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La trazabilidad y el etiquetado del sector cárnico
Muchas empresas del sector alimentario, incluido el cárnico, quieren lanzar al mercado un nuevo producto con distintas propiedades a su gama de productos convencional. En estos casos, muchas de estas empresas tienen dudas a la hora de etiquetar correctamente sus productos para asegurarse que cumplen la normativa técnico-legislativa vigente. De esta manera, el etiquetado y la trazabilidad de la carne se convierten en uno de los procesos más importantes en la industria cárnica, que garantizan la seguridad alimentaria y la transparencia en la cadena de suministro.
El etiquetado de la carne incluye información sobre el tipo de carne, el origen, la fecha de producción y la fecha de vencimiento. Esta información es esencial para el consumidor, ya que le permite estar informado sobre el producto y poder tomar decisiones acertadas sobre qué productos comprar, en función de su dieta y alergias, y cómo almacenarlos y cocinarlos adecuadamente.
La trazabilidad de la carne se basa, en cambio, en el proceso de rastrear este producto desde el lugar de origen hasta el lugar de venta al por menor, que engloba los procesos de adquisición de materias primas hasta la producción, consumo y eliminación del producto. Esto permite a los reguladores y a los proveedores de alimentos realizar un seguimiento de la carne en caso de un brote de enfermedad o una contaminación alimentaria, y tomar medidas para proteger a los consumidores. La trazabilidad también es importante para garantizar la seguridad alimentaria y la calidad de los productos, y para asegurarse de que los consumidores reciban carne fresca y de calidad.
Al disponer de unos productos etiquetados adecuadamente y participar en un sistema de trazabilidad riguroso, hace que los consumidores puedan estar seguros de que están comprando alimentos seguros y de alta calidad.
Para ello, las empresas productoras de carne y elaboradoras de derivados cárnicos invierten cada vez más recursos tecnológicos, humanos y económicos para comercializar productos que cumplan estos estándares de calidad que exige el consumidor. Esto es posible gracias a los programas de auto- control reforzado de la industria cárnica, donde dicha industria cárnica dispone del suyo propio (programa PACIC), impulsado por FECIC.
Estos autocontroles reforzados y voluntarios que se llevan a cabo en los productos cárnicos pasan por una auditoría del etiquetado y una auditoría de la calidad del producto. En caso de presentarse una no conformidad, se envía a la empresa un informe de medidas correctoras para que lo aplique en su producto. En caso de presentar otra no conformidad, se enviará otro infor- me con las correcciones correspondientes y, en caso de presentar un tercer expediente de no conformidad, se procederá a notificarlo tanto a la empresa como a las autoridades competentes de las distintas Comunidades Autónomas.
¿Qué implica etiquetar correctamente un producto cárnico?
Etiquetar correctamente un producto cárnico implica incluir información precisa y completa en la etiqueta del producto que satisfaga las regulaciones y las normas de la industria alimentaria, recogidas en el Reglamento 1169/2011 de información al consumidor. La información principal que debe constar en el etiquetado, entre otros rasgos, incluye:
1. Denominación del alimento. Además de los requisitos recogidos en la Resolución 1169/2011 de la UE, sobre la información facilitada al consumidor, se deben tener en cuenta los requisitos expuestos en el Real Decreto 474/2014 por el que se aprueba la norma de calidad de los derivados cárnicos.
2. Lista de ingredientes. Las normas que regulan cómo se debe indicar la lista de ingredientes lo convierten en una de las medidas obligatorias más complejas del etiquetado, ya que estos se deben designar por su denominación específica.
3. Fecha de duración mínima o fecha de caducidad. En este caso, se debe indicar de un modo u otro en base a si el alimento es más o menos perecedero. En este punto, existe una diferencia importante entre la carne fresca y los productos cocidos y/o curados.
4. Condiciones especiales de conservación y/o condiciones de utilización. Se trata de una indicación obligatoria cuando el alimento así lo requiere, y en aquellos casos donde en ausencia de dicha infor- mación se pueda hacer un uso inadecuado del alimento.
5. Número de lote. Según el Real Decreto 1801/1991, por el que se regulan las menciones o marcas que permiten identificar el lote al que pertenece un producto alimenticio, es obligatorio indicar el lote en el envase o etiqueta del producto.
Cuando hablamos de carne fresca, refrigerada o congelada, y en relación a los productos a base de carne de vacuno, existen unas disposiciones específicas de etiquetado en lo que se refiere a la indicación del país de origen, o del uso de procedencia.
Entre otras menciones, la carne de bovino debe constar de:
◗ Denominación de venta.
◗ Número de referencia.
◗ Datos sobre el nacimiento, cría, sacrificio y despiece.
◗ Datos relativos a la edad de sacrificio para bovinos de hasta 1 año de edad.
Por lo que respecta al etiquetado de la carne del porcino, ovino y caprino, este tiene que contener también información relativa al origen del animal.
En España, el hecho de no etiquetar correctamente un producto puede conllevar a expedientes sancionadores, que van desde multas económicas de entre 2.000 € y 30.000 € hasta inmovilización de partidas y la suspensión temporal de la actividad productiva, además de ser una posible amenaza para la salud y la seguridad alimentaria de los consumidores.
Así pues, a parte de prevenir posibles fraudes en el etiquetado, los programas de autocontrol reforzado suponen un eleva- do ahorro económico para las empresas del sector, además de ser una herramienta de aprendizaje para futuros productos que precisen de un etiquetado.
El interés de España es producir y elaborar alimentos de buena calidad comercial, y competitivos, para lo cual se ha impuesto como prioridad la actualización de las normas de calidad y reglamentaciones técnico sanitarias de alimentos elaborados.
(...) se crea la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria y se fijan procedimientos relativos a la seguridad alimentaria que prevé, entre otras cuestiones, la protección de los intereses de los consumidores, para lo cual, establece que la legislación alimentaria tendrá como objetivo proteger los intereses de los consumidores y ofrecerles una base para elegir con conocimiento de causa los alimentos que consumen, teniendo asimismo como objetivo prevenir las prácticas fraudulentas o engañosas, la adulteración de alimentos y cualquier otra práctica que pueda inducir a engaño al consumidor.
Real Decreto 474/2014, de 13 de junio, por el que se aprueba la norma de calidad de derivados cárnicos.
Ayuda a las empresas en materia de trazabilidad y etiquetado de la carne con el programa PACIC Como hemos visto hasta ahora, la calidad, la trazabilidad y el etiquetado de la carne y de los derivados cárnicos elaborados es clave para mantener la confianza de los consumidores en los productos que se ponen en el mercado.
El Plan de Autocontrol Integral de la Industria Cárnica Española (PACIC), que cuenta con el soporte del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), permite a las empresas llevar a cabo una exhaustiva revisión y evaluación del etiquetado y la trazabilidad de la carne, para cumplir con la normativa vigente y reforzar la calidad y seguridad alimentaria.
Con este programa se ayuda a las empresas del sector cárnico a evitar todo tipo de infracciones, que incluyen la carencia de elementos para garantizar la trazabilidad de los productos, no poder justificar menciones que aparecen en las etiquetas como por ejemplo origen, composición, variedades, razas, manipulaciones y procesos, métodos de elaboración, etc.
Si necesitas más información sobre el programa PACIC, puedes consultar su página web: https://www.pacic.es/es/ index.htm
APRECIACIONES Y COMENTARIOS DE FECIC
“La importancia del etiquetado, y que la información que consta en este sea correcta, es la clave para mantener la confianza del consumidor. Nuestro objetivo es transmitir esta imagen de transparencia delante de los consumidores, proyectando así una visión más armonizada del sector, además de poder hacer frente a la publicidad desleal dentro del propio sector, basada en estos casos en mensajes y menciones engañosas”.
AUTORA
Joana Salagre. Responsable Área Técnica de FECIC