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onversando con... Manuel de las Peñas, Business Development and Retail Manager Iberia en Sealed Air
¿Cómo habéis terminado el año 2022 y qué perspectivas tenéis para 2023?
2022 ha sido un año muy complejo debido a una tensión inflacionista como no se había visto en muchos años, a la guerra de Ucrania, a los costes energéticos, a los costes logísticos derivados de la subida de los combustibles, etc.
Para 2023 tampoco se espera que cambie mucho la situación pero, además, hay que sumar la nueva tasa del impuesto al plástico que entró en vigor el 1 de enero de este mismo año y que viene a dar continuidad a toda la problemática originada desde el período post covid.
¿Qué beneficios puede aportar a la industria cárnica una empresa como Sealed Air?
Sealed Air es una multinacional de origen americano que lleva más de 70 años de implantación en Europa. Con lo cual, lo primero que puede aportar es una grandísima experiencia y, fundamentalmente, en el sector de carnes frescas y procesadas, que fueron el origen del envasado alimentario en Cryovac. Además, es capaz de proporcionar seguridad alimentaria gracias a un gran equipo de asesoramiento, no sólo en ventas, sino también en aplicaciones sobre la tecnología de los alimentos o en desarrollo de negocio y relación con el retail.
¿Qué ventajas podéis ofrecer con respecto a otros competidores?
La mayor ventaja competitiva que ha ofrecido siempre esta empresa es el motor en la innovación de nuevos materiales ya que la sostenibilidad ha llegado para quedarse y eso requiere la creación de materiales nuevos que resulten mucho más duraderos, reciclables y eficientes.
Más allá del nuevo impuesto al plástico, ¿qué otros retos tenéis por delante dentro de la industria del envasado?
El impuesto al plástico, en efecto, está generando muchas preguntas y muchas dudas en su implantación. Este impuesto, además, ha generado una pérdida de competitividad con respecto a otros países europeos.
Otro de los retos pasa por adaptar el portfolio de la empresa a las nuevas necesidades legislativas y ayudar mucho a la industria cárnica y a la gran distribución a ser más eficientes. Esto significa que sus procesos productivos sean más digitales, más automatizados, más higiénicos y, en definitiva, más seguros.
¿Existe mucho margen de mejora dentro de la industria del envasado?
Absolutamente. Después de 27 años en la empresa, en los que siempre ha habido progresos dentro del packaging o del envasado alimentario, los retos que tenemos en la actualidad quizás sean los más complejos pero los más interesantes a la vez. Esto es así porque hay que adaptar toda la gama de materiales a las nuevas legislaciones, como hemos comentado, para ser, de esta forma, más sostenibles. Pero también hay que desarrollar sistemas más automatizados y menos dependientes de la mano de obra. Además, hay una deficiencia de personal operativo en la fábrica, especializado en la transferencia de lo que es el packaging, a lo que es el control del packaging y los sistemas de digitalización.
Por otro lado, otro de los nuevos retos se encuentra en la nueva gama de nuevos productos con bases proteicas vegetales y no animales, porque todo el desarrollo de estos alimentos junto con su envasado específico es muy importante, puesto que son más exigentes, si cabe, que el de la industria tradicional.
¿Qué innovaciones veremos en los próximos años dentro de la industria del envasado? Innovaciones hay muchas y algunas están en desarrollo. La mayoría de ellas están focalizadas en la sostenibilidad y en la incorporación de material reciclado en las fórmulas para extender, de esta forma, su vida comercial.
Además, otra de las líneas de innovación va dirigida a la reducción del uso de material y espesores de contenido.
Por otro lado, también se está trabajando con materiales alternativos como el papel o el cartón, que empiezan a ser protagonistas. Pero, eso sí, siempre haciendo un análisis completo del ciclo de vida para poder comparar entre diferentes tipos de materiales en la búsqueda de la mayor eficiencia