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Tesoro cultural viviente de Santo Domingo

Es un caso que consideramos notable, que antes del año del Ballet Folklórico Dominicano tenga más de 50 números en repertorio, entre bailes, canciones y costumbres.

En la presentación que se efectuará el 30 de los corrientes en el Conservatorio Nacional de Música y Declamación, tanto el Ballet Folklórico Dominicano, como el Ballet Folklórico de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, presentarán ÚNICAMENTE BAILES NUEVOS RECIÉN RESCATADOS, como un homenaje especial a Papito Vallejo, pionero de la investigación científica de los bailes folklóricos en Santo Domingo.

He aquí algunos de los adelantos del programa: El baile Guayubín fue rescatado por el Ballet Folklórico de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, en Jarabacoa, en viaje de investigación que efectuamos conjuntamente, a ellos les cabe el privilegio de presentarlo por primera vez al público después de su rescate. El baile del Pri-Pri, también rescatado por el grupo anterior, es una prueba evidente y firme de la riqueza de nuestro folklore y de la belleza de nuestros elementos. Confieso que, al ver tal belleza, sentí una gran admiración de ver que mis alumnos han hecho aportes tan interesantes a la cultura dominicana. Son de hecho, a pesar de su juventud y de cualquier error que pudieran cometer a guisa de pioneros, un verdadero tesoro para nuestro país.

Canciones de arrear bueyes, de lavanderas y de aguateros serán presentadas por el Ballet Folklórico Dominicano, elementos todos recogidos entre gentes sencillas, pero con una gran belleza de giros y una plástica admirable para su presentación en escenarios.

El baile del Bamboulá, traído por esclavos de Louisiana, que conserva el sello característico de los bailes de corte de la Francia del siglo XVIII y aún en sus mandos conserva el francés de aquella época.

El baile del Monito, alegre baile del Carnaval de Santiago, al cual, para evitar excesos de mal gusto, se le ha buscado una solución de compromiso muy a gusto del público.

El Macayombí, baile ancestral y parsimonioso en el cual el espíritu de las cosechas va alegremente derramando sus simientes.

El baile del Muñeco, variante local de La Culona de Cuba y del Perú, de intenso colorido y alegría, que deja al público perplejo.

Y, por último, el baile del Caimán, alegre comparsa del carnaval que, aunque proveniente de Venezuela, fue traída a nuestro país por inmigrantes cubanos a fines del siglo pasado y es el rescate del cual los aporte de Rufino Martínez y Ramón Díaz, entre otros, fue decisivo y a quienes se les dedica esta primera presentación del baile.

Santo Domingo Enero 25, 1976

Papito Vallejo y el primer festival folklórico dominicano

Por: Fradique Lizardo

Papito Vallejo nació cerca de Haina, el 20 de febrero de 1929. Al nacer, recibió el nombre de Rafael Aníbal Vallejo Pérez, nombre que perdería luego por el familiar de Papito. Creció y se educó en Santo Domingo y se graduó en la Universidad de Santo Domingo de ingeniero civil. Hasta aquí he esbozado la vida de un ciudadano común, que ver transcurrir su vida sin pena ni gloria. Sin embargo, por haber tomado parte en una actividad cultural sin precedentes, el nombre de Papito Vallejo pasará a la historia entre los de aquellos que se ocuparon por recoger y conservar el patrimonio cultural del pueblo dominicano.

Desde 1946 a 1948, en plena adolescencia, viajó con Edna Garrido por todos los caminos del país, aprendiendo los bailes en los mismos sitios donde nuestro pueblo los conservaba, en una obra sin precedentes, que ambicionaba conservar los orígenes de nuestra cultura.

Cuando Edna Garrido, que había salido a estudiar folklore, casó con su profesor, y quedó en los Estados Unidos, se pensó preparar un festival con el material que Edna había recogido y tocó a Papito dirigir este festival con el material que Edna había recogido, lo cual hizo, no solamente con mucho acierto, sino que demostró que el material folklórico recogido en forma científica puede constituir un espectáculo agradable, como lo demostró el público, que abarrotó los locales en los tres días que se presentó dicho festival.

Con el nombre de «Recuerdos del Ayer», se presentó durante los días 30 y 31 de enero y 1 de febrero de 1950, en el local que ocupa hoy el Conservatorio, en el Hotel Jaragua y en el Teatro Julia, respectivamente. La primera presentación, que fue la oficial, requería invitaciones y el público casi puede decirse que estuvo limitado a la burocracia y sus allegados. La segunda presentación, fue presenciada por los que acostumbraban a asistir al Jaragua, que, aunque estaba colmado, no era el marco más adecuado para un gran público.

La tercera presentación, la del Teatro Julia, fue genuinamente popular, con la particularidad que fue dedicada a los integrantes de Coros y Danzas de España, que en esos días nos visitaban y que asistieron en pleno a dicha función, juntándose sus manifestaciones de contento con las del pueblo, pero además acompañaron con sus castañuelas muchas de las canciones y es fama que llegaron a España entonando el «Ay Rondé» y el «Llegó, llegando» que aprendieron en el Festival Folklórico de Papito Vallejo.

Los participantes de dicho festival, contando con la fidelidad de su memoria, fueron los siguientes: Papito Vallejo, Rafael Pellerano, Armando Pellerano, José Miguel Goico, Marino Piantini, Luis Morales, Enriquillo del Rosario, Johnny Pacheco y Fradique Lizardo como bailarines.

Cecilia Garrido, Victoria Espinal, Zulema Duluc, Cosette Ortega, Adelita Chabebe y María Cristina Guerrero (Marión), como bailarinas.

Como cantantes, actuaron el Dr. Ulises Castillo y Mireya Valdez y el director de la parte musical fue Enriquillo Sánchez.

Después de la presentación de la primera noche, el Lic. Víctor Garrido nos condujo a su residencia y junto con su esposa, doña Tijides, nos ofreció una recepción, desde la cual le enviamos un telegrama a Edna, que más o menos estuvo redactado en estos términos: Edna Garrido Miami

Tu espectáculo ha triunfado

Tus muchachos

El programa del espectáculo incluía lo siguiente: Carabiné, Mangulina, Yuca, Baile de Palos, Chenché Matriculado y Zapateo, y como canciones incluyeron: Ay Rondé, Ay Mariné, Llegó, llegando y el Desgarite.

Así se preparó y transcurrió el Primer Festival Folklórico Dominicano hasta donde llegan mis recuerdos personales.

Ahora que se está preparando la conmemoración de tan magno evento, han dicho presente: Convite, El Ballet Folklórico de la UASD, el Ballet Folklórico Dominicano y esperamos que la participación de estas organizaciones sean del agrado del público, y que se pueda demostrar que nuestro folklore es rico, es agradable, y que podemos tener organizaciones que sin desvirtuar y adulterar nuestro folklore puede integrar el repertorio de cualquier grupo serio que piense proyectar nuestro folklore a la misma altura que cualquier espectáculo del mundo.

Santo Domingo, Enero 28, 1977

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