El Tatehana Con el paso de los siglos estas ofrendas florales budistas adquirieron una forma bastante elaborada. El deseo y el esfuerzo por perfeccionar el formato hicieron que el kuge pasara de ser una ofrenda religiosa a un arte decorativo, lo que, más tarde, acabó dando lugar a la categoría de tatehana (たて花), "flor de pie". Los materiales florales se disponían para que se mantuvieran erguidos como en la naturaleza.
Tatehana. Chujoko-Kadensho, 1552. Museo Gotoh, Tokyo.
Desde el final del periodo Heian hasta el periodo Kamakura, un largo tablero apoyado en la pared comenzó a aparecer como elemento decorativo en las residencias de la nobleza de la corte y de los guerreros de alto rango. Sobre este tablero se situaban tres mesas bajas, en las que se colocaban entre tres y cinco accesorios. La mesa central albergaba un candelabro, un incensario, un porta-incienso y un florero de flores, y las dos mesas laterales albergaban arreglos florales. Estos espacios fueron los precursores del tokonoma.