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1.7. Tipos de dietas

• Trastornos del comportamiento alimentario debido a cánones de belleza: anorexia y bulimia.

Por ello se hace necesaria la educación para una alimentación basada en la salud, en la que se incremente el consumo de verduras, fruta y leche sin que esto signifique un incremento del aporte calórico. Se trata de controlar la ingesta de sal y azúcar, limitar el consumo de proteínas (especialmente de origen animal), disminuir la cantidad de grasas saturadas y comer variado y equilibrado.

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En cuanto a las denominadas «enfermedades de la civilización» podemos señalar varias, como el estreñimiento, las hemorroides, la hipertensión, la arterioesclerosis, las neoplasias, la diabetes tipo 2, la obesidad, las caries o los trastornos del comportamiento alimentario.

Una dieta es un plan alimentario con el tipo de nutrientes que la dieta dada permite ingerir al cuerpo. Una buena dieta debe proporcionar al organismo los nutrientes necesarios para conservar una vida saludable.

Podemos encontrar varios tipos de dietas en función de varios factores. Según el origen biológico de estos tenemos:

• Vegetariana: en esta dieta no se consume carne y se basa en el consumo de vegetales, tal como su nombre indica. Dentro del vegetarianismo existen tipos o subclases. Así, podemos señalar la dieta en la que no se consume ningún producto procedente de un animal o aquella que solo evita la carne.

• Omnívora: en ella se consumen alimentos de origen tanto animal como vegetal.

• Dieta carnívora: los alimentos predominantes en la dieta. de procedencia animal son los

Otra clasificación de alimentos es en función de la región o desde el punto

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de vista cultural:

• Dieta mediterránea.

• Dieta occidental.

• Dieta asiática, etc.

Si tomamos como referencia el punto de vista nutricional, podemos encontrar:

• Dietas basales o dietas básicas: dietas equilibradas en las que no se necesita realizar modificaciones en cuanto a nutrientes porque proporcionan al usuario todos los componentes básicos de la nutrición. Esta es la dieta que siguen las personas sanas.

• Dietas terapéuticas: son las dietas destinadas al tratamiento de alguna patología o necesidad fisiológica, en las que se altera la composición en nutrientes, en energía o en la textura y consistencia del alimento. Estas dietas se subdividen en:

◦ Dietas absolutas: por prescripción facultativa el usuario no puede consumir por vía oral ningún alimento ni líquido ni sólido. Estas dietas suelen usarse previa o posteriormente a una intervención quirúrgica o cuándo se piensa que puede existir una obstrucción digestiva.

◦ Dietas líquidas: alimentación compuesta exclusivamente por alimentos no sólidos. Su duración es corta en el tiempo y está indicada como primer paso en posoperatorios o en pacientes con infecciones digestivas que causen deshidratación.

◦ Dietas blandas: se suelen usar después de las dietas líquidas cuando la persona ya puede empezar a tomar algún alimento de consistencia mayor que los líquidos. En esta dieta los alimentos serán fáciles de digerir y su elaboración ha de ser sencilla. Podemos citar como ejemplo:

▪ Alimentos líquidos: leche, zumo, agua, caldo, etc. ▪ Alimentos semisólidos: puré, yogur, natillas, etc.

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44 ▪ Alimento sólido de consistencia blanda: croquetas, jamón cocido, tortilla francesa, etc.

◦ Dietas hipocalóricas: modificadas en energía, normalmente se realiza una restricción en la cantidad de energía aportada en la dieta. El contenido de esta es de 1200 calorías como máximo, repartidas en cinco comidas diarias. Está indicada en personas obesas o con sobrepeso y hay alimentos prohibidos como son las bebidas azucaradas, el alcohol, los fritos, las salsas o por ejemplo los alimentos ricos en grasas e hidratos de carbono.

◦ Dietas hipercalóricas: el contenido calórico de estas dietas suele ascender a 4000 calorías repartida en cuatro comidas al día, ya que se basa en el aporte máximo de calorías en el mínimo volumen. Estas dietas están aconsejadas en casos de anorexia o de desnutrición.

◦ Dietas hipoproteicas: suponen una disminución del consumo de proteínas a unos 60 o 40 gramos y están indicadas para personas que las metabolizan mal, como sujetos con insuficiencia hepática o enfermedades de los riñones. Se limitan o incluso prohíben alimentos ricos en proteínas como la leche, la carne o los huevos y se incrementa el consumo de verduras o frutas.

◦ Dietas hiperproteicas: suponen un incremento del consumo normal de proteínas. Se aconsejan en personas desnutridas, madres lactantes o personas con úlceras por presión que necesitan reparar sus tejidos.

◦ Dietas pobres en colesterol: implican una reducción del consumo de alimentos ricos en colesterol. Están indicadas para pacientes con colesterol en sangre elevado, que puede derivar en un infarto de miocardio o en arteriosclerosis. Se recomienda una ingesta hipocalórica de 1800 kilocalorías y con pocos carbohidratos. Además están prohibidas las bebidas alcohólicas y las grasas saturadas como la leche entera, los quesos, el tocino o los embutidos.

◦ Dietas astringentes o pobres en residuos: conllevan una reducción total o parcial de alimentos ricos en fibra y están indicadas en situaciones previas a una intervención quirúrgica, a una prueba de exploración o cuando existe diarrea. Se prohíbe el consumo de verduras, leche y sus derivados, hortalizas y frutas, con la excepción

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de la manzana y del plátano. Se aconseja el arroz, la zanahoria, el pescado hervido y la carne de pollo.

◦ Dietas laxantes o ricas en residuos: son ricas en fibra alimentaria y están recomendadas en casos en los que hay reducción de la motilidad intestinal, ya que favorecen la evacuación. Es aconsejable el consumo de líquidos, de frutas, verduras, pan integral, ensaladas y legumbres con sus cubiertas. Se prohíben el arroz, el chocolate y el membrillo.

◦ Dietas pobres en hidratos de carbono: implican una importante reducción de los carbohidratos, pero no su eliminación absoluta.

Están indicadas en personas con elevados niveles de glucosa en sangre. En estas dietas se prohíben los alimentos tipo azúcar, leche condensada, miel, chocolate o los pasteles. También se limita el consumo de pan, cereales, féculas o frutas.

◦ Dietas hiposódicas: suponen la limitación total o parcial del consumo de sal. Si bien una dieta normal debe aportar entre 10 o 20 gramos de sal al día, en estos casos debe aportarse menos de un gramo diario. Además también se prescinde de los alimentos que contienen gran cantidad de sodio como quesos, galletas, bollería, mariscos, alimentos precocinados o conservas. Están indicadas para personas con edemas (ya que retienen mucho y por lo tanto no eliminan la sal ingerida), con insuficiencia renal o con hipertensión o insuficiencia cardíaca.

◦ Otras dietas:

▪ Pobres en calcio, fosfato y uratos para personas con cálculos renales.

▪ Pobres en gluten o sin gluten: para personas con intolerancia a este derivado proteico.

▪ Pobres en potasio para personas con insuficiencia renal.

▪ Ricas en potasio.

▪ Pobres en purinas para personas con gota.

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