Índice ► Una invitación al camino de las flores, por Bárbara Pepe ●
Decálogo de virtudes del Ikebana……………………………………………….07
► Historia del Ikebana, por Ariadna Lasser ● ● ● ● ● ● ● ●
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Orígenes: Shintoísmo y Budismo……………………………………………….11 El Tatehana..…………………………………………………………………….12 El Tokonoma …………………………………………………………………... 13 El primer estilo: Rikka ………………………………………………………….14 Nageire y Chabana ………………………………………..…………………….15 Seika o Shoka ……………………………………………...……………………16 Moribana e Ikebana moderno ……………………………………………….….17 Más allá de las fronteras de Japón:Ikebana hoy ………………………………..18
► Escuelas de Ikebana, por Patricia Moro ●
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Conclusiones …………………………………………………………………....28
►Elementos utilizados en el Ikebana, por Luciana Valenzuela López
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►Reflexiones acerca del Ikebana de Michitarō Tada, por Ariadna Lasser y Bárbara Pepe
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►Entrevista con Leticia Tanoue, presidenta de la escuela Ohara de Ikebana en la Argentina, por Leonardo Ramiro Bustos 39 ► Técnicas de Ikebana, por Bárbara Pepe
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► Ikebana en las artes visuales japonesas, por Ariadna Lasser
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► Glosario, por Ariadna Lasser
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Una invitación al camino de las flores por Bárbara Pepe
Una invitación al camino de las flores Ikebana puede traducirse simplemente como arreglo floral o el arte de realizar un arreglo con flores. Sin embargo, teniendo en cuenta los kanji que componen la palabra en japonés, es posible también llegar a la expresión “dar vida a las flores”. Existe además otra forma de nombrar este arte: kadô, el camino de las flores. Como en el caso de otras artes provenientes de Japón, como karate dô, shodô (caligrafía), chadô (ceremonia del té), el dô final es lo que da el significado común de “camino”. Pero ¿a qué se refiere? No resulta para nada difícil encontrarnos con descripciones místicas de estas artes, autores y especialistas que no hacen más que recalcarnos las infinitas diferencias que existen entre nuestra cultura y la japonesa, y cómo la mente japonesa es capaz de comprender el verdadero significado de estos caminos, mientras que para les occidentales no queda más opción que conformarse con rascar la superficie de los conocimientos básicos sobre el tema. Uno de los primeros libros publicados en occidente sobre Ikebana, y que aún hoy en día sigue teniendo gran difusión, es El camino de las flores, escrito por la alemana Gustie L. Herrigel, quien acompañó a su marido en sus años como docente en una universidad japonesa, y estudió Ikebana durante su estadía. El libro describe su experiencia en el aprendizaje del arte del arreglo floral japonés, y está cargado de misticismo y expresiones que resultan algo difíciles de asimilar. Gustie comienza, además, confesando que sus notas de aquellos años se perdieron, y que el libro se basa puramente en lo que puede recordar. Se trata de un texto breve, con algunos pasajes que llegan a volverse casi incomprensibles, ya sea por la extrema abstracción de la autora o por problemas de traducción.
En sus propias palabras: “He tratado de dar una idea del espíritu que rige la decoración floral japonesa, de expresar en palabras simples y claras cuanto de misterioso y de esencialmente inexpresable hay en este arte". Así, Gustie cumple su objetivo al pie de la letra, ya que su libro nos deja más preguntas que respuestas y puede darnos la impresión de que siquiera ingresar al universo del Ikebana es adentrarse en un laberinto imposible de franquear. Entre los detalles que Gustie decide compartir con sus lectores, se encuentra un decálogo de virtudes atribuidas al maestro del Ikebana, que se presenta como perteneciente a una antigua tradición, aunque sin dar mayores precisiones, y detalla puntos algo inconexos y cuasi indescifrables. En su lista aparecen expresiones como: “Lleva nada en el corazón. Ella lo es todo”, lo que nos deja preguntándonos: ¿de quién habla?, ¿qué es lo que lleva nada?, ¿qué es la nada?, ¿quién es “ella”?, ¿qué es todo?. Podríamos considerar que el decálogo anteriormente mencionado proviene de una traducción un poco accidentada del libro Rikka-Imayo-Sugata de 1688, que es el primero en utilizar el término kadô para hablar del arte del arreglo floral. Ya que se trata de un libro evidentemente muy antiguo, las traducciones lineales son dificultosas, y Gustie estaba lejos de ser una experta en el idioma japonés. Además, la autora nos advierte que es necesario vivir al menos unos años en Japón para comprender el modo de vida y de pensamiento nippon, y menciona y la siempre tan mentada relación especial que tienen les japoneses con la naturaleza. En este sentido, su críptico libro no hace más que reforzar algunos estereotipos culturales que hoy en día no deberíamos dejar de cuestionar.
Es posible encontrar numerosos libros y artículos como el de Gustie Herrigel, incluso hoy en día. Presentaciones del Ikebana como si se tratara de un concepto extremadamente elevado que solo unes poques iluminades capaces de adquirir una especie de “japonesidad” pueden comprender cabalmente. El Ikebana es un arte en constante evolución, con diversas escuelas, algunas muy antiguas y otras en pleno desarrollo en la actualidad. Los conocimientos sobre las técnicas y principios estéticos que caracterizan a cada una de estas escuelas pueden ser transmitidos, aprendidos, estudiados y aplicados. El contacto con las flores, la contemplación, la repetición de un ritual, la comprensión de sus raíces espirituales, debieran ser invitaciones abiertas a la exploración y no presentarse como un intrincado universo imposible de abarcar para la “mente occidental”.
En este número presentamos un abordaje del Ikebana desde una perspectiva abierta y comprensiva, creyendo que no solo no es necesario ser japonés, ni vivir en Japón, para poder emprender y disfrutar el camino de las flores, sino que es posible hacerlo en cualquier parte del mundo donde haya alguien dispuesto transmitir las numerosas enseñanzas de este arte y, por sobre todo, alguien dispuesto a aprender. El kadô, como ya hemos mencionado, es un camino, un aprendizaje constante que permite siempre seguir avanzando y redescubriendo, y como, después de todo, los caminos comienzan poniéndonos en marcha: ¡te invitamos a dar los primeros pasos!
A continuación presentamos una versión adaptada del decálogo anteriormente mencionado, basada en la reinterpretación actualizada de Shoso Shimbo, maestro de Ikebana de la escuela Sôgetsu.
DECÁLOGO DE VIRTUDES DEL IKEBANA 1. No discriminación. La naturaleza no discrimina, ni tampoco debería hacerlo el practicante de Ikebana. Al contemplar la capacidad de la naturaleza para existir, aprendemos a interactuar con todas las personas y con todas las cosas por igual. Históricamente, el Ikebana brindó a los artistas de clase baja la oportunidad de mezclarse con los aristócratas e incluso con los emperadores. Enseñar Ikebana en una sociedad multicultural como Australia me brinda oportunidades maravillosas para conocer gente de muchos orígenes culturales. 2. Mente desinteresada. Cuando nos enfrentamos a las flores, estamos libres de cualquier preocupación y podemos aclarar nuestras mentes. El primer objetivo de la meditación Zen es lograr una mente tan clara, libre del yo parloteante. Este primer paso es a menudo el más difícil para cualquier estudiante de meditación. Pero con la ayuda de los elementos naturales en sus arreglos, muchos estudiantes de Ikebana pueden llegar a experimentar este estado de ánimo casi sin darse cuenta. 3. Hacer amigos sin palabras. Frente a las flores, sentimos una alegría más allá de las palabras. Cuando compartimos esta alegría con otras personas, podemos formar un vínculo que trasciende el lenguaje. A través de nuestros arreglos podemos comunicarnos a un nivel más profundo con las personas sin importar el idioma que hablen.
4. Aprender de las plantas. El Ikebana nos ayuda a aprender sobre muchos tipos de flores y árboles con muy poco esfuerzo. Aprendemos sus nombres y nos sintonizamos con la naturaleza de cada planta y su ciclo. En particular, aprendemos cuán corta es la vida de una flor. Esto puede llevarnos a reflexionar sobre nuestra vida. Apreciar los ciclos de la nos puede ayudar a apreciar la fugacidad de la vida en general y aceptar nuestro lugar en el universo. 5. Gánate el respeto. A través de la contemplación, el respeto por la naturaleza, la no discriminación y el trabajo hacia una mente desinteresada, el Ikebana nos ayuda a desarrollar nuestro mejor carácter. 6. Perfumes todo el tiempo. Siempre podemos estar rodeados por los agradables aromas de las flores. Los aromas realmente afectan nuestro estado de ánimo y sentimientos. Cuando nos sentimos un poco deprimidos, el aroma de las flores puede animarnos. Los artistas de Ikebana saben qué flores funcionan mejor para elles y su familia y amigos. 7. Apartarse de los pensamientos dañinos. La práctica repetida del Ikebana puede ayudar a mantener nuestra mente en calma, la dedicación completa al momento de la realización del arreglo, desde la elección de los elementos hasta los toques finales se transforman en una forma de meditación que nos permite disipar los pensamientos negativos.
8. Mente tranquila. A medida que adquirimos la mente en paz a través de Ikebana, podemos nutrirnos y vivir más. Obviamente, el autor del texto en el siglo XVII tenía la intención de promover Ikebana y supo vender su producto diciendo: ¡esto te hace vivir más! Es cierto que las estadísticas muestran que incluso hoy en día los profesores de Ikebana son uno de los grupos de ocupación que viven más tiempo en Japón, un país con algunas de las personas más viejas del mundo. Quizás sea imposible saber si practicar Ikebana nos hará vivir más, pero quizás nos brinde herramientas para vivir mejor. 9. Mente agraciada. La práctica del Ikebana puede ayudarnos a lograr mantener una mente más tranquila desde la mañana hasta la noche, podemos desarrollar una comprensión mayor y una unión espiritual con el mundo natural.. 10. Cerca de lo Divino. Cada vez tenemos más experiencias divinas en las que nos sentimos cercanos a Buda, a los Dioses o al Espíritu Divino, La Naturaleza o El Universo, dependiendo de nuestra filosofía personal. El fortalecimiento de los lazos con lo Divino fue probablemente el valor más importante en el siglo XVII, aunque parece muy difícil de lograr en nuestros días. Sin embargo todes podríamos beneficiarnos de tener experiencias más profundas y significativas en nuestras vidas. El Ikebana es una forma de ayudarnos entrar en contacto con los elementos de la naturaleza y potencialmente conocernos mejor a nosotres mismes y al universo que nos rodea.
Historia del Ikebana por Ariadna Lasser
Orígenes: shintoísmo y budismo ●
Shintoísmo
La práctica de colocar yorishiro, objetos en los que pueden habitar los kami, como bienvenida a los dioses. Se suelen emplear plantas perennes por su asociación con la eternidad, pero también se utilizan flores o maderas muertas. Los yorishiro se erigen verticalmente hacia el cielo, de donde descienden los kami. El shin, la rama principal de un arreglo de tatehana, del que hablaremos más adelante, se coloca verticalmente y suele ser una rama de hoja perenne, por lo que se puede decir que el shin deriva del yorishiro.
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Budismo
El kuge es un arreglo floral presentado a una estatua budista como ofrenda. El budismo llegó a Japón desde el continente a mediados del siglo VI, y es de suponer que las kuge entraron en Japón al mismo tiempo. Como el loto es un símbolo del universo en el budismo, es probable que esta flor se utilizara con frecuencia en el budismo primitivo. Dado que los kuge son ofrendas ornamentales a las imágenes budistas, su carácter es fundamentalmente diferente al de los yorishiro, que son objetos en cuyo interior reside temporalmente un kami.
El Tatehana Con el paso de los siglos estas ofrendas florales budistas adquirieron una forma bastante elaborada. El deseo y el esfuerzo por perfeccionar el formato hicieron que el kuge pasara de ser una ofrenda religiosa a un arte decorativo, lo que, más tarde, acabó dando lugar a la categoría de tatehana (たて花), "flor de pie". Los materiales florales se disponían para que se mantuvieran erguidos como en la naturaleza.
Tatehana. Chujoko-Kadensho, 1552. Museo Gotoh, Tokyo.
Desde el final del periodo Heian hasta el periodo Kamakura, un largo tablero apoyado en la pared comenzó a aparecer como elemento decorativo en las residencias de la nobleza de la corte y de los guerreros de alto rango. Sobre este tablero se situaban tres mesas bajas, en las que se colocaban entre tres y cinco accesorios. La mesa central albergaba un candelabro, un incensario, un porta-incienso y un florero de flores, y las dos mesas laterales albergaban arreglos florales. Estos espacios fueron los precursores del tokonoma.
El Tokonoma En los siglos XIV y XV, el Ikebana, la ceremonia del té, la caligrafía, la composición de poesía, etc., eran una parte vital del bun bu, el entrenamiento de los samurái. El ikebana ocupaba un lugar importante en el estudio de las leyes de la naturaleza, la belleza y el valor de la vida.
A medida que los señores feudales ganaban hegemonía, deseaban mostrar su riqueza y poder. El primer tokonoma se construyó, sin duda, para exhibir armaduras, pero una vez establecida la unificación de la nación y llegados los tiempos de paz, fueron los objetos de arte, más que las armaduras, los que se exhibieron en el tokonoma.
El tokonoma se considera una característica importante del estilo shoin zukuri, uno de los dos grandes estilos de la arquitectura residencial japonesa premoderna. Era costumbre decorar el tokonoma con un grupo de objetos: a menudo un pergamino colgante, decorado con una pintura o caligrafía, y un arreglo floral. En un estante contiguo se solía colocar un objeto de arte preciado de algún tipo. Los objetos, incluidos los arreglos florales, se cambiaban periódicamente para reflejar la estación del año.
El primer estilo: Rikka Hacia 1460, un nuevo tipo de arreglo fue introducido por Ikenobô Senkei, uno de los más importantes maestros de Ikebana de su época. El concepto principal de este estilo es el nanatsu dōgu, “las siete ramas”: el shin, el shoshin, el soe, el mikoshi, el nagashi, el hikae y el maeoki. Estos son los principales componentes de este nuevo estilo, rikka (立花), y su existencia transformó el tatehana en rikka. Las primeras decoraciones florales budistas pretendían simbolizar la belleza idealizada del paraíso, y por ello eran generalmente ornamentadas y suntuosas. Los mismos atributos se conservaron en el rikka, cuyo objetivo no era tanto revelar la belleza de las flores, sino utilizarlas para encarnar un concepto elevado del cosmos. Un arreglo de rikka siempre tiene la intención de lograr algo que trascienda el mundo natural. La colocación habitual del altar budista era una tríada con un Buda en el centro y un asistente más pequeño a cada lado. Cuando rikka tomó forma, mantuvo la disposición de tres floreros, rememorando el grupo budista de tres imágenes. Al pasar de los altares budistas a las residencias, estos ramos de flores en posición vertical fueron aumentando de tamaño y los materiales florales adquirieron una forma asimétrica. La asimetría, un aspecto de diseño fundamental en la estética japonesa, se basa en la naturaleza.
Nageire y Chabana Sen-no Rikyû (siglo XVI), una de las figuras más importante de la historia del chadô, desarrolló una ceremonia del té relacionada con la estética wabi, que se celebraba en una pequeña cabaña rústica con una decoración muy limitada y sencilla. Además, como notable arreglista de flores, Rikyû a veces creaba un arreglo para la ceremonia del té que no consistía en más de una flor. Estos arreglos se conocían como chabana (茶花), y su simplicidad representaba la antítesis completa del estilo rikka. El chabana se desarrolló a partir de una clase general de Ikebana conocida como nageire (抛入), que comprende todos los arreglos florales que no son de estilo rikka. Al principio, probablemente no significaba un estilo concreto, sino más bien la ausencia de estilo, una forma espontánea de componer una decoración floral. Las flores no se erguían por medios artificiales, sino que se dejaban reposar en el florero de forma natural. En el nageire se enfatizaba la belleza natural de las flores, y el arreglista buscaba lograr el efecto de las flores que crecían silvestres en un bosque o campo. El estilo rikka se asocia con las formas más tradicionales del budismo, mientras que el estilo nageire se asocia con el Zen, ya que los arreglos rikka surgieron de un intento filosófico de concebir un universo organizado, mientras que los arreglos nageire representan un intento de lograr la unidad inmediata con el universo. Un estilo es conceptual e idealista, el otro instintivo y naturalista. Aunque la categoría nageire tiene el mismo enfoque técnico que el chabana, es muy diferente en cuanto a concepto. Una regla básica en un arreglo de chabana es que las flores y otros materiales vegetales deben colocarse en el florero de la forma más natural posible, sin artificios. Esto significa que deben evitarse las técnicas de Ikebana (doblado, moldeado, etc.). Las plantas sencillas de temporada pero no muy comunes son las más apropiadas para el chabana, y la habilidad del arreglista es secundaria, y el florero, como objeto de arte, tiene prioridad.
Seika o Shoka Hacia principios del siglo XVIII apareció un nuevo tipo de arreglo floral llamado seika (生花). Mishōsai Ippo, que fundó la Escuela Mishō en Osaka hacia 1804, es la figura seminal de la teoría de la forma seika. Su obra más importante es el Ikebana hyakuren publicado en 1816. En esta obra, Ippo insistía en que los símbolos del cielo y la tierra son un círculo y un cuadrado, y fundamentaba esta afirmación citando la teoría del cielo-redonda-tierra-cuadrado de la antigua China. Ippo amplió esta idea superponiendo un círculo sobre un cuadrado para crear un triángulo llamado uroko gata. A continuación, asignó a cada punto las tres ramas principales del estilo seika, ten (cielo), chi (tierra) y jin (hombre). Este conjunto de los tres es el sansai o tres poderes. Así, el seika presenta el universo a través de la visión confuciana del mundo, al igual que el rikka lo presentaba a través de la visión budista del mundo. El seika surgió conservando algunos de los principios del rikka, pero de forma mucho más simplificada. En el estilo seika, los materiales vivos de ramas, hierbas y flores se disponían para crear líneas, planos y masas en un espacio determinado, con divisiones que incluían el "espacio vacío activo". En el estilo seika se conservaron tres de las siete ramas originales de la disposición rikka, shin, soe y uke. Se mantuvo gran parte de la simplicidad del estilo nageire, y sólo se utilizó una variedad limitada de plantas. La disposición típica de seika era mucho más pequeña que la de rikka, por lo que era adecuada para su uso en un tokonoma ordinario. Al mismo tiempo, el estilo seika era más formal que el nageire, no sólo porque la posición general de las tres ramas principales era fija, sino también porque éstas se acomodaban para que pareciera que el arreglo surgía de un solo tallo.
Moribana e Ikebana moderno En cierto sentido, la occidentalización que se dio en el Japón moderno reforzó el Ikebana tradicional, ya que después de 1888 se adoptó el arreglo floral como parte del plan de estudios estándar para las niñas en el sistema de educación pública de inspiración occidental. En 1907, el maestro floral Unshin Ohara exhibía Ikebana en el que utilizaba flores de origen occidental. Ohara era miembro de la Escuela Ikenobo en ese momento, pero luego se separó y creó la Escuela Ohara. Ohara creó el estilo que presentaba recipientes poco profundos y la colocación libre de las ramas, que llegó a conocerse como moribana. Con un enfoque mucho más libre que el estilo seika, el moribana se convirtió rápidamente en el estilo más popular de todos.
Desde el periodo Showa, el estilo moribana ha dado lugar a formas aún más libres e imaginativas, como el Jiyu-ka ("flores libres") y el Zen'ei-ka ("flores de vanguardia") o estilo abstracto, que incorpora metales y otros materiales artificiales. Aparte de estar obligados a incluir un material natural -vivo o seco- en sus arreglos, los arreglistas abstractos no están limitados por las reglas.
Más allá de las fronteras de Japón: Ikebana hoy Hoy en día, la práctica del Ikebana ha trascendido las fronteras nacionales de Japón y se ha convertido en un arte apreciado en todo el mundo. La posibilidad de trabajar con flores autóctonas de otros países y de utilizar materiales no convencionales ha permitido que más personas se puedan acercar al Ikebana. Si bien es cierto que el kadō puede haber ganado popularidad fuera de Japón gracias al auge de corrientes orientalistas que "descubren" e importan prácticas del denominado “Oriente”, que venden como "milenarias" y "espirituales", la posibilidad de detener nuestras rutinas diarias para dedicarnos a seleccionar y preparar los elementos con los que vamos a trabajar, manipular "fragmentos" de la naturaleza para recrear y expresar las corrientes profundas que nos atraviesan, y compartir nuestras creaciones con otres, hacen del Ikebana un arte que no deja de atraer a más y más personas. En un contexto en el que nos encontramos cada vez más separados de nuestro ambiente (pero también cada vez más conscientes acerca de la importancia de nuestro entorno natural), el Ikebana es una oportunidad para crear pequeños mundos efímeros a partir de lo que los ciclos de la naturaleza tienen para ofrecernos.
Escuelas de Ikebana por Patricia Moro
Escuelas de Ikebana Introducción: Hoy en día existen muchas escuelas de Ikebana, aunque las que siguen vigentes sean menores en proporción a las más renombradas y reconocidas. La más conocida está la escuela Ikenobo, en base a la entrevista con Leticia puse a Ohara en segundo lugar. Posteriormente las escuelas son en orden arbitrario, para aquellos que quieran aprende de la historia y la estructura con ejemplos visuales de los arreglos florales. No hice una mención detallada de las características que diferencian entre cada arreglo floral, ya que son diversas, hago menciones de algunas improntas personales mencionados con el término Enshu o ryu, un ejemplo fotográfico es el que aparece en la escuela Chiko y otro ejemplo audiovisual cuando presente la escuela Enshu. Escuelas que aquí mencionaremos: Ikenobo, Ohara, Sōgetsu, Koryū, Misho-ryū, Enshu, Chiko, Wafu, Ichiyo, Ryusei-Ha. Según su impronta personal, o teniendo en cuenta las característica de la prefectura, existen estas escuelas: Aratame, Sōgen-ryū, Nihonbashi Enshū-ryū, Shin Enshū-ryū, Ango Enshū-ryū, Miyako Enshū-ryū, Seifu Enshū-ryū, Asakusa Enshū-ryū, Higashiyama-Ryu, No-ryū, Enshiu-ryū, Seizan-ryū, Misho-ryū,Ir-ryū Saga, Shōgetsudo Ko-ryū; Ryu-Ko; Senzan-ryū, Higashiyama-Ko-Sei-ryū, Ryu-Higashiyama, Soami-ryū, Murakumo-ryū, Toko-ryū, Shikishima-ryū, Donin-ryū, Banmi Shofu ryū, Ko-Shin-ryū, Sekishu-ryū, Jikei-ryū, Tōgen-ryū, Gengi-ryū, Mishō-ryū, Sei-ryū, Shōko-ryū,Kozan-Ryu, Saga-Goryu, Shinpa Seizan Nihonbashi Enshu, Shin Enshu, Ango Enshu, Miyako Enshu, Seifu Enshu, Asakusa Enshu.
Escuela Ikenobo Fue fundada por el sacerdote Ikenobo Senkei en el siglo XV (año 1462). También existe la versión según la cual había monjes que vivían en una humilde choza (bo) en las cercanías de un estanque (ike), siendo el no la partícula que une ambas palabras, y estos monjes observaban a los fieles que acudían a los templos con ramos y ofrendas florales de diferentes tipos. Los motivos de estas ofrendas podían ser diversos, como pedidos por la salud, por una buena cosecha, etc.
(Fumihiro Nakamura en Argentina, 2010) Fundación Cultural Argentino Japonesa. Presidente de la Sociedad Ikenobo de Arte Ikebana – Filial Argentina
En el siglo XVIII, los diseños que se utilizaban en esta escuela eran sobrios y simples, y la conformación era de tres ramas principales: shin (cielo), la rama principal, soe (hombre) y, sobresaliendo de la rama principal, hikae (tierra). El conjunto de las tres ramas representa la unidad de los cambios constantes de la vida. En la actualidad la escuela, que tiene su sede central en la ciudad de Kyoto, es dirigida por el 45º Gran Maestro Sensei Ikenobo y cuenta con 90 filiales en todo el mundo.
El arreglo rikka shimputai, introducido por el presidente de Ikenobo en 1999, es una forma más libre del rikka shofutai (compuesto por siete o nueve yakueda, ramas principales).
Shoka Shinputai fue introducido por el presidente de Ikenobo en 1977, adecuado para tiempos contemporáneos, y es una forma más libre de shoka shofutai, un estilo establecido durante el período Meiji de tres ramas principales.
Escuela Ohara Fue fundada en 1912 por Ohara Unshin, que introdujo su propio estilo llamado moribana. En un comienzo, Ohara deseaba ser escultor, pero finalmente se dedicó al Ikebana. Empezó estudiando en la escuela Ikenobo, pero le pareció que su estilo era demasiado rígido. Por eso, decidió crear una escuela propia en la que se podían utilizar materiales extranjeros, que le permitían una mayor libertad de expresión. A lo largo del siglo XX, esta escuela ha cosechado más éxito que las antiguas escuelas.
La Escuela Ohara incorporó los rinpa, nanga y bunjinga, pinturas japonesas que aparecen de fondo a la hora de realizar una demostración.
Escuela Sôgetsu Creada en 1927 por Sōfū Teshigahara, cuya intención era modificar e ir más allá de los estilos clásicos de Ikebana. En esta escuela, y con la introducción del Zen’ei Ikebana, los artistas contaban con mayores libertades al poder utilizar materiales como plástico, yeso o acero en sus creaciones.
Escuela Ko-ryû Se creó en el periodo Tokugawa (1603-1868), este estilo tiene una alta influencia del Ikebono. Tenía una gran espontaneidad estilística. El estilo era conocido como Nageire. La influencia de Ikenobo fue fundada en 1900 por Tsunoda Mansaku, con la clara influencia del estilo ikebono es la que se conoce en la actualidad. Se especializa en el estilo nageire y está particularmente preocupada por las reglas y formas geométricas de los diferentes arreglos. El lema de esta escuela es: “Ikebana es el reflejo espiritual de uno mismo”.
Escuela Misho-ryû Fue fundada a principios del año 1800 por Ippo Mishou-sai. La palabra misho quiere expresar la existencia anterior a la vida que plantea la disciplina de la meditación Zen. Para el Primer Gran Maestro Ippo Mishou-sai, esa fuente anterior a la existencia era el universo o cosmos, y reflexionó, tomando elementos de la filosofía china (kyojitsu tobun), acerca de las ideas del cielo y de la tierra, del Ying y del Yang, de la vida y la muerte, para intentar reflejar en el Ikebana la esencia del universo. A partir de
Eiko kishi de la escuela Misho-Ryû
estos conceptos, estableció la forma definitiva de su estilo en las tres ideas del cielo, la tierra y el hombre. Ippo Mishou-sai desarrolló y consolidó la teoría del kadô. La Escuela Misho busca, por medio del Ikebana, encontrar el camino del propio entendimiento espiritual, aspirando a la liberación de todo aquello que perturbe al alma para llegar a la consecución de la verdad.
Escuela Enshû La escuela Enshû, fundada por Kobori Enshû, se originó independientemente de la escuela Enshû de sadô, y fue especialmente popular durante el periodo Edo medio y tardío. En comparación con el estilo nageirebana o tachibana que existían en la época, la característica del arreglo floral de esta escuela era su forma basada en el arte y la creatividad del creador, quien añadía una curva única a las flores y ramas. Demostración de esta escuela en la actualidad https://youtu.be/vOF879eMgOA
Escuela Chiko En 1927 Kao Naruse es el fundador de la escuela. En la actualidad, el estilo más utilizado en la Escuela Chiko es el Ikebana-morimono. Otros clásicos estilos de esta escuela son kakubana (flores especiales para cada momento) y nageire. El nageire es un arreglo floral es espontáneo y fresco, con los clásicos principios triangulares (mostrados en las siguientes imágenes). Cabe mencionar que el Chabana es considerada como otra forma de Nageirebana, ya que los principios son casuales estilos en tanto similares entre ellos.
Nageirebana o Nageire, son un estilo de ikebana que también conocida como Heika, por ejemplo, con el envase característico de Heika, vemos el Nageire de Banmin shofu-ryu.
Escuela Wafu Fundada en 1896 por Wafu Teshigahara. El cual enfatiza la belleza natural en el estado más natural, así como a armonía entre las flores y el contenedor o recipiente, y por supuesto con el medio ambiente que se encontraba. En un caso individual “El arreglo con las flores que te gusta, en el recipiente que te guste”(James Lord abril 19, 2015).
Escuela Ichiyo Fue fundada en 1937. La característica de la escuela Ichiyo es una animada interpretación personal, donde la imaginación es considerada como parte esencial para crear diseños como materiales y recipientes. “Si la flor está siendo arreglada con una verdadera satisfacción, eso va a ser un reflejo de uno mismo” (cita de escuela Ichiyo)
Escuela Ryusei-Ha
Fue fundada en 1886 por Kaun Yoshimura, en un contexto en el que la vida cultural estaba cambiando por la influencia de Occidente en Japón.
Conclusiones En conclusión, la búsqueda de la gran parte de las escuelas y los estilos personales, he podido adentrarme en saberes propios de la historia y la cultura que lo rodean. Los saberes pueden profundizar, centrarse en aquellos por cualquier curiosidad quieren informarse. El Ikebana de hoy en día, se adecua a los principiantes haciendo interpretaciones que se puede ir aprendiendo gradualmente, dependiendo del interés puede ir acelerando progresivamente a lo tradicional japonés o a la particularidad de cada individuo que lo produzca. Muchas de las escuelas mantienen los mismos principios tradiciones, pero cuando la individualidad de las personas se destaca demasiado aparecen las improntas personales generando sus propios arreglos, como resultado destacó que la cierta conexión con los ikebanas que aprenden cada persona es lo que atrae y diferencia de otras escuelas y siguen la vigencia de las escuelas originales. Las escuelas mantienen las tradiciones principales y conviven con las improntas que quieran hacer sus individuos de las clases, de ser de forma distinta no lograría durar tanto. Voy a hacer una conclusión de las escuelas para que se pueden comprender, simplificando con las características en lugar de la historia: Ikenobo, caracterizado por ser el origen de los arreglos florales Ikebana, como se empieza en el templo de Kyoto lo enseñaban los sacerdotes, hoy en día son los profesores o profesionales que enseñan a los ayudantes.
Ohara dar atención a las estaciones del año y el proceso natural del crecimiento y la belleza de un paisaje. En conclusión, la observación de la naturaleza es fundamental. Sogetsu filosofía Sogetsu se basan en que las plantas son perfectas tal y como las produce la naturaleza, con un poco de ayuda se convierten en espectaculares. La característica es el que es un Ikebana abierto a todo el mundo. Chiko en la base se agrega arena fina para producir la sensación de profundidad terminando en un armonioso conjunto, minimalista y con materiales reducidos. Ichiyo, es una escuela que se aprende gradualmente tiene cinco niveles metodológicos cuyo fin es equilibrar los materiales, sin usar una sujeción material para soportar la estructura.
Elementos utilizados en el Ikebana por Luciana Valenzuela López
Elementos utilizados en el Ikebana El equipamiento usado en el Ikebana se basa en cuatro elementos
1 2 3 4
Hasami
Kabin
Utsuwa
Kenzan
Hasami Son tijeras utilizadas principalmente para cortar las flores y sus tallos hasta que posean la longitud deseada. Suelen estar hechas de acero, material que permite cortar con más facilidad.
Tsuru-te
Warabi-te
Existen dos tipos principales de hasami: koryu e ikenobo Las tijeras koryu, también llamadas tsuru-te, tienen las asas circulares. Las tijeras ikenobo, o warabi-te, tienen una forma redondeada, pero sin llegar a formar un círculo. La forma en la que se cortan los tallos de la flor depende del tipo de planta y del arreglo que se quiera hacer.
Elección del recipiente apropiado En principio, cualquier cosa puede servir como un recipiente. Tradicionalmente se ha usado bronce y floreros de cerámica, objetos laqueados, secciones de bambú y calabazas secas. Sin embargo, el recipiente no sólo sirve para poner los materiales, también se considera como parte integral del arreglo floral.
Kabin Se trata de un jarrón alto utilizado principalmente en los arreglos heika. Las flores son aseguradas por dentro en tres lugares distintos.
Utsuwa Es un tipo de recipientes más bajo y con menos profundidad, que es principalmente utilizado para el moribana, y en su interior se usa un kenzan para asegurar las flores y sus tallos.
Los tipos de jarrones y recipientes varían según el tipo de arreglo, y hay gran variedad de tamaños, colores y formas, incluyendo recipientes transparentes de cristal. Los tipos de recipiente más comunes son Suiban, Nageire y Shoka.
Kenzan Es un soporte con palos puntiagudos de aproximadamente un centímetro, utilizado para mantener las flores en su lugar.
Cuando se usa un kenzan, las ramas gruesas se cortan en diagonal. Las flores y otros materiales de tallo blando es mejor cortarlas horizontalmente, insertarlas en las agujas en posición vertical y luego inclinarlas hacia delante o hacia atrás con el ángulo deseado. Para los arreglos en un florero alto, se emplea el método de colocación por dobladura (oridome). Los tallos se apoyan en la boca del recipiente, la parte doblada del tallo se coloca contra la superficie interior, y la base del tallo se puede extender hasta el fondo del florero.
Hay varios tipos de kenzan en cuanto a tamaños y formas, incluyendo circulares, rectangulares, o “Sol y luna”, este último compuesto de dos piezas que, al unirse, se convierten en un kenzan más grande, aunque las piezas también pueden ser usadas por separado.
Reflexiones acerca del Ikebana de Michitarō Tada por Ariadna Lasser y Bárbara Pepe
Reflexiones acerca del Ikebana de Michitarō Tada Michitaro Tada fue un pionero de los estudios culturales en su país, nació en 1924 en Kioto, Japón, y murió en 2007. Se graduó en la Universidad de Kioto en 1949, especializándose en literatura francesa. Pronto ingresó en el Instituto para Estudios Humanísticos. Tada se destacó por sus lúcidos tratados sobre el pensamiento francés y también por el aporte de nuevas perspectivas sobre las artes tradicionales japonesas, en especial la poesía clásica haiku. Estudió la cultura popular con el rigor de un académico: entre otros tópicos ha analizado la estética de la comida, las canciones populares, la moda, el chisme y los gestos. Como ningún otro intelectual de su generación, Tada provocó una nueva visión de la identidad japonesa. Presentamos algunas citas de su libro Gestualidad Japonesa que hablan sobre el arte del ikebana. “Una de las características de los gestos japoneses es que, en la cultura japonesa, los gestos y los movimientos son casi invisibles, es decir son parsimoniosos o controlados. En lugar de gestos llamativos tenemos el Ikebana. El Ikebana es la transmutación de los gestos de los japoneses”. “Cuando miramos el arreglo floral en el tokonoma, vemos en él los sutiles gestos de la mujer que lo creó. El arreglo expresa los gestos que ella no puede realizar abiertamente. Podríamos decir que “leemos” su gestos en el Ikebana”. “A los occidentales les encanta poner flores en un florero, así también a las mujeres occidentales les encanta que su belleza sea comparada con la de las flores, pero las occidentales nunca hacen lo que hacen las japonesas: cortar una rama del ciruelo y doblarla, y aunque sea casi imposible doblar la rama de un árbol lo logran, porque ponen la total expresión de sus sentimientos en esa acción. El gesto de la rama del ciruelo un poco doblada refleja sus propios corazones”. “Los japoneses pensamos que hacer alarde de la propia belleza es un acto incorrecto o vulgar, es una exposición de puro ego. Por el contrario, al tomar la rama del ciruelo con la que compararnos o representar nuestra persona, podemos observarnos a nosotros mismos en la rama, considerarnos representados según nuestra propia visión, aplicando nuestras habilidades manuales para darle a esta representación una forma diferente”.
“En nuestro país, el Ikebana es más que meramente hermoso. Una mujer se puede comunicar con su marido doblando las ramas del ciruelo para demostrarle su amor que se inclina de manera delicada. Su marido está junto a ella pero no le dirige una mirada directa, sino que contempla las ramas del árbol en el tokonoma y lee allí las ideas y los pensamientos y los sentimientos de su esposa. El Ikebana es una costumbre que perdura, cuya función es aliviar y enmendar las dificultades de la comunicación hogareña. Además, a través de las formas del Ikebana se da forma, a su vez, a los propios pensamientos y sentimientos, traspuestos allí”. “En mi opinión, el Ikebana conecta a una persona con otra. Demos un paso hacia atrás un momento para tener una perspectiva más amplia de las mujeres y la comunicación, ya que por lo general los arreglos florales Ikebana son creados por mujeres. Desde la antigüedad se sostuvo la idea de que era mejor que las mujeres no hablaran. Esa existencia silenciosa, sin embargo, contribuyó al desarrollo de un fuerte medio de conexión entre las personas, cuando la mujer se dedicó al Ikebana. Al establecer la conexión entre el individuo y el anfitrión, la presencia silenciosa de la mujer se convierte en algo que puede expresar cosas más significativas”. “El Ikebana es la naturaleza artificial o hecha por el hombre, es decir, “sociabilizada” (...) El Ikebana, además, es shizen (naturaleza) en tanto primero es creado y luego, cuando deja las manos de la persona que lo creó, es shizen otra vez, y nos contempla desde el nicho donde se exhibe. Ante (y mediante) este Ikebana - a modo de “almohadón”- el anfitrión y el invitado se dan cuenta por primera vez que están comunicando sus sentimientos mutuos”. “La sabiduría del Ikebana es que su forma se puede alterar con relativa facilidad, uno cambia la forma en la que dobla las ramas de acuerdo con lo que siente en este momento. La forma definitiva se decide al final, observando el arreglo desde todas las perspectivas”.
Las expresiones de Tada son en muchos casos osadas generalizaciones, no solo sobre les japoneses sino también sobre les occidentales, sobre todo respecto de las mujeres. A pesar de considerar que las generalizaciones siempre son como mínimo polémicas, es posible ver en sus palabras la importancia del Ikebana no solo como arte sino como forma de comunicación y sociabilización.
Entrevista con Leticia Tanoue, presidenta de la escuela Ohara de Ikebana en la Argentina por Leonardo Ramiro Bustos
Entrevista con Leticia Tanoue presidenta de la escuela Ohara de Ikebana en la Argentina ► Has contado que tu primer contacto con el Ikebana fue en una exposición en el Jardín Japonés. En ese momento, ¿Qué fue lo que te atrapó del ikebana? Y luego, ¿Podés identificar un momento en el que hayas tomado la decisión de viajar a Japón para poder certificarte? Llevo el ikebana incorporado desde la infancia, al haberlo "vivido" a través de los arreglos realizados por mi madre en la casa familiar. La cultura japonesa, su estética y el contacto con la naturaleza han estado siempre presentes en todo momento de mi vida. La carga de actividades de estudio y deportivas, sumadas a la escolaridad formal durante mi infancia y juventud, hizo que hubiera poco margen de tiempo para practicar o estudiar ikebana en particular. Por ese entonces, dedicaba mi tiempo al sumi-e con la Prof. Kazuko Takeda, al estudio de idiomas, etc. Sin embargo, la semilla del ikebana estaba latente para germinar. Esto ocurrió cuando el destino quiso que visitara una exposición de Ikebana Internacional en el Jardín Japonés, donde conocí a personas muy especiales tanto por su idoneidad como por su calidad humanas. Todas las decisiones de mi vida las he tomado en función de los afectos y los vínculos, ese es mi ikigai. El timing del destino quiso que así fuera. Fue entonces que, algo que siempre había querido incorporar a mi vida, con un enfoque académico, encontró su momento y lugar. Fue el comienzo de todo. El inicio del Camino de las flores con el ikebana de la Escuela Ohara, junto a Ofelia Tsuji, Susana Pollicelli, María Eugenia Laso, Noriko Taniguchi, Nélida Casali. Leticia dando un taller de Ikebana en el Jardín Japones (2018)
Luego, llegó otro momento del destino que fué la invitación para incorporarme a un viaje a Japón integrada a un grupo formado por la Prof. Felisa Sakata y sus alumnas. Si bien ya había iniciado mis clases de ikebana con la Escuela Ohara, fue un viaje de bautismo al mundo del ikebana que siempre agradeceré por la posibilidad de conocer la cuna del ikebana en Japón.Y mucho más adelante, vinieron las certificaciones oficiales, primero a través de la casa matriz de la Escuela Ohara en Japón y luego a través de NAOTA, North American Ohara Teachers´Association.
Cada año, los profesores de ikebana en todo el mundo participamos en Talleres y Conferencias anuales dictados por el Headmaster de la Escuela Ohara y maestros del Consejo de Profesores, donde realizamos nuestros trabajos en workshops, para su evaluación. De esta manera, se certifica y garantiza la uniformidad y solvencia en la enseñanza a través de todo el mundo. Estos viajes de capacitación no solo aseguran la actualización permanente en cuanto a tendencias, estilos y técnicas, sino que también propicia un intercambio muy enriquecedor entre los instructores de todo el mundo.
Leticia y los materiales de su casa / Foto Martin Bonetto.
► En una entrevista con Clarín has dicho que “En mi casa, yo llevaba una vida japonesa y, cuando salía, vivía una vida occidental.”, ¿cómo crees que esa fusión de vidas afecta tu obra en el ikebana? Siempre entendí mi ser nikkei como una verdadera ventaja competitiva, considero que la suma de culturas nos enriquece desde todo punto de vista. Por el lado japonés, tenemos una carga filogenética de años de cultura japonesa, tan positiva a través del ejemplo de vida de nuestros padres: lucha, resiliencia, disciplina, valores y muchísimo más. Desde el "ganbate" diario, con su significado de esforzarse, no rendirse, dar lo mejor de uno mismo, superarse, hacer frente a la adversidad, hasta ese pequeño omamori que nos daban las mamás, que en nuestra infancia parecía apenas un objeto precioso, con su tela de bellísimos diseños, de colores vivos, pero que verdaderamente tenía el sentido de protección y deseo de éxito. El verbo mamoru significa defender, proteger, cuidar. Todo esto es parte de los cimientos de nuestro carácter y temperamento que se traslada a nuestro desenvolvimiento. El ikebana bien entendio se aprende y practica con rigor y disciplina, con respeto y humildad. Por el lado "occidental" vinieron otras ventajas, la flexibilidad, la capacidad de buscar segundas alternativas u otras opciones para todo lo que no funciona, atreverse a pensar distinto a lo establecido, dar un paso adelante y ser líderes de nuestra propia vida y luego líderes de las acciones que queremos llevar adelante, también ser líderes de nuestros grupos de pertenencia. En el ikebana, esto se traduce en creatividad a pesar de las pautas pre-establecidas. En síntesis, sumar la riqueza de dos culturas, definitivamente enriquece la capacidad para generar un ikebana que si bien respeta las pautas de Escuela, también permite su práctica perfectamente adaptada a nuestro tiempo y lugar.
► Habiendo tantas escuelas de Ikebana, ¿qué fue lo que te llevó a elegir Ohara como la tuya? Las Escuelas de ikebana fueron apareciendo según la evolución de la sociedad a lo largo de la historia del Japón. Al momento de mis primeras clases en la Argentina, eran tres las posibilidades: Ikenobo, Ohara y Sogetsu. La Sociedad Ikenobo de Arte Ikenobo, tuvo su origen, según los registro del Museo del Ikebana en Kyoto, Japón, hace más de 600 años. Esto determina un estilo propio de esa época, caracterizado por las limitaciones de tantas y numerosas reglas que hacen poco factible el disfrute del ikebana. Por otro lado, la determina un estilo propio de esa época, caracterizado por las limitaciones de tantas y numerosas reglas que hacen poco factible el disfrute del ikebana. Por otro lado, la Escuela Ohara fundada oficialmente en 1895 (año 28 de la Era Meiji), cuyo fundador fue Unshin Ohara, tiene como principio, expresar la belleza natural del paisaje. Generó un cambio radical en su época, acompañando el cambio de estilo de vida, creando el arreglo ikebana estilo Moribana (arreglos realizados en suiban - recipientes planos, redondos u ovalados), Hasta ese momento todos los arreglos se realizaban en recipientes altos, verticales. También revolucionó y sistematizó la forma de enseñanza y estableció reglas claras de clasificación de técnicas y estilos. Por primera vez se permitió a las mujeres incorporarse a la práctica del ikebana. La Escuela Ohara busca destacar la belleza natural del material (flores, ramas) con escasa modificación, evitando el uso de alambres y otros materiales artificiales (caso de la Escuela Sogetsu). Definitivamente, me sentí más identificada con los criterios de la Escuela Ohara, así como también encontré gran afinidad con las profesoras del momento.
► Al menos en Argentina, es más común ver mujeres realizando Ikebana, sin embargo esto no es así en muchos países y Japón no es la excepción. ¿Cuál creés que sea el motivo de eso? Hace unos años fui invitada a dar un taller de ikebana en una escuela de artes marciales y arquería japonesa. Pasaban los días y eran escasas las inscripciones. Pocos días antes de la fecha establecida, volví a preguntar y seguíamos con pocos inscriptos. Entonces pedí permiso para escribir una carta de invitación a los alumnos del dojo, donde entre otros aspectos históricos les conté que en la antigüedad no sólo los monjes (grandes eruditos, los mayores exponentes de las artes y la cultura en la época de apogeo del Japón) practicaban ikebana, sino también los señores feudales y los guerreros samurai. Entonces, casi el 80% de los alumnos se inscribieron y lo disfrutaron. La respuesta a la pregunta es: ignorancia y prejuicio. Pregunté a la Secretaria del lugar, qué decían los alumnos al ofrecerles el taller. Decían, "es cosa de chicas"......
Foto Martin Bonetto.
►Para alguien que no sabe si empezar Ikebana o no ¿Por qué hacer ikebana? La historia del ikebana va desde sus orígenes religiosos como ofrenda floral en el altar budista a la forma de arte para el disfrute puramente personal de la actualidad. La historia del profundo respeto por la naturaleza que se profesa en Japón desde la actualidad antigüedad se ve reflejada aún hoy en día en la vida diaria y en todos los aspectos de expresión artística. Esa apreciación y conexión con la naturaleza es una buena razón para acercarse al ikebana. El ikebana es un "lenguaje", es un idioma que nos permite expresar temporalidad, estados de ánimo, sentido, significado: es una síntesis estética. Creamos belleza, damos un mensaje estético que genera bienestar. Mejorar nuestros espacios favorece el bienestar, enriquece tanto al artista como al espectador. Todo en el ikebana y su aprendizaje es aplicable a nuestra vida diaria. A su vez, su historia y su filosofía nos enriquecen. La práctica del ikebana es la base para toda una vida de expresión artística que todos podemos realizar. Junto a Susana Pollicelli, en la residencia del Embajador del Japón. Foto cedida por Leticia Tanoue.
► Durante la cuarentena, diste inicio al proyecto Ikebana Puertas Adentro, y, según tu feed en Instagram ya vas por el número 297 ¿te imaginaste en algún momento que ibas a llegar a ese número? ¿tenés pensado algo para el IPA 300? La iniciativa que dí en llamar "Ikebana puertas adentro" nació de un sentimiento de solidaridad y empatía. Una decisión espontánea, del momento: pensar en el otro en una situación límite, una situación límite de una magnitud sin precedentes; al mismo tiempo, toda la población mundial, es decir 7.87 billones de personas, paralizadas por la pandemia. Definitivamente, nunca supe que llegaría al número 297 hasta que llegué al 297 y finalmente al número 300. Ya a los 40 días parecía algo extraordinario, hacer una ikebana diario, desde el encierro de mi casa y como único recurso de materiales. mi propio jardín! La búsqueda y el ejercicio de creatividad diarios resultaron una motivación valiosísima para sacar esa fortaleza que todos llevamos adentro casi sin conocerla, y los días fueron fluyendo uno tras otro, hasta el 31/12/2020 con frecuencia diaria. El punto de inflexión llegó con el arreglo de Año Nuevo, realizado el 31 de diciembre 2020, inspirado en el kadomatsu, arreglo tradicional japonés que se coloca en pares, uno a cada lado de la puerta de acceso de la casa. Entonces tuve la necesidad de tomarme un respiro que duró un par de meses. Y así llegó el nro. 300, con gran significado, por lo que una vez más, fue la naturaleza la que determinó el resultado. Días antes el clima llevó la temperatura a casi 34 grados, lluvia y humedad "dispararon" la brotación del bambú (bamboo shoots takenoko). Y resultó material propicio para la composición de un arreglo moribana en suiban redondo, con takenoko y pequeños crisantemos, ambos elementos muy apreciados en la cultura japonesa, el bambú y el crisantemo (Kiku: flor y escudo imperial). Fue el arreglo elegido para ilustrar la Charla dada en el Ciclo de conferencias REN - Red Nikkei Global del jueves 4 de noviembre, un día después del día de la Cultura en Japón. Presentado en formato de video con sonido, acompañado con música de agua, simbolizando la conexión con la naturaleza y el fluir del tiempo. Ver IG @leticiatanoue
► Si bien la virtualidad supone muchas faltas (como la ausencia del “cara a cara”), también aporta nuevas oportunidades ¿qué creés que es lo que aporta de forma positiva esta modalidad? El "beneficio" indiscutible es el alcance. Simplemente con un teléfono celular el alcance es global. Sumadas otras herramientas, tablets, notebooks, pc´s, webcam, más redes sociales, aplicaciones y plataformas disponibles, rápidamente cualquiera puede sumarse a las clases virtuales. El cambio que trajo es enorme. Aunque la enseñanza virtual (a distancia) existe aún acá en la Argentina desde hace muchos años, fue el encierro de la pandemia lo que disparó su crecimiento. Muchas actividades debieron suspenderse temporalmente, otras definitivamente, como ejemplo la empresa ZOOM tuvo un crecimiento explosivo en la cantidad de usuarios. Esto trajo aparejada la necesidad de aggiornarnos, de aprender a manejarnos de otra manera, aprender el uso de las herramientas, etc. Siempre es positivo tomar conciencia de los cambios y la necesidad de adaptarnos rápidamente a ellos, con todos sus desafíos. Es puro crecimiento. Antes de la pandemia, un docente podía pensar en tener 2 ó 3 grupos por semana de quizás 5 ó 6 alumnos por vez. Ocupando tiempo de viaje (+combustible, estacionamiento, peajes, riesgo calle, etc.), corriendo por distintos rincones de Buenos Aires y Gran Buenos Aires. Hoy en día, fácilmente se pueden tener 50 alumnos virtuales (nacionales y extranjeros) por día sin moverse de casa. Todo en la vida tiene lado "A" y lado "B".
Arreglo floral realizado el 29 de Octubre en la clase para principiantes, Ohara Ikebana - Spring Post de @leticiatanoue IG
Técnicas de Ikebana por Bárbara Pepe
Técnicas de Ikebana Tips que podés aplicar para todo tipo de arreglos florales Cortar las ramas y tallos en diagonal, con una tijera bien afilada y desinfectada. Es importante que los materiales vegetales no se deshidraten, hay distintas técnicas para prevenir esto: corte bajo el agua (para tallos tiernos extremadamente sensibles), hervir el extremo del tallo en una solución salina por algunos segundos o quemar el extremo de las ramas más firmes.
Al utilizar un kenzan o pinchaflores siempre introducir los tallos de manera perpendicular entre las agujas y luego inclinarlas hacia el lado requerido. Para tallos muy finos o tiernos suplementar con otros de mayor diámetro o dureza, también pueden usarse como suplemento para sostener tallos con mucha inclinación. En jarrones más altos, utilizar ramitas o palitos para generar divisiones o entramados que permitan acomodar a gusto las flores. Para prolongar la vida de tu arreglo, lo más importante es mantener el agua fresca y limpia, para eso, no olvides cambiarla con frecuencia. Además, la ubicación es clave: procurá que las flores no reciban sol directo, ni corrientes de aire y estén alejadas del calor de estufas o el frío directo del aire acondicionado. Fuente: Amanda Luu, Ivanka Matsuba -Ikebana Unbound
Ikebana en las artes visuales japonesas por Ariadna Lasser
Ikebana en las artes visuales japonesas A continuación, compartimos una pequeña selección de ukiyo-e, grabados realizados mediante xilografía o técnicas de grabado en madera producidos en Japón entre los siglos XVII y XX. Se trata de obras de diferentes artistas, de diferentes época, pero es interesante señalar que en todos estos grabados son sólo mujeres las que aparecen practicando Ikebana. Tal vez esto tiene que con la popularidad del bijin-ga o bijin-e, el género de los ukiyo-e dedicado a las representaciones de mujeres que respondían al ideal de belleza de la época.
Kasamatsu Shiro, 1954. Arreglo con camelias y magnolias en el tokonoma. La mujer sostiene una hasami.
Toyohara Chikanobu. Fines del s.XIX. De fondo, suiban con un pino. Una de las mujeres sostiene una hasami.
Toyohara Chikanobu, 1896. Aparecen un arreglo con ume en un suiban, un biombo y una mujer tocando el koto.
Miyagawa Shuntei, 1898. Arreglo con camelias, también aparece una hasami.
Utagawa Toyokuni, 1769. Arreglo con crisantemos, De fondo, también, un incensario.
Yoshu Chikanobu.Siglo XVII. Arreglo con glicinas y lirios.
Kitagawa Utamaru. Siglo XVIII. Arreglo con sakura, Nótese el curioso florero.
Shiro Kasamatsu. Siglo XX. Arreglo con peonías, en un tokonoma. También aparece una hasami.
Glosario por Ariadna Lasser
Glosario Chabana (茶花): Arreglo floral muy sencillo que se utiliza en la ceremonia del té. Chadô (茶道): Ceremonia del té. Hasami: Tijeras. Kabin (花瓶): Jarrón alto. Kado (花道): “El camino de las flores”, es decir, el Ikebana. Kami (神): Espíritus o divinidades del Shintô. Kenzan (剣山 ): Soporte con palos puntiagudos de aproximadamente un centímetro, utilizado para mantener las flores en su lugar dentro del contenedor. Kuge (供花): Arreglo floral presentado a una estatua budista como ofrenda. Moribana (盛花): Estilo introducido por Unshin Ohara. Caracterizado por la colocación libre de las ramas y el uso de recipientes poco profundos. Nageire (抛入) o Heika (瓶花): “Flores tiradas”, estilo más libre que enfatiza la belleza natural de las flores. Nanga (南画) o Bunjinga (文人画): Una una escuela de pintura japonesa que floreció a finales de Edo.
Rikka (立花): El estilo más antiguo de Ikebana. Rinpa (琳派): Una de las principales escuelas históricas de pintura japonesa. Seika o Shôka (生花): Estilo de Ikebana que conserva algunas las características del estilo rikka, pero de forma más simplificada y utilizando sólo tres ramas. Shin (真), Soe (添), y Tai (体): Nombre de las ramas principales utilizadas en el arreglo, siendo shin la más importante. Shintoísmo (Shintô, 神道): Religión “nativa” de Japón. Suiban: Contenedor de poca profundidad diseñado para que los kenzan pueda ser fácilmente colocado en el centro del mismo. Principalmente utilizado para los arreglos del estilo moribana, Tatehana o Tatebana (たて花): “flores de pie”, estilo temprano y simple de arreglo floral. Tokonoma (床の間): Espacio dentro de las casas tradicionales japonesas en el que se colocan objetos artísticos para ser apreciados. Utsuwa (器): Recipiente bajo y de poca profundidad. Yakueda (役枝): “el papel de las ramas”, a partir del cual cada una toma un nombre diferente. Yorishiro (依り代): Objetos en los que residen los kami.