1 minute read

Gota a gota

Por Lilia Linares / Directora Acodrés

Parece paradjico que el sector de bebidas y alimentos, uno de los que ms aporta al empleo en el pas y hasta ahora empieza a reponerse de la crisis financiera de finales de los 90, enfrente hoy con la reforma tributaria, una nueva coyuntura. Hablamos especficamente de la ley 788 del 2002 en la que se replantea el pago del impuesto a licores y bebidas alcohlicas. En resumidas cuentas, este impuesto incrementa en un 18 por ciento el costo de las bebidas nacionales en los establecimientos.

En este sentido, se presenta un dilema importante para los gerentes, y es la decisin entre asumir el impuesto sin elevar los precios de las bebidas, que significa un golpe brutal para las finanzas de la empresa, o por el contrario trasladar el impuesto al consumidor y correr el riesgo de que se reduzcan significativamente las ventas.

Incrementar los impuestos a un sector que se distingue por sus altos niveles de empleo estimula a los establecimientos que aun estn al margen de lo legal a seguir en esta posicin en materia tributaria

Una respuesta ms sensata del gobierno para con los empresarios del sector, sera enfilar sus esfuerzos ha ampliar la base tributaria y a atraer ms empresas a la legalidad.

This article is from: