Miércoles 4. FE A PESAR DE LAS APARIENCIAS
6 de enero
📖 Año Bíblico: Génesis 16-18
a. ¿Qué podemos aprender de la profunda y constante confianza de David en Dios y en su ley? Salmos 19:7–11; 20:5–9. Sal 19: 7-11 La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma; el testimonio de Jehová es fiel, que hace sabio al sencillo. 8 Los mandamientos de Jehová son rectos, que alegran el corazón; el precepto de Jehová es puro, que alumbra los ojos. 9 El temor de Jehová es limpio, que permanece para siempre; los juicios de Jehová son verdad, todos justos. 10 Deseables son más que el oro, y más que mucho oro afinado; y dulces más que miel, y que la que destila del panal. 11 Tu siervo es además amonestado con ellos; en guardarlos hay grande galardón. Continuar lectura en Sal 20: 5-9- RV 1960
“El Señor quiere que nos demos cuenta de nuestra verdadera condición espiritual. Desea que cada alma se humille de corazón y mente ante él. Las palabras de la inspiración de los Salmos 19 y 20 me son presentadas para nuestro pueblo. Tenemos el privilegio de aceptar estas preciosas promesas y creer en las amonestaciones… “Durante la noche me parecía estar repitiendo estas palabras a la gente: Hay necesidad de un estricto examen del yo. Ahora no tenemos tiempo que perder en complacencia propia. Si estamos en relación con Dios, humillaremos el corazón ante él y seremos muy celosos en el perfeccionamiento del carácter cristiano. Tenemos una grandiosa y solemne obra que hacer, pues hay que iluminar al mundo en cuanto a los tiempos en que vivimos; y la gente será iluminada cuando se dé un testimonio directo. Se la inducirá a un diligente examen del yo.”—Comentario Bíblico ASD [Comentarios de E. G. de White], tomo 3, pág. 1164. “Debemos examinar nuestros propios corazones, y ver que todo lo que no está de acuerdo con la voluntad de Dios sea apartado de nosotros.”—The Review and Herald, 10 de mayo, 1887. b. ¿Cómo confirmó Jesús que mediante su poder, su pueblo puede vencer a los aparentemente invencibles gigantes del pecado y el egoísmo? Marcos 10:26, 27; 11:22, 23; Filipenses 1:6. Mr 10: 26,27 Ellos se asombraban aun más, diciendo entre sí: ¿Quién, pues, podrá ser salvo? 27 Entonces Jesús, mirándolos, dijo: Para los hombres es imposible, mas para Dios, no; porque todas las cosas son posibles para Dios. Mr 11: 22,23 Respondiendo Jesús, les dijo: Tened fe en Dios. 23 Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho. Fil 1:6 Estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo.
“En Cristo, Dios ha provisto medios para subyugar todo rasgo pecaminoso y resistir toda tentación, por fuerte que sea. Pero muchos sienten que les falta la fe, y por lo tanto permanecen lejos de Cristo. Confíen estas almas desamparadas e indignas en la misericordia de su Salvador compasivo. No se miren a sí mismas, sino a Cristo. El que sanó al enfermo y echó a los demonios cuando estaba entre los hombres es hoy el mismo Redentor poderoso. La fe viene por la palabra de Dios. Entonces aceptemos la promesa: ‘Al que a mí viene, no le echo fuera’ Juan 6:37. Arrojémonos a sus pies clamando: ‘Creo, ayuda mi incredulidad.’ Nunca pereceremos mientras hagamos esto, nunca.”—El Deseado de Todas las Gentes, pág. 396. Lecciones Bíblicas Sabáticas, Vol. 97, No. 1
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