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Sakonki / En profundidad

Proyecto de Emancipación

Acompañando a hacerse adultos

El “Proyecto de Emancipación”, es un espacio residencial de intervención y acompañamiento con jóvenes en proceso de emancipación. Está orientado al acompañamiento de jóvenes con recorrido en el sistema de protección, una vez cumplida la mayoría de edad en su transición a la vida adulta.

Surge con el fin de proporcionar periodos de asistencia e intervenciones más largas, flexibles e individualizados. Es un recurso facilitador en la transición a la vida adulta, donde poder completar y adquirir destrezas y habilidades sociales, así como alcanzar el grado suficiente de autonomía mientras realizan y concluyen sus recorridos formativos. Todo esto con el apoyo de un equipo de acompañamiento educativo formado por personal del área de Hogares de Acogida y voluntariado de Cáritas Bizkaia.

El proyecto tiene una dimensión social y una vocación integradora; acompañar a los jóvenes en su proceso de autonomía, con atención directa y acompañamiento individualizado, pero respetando los tiempos y “caminos” de los auténticos protagonistas. La atención desde la relación educativa posibilita el acceso al conocimiento de derechos y obligaciones, el ejercer asertiva y eficazmente la toma de conciencia y el compromiso y la responsabilidad ciudadana.

Estos jóvenes se comprometen responsablemente a continuar con su proceso formativo e inserción laboral, con el objetivo de lograr y mejorar su incorporación a la vida adulta en términos de autonomía personal. Este dispositivo se abre a finales de septiembre del 2012, con capacidad para albergar a cuatro o cinco residentes.

Visita al piso

Pasamos una tarde con los cuatro jóvenes que residen en este proyecto, para conocer en directo cómo viven el día a día y sus expectativas; para que nos relaten en primera persona el proyecto. También les acompañan Esti como voluntaria y Ameli y Txexu como técnicos responsables del mismo.

Los primeros minutos son poco productivos ante la llegada de un extraño, periodista, que hace preguntas pero poco a poco se van soltando…

“Babes sisteman ibilbidea izan eta adin nagusitasuna gainditu duten gazteei laguntzera bideratuta dago, helduarora bideratzeko. Proiektuaren asmoa da gizarte mailan gizarteratzea sustatzea; gazteei autonomia prozesuan laguntzea; arreta zuzena eta laguntza pertsonalizatua eskainita, baina egiazko protagonisten denborak eta “bideak” errespetatuta.

Arkaitz nos cuenta que “tenemos un objetivo claro, el de estudiar, salir de aquí con una formación y un mínimo que luego te pueda capacitar para trabajar y tener un futuro fuera de esta casa. La vida aquí es bastante convencional. Tenemos unos turnos: comida, cocina, limpieza.., comemos y cenamos en común. Está bastante organizado”. Lander destaca que “estamos aprendiendo otra manera de ser más independientes. Vivimos experiencias de compartir piso con gente de nuestra edad”. Urtzi por otra parte nos dice que “al final tenemos una oportunidad de vivir algo que otras personas de nuestra edad no pueden vivir, ¿qué joven, ac-

tualmente, puede vivir “relativamente independiente en su” casa?

Txetxu comenta que “son jóvenes con recorrido en diferentes recursos de protección, y que una vez llegado a la mayoría de edad no cuentan con muchos recursos que les faciliten seguir adelante con su proyecto personal. Ante esta realidad desde Cáritas se ha apostado por un modelo en el que los tiempos no sean limitantes. Ellos han hecho una apuesta por la formación, ellos quieren estudiar y han demostrado esa motivación. Pero además, el proyecto no termina al finalizar los estudios sino que hay otros aspectos y dimensiones de la persona que son importantes y que también se acompañan como la adquisición de competencias, habilidades sociales, etc.., no hay una fecha límite. Se trata de que estén en las mejores condiciones para salir fuera porque todavía no tienen una red normalizada en la que puedan apoyarse”.

Ameli nos habla de los comienzos del proyecto. El reto era complicado pero ilusionante. Había poco hecho y entre todos fuimos construyendo y materializando el papel en una experiencia real. Era una apuesta importante y los primeros jóvenes residentes vieron en ella una gran oportunidad”.

Esti asiente. Ella también está desde el principio en este proyecto. Acude un día a la semana y constata “mucha evolución desde el primer año hasta ahora”. Destaca como voluntaria su papel emocional como persona de confianza y de referencia cuando los jóvenes tienen algún problema. Asegura sonriendo: “ellos me aportan muchísimo”

Arkaitz reconoce la tarea de las cuatro personas que actualmente participan como voluntarias. “Su figura es muy importante. Nos permiten consultar a ellos cuando nos pasan cosas; tener ese apoyo nos viene fenomenal”.

Por último, se incorpora Javi que viene de trabajar en una empresa de inserción social y al que le quedan pocos días para salir del piso, después de dos años, e independizarse. Tiene las ideas muy claras: “He tenido un pasado un poco difícil. Me acogió Diputación y al final cuando no tienes una salida con una familia o alguien cer-

cano a ti, pues Cáritas… me dio la oportunidad de este proyecto en el que he podido crecer como persona, llegando a este momento en el que me siento preparado. Gracias a ellos, he podido optar a unas prácticas en una empresa vinculada a Cáritas y ahora tengo trabajo. Lo mejor que tiene el piso es pensar que estás aquí y no en la calle”.

Hezkuntza-harremanetik abiatutako arretak eskubide eta betebeharrak ezagutzea ahalbidetzen du, modu asertibo eta eraginkorrean kontzientzia hartzen laguntzen du, eta konpromisoa eta herritarren erantzukizuna sustatzen ditu.

Futuro propio

Las perspectivas de futuro planean ahora en la conversación. Javi se ve dentro de unos años “queriendo tener un piso, aunque sea de alquiler, y un trabajo. Las cosas no están muy bien y lo principal es un sueldo, un techo y un trabajo”. Urtzi asiente y toma la palabra: “Poniendo a prueba todo lo que se aprende aquí. Un techo, un sueldo que te intente mantener y un entorno que tú quieras”. Lander va en la misma línea: “Que la situación esté mejor. Encontrar un trabajo y optar a tener un techo. A trabajar si hay suerte y a vivir” y Arkaitz confía en “terminar la carrera; poder trabajar de algo y poder tener tu casa como una familia normal. Tu vida”.

Volvemos a hablar de las ventajas, de los apoyos de vivir este proyecto. Javi se muestra más serio, casi confidencial: “Con 18 años sientes que te cortan el paso. ¿Qué haces? Este proyecto es para chavales que necesitan una opción y tienen la motivación para continuar; la opción de tener una oportunidad sin límite de tiempo para estudiar, para buscar un trabajo… esa es la idea: dar y demostrar que las personas, si le das la oportunidad, pueden aprovecharlo, que pueden salir adelante con una pequeña ayuda por parte de educadores y de voluntarios”.

Lander rememora que cuando coincidió con Javi, este estaba muy perdido; “y ahora es el que mejor controla, y tiene la cabeza más amueblada”, las bromas se instalan entre los cuatro veinteañeros. Txetxu recuerda que son necesarios más esfuerzos y recursos destinados a los jóvenes en general. Si las condiciones son complicadas actualmente para el conjunto de ellos, estos jóvenes con experiencias y realidades especialmente difíciles, requieren de más respuestas y sobre todo, respuestas eficaces.

Ameli destaca que “asumen responsabilidades muy pronto, que otros jóvenes no las tienen, no les queda más remedio que crecer más rápido que el resto. Necesitan una oportunidad para sacar lo que tienen dentro”. Arkaitz asiente, “Tienes que madurar antes, tienes que ir por delante de la gente”.

Y todos concuerdan en que el proyecto se trata de una gran oportunidad que no quieren dejar pasar. Con días mejores y peores, pero cada uno desde sus objetivos para construir un futuro que les permita emanciparse. Y la conversación se vuelve menos seria y más mundana, empujada por chavales de veinte años y sus acompañantes. Un piso de jóvenes que vuelve a su actividad…

Parte hartzen duten gazteek konpromisoa hartzen dute prestakuntza-prozesuarekin jarraitzeko eta lan-munduan txertatzeko, eta, autonomia pertsonal eta ekonomikoari dagokionez, helduarora heldu eta horretara ondo egokitzeko.

Urtzi: “Aquí tienes más que ver con un adulto que con un niño”

Urtzi es uno de los cuatro jóvenes que vive en el piso del Proyecto de Emancipación. Estudiante de una ingeniería industrial, nos da su visión sobre esta iniciativa y de cómo ve su vida actual y futura.

¿Qué pasos das antes de llegar al Proyecto?

Más que pasos a dar, qué pasos no hay que dar; saber cuáles son tus responsabilidades y quehaceres, y no tener ningún problema para afrontar diferentes coyunturas.

¿Qué tal te encuentras en el piso?

Bien. Es un recurso que no se le da a mucha gente. Nadie con veinte años tiene las llaves de su casa sin padres.

¿Cómo definirías al proyecto?

Haciendo la gracia lo he definido con varios nombres, pero al final diría que, para la gente que se ha encontrado como yo en su momento, es un salvavidas. Que te digan de repente de la noche a la mañana, cuando no sabes qué hacer, que tienes una casa para ir a vivir es una oportunidad.

Estabas sin familia ni apoyos…

He tenido hermanos. Con mi madre no tengo mucha relación y con mi padre tampoco, se puede decir que tengo un entorno complicado.

¿Qué te encuentras aquí?

La oportunidad de que puedes hacer las cosas y valerte por ti mismo para hacerlas. Es un momento en el que tienes unas responsabilidades, que tienes más que ver con un adulto que con un niño. Ahora ya me gestiono yo la comida, la limpieza, las horas, qué hago en cada momento. Es poner en práctica algo que te pueden enseñar, pero que hasta que no lo ves, tú no te lo encuentras.

¿Sientes que tus compañeros son como tus hermanos?

(Se ríe). Nadie escoge la familia que nos toca. Son más compañeros de piso.

¿Cómo definirías la tarea de Cáritas?

Que haya personas que ayuden a otras, aunque no les veas la cara en ocasiones, me parece interesante. Que esta gente no espere recibir nada a cambio, me parece genial.

¿Se ve el “camino recto” o ves que “hay curvas”?

Definir el camino recto se me da muy mal (se ríe); no sé si soy capaz de definir lo que está bien y está mal. Qué no está mal puedo decir, pero igual tampoco lo que está perfectamente bien, igual se podría hacer más…

¿Resulta fácil asumir responsabilidades?

No, qué va.

¿Qué momento especial recuerdas con más cariño?

Muchos. Si fuese solo el piso, no sería Cáritas. Si me hubiesen ofrecido otra salida fuera de Cáritas y hubiese accedido, estoy seguro que no sería lo mismo. Estaría también en un piso haciendo las mismas cosas, pero al final son las personas estas que se acaban involucrando. Hay un sinfín de voluntarios que siempre les he dicho que no sé cómo agradecerles lo que hacen. Están ahí cuando tienes un problema… aunque sea llamar para hacer chorradas y distraerte de las cosas y evadirte un poco de la realidad.

¿Qué opinas del voluntariado?

No tiene límite, y gracias a Dios la gente es muy generosa en este ámbito.

¿Cuáles son ahora tus objetivos?

Alcanzar la autosuficiencia para mantenerme en una sociedad que tiene sus complicaciones.

¿Cómo y dónde te gustaría verte, por ejemplo, a diez años vista?

Me la han hecho tantas veces esa pregunta… pueden pasar tantas cosas… puede que acabe la carrera bien y esté trabajando, en una situación que me dé la oportunidad de devolver este favor.

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