia fue premiado con un ascenso a coronel.84 José Mariano Reynoso, inmediatamente desde Silao, dio parte, a Francisco Falla: Señor Teniente Coronel Don Francisco Falla Silao. Octubre 27 de 1817, a las 7:00 de la noche. Estimado Amigo: Tengo la satisfacción de participar a vos, con el mayor gusto, que anoche por mis noticias que le comuniqué al señor Orrantia, salió con dirección a La Tlachiquera, en donde se hallaba el traidor Mina; y en un puesto que llaman El Venadito, logró la aprehensión de éste, la de los dos Herreras, un francés, y la muerte de muchos rebeldes, y entre ellos la de Moreno, cuya cabeza trae. Ahora mismo está entrando el expresado señor Orrantia, con el triunfo antes dicho. Acompaño a vos un pliego en pequeño del señor Brigadier don Pedro Celestino Negrete, del que me acusará el correspondiente recibo. No hay lugar para más, porque estoy lleno de regocijo: por lo que pase vos mandar a su afectísimo, que besa su mano.85

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El hermano de don Pedro, Pascual Moreno, quien se había ocultado con tres compañeros, en otro sitio diferente a la troje, al escuchar tiros en El Venadito, supieron la suerte que corrían Mina y su hermano. Luego de permanecer ocultos hasta que Orrantia marchó de La Tlachiquera en la noche, una vez que pudieron salir, se dirigieron a la cañada, donde encontraron el cuerpo acéfalo de don Pedro, llevándolo a la capilla de la hacienda para darle sepultura.86 Por tal suceso, el Ayuntamiento de León, encabezado por don Miguel de Obregón, organizó una misa e invitó al Subdelegado: Deseando que la misa y Te Deum, que en acción de gracias ha dispuesto este Ilustre Ayuntamiento se celebre en la Santa Iglesia Parroquial el día de mañana sea con la solemnidad y decoro posible, espera que vos con su oficialidad se sirva asistir a unir sus votos al Dios de los Ejércitos por la protección de nuestras armas y, especialmente, por la gloriosa acción que el señor coronel don Francisco Orrantia ha logrado en la derrota y prisión del traidor Mina, muerte del rebelde Moreno, y otros cabecillas. Dios guarde a vos muchos años. León, octubre 28 de 1817.87 El 11 de noviembre, Javier Mina, acompañado por el Capellán del 1er Batallón de Zaragoza, fue conducido al crestón del Cerro del Bellaco, frente al Fuerte de los Remedios, de espaldas, circunstancia que él no toleró, por lo que manifestó su inconformidad, pues se oponía a morir como un traidor, le vendaron los ojos, y a las cuatro de la tarde una ráfaga de fuego cegó su existencia a los 29 años de edad. Su cadáver fue sepultado en el mismo cerro. Unos días después, José Mariano Reynoso le envío al Subdelegado de León la cabeza de Moreno, para luego ser enviada a Lagos: Teniente Coronel don Francisco de Falla. De orden verbal del señor brigadier don Pedro Celestino Negrete, remito a vos la cabeza del rebelde Pedro Moreno, para que en primera ocasión la dirija al comandante de Lagos, para que la ponga donde le parezca conveniente y sirva de escarmiento a los rebeldes que siguen su partido. Dios guarde a vos muchos años. Silao. Noviembre 17 de 1817.88 Al ser ejecutados estos dos importantes líderes insurgentes, Fernando VII, creyendo poner fin a la Revolución de Independencia, quiso premiar al Virrey Juan Ruiz de Apodaca, con el título de Conde del Venadito, en alusión al lugar en donde fue capturado Mina y muerto Moreno.89 Por informe presentado por Manuel Urteaga, se tiene la cuenta que manifiesta los gastos que el I. Ayuntamiento emprendió en la provisión de víveres al ejército del mando del señor Mariscal de Campo don Pascual de Liñán, Subinspector General de las Tropas del Reino y en Jefe de las Provincias de Guanajuato y Querétaro, durante el sitio del Fuerte del Sombrero, al oriente de la sierra de Comanja; hombres asalariados para el trabajo y demás útiles. A saber: 18 fanegas de garbanzo, 216 pesos. 55 fanegas 5 almudes de arroz, 165 pesos 4 reales 9 granos. 2 fanegas de haba, 8 pesos 5 reales. 2 cargas de sal, con peso de 23 arrobas 15 almudes, 67 pesos 5 reales.

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1 barril de aguardiente del país, 64 pesos. 3 barriles de vino, 129 pesos. 17 arrobas 6 almudes de manteca de puerco, en 4 botas, 126 pesos 6 granos. 4 arrobas 9 ½ almudes de manteca, en una bota, 43 pesos 1 real 9 granos. 123 fanegas de maíz, enviadas el 31 de julio, 492 pesos. 18 fanegas de maíz, enviadas el 1º de agosto, 72 pesos. 391 fanegas 3 almudes de maíz, enviadas el 3, 7, 12, 16 y 20 de agosto, 1,565 pesos. 15 fanegas… 9 fanegas 9 almudes de maíz suministradas a la división del sargento mayor don Juan Rafols, 42 pesos 5 reales 3 granos. 3 fanegas dadas a don José Medina Martel, 13 pesos 1 real. 13 fanegas de maíz que para la provisión del ejército prestó don Vicente Medina, 52 pesos. 30 reses que se consumieron en la provisión del ejército de las ciento que se remitieron a 10 pesos 2 reales, 307 pesos 4 reales. Galleta que se fabricó en este suelo para consumo del ejército, 3,233 pesos 5 reales 6 granos. Socorros a los hombres de trabajo remitidos al campo, 198 pesos 2 reales. 137 sacas, 246 sacos, 5 cascos de barril, 9 mantas de fatear, 17 sacas de algodones, 16 cargas de guangoche y 24 docenas de lazos, cuya entrega se hizo al teniente don José de la Somera, como comisionado del Comandante Militar de la villa, 155 pesos 4 reales. 64 sacas y 6 docenas de lazos que para enfardar galleta se entregó al mismo comisionado, 40 pesos 4 reales. 20 sacas que para enfarde de galleta se compraron a don Jorge Rodríguez, 10 pesos. Otro tanto que para el mismo objeto se compraron a don Cipriano Pacheco, 5 pesos. 7 sacas que para el mismo efecto compró el Procurador, 3 pesos 4 reales. 4 docenas de lazos que se emplearon en enfardar la galleta que se llevó al campo en el primer envío, 2 pesos. 7 sacas, 2 cargas de costales que se compraron para la remisión de víveres al campo, por el alcalde de cuartel, don Cornelio Rocha, 12 pesos 2 reales. 6 docenas de lazos que para lías de la carga de maíz que se condujo al campo y compró don Manuel Urteaga. 3 pesos. Otras tantas cargas de costales de guangoche, que para la conducción de maíces al ejército, se compraron, 16 pesos. 43 costales salineros para el transporte de los víveres al campo, 16 pesos 1 real. Importe de lazos y reatas que se emplearon en aviar las mulas que condujeron víveres al ejército, 3 pesos 1 real 3 granos. Importe de otras tantas cargas de costales nuevos que se compraron a José Higinio Urquieta para el transporte de víveres al ejército, 30 pesos. 4 docenas de lazos, 10 palas de cavar con sus ganchos y 10 reatas, que se compraron a Félix Santiago Arredondo para habilitar las mulas que condujeron víveres al campo, 6 pesos 3 reales. 10 cargas de costales que para el transporte de víveres al campo compró el alcalde de cuartel don Cornelio de Rocha, 9 pesos. Importe de los costales, sacas y lazos que para facilitar la conducción de víveres al ejército compró el expresado alcalde de cuartel, Rocha, 8 pesos 7 reales. 5 cargas de costales salineros que el alcalde de cuartel Manuel Romero compró para la conducción de víveres al ejército, 2 pesos 4 reales. 20 costales de guangoche que para facilitar la conducción de víveres compró el mismo alcalde de cuartel, Romero, 7 pesos 4 reales.

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11 cargas de costales de guangoche que se emplearon en la conducción de víveres al campo, 8 pesos 5 reales 6 granos. 3 ½ cargas de costales de guangoche comprados a don Fermín Pacheco para la conducción de víveres al ejército, 3 pesos 4 reales. 2 docenas de reatas que compró el Procurador don Manuel Urteaga para el envío del maíz que en burro se condujo al ejército, 6 pesos. 14 cargas de costales que para llevar la carga de maíz que en 31 de julio se remitió al campo y se facilitaron de la pertenencia de propios de esta villa, 8 pesos 6 reales. Importe de otras tantas cargas de costales que para llevar el mismo efecto, 11 pesos. 10 cargas de costales que para la conducción del maíz en el mismo día se compraron, 10 pesos. 4 docenas de lazos que para coser los sacos se pagaron al arriero Encarnación Velázquez, 14 reales. Al mismo Velázquez y dos arrieros se le pagaron por la manufactura y trabajo en la formación de los sacos, 4 pesos 2 reales. Lazos que se dieron a Mariano Morfín e Ignacio Vargas para liar las cargas que se condujo en el citado día 31, 1 peso 2 reales 6 granos. Importe de sacas, costales, clavos, hilo, agujas y manufactura en el maíz, arpillaje de los cajones de galleta, que exigió el teniente comisionado don Joaquín de Iraeta, para la seguridad de su transporte al campo, 33 pesos 5 reales. Pago al carpintero Juan Romero por las estacas y tijeras que para tiendas de campaña y salas de armas hizo, por disposición del Comandante de Armas don Gaspar Reyna, 18 pesos 4 reales. Importe de 100 lanzas construidas a petición del capitán don Pedro Ruiz de Otaño, con su chuzo abajo y regatón para aficionarla en él, 261 pesos 1 real. Manutención de mulas y arrieros para conducción de víveres al campo; gratificación a un comisionado, encargado para este objeto; cotas de correos para las ocurrencias, por disposición del Comandante Militar de esta villa, y un ministro que auxiliara el acopio de mulas, 154 pesos 3 reales. Gastos de escritorio, que los componen el papel y escribiente que llevó las cuentas y contestaciones durante el sitio del Sombrero, 48 pesos. Con lo que concluyó esta cuenta, que asciende a 7,767 pesos 3 gramos y he formalizado en virtud de comisión que con este objeto se me encargó por el I. Ayuntamiento de esta villa, con prolijo arreglo y sujeción a los comprobantes de los individuos que vendieron los efectos, sacas, costales, lazos y demás útiles que se pidieron para las atenciones del ejército en el Fuerte del Sombrero, consecuente con las órdenes del señor general en jefe de las provincias de Guanajuato y Querétaro, y las verbales del Comandante Militar de esta villa; manifestando que la compra de costales, sacas y lazos se repitió sin consideración a los de las remesas anteriores por falta de su devolución, a causa de expresarse por los conductores a los continuos reclamos que se hicieron por escrito y de palabra, la realidad de detenerlos allí para mantener los víveres que en el regreso del ejército no se hizo devolución de ninguno de éstos útiles, ni del ---- y cinco barras, 15 hachas y 35 palas, cuya entrega acredita el documento núm. 18, los cinco azadones, 38 costales de vaqueta, que prestaron para la exportación de maíces los individuos el documento núm. 34 y los que corren bajo el núm. 49, ni la romana y cuarterón prestado por el regidor fiel ejecutor, que justifica el comprobante núm. 50, y que en el convoy, del 25 de agosto, que condujo a Silao don José Molina Martel, se transportó el resto de víveres, mantas de guangoche y útiles que de regreso del campo se quedaron en esta villa. León y noviembre 30 de 1817.90

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Por órdenes de Pascual de Liñán, para atender a los soldados heridos, se instaló un Hospital de Sangre el 5 de agosto, con un anexo especial para los de la división del Brigadier Pedro Celestino Negrete, a cargo del físico don Manuel Torre, que al separarse éste de su puesto, fueron trasladados con los otros el 4 de septiembre. El Conde de la Presa presentó las siguientes cuentas: 160 pesos. Gastos emprendidos en disponer la casa para la curación de los soldados heridos, por la incapacidad de la que se alquiló para este objeto, a don Bruno Lazcano. 323 pesos. Por 105 tablones de cama, que se construyeron y compraron. 486 pesos 6 reales 10 granos y medio. Por 141 jergones, en que se empleó el cotense, ralladillo y canícula, con la manufactura y avío. 83 pesos 6 reales. 10 piezas de manta, que se invirtieron en 127 almohadas y cabezales. 166 pesos 2 reales. Por 133 fresadas. 64 pesos 3 reales 6 granos. Por las arpilleras y petates, que se compraron a prevención mientras se hacían y acoplaban las camas y jergones; faroles para el alumbrado de la sala, bastidores y encerados para impedir el aire, cajones de aparato para facilitar la curación, aparadores para la comida, cajas de fractura y muletas. 135 pesos 2 reales. Por los ungüentos y demás piezas de hoja de lata y otras menuderías, botellas y redomas para las medicinas; platos y trastos de cocina y demás utensilios, que se demandaron para la mejor asistencia de los enfermos. 215 pesos. Que se emplearon en acopio de más, por no haber bastado las que anteriormente franquearon algunos particulares, de las que por cesación del hospital resultaron sobrantes, que se remitieron al de Irapuato, entre otros útiles. 315 pesos 5 reales. Importe del ponosín, jamán y manta, que se empleó en vendajes, compresas, sábanas de aparato, cataplasmas y fanones. 100 pesos. Que demandó el cirujano mayor de ejército para los gastos necesarios, para los enfermos que se iban recibiendo, desde el primer día. 21 pesos 7 reales. Por las medicinas que exclusivamente se demandaron para la curación de los oficiales. 1,921 pesos 2 reales. Por las medicinas que se invirtieron en la curación, así a precios hechos, como por la contrata que rigió desde el 1º de septiembre, consultando a la mejor economía de la Real Hacienda y conforme a los facultativos. 1,841 pesos. Por los gastos en la mantención de enfermos y dependientes, hechos con arreglo a las notas diarias del facultativo, del 5 al 31 de agosto. 2,508 pesos 6 reales. Por los que se hicieron en septiembre. 1,718 pesos 6 reales 9 granos. Por los hechos en octubre. 1,463 pesos 5 reales. Por los que se hicieron en noviembre.

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245 pesos. Gastos que se hicieron para atender los soldados de la división de Negrete. 570 pesos 8 granos. Por los sueldos dados a los facultativos y practicantes, en que no se incluyeron los del Cirujano Mayor de ejército y 1er ayudante, don José Ignacio Quiroz y Dr. Antonio Romero, que los percibieron de la Renta de Alcabalas. 185 pesos 7 reales 10 granos. Por los sueldos, según la reforma hecha por el Cirujano Rafael Fernández, se designaron a los aparatistas, empleados con esa denominación. 73 pesos 6 granos. Por los que se pagaron a los topiqueros. 190 pesos 6 reales 10 granos. Por lo que se pagaron a los enfermeros. 135 pesos 4 reales. Por lo que se pagaron a los cabos de sala. 117 pesos 3 reales. Por los salarios pagados a las mujeres que se emplearon en la cocina, atolera y lavandería. 5 pesos 6 reales. Por los gastos de la sepultura de los soldados que fallecieron. 25 pesos 6 reales. Por los gastos de un correo que llevó pliegos al general, en contestación a sus oficios y partes que demandó del estado del hospital y los que se hicieron en arpillas y condicionar los utensilios para enviarlos a Irapuato. 380 pesos 4 reales 3 granos. Por los sueldos del contralor, comisionado y escribiente. El 18 de diciembre, cesó el Hospital por disposición del general, trasladándose los enfermos que existían al de San Juan de Dios, y todos los enseres se enviaron al de Irapuato. Ejerciéndose, según las cuentas presentadas por el Conde la Presa, en víveres para las tropas y gastos del hospital, 14, 248 pesos 7 reales 2 granos y medio.91 El Cirujano José Rafael Fernández estuvo en León hasta el 30 de noviembre, y el Hospital Provisional estuvo a cargo de Fray Agustín María de Andrade.92 Reynoso, el 24 de noviembre, informó a Falla que una partida de realistas que envío a San Pedro Piedra Gorda logró matar tres rebeldes y quitarles 50 caballos, varias lanzas y machetes.93 Para los primeros días de diciembre, algunas gavillas de insurgentes se reunieron en Zurumato para tratar de introducir víveres al Fuerte de Los Remedios.94 Pascual de Liñán, ordenó a Francisco Falla que se entregara al Capitán Manuel Díez los caudales y rendimientos de los ramos de la Real Hacienda de León, para las urgentes y gravísimas necesidades del ejército, así como cien o más camas del hospital y las monturas pertenecientes a los dragones de España.95 Liñán, situado en el Cerro del Bellaco, transcribió el 3 de diciembre a Francisco Falla la orden virreinal confirmando el nombramiento de Alférez conferido a José Faustino de Urrutia, de la Compañía de Realistas de León.96

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El 2 de enero de 1818, Liñán le participó a Falla la toma del Fuerte de los Remedios, donde además de innumerables muertos, se aprehendió a Novoa, dos hermanos y una hermana del Padre Torres, el General insurgente Muñiz y un padre mercedario, entre otros.97 Para celebrar la toma, el Ayuntamiento de León organizó una misa solemne y procesión con la Madre Santísima de la Luz en acción de gracias por la victoria de los fuertes del Sombrero y Los Remedios.98 Durante estos días hubo nuevos indultados: Luis Navarro, Benito Miranda, Miguel Guevara, Albino Ortiz, Juan Rubalcaba y Agapito Tovar. El más sonado fue el de Pío González y el mayor número de su gavilla, por quien el Coronel Bustamante mandó una partida para llevarlo a su presencia, finalmente se le concedió el socorro de un peso diario y a los individuos de su gavilla con tres reales, cuyo importe se tomaría de los fondos de arbitrios de la villa.99 Así como hubo buenas noticias, también hubo malas. El 17 de enero se levantó proceso al Cabo habilitado Cayetano Pérez y al Alcaide de la cárcel Prudencio Espinosa, por la fuga del insurgente Gregorio Frausto.100 El 31 de enero, Liñán le informó desde Valle de Santiago a Francisco de Falla, que el Coronel Ángel Díaz del Castillo se quedaba interinamente a cargo de la Comandancia Militar de la Provincia, porque él se regresaba a México después de haber terminado felizmente con la prisión del traidor Mina y destrucción de su gavilla y con la toma de los fuertes del Sombrero y de los Remedios.101 Dicho Castillo, el 4 de febrero, transcribió a Falla la felicitación del Virrey a los realistas de la villa de León por haber dado muerte a los malvados Teniente Coronel Antonio Quintero, Capitán Quirino Balderas y a tres de sus secuaces. En ella se pedía que se aumentara el número de realistas de caballería, pues la población podía sostener más que los 44, que eran los únicos disponibles en caso necesario.102 Los primeros días de febrero los insurgentes no dieron ningún ataque, pero dentro de la villa se cometió un sacrilegio. El último domingo de enero, la parroquia fue robada. En el reporte presentado por Felipe Escalante, el 1º de febrero, asentó: La noche de antes de ayer resultó robada la parroquia de esta villa, llevándose dos atriles, un candelero y un crucifijo de plata, los manteles de los comulgatorios y los de cuatro altares con sus cubiertas y palios. Uno de los sospechosos fue perseguido por varias calles y con puñal desenvainado en mano, se defendió del oficial. Se detuvo a varios y resulta de sus declaraciones se concluyó que Miguel Otero, soldado de la Corona, había sido el principal autor en compañía de otro, apellidado Coronado, cuya seña era una cortadura en el cachete izquierdo. Ambos fueron aprehendidos en el Cuartel de Infantería de Realistas de Silao. Vicente Coronado, español de 22 años, dijo que él lo esperó en el cementerio de la parroquia hasta las 3 de la mañana y sólo ayudó a Otero a cargar las cosas a la casa de Hilario López, que era desertor de Los Cuervos. Y éste, español de 25 años, declaró: Que observando que la puerta del Curato se quedaba hasta muy noche abierta, trató de introducirse por ella y de allí hacerlo al coro de la parroquia, para que bajándose después por una reata poder tomar lo que le pareciese, que en efecto en el modo dicho cometió el robo, después esperó que fuera más tarde para salir con él, verificándolo por una de las ventanas de la parroquia, descolgándose a la calle como lo hizo del coro a la iglesia. Que a este hecho él solo estuvo y lo acom-

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pañó Vicente Coronado. Que Hilario López y su mujer son cómplices por haberlo ocultado en su casa y haber recibido de lo robado. Que ocho días antes de cometer el robo dicho, de la misma iglesia, en los mismos términos y con la misma compañía de Coronado, extrajo un candelero de plata y unos manteles. También robó, hacía poco más de tres meses, en la casa de don José María Ruiz, vecino de la villa, taladró la azotea de la tienda, de donde sacó dinero y otras cosas. Lo acompañaron tres realistas de infantería y otro desertor de su cuerpo: N. Valdovinos y otro conocido por Candelas, Nieves N. (alias Veloz) y el desertor Cástulo Rodríguez, quienes participaron y disfrutaron del robo dicho, que cuando fraguó este robo, uno de sus amigos lo entregó y estuvo preso, más luego que salió en libertad lo ejecutó en los términos referidos. Que él fue el que sacó de la prisión al rebelde coronel Gregorio Frausto, valiéndose de subir a la azotea de la prisión y desde allí, con una reata lo sacó él, en compañía de Cástulo Rodríguez -preso en León-. El producto del robo lo repartió entre sus compañeros y lo que sacó del último, lo vendió en Silao a don Mateo Toledo y lo gastó en divertirse. En cuanto a Frausto, dijo que lo había sacado por caridad y afecto que le tenía, por lo que le dio una fanega de maíz en agradecimiento.103 Para finales de febrero se estaba construyendo la fortificación de La Cantera, el puesto entre León y Lagos.104 El 26 de febrero, Antonio Linares fue nombrado Comandante General interino de la provincia. De este día es el informe de una acción preciosa que tuvo la partida de San Pedro Piedragorda contra una gavilla de 40 rebeldes, matándoles 12, entre ellos a un tal Sapién, que era el cabecilla, cuya cabeza trajeron a León como despojo.105 El día 28, se acercó una gavilla de insurgentes a Silao, matando un realista de caballería, siendo perseguidos hasta Aguas Buenas y sólo se consiguió matarles tres.106 El 10 de marzo, Reynoso participó a Francisco Falla, que el Fuerte de Jaujilla se rindió la mañana del 6 al Coronel Matías de Aguirre, la aprehensión de la Junta Americana y que ahora cargarían sobre el Padre Torres para que acabe la tragedia y que sabe por oficio que el viejo rebelde Hermosillo con dos hijos y varios que lo acompañaban fueron degollados en las inmediaciones de Tepalcatepec.107 Una partida de realistas de San Pedro Piedra Gorda, que salió el 12 del mes de Los Salados a Mancerrúa a destruir el comercio que celebraban los rebeldes, se encontró con ellos y les mató como 60, entre ellos un coronel, dos capitanes y un anglo-americano.108 Por esos días, nuevos informes dijeron que Borja se fue para San Luis de la Paz, Orrantia a Dolores y la gavilla de los Ortices se dispersó, pero para el día 23, Reynoso avisó a Falla que Borja ocupaba el camino de León a Silao, pues a un mozo que mandó se lo llevaron hasta los pueblos del Rincón; que Medrano, el Teniente de los Ortices, amarró 50 hombres en Santa Rosa y se los llevó para agregarlos a su gavilla.109

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Después de dar un golpe de las fuerzas realistas, al mando de Bustamante, al Padre Torres, donde le mató alguna gente, Linares ordenó a Falla que expidiera un bando, previniendo a los rancheros regresaran a sus tierras, de las que salieron obedeciendo una tiránica orden del rebelde Torres, o de lo contrario serían tratados como verdaderos rebeldes traidores al Rey y castigados como tales.110 Para asegurar el cultivo de la tierra, el Virrey emitió orden de que los labradores podían tomar en arrendamiento o locación las tierras baldías que estuvieran sin beneficiar o barbechar en el camino real. Acatándola, se tomaron medidas para establecerlos en las haciendas y ranchos que se encontraban de Irapuato a León.111 Con el fin de aliviar un poco la tensión que provocaba la guerra, el 27 de marzo el Intendente Fernando Pérez Marañón transcribió al Ayuntamiento el acuerdo virreinal, conviniendo en que se hiciera una corrida de toros de ocho días en la villa de León, con tal de que fueran despuntados.112 El 18 de abril, Reynoso informó a Falla, que los Ortices pasaron para la sierra, derrotados por El Giro, quien seguramente persigue al padre Torres.113 Unos días de calma se vivieron en la villa de León, por lo que el Subdelegado Miguel de Obregón pidió al Comandante Francisco Falla, que el 6 de mayo se hicieran salvas de artillería en honor de la Madre Santísima de la Luz, protectora de este lugar y Generala de sus armas.114 Hasta las obras de fortificación de la villa se suspendieron. El 8 de mayo, el Subdelegado pidió al Comandante le facilitara cuatro mil adobes para alzar las paredes del cuartel, en virtud de que no se utilizaron para construir la fortificación interior.115 Pasaron los meses y los insurgentes no daban indicio de su presencia, hasta el 5 de junio, que Reynoso avisó a Falla, que el domingo anterior había pasado Francisco Ortiz y el Padre Torres por el cerrito de Mancerrúa, donde se les reunieron Ríos y Franco, y que los informes indicaban que iban a Puruándiro a verse con El Giro.116 En los primeros días de julio fue pasado por las armas Narciso Cabrera, en pena de sus horrorosos crímenes. Narciso Cabrera, de quien se sabe que fue ejecutado por el oficio que dirigió don Miguel de Obregón al Comandante de las Armas, Teniente Coronel Francisco de Falla: Queda en esta Subdelegación la sumaria formada por esta Comandancia a los reos de infidencia Narciso Cabrera, Luis Sánchez, Benito Flores y Luz Navarro, con éstos tres, por haberse pasado el primero por las armas, para los fines que previene el señor Comandante General de la Provincia, coronel don Antonio Linares, en decreto de 18 de junio último. Dios guarde a vos muchos años. León, julio 11 de 1818. 117 Con el inicio de agosto, los Ortices pasaron por Comanjilla con 300 hombres, Borja arribó a los pueblos del Rincón, y por el día 20, una partida de realistas de Lagos alcanzó a Francisco Ortiz y al Monigote, que se habían internado hasta delante de Zacatecas, matándoles veintitantos y quitándoles cosa de 250 caballos, y por el 20, a los Pachones les infligieron una derrota y los dispersaron por las inmediaciones de Lagos, a donde fueron a robar.118 En los primeros días de octubre, se aprehendió a Juan Vallecillo, que fue capitán de la gavilla de Pedro García y después de la de Miguel Borja, después de concluida la sumaría, fue fusilado el 27 de noviembre de 1818.119

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También se aprehendió a José María Gasca, Coronel de rebeldes, a quien se le formó sumaría a finales de octubre.120 El 27 de octubre, Antonio de Linares, situado en Celaya, anunció a Francisco Falla que pronto pasaría a León para ver cómo podía auxiliar a esa heroica villa y su valiente guarnición, aumentando la fuerza de los realistas con las contribuciones que pagarían las haciendas, y sabiendo que los insurgentes intentaban interceptar la comunicación entre León y Silao, proponía establecer dos partidas, una de Comanjilla a Los Otates y otra en Rincón Grande.121 Para mediados de noviembre, los insurgentes mostraron movimiento en la hacienda de Burras, donde se estaban reuniendo para solemnizar el ascenso de Borja a Comandante General de Sierra Gorda y de Arago para la provincia de Guanajuato.122 El 5 de diciembre, Reynoso informó a Falla, que había enviado una partida al Gigante para sorprender la gavilla de Chía, pero que huyó a la montaña, quitándoles 41 caballos, una caja de guerra, cien piedras de chispa, etc., y que el comandante de la partida logró matar al Brigadier Carranco, cuyo cuerpo llevaron a Silao. El día 25, hizo una nueva correría a la hacienda de Burras, encontrando la cueva que llamaban El Presidio de Santa Rita, y que su tropa recorrió después el cerro del Gigante, consiguiendo aprehender un soldado de Chía.123

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SD-IND-COM-C. 13-Exp. 102-1817. Ibídem, Exps. 110, 111 y 113-1817. 33 SD-IND-COM-C. 13-Exp. 114-1817. 34 SD-IND-COM-c. 13-Exps. 118 y 120-1817. 35 SD-IND-COM-C. 13-Exps. 115 y 117-1817 y SD-IND-COM-C. 14-Exp. 1-1817. 36 AHML-SD-IND-COM-C.13-Exp. 114-1817. 37 SD-IND-COM-C. 14-Exps. 6, 9, 15 y 22-1817. 38 SD-IND-COM-C. 14-Exps. 12 y 13-1817. 39 SD-IND-COM-C.14-Exps. 24 y 25-1817. 40 Pérez Rodríguez, Gustavo. Xavier Mina El Insurgente Español, Guerrillero por la Libertad de España y México. México, Universidad Nacional Autónoma de México, 2018 pp. 300-304. 41 SD-IND-COM-C. 14-Exp. 41-1817. 42 Rivera, Agustín. Viaje a las ruinas del Fuerte del Sombrero. San Juan de los Lagos, Ed. Tipografía de José Martín, 1875. pp. 34-35. 43 SD-IND-COM-C. 14-Exps. 34, 36 y 39-1817. 44 SD-IND-COM-C. 14-Exp. 36-1817. 45 SD-IND-COM-C. 14-Exp. 37-1817. 46 SD-IND-COM-C. 14-Exps. 42 y 43-1817. 47 Rivera, Agustín. Viaje a las… op. cit. p. 35. 48 SD-IND-COM-C. 14-Exp. 44-1817. 49 AHML-SD-IND-COM- C.14-Exp. 42-1817. 50 Ibídem. 51 SD-IND-COM-C. 14-Exp. 49-1817. 52 SD-IND-COM-C. 14-EXP. 50-1817. 53 Rivera, Agustín. Viaje a las… op. cit. pp. 35-36. 54 AHML-SD-IND-COM- C.14-Exp. 49-1817. 55 SD-IND-COM-C. 14-Exps. 51, 54 y 58-1817. 56 AHML-SD-IND-COM- C.14-Exp. 57-1817.

SD-IND-COM-C. 12-Exps. 43 y 55-1814. SD-IND-COM-C. 12-Exps. 44 y 45-1814. 3 SD-IND-COM-C. 12-Exp. 47-1814. 4 Ibídem, Exps. 49, 50, 51, 52 y 54-1814. 5 SD-IND-COM-C. 12-Exp. 57-1814. 6 SD-INC-GRT-C. 1-Exp. 43-1815 y SD-CABCOM-C. 3-Exp. 20-1815. 7 SD-INC-SRT-C. 1-Exp. 63-1816. 8 SD-IND-COM-C. 12-Exps. 61 y 62-1816. 9 SD-IND-COM-C. 12-Exps. 64 y 65-1816. 10 SD-IND-COM-C. 12-Exps. 67 y 76-1816. 11 SD-IND-COM-C. 12-Exps. 68 y 69-1816. 12 SD-IND-COM-C. 12-Exps. 80 y 81-1816 13 SD-IND-COM-C. 12-Exps. 82, 84 y 85-1816. 14 SD-IND-COM-C. 13-Exps. 1 y 2-1817. 15 SD-IND-COM-C. 13-Exp. 7-1817. 16 SD-IND-COM-C. 13-Exp. 24-1817. 17 SD-IND-COM-C. 13-Exps. 27, 28 y 33-1817. 18 SD-IND-COM-C. 13-Exp. 40-1817. 19 Ibídem, Exps. 41. 42, 43 y 79-1817. 20 SD-IND-COM-C. 13-Exps. 54 y 59-1817. 21 SD-IND-COM-C. 13-Exps. 63 y 67-1817. 22 SD-IND-COM-C. 13-Exp. 64-1817. 23 SD-IND-COM-C. 13-Exp. 72-1817. 24 SD-IND-COM-C. 13-Exp. 73-1817. 25 SD-JTC-BDS-C. 11-Exp. 65-1817. 26 SD-MLC-COM-C. 1-Exp. 46-1817. 27 SD-IND-COM-C. 13-Exps. 86 y 87-1817. 28 SD-IND-COM-C. 13-Exp. 88-1817. 29 Ibídem, Exps. 90, 93, 91 y 92-1817. 30 SD-MLC-RCL-C. 6-Exp. 22-1817.

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Ibídem. Rivera, Agustín. Viaje a las… op. cit. pp. 41-42. 59 SD-IND-COM-C. 14-Exp. 59-1817. 60 SD-IND-COM-C. 14-Exp. 64-1817. 61 SD-IND-COM-C. 14-Exp. 60-1817. 62 SD-IND-COM-C. 14-Exp. 63-1817. 63 SD-IND-COM-C. 14-Exps. 65 y 69-1817, y SDIND-COM-C. 3-Exp. 5-1811. 64 SD-IND-COM-C. 14-Exp. 71-1817. 65 SD-IND-COM-C. 14-Exp. 74-1817. 66 SD-IND-COM-C. 14-Exp. 75-1817. 67 Rivera, Agustín. Viaje a las… op. cit. pp. 50-51. 68 SD-IND-COM-C. 14-Exp. 76-1817. 69 SD-SND-EPD-C. 1-Exp. 4-1817 y SD-INDCOM-C. 15-Exp. 5-1817. 70 SD-JTC-CAR-C. 13-Exp. 13-1817 y Exp. 141818. 71 SD-IND-COM-C. 14-Exps. 78, 82 y 85-1817. 72 SD-IND-COM-C. 14-Exps. 86 y 87-1817, SDIND-COM-C. 15-Exps. 3, 9 16, 19 y 23-1817. 73 SD-IND-COM-C. 15-Exps. 8 y 17-1817. 74 SD-EDP-COM-C. 1-Exp. 2-1817. 75 SD-IND-COM-C. 15-Exp. 16-1817. 76 SD-IND-COM-C. 15-Exps. 19 y 21-1817. 77 SD-IND-COM-C. 15-Exps. 28 y 31-1817. 78 SD-IND-COM-C. 15- Exps. 38 y 39-1817. 79 SD-IND-IFD-C. 22-Exps. 7-1817; 2, 31, 351818 y 45-1819. 80 SD-IND-COM-C. 15-Exp. 44-1817. 81 SD-IND-COM-C. 15-Exp. 45-1817. 82 Rivera, Agustín. Viaje a las… op. cit. p. 55. 83 Pérez Rodríguez, Gustavo. Xavier Mina El… op. cit. pp. 369-372. 84 Guzmán, Martín Luis. Javier Mina, Héroe de España y de México, México Ed. Joaquín Mortiz. México 2002. p. 235. 85 SD-IND-COM-C. 15-Exp. 47-1817. 86 Rivera, Agustín. Viaje a las… op. cit. pp. 58-59. 87 SD-IND-COM-C. 15-Exp. 48-1817. 88 SD-IND-COM-C 15-Exp. 55-1817. 89 SD-MLC-COM-C. 2-Exp. 3-1819. 90 SD-IND-COM-C. 15-Exp. 62-1817. 91 SD-SND-HOS-C. 1-Exp. 29-1817. 92 SD-SND-HOS-C. 1-Exps. 24-1817. 93 SD-IND-COM-C. 15-Exp. 59-1817. 94 SD-IND-COM-C. 15-Exp. 66-1817. 95 SD-IND-COM-C. 15-Exp. 70-1817. 96 SD-MLC-NYA-C. 4-Exp. 55-1817. 97 SD-IND-COM-C. 16-Exp. 1-1818. 98 SD-IND.COM-C. 16-Exp. 6-1818. 99 SD-IND-COM-C. 15-Exp. 74-1817, SD-INDCOM-C. 16-Exps. 5, 16 y 26-1818 100 SD-IND-IFD-C. 22-Exps. 10 y 12-1818. 101 SD-IND-COM-C. 16-Exp. 20-1818. 102 SD-IND-COM-C. 16-Exp. 22-1818.

SD-JTC-CCR-C. 16-Exp. 15-1818. SD-IND-COM-C. 16-Exp. 27-1818. 105 SD-IND-COM-C. 16-Exp. 28-1818. 106 SD-IND-COM-C. 16-Exp. 31-1818. 107 SD-IND-COM-C. 16-Exps. 35 y 36-1818. 108 SD-IND-COM-C. 16-Exp. 41-1818. 109 SD-IND-COM-C. 16-Exps. 42 y 43-1818 110 SD-IND-COM-C. 16-Exps. 44 y 45-1818. 111 SD-IND-COM-C. 16-Exps. 60 y 61-1818. 112 SD-CIC-PYL-C. 1-Exp. 10-1818. 113 SD-IND-COM-C. 16-Exp. 51-1818. 114 SD-ASE-COM-C. 1-Exp. 23-1818. 115 SD-MLC-COM-C. 1-Exp. 70-1818. 116 SD-IND-COM-C. 17-Exp. 3-1818. 117 SD-IND-COM-C. 17-Exp. 5-1818 y 118 SD-IND-COM-C. 17-Exps. 9, 14 y 17-1818. 119 SD-IND-INF-C. 22-Exp. 33-1818. 120 SD-IND-COM-C. 17-Exp. 47-1818. 121 SD-IND-COM-C. 17-Exps. 48 y 49-1818. 122 SD-IND-COM-C. 17-Exp. 57-1818. 123 SD-IND-COM-C. 17-Exps. 65 y 72-1818.

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Los Últimos Rebeldes A más de un año de que la villa de León fuera atacada por Javier Mina, todavía no se reponía del todo. En los últimos días de enero de 1819, por orden del Virrey se mandó formular una sumaría al Comandante de las Armas, Teniente Coronel Francisco de Falla, quien debía responder al siguiente interrogatorio: Si se halló en esta villa en el mes de julio del año pasado de 1817 y si sabe o ha tenido noticia de las ruidosas contestaciones que hubo en los últimos días de dicho mes, entre su Ilustre Ayuntamiento y el señor brigadier don Pedro Celestino Negrete, segundo comandante general que era entonces en esta provincia, en cuyo caso se servirá vos expresar lo que suceda, por qué motivo, las personas que lo presenciaron y lo demás que sepa en lo particular. Si sabe los ramos o arbitrios que están consignados al fondo militar de esta villa para el pago de los realistas que la guarnecen y si dichos arbitrios han sido establecidos por el Ilustre Ayuntamiento, por los comandantes generales de las provincias o por los que han mandado las armas en esta villa. Si sabe que los expresados arbitrios producen lo suficiente para pagar con puntualidad cada mes la tropa de realistas y si ésta ha sufrido algún retardo en el percibo de su haber, por falta de entradas en el fondo militar o por algún otro motivo, y en este caso se servirá vos expresar si los vocales del Ilustre Ayuntamiento tomaron algunas providencias para que se satisficiesen prontamente a la tropa, y si han hecho algún otro servicio particular a fin de aumentar y de precaver de escaseces al fondo militar. Así mismo, se servirá vos reconocer el oficio que le acompaño y expresar en su certificación si el mismo que dirigió vos a este Ilustre Ayuntamiento la tarde del día 24 de julio de 1817, si es suya la firma que lo suscribe y la misma que usa y acostumbra, devolviéndomelo después de haberlo verificado, para el fin que me está prevenido. Igualmente, se servirá vos remitirme, por haberlo pedido el Ilustre Ayuntamiento y habérselo concedido el excelentísimo señor Virrey la contestación original a dicho oficio, que con la misma fecha dio a vuestra merced el Ilustre Ayuntamiento. También manda el excelentísimo señor Virrey que exprese vos en su certificación, lo que sepa sobre los puntos siguientes: ¿Qué horas mediaron desde que vos les remitió el citado oficio hasta en la que atacó el rebelde Mina, y si en éstas se podía levantar la línea de fortificación interior que exigía en él, como indispensable para la seguridad de esta villa? ¿Qué materiales había para el efecto, cuáles se necesitaban y si el acopio de éstos era asequible en las pocas horas que mediaron de su oficio al ataque, y si el mes de su fecha es el más riguroso de las aguas en esta provincia, y por lo mismo imposibilita la manufactura de adobes? Que estando a la disposición de vos los cinco mil pesos que exigió el Ayuntamiento, el señor brigadier Negrete más de ocho meses, ¿por qué no procedió vos a dicha obra y que cuántos millares de adobes calculó para ello? ¿Qué tiempo juzgó emplear o empleo en su acopio, si sabe que las 171


fortificaciones hechas han sido hechas a discreción de los comandantes sin más intervención del Ayuntamiento, que pagar su costo y si las que se han hecho en este tiempo han sido también por su sola dirección?1 Y también responder sobre las acciones de los miembros del Ayuntamiento ante la amenaza: Se servirá vos expresar si cuando en la noche del 26 de julio del año pasado de 1817, atacó el rebelde Mina a esta villa y se presentaron a vos o al señor coronel don José Antonio de Andrade el Subdelegado don Miguel de Obregón, el Regidor Perpetuo don Mariano de Obregón, los Honorarios don Manuel de Lizardi y don Manuel de Urteaga, y el Procurador General don Felipe de Escalante o si tuvo noticia de que asistiesen alguno de los puntos de la plaza y si practicaron algunas providencias conducentes para ayudar a repeler el enemigo, así mismo se servirá vos expresar si sabe o ha oído decir que el Subdelegado y los Vocales del Ilustre Ayuntamiento se hayan presentado prontamente en las alarmas que se han ofrecido, o por si no haberlo verificado han sido reconvenidos por vos o por alguno de los comandantes que han mandado las armas en esta villa. Igualmente, se servirá vos expresar si el Subdelegado y los Vocales del Ilustre Ayuntamiento procuraron auxilios para su curación y subsistencia a los soldados que resultaron heridos del ataque con que fue rechazado el traidor Mina, y si por los cadáveres de los que murieron en dicho ataque, manifestaron la humanidad debida a tan beneméritos defensores. También se servirá vos exponer si cuando, por resulta del suceso desgraciado de la división del señor Castañón, o sea del señor coronel Ordóñez, llegaron a ésta villa algunos soldados dispersos y heridos, se les facilitó por el Subdelegado o los individuos del Ayuntamiento los auxilios que necesitaron. Y por último, también se servirá vos certificar si sabe o ha tenido noticia de que habiendo llegado a esta villa, pocos días antes de que la atacase el traidor Mina, una división auxiliar de las tropas de Nueva Galicia, al mando del señor brigadier don Pedro Celestino Negrete, escasa de auxilios para subsistir por la precipitación con que se puso en camino, los pidiese dicho jefe al Ilustre Ayuntamiento y si éste se los negó o facilitó en parte o en el todo.2 Aun así, Agustín de Iturbide le impuso a León un cobro de diez mil pesos, de cuyo asunto sólo se encuentra un comunicado que Romualdo Marmolejo le dirigió al Subdelegado: Señor don Miguel de Obregón. Guanajuato, enero 3 de 1819. Estimado amigo y señor, acompaño a vos el testimonio de lo actuado en el expediente que se ha formado sobre el cobro de los diez mil pesos que exigió a esa villa el señor Iturbide, por él se instruirá vos de que ya aquí no queda paso qué dar y que no hay otro recurso que ocurrir a México.3 Por informes de José Mariano Reynoso, de Silao, se supo el 30 de enero que las facciones de insurgentes andaban alzadas unas contra otras: Arago y El Giro, sorprendieron y dispersaron la gavilla de los Monigotes. Anoche se batieron entre sí los de la gavilla de Chía, huyendo éste con cuatro hombres y el resto se dispersó; uno de ellos se indultó, que es el que ha informado el caso. Gracias a

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Dios en todo estamos sacando ventajas, ahora que los Ortices se están reuniendo para ir a atacar a sus rivales.4 Desde la hacienda de Jalpa, el 13 de febrero, Juan Flores avisó al Comandante militar que: el rebelde francés Juan Arago, reunido con una porción de chusma, trata de venir para estas tierras, y el comandante de Cuerámaro me ha pedido le auxilie porque tiene noticias que el dicho Arago se dirige para aquel punto. Me ha parecido conveniente avisar a vos, por si sale cierto, puede tal vez lograrse lance de algún punto.5 Por su parte, Andrés Galilea, situado en Cantera, informó el día 21: El 19, salimos Revuelta y yo, en combinación, cubriendo todos los puntos desde San Antonio hasta La Hoya, y de Jaramillo a Los Castillos, y de 29 pillos que se vieron a larga distancia, sólo se consiguió matar a 6, quitándoles toda la remonta, algunas armas, mulas y todas las sillas; con lo que han quedado inservibles y sin ganas de volver para estas inmediaciones.6 El 7 de marzo un puñado de insurgentes entró a León. Encontrándose en el Paseo de la Canal el Subdelegado Miguel de Obregón, acompañado de don Gervasio Delgado y don Pablo Rodríguez, cerca de la hora de la oración de la noche, fueron atacados por tres rebeldes, Juan Reyes, Vicente Gómez y Juan Núñez, de la gavilla de Gutiérrez. Don Miguel fue gravemente herido en el costado izquierdo y la gente que se juntó ante la novedad los hizo huir a pedradas. Inmediatamente, el Capitán Juan Ruiz destacó una partida de caballería con diez hombres, al mando del Sargento Francisco Acosta, quien los persiguió hasta Los Castillos. Ahí encontró a Reyes, quien después de resistirse fue muerto y decapitado, y Juan Núñez, a quien se aprehendió herido y se trajo a la villa para formarle sumaria. Declaró ser de edad de 20 años, natural del Paseo de Cuarenta, jurisdicción de Lagos y de oficio metatero. Fue pasado por las armas el 13 de marzo.7 Resultas de la lesión, Obregón falleció a las nueve de la mañana del día 10. Por lo que José Ildefonso de Septiem le avisó al Comandante Francisco Falla sobre la muerte del Subdelegado, pidiéndole le facilitara un centinela que custodiara la pieza donde existían intereses reales hasta que se pudiera formar el debido cargo.8 Los días transcurrieron en aparente calma, hasta la noche del 16 de marzo en que el Comandante de Silao, José Mariano Reynoso, hizo una combinación con don Pedro Ontaño y el comandante de Guanajuato, para caer a la hacienda de Burras el 17 por la mañana. Se hizo todo perfectamente y se consiguió coger un cabecilla, al asistente de Borja, el Subdelegado de Xichú y otros seis pícaros. Los primeros se pusieron en capilla, con un vigía que se trajo mal herido. Retiradas las partidas y acampado ya don Pedro Ontaño en Jaripitío, se le apareció Arago y El Giro, con cosa de 200 hombres a quienes acometió con 80 dragones y una corta partida de la Corona; los persiguió hasta Lo de Sierra y en la huida les mató algunos, les hirió bastantes y quedaron porción de caballos muertos. Resultaron heridos tres dragones, entre ellos al Sargento infante del Príncipe y mataron a un muchacho, asistente de Reynoso, que sin orden ni regla, avanzó y se metió entre ellos. Ríos trajo unos tres heridos de resultas del auxilio que fue a dar a los Ortices, y Francisco Falla, que había estado en Comanjilla, logró matar dos de dicha gavilla.9 Los insurgentes no se quedaron con los brazos cruzados y el 23 de marzo le causaron una total desgracia a la sección del mayor Flores, situado en la hacienda de Jalpa, quien en su parte informó: entre las 8 y 9 de la mañana, me batieron los Ortices y otros cabecillas que no pude adquirir su nombre, pero su fuerza cuando no llegaba a 300 pasaba, no siendo la misma de 60 a 75 hombres y los que lo contamos fue a favor de los caballos y la esperanza de un inmediato monte. Tengo noticias de que varios han recalado a esa villa, y como que éstos se han presentado a vos y le

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habrán dado parte de su llegada, espero se sirva de disponer se vengan a incorporar cuanto antes o darme aviso con expresión del cuerpo de que son.10 Por su parte Hermenegildo Revuelta, al no conocer el rumbo que habían seguido los insurgentes, despachó a Estancia Grande 200 hombres, por si se pasaban a Ojuelos, mandó 50 a Cantera, con el correo, y el resto lo dejó en Lagos, para desde allí acudir a donde más necesidad hubiese.11 El día 26, Revuelta, sugirió al Comandante de las Armas de León, perseguir a los insurgentes: Por la carta de vuestra merced, que acabo de recibir, fecha de hoy, he visto que se halla en esa el teniente coronel don Pedro Ontaño con la sección de su cargo y pareciéndome ocasión oportuna para reprimir el orgullo de las gavillas de la parte de Comanjilla pueden adquirir con la ventaja que han obtenido de la partida del sargento mayor don Juan Flores, suplico a vos vea al indicado señor Ontaño, a efecto de que si es conciliable con sus atenciones, el que nos dediquemos siquiera por unos ocho días a perseguir las citadas gavillas. Creo que hacemos un servicio muy distinguido a la causa del Rey, nuestro señor. Si accede a mis deseos, podríamos tener una entrevista mañana mismo, en el paraje que me indique, para acordar en lo verbal la parte del plan que cada uno debe desempeñar.12 Por el día 6 de abril, el cabecilla Noriega, con su gavilla, se hallaba por las inmediaciones de San Pedro Piedragorda, con intención de atacar el pueblo. Mientras que las fuerzas realistas, al mando de Revuelta y Flores salieron a perseguir los rebeldes que habitaban en la sierra. Campos también salió con 300 caballos escogidos, de Lagos. Su plan era subdividirse y luego en combinación unirse, para después de la correría reunirse en Cantera. Habrán hecho lance, según los vecinos guías e indultados que llevaban, y que los rebeldes habitaban en la sierra, por donde se les debía perseguir a todo trance.13 El 23 de abril de 1819 pasaba por la hacienda de San Cristóbal, entre 8 y 9 de la mañana, la partida de San Pedro Piedragorda, compuesta de 65 hombres al mando de su comandante, el Sargento Mayor don Juan Flores, cuando fue atacada por Los Pachones, Juan Ríos y padre Torres, con una gavilla de cerca de 500 hombres que terminaron con los realistas. Por la noche llegaron a la villa los 43 muertos, entre los que se encontraban 3 oficiales y el Teniente Coronel don Esteban Quesada, y entre los prisioneros que fueron tres, el Teniente Maciel, sólo el Comandante Flores y siete realistas lograron escapar. Los cuerpos se envolvieron en manta y se sepultaron en el campo santo de La Soledad.14 Ante tal hecho, el Virrey ordenó a Antonio de Linares, Comandante de las tropas realistas ubicadas en Celaya: He sabido extrajudicialmente que una compañía de realistas montados de la villa de León, reunida a una partida de San Pedro Piedragorda, con el comandante de este último punto, sargento mayor don Juan Flores, pereció a manos de los rebeldes. Sepultándose cincuenta y tantos cadáveres en dicha villa. Con cuyo concepto prevéngo a vuestra merced, me informe con qué objeto marchaba aquella tropa y los términos en que ocurrió la desgracia. Los autores de ella, que según se me ha informado, fueron los Pachones. Tienen su madriguera en la hacienda de Comanjilla, en cuyo punto o cualquier otro, donde se hallen, los buscará vuestra señoría con la mayor actividad y los batirá y destruirá, dándome aviso por ejecutivo, de las medidas que tome al efecto.15 174


El 5 de mayo, el Comandante Militar se dirigió al Ayuntamiento, en éstos términos: En poder del teniente de artillería de realistas fieles de esta villa, don Remigio Villalar, hay 139 pesos 6½ reales, procedentes de la pólvora que se cogió de este parque para reponer las municiones que se consumieron la noche que atacó aquí el rebelde Mina, cuyo importe se cobró de los 500 pesos, que el señor brigadier don Pedro Celestino Negrete, señaló para el efecto cuando exigió a ese Ilustre Ayuntamiento 5,000 pesos para dicho destino, el de la fortificación de esta villa y otros, y no habiendo en éste porque ninguna pólvora existe y, necesitándose para reemplazar las municiones que se gastan y para las salvas que se acostumbran hacer, estando ya muy próximas las de los días de Nuestra Señora de la Luz y San Fernando, que caen en este mes, suplico a vuestra señoría se sirva encargarla a Guanajuato, a la mayor brevedad, para que pueda venir en el convoy del 12 o 20 del corriente, contando vuestra señoría para este fin con los 139 pesos 6½ reales que quedan referidos.16 Las gavillas insurgentes seguían haciendo de las suyas, en el siguiente par de días, el cabecilla Juan Ríos robó la hacienda del Jaral y Santiago González en la de Las Cruces, éste segundo con 40 a 50 hombres, que cuando llegaron dijeron ser tropas de Lagos.17 En el informe rendido por Revuelta, fechado en Duarte el 11 de mayo, dijo: Acabo de llegar a ésta, he andado por toda la sierra y el fruto no ha correspondido a las fatigas, sólo se han muerto unos nueve, herido bastantes, agarrado siete vivos y quitado cosa de 280 caballos y mulas. Hoy estuve con Orrantia en La Tlachiquera. Se me fue Juan Ríos por Los Sauces, hasta donde lo corrí desde el cerro de San Juan, sólo dos se le mataron. Puede que mañana descansé aquí, pues estamos atropellados y con escaseces. Si me muevo mañana, no pasaré de Ibarrilla, pero antes querría ver si logro algo despachando una partida por El Gigante.18 Galilea, desde Cantera, el día 12, agregó: Ayer me comunicó el ayudante de la plaza de Lagos, que el señor Coronel Revuelta se había batido con los rebeldes en la sierra y que les mató 10 e hizo prisioneros 2 y les quitó más de 200 caballos, porción de lanzas, algunos fusiles y sillas, habiendo tenido por nuestra parte 1 muerto y 3 heridos; que todavía seguía persiguiéndolos.19 Lo que restó de mayo y todo junio, en plena temporada de aguas, no hubo pormenores en torno a la villa de León. El 23 de junio, Ruperto Rocha envió un oficio al Ayuntamiento, dando aviso de su nombramiento como Subdelegado de la villa: Muy señores míos, a propuesta del señor Intendente de esta provincia, me ha conferido el excelentísimo señor Virrey, la Subdelegación de esa villa y su partido, que tengo el honor de ofrecer a vuestras señorías con mi persona. Me hallo ya en esta congregación y en primera partida tendré la satisfacción de pasar a ponerme a la disposición de vuestras señorías, deseoso de complacerlos, esperando que vuestras señorías esta demostración como prueba de aquella mi buena voluntad y del afecto que profeso a vuestras señorías. Dios guarde a vuestras señorías muchos años. Silao, 23 de junio de 1819.20 175


El 6 de julio, llegó la siguiente noticia de Irapuato: el señor Bustamante mató en la noche del 3 a Andrés Delgado, conocido por El Giro, en la cañada de La Laborcita y condujo la cabeza de este rebelde a Salamanca.21 El Virrey en superior oficio del 27 de julio, ordenó a las autoridades de la provincia, recoger los rancheros ubicados en las barrancas, bosques y demás puntos sospechosos, a donde los hayan hecho retirar los enemigos de la quietud pública, procurando auxiliarlos en la parte que se pudiera para que no continuaran viviendo diseminados sino que se reunieran en las haciendas o lugares organizados, donde apoyados de las tropas de su Majestad, pudieran defenderse de los ladrones y coadyuvar a la felicidad pública.22 Antonio de Linares, situado en la hacienda de Santa Ana, informó el 16 de agosto: El destacamento de Los Sauces se halla fortificado y en estado de defensa y a más tiene 40 hombres de infantería en La Loza, por noticias de que la iban a quemar, hasta la fecha no tengo razón alguna en que por el rumbo de esa villa se haya establecido ningún destacamento y de nada servirá el apoyo si se pasa el tiempo y en este intermedio los enemigos libremente destruyen y queman las fincas, como ha sucedido con Comanjilla, en cuya vista es indispensable activar los destacamentos y aún auxiliar interinamente con la tropa de esa villa, como se ha hecho en Silao, quedando sólo para guardar el pueblo los vecinos honrados y con corto número de realistas; pues todo lo que sea salir del recinto de la villa son otras tantas avanzadas que impiden que se acerquen los rebeldes, acaso con más facilidad para que se entiendan las gentes y se reciban más oportunos avisos, en cuyo caso espero de su celo y eficacia, que nada me dejará qué desear para el logro de tan sagrado fin.23 Los realistas también cometían sus fechorías. El 17 de agosto, el Subdelegado Rocha se dirigió al Comandante Falla para informarle que las autoridades del Coecillo se le habían presentado para quejarse de que los soldados habían herido gravemente a dos individuos que aprehendieron por desertores, amenazando a los indios de que los acusarían de tumulto, y que también se presentaban disfrazados para cometer excesos durante la noche y la madrugada. Rocha agregó que le constaba la fidelidad y obediencia de los naturales y que cuando les pedía algún reo de deserción u otro delito se lo entregaban inmediatamente, por lo que deseaba evitar problemas con ellos.24 El Ayuntamiento, en sesión del 19 de agosto de 1819, acordó comunicar al Comandante General de la Provincia, que la villa de León quedaría desguarnecida si se destinaba la tropa a las guarniciones de Duarte, Loza e Ibarrilla, sin embargo, el día 20, le informó que proveería al destacamento de La Loza con tres mil cartuchos.25 El Capitán Francisco Castillo fue el encargado de enviar los tres mil cartuchos y setenta piedras de chispa al destacamento que se hallaba en la hacienda de La Loza, manifestando la falta que dicho parque hacía para la defensa de la benemérita villa.26 Tal parece que en los últimos días de agosto la Comandancia de las Armas de la villa de León, se encargó al Teniente Coronel Francisco Castillo. En la noche del 30 de agosto, los insurgentes robaron el ganado de algunas haciendas de León y lo escondieron en el cerro de San Juan. Galilea, situado en Cantera, informó a Castillo: No había dado a vos noticia del robo, porque con motivo a haber sido en últimos de mes, tenía mucho que hacer y mandar varios papeles a mi cuerpo y por con176


siderar que dichos rebeldes se habían de ir de largo con las reses (que serían 80, las que se llevaron) y no habían de haber ocasionado ningún daño en esa, pues de aquí se fueron a toda prisa, de modo que no pudieron sacarse el otro ganado que estaba en los demás corrales y, como dio la casualidad que una de las compañías de caballería que tengo aquí se hallaba fuera, no pude perseguirlos como deseaba, pero sí con el aviso que di a Lagos oportunamente, al instante salió la tropa en combinación con la que estaba aquí y aunque persiguieron a los expresados rebeldes hasta las inmediaciones de Tlachiquera, como entró la noche, se les perdió el rastro y no se consiguió nada. Después he sabido que unos cuantos en buenos caballos se apartaron con el ganado del camino y lo escondieron.27 Por cuestiones de salud, Francisco de Falla entregó el 10 de septiembre el mando militar de la villa de León, al Teniente Coronel Miguel Ignacio Béistegui, quien siguiendo órdenes del Virrey estableció destacamentos en las haciendas de Cuevas, Burras, Los Sauces, Santa Ana de Valenciana y sus anexas, La Loza, Chichimequillas, San Agustín y El Cuicillo. Tenía la encomienda de hacer lo mismo en las demás haciendas y ranchos de la provincia, haciendo que en todas se establecieran reclutas en proporción a su actual estado y productos, con cuyo sistema se lograría congregar a los rancheros y gentes de campo en las mismas fincas, para que floreciera la agricultura y se acabaran los rebeldes, no teniendo dónde robar para mantenerse. Para auxiliar tales medidas, a propuesta del comandante de Lagos, debía situarse una sección fuerte en Los Altos de Ibarra y fortificando aquel punto, de modo que pudiera sostenerse con poca tropa, y enviar expediciones constantemente por La Tlachiquera, Comanjilla y San Juan de Llanos. Así mismo, de la sección que estaba en San Pedro Piedragorda, situar un destacamento en la ranchería de Las Tablas.28 El 11 de septiembre, Linares hizo llegar a Béistegui una orden del Virrey, con carácter de muy reservada: En el expediente instruido sobre cumplimiento de reales órdenes de 1º y 19 de octubre y 6 de noviembre últimos, comunicados a esta superioridad por los Supremos Ministerios de Guerra, Hacienda y Gracia y Justicia, en las cuales se ha dignado su Majestad prevenirme que se evite la introducción en este reino de los periódicos subversivos que algunos españoles expatriados tratan de publicar en Londres, con los titulos de Español Constitucional y Gabinete de Curiosidades Políticas y Literarias de España e Indias, como también otro impreso que contiene una representación dirigida al Rey, nuestro señor, por don Álvaro Flores de Estrada, he resuelto por decreto de Ley, de conformidad del señor Fiscal de lo Civil y dictamen del señor Auditor General, prevenir a vuestra señoría, como lo hago, que por sí y por medio de las Autoridades subalternas que dependen de vuestra señoría, tome con la mayor reserva las providencias que su prudencia, previsión y celo por el servicio del Rey le impere y estén al alcance de su autoridad, a fin de impedir la introducción en sus respectivos territorios y demarcaciones, de los referidos tres papeles y cualesquiera otros semejantes subversivos y sediciosos, recogiendo a mano real cuantos ejemplares se hubiesen esparcido y de que pueda haber noticia, castigando en sus respectivos casos, con el debido rigor a los individuos que atenten contra la quietud pública y fidelidad de los pueblos, con la propagación de los debidos papeles u otros escritos sediciosos o divulgando perniciosas ideas. Teniendo presentes las Reales Cédulas de 1º de septiembre de 1791, 22 de agosto de 1792 y circular de 27 de mayo de 1815 y dándome

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aviso del recibo de esta orden y cuenta con oportunidad de sus resultes, para que yo pueda así mismo darla a su Majestad por las vías correspondientes.29 A mediados de septiembre, el destacamento de Cuevas dio una sorpresa a los rebeldes, aprehendieron algunos y a la familia de Arana, de cuyas resultas se indultó Valle con diez, en la hacienda de Burras y Blas Martínez lo verificó en Aguas Buenas.30 El 23 de septiembre, Antonio de Linares pidió a Béistegui auxiliara con víveres al Coronel Hermenegildo Revuelta, quien llevaba orden superior de establecer un destacamento en los Altos de Ibarra.31 Pero la situación en los pueblos del Rincón era diferente, el día 28, Nicolás González expresó su temor porque en la Cruz de Aguilar había gente de los Pachones, con la mira de venir esa noche a esos pueblos. Se ha divulgado mucho la organización de este pueblo, con eso aguardamos un resultado funesto si llegan a venir.32 Revuelta, desde los Altos de Ibarra, ya planeaba recorrer ese rumbo, pues el día 29 así se lo hizo saber a Béistegui: Mi estimado amigo, hoy he recibido la apreciable de vos, de 27, por lo que he visto con satisfacción la disposición franca del señor Comandante General de esa provincia, al prevenirle me facilite los auxilios que pendan de su arbitrio para poder ejecutar el objeto de mi permanencia en este punto. Nada creo más necesario que el que se esfuerce todo lo posible para habilitar partida que recorra por el Rincón Grande y en esa de Santiago hasta esa villa, para ahuyentar las cortas gavillas que habitan aquel terreno y ver si de este modo establecemos nuestra comunicación, pues aislado ya sin poder recibir noticias oportunas, me será imposible evitar los males que ellos puedan causar.33 Juan Flores, situado en Jalpa, también vio con agrado las disposiciones de Béistegui: Veo la concurrencia que me insinúa para el día dos, con vos y el señor De Cortázar, la que creo no habrá inconveniente y en mi concepto, será bueno para evitar un acontecimiento respecto a que para agarrar los ladrones es necesario embestirlos inmediatamente y que creo no halla por los parajes que vos me dice (ni yo tengo noticia) rebeldes en número de atención, que nuestras partidas se reconozcan por dos caballos blandos o tordillos delante. Yo tomaré los puntos que vos me indica, abrazando algo más de terreno (en mi derecha) que será por San Isidro y desde allí se dirigirán ante El Talayote y Puente de las Ovejas, cuyo punto estará ocupado por mí a cosa de las dos de la mañana, para que nuestra reunión suceda entre diez y once. Por si hay alguna novedad, me parece convendrá estemos advertidos que, si alguna de nuestras partidas observa correr a algunos, que no puede ser otra cosa que, huida del enemigo o persecución nuestra de los ladrones, que el movimiento que se haga ya por toda la partida que observa movilidad o una parte destacada de ella, no sea otro, que a cortar la vanguardia a los que van delante, por si no puede suceder algún acontecimiento como digo, por la falta de uniformes en nuestra fuerza armada.

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Si alguna cosa ocurra o se le ofrece a vos decirme, hágalo, pues aún hay tiempo. Yo ya estaría fortificando la ranchería de Las Tablas, pero ya vos vio lo que me dice Revuelta de su salida (que efectúo) y abandono del territorio de su cargo con este motivo y que la orden del Virrey no dice más que se sirve un destacamento en Las Tablas, sin prevenirse que si no hay recinto que pueda cubrir de un golpe de mano a los destacados, se construya, como los arbitrios que debe tomar para ello y también si la fuerza destacada ha de salir de la con que cuento en la sección o de los destacamentos de retaguardia, me han impedido estos motivos a consultar con su excelencia, a fin que se me ordene lo que deba de hacer, pues así obedeceré y no tendré que poner ninguna cosa de mis limitadas luces y quedar libre de que mis operaciones sean interpretadas de despotismo, arbitrariedad o dirigidas a robar a los pacíficos habitantes. De un momento a otro aguardo orden sobre lo dicho y si recibiese alguna que me prohíba la concurrencia en que quedó para el sábado 2 de octubre próximo venidero, avisaré a vos con la mayor brevedad y en términos que en cuanto sea dable, por esta causa no suceda ni atraso al servicio ni acontecimiento alguno. Ayer me avisó el subdelegado de los pueblos que en la Cruz de Aguilar había gente de los Pachones y que intentaban hostilizar los pueblos del Rincón en la inmediata noche. Con tal motivo, le previne destacarse algunos indios por la velocidad de las noticias y yo desde ayer tengo dos avanzadas a la vista de dichos pueblos y estoy en disposición de marchar a la menor novedad. Son las diez de la mañana y todavía no hay novedad.34 El 1º de octubre, Béistegui se dirigió al nuevo Subdelegado de la villa, don Ruperto Rocha, a quien hizo saber que el Comandante de Santa Ana y el destacamento de Silao, Teniente Coronel don Luis Cortázar, le habían reportado: Entre las noticias que me tiene dadas el titulado coronel don Juan Ríos, recién indultado de la situación de los rebeldes, es una que del pueblo de Silao y esa villa les suben diariamente comestibles y que evitando esto conseguiríamos el que, obligados a la necesidad, pues en lo interior de la sierra no encuentran absolutamente abrigo, se bajasen al plan o desamparasen madriguera que no es tan nociva por su aspereza, por lo que se lo participo a vos, para que por su parte remedie este mal. Por lo que le suplicó hiciera las prevenciones necesarias y sugirió que en los pasaportes se pusiese alguna nota que intimidase a los que caminaban sin el auxilio de las tropas reales.35 Para debilitar a los insurgentes escondidos en la sierra, se ordenó a los alcaldes ordinarios, a los de cuartel, gobernadores de los pueblos y guardias de la alhóndiga y aduana, vigilaran en sus respectivos puntos, castigando a los que llevaran auxilios a la rebelión.36 El 4 de noviembre salió a las 3 de la madrugada una partida de caballería, bajo las órdenes del Sargento Francisco Acosta, compuesta por los soldados Narciso Becerra, José de la Luz Muñoz y el cabo Mariano Villegas, se regresó a las 2 de la tarde. Cuando venían a la villa encontraron en el camino de la hacienda de Otates unos comerciantes, que en cuanto los vieron se echaron a correr y se escondieron atrás de un potrero. Los persiguieron y aprehendieron. Uno de ellos traía un papel de los insurgentes, que decía:

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Para José Tomás Vilches, con dos compañeros, dos animales, para León a traer comercio y porque ha pagado 2 reales de pensión de guerra, no se le embarace su tránsito. Ibarra. Los arrestados fueron: José Tomás Nieves, de 18 años de edad, natural de la hacienda del Lobo, jurisdicción del Real de Pinos, y de oficio pastor. Llevaba 2 almudes de sal, 4 varas de sabanilla y 15 reales de jabón. Lo acompañaban Pablo Andrade y Carlos Palomares. En su primera declaración dijo que se mantenía de cortar tunas y leña, que Encarnación Ortiz El Pachón lo levantó y duró un año cuidándole las ovejas y chivas hasta que se las confiscaron los realistas, y que en ese tiempo le cuidaba una troje de maíz y otra de frijol en el Puesto de las Ardillas al insurgente Esteban Acosta. Ante el fiscal quiso desmentirse, por lo que fue condenado a trabajar por 15 días en la fortificación del destacamento de Otates, sus dos compañeros desaparecieron antes de tomarles declaración. La otra detenida fue María Lugarda Torres, de 54 años, originaria de la hacienda de Cerro Gordo y avecindada en la de Comanjilla, llevaba en dos burros 6 arrobas de harina, 1 peso de dulce, 4 libras de manteca, 1 peso de jabón, 2 pesos de cigarros, 1 almud de sal, 1 reboso, 1 par de zapatos de hombre, 6 varas ¼ de manta, 4 varas de sabanilla y otro cuarterón de sal. La acompañaba su tío, José María Negrete, de 70 años, oriundo de Comanjilla, quien llevaba una carga de harina. Fueron puestos en libertad porque el esposo de Lugarda, Pablo Antonio Martín, prestaba servicios de espía a los realistas.37 Ese mismo día 1º de octubre, Revuelta, situado en Los Altos de Ibarra, refirió: He visto que lo más de la gente que llevó Santiago González del Potrero y Los Otates se le ha huido desde Mariquita e inmediaciones de la Villita, dejando sus caballos y monturas; con oportunidad lo supe todo y habiendo despachado al momento una partida para Juan Álvarez, se me incorporó anoche, a las 12, trayendo cuatro prisioneros, porción de familias, 90 caballos y mulas, treinta y tantas sillas y otras frioleras, teniendo bien fundadas esperanzas de que hoy o mañana se me indultarán varios de los que dejó aquí, pues es el único recurso que les queda, porque se ven hostigados por mi caballería, que día y noche está en continuo movimiento. Se han hecho otras varias presas cuyo pormenor no expreso porque no tengo tiempo para nada. La gavilla se componía cosa de 90 hombres, se le han vuelto varios, pero siempre quedan por allí de 70 a 80 y a pesar de que creí que la habrían echado fuera, no se ha verificado, por lo cual he despachado anoche una buena fuerza de caballería con orden de que la persiga y busque donde quiera que se halle. Creo que se logre algún fruto y estoy cierto que si la llega a ver, no se escapará el bribón de González, ni ninguno de los que lo acompañan.38 En otro correo, fechado el día 3, Revuelta se quejó del poco apoyo y dice: Los pícaros de La Patiña, Ibarrilla, El Potrero, Los Naranjos y aquellas inmediaciones, observan una conducta reprobable. Tengo datos irrefutables contra todo lo que puedan abogar por ellos los que tratan de protegerlos, para asegurar que proporcionan los auxilios necesarios para subsistir a las gavillas. Llama la atención de vos la reforma de este abuso y les supliqué los intime que a cualquiera que yo coja de la falda de la sierra para arriba, lo trataré irremisiblemente como rebelde. Bien sé que de aquí resultarán inventivas contra mí por unos pocos mal dispuestos, pero no pienso de un modo tan ratero, que sea capaz de posponer el bien general por las miras particulares de unos cuantos. Si yo pudiese concurrir con vos, en lo verbal le diría 180


los datos que tengo para asentar lo expuesto y le haría conocer de bulto que en el ínterin las haciendas no organizadas del pie de la sierra observen el sistema que hasta aquí es casi imposible que se acaben los rebeldes de ella, además de esa villa le traen cada dos días a Santiago González pan y todo lo demás necesario por el conducto de Los Otates, lo mismo sucede con Gutiérrez y lo mismo habrá siempre con cuantos saragates se subleven.39 El día 5, Antonio de Linares reconoció al Comandante Militar de León su empeño por el armamento general de toda la jurisdicción y ofreció su auxilio para llevarlo a cabo: La línea debe establecerse en los mismos términos que vos me propone, formando los nuevos destacamentos del Rincón y Santa Rosa, para que se abra la comunicación con la presa de Jalpa. Los destacamentos de Ibarrilla y Duarte, apoyados con el de Los Altos de Ibarra y Comanjilla nos facilitarán también la comunicación con las tropas del señor coronel Revuelta, ahí como los destacamentos de La Laja y Las Tablas, con las de San Pedro Piedragorda, por cuyo lado cerraremos la línea con la formada ya en Las Arcinas, Santa Ana, Socavón, Sauces y La Loza, hasta ponerse en contacto con Comanjilla, cuya circunvalación formada ya deben entrar en ella todos los rancheros que pueda haber diseminados por el lado de la sierra en términos que no quede ni un hombre ni una casa que no esté en puntos fortificados, pues al efecto se alarmarán todas las haciendas que están en el centro, de modo que tengan dos líneas de fortificación: una interior, que comprenda todas las casas de la hacienda que se fortifique y que en noche le guarden todos los ganados dentro de ella o cuando por aproximarse alguna gavillita ridícula de ladrones, sea preciso encerrar dichos ganados aunque sea de día, pues siendo el objeto único el robo a que puedan dedicarse las reliquias de la rebelión que puedan haber quedado en esa jurisdicción, es preciso el mayor empeño de parte de los hacendados para que se defiendan a toda costa, respecto a que en el día lo pueden hacer fácilmente sin que queden comprometidos en sus personas y bienes.40 El mismo Virrey, hizo la siguiente recomendación: Siendo necesario que la seguridad y conservación de las haciendas de esa provincia y preservarlas que las incendien los rebeldes, ponerlas en defensa y crear reclutas que las sostenga, no debe de exceptuarse de esta regla ninguna finca, por las circunstancias de pertenecer a obras pías, si no que todas sin excepción deben considerarse como las demás de particulares, lo que aviso a vuestra señoría en contestación a su oficio número 337, de 25 de agosto último.41 Revuelta seguía con la persecución en la sierra, el día 19 reportó: He continuado logrando algunos otros lances sobre la canalla que queda, antes de anoche conseguí sorprender dos gavillas de la sierra de Santa Bárbara: los magnates se fueron a pie, pero se agarraron a ocho, todas las familias, sus sillas, 150 caballos y mulas y todas cuantas otras cosas tenían para subsistir. Ofrecieron indultarse y creo que lo harán, pues es el único recurso que les queda para conservar su existencia.42 Y para el 31, desde Lagos, escribió: antes de anoche llegué a éste, dejando concluida la fortificación de Los Altos de Ibarra y en ella 200 hombres de guarnición, con los que queda cubierto aquel punto contra las tentativas de los rebeldes. Yo bajé con el objeto de proveerme de los comestibles necesarios de que tenía suma escases y un día de éstos volveré a subir a la sierra para perseguir los restos de las gavillas que quedan, hasta logar el total exterminio de ellos.43

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En rumbo opuesto, José Celso Díaz, desde el punto situado en Tablas reportó el 5 de noviembre: Acaba de estar conmigo un confidente fidedigno, quien me asegura que, a las nueve de este día, ha estado en El Sauz de Armenta con la gavilla de Montejano, que está al mando de un tal Urenda y que, por boca de un capitán de ellos, llamado Isabel Porras, supo no era otro su objeto que aproximarse esta noche a los pueblos del Rincón, para incendiarlos mañana. Como que en este destacamento no tengo fuerza capaz de caballería para impedirlo, le doy a vos este aviso por si vos la tuviera y quisiera evitarlo, entendido que según el confidente, me ha dicho, contó como 86 hombres en la gavilla, sin algunos que andaban separados a su inmediación.44 Para el 8 de noviembre, se había concluido la fortificación del Cerrito de Jerez y colocado un cañón de a dos, de los catorce que dejó en la villa el Mariscal de Campo Pascual de Liñán, con ello estaba asegurado el camino de León a Silao.45 Pedro de Torres, reportó a Béistegui desde La Loza el día 15: En el rancho de La Calera se han avecindado porción de habitantes, y éstos son los perjudiciales que roban el maíz en compañía de los rebeldes; que ya esa dicha noticia de esto se la podrá dar a vos Hermenegildo Gómez, mayordomo que era de la hacienda de Duarte, que se halla en esa villa.46 Para enfrentar el robo en las haciendas, el Comandante Militar de León instruyó al Subdelegado de la villa, para que todos los que tuvieran caballos se presentaran, para proteger a los cosecheros y evitar que los rebeldes se hicieran de esos recursos. El 19 de noviembre, don Ruperto Rocha entregó la siguiente relación: Noticia de los individuos que tienen caballo, según la inquisición que han hecho y lista presentada por los Alcaldes de cuartel: Don Guadalupe Gutiérrez Don Vicente Medina Antonio Dueñes Camilo Aranda Don Cipriano Montes Don Francisco Sámano Eleuterio Morales Don Francisco Arcocha Don Francisco Quintanilla Don Antonio Candelas Don Antonio Muñoz Don Luciano Maldonado Don Marcos Velázquez Venancio Manrique (en Santa Ana) Don Felipe Ramírez

1 1 1 1 1 1 1 2 1 1 1 1 1 1 1

Don José María Galván Don Miguel Durán Miguel Lara Don Pablo Rodríguez Don Mariano Pacheco Don Cayetano Gómez Don Eusebio rojas Don Miguel y don José Sánchez Don Francisco Piña Don José Antonio Galván Don Nicolás Medina Don Miguel Velázquez (ausente) Joaquín Ramírez (en Santa Ana) Don Rafael Salas Don Ángel Sánchez

1 1 1 5 3 1 1 2 1 1 1 1 1 3 1

Nota: los caballos de don José María Rosas, se ha asegurado haberlos llevado a Jalpa, como también uno de don Manuel Lizardi. Y Béistegui ordenó: En calidad de prestados, entregaran los individuos anotados en esta lista sus caballos al capitán don Juan Ruiz el día de mañana, a las nueve de ella en el Cuartel de Realistas de esta villa. León, noviembre veinte de 1819.47 Para la defensa de la villa, Juan Romero presentó una relación de la madera que tenía en su poder, para la segunda línea de fortificación de la misma: 182


6 tablones de mezquite, a 18 reales Un trozo de 3 1/3 varas de largo, en Otro igual, de 3 varas de largo, en 4 iguales, de 1 ¾ varas de largo, a 4 reales 6 iguales, de 2 ¼ varas de largo, a 6 reales 5 vigas de encino, a 12 reales Suma:

13 pesos 4 reales 8 pesos 5 pesos 2 pesos 4 pesos 4 reales 7 pesos 4 reales 40 pesos 4 reales48

Mientras tanto, Revuelta seguía en campaña por la sierra. Desde Arperos, el 17 de noviembre, a las 9 de la noche, reportó: He andado estos días recorriendo todas estas barrancas sin poder conseguir cosa de sustancia por haberse pasado las gavillas a la parte de Guanajuato, he recogido una porción de familias que despacharé mañana con sus intereses para Los Sauces, Chichimequillas y otros puntos organizados. Por uno de los prisioneros y declaración unánime de todos sé, que el sábado 13 del corriente se enterró en Las Cabras al inicuo padre Torres, su muerte trágica fue el día anterior viernes, a manos del capitán de la gavilla del Pachón Manuel Zamora por la disputa de un caballo, habiendo muerto también éste por los asistentes de aquel.49 El 23, en la Mesa de la Culebrilla, a las 5 de la mañana, escribió: Desde ayer avisté la gavilla de Paredes, y como la subida de ella es asperísima trataron de defenderla, pues luego que vieron la división para tomarla la abandonaron, les seguí el rastro y a las cuatro de la tarde los volví a avistar posesionados en una barranca profundísima tan difícil que se creyeron seguros, insultándonos con un toque de diana, y las expresiones que acostumbran. A pesar de los obstáculos del terreno y de la noche que se aproximaba, me decidí a atacarlos con 150 hombres pie a tierra, los que se condujeron de un modo tan bizarro, que después de hora y media de un juego infernal, desalojaron a la canalla de los puntos ventajosos que ocupaban. No sé la pérdida que han tenido, pero desde luego ha de ser considerable, pues todo esto ha quedado regado de sangre; se cree que haya muerto Encarnación Ortiz, según el caballo que montaba, del que palpablemente se vio caer por dos individuos que estaban a un lado. De noche acabé de subir a este punto, lo fragoso del terreno no me permitió pasar adelante. Están recogidas ciento y tantas bestias de las que habían robado, algunos fusiles, una carga de parque, morriones, lanzas y algunas sillas. No sé la dirección que habrán tomado y temo que se hayan metido en la sierra de Palomas, pero cualquiera que haya sido su dirección voy a seguirla sin descanso. Hemos tenido 2 muertos y 10 heridos, aunque de éstos ninguno de gravedad. Solo una gavilla vil pudo abandonar este punto tan inexpugnable sin causarme pérdida más considerable.50 Francisco Castillo, desde Otates, también hizo relación el 25 de noviembre, sobre sus actividades militares:

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Una partida compuesta de 25 hombres al mando del Portaguión del Príncipe, don Camilo Marañón, despaché por la Hacienda de Arriba, Potrero, Cañada de Alfaro, Sardeneta e Ibarrilla, la que en la tarde se retiró a este punto sin novedad. Ayer volví a despachar otra partida, compuesta de los 20 dragones del Príncipe que andan en esta sección y los de esta hacienda, al mando del dicho oficial, hasta el mismo punto de Ibarrilla, con el mismo objeto de proteger los labradores, la que se retiró por la tarde a éste punto sin novedad. Hoy ha de salir la misma partida, con el mismo fin, hasta la hacienda de Cerro Gordo, la que vendrá a Ibarrilla a dar un pienso, y de allí a esta. El mismo 23 del presente tuve noticia de que estaba Pío González en el Mesón de Comanjilla con cinco hombres y me dirigí a dicha hacienda, con 30 infantes y 12 caballos de los nuestros y 8 de Duarte, los que eché a todo escape al llegar a dicho mesón, para ver si por éste medio lograba sorprenderlo. Pero éste quiso, sabedor de que íbamos, se subió al inmediato cerro en donde no tuvimos más del gusto de verlo. Allí me estuve por ver si volvía y no habiéndolo efectuado, me regresé a Duarte, en donde me estuve hasta las 7 de la noche, y de allí me vine a este punto. El 24 de este, salí a las 8 de la mañana con 14 infantes montados y 27 caballos, para La Concepción, a notificarles a los infantes se alarmasen para que por este medio quede más expedito el camino de Los Sauces a Jerez. No los encontré allí, pues me dijeron se hallaban en León, pero que ya vos un día antes los había llamado para darles dicha orden. De allí me dirigí por Guadalupe a Los Sauces, en donde estuve con el comandante de aquel punto, quien me notificó le había dicho un correo que Santiago González había traído mucha remonta, de qué sé yo de qué estancia, perteneciente a no sé qué conde o marqués, que no se acordaba quien era. De allí me dirigí por Nápoles a Comanjilla, en donde al llegar a dicha hacienda, hice cuatro guerrillas y las despaché con la misma rapidez que el día anterior: una al mando del capitán don Juan Ríos, otra al del sargento Acosta, otra al mando del sargento Miguel Fernández y la otra al mío. Las dos últimas para ir sosteniendo a las primeras, las que casi lograron coger a Pío y los cuatro que le acompañaban, a uso de fusil, pero como nuestros caballos se rindieron y los de ellos estaban de refresco, no nos fue posible alcanzarlos, y sí sólo tirotearlos a mucha distancia. Éstos largaron una batea con almuerzo, que no tuvieron campo de comerlo ni llevárselo. De allí me dirigí a Duarte, en donde me estuve hasta las 7 de la noche, dejándole a este comandante 14 caballos de los que llevaba y me vine a éste punto. Los aprehensores del rebelde que nos entregaron llegando al Cerrito, me dice don Francisco Urteaga, que don Mariano Pacheco los conoce, éste se halla en León y puede vos preguntarle por ellos. A los patriotas de las haciendas de Otates y Duarte, todos los días los reúno a que hagan sus salidas a donde los hace nuestra tropa. Desde anoche empecé a repartir la caballería en Duarte y éste punto, y si no podré verificarlo en la hacienda de Arriba y Potrero, hasta que no esté esto acabado de parapetar, pues en estas haciendas no hay un alma en ellas y es necesario que el soldado lleve algo que comer, y esto está aquí muy escaso porque no hay quien lo haga. A la fortificación se le está dando la mayor prisa y, sin duda alguna, a la de Duarte muy poco le quedará que hacer para la semana entrante, pero la de esta va muy despacio por no haber gente que trabaje.

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Hay bastantes gentes en Comanjilla y en tierras de La Loza que lindan con aquella, pero son muchas las siembras que hay en ella y quitando a estos de aquí les quedan a los insurgentes todos estos recursos, y así lo que me parece que para cuando se concluya la fortificación de Duarte, ya estarán las milpas en edad de piscarse y entonces se podrán hacer venir a todos los rancheros a Duarte, pues de lo contrario tendrían los rebeldes que comer por mucho tiempo.51 Juan Antonio Sañudo, también escribió en Otates el 3 de diciembre: ahora que son las 4, acabo de llegar, despacho que infortunadamente hemos andado todo el día quemando jacales en todas las cañadas de aquí al Gigante, pero por unas veredas que sólo Dios nos ha librado de despeñarnos.52 Para el día 5, agregó: tengo entregada la corrida de este destacamento, a quien dejo ahora con 30 infantes y yo salgo para Duarte con igual número y la caballería, con el cañón, a ver si les atajamos el paso a los Ortices, que amanecieron atacando a la hacienda de Chichimequillas. Acabo de avisar a Llanos y Altos. Yo estuve ayer en Comanjilla y supe que el enemigo estaba muy cerca, por lo que dormimos bastante alerta. Según una mujer son 100 y todos con la barriga por delante.53 Ese mismo día, posicionado ya en Duarte: Por mi desgracia llegué a esta hacienda hoy a las 11. Despaché un correo a Chichimequillas, para que me digan qué hubo anoche sobre el fuego que se oyó y el tambor que tocaron a las 12 de ella, y mientras lo estoy esperando resultó un pleito por un real con el muerto y reo que te acompaño, habiéndole metido el infante la bayoneta a José de la Luz, que no duró ni medio cuarto hora. Considera como había sido para mí esta inesperada desgracia, que si tengo aquí padre paso por las armas al reo, y tienes que se han perdido dos soldados. Mañana que nos veamos te informaré mejor porque ahora ni yo solo me puedo aguantar. Son las 12 y ½ y no parece el que fue a Chichimequillas, ni hay rumor de enemigos por todo esto, pues los Ortices antes de ayer estaban en un lado de la Mesa de los Caballos. También me dicen traen un oficial preso de Aguascalientes, quién sabe lo cierto.54 El 6 de diciembre, el Comandante de Silao, José Mariano Reynoso le remitió al de León, al presbítero don José Antonio Carranza, aprehendido entre los rebeldes por el Coronel Francisco Orrantia, y un oficio cerrado para el Obispo de Guadalajara, Juan Ruiz de Cabañas, a quien debía hacerlos llegar.55 Francisco Castillo, situado en Otates, reportó el día 8: El que atacó a Chichimequillas fue el Toro, con cincuenta hombres, el mismo que dicen se dirigió el lunes por las orillas de Guanajuato y no es dudable sea ésta la gavilla que el capitán Galindo ha salido a perseguir. Ayer se ha presentado José María Rosas, uno de los soldados que se largaron del destacamento de Duarte, y no falta más de Pedro Núñez, lo que aviso a vos para que lo haga con el capitán don Antonio Sañudo, a fin de que se busque y se me remita, para darle el castigo merecido a su falta o en su defecto el reemplazo de éste.

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Anoche, viniendo yo de Duarte, con la caballería, se me ha largado el voluntario Desiderio Chávez, sírvase vos mandar se busque con toda eficacia y remítamelo para darle el premio conforme lo merece, o hacer que venga su patrón, don Guadalupe Gutiérrez, u otro que ocupe esta plaza.56 Ese mismo día, ya en Duarte, le escribió al Teniente Coronel Miguel Béistegui: Son las doce y media de la mañana, hora en que acabo de recibir la apreciable de vos, pero a las diez de este día, llegó un mozo de esa villa y diciéndome se hallaba la bandera puesta, señal individual que los insurgentes estaban a las orillas de ella, mandé al teniente don Alonso Calderón con setenta caballos, de los de esa, Príncipe, La Loza, Otates y los de ésta, y diez infantes montados, dándole orden de que hiciera dos partidas de a cuarenta hombres; una que fuera al mando del sargento Acosta, y que se dirigiera por Ibarrilla; y que con la otra se fuera dicho teniente a Los Hernández, a recibir órdenes de vos.57 Al siguiente día, reportó: A las diez de la mañana de hoy vine a ésta de Los Otates, hora en que iban bajando la gavilla de Los Pachones, que la venía batiendo las secciones del teniente coronel Arana, capitán Galindo y la del teniente coronel Ontaño. La 1ª compuesta de ciento noventa hombres, la 2ª de ciento veinte y cinco, y la 3ª de ciento y cincuenta; todas estas casi traían igual número de infantería y caballos. Luego que llegue a esta, reuní cincuenta y cinco infantes y cuarenta caballos con los del Príncipe, y me dispuse para ver si podía cortarlos o batirlos, para esto inmediatamente le mandé avisar a Cortázar, a ver si se aproximaba a esta para el efecto, pero a cosa de cinco minutos ya se divisaron ir bajando las secciones ya dichas y luego mandé avisar a Cortázar que no hiciese ningún movimiento por venir las tropas nuestras sobre ellos. El paraje por donde estos bajaron fue el Cerro Grande, distante de aquí cosa de dos leguas y subieron por la cañada de la Mesa de Moreno, y las tropas se dirigieron a ésta. La división del señor Arana se hallaba en ésta, y la del capitán Galindo, y la del teniente coronel Ontaño en La Loza. Me parece quieren volver en la madrugada de éste a su persecución. A las once de hoy se han venido a indultar dos de la gavilla del Pachón, y han presentado dos carabinas, una pistola, una lanza, una caja con algunas municiones y dos caballos, los que remitiré a vos en primera ocasión.58 Para el día 10, en Otates, Castillo refiere: El confidente que vos me dice en su 3º párrafo, le dijo no había sido la gavilla del Pachón sino la de Ramírez, la que persiguieron ayer las tropas nuestras, sin duda alguna no lo vio ocularmente como yo solo que se lo dirían, pues si está aquí la caballería nuestra sin duda alguna de nosotros es la gloria, les cortamos la vanguardia y cogimos a muchos, sin embargo, yo esperaba que bajaran abajo por las veredas que

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vienen a esta hacienda, pero no fue así, porque se dirigieron a la Mesa de Moreno y las tropas a la hacienda de Duarte. Es una vergüenza que las tropas nuestras no los hallan perseguido ayer, viniéndose tiroteándose con ellos, pues no hubo cinco minutos de notermición de cuando estos bajaron por el Cerro Alto a cuando todo el resto de la tropa bajó por el mismo paraje, lo cierto del caso es que ellos se burlaron de más de 500 hombres y los nuestros no sacaron más fruto que cogerles algunos caballos cansados y, según dicen, una u otra carabina que se hallaron tiradas. La gavilla de éstos se compondría de 150 hombres, muchas mujeres y algunas cargas, con esto podrá vos considerar lo serio que irían, pues no le cogieron los nuestros ni siquiera una carga. En esta misma mañana vuelven a salir las divisiones de Arana y Galindo en su persecución, la 1ª por el rumbo de Arperos y la 2ª por el cerro de San Juan, Tlachiquera y Venadito; ésta, según me dijo Galindo, seguirá en su persecución hasta que no tenga orden de retirarse, pero ella por sí sola me parece no hará nada, pues dos días con sus noches los tuvo y durmió distante de ellos a tiro de fusil.59 Al siguiente día, en Duarte, dió nuevos datos sobre la persecución de los insurgentes: Remito a vos al capitán Feliciano Urenda, José María Torres y Vicente Rocha que han venido a implorar la gracia del indulto. Los dos primeros de la gavilla de Montejano y el último de la del Pachón. Dije a vos en mi anterior carta de 9 del presente, se me habían indultado dos de esta gavilla, pero uno de ellos era desertor de Moncada y me lo reclamó el comandante Arana, el que le entregué con solo su caballo y quedan en poder de don Vicente Medina las prendas que son en la adjunta lista. Quedo entendido en el oficio de vos de ayer y ya he despachado a observar los movimientos de los Pachones y ahora que son las diez del día, acaba de llegar el guía que se llevó de esta hacienda el capitán Galindo, y dice que esta división durmió anoche en La Tlachiquera y que los insurgentes habían dado la vuelta otra vez para el cerro del Ocote, en donde se decía que estaban y que la división se dirigía por San Juan de Llanos. Amigo, no le veo yo a esto tales filos de que se acabe, pues los que queremos no podemos porque nos falta la fuerza, y los que pueden, no tiran más de rallar el día y salen quizá porque a fuerza los hacen salir. Vos podrá hacerles a estos indultados algunas preguntas que le servirán de norma y, en particular al de Ortiz, para que vea vos el lance que perdieron nuestras tropas. El indultado Vicente Rocha quiere servir de soldado en esta hacienda, me lo remitirá vos luego que se extienda su papel de indulto.60 El día 12, Castillo, nuevamente en Duarte, relató: Son las doce de hoy y acaba de llegar a ésta uno de los espías que dije a vos había mandado a saber el paradero de la chusma de los Ortices, quien informará a 187


vos de los movimientos que han hecho en huida de la tropa que los persigue y aún aguardo otro por esta tarde, que despaché con el mismo fin. Incluyo a vos el parte original que en esta misma hora acabo de recibir del teniente don Ramón Quijano, comandante del punto de La Loza, por el que verá vos el acontecimiento de anoche e igualmente mando a dicho Quijano, haga sepultar el cadáver en la capilla de dicha hacienda y las diligencias que sean posibles para aprehender al homicida, remitiéndomelo para castigarlo conforme a su delito. Al teniente don Alonso Calderón, comandante del punto de ésta, doy también orden para que haga una sumaria información, a fin de que se aclare el agresor del hecho. Mandé al tajo una partida de doce hombres, según la instrucción de vos, al mando del sargento Fernández, a que condujese de allí el convoy a Los Sauces, el que entregó sin novedad.61 Y para el 13, en Otates: A las doce de la noche de ayer se me ha venido a presentar, a implorar la gracia del indulto, el alférez José Ventura Gómez, de la compañía de Uzares de la gavilla del Pachón, con sus armas y cuatro caballos casi inútiles. Éste dice que toda la más gente se le ha dispersado a éste cabecilla en fuerza de las necesidades que padecen porque no traen qué comer y que cree que si lo siguen persiguiendo no le quedará uno, pues hasta ayer, todavía se avistaban las tropas del Rey. Concluyendo de escribir éste, ha llegado el otro espía que dije a vos tenía en la sierra y me dice se dirigieron ayer los Ortices como para Santa Bárbara y que le había dicho uno que venía de entre ellos, se iban para donde está González. Castillo.62 Juan Antonio Sañudo, ubicado en Duarte, informó el 16 de diciembre sobre sus actividades: Son las 2 de la tarde y contesto al oficio que recibí ayer tarde, fecha de ayer, diciendo que está todo en corriente y voy a salir de aquí a un rato para La Deseadilla, a traer las armas enterradas, me llevo a Ramón Quijano, dejando al mando de los 15 hombres de La Loza a mi sargento Antonio Azpeitia. De Los Otates llevo 8 hombres de caballería, incluso el indultado Benito López, y al tiro armo la caballería de Duarte, la mandé hoy a Los Hernández para que viniese Calderón y aún no parece. Si no viene éste, le dejaré el mando al sargento Gregorio Manríquez de mi compañía, igualmente dejo el cañón con sus artilleros. Anoche a las 8, se aparecieron 2 a caballo en Los Otates, gritando insolencias que salieran, les tiraron tres tiros y se fueron. Igualmente, se fue un infante, Teodoro Flores, de mi compañía, lo prenderán y lo pondrán en el calabozo. Fui a Los Sauces ayer tarde y no conseguí nada con Mayora, todos son unos pendejos y lo que te digo siempre, cada uno se debe rascar con sus uñas. La noticia que me comunicas de las tropas que salieron de Silao, por Aguas Buenas ayer, me lo dijeron en Chichimequillas a donde fui con la caballería y vine por Comanjilla y nada vi.

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Llegó Calderón y luego que venga te avisaré luego luego de las resultas de mi viaje, lo que si me parece que no vuelvo mañana por estar lejos, pues los fusiles están adelante del cerro del Ocote. Yo me voy por La Tlachiquera y me vuelvo por el siguiente de Guanajuato a Las Cabras.63 El día 18, informó: Ahora que son las 4, acabo de llegar de perseguir a los rebeldes que amanecieron en Comanjilla, capitaneados por Borja, Pío, los Ortices y El Toro. Los fuimos persiguiendo como dos horas, cerro arriba, se les quitaron 46 reses y tuvimos la pérdida de un infante, un dragón del Príncipe, uno de los auxiliares y un infante herido, aunque no de gravedad. Su número serían poco más o menos 130 hombres bien armados y montados, pues iba la plana mayor muy decente.64 De ese mismo día, es el siguiente reporte de su enfrentamiento con los insurgentes: Estando hoy para marcharme para esa -villa de León-, vino uno de Comanjilla a decirme que estaba Pío con 20 hombres en el mesón de El Agua Caliente. Al momento mandé ensillar los voluntarios y junto con los príncipes, y con mi compañía Escalante salí. Nombré 20 caballos de los mejores de guerrilla y los demás con mi compañía, nos fuimos a una vista y 20 infantes que le dije a Calderón me despachara con parque, y se nos volvió la criada respondona, pues estuvimos en situación que nos hubieran agujereado a todos los de caballería, porque unos destaparon y los otros fue necesario Dios y ayuda para poderlos formar. En este encuentro salió herido el niño por hombre y pude mantenerme a todo riesgo en ala al pasar un arroyo, hasta que llegaron los infantes y con ellos los pude retirar. Los fuimos arriando al cerro, por donde llevaban el mueble y se nos parapetaron en este, con de 20 a 30 pie a tierra. Se batieron oyendo y creyendo los nuestros que agarraban alguno, avanzan contra mi voluntad. Se nos vinieron encima, que si no es por los infantes, todos perecen, en donde mataron al infante y dragón del Príncipe, aquí los tengo. Han venido algunos dueños a reclamar, porque dicen que los robaron anoche en El Mezquite. He repartido a la tropa, una que mandé matar y otra que estaban matando los insurgentes y les repartí cosa de 4 fanegas de maíz, que tenían allí para su remonta. Los Ortices bajaron a encontrar a Borja, que vino anoche del Güilote y, según noticias, los Ortices con 80 hombres me vinieron siguiendo ayer, ello es que toda la América reunida como la he visto hoy, no son 150 y se van para arriba, como para Las Cabras. Dime qué hago con los animales y mañana me iré, pues ahora ni caballería ni infantes no pueden dar un paso, pues unos y otros hace tres días que no comen. Estoy esperando al padre que me entierre los muertos, se han perdido las armas y los insurgentes, yo no les vi más que 2 muertos y 2 caballos muy buenos; lo mismo, heridos llevan, pues nos dejaban el rastro de la sangre. El más valiente entre todos era Encarnación Ortiz y su hermano, porque Pío y Borja iban capitaneando la retirada, a pesar que El Toro también es de los buenos y, lo mejor de todo, buenos caballos, cargas, remonta y mujeres, que parece vienen de cuerpo de reserva, pero siempre llevan un cerro de ventaja en la retirada.65 El último reporte escrito de 1819, es el que envió Alonso Calderón el 23 de diciembre desde Duarte: Hasta hoy no tengo novedad ninguna, según mis espías, la gavilla del Toro, la con que se batió mi compañero don Antonio Sañudo, se halla por Burras, por ésta no se me ha presentado ni un rebelde. 189


La fortificación está muy adelantada, queda la cortadura hasta la pared de la huerta en tres días quedará concluida; la puerta mañana queda acabada, los baluartes están concluidos y quedo con la actividad que se requiere acabar con la mayor brevedad que se pueda. El día veinte del corriente, se me desertó Juan Torres, y el veinte y dos, me dio parte Ávila de Los Otates, de haberse desertado José María Núñez, artillero. Quedo enterado que en el momento mismo que ocurra novedad alguna, la participaré a vos con brevedad.66 En enero de 1820, los últimos rebeldes se presentaron a pedir la gracia del indulto a Manuel Mayora; el 11, Mucio Sánchez y José María Sánchez, quienes trajeron una pistola y una canana, con cartuchos; el 12, José Damasio Guerrero y, el 13, José Matías Sánchez, ambos sin armas y sin caballos. Todos de la gavilla de Ortiz.67 1

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SD-IND-COM-C. 19-Exp. 39-1819. SD-IND-IFD-C 22-Exp. 48-1819. 38 SD-IND-COM-C. 19-Exp. 40-1819. 39 SD-IND-COM-C. 19-Exp. 43-1819. 40 SD-IND-COM-C. 19-Exp. 45-1819. 41 SD-IND-COM-C. 19-Exp. 60-1819. 42 SD-IND-COM-C. 19-Exp. 54-1819. 43 SD-IND-COM-C. 19-Exp. 55-1819. 44 SD-IND-COM-C. 19-Exp. 56-1819. 45 SD-IND-COM-C. 19-Exp. 61-1819. 46 SD-IND-COM-C. 19-Exp. 64-1819. 47 SD-IND-COM-C. 19-Exp. 66-1819. 48 SD-IND-COM-C. 19-Exp. 69-1819. 49 SD-IND-COM-C. 19-Exp. 67-1819. 50 SD-IND-COM-C. 19-Exp. 74-1819. 51 SD-IND-COM-C. 19-Exp. 80-1819. 52 SD-IND-COM-C. 19-Exp. 85-1819. 53 SD-IND-COM-C. 19-Exp. 86-1819. 54 SD-IND-COM-C. 19-Exp. 87-1819. 55 SD-IND-COM-C. 19-Exp. 88-1819. 56 SD-IND-COM-C. 19-Exp. 94-1819. 57 SD-IND-COM-C. 19-Exp. 95-1819. 58 SD-IND-COM-C. 19-Exp. 97-1819. 59 SD-IND-COM-C. 19-Exp. 99-1819. 60 SD-IND-COM-C. 19-Exp. 100-1819. 61 SD-IND-COM-C. 19-Exp. 103-1819. 62 SD-IND-COM-C. 19-Exp. 104-1819. 63 SD-IND-COM-C. 19-Exp. 107-1819. 64 SD-IND-COM-C. 19-Exp. 108-1819. 65 SD-IND-COM-C. 19-Exp. 109-1819. 66 SD-IND-COM-C. 19-Exp. 113-1819. 67 SD-IND-IFD-C. 22-Exp. 50-1820.

SD-IND-COM-C. 18-Exp. 10-1819. SD-IND-COM-C. 18-Exp 15-1819. 3 SD-IND-COM-C. 18-Exo. 3-1819. 4 SD-IND-COM-C. 18-Exp 9-1819. 5 SD-IND-COM-C. 18-Exp. 17-1819 6 SD-IND-COM-C. 18-Exp. 22-1819. 7 SD-IND-IFD-C. 22-Exp. 43-1819. 8 SD-CAB-COM-C. 3-Exp. 24-1819. 9 SD-IND-COM-C. 18-Exp 29-1819 10 SD-IND-COM-C. 18-Exp. 34-1819 11 SD-IND-COM-C. 18-Exp. 31-1819 12 SD-IND-COM-C. 18-Exp 35-1819. 13 SD-IND-COM-C. 18-Exp 39-1819. 14 Lira, Sostenes. Efemérides de la Ciudad de León. León, Edición de la Empresa Económica de Gráfica Escolar, 1905, p. 83. 15 SD-IND-COM-C. 18-Exp 55-1819. 16 SD-IND-COM-C. 18-Exp. 49-1819. 17 SD-IND-COM-C. 18-Exp 50-1819. 18 SD-IND-COM-C. 18-Exp 51-1819. 19 SD-IND-COM-C. 18-Exp. 52-1819. 20 SD-CAB-COM-C. 3-Exp. 27-1819. 21 SD-IND-COM-C. 19-Exp. 1-1819. 22 SD-IND-COM-C. 19-Exp. 9-1819. 23 SD-IND-COM-C. 19-Esp. 13-1819. 24 SD-MLC-DSR-C. 4-Exp. 32-1819. 25 SD-CAB-ACB-C. 1-Exp. 18-1819 y SD-MLCCOM-C. 2-Exp. 31-1819. 26 SD-MLC-COM-C. 2-Exp. 32-1819. 27 SD-IND-COM-C. 19-Exp. 22-1819. 28 SD-MLC-COM-C. 2-Exp. 41- 1819 y SD-INDCOM-C. 19-Exp. 25-1819. 29 SD-IND-COM-C. 19-Exp. 27-1819. 30 SD-IND-COM-C. 19-Exp. 28-1819. 31 SD-MLC-COM-C. 2-Exp. 47-1819. 32 SD-IND-COM-C. 19-Exp. 35-1819. 33 SD-IND-COM-C. 19-Exp. 36-1819. 34 SD-IND-COM-C. 19-Exp. 37-1819. 35 SD-IND-COM-C. 19-Exp. 41-1819.

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Insurgentes Juzgados en León En pleno inicio de la lucha armada, en atención a los achaques del Arzobispo Virrey Francisco Xavier de Lizana, llegó a la Nueva España Francisco Javier Venegas para hacerse cargo del virreinato a partir del 23 de septiembre de 1810. Al día siguiente, pidió un préstamo voluntario patriótico de 20 millones de pesos para ayudar a la guerra que sostenía España contra los franceses. Para suavizar las cosas, en el Palacio de los Virreyes, el 5 de octubre, decretó se liberte de tributo a todos los indios contribuyentes, con expresa prohibición a sus gobernantes indios, caciques y encomenderos, de que se les exija la menor cantidad por razón de tributos. El 12 de noviembre, publicó el primer bando de indulto concedido a los insurgentes, y el 4 de diciembre, pidió se implorara la clemencia de Dios en las iglesias a favor de la nación, y a los países americanos dependientes de España no atendieran las insinuaciones de Napoleón y vivieran unidos a la metrópoli. Mientras, en el campo de batalla, Félix María Calleja del Rey, como Comandante General del Ejército, publicó en Silao el 12 de diciembre de 1810, un bando amenazador: en el pueblo en que se cometa asesinato de soldado de los ejércitos del Rey, de justicia o empleado, de vecino honrado criollo o europeo, se sortearán cuatro de sus habitantes, sin distinción de personas, por cada uno de los asesinados, y sin otra formalidad, serán pasados inmediatamente por las armas aquellos a quienes toque la suerte. Los triunfos alcanzados por los insurgentes, hicieron que el 31 de diciembre el Virrey se dirigiera a los habitantes de la Nueva Galicia para que depusieran las armas y se acogieran al indulto, o serían escarmentados ejemplar y terriblemente. Luego, los invitó a separarse de la sedición. Calleja por su parte, el 26 de enero de 1811, publicó una proclama en Guadalajara, para que abandonen las filas de la insurrección y esperen todo de este gobierno justo y piadoso bajo cuya dirección habéis sido felices trescientos años. Dos meses después, en San Luis Potosí, el 20 de marzo de 1811, publicó las disposiciones dictadas desde el principio de la insurrección, para el arreglo y seguridad de los pueblos y el perdón y castigo de los delincuentes. Por su parte el Virrey, con motivo de la instalación de las Cortes Generales y Extraordinarias, que iban a gobernar en ausencia del Rey Fernando VII, el 5 de abril concedió un nuevo indulto. El 20 de junio, el Virrey proclamó que quedaban comprendidos en el indulto del 21 de noviembre del año anterior, los oficiales del ejército, exceptuando los casos de infidencia. Para el 30 de julio, dictó que quedaban excluidos del indulto los que no se presentasen a gozar oportunamente y mucho menos deben esperarlo los que continúan promoviendo o auxiliando la insurrección por cualesquiera medios. Pasado casi un año, el Virrey decretó el 25 de junio de 1812, sobre la forma de contener y escarmentar a los cabecillas que fomentaban la escandalosa e injusta sublevación del reino, con particularidad a los eclesiásticos que la inflamaran, fomentaran o tomaran partido por ella. Y con motivo de la promulgación de la Constitución Política de la Monarquía Española, el 28 de septiembre, decretó un indulto general para todos los reos militares del ejército, armada y demás personas que gozaban del fuero de guerra e indulto general a favor de los súbditos españoles que se habían hecho reos de delitos. Aboliendo además, el 1° de octubre, la pena de horca, sustituyéndola con la de garrote para los reos que fueran condenados a muerte. 191


Las causas de infidencia, que hasta ese año se habían juzgado por el Justicia Mayor, su averiguación y castigo quedó como asunto privativo de la jurisdicción militar en León a partir del 26 de agosto de 1812.1 Calleja, al asumir el cargo como Virrey de la Nueva España, también va a decretar acciones contra los insurgentes. El 11 de agosto de 1813, estableció las normas para que los desertores que se presentasen, sean remitidos a los respectivos cuerpos de quienes dependían, para que allí fueran juzgados, según sea la gravedad de su crimen. Un año después, el 8 de julio de 1814, fijó las penas para quienes celebraban comercios con los rebeldes o se sometían a las contribuciones que les exigían los enemigos. El 9 de diciembre, ordenó la confiscación de los bienes de los insurgentes del reino, bajo las reglas que imponía. Terminó con un bando, el 7 de diciembre, prohibiendo montar caballo sin licencia. El 14 de octubre de 1814, Juan Ruiz de Apodaca tomó posesión como nuevo Virrey de la Nueva España. No decretó nuevas leyes contra los insurgentes, sólo un indulto el 30 de enero de 1817, donde asienta que quedaban absolutamente indultados con entero olvido de su anteriores extravíos todos cuantos siguieran el partido de la rebelión. Finalmente, el 12 de enero de 1818, se publicó la superior orden del Ministerio de Guerra, sobre los factores, cabezas, promovedores y sostenedores de la revolución e insurrección de América, para que se clasificaran en ocho clases, unos serían juzgados en Consejos de Guerra ordinarios, y otros, por las Autoridades civiles. En el Archivo Histórico de León, existen, debidamente ordenados en la sección Independencia y la serie Infidencias, 94 expedientes sobre causas de infidencia, que contienen los procesos sumarios que se levantaron en contra de acusados afines a la insurgencia, los cuales abarcan el lapso de 1810 a 1821. En cada documento, los infidentes nos relatan cómo se fue dando el proceso de la Guerra de Independencia, principalmente al participar en pequeñas gavillas de cabecillas que merodeaban la villa de León; hombres que iban de un bando a otro, sin saber leer ni escribir y buscando un mejor modo de vida, entregando algunos su vida por reconocer su rebeldía. 18 de diciembre de 1811. Diligencias contra Eleuterio Esquivel, acusado de seductor, diciendo que Hidalgo estaba en Guadalajara con mucha gente y que los de Colotlán se unieron al cura al ver el estandarte de la Virgen de Guadalupe y saber que Fernando VII iba en aquél ejército. Después de escucharlo, se le declaró iluso y se puso en libertad, bajo pena de medir sus palabras.2 21 de diciembre de 1811. Causa seguida contra José Antonio Montesinos, acusado por su esposa de haber sido soldado de Allende y que participó en la batalla de las Cruces. Cuando se mandó buscar para que declarara, no se encontró ni a él ni a ella. Por lo que el caso quedó cerrado.3 21 de diciembre de 1811. Causa seguida contra el insurgente José Casimiro Arriaga, quien anduvo con Mariano Mares en Lagos, Aguascalientes y Zacatecas, de donde se desertó. Fue puesto en libertad.4 22 de diciembre de 1810. Causa seguida contra Ignacio Márquez, preso porque Rafael Iriarte le dio dos paños de reboso con otros efectos que estaban guardados en la casa de José Matías Reyes.5 8 de enero de 1811. Causa instruida contra Francisco Núñez del Prado, estuvo presente en la explosión de Aguascalientes el 13 de diciembre y en la batalla que el ejército de Iriarte presentó en Cieneguita el 26 del mismo mes. Fue puesto en libertad el 8 de marzo, después de purgar dos meses de cárcel.6 192


14 de enero de 1811. Causa instruida contra Claudio, alias El Chino Panales, por haber gritado en voz alta, en la calle de San Juan de Dios que viviese Nuestra Señora de Guadalupe y el Cura Hidalgo. Fue puesto en libertad el 25 de febrero, después de purgar mes y medio de cárcel.7 14 de enero de 1811. Causa instruida contra José Joaquín Salgado y Tiburcio Padrón, quienes en la hacienda de San Juan de Otates pidieron bagaje y guía que los condujese a Lagos, para seguir el ejército de Hidalgo.8 25 de enero de 1811. Causa instruida contra José Rafael Morales, residente en la hacienda de Jalpa, por haber andado con los insurgentes desde el principio de la revolución y, después de indultado, leído proclamas de los mismos y animado al pueblo a contribuir y mantener la insurrección. Declaró que fue ayuda de cámara de Juan de Aldama, quien le regaló un aderezo de silla y un reloj, y una capa que le regaló Abasolo. Fue puesto en libertad el 20 de marzo.9 14 de febrero de 1811. Causa instruida contra Anacleta González, mestiza, natural de Salamanca, casada con Pedro Antonio Vázquez; Margarita Vidal, mujer de Paulín Navarrete, vecina de México; María Micaela González, vecina de Salamanca, casada con José Bernardo Chávez; María Valentina Chávez, vecina de Querétaro y casada con José Cleofás, y los detenidos: Paulino Antonio Navarrete, mestizo, casado con Margarita Vidal, comerciante y vecino de México; Mariano, hermano de Paulino Navarrete, viudo de Ana María Cordero; José Cleofás, vecino de México, casado con María Valentina Chávez y de ejercicio toreador; Pedro Antonio Vázquez, vecino de Querétaro, de oficio obrajero y varillero, casado con Anacleta González; y Bernardo Chávez, vecino de Guanajuato, minero, casado con Micaela González. Fueron aprehendidos en el Barrio Arriba y entre sus cosas les encontraron una lata que contenía siete romances sobre la insurrección, que les regaló una mujer en Guadalajara, dueña de la casa en la que se hospedaron unos dedicados al Cura Miguel Hidalgo y otros al Brigadier Félix Calleja: No. 1. A los maestros que formaron del Obispo aquel deseo, en un profundo muy feo, con secreto los echaron. Y por esto reflejaron del Obispo la traición, él se huyó sin dilación y así cada uno refleje que este sería algún hereje, lo mismo que Napoleón.

Pues que mueran los traidores, el Obispo y los demás. Y que viva nuestra paz y el Cura de los Dolores. Mueran los opositores y cualquiera cabecilla, que se acabe esa semilla desesperada y cautiva. Y que reine, triunfe y viva el Cura Hidalgo y Costilla.

No. 2. Estos versos no traen planta, porque es una relación de un Obispo cauteloso, canteado con Napoleón.

como cualquier animal. Hizo el Obispo un Hospicio con toda sagacidad. Casa de la Caridad, le nombraban por indicio, para que aprendiera oficio cualquiera clase de gente, pero yo digo que miente porque ahora se ha descubierto, que secretamente ha muerto, tanto infeliz inocente.

En la ciudad tapatía ya no hay Obispo ni Oidor del gobierno antecesor, que en otros tiempos había. La Mitra y la Teología se han perdido por igual. Las del Gobierno Imperial, antes de caer el azote, cada uno cogió su trote 193


No. 3. La Hija del Eterno Padre, nuestra Madre soberana, le dará fin a Callejas, la hermosa Guadalupana.

Relicario de la Iglesia, nuestra Madre soberana. Ya la tenemos jurada, por orden de su excelencia, a esta Madre de Clemencia, por Patrona proclamada. Y pues de toda tu indiada, Señora nunca te alejes, ni de tu mano nos dejes. Tengo confianza segura que amparando al señor Cura le dará fin a Callejas. Pues ni a Callejas ni a Flon, ni otros que se han revelado, de nadie me da cuidado con tu Sacra Aparición. No le temo a Napoleón ni a nación más tirana, ni a los negros de la Habana, ni al Demonio que viniera, porque a tus pies lo rindiera, hermosa Guadalupana.

En un sagrado pendón salió la Guadalupana, como fuerte capitana, con todo su batallón. Todos dan el corazón a esta soberana madre, ¿Quién habrá que no le cuadre tener por madre a María, siendo nuestro amparo y guía, la Hija del Eterno Padre?. El año de mil quinientos treinta y uno, ¡que consuelo!, bajó la Reina del Cielo con soberanos portentos y los indianos atentos a esta Flor Americana, Estrella de la Mañana, que tanto el Señor aprecia,

No. 4 ¿Inmenso Dios por qué dejas?, Creador de todo lo creado, muestra ahora tu brazo airado contra ese traidor Callejas.

y así dale buenos fines, Creador de todo lo creado. Esperamos en María, la hermosa Guadalupana, que ella es nuestra americana y la que siempre nos guía, que se ha de llegar el día que Flon se mire postrado y también Rul a su lado. Que paguen su alevosía, no dilates Madre mía, muestra ahora tu brazo airado.

Tú eres nuestro Redentor y quien nos ha de librar, por qué ese nos ha de herrar. ¡Hay que pena, hay que dolor! Y sólo a ti con valor te puedo decir mis quejas, con suspiros y ternezas, todos los americanos, todos juntos te rogamos, ¿Inmenso Dios por qué dejas?

Se ganó Guadalajara y también Valladolid. También San Luis Potosí y toda la michoacana, y tu ciudad queretana. Mira cómo te manejas, mira que si te dejas que se acabe el mal Gobierno, verás ir a todo el reino contra ese traidor Callejas.

Mira nuestro amado Cura, que él es nuestro defensa, ayúdale por tu amor, que libertarnos procura. Pues su excelencia asegura sacarnos de ese cuidado. Mira al reino enajenado en poder de gachupines

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No. 5 Entre sábado y domingo, una guerra que distingo, en mil ochocientos diez.

los pelos en el portillo. Con la mayor tiranía mató cuanto pobrecito, causando mayor delito a cual más del que ya tenía. Día del juicio parecía, pues ahora, aunque salió ibainque, y a los pies del pueblo se hinque, su vida muy poco dura, porque dice el señor cura que no se ha de quedar hinque.

Don José ricacho fue, de la venia y con mal fin, y como era gachupín interesado se ve. No fue a defender la fe, ni esto se puede pensar, lo hizo para criticar a los demás gachupines. Y por sus dañados fines lo es más deber de ganar.

El mayor atrevimiento de las que hasta ahora se han visto, fue robarse a Jesucristo sin ningún acabamiento. Por infame y desatento, ni con la vida sufraga y su alteza cuantos lo haga, de ese oidor a ese malvado, que semejante atentado ni condenarse paga.

Llegó al pueblo en tan mala hora y empezó a dar baterías a todas las compañías de la villa de Zamora. Él su delito no ignora, pero ya mero lo pilló y por infame caudillo el día que lo llegue digan: por infame ha de largar No. 6. Gachupines cautelosos que en las Indias habitaban, a quitarles las riquezas que a dos manos agarraban.

No sabía todo europeo que fin había de tener que al caso había de volver lo ajeno a su primer dueño, pues con tanto empeño peleaban contra el derecho y todo cuanto habían hecho fue para puras desventuras, pues hoy por orden del Cura se les ha quitado el pecho.

Tristes Indias hasta cuándo, ya el cuándo se nos llegó y según entiendo yo, ya el mundo va caducando; guerras civiles formando so europeos codiciosos y como lobos rabiosos siguen siempre su intención muriendo por Napoleón, gachupines cautelosos.

El excelentísimo señor Don Miguel Hidalgo y Costilla quiere acabar la semilla de todo español traidor, pues con cruel rigor el sellarnos intentaron, pero ingratos no pensaron que había de venir su Alteza a quitarles la riqueza que a dos manos agarraron

Ha llegado su excelencia a esta ciudad muy gustoso y preguntó riguroso a toda la Real Audiencia: que por qué había ausencia los que aquí supeditaban, los que lo descomulgaban, los que echaban maldiciones, los coludos napoleones que en las Indias habitaban. 195


No. 7. Señor don Félix Callejas tres guerras tiene vencidas y ha salido muy victorioso con sus tropas muy lucidas.

La compañía de soldados, a vista de tantos fierros, iban por aquellos cerros peor que si fueran venados y los fusiles tirados dejaron de cobardía. Ni vieron la batería porque todos arrancaron y a las mujeres dejaron que iban en su compañía.

En Atul y Guanajuato hizo fuerte batería a la plebe que quería ser de corazón ingrato, muchos pagaron el pavo por traidores a la Ley y puede decir la grey, con voluntades parejas, que viva el señor Callejas fuerte defensor del rey.

Los jefes que esto miraban, llenos de susto y asombro, las charreteras del hombro con los dientes se quitaban y para el cerro ganaban, como se vido y se cuenta, no aguardaron la tormenta de los estragos mayores y el Cura de los Dolores con el susto se contenta.

Si fueres a Zapotlán, que le nombran los tecueges, al llegar verás lo jefes muertos como que allí están. Las señales se verán en el cerro y en sus verdores, de contrarios y traidores el campo quedó tupido y salió de gallo huido el Cura de los Dolores.

Después de las investigaciones, quedaron libres el 24 de abril, dejando esos versos como constancia de los triunfos y derrotas de los insurgentes y realistas.10 29 de marzo de 1811. Causa instruida contra José de Jesús Vázquez y Araiza, indio del pueblo del Coecillo, de 61 años de edad, casado con Juana Carolina Vela, de oficio labrador, por presunción de ser el autor del siguiente escrito: Nosotros los indios de los pueblos de San Miguel de la Real Corona y el de San Francisco del Coecillo, ambos extramuros y sujetos a la villa de San Sebastián de León, en compañía de toda la plebe de ella entre nosotros muchos y varios españoles, todos adictos y obedientes a la superioridad de vuestra excelencia con el más humilde acatamiento, decimos que con el motivo de haber de guardarse en esta dicha villa en un todo por el gobierno político, las ordenes que SD Félix Calleja y a un mismo tiempo el señor Subdelegado, el Cura del partido, el sargento Castillo, don Plácido Hernández, europeo y otros de su nación, con don Pedro Fernández, un mulato extranjero nombrado Olivares y otros muchos pasaron a Irapuato y asesinaron a 300 vecinos de dicho pueblo, se han regresado a esta su patria blasonando de triunfantes y victoriosos, llenos de soberbia y con esto nos han amenazado a degüello y por experiencia cada día vemos conminaciones y otros bandos, cárcel, prisiones y la horca prevenida para cumplir sus depravaciones de lo que nos amenaza. Después de Dios no nos queda otro asilo, otro refugio, ni otro amparo que el de vuestra Excelencia y para lograr la misericordia que necesitamos, de acuerdo, hacemos el presente portador quien de palabra le informará lo conducente a nuestra solicitud, teniendo a bien apreciar (si fuere de su superior agrado) el remedio de la necesidad y peligro que nos 196


amenaza que con quitar el gobierno del Subdelegado y Cura, con la sociedad que queda referida quedaremos en tranquilidad, reposo y sosiego y por la mayor parte embarazados del temor de perder la vida, al rigor de los cadalsos que día y noche nos continúan amenazando. Nuestro Señor guarde a vuestra Excelencia los años que ha menester, sus infelices suplicantes. Por mandado del gobernador y república de San Miguel. José María Martínez. Escribano

Por el Coecillo. Dionisio Hernández.

El acusado salió en libertad el 5 de junio, después de recibir 50 azotes dentro de la cárcel y quedar bajo la custodia del gobernador de su pueblo.11 14 de mayo de 1811. Causa instruida contra José Mariano y Antonio María, hijos de José María Anzorena, el Intendente de Valladolid puesto por Hidalgo.12 5 de septiembre de 1811. Causa instruida contra Teodoro Espinoza y Bonifacio García Bizarreta, originarios de Lagos, se menciona que los insurgentes les dieron un rebozo, un coleto de seda y las llaves de la cárcel. Puestos en libertad el 12 de junio de 1812.13 19 de septiembre de 1811. Causa de José María Ramírez. Liberado el 15 de octubre.14 27 de septiembre de 1811. Causa instruida contra José Antonio Frausto (a) José Serrano, indio de 30 años de edad, labrador originario de San Francisco del Rincón, quien se presume anduvo con Albino García en Los Adobes y cuando entró al Rincón. Fue fusilado el 5 de octubre de 1811.15 7 de octubre de 1811. Causa criminal contra José de la Luz González, quien se halló en compañía del Coronel Ramón Esparza, en la guerra de La Barca, sirvió también en la gavilla de Cristóbal Mejía. Fue sentenciado a sufrir dentro de la cárcel, por tres días, la pena de ser atado a un poste, dos horas por la mañana y dos por la tarde, poniéndole una mordaza y ser recluido en un convento o casa de caridad en donde aprendiera la doctrina cristiana.16 16 de octubre de 1811. Causa instruida contra Felipe de Jesús, originario de Comanjilla, acusado de ser correo o espía de los insurgentes. Puesto en libertad el 25 de enero de 1812.17 24 de octubre de 1811. Causa instruida contra Rafael Galván, Antonio Quesada y Manuel Flores, originarios de San Pedro Piedra Gorda. Fueron puestos en libertad el 7 de diciembre de ese año.18 23 de diciembre de 1811. Causa instruida contra Ignacio Cervantes, soltero de 23 años, originario de Atotonilco el Alto, llegó a Sargento entre los insurgentes. Declaró: ha andado en la gavilla del rebelde Francisco Alatorre, después se pasó a la del Cura Hidalgo, con quien pasó a Guadalajara, desde donde se vino a Atotonilco el Alto, de ahí al pueblo del Rincón, en donde se reunió con el rebelde Antonio Torres, donde lo siguió hasta La Piedad y reunido con dicho rebelde, salieron a Pátzcuaro, Valladolid, Uruapan, San Pedro Piedragorda y los once pueblos. Cuando fue aprehendido pertenecía a la gavilla de Pedro García. Fusilado el 24 de diciembre de 1811.19 24 de diciembre de 1811. Causa instruida contra Luciano Sánchez. Declaró: ha sido insurgente, que sirvió en la gavilla del rebelde Cura Hidalgo, con quien asistió a la guerra de Calderón, 197


desde donde se vino a esta villa, presentándose al señor comandante de las Armas de ella, quien lo indultó, y habiéndose agregado de cochero de un cañón de estas tropas, salió con ellas hasta Salamanca, desde donde se desertó y se vino a esta villa. Y de aquí se fue a reunir en el cerro de Los Salados con la gavilla del rebelde Pedro García, donde se ha mantenido con ella hasta el día de su prisión. Fusilado ese mismo día, a las 5 de la tarde.20 31 de diciembre de 1811. Causa instruida contra Isidro Árias. Puesto en libertad el 23 de enero de 1812.21 22 de febrero de 1812. Causa instruida contra Rosalino Hernández, Andrés Durán, Andrés Alcaráz, Eleuterio Pérez, Albino Hernández, José Anacleto de la Luz Estrada, Francisco Pérez, Francisco Hernández y José María Hernández y Luna, todos del pueblo de San Miguel. Puestos en libertad el 25 de mayo de 1812.22 27 de febrero de 1812. Causa instruida contra Antonio Manuel Díaz, alias Queretano. Puesto en libertad el 20 de julio de ese año.23 5 de marzo de 1812. Causa instruida contra Juan de Dios Rivera, leonés de 37 años, casado, anduvo en las gavillas de Pedro Aranda y José María Fortuna. Declaró: el día miércoles veinte del que se trata, en que le cayeron los insurgentes y se lo llevaron para dentro de la villa, en particular para el barrio de Arriba… Fusilado en la Plaza Mayor el 9 de marzo de 1812.24 7 de marzo de 1812. Causa instruida contra Pedro Rivera, leonés de 28 años, casado, anduvo con las gavillas de Pedro Aranda y Rafael de Iriarte. Los días 20 y 21 de febrero acompañó a los insurgentes a saquear algunas casas del Barrio Arriba. Declaró: que está preso por insurgente, que lo aprehendió el sargento de la Compañía Volante, Toribio Sánchez, el día cinco del corriente, en el paraje nombrado El Recodo. Fusilado el 9 de marzo de 1812.25 17 de marzo de 1812. Causa contra Hermenegildo Vázquez, liberado el día 24.26 20 de mayo de 1812. Causa instruida contra Esteban Santibáñez. Fue condenado a sufrir 25 azotes dentro de la cárcel.27 4 de mayo de 1812. Causa contra Pedro Aceves. Puesto en libertad el 16 de junio.28 21 de mayo de 1812. Causa instruida contra Serapio Castro, leonés avecindado en la hacienda de La Loza, se le acusó de estar en la gavilla de Guadalupe Peña y robar en el camino de Guanajuato. Fue condenado a muerte.29 8 de junio de 1812. Causa instruida contra Secundino Manríquez y Saturnino Durán. Puestos en libertad el 12 de agosto.30 1° de agosto de 1812. Causa instruida contra Laureano Moreno, acusado de haber andado con el cabecilla Rafael Núñez y atacado Comanja.31 25 de agosto de 1812. Causa instruida contra Rosalino Cordero, Remigio Romero, Pedro y Marcelino Falcón.32 3 de diciembre de 1816. Causa instruida contra Onofre Castilla, de 26 años, originario de San Germán, jurisdicción de San Francisco del Rincón, después de indultado se empleó como soldado del 198


resguardo de la hacienda de San Nicolás. Robó unas armas y en su proceso declaró: que hace tres años iba de esta villa de León para su casa con veinte y tantos pesos de unos carneros que había vendido en dicha villa, y encontrándolo el capitán de rebeldes Bonifacio Rodríguez, de la gavilla de Juan Ríos, tuvo que decirle que era acallejado, que algún día lo había de antecoger, y al momento lo llevó a presencia del citado Juan Ríos, diciéndole era soldado antiguo, por lo que mandó dicho Ríos que el que confiesa quedara agregado a las armas, durando en dicha gavilla cuatro meses. Cuando fue insurgente asistió a acciones de guerra contra Pedro Celestino Negrete, el cura Álvarez y las armas de la villa de León. Fusilado el 18 de diciembre de 1816.33 11 de diciembre de 1816. Causa instruida contra Cayetano y Felipe Arcocha, acusados de haber concurrido con frecuencia a Comanja. Por orden de Cristóbal Ordoñez, fueron puestos en libertad el día 16.34 2 de octubre de 1817. Causa instruida contra Simón Espinosa, resultando este inocente y culpados su mujer, María Anselma Vilches, Toribio Aguilar y José Nicolás Galván.35 20 de octubre de 1817. Causa instruida contra el Alcalde Miguel García Poleo y el Regidor Manuel Antonio de Lizardi.36 1818. Defensa de José María Gasca, quien fue uno de los insurgentes que desde los principios de la rebelión se decidió por ella, con el agregado de haber obtenido graduación y comisiones militares.37 5 de enero de 1818. Causa instruida contra el Capitán Rufino Gómez y soldados Carlos Reyes y Toribio Torres, por haber dado muerte al Capitán insurgente Hilario Félix en la hacienda del Sauz de Armenta, por haber tratado éste de indultarse. En la declaración manifestaron que estando éste dormido le gritó el que declara a sus soldados ¡a él arma, a él arma!, y dirigiéndose con ellos así a donde estaba Hilario Félix dormido le sacó su propia cuchilla y con ella le dio tres cuchilladas en la cabeza y de ahí siguieron sus soldados, haciendo lo mismo con sus lanzas hasta asesinarlo. El primero, fue condenado el 18 de junio de 1818 a ser pasado por las armas.38 3 de marzo de 1818. Causa instruida contra Mariano Urquieta, quien anduvo en la gavilla del cabecilla Borja.39 17 de mayo de 1818. Causa instruida contra Tomás Durán, de 22 años, leonés, labrador; Juan Bautista Cervantes, de 18 años, de Silao, labrador; José María Pérez, de 17 años, de San Pedro Piedragorda; Mariano Chávez, de 20 años, de San Pedro Piedragorda, éstos tenían de 15 a 20 días de soldados en la gavilla del capitán Remigio Rivera, y Mariano Toledo, de 20 años, leonés, comerciante, quien ya llevaba más de dos meses en la misma gavilla, había sido soldado del Rey en la guarnición de Guanajuato y participó en el sitio del fuerte de San Gregorio. Fueron aprehendidos por rebeldes en el monte de la hacienda de La Gavia y fusilados el 16 de julio, excepto Toledo, a quien se le siguió proceso por deserción.40 18 de mayo de 1818. Causa instruida contra Rafael Hernández y Juan Antonio Delgado, el primero militó en la gavilla de Juan Ríos y el segundo en la de Anselmo Ríos.41 25 de mayo de 1818. Causa instruida contra José Isabel López, leonés de 14 años de edad, de oficio barbero, fue aprehendido en San Roque de Montes. Declaró: que cinco meses ha servía en clase de soldado, en la gavilla de Juan Ríos. El Auditor de la causa concluyó: En tal caso, dictaminaría la remisión de este reo a los trabajos de alguna fortificación en clase de presidiario, pero en su estado y 199


edad, será más útil al Rey su servicio en algún regimiento de línea. Se le condenó a servir en el Regimiento de Infantería de la Corona.42 30 de mayo de 1818. Causa instruida contra José Bernardo Sánchez, de 39 años, originario de San Felipe, aprehendido por rebelde en el rancho del Saltillo. Declaró: que el tiempo que tiene de rebelde no puede decirlo a punto fijo, pero sí se acuerda que un año antes de venir a indultarse a esta villa su hermano Francisco Sánchez (que fue en tiempo del señor Comandante don Antonio Soto) ya estaba sirviendo al rebelde Pedro Moreno en la clase de soldado, cuidando la remonta que dicho Moreno le despachaba. Fusilado el 9 de julio.43 12 de junio de 1818. Causa instruida contra Toribio Torres, de 26 años, originario de la hacienda del Lobo, hijo ilegítimo de Amador Pérez con María Guadalupe Torres. El 27 de febrero el Cura Tiburcio Camiña pidió se suspendiera la ejecución en tanto se averiguaba si estaba bautizado. Fingió no estar bautizado para retrasar la ejecución, pero después de un proceso de investigación en la que se comprobó que fue bautizado en la parroquia de San Francisco del Rincón, éstas fueron las palabras del auditor: aparece que el señor mariscal de campo don Pascual de Liñán, anterior de vuestra señoría, decretó que muriese este delincuente, como informa el señor Comandante de León, puede vuestra señoría, siendo servido mandar que se ejecute esta sentencia, pasándolo por las armas, previas las disposiciones de cristiano. Fusilado el 4 de marzo de 1819.44 11 de julio de 1818. Narciso Cabrera, de quien se sabe que fue ejecutado por el oficio que dirige don Miguel de Obregón al Comandante de las Armas, Teniente Coronel Francisco de Falla: Queda en esta Subdelegación la sumaría formada por esta Comandancia a los reos de infidencia Narciso Cabrera, Luis Sánchez, Benito Flores y Luz Navarro, con éstos tres, por haberse pasado el primero por las armas, para los fines que previene el señor Comandante General de la Provincia, Coronel don Antonio Linares, en decreto de 18 de junio último. Dios guarde a vos muchos años. León, julio 11 de 1818.45 12 de agosto de 1818. Causa instruida contra Marcelino Gómez, María Estefanía Quintana y Ana Joaquina Gómez, quienes tenían íntima amistad con el Capitán insurgente Cayetano Moreno.46 9 de septiembre de 1818. Causa instruida contra Juan Vallecillo, fue Capitán de la gavilla de Pedro García y después de la de Miguel Borja; Jerónimo Espino, de 33 años, originario de Ojo Caliente y de oficio comerciante, y José María Estrada, de 28 años, originario de Guanajuato y de oficio músico. Se les dictó la siguiente sentencia: A los reos José María Estrada y Jerónimo Espino, los debe juzgar el Justicia Mayor de la villa de León, como comprendidos en la 5ª clase de insurgentes que clasifica la real orden, de 28 de julio del años pasado de 1817, y con arreglo a esta soberana disposición, el reo de la jurisdicción militar, Juan Vallecillo, por haber sido aprehendido con las armas en la mano y ser capitán de los rebeldes, cuyas circunstancias lo condenan a muerte, con arreglo a los bandos de 20 de marzo de 1811 y 25 de junio de 1812, en cuyo cumplimiento se servirá, vuestra señoría, teniéndolo a bien, mandar que se pase por las armas. Y que a Estrada y a Espino, se pasen a la real jurisdicción, con testimonio a la letra, de lo que les es relativo en esta causa. Juan Vallecillo fue fusilado el 27 de noviembre de 1818.47 16 de septiembre de 1818. Remisión de las causas contra Juan José Sánchez, Juan Amézquita e Hilario Vázquez, para que se les aplicara la correspondiente pena.48 27 de diciembre de 1818. Causa instruida contra Isidro Campos y Manuel Alejo Villalobos. El primero, de 26 años, originario de Silao y de oficio músico, fue aprehendido en el bordo de 200


la presa de Santa Rosa, dijo en su declaración: que sólo un mes sirvió en la gavilla del rebelde Miguel Borja, quien habiendo sabido que era músico de trompa, lo sacó de su casa para que le sirviese de corneta en su gavilla, pero que repetidas veces se ha desertado y vuelto a Manserrúa (hacienda, jurisdicción de Silao) donde tiene su familia. El segundo, aprehendido en el rancho de San Judas, de 24 años, originario de la hacienda de Burras y de oficio labrador, declaró: que hace año y medio que es rebelde y que ha servido en la clase de soldados, que cuando lo aprehendieron en el pueblo de San Pedro Piedragorda pertenecía a la gavilla del rebelde titulado coronel Magdaleno Medina y que después que fue perdonado en dicho pueblo, se regresó a su casa, de donde lo agregó a su gavilla el cabecilla Juan Borja, en la misma clase, y de su asistente. Fusilados el 3 de abril de 1819.49 8 de febrero de 1819. Causa instruida contra Pedro Rocha, arrendatario de la mesa de la hacienda de Duarte. Puesto en libertad el día 18.50 8 de marzo de 1819. Causa instruida contra Juan Núñez, de 20 años, originario de Paso de Cuarenta, jurisdicción de Lagos, de oficio metatero. Declaró: que hace un mes sirve en la clase de soldado, en la gavilla del cabecilla titulado capitán Gutiérrez. Fue aprehendido en la mesa de Los Castillos, por haber participado en el ataque en que resultó herido al Subdelegado de León en el Paseo de la Canal. Su compañero, Juan Reyes, fue muerto en el arresto y decapitado. Fusilado el 13 marzo de 1819.51 7 de mayo de 1819. Causa instruida contra Francisco Valenzuela, nombrado cabeza de rancho de Los Hernández, a quien le dio comisión por escrito el rebelde Santiago González para formar una lista de los individuos de diez años para arriba, y castigar con pena capital a los ladrones que fueran a robar al mencionado lugar.52 18 de noviembre de 1819. Causa instruida contra José Tomás Nieves, María Leonarda Monjarás y José María Negrete, acusados de conducir víveres a los rebeldes. El primero fue condenado a trabajar por 15 días en la fortificación del destacamento de Otates.53 28 de mayo de 1821. El último, ya casi para consumar la Independencia, contiene la causa instruida contra Rafael Morales, acusado de infidente y sedicioso, por haber gritado estando ebrio: ¡Viva España y Fernando Séptimo, carajo!54

1

SD-IND-IFD-C 21-Exp. 40-1812. SD-IND-IFD-C. 21-Exp. 1-1810. 3 SD-IND-IFD-C. 21-Exp. 2-1810. 4 SD-IND-IFD-C. 21-Exp. 3-1810. 5 SD-IND-IFD-C. 21-Exp. 4-1810. 6 SD-IND-IFD-C. 21-Exp. 7-1811. 7 SD-IND-IFD-C. 21-Exp. 8-1811. 8 SD-IND-IFD-C. 21-Exp. 9-1811. 9 SD-IND-IFD-C. 21-Exp. 10-1811. 10 SD-IND-IFD-C. 21-Exp. 11-1811. 11 SD-IND-IFD-C. 21-Exp. 12-1811. 12 SD-IND-IFD-C 21-Exp. 14-1811. 13 SD-IND-IFD-C 21-Exps. 17 y 18-1811 14 SD-IND-IFD-C 21-Exp. 19-1811. 15 SD-IND-IFD-C 21-Exp. 21-1811. 16 SD-IND-IFD-C 21-Exp. 22-1811. 2

201


17

SD-IND-IFD-C 21-Exp. 23-1811. SD-IND-IFD-C 21-Exp. 24-1811. 19 SD-IND-IFD-C 21-Exp. 25-1811. 20 SD-IND-IFD-C 21-Exp. 26-1811. 21 SD-IND-IFD-C 21-Exp. 27-1811. 22 SD-IND-IFD-C 21-Exp. 28-1812. 23 SD-IND-IFD-C 21-Exp. 29-1812. 24 SD-IND-IFD-C 21-Exp. 39-1812. 25 SD-IND-IFD-C 21-Exp. 31-1812. 26 SD-IND-IFD-C 21-Exp. 32-1812. 27 SD-IND-IFD-C 21-Exp. 33-1812. 28 SD-IND-IFD-C 21-Exp. 34-1812. 29 SD-IND-IFD-C 21-Exp. 36-1812. 30 SD-IND-IFD-C 21-Exp. 37-1812. 31 SD-IND-IFD-C 21-Exp. 38-1812. 32 SD-IND-IFD-C 21-Exp. 39-1812. 33 SD-IND-IFD-C 22-Exp. 1-1816. 34 SD-IND-IFD-C 22-Exps. 2 y 3-1816 35 SD-IND-IFD-C 22-Exp. 6-1817 y Exps. 15 y 16-1818. 36 SD-IND-IFD-C 22-Exps. 7 y 5-1817 y Exp. 17-1818. 37 SD-IND-IFD-C 22-Exp. 8-1818. 38 SD-IND-IFD-C 22-Exps. 9 y 11-1818. 39 SD-IND-IFD-C 22-Exp. 14-1818. 40 SD-IND-IFD-C 22-Exps. 20 y 36-1818. 41 SD-IND-IFD-C 22-Exp. 21-1818. 42 SD-IND-IFD-C 22-Exp. 22-1818. 43 SD-IND-IFD-C 22-Exp. 23-1818. 44 SD-IND-IFD-C 22-Exps. 13 y24-1818 y Exp. 42-1819. 45 SD-IND-IFD-C 22-Exp. 29-1818. 46 SD-IND-IFD-C 22-Exps. 30 y 38-1818 y Exp. 47-1819. 47 SD-IND-IFD-C 22-Exp. 33-1818. 48 SD-IND-IFD-C 22-Exp. 37-1818. 49 SD-IND-IFD-C 22-Exp. 39-1818. 50 SD-IND-IFD-C 22-Exp. 41-1819. 51 SD-IND-IFD-C 22-Exp. 43-1819. 52 SD-IND-IFD-C 22-Exps. 40 y 44-1819 53 SD-IND-IFD-C 22-Exp. 48-1819. 54 SD-IND-IFD-C 22-Exp. 51-1819. 18

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La Consumación de la Independencia A comienzos de 1820 el dominio español se había vuelto a consolidar en la Nueva España después de años de luchas internas. Diversos factores habían contribuido a ello: el agotamiento natural de una sociedad envuelta en diez años de guerra civil, el restablecimiento de la autoridad real -un tanto mermada- en la persona de Fernando VII, y la derrota insurgente motivada, entre otras razones, por la incapacidad del proyecto iniciado por Hidalgo y continuado por Morelos para atraerse el apoyo de las élites criollas debido, entre otras razones, a que predicaba la destrucción de los peninsulares. Sin duda, este antagonismo radical de los insurgentes les pudo haber brindado frutos, si hubiesen planteado el camino hacia la Independencia desde otra perspectiva, la de la unión entre los diversos componentes de la complejísima sociedad novohispana. El Virrey Juan Ruiz de Apodaca favoreció una concesión de indultos y tuvo los resultados esperados, ya que buena parte de los antiguos insurgentes depusieron las armas y volvieron a sus lugares de origen a dedicarse al comercio, agricultura e industria, lográndose un evidente repunte en la actividad económica. Los habitantes de la Nueva España gozaron nuevamente de los beneficios de la paz y la armonía de las clases sociales, seriamente afectada con el estallido de Dolores, las cuales parecían restablecerse. Tanto criollos como peninsulares, castas, mestizos e indígenas nuevamente ejercieron las tareas que les correspondían según el rígido orden estamental que regía la vida de la sociedad novohispana. Las tropas expedicionarias y las milicias provinciales volvieron a sus cuarteles, salvo las encargadas de sofocar a las pocas partidas de guerrilleros insurgentes que no amenazaban ya la estabilidad del reino. La Iglesia, por su lado, pareció retomar el control sobre una parte del clero que activamente había participado en la insurgencia o que había protestado a favor del fuero eclesiástico. Derogados los decretos de las Cortes de Cádiz que la afectaron, nada parecía amenazarla. Sin embargo, dentro de esa aparente calma la sociedad novohispana manifestaba evidentes síntomas de inquietud. Los esclavos y las castas sabían que podían alcanzar su libertad e igualdad; los indios, la extinción de sus tradicionales tributos y servidumbre, los criollos insurgentes, deprimidos por la derrota militar, conservaban no obstante la esperanza de lograr la anhelada Independencia por vía diferente; los españoles, por su parte, sabían ya del poder de unas masas populares insatisfechas y de las aspiraciones de aquellos criollos que si bien les habían prestado su apoyo en la guerra, no por esto deseaban que continuara el dominio de los peninsulares.1 Un testimonio de esa tranquilidad es el hecho ocurrido el 31 de enero de 1820, cuando el Ayuntamiento de León entregó al Comandante Miguel Ignacio Béistegui los 50 fusiles que en 1817 el Comandante General Pascual de Liñán cedió a la villa para el resguardo de sus cortaduras, las quitadas a los rebeldes en el Fuerte del Sombrero y las que entregaron los indultados Pío González y Francisco Rodarte.2 En mayo de 1820, el Ayuntamiento trató sobre el cuartel que exigía el Regimiento del Príncipe que se trataba de reunir en la villa, destinándoles el Mesón de las Ánimas.3 Otro asunto tratado fue el fomento de la devoción a la Madre Santísima de la Luz, a propuesta del Subdelegado Ruperto Rocha, el Cabildo, acordó algunas normas: En la tarde de este día y habiéndose congregado los señores que componen el Ilustre Ayuntamiento, para el efecto de tratar sobre la dignidad y decoro con que se ha de sacar a la Madre Santísima de la Luz. 203


Manifestó el señor Presidente haber presenciado con sumo dolor y remordímiento la falta en que es la traslación de la maravillosa imagen de la Madre Santísima de la Luz a la parroquia y el poco culto y devoción causado de la frecuencia con que se saca esta soberana Señora de su santuario; que su creíble protección ha sido notoria y manifiesta en todo tiempo, particularmente a la afligida época de la rebelión, que siendo como es la tutela y protectora de esta villa, y que la dignación del Rey tuvo a bien conceder a esta Corporación el patronato, en uso de él le parecía oportuno el que no se sacase a esta prodigiosa efigie sin previo decreto del cuerpo, y para una pública necesidad, con la decencia y decoro que demanda el aprecio y predilección que debe tenerse a esta maravillosa Señora que tanto ha favorecido al pueblo, sacándose su día y el en que llegó, la peregrina, sin que esto evite su celebridad en su iglesia con la asistencia acostumbrada… Penetrado el Cuerpo de tan justos y debidos sentimientos, acordó la misma tarde por acto formal que en lo sucesivo no salga de su santuario esta soberana Señora, sino es por una publica necesidad, precediendo el decreto de la Corporación, que ha de prevenir las solemnidades de su salida y que las funciones que se le hagan en su día, el de su llegada a esta feliz villa, y la de los rayos como patrona jurada, sean en su santuario, sacándole en los rosarios o procesiones la peregrina; esto influirá el aumento de la devoción a esta sagrada imagen y su culto, y que reconocido el pueblo le tribute los homenajes debidos a su magnificencia y decidida protección. Mayo 28 de 1820. Con lo que quedó concluida esta acta, que firmó su señoría con los de asistencia, por falta de escribano. Ruperto Rocha.

Ramón José Doblado.

José Vicente Maldonado

De asistencia Gabriel José de Roa.4

De asistencia José María Arrieta.

Se le envió un oficio al bachiller Epifanio de Obregón, donde se le participó: Este Ilustre Ayuntamiento no pudo ver sin su gran sentimiento la traslación de la maravillosa imagen de la Madre Santísima de la Luz a la parroquia la tarde de ayer, sin asistencia de sus vecinos ni los honores que como Generala de nuestras armas deben hacerle, ni otros actos que exige la piedad y gratitud de un pueblo que ha recibido continuados favores de esta prodigiosa señora. Y se le pidieron dos de las tres llaves con que se cerraba el dosel donde se guardaba la venerada imagen, para que igual número de miembros del Cabildo las guardaran.5 Restitución de la Constitución En todo el Imperio español la Constitución Política de la Monarquía Española fue restablecida como consecuencia del levantamiento del Coronel Rafael Riego en Andalucía, no sin la oposición los grupos realistas y criollos que vieron en ella el símbolo de un liberalismo contrario a la tradición política española.6 El 31 de mayo de 1820, el Virrey, Conde del Venadito, anunció el juramento de la Constitución de la Monarquía Española, promulgada por las Cortes en 1812, y el 5 de junio, agregó que Fernando VII había decidido jurarla, y el día 7, ordenó que se obedeciera, guarde y cumpla y que en todos los pueblos de la monarquía se hicieran inmediatamente las elecciones de Alcaldes y Ayuntamientos Constitucionales.7 204


Por su parte, el Subdelegado, Ruperto Rocha, el 13 de junio, publicó por bando, la lista de los ciudadanos que fueron nombrados electores, y el 25, dio a conocer los nombres de las personas que formaban el Ayuntamiento electo, quedando instalado ese mismo día y levantada la siguiente acta: Villa de León, junio 25 de 1820. En la tarde de este día, habiéndose reunido en esta Sala Consistorial los señores capitán don Antonio Bernardo de Quiroz, teniente coronel don Antonio Sañudo, Alcaldes Ordinarios de esta villa, electos, don Manuel Antonio de Lizardi, don José Ildefonso de Septién, don José María Rosa, don Francisco Castillo, don José María Obregón y Gómez, don Laureano Martínez, Lic. don Francisco Gómez y Vázquez, don Ignacio Sánchez, don Mariano de Obregón y Pérez, don José Ignacio Pro, don Miguel García Poleo y don Juan de Dios Alcántara; Regidores, don José María Galván y don Francisco Sámano, con el fin de tomar posesión de sus respectivas plazas. Yo, el Subdelegado, recibí al primero juramento de guardar la Constitución de la Monarquía Española; ser fiel al Rey, cumplir religiosamente con las obligaciones de su cargo y administrar justicia imparcialmente, conforme al artículo 337 de la misma Constitución y, en seguida, le di una vara insignia de la Real Justicia, y senté en el asiento respectivo con lo que quedó en posesión de su empleo, y se concluyó este acto que conmigo firmó el aposesionado y dos testigos de asistencia, a falta de todo escribano, de que doy fe. Ruperto Rocha.

Antonio Bernardo de Quiroz.

De asistencia. José María Arrieta.

De asistencia. Gabriel José de Roa.

Acto continúo. Yo el capitán don Antonio Bernardo de Quiroz, Alcalde Primero Constitucional que, por preminencia de mi empleo, ejerzo las funciones de Jefe Político le recibí al segundo, don Antonio Sañudo, el juramento de guardar la Constitución Política de la Monarquía Española, observar las Leyes, ser fiel al Rey, cumplir con las obligaciones de su cargo y administrar justicia imparcialmente; por lo que, y haberlo prestado, le entregué una vara insignia de la Real Justicia e hice sentar en su respectivo asiento, todo en señal de la posesión en que lo puse, y habiéndome dirigido a los doce Regidores don Manuel Antonio de Lizardi, don José Ildefonso de Septién, don José María Rosa, teniente coronel don Francisco Castillo, capitán don José María Obregón y Gómez, don Laureano Martínez, Lic. Don Francisco Gómez, don Ignacio Sánchez, don Mariano de Obregón y Pérez, don José Ignacio Pro, don Miguel García Poleo, don Juan de Dios Alcántara, y los procuradores don José María Galván y don Francisco Sámano; y recibido el juramento bajo la misma forma, que al Alcalde de segunda nominación, los hice sentar en sus respectivos asientos, entregando al primero una vara insignia de la Real Justicia. Con lo que se concluyó esta acta que firmaron los aposesionados, a excepción de don Laureano que no lo hizo por no saber, conmigo y los de mi asistencia, por no haber secretario de Cabildo nombrado. Doy fe. Antonio Bernardo de Quiroz. Juan Antonio Sañudo. Manuel Antonio de Lizardi. José Ildefonso de Septién. José María Rosa. Francisco Castillo. José María Obregón. Francisco Gómez. Ignacio Sánchez. Mariano de Obregón. José Ignacio de Pro. Miguel García Poleo. Juan de Dios Alcántara. José María Galván. Francisco Sámano. De asistencia. Gabriel José de Roa.8

De asistencia. José María Arrieta. 205


La Constitución también proveía que los pueblos de indios tuvieran su propio Ayuntamiento, como así se lo hizo saber el Intendente Fernando Pérez Marañón al Subdelegado de León, al transcribirle el 19 de septiembre un oficio del Virrey Conde del Venadito: Con el oficio de vuestra señoría no. 835, de 4 de agosto último, he recibido la consulta que me dirigió vuestra señoría del Subdelegado de la villa de San Miguel el Grande, sobre si deberán suspenderse en el ejercicio de sus empleos los alcaldes de cuartel y república de naturales por haberse instalado el Ayuntamiento Constitucional de aquel lugar, y en su vista propongo a vuestra señoría que el Gobierno de la república debe cesar y convertirse en Ayuntamiento, si tiene el número de vecinos que se previene, y que los alcaldes, si los considera vuestra señoría precisos, deberán quedar como se ha hecho aquí, de auxiliares para el orden y sosiego público, pero sin jurisdicción alguna.9 Tal contenido se hizo saber en San Francisco del Rincón por el Teniente del pueblo, por lo que el Gobernador Mauricio de Bustos le dirigió el 1º de octubre un oficio al Subdelegado de León, diciendo: Es evidente que nuestro pueblo hay duplicados vecinos de los que previene y por lo mismo, suplicamos a vos se sirva providenciar la instalación de Cabildo en este pueblo, como se previene en la referida superior orden. Firmaron: Mariano de Bustos, Gil Aba, Francisco Jacinto, Domingo Hernández, José Paulino y Felipe, escribano de la república.10 Quizá la inestabilidad en que se hallaban las condiciones políticas en ese lugar retrasó la instalación de su Ayuntamiento, pues desde 1819 los indios seguían un conflicto legal con los dueños de la hacienda de Santiago por la posesión del ojo de agua. El 22 de junio, las Autoridades de León pidieron al Comandante de las Armas el auxilio de las tropas para hacer cumplir una disposición contra los vecinos por haber cerrado la saca de agua, haber roto un calicanto e instigar a los propietarios.11 Contribuciones para el Ejército de las Tres Garantías Sin duda, Agustín de Iturbide, el realista que enarboló la causa de la Independencia, va a tomar un papel de primera importancia en el acontecer de la historia de la Nueva España. Entre 1816 y 1820 se operó un cambio y una maduración en sus ideas. Si bien sus detractores han visto este periodo como una etapa en la que se dedicaría a dilapidar su fortuna e inclinarse sin templanza a las disipaciones, estos años marcaron la transformación del Dragón realista. En adelante antepondrá las ideas a la violencia y jamás volverá a usar de la crueldad, las armas dejaron el paso a las negociaciones y a la pluma.12 Iturbide, situado en Silao, dictó el 23 de abril de 1821 instrucciones para los comandantes de distritos y de la fuerza patriótica armada para la seguridad del campo y el auxilio del ejército, y la distribución de los distritos en el Bajío: Se alistará en cada distrito la fuerza patriótica de caballería de que sea capaz por población y recursos, dividida en compañías que se denominarán “Compañías Patrióticas de Caballería Auxiliares del Ejército de las Tres Garantías”. Alistada esta fuerza, se reunirá los domingos y algún otro día festivo en el paraje que esté más al centro del territorio, y demarcará el comandante para que reciba la instrucción que sea dable. El comandante de toda la que se forme en la parte del Bajío de esta Provincia, lo será el teniente coronel don Gaspar López.

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El objeto de esta fuerza será principalmente conservar la tranquilidad y seguridad de los campos, auxiliar a los pueblos cuando se tema alguna conmoción popular, hostilizar y molestar toda fuerza enemiga que entre en la Provincia a virtud de partes que se comunicarán rápidamente de uno a otro punto hasta quedar instruida de la dirección y fuerzas enemigas, para obrar con seguridad; aprehender y desarmar todo desertor y sospechoso que no lleve el pasaporte correspondiente dando parte circunstanciado al jefe de división más inmediato y al de esta fuerza; y estar pronta para cuando convenga que obre unida al Ejército, en cuyo caso será socorrida por la Tesorería Nacional el tiempo que se emplee, a todo el que no pueda subsistir por sí. Los comandantes de los respectivos distritos auxiliarán a los más inmediatos siempre que sea necesario ya para mantener su seguridad y ya para algún movimiento conveniente al servicio, sea a solicitud particularmente de alguno, o dispuesta por el jefe de todos, quien como toda esta fuerza estará sujeta al señor coronel don Anastasio Bustamante, Comandante General de la Provincia. De todos los distritos se mantendrán espías expertos en observación del punto o fuerza de las dependencias del excelentísimo señor Conde del Venadito que tengan más inmediata para dar frecuentes y rápidos avisos de cualquiera movimiento que advierta, aviso que correrá de uno a otro punto hasta llegar al Jefe de la Provincia o División del Ejército más inmediata. Se espera que los comandantes de distritos apurarán las medidas que les dicte su acreditado celo para tener alistada y arreglada a la mayor brevedad su fuerza respectiva, dando al instante parte al señor Comandante de Provincia, con noticia de la fuerza, armas, caballos y municiones con que cuenten, por conducto del Jefe de toda esta fuerza. Cada comandante de distrito propondrá un sujeto que merezca su confianza para su segundo y la propuesta la dirigirá al Comandante Principal de esta fuerza en el Bajío, teniente coronel don Gaspar López. La fuerza de cada distrito se dividirá en compañías con la fuerza y orden que consta en el prospecto adjunto, y mandadas por un teniente y un alférez que elegirán igualmente los comandantes de distritos entre los sujetos de más aptitud y ascendiente y me propondrán por el conducto del Comandante principal, quien dirigirá esta propuesta al de la Provincia. Para el pago indispensable de espías y correos y los clarines de las compañías que estarán pagados de pie ocurrirán los comandantes de distritos al Ayuntamiento Constitucional de la Cabecera, para que haga un reparto muy moderado a las haciendas de él para cubrir estos gastos. El oficial comisionado por el jefe de distrito para recoger esta moderada contribución dará conocimiento mensualmente al Ayuntamiento de la cantidad que colectare y distribuya en aquel mes, visada por el Comandante del Departamento. Ordenará el jefe de toda esta fuerza una señal que sirva de alarma, variándola cuando lo tenga por conveniente.13 Distribución de distritos con expresión de los comandantes de cada uno, en el Bajío de la Provincia de Guanajuato: 207


Valle de Santiago, toda su jurisdicción, y la parte de Salamanca que está al sur del Río Grande: su comandante don Antonio García, su segundo don... Yuriria, su jurisdicción: comandante don José María Magaña, su segundo don... Salvatierra y Acámbaro, pueblo del Rincón y Apaseo el Alto (unidos por ahora), comandante don Isidro Gronda, su segundo don... Salamanca (excepto la parte de su jurisdicción que está en el sur del Río Grande) Irapuato, Chamacuero, San Juan de la Vega, Santa Cruz del Guaje y Amoles hasta tocar con la raya de la jurisdicción de San Miguel el Grande, comandante don Miguel Borja, su segundo don... Las guarniciones de Salamanca e Irapuato estarán mandadas por sus respectivos comandantes y con dependencia al señor Comandante General de la Provincia. Silao, su jurisdicción: comandante don Manuel Mayora, su segundo don... El local del pueblo se elegirá por el comandante de las Fuerzas Patrióticas del Bajío don Gaspar López. León y su jurisdicción: comandante don Francisco Castillo a su elección y orden el jefe y fuerza patriótica interior y su segundo don... San Pedro Piedragorda y su jurisdicción: comandante don Vicente Partida, su segundo don... Pénjamo, su jurisdicción (a excepción de la hacienda de Cuerámaro y rancho de Pepe, Orcones, La Joya y Paso del León): su comandante don Francisco Tejada, su segundo don... Cuerámaro y ranchos citados: su comandante don Antonio Huidobro, su segundo don...14 El 26 de abril, Luis de Cortázar le comunicó al Teniente Coronel Francisco Castillo que el Primer Jefe deseaba pasar una revista de armas a los Beneméritos Patriotas de la villa de León, alistándolos para el día de la llegada de Iturbide.15 El 27 de abril, Iturbide comisionó al Capitán Pablo Erdozáin para reconocer la artillería con que contaba la villa de León.16 El 2 de mayo, ordenó que entregaran al guardaparque todos los fusiles que existieran en la villa de León, a excepción de 20 que habían de quedar para conservar la seguridad.17 Las armas que fueron entregadas al Ejército de las Tres Garantías: diecisiete fusiles descompuestos, tres escopetas y cuatro carabinas en el mismo estado, veintiocho tiros de bala rasa y treinta y dos de metralla, municiones del cañón Soto.18 El 9 de mayo, Juan José Pastor, situado en Irapuato, comunicó al Teniente Coronel Francisco Castillo que tenía órdenes de recoger cuantos soldados del Regimiento del Príncipe se presenten en Guanajuato, Silao, León e Irapuato, de los que se fugaron de las inmediaciones de Puebla.19

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Por orden del Primer Jefe del Ejército de las Tres Garantías, Coronel Agustín de Iturbide, se pidió voluntarios para formar la Compañía de Caballería.20 Llegaron voluntarios de la hacienda de La Sardina: el molinero Ricardo Tapia, Ceferino Llama, Manuel Guevara, Miguel Montes, Antonio Durán, Doroteo Durán, Antonio González, Norato Jaso, Antonio Piza, Isidoro Ramírez, Calixto Tapia, José Ramírez, Domingo Tavares, Pedro Galván, José Donato, Ceferino Rodríguez y José de la Luz Serrano.21 Hay referencias de otros lugares. De los Pueblos del Rincón, enviados por Nicolás González: remito a vos la lista de los que se han presentado voluntariamente para formar la Compañía de Caballería, que su oficio de 1º del corriente me intima con arreglo a la orden del Primer Jefe del Ejército de las Tres Garantías, coronel don Agustín Iturbide…22 Ramón Quijano, de La Loza: Con arreglo a la orden de vos he alistado a los que me han parecido menos inútiles, aunque ninguno por su voluntad, los que la adjunta expresa; estos no tienen caballos y son hombres de trabajo….23 Benito González, del rancho de Los Coyotes: Es adjunta la lista de los individuos que tienen caballo en este rancho, y que quedan ya citados para presentarse a vos el domingo 20 del corriente…24 Juan de Hoyos, del rancho Los Ocotes: Muy señor mío, tengo enviada a vos la lista que en su anterior oficio pidió vos y en virtud de que solo se hayan en ella 21 sujetos y que don Juan Ignacio Fernández, a cada instante está cambiándome oficios, en los unos dice ser comisionado del señor general, para que se le presenten los soldados de ésta a recibir sus órdenes; en otros, que es comisionado de vos para que los presente ante vos y por ninguna manera quieren ellos ni yo, tenga él el honor de quedar bien con soldados ajenos, sino que éste honor sea de esta hacienda, para cuyo efecto el lunes 25 del presente quieren juntarse así de a caballo como pie a tierra treinta y tantos hombres, para presentarse ante vos y sólo reconocerle por principal jefe y recibir sus órdenes, por el que vos los nombre en ésta, sin que tengan injerencia los de Las Tablas, sin necesidad grave de pedir auxilio, a que estarán prontos.25 Domingo Bartolache, de la hacienda de San Juan de Otates: Muy señor mío: deseosos de contribuir a la grande obra de nuestra libertad política no sólo hice entender la orden de vos, fecha 15 del que rige, en esta hacienda, sino también he precisado a sus vecinos conspiren a tan noble empresa militando a las órdenes de vos, más representándome los arrendatarios que carecen de armas y caballo, y siendo los otros gañanes jornaleros cuyo honorario no puede colocarlos en las circunstancias de la circular, mis esfuerzos sólo han conseguido se listen cuatro individuos, cuyos nombres acompaño en la adjunta.26 Finalmente, el escrito de Luciano Sánchez, del Ranchito: Mi venerado señor: acompaño a ésta la lista de los sujetos que tienen caballos, que se han nombrado guardacampos, que son 17 hombres y 3 que han vendido los caballos, tienen proporción para volverlos a comprar, pues aunque éramos 27 hombres, unos se han ido a otras partes a vivir y otros andan fuera en viaje. Útiles para montar hay algunos aquí, pero están imposibilitados para comprar caballos. 209


Entre éstos tiene vuestra merced 13 fusiles, algunos descompuestos, otras tantas lanzas, un cajón de municiones. Los vecinos de este rancho tratan de salirse a formar ranchos a otra parte y los he contenido hasta no comunicárselo a vuestra merced, para que me imponga lo que he de hacer.27 El 2 de junio, se nombró a Rosalino Reynoso, vecino de La Loza, Alférez de una de las compañías patrióticas auxiliares del ejército, y a Juan Antonio de Hoyos, de la hacienda de Ocotes, Teniente de una compañía de caballería de las Tres Garantías.28 Julián Vela, el 3 de junio dirigió un oficio al Comandante Francisco Castillo, diciéndole que no había remitido la lista de gente voluntaria para el servicio de la nación, porque apenas comienza a formalizarse el pueblo del Coecillo, pero que procuraría completar los 50 individuos que se le pedían, pues muchos se negaban a enrolarse porque temían que los mandasen lejos de sus casas.29 Lista de los sujetos que fueron nombrados guardacampos, denominándose Compañía Patriótica e Infantería y Caballería de Guanajuato. León, --- de julio de 1821: Compañía: Granaderos: Ídem. 2ª de infantería: 3ª de infantería: Artillería. 1ª de Caballería: 2ª de Caballería: Caballería de haciendas:

Clase: Capitán: Teniente: Subteniente: Subteniente: Teniente: Subteniente: Subteniente: Alférez: Capitán: Teniente: Tenientes:

Nombre Don Ignacio Sánchez Don Ignacio Rodríguez. Don Miguel de Obregón Don Gregorio Manríquez Don Ramón Doblado Don José María Rodríguez Don Miguel Sánchez Don Cayetano Arcocha Don Francisco Urteaga Don Ramón Muñoz Don Ramón Muñoz Don Luciano Sánchez Don Juan de Hoyos. Don Merced de Torres Don Francisco Zaldívar Don Juan Ríos Don Ignacio Cos Don Rosalino Reynoso Don Juan Aguilar Don Rafael Guerrero Don Miguel Castro Don Claudio Palomino Don Atanasio García Don José Rocha Don Anacleto González Don Jacinto Buzo30

Alférez:

Para formar un batallón de infantería Iturbide facultó a Pedro Otero, quien a su vez comisionó al Teniente Ignacio Galindo para establecer en León la Bandera de Reclutas.31

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El 23 de junio de 1821, Fernando Pérez Marañón transcribió al Subdelegado de León la orden de Agustín de Iturbide sobre quedar abolidos los derechos de subvención temporal y contribución directa de guerra, el de convoy, el de 10% sobre el valor de alquileres de casas, etc., para que desde ese día comenzara el pueblo a sentir los benéficos frutos de su Independencia.32 Ese mismo día, Pedro Ceballos, conde de la Presa de Jalpa y Alcalde Primero Constitucional de la villa, sobre que el gobierno formara un fondo con los donativos espontáneos con que cada uno quiera contribuir para el sostenimiento del Ejército de las Tres Garantías.33 A unos pasos de la consumación El 14 de mayo de 1821, llegaron a San Pedro Piedragorda una partida de 200 hombres de Nueva Galicia, al mando del Capitán Pablo Ortiz de Rosas, que el día 12 había proclamado la Independencia en aquel pueblo y pasaba a ponerse a las órdenes del Jefe del Ejército de las Tres Garantías.34 Las fuerzas insurgentes iban tomando poco a poco los últimos bastiones realistas. El 22, Valladolid se rindió por capitulación y una porción de las tropas que la defendía se pasó al Ejército Trigarante, quedando toda la provincia por la causa independiente. Iturbide derrotó y ejecutó el 31, en Acámbaro, al señor Evía, y el 19 de junio entraron a Guadalajara. El Coronel Rafael Bracho y el Teniente coronel Pedro Pérez San Juan, con 600 infantes, se entregaron a discreción en la hacienda de San Isidro, inmediata a San Luis de la Paz, de los cuales unos se unieron al ejército y otros se retiraron del servicio militar. Y el Coronel Ángel Díaz del Castillo fue derrotado completamente.35 El Comandante Militar de León, el 25 de junio, recibió órdenes de Juan Arago para que auxiliara al Ayuntamiento para solemnizar la jura de la Independencia, como el Primer Jefe tenía mandado en toda la provincia. Al siguiente, que ayudara al Alcalde Primero Constitucional para hacer efectivo el préstamo forzoso que Iturbide había distribuido: 8,000 a Guanajuato, 6,000 a León, 4,000 a Silao y 2,000 a Irapuato.36 De León salieron 300 hombres para verificar en Lagos la jura de la Independencia. El 29 de junio, Iturbide, situado en Querétaro, ordenó al Comandante Militar de León, que en el término de dos días debían quedar absolutamente destruidas las obras de fortificación.37 El pueblo se sintió emocionado por las nuevas y durante las celebraciones, donde había peleas de gallos y músicas nocturnas empezaron a gritar ¡Mueran los gachupines! y otras expresiones sanguinarias y contrarias a las ideas de la Independencia, por lo que el Ayuntamiento pidió ayuda al Comandante Castillo para que ayudara a cuidar el orden.38 Agustín de Iturbide, en Querétaro el 8 de julio, ordenó a Francisco Castillo que tuviera nombrados y listos a reunirse y marchar al primer aviso 120 patriotas de León, de los de más confíanza, mejor montados y armados.39 Para el 11 de julio, se notificó a León que el Coronel Márquez con un ayudante suyo y otro del Virrey habían salido disfrazados, aún con la cara tiznada, para entrevistarse con José de la Cruz, y que el Conde del Venadito había renunciado, por lo que se estaba tratando en la ciudad de México poner en su lugar al señor Novella, Subinspector de Artillería.40 El 14 de julio, el Conde de la Presa dio a conocer que Agustín de Iturbide había nombrado a los regidores José Ildefonso y José Francisco Arcocha, para recaudar las contribuciones espontáneas para el sostenimiento del ejército.41 211


Una obra que se levantó en la villa de León en la época de la guerra de independencia fue el baluarte, una torre vigía ubicada en el extremo poniente, en el centro de las esquinas de las calles del Oratorio y Soledad, hoy Belisario Domínguez y Comonfort. Fue construido por 1817. Los que contribuyeron (se señala la cantidad en pesos) para financiar la construcción fueron: El capitán don Francisco Castillo El bachiller don Tiburcio Camiña Don Plácido Marmolejo Don Antonio Quijas Don Remigio Villalaz Don Ignacio Sánchez Don Julián de Obregón Don José de la Somera Doña María de la Luz Marmolejo Don Juan Antonio Sañudo Don Ignacio Pro Doña Mariana de Ibarra Don Antonio Muñoz Ledo Don Vicente Medina Don Francisco Fernández Alonso Don Manuel María de Arroyo Don Manuel Antonio Lizardi El padre don José María Velarde Don Manuel Calderón Don Faustino de Urrutia Doña Josefa Ignacia García Don José María Muñoz Ledo Don Bernardo Mazarriba Don José María Ruiz Don Pablo Rodríguez Don Juan José López de Lara Don Joaquín Reynoso Don Andrés Domingo de Sistiaga Don José Ferro

50 50 50 50 25 25 25 20 20 12 12 12 10 10 10 10 10 10 18 6 5 5 5 5 5 5 5 5 5

Fray Francisco Sánchez Fray Juan Vaquerín Don Juan Miera Don Francisco Arcocha Don Miguel Obregón Don Antonio Septién Don Vicente Maldonado Don Simón Guerrero Don Gervasio Delgado Don Luis de Arévalo Don Cornelio de Rocha Don Pablo Pompa El padre don Ignacio de Obregón Don Ildefonso Septién Don Tomás Pompa Don Manuel Muñoz Don José María Gollás Don Manuel García Don Antonio Galván Don Guadalupe Manríquez Don Leandro Arriaga Don Mariano Mojica Don Ramón Martínez de Hoyo Don Miguel Sánchez Don José Llaca Doña Isabel Urruchúa El cuerpo de músicos

5 5 5 5 3 3 3 3 2 2 5 2 2 2 2 14 2 2 2 2 10 2 10 1 1 1 real 50

Total: 625 pesos 1 real42

Dicha torre se conservó hasta 1851, año en que se dispuso su destrucción. La obra aparece en un escudo con el que se nombró a los militares: un óvalo cubierto superiormente con la corona de marqués y en su parte central se representa en un llano solitario a un león asaeteado en el pecho y un torreón pequeño, con tres almenas y sobre ellos la leyenda: León Siempre Fiel, Siempre Valiente. Después de diez años de guerra, la nación mexicana se levanta con voz propia ante el mundo, al ser proclamada por sus Autoridades, Clero y pueblo su Independencia. Como en todo el país, el Ayuntamiento de León hizo lo propio, así lo revela la siguiente invitación: Señor Teniente Coronel y Comandante de las Armas, don Francisco Castillo. Con arreglo a lo mandado por el señor don Agustín de Iturbide, Primer Jefe del Ejército Imperial, tiene señalado el muy Ilustre Ayuntamiento el día veinte y cinco del corriente a las ocho y media de la mañana, para hacer el juramento de la Independencia de este Reino, con las Autoridades y Administradores de Rentas Naciona-

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les, en su Sala Capitular; y acto contínuo deberá verificarlo el venerable clero y pueblo en la Iglesia Parroquial. Y para este acto tenga el correspondiente lustre, según la grandeza del objeto a que se dirige, espera aquel Ayuntamiento concurra vos con toda la oficialidad a dicha Sala Capitular e Iglesia Parroquial, contribuyendo como Comandante Militar con todos aquellos arbitrios que están en sus alcances y le sugiera su gran celo y patriotismo para la mayor solemnidad. Dios guarde a vos muchos años. León, julio 21 de 1821. El Conde de la Presa.43 Tan importante acto se llevó a cabo, por segunda ocasión, bajo las disposiciones dictadas por la Soberana Junta Provisional Gubernativa del Imperio Mexicano: Don Pedro Cevallos, Conde de la Presa, Alcalde Primero Constitucional de esta villa y Presidente de su Ilustre Ayuntamiento. Hago saber a todos los habitantes de esta villa, que el señor intendente jefe político de esta provincia, con oficio de 24 del pasado, remite al Muy Ilustre Ayuntamiento el soberano decreto siguiente: La regencia del Imperio se ha servido dirigirme el decreto que sigue: la regencia del Imperio gobernadora interina por falta del emperador, a todos los que las presentes vieren y entendieren, sabed: que la Soberana Junta Provisional Gubernativa ha decretado lo siguiente. La Soberana Junta Provisional Gubernativa del Imperio Mexicano, teniendo en consideración que aunque en muchas ciudades y pueblos del Imperio, está ya solemnemente jurada y proclamada su independencia, aun no se han practicado tan necesarios actos en esta capital y algunos otros lugares, ha venido en decretar y decreta: 1º Que el juramento y solemne proclamación de la Independencia de este Imperio se verifique en esta capital el día veinte y siete del corriente octubre, y en las demás ciudades que no la hayan proclamado dentro de un mes después de recibida la orden que se les comunique. 2º Que para el día señalado concurran en la mañana a los Ayuntamientos para mayor solemnidad del acto, dos individuos nombrados de antemano por cada uno de los tribunales y corporaciones de la ciudad respectiva y presididos los Ayuntamientos por el Jefe Político donde lo haya, o por el Alcalde, donde no; otorguen individualmente el juramento debido bajo esta fórmula: ¿Reconocéis la soberanía de este Imperio representada por su Junta Provisional Gubernativa? Si reconozco. ¿Juráis obedecer sus decretos, observar las garantías proclamadas en Iguala por el Ejército del Imperio Mexicano con su Primer Jefe, los tratados celebrados en la villa de Córdoba y desempeñar fielmente nuestro encargo en servicio de la Nación? Si juro. Si así lo hiciereis Dios os ayude y si no os lo demande. 3º Que antes de hacer este solemne juramento se lea en los Ayuntamientos el Acta de la Soberana de este Imperio declaratoria de su Independencia, el Plan de Iguala y el Tratado de Córdoba. 4º Que en la tarde del día prefijado, se haga con la mayor solemnidad posible, por las calles que elijan los Ayuntamientos, el paseo a pie, previo a la proclamación, 213


hasta llegar a la plaza mayor, donde en un tablado elevado y adornado al intento, se haga por el alcalde de primera elección a nombre del pueblo, la proclamación en la forma y con la magnificencia que se hacían antes las juras de los reyes. 5º Que el día siguiente haya una magnífica función de iglesia para dar gracias al Todopoderoso. 6º Que los Ayuntamientos se manejen con toda la economía que no dañe la magnificencia de un acto tan augusto. 7º Que en el tiempo intermedio, los tribunales, oficinas y corporaciones, otorguen en sus mismos senos, privada y particularmente, el juramento debido bajo la fórmula expuesta en manos de sus presidentes o jefes, quienes lo deberán prestar de antemano en un mismo día ante el jefe político, después que este lo haya prestado en las de la regencia del Imperio. 8º Que de los actos solemnes del juramento y proclamación que se hicieren, en consecuencia de las disposiciones precedentes, se remitirán testimonios a la Regencia del Imperio, y ésta los pase a la Soberana Junta, quedando en las secretarías del despacho, la correspondiente noticia para exigir los que faltaren. Tendrá lo entendido la misma Regencia para disponer lo necesario a su cumplimiento y hacerlo imprimir, publicar y circular. México, seis de octubre de mil ochocientos veinte y uno. Primero de la Independencia de este Imperio. Antonio Obispo de la Puebla, presidente. Juan José Espinosa de los Monteros, vocal secretario. José Rafael Suárez Pereda, vocal secretario. A la Regencia del Imperio. Por tanto, mandamos a todos los tribunales, justicias, jefes, gobernadores y demás autoridades, así civiles como militares, de cualquiera clase y dignidad, que guarden y hagan guardar, cumplir y ejecutar, el presente decreto en todas sus partes. Tendráislo entendido para su cumplimiento y dispondréis se imprima, publique y circule. En México a seis de octubre de mil ochocientos veinte y uno. Agustín de Iturbide, presidente. Manuel de la Bárcena. Isidro Yáñez. Manuel Velázquez de León. A don José Manuel de Herrera. Y lo comunico a vuestra señoría para su inteligencia y debido cumplimiento. Dios guarde a vuestra señoría muchos años. México, diez de octubre de mil ochocientos veinte y uno, Primer Año de la Independencia Mexicana. José Manuel de Herrera. Señor Jefe Político de Guanajuato. Y en cumplimiento de este soberano decreto, acordó el Muy Ilustre Ayuntamiento que el juramento solemne se verifique el día sábado veinte y cuatro del corriente a las diez de la mañana en su sala capitular, y el paseo a las cuatro de la misma tarde, saliendo de la dicha sala a la plaza mayor, plazuela de la Tercera Orden, calles del Reloj, Clavel y Cirineo, a entrar a la citada plaza mayor y dirigirse al tablado, en donde se hará la proclama prescrita, y no duda del celo y patriotismo acreditado de este vecindario, el mencionado Ilustre Ayuntamiento, se esmerarán en el aseo y adorno de dichas calles del paseo, blanqueando las casas, y el día inmediato domingo veinte y cinco en que se celebrará la función solemne de la iglesia, con el objeto de dar gracias al Todopoderoso e implorar el acierto y felicidad de este Imperio, está creído la citada corporación asistirá su religioso y fiel vecindario a todos los actos, y para que éstos tengan el lustre que corresponde, mando se iluminen las casas de toda la villa por sus respectivos vecinos, las noches del 24, 25 y 26. Y para que llegue a noticia de todos y ninguno alegue ignorancia, ordeno se publique por bando en las cuatro bocacalles de la plaza mayor y se fije en el paraje acostumbrado. Dado en esta villa de León a 17 de noviembre de 1821. Publicado en 18 de dicho mes y año.44 214


ACTA DE INDEPENDENCIA DEL IMPERIO MEXICANO Publicada en la villa de León el 27 de octubre de 1821 Don Pedro Cevallos, Conde de la Presa, Alcalde Primero Constitucional de esta villa y Presidente de su Ilustre Ayuntamiento. Hago saber que el señor intendente jefe político de esta provincia con oficio de veinte del actual, remite al Muy Ilustre Ayuntamiento el soberano decreto siguiente:

La Regencia del Imperio se ha servido dirigirme el decreto que sigue. La Regencia del Imperio, Gobernadora Interina por falta de Emperador, a todos los que las presentes vieren y entendieren, sabed: que la Soberana Junta Provisional Gubernativa ha declarado lo siguiente: la Soberana Junta Provisional Gubernativa del Imperio Mexicano congregada en la capital de él, en 28 de septiembre inmediato anterior, pronunció la siguiente: Acta de Independencia del Imperio. La Nación Mexicana que por trescientos años ni ha tenido voluntad propia, ni libre el uso de la voz, sale hoy de la opresión en que ha vivido. Los heroicos esfuerzos de sus hijos han sido coronados y está consumada la empresa eternamente memorable, que un genio superior a toda admiración y elogio, amor y gloria de su patria, principio en Iguala, prosiguió y llevó a cabo, arrollando obstáculos casi insuperables. Restituida pues esta parte del septentrión al ejercicio de cuantos derechos le concedió el Autor de la naturaleza, y reconocen por inenagenables (sic) y sagrados, las naciones cultas de la Tierra, en libertad de constituirse del modo que más convenga a su felicidad, y con representantes que puedan manifestar su voluntad y sus designios, comienza a hacer uso de tan preciosos dones y declara solemnemente por medio de la Junta Suprema del Imperio, “que es Nación Soberana e Independiente de la antigua España”, con quien en lo sucesivo no mantendrá otra unión que la de una amistad estrecha en los términos que prescriben los tratados; que entablará relaciones amistosas con las demás potencias, ejecutando respecto de ellas, cuantos actos pueden y están en posesión de ejecutarlas otras naciones soberanas; que va a constituirse con arreglo a las bases que en el Plan de Iguala y Tratado de Córdoba, estableció sabiamente el Primer Jefe del Ejército Imperial de las Tres Garantías; y en fin, que sostendrá a todo trance y con el sacrificio de los haberes y vidas de sus individuos (si fuere necesario), esta solemne declaración hecha en la capital del Imperio a veinte y ocho de septiembre de mil ochocientos veinte y uno, Primero de la Independencia Mexicana. Agustín de Iturbide. Antonio Obispo de la Puebla. Juan O’Donojú. Manuel de la Bárcena. Matías Monteagudo. Isidro Yáñez. Lic. Juan Francisco de Azcarate. Juan José Espinosa de los Monteros. José María Fagoaga. José Miguel Guridi y Alcocer. El marqués de Salvatierra. El conde de Casa de Heras Soto. Juan Bautista Lobo. Francisco Manuel Sánchez de Tagle. Antonio de Gama y Córdova. José Manuel Sartorio. Manuel Velázquez de León. Manuel Montes Argüelles. Manuel de la Sota Riva. El marqués de San Juan de Rayas. José Ignacio García Yllueca. José María de Bustamante. José María Cervantes Velasco. Juan Cervantes y Padilla. José Manuel Velázquez de la Cadena. Juan de Horbegoso. Nicolás Campero. El conde de Jala y de Regla. José María de Echeverri y Valdivieso. Manuel Martínez Mancilla. Juan Bautista Razy Guzmán. José María de Jáuregui. José Rafael Suárez Pereda. Anastasio Bustamante. Isidro Ignacio de Icaza. Juan Espinosa de los Monteros, vocal secretario. 215


Tendrálo entendido la regencia, haciéndolo imprimir, publicar y circular. México seis de octubre de mil ochocientos veinte y uno, Primero de la Independencia de este Imperio. Antonio Obispo de la Puebla, presidente. Juan José Espinosa de los Monteros, vocal secretario. José Rafael Suárez Pereda, vocal secretario. A la regencia del Imperio. Por tanto, mandamos que se imprima y publique esta Acta, circulándola a todos los tribunales, jefes, gobernadores y demás autoridades, así civiles como militares y eclesiásticas para que por su parte la publiquen y circulen en todos los lugares y a todas las personas a quienes corresponda. En México a ocho de octubre de mil ochocientos veinte y uno, Primer Año de la Independencia. Agustín de Iturbide, presidente. Manuel de la Bárcena. Isidro Yáñez. Manuel Velázquez de León. A don José Manuel Herrera. Y lo traslado a vuestra señoría para su más puntual y debido cumplimiento. Dios guarde a vuestra señoría muchos años. México diez de octubre de mil ochocientos veinte y uno. José Manuel Herrera. Señor jefe político de Guanajuato. Es copia fiel de su original, lo que certifico. Guanajuato, veinte de octubre de mil ochocientos veinte y uno. Juan José Coronel. Y para que llegue a noticia de todos, mando se publique por bando y se fije en el paraje público acostumbrado. Dado en esta villa de León a 27 de octubre de 1821. Conde de la Presa. Por mandado de su señoría, José Miguel Sánchez, secretario del Ayuntamiento.45

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SD-MLC-COM-C. 3-Exp. 26-1821. SD-MLC-COM-C. 3-Exp. 27-1821. 26 SD-MLC-COM-C. 3-Exps. 30 y 38-1821. 27 SD-MLC-COM-C. 3-Exp. 77-1821. 28 SD-MLC-COM-C. 3-Exps. 49 y 53-1821. 29 SD-MLC-COM-C. 3-Exps. 54 y 57 -1821. 30 SD-MLC-COM-C. 3-Exp. 69-1821. 31 SD-MLC-COM-C. 3-Exp. 68-1821. 32 SD-JTC-BDS-C. 12-Exp. 81-1821. 33 SD-JTC-BDS-C. 12-Exp. 82-1821. 34 SD-IND-COM-C. 20-Exp. 10-1821. 35 SD-IND-COM-C. 20-Exps. 11, 12, 14, 15, 19 y 20-1821. 36 SD-IND-COM-C. 20-Exps. 22 y 23-1821. 37 SD-IND-COM-C. 20-Exp. 27-1821. 38 SD-IND-COM-C. 20-Exp. 3-1821. 39 SD-IND-COM-C. 20-Exp. 33-1821. 40 SD-IND-COM-C. 20-Exps. 34 y 36-1821. 41 SD-JTC-BDS-C. 12-Exp. 84-1821. 42 SD-JTC-DEM-C. 28-EXP. 33-1817 ySD-MLCCOM-C. 3-Exp. 6-1821. 43 SD-IND-COM-C. 20-Exp. 38-1821. 44 JP-JEP-BYR-C. 1-Exp. 7-1821. 45 JP-JEP-BYR-C. 1-Exp. 17-1821.

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Gran Historia de México Ilustrada. México, Tercera reimpresión, Editorial Planeta De Agostini, 2006 -Tomo 5-, 2006, pp. 121-122. 2 SD-MLC-COM-C. 2-Exp. 78-1820. 3 SD-CAB-ACB-C. 1-Exp. 46-1820 4 SD-CAB-ACB-C. 1-Exp. 49-1820. 5 SD-CAB-ACB-C. 1-Exp. 49-1820. 6 Gran Historia, Op. Cit., Tomo 5. Pág. 123. 7 SD-JTC-BDS-C. 12-Exps. 17, 18, 19 y 22-1820. 8 SD-JTC-BDS-C. 12-Exps. 21 y 24, y SDCAB.ACB-C. 1-Exp. 52-1820. 9 SD-CAB-COM-C. 3-Exp. 45-1820. 10 SD-CAB-COM-C. 3-Exp. 46-1820. 11 SD-TIE-HYR-C. 3-Exps. 17, 18, 19-1819 y SDTIE-HYR-C. 4-Exps. 1, 2, 3, 5, 6, 7, 8, 9 y 101819. 12 Gran Historia de… op. cit., p. 125. 13 SD-IND-COM-C. 20-Exp. 7-1821. 14 SD-IND-COM-C. 20-Exp. 8-1821. 15 SD-MLC-COM-C. 3-Exp. 9-1821. 16 SD-MLC-COM-C. 3-Exp. 10-1821. 17 SD-MLC-COM-C. 3-Exp. 12-1821. 18 SD-MLC-COM-C. 3-Exp. 13-1821. 19 SD-MLC-COM-C. 3-Exp. 17-1821. 20 SD-MLC-COM-C. 3-Exp. 19-1821. 21 SD-MLC-COM-C. 3-Exp. 23-1821. 22 SD-MLC-COM-C. 3-Exp. 24-1821. 23 SD-MLC-COM-C. 3-Exp. 25-1821.

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