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modelo a seguir perú,

Cuando se habla de turismo gastronómico, Perú se convierte en el ícono suramericano que puso todo su empeño en hacer de su comida un motivo para atraer visitantes foráneos a su capital.

Cada semana se publican

mínimo dos noticias relacionadas con restaurantes o comida peruana en diferentes medios de comunicación, en cualquier lugar del mundo; varios empresarios del país vecino abren locales de su cocina nacional en diferentes latitudes con gran éxito; hoteles internacionales desarrollan festivales, por lo menos una vez al año, de culinaria inca. ¿Son suficientes estos ejemplos cotidianos para añorar que el nombre de una nación resuene con algo tan placentero como su gastronomía? Aun mejor es saber que extranjeros sibaritas contemplen en sus planes la visita a un país para probar, en su sitio origen, las suculentas preparaciones de las que tanto se habla.

Sí, el turismo gastronómico es una realidad en Perú. Y no solo genera más empleos, mayor desarrollo en el sector de la hospitalidad y mucho movimiento en su comercio, también logra que toda la agroindustria se mueva a la par, especialmente por las exportaciones de los ingredientes que son producidos únicamente en esa región.

Los planes se venden acá a través de la Agencia Astuviaje con “el objetivo de que un turista conozca de verdad un país, también, a través de sus platos”, explica Tatiana Mejía, Gerente de esta empresa. Ella sabe que una de las facetas de los planes turísticos también es la gastronomía, que puede cobijar desde los hedonistas puros hasta los profesionales que quieren aprender mucho más. Es por eso, que la gama de ofertas contempla, principalmente, la visita de restaurantes; pero también clases de cocina y hasta un tour por las zonas en donde se produce la bebida insignia: el pisco.

Restaurantes

En este plan se contemplan dos restaurantes por día, pero no son aquellos que están tipificados como ideales para turistas; son los seleccionados por los oriundos de la ciudad, esos establecimientos que, sin muchas pretensiones, muestran la comida cotidiana y suculenta que cualquier ciudadano “de a pie” disfruta en su entorno. Perroquet, Bolivariano, La Huaca Pucallana y Bravo Restobar son algunas de las mejores opciones para este plan.

Cabe anotar que también se contempla el mostrar diversas gamas de estilos y precios en los establecimientos. Para que tengamos la idea clara: se visita desde el lugar de comida muy casera, hasta el dirigido por un cocinero de vanguardia. Así, el turista puede reconocer la evolución de la cocina, las diferentes puestas en escena de los platos, y las inconfundibles raíces que preceden las recetas.

En cuanto al menú, existen íconos que se vislumbran en todas las cartas: causas, ceviches, lomos salteños, ajíes de gallina. Así como tres bebidas también muy peruanas: gaseosa Inka Kola, el coctel pisco sour y la chicha morada.

Escuela de Gastronomía

Una alianza con una de las mejores escuelas de cocina hace de este viaje un plan completo, porque la cercanía es también con sus insumos, con la trastienda que explora cada ingrediente de la región. Así tiene más sentido el aroma típico del guiso, el gusto picantico del arroz y la explicación de tantos minutos en los fogones o cero segundos bajo el fuego.

En este caso fue la Universidad San Ignacio de Loyola la que abrió sus aulas para los turistas; pero también las abre para quienes desean obtener el título de cocinero o pastelero, y da la posibilidad de alojamiento para aquellos que provienen de otros países.

El recorrido incluye un almuerzo ofrecido por estudiantes de último semestre, conformado por un menú degustación.

Productor de la bebida insignia

Se visita desde el lugar de comida muy casera, hasta el dirigido por un cocinero de vanguardia. Así el turista puede reconocer la evolución de la cocina, las diferentes puestas en escena de los platos, y las inconfundibles raíces que preceden las recetas.

casona habilitada como hotel, dentro de los linderos del viñedo.

Igualmente, en la noche se ofrece una cena y una cata de piscos para reconocer las sutiles diferencias entre una y otra cepa.

En Colombia también se puede

Si bien es cierto que nuestra nación tiene mucho camino por recorrer para poder venderse como un destino gastronómico a la altura de México o Perú, es bueno reconocer los avances que hemos tenido y que permiten vender planes semejantes.

El entorno sería Bogotá, ciudad que reúne a todas las expresiones de gastronomía regional tales como la cocina paisa, costeña, boyacense y bogotana, entre otras. Quizás la dificultad o la ventaja sea que no existe un plato único que nos represente como país.

Manera

las marcas más grandes de pisco, Santiago Queirolo, ubicados en Ica, a

El arduo trabajo que ha hecho Promperú logra que el pisco esté relacionado con el vecino inca, y que los excursionistas deseen conocer más de este destilado. De tal manera que el traslado a otra región, dentro de este turismo gastronómico, lleva al visitante a la viña de una de las marcas más grandes de pisco, Santiago Queirolo, ubicados en Ica, a 300 kilómetros de Lima.

Sus paisajes, su proceso y las diversas calidades de la bebida son presentados por los bodegueros y un Sommelier. Próximamente existirá la posibilidad de pasar una noche en la

Algunos expertos postulan a la arepa; otros hablan del sancocho o de la empanada. Pero sí existe unanimidad al pensar en una bebida; sin lugar a dudas, el café es la que habla de Colombia en cualquier lugar del mundo. Y es justamente ese el título de la ruta que ya habla de turismo gastronómico en nuestro país, promovido y comercializado por Astuviaje: la ruta del café.

Ese es el primer emprendimiento que le apuesta a unir restaurantes de las distintas zonas de la capital, con clases de cocina regional y con la visita de alguna de las fincas cafeteras. ¿Qué lo podemos hacer mejor o igual que nuestro vecino? Claro que sí.

Una alianza con una de las mejores escuelas de cocina hace de este viaje un plan completo, porque la cercanía es también con sus insumos, con la trastienda que explora cada ingrediente de la región.

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