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El toque galo en los fogones
Los sabores genuinos de
la prestigiosa cocina francesa se pueden encontrar en cada plato que sale de la cocina abierta de este chef que llegó a Colombia hace tres años, después de tener una gran trayectoria en su país y en Suiza, al trabajar en castillos de St. Émilion, Lussac St. Émilion, Pomerol, Fronsac, Graves y Medoc, así como en afamados restaurantes y hoteles de esas latitudes entre los que se hallan el Hotel Engimatt, Restaurant Alter Tobelhof, Hotel Walliser Keller, Restaurant El Parador Zürich, Restaurant Don Pepe Zürich.
El “voz a voz” y la evolución de las recetas han sido factores determinantes para que Gilles se haya consolidado en un sector de la capital que no está rodeado de restaurantes. Sin embargo, su papel como empresario y chef ha tenido que sobrepasar algunos obstáculos, dentro de los que se encuentra la adaptación de las recetas originales de Galicia, su región natal, por ingredientes que no se consiguen en Colombia. “Al principio, por ejemplo, fue difícil encontrar un proveedor que me diera la calidad y pieza específica de carne; pues yo suelo usar el corazón del lomo”. Es por eso que cuando él quiere hacer una receta tiene que investigar primero qué productos puede conseguir para hacer lo que él quiere. Todo este desarrollo lo realiza personalmente, así como la preparación de cada unos de los componentes de su carta que incluye cocina, repostería y panadería.
Actualmente, su restaurante forma parte de la selecta cofradía La Chaîne des Rôtisseurs que ratifica su gran calidad.