HACE 40 AnOS
En junio de 1982...
EN LAS EDICIONES NÚMEROS 83 Y 84 (NUEVA ÉPOCA) DE CINEINFORME, CORRESPONDIENTES AL MES DE JUNIO DE 1982, SE ANALIZABAN DOS ASUNTOS DE ESPECIAL INTERÉS: UNO RELACIONADO CON LA EXHIBICIÓN Y EL OTRO CON LA PRODUCCIÓN A NIVEL MUNDIAL.
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l asunto que afectaba a la exhibición española era la celebración en nuestro país del Mundial de Fútbol, que se suponía que iba a dejar desiertas las salas de cine, aunque luego resultó no ser para tanto. En junio se inauguró el centro de emisión de Torrespaña, conocido popularmente como Pirulí, que garantizó la distribución de la señal del Mundial. La otra sí que era una cuestión transcendental para el futuro de la producción a nivel mundial. Los estudios Universal y Disney habían presentado una demanda en la Corte Suprema de Estados Unidos contra Sony, fabricante de los equipos domésticos Betamax, que eran capaces de grabar y reproducir programas emitidos por las cadenas de TV. Ello producía un grave daño económico a los productores y el alto tribunal recomendó a las partes litigantes llegar a un acuerdo para que los fabricantes de videorecorders pagasen a los productores un porcentaje por la venta de cada uno de sus aparatos. Estaba naciendo el concepto de 'Compensación por copia privada'
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que iba a dar mucho que hablar en los siguientes años. En España, uno de los mayores defensores de este acuerdo era nuestro querido amigo Jorge Grau. En junio publicamos íntegramente un inteligente análisis, 'El futuro de las percepciones de los derechos de autor ante la diversificación de los medios audiovisuales', que reproducimos aquí parcialmente. Grau era delegado de ADIRCE (Asamblea de Directores y Realizadores Cinematográficos Españoles) en la FERA (Federación Europea de Realizadores Audiovisuales): "No cabe duda de que los desarrollos presentes y futuros de las técnicas de producción y difusión audiovisuales darán lugar a la caducidad de todos los conceptos de percepción de derechos de autor actualmente en vigor en los países europeos, en un plazo más o menos corto. Ciertos hechos constatan esta aseveración. Primero. La generalizada retransmisión por cable y la interdependencia de las emisiones por TV hacen imposible su limitación al país emisor (...) Segundo. Las nuevas formas de distribución de obras, tales como la CINEINFORME - JUNIO 2022
denominada televisión de pago, generalizadas en Estados Unidos y que se han introducido en Europa bajo diferentes modalidades, han eliminado cualquier posibilidad de relación entre la cuenta de ingresos y los derechos de autor correspondientes. Tercero. La futura producción y difusión por medios electrónicos cambiarán totalmente el proceso y harán aún más difícil el concepto de espectáculo tal y como ahora lo conocemos. Cuarto. La plaga de la piratería que sufren las obras y que se extiende desde el registro privado por videocassette hasta verdaderos circuitos de latrocinio audiovisual está tan generalizada, por no decir institucionalizada, que los desarrollos futuros no vendrán más que a agravar una situación ya de todo punto intolerable. (...) Separando el problema de la piratería, es posible calcular un potencial de espectadores por medios estadísticos y se puede concebir un sistema de percepción de una tasa anual fija impuesta a los organismos de retransmisión por cable o por satélite. Es evidente que un autor no podría individualmente percibir estos derechos, aunque no