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5. La evaluación de los aprendizajes: progresiones de aprendizaje
En el caso de la educación secundaria, las y los docentes que están contratados por asignatura conservarán sus derechos y la jornada laboral que han tenido hasta ahora, de acuerdo con las necesidades de cada centro educativo. Lo que se requiere es potencializar a través de la integración el trabajo conjunto y fortalecer la Comunidad Académica Escolar.
5. La evaluación de los aprendizajes: progresiones de aprendizaje
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A continuación, se proponen a las maestras y a los maestros las siguientes pautas para la evaluación de los aprendizajes:
✓ Los aprendizajes planteados en los programas de estudio son un referente para organizar el trabajo, así como para la evaluación de los avances de las niñas y de los niños. Lo fundamental radica en los aprendizajes que se desarrollen en el marco de la relación pedagógica entre las niñas, niños y adolescentes, y de ellos éstos con las maestras y maestros, en el contexto y momentos específicos en los que se desarrollan los procesos educativos.
✓ El enfoque formativo de evaluación de los aprendizajes implica documentar sistemáticamente información acerca del
desenvolvimiento de las niñas, niños y adolescentes en las actividades y experiencias que se promueven en el aula, la escuela, la casa y la comunidad, así como de las condiciones en las que se desarrolla el trabajo educativo en dichos espacios. Esto permite hacer valoraciones y tomar decisiones en relación con el proceso educativo del que forman parte las y los estudiantes y las y los docentes.
✓ Los procesos de aprendizaje en los diversos campos formativos son de largo aliento, por lo que el avance puede ser progresivo con oportunidades que enriquezcan la experiencia de las niñas, niños y adolescentes. Por ello, es central que se generen estrategias de evaluación de acuerdo con cada grupo y comunidad, que considere el contexto socioambiental en el que viven las niñas, niños y adolescentes, y se identifiquen sus aptitudes, factores cognitivos y socioemocionales.
✓ Las estrategias de evaluación que se generen deben ser claras y flexibles, por lo que es importante que se identifique qué, cómo,
para qué y cuándo se va a evaluar, así como a las y los sujetos involucrados (docentes, estudiantes, grupos y escuela en general), estableciendo criterios claros y graduales que permitan dar acompañamiento activo a las niñas, niños y adolescentes durante los procesos de enseñanza y aprendizaje, otorgándoles un sentimiento de control sobre su aprendizaje.
✓ Documentar en la medida de lo posible lo que hacen las niñas, niños y adolescentes durante los procesos formativos. En muchas ocasiones los productos, tareas, exposiciones o un examen como única evidencia de su aprendizaje, es insuficiente para saber cómo resuelven y enfrentan los desafíos de las actividades que plantea el programa de estudios.
✓ Identificar de manera específica las áreas de oportunidad de las y los estudiantes en relación con su aprendizaje, para generar retroalimentación continua, oral y escrita, que derive en evidencia de su proceso de acompañamiento.
✓ La retroalimentación continua debe permitir que las y los estudiantes se formen una idea apropiada de su aprendizaje y crecimiento, siempre utilizando un lenguaje descriptivo y generando la posibilidad de que realicen ajustes y regulaciones a sí mismos.
Estas pautas de evaluación son sólo una guía para la comunidad docente, tienen el propósito de orientarlos dentro de una formación centrada en el proceso de negociación y reflexión entre las niñas, niños y adolescentes y las y los docentes que se da de manera planeada a través del