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Capítulo 2: Beneficios de la biodiversidad para las ciudades
Beneficios de la biodiversidad para las ciudades
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En este capítulo se examinan los beneficios de la biodiversidad para las ciudades mediante la prestación de servicios ecosistémicos importantes para las poblaciones urbanas.
La biodiversidad trae múltiples beneficios
Los servicios de los ecosistemas son fundamentales para la supervivencia y el bienestar humano.xiv Se estima que la humanidad no sería capaz de costear todos los servicios de los ecosistemas que utilizamos si estos servicios se pagaran en términos monetarios basados en su valor estimado; en 2014 este monto se estimó en 125 billones de dólares o alrededor de 166% más que todo el producto nacional bruto mundial (75,2 billones de dólares).xv
La tecnología actual no alcanza a remplazar muchos de estos servicios de los ecosistemas, y el costo no económico de la pérdida de los ecosistemas es incalculable e inimaginable. Esta realidad es alarmante, sobre todo teniendo en cuenta que entre 1997 y 2011 la pérdida de servicios de los ecosistemas debido a cambios en el uso de la tierra por intervenciones de los humanos se estimó entre 4,3 y 20,2 billones de dólares anuales. La Evaluación de los Ecosistemas del Milenio estima que más del 60% de los servicios de los ecosistemas han sufrido degradación a causa de las actividades humanas.xvi Estamos claramente ante una crisis de extinción de la biodiversidad; los científicos estiman que estamos perdiendo especies a una tasa hasta 1.000 veces más alta que la tasa de extinción natural, con literalmente docenas de especies extinguiéndose cada día. Posiblemente para 2050 entre un 30 y un 50 por ciento de todas las especies se encontrarán extintas o en vías de extinción.xvii
Los servicios de los ecosistemas son las contribuciones directas e indirectas de los ecosistemas al bienestar humano. Las ciudades dependen de los ecosistemas para una amplia variedad de bienes y servicios esenciales para la sostenibilidad económica, social y ambiental, tanto dentro como fuera del entorno urbano. Los ecosistemas biodiversos dentro de las ciudades ayudan a regular la temperatura, proteger contra peligros naturales, satisfacer las necesidades energéticas, apoyar la agricultura, prevenir la erosión del suelo, purificar las aguas residuales y ofrecer oportunidades de recreación e inspiración cultural. El Programa de Desarrollo Sostenible para 2030, acordado por los 193 Estados Miembros de las Naciones Unidas, establece un ambicioso marco de objetivos y metas universales e indivisibles para hacer frente a una serie de problemas sociales globales. La diversidad biológica y los ecosistemas ocupan un lugar destacado en muchos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y las metas conexas. Contribuyen directamente al bienestar humano y a las prioridades de desarrollo. La biodiversidad se encuentra en el centro de muchas actividades económicas, particularmente aquellas relacionadas con la agricultura, la silvicultura y la pesca. A nivel mundial, casi la mitad de la población humana depende directamente de los recursos naturales para subsistir, y muchas de las personas más vulnerables dependen directamente de la biodiversidad para satisfacer sus necesidades diarias.xviii
La iniciativa llamada The Economics of Ecosystem Services and Biodiversity clasifica los servicios ecosistémicos en cuatro categorías principales: aprovisionamiento, regulación, cultura y apoyo/hábitat.xix
Los servicios de aprovisionamiento incluyen todos los productos materiales obtenidos de los ecosistemas, incluyendo recursos genéticos, alimentos y fibras, y agua dulce. Los servicios de regulación incluyen todos los beneficios de regulación y control del entorno obtenidos de los procesos del ecosistema, incluyendo la regulación del clima, el agua y algunas enfermedades humanas.
Los servicios culturales son los beneficios no materiales que las personas obtienen de los ecosistemas a través del enriquecimiento espiritual, el desarrollo cognitivo, la reflexión, la recreación y la experiencia estética, así como su papel en el apoyo a los sistemas de conocimiento, las relaciones sociales y los valores estéticos. Por último, los servicios de apoyo o de hábitat son aquellos necesarios para la producción y mantenimiento de todos los demás servicios ecosistémicos.
La biodiversidad y los servicios de los ecosistemas
Los ecosistemas y la biodiversidad sustentan el funcionamiento cotidiano de las ciudades y los sistemas humanos mediante la prestación de servicios y condiciones básicos que permiten, apoyan y protegen la producción, el consumo y el diario vivir de los humanos. Los ecosistemas sanos pueden proporcionar protección y resiliencia frente a los fenómenos meteorológicos extremos y los desastres. Una planificación urbana que integre la conservación de la biodiversidad también contribuirá a que los asentamientos humanos sean más sostenibles y habitables. Por ejemplo, la colocación estratégica de árboles en zonas urbanas puede enfriar el aire entre 2°C y 8°C. Además, los árboles colocados adecuadamente alrededor de los edificios pueden reducir las necesidades de aire acondicionado en un 30% y ahorrar entre un 20% y un 50% de la energía que se estaría utilizando para la calefacción.xx
A continuación se indica el valor de cada uno de los cuatro servicios de los ecosistemas para los entornos urbanos.
Servicios de aprovisionamiento
Suministro de alimentos
El suministro de alimentos incluye alimentos procedentes de ecosistemas terrestres, marinos y de agua dulce directamente para consumo humano, o el forraje o alimento para el ganado. También incluye la caza, la recolección, la agricultura de subsistencia y las actividades agrícolas, hortícolas y de pesca comercial a mayor escala. Si bien el suministro de alimentos ha aumentado enormemente desde finales de la década de 1960 debido a la "revolución verde", y la producción de alimentos ocupa ahora más de un tercio de la superficie terrestre del planeta, esto se ha producido a expensas de una disminución en servicios de regulación y de apoyo.xxi La producción
de alimentos aumentó un 45% entre 1992 y 2009. Esta cifra fue aún mayor que la del aumento de la población en el mismo período, que fue del 26%.xxii El sistema actual para producir alimentos a nivel mundial se basa en el transporte de productos de negocios agroindustriales de gran escala, más que de granjas locales tradicionales y pequeñas, las cuales existían antes de la "revolución verde". Estos grandes negocios agroindustriales dependen en gran medida de combustibles fósiles y fertilizantes. Con el tiempo, la agricultura intensiva disminuye la capacidad de la tierra para producir alimentos sin estos insumosxxiii, lo que repercute negativamente en otros servicios de los ecosistemas.
Se ha calculado que, si se comparan los alimentos con los combustibles fósiles que se utilizan para producirlos, el valor calórico de los combustibles es siete veces mayor que el valor calórico de la fuente de alimentos producida.xxiv Esto significa que por cada caloría consumida como alimento, se utilizó siete veces más energía en su producción y traslado al punto de venta. La producción de alimentos y las elecciones de consumo de los individuos contribuyen significativamente al cambio climático. Por otro lado, el actual modelo de producción de alimentos del que depende la mayoría de la población mundial probablemente dejaría de ser viable sin el aporte de los combustibles fósilesxxv .
La producción urbana de alimentos se realiza en campos agrícolas periurbanos, azoteas, patios traseros y jardines comunitarios. En la mayoría de los casos, las ciudades sólo producen una pequeña parte de los alimentos que consumen, y dependen en gran medida de zonas periurbanas para satisfacer su demanda. Sin embargo, en algunas zonas geográficas y en determinados períodos, la producción de alimentos de la agricultura urbana puede desempeñar un papel importante para la seguridad alimentaria, especialmente durante las crisis económicas y políticas.
Suministro de agua
Los servicios de los ecosistemas relacionados con el agua incluyen la regulación de los flujos hidrológicos, así como el almacenamiento, la purificación, el suministro y la retención del agua. Tanto los humanos como el ganado tienen una necesidad de consumir agua para asegurar la supervivencia y salud de la humanidad. También se consume en cantidades muy grandes para el riego de cultivos u otros fines agrícolas y, en menor medida, para procesos industriales. Además de ser un servicio de aprovisionamiento, el agua también se puede considerar un servicio de regulación. En este sentido, cabe destacar que los ecosistemas locales influyen significativamente en la retención de agua, la gestión de la escorrentía en cuanto al volumen y al momento en que sucede, la recarga de los acuíferos, el control de las inundaciones y la calidad del agua potable. Todos estos aspectos de regulación también tienen un impacto directo en el servicio de aprovisionamiento de agua.xxvi
El crecimiento de las ciudades en todo el mundo presenta nuevos desafíos en cuanto a cómo se puede asegurar el suministro de agua para satisfacer las necesidades de la sociedad. Los ecosistemas proporcionan a las ciudades agua dulce para beber y para otros usos humanos y aseguran el almacenamiento y la liberación controlada de los flujos de agua. La cubierta vegetal y los bosques de la cuenca de la ciudad influyen en la cantidad de agua disponible.
En 2019, algunas de las ciudades del mundo, incluida Ciudad del Cabo, Sudáfrica, se enfrentaron a la posibilidad de llegar al Día Cero; un día en el que se había predicho que los grifos de la ciudad se secarían. Esta predicción se debía a que se veía remota la posibilidad de asegurar un suministro continuo de agua, pues las reservas de agua dulce se habían reducido excesivamente.xxvii
El futuro de nuestras ciudades se ve ahora afectado de dos maneras como resultado del cambio climático: demasiada agua (inundaciones, subida del nivel del mar) o insuficiencia de agua (sequía, calor extremo, aumento del riesgo de incendios).
Bioquímicos
Los servicios ecosistémicos bioquímicos permiten principalmente el suministro de medicinas, ya sea directamente en forma de medicinas tradicionales o indirectamente a través de la industria farmacéutica. La búsqueda de bioquímicos útiles se cita frecuentemente como una razón para la conservación de ciertos ecosistemas, en particular las selvas tropicales.xxviii El 80% de la población mundial depende de la medicina herbaria tradicional y más del 50% de los medicamentos modernos de venta con fórmula médica se descubrieron originalmente en las plantas. Los ecosistemas también proporcionan otros productos químicos relacionados con la conservación (sobre todo de alimentos), la limpieza (corporal, del hogar, etc.), la moda (productos cosméticos, pigmentos, tintes, etc.) y el entretenimiento (pintura, fuegos artificiales, materiales para pasatiempos, etc.).xxix
Materias primas
El servicio ecosistémico de materias primas incluye el suministro de madera, fibra, piedra, tierra, arena y diversos minerales para productos y actividades humanas. A medida que la tecnología humana ha ido avanzando, ha sido posible extraer más materias primas de los ecosistemas naturales para satisfacer las supuestas necesidades de una creciente población urbana y una mayor cultura de consumo. Al igual que la producción de alimentos, este servicio ecosistémico ha aumentado de valor desde la época de la Revolución Industrial. No obstante, esto también ha significado la degradación de otros servicios ecosistémicos, como la regulación del clima, la disponibilidad de hábitats, la prevención de la erosión y el suministro de agua dulce.xxx
Recursos genéticos
Los ecosistemas producen información genética que es utilizada por los seres humanos ya sea directa o indirectamente para apoyar el mantenimiento de ecosistemas sanos. La información genética permite una evolución continua y, por lo tanto, proporciona un potencial de adaptación dentro de un contexto constantemente cambiante y en evolución. La variedad en los recursos genéticos asegura la salud continua de las poblaciones de flora y fauna y juega un papel importante en la generación o el mantenimiento de la resiliencia.xxxi Cuanto más diversa sea una población, más probable será que los individuos tengan la capacidad adaptarse a cambios en las condiciones ambientales. El mejoramiento selectivo y la ingeniería genética son ejemplos de cómo los seres humanos utilizan la información genética de los ecosistemas como un recurso. Los seres humanos han utilizado durante mucho tiempo la variedad genética, tanto de flora como de fauna, para manipular los rasgos de cultivos alimentarios y del ganado, dándoles de esta manera características deseables. La ingeniería genética es una forma más reciente de manipulación de organismos que
puede dar lugar a organismos que no habrían podido aparecer de forma natural, incluso mediante un proceso de cría selectiva. La reciente controversia sobre los organismos genéticamente modificados (OGM) ha puesto en tela de juicio el concepto de lo que ahora es "natural" en nuestro suministro de alimentos.
Combustible
Los combustibles y la energía derivados de la biomasa, los biocombustibles, los aceites vegetales y la energía eólica, hidráulica y solar son un servicio esencial del ecosistema. A medida que las tecnologías humanas cambian, se abren posibilidades de acceder a diferentes fuentes de energía, expandiendo de este modo el alcance y la escala de este servicio ecosistémico.
Servicios de regulación
Hay muchas maneras en las que los servicios de los ecosistemas permiten que nuestras ciudades sean habitables.
Regulación de la temperatura urbana
La infraestructura ecológica de las ciudades regula las temperaturas locales y amortigua los efectos de las islas de calor urbanas. Por ejemplo, las masas de agua urbanas amortiguan las temperaturas extremas absorbiendo el calor en verano y liberándolo en invierno. Asimismo, los árboles y la vegetación de las ciudades reducen las temperaturas en los meses más calurosos ya que ofrecen sombra y absorben el calor del aire por evapotranspiración, especialmente cuando la humedad es baja. El agua de las plantas absorbe el calor a medida que se evapora, enfriando así el aire en el proceso. Los árboles también pueden regular las temperaturas del aire y la superficie local pues actúan como un escudo que refleja la radiación solar y ofrecen sombra a las superficies como calles y aceras, las cuales habrían absorbido el calor si estos árboles no estuvieran presentes. La disminución de la carga de calor de la ciudad es uno de los servicios ecosistémicos de regulación más importantes que los árboles proporcionan a las ciudades.
Reducción de ruido
El tráfico, las obras de construcción y otras actividades humanas hacen del ruido un importante problema de contaminación en las ciudades, que afecta la salud de los habitantes por el estrés que puede llegar a causar. El suelo y las plantas urbanas pueden atenuar la contaminación acústica mediante la absorción, desviación, reflexión y refracción de las ondas sonoras.
Purificación del aire
La contaminación atmosférica procedente de los medios de transporte, la industria, la calefacción doméstica y la incineración de residuos sólidos urbanos es un problema importante para la calidad del medio ambiente y la salud humana en el entorno urbano; provoca un aumento de las enfermedades respiratorias y cardiovasculares. La vegetación en los sistemas urbanos puede mejorar la calidad del aire eliminando los contaminantes de la atmósfera, incluyendo el ozono (O3), el dióxido de azufre (SO2), el dióxido de nitrógeno (NO2), y el monóxido de carbono (CO).
Moderación de los extremos climáticos
El cambio climático está aumentando la frecuencia y la intensidad de los extremos ambientales; esto plantea un creciente desafío de adaptación para las ciudades, especialmente las situadas en zonas costeras y de baja altitud. La infraestructura ecológica formada por manglares, deltas y arrecifes de coral puede actuar como una barrera natural que protege a las ciudades de los fenómenos y peligros climáticos extremos, como tormentas, olas de calor, inundaciones, huracanes y tsunamis; esta infraestructura puede reducir drásticamente los daños causados a las ciudades costeras. La vegetación también estabiliza el suelo y reduce la probabilidad de que se produzcan deslizamientos de tierra. Los efectos devastadores causados por los recientes fenómenos climáticos, como el tsunami del Océano Índico en 2004 y el huracán Katrina en 2005, llevaron a varios científicos a hacer un llamado para reevaluar la gestión de riesgos y la reducción de la vulnerabilidad existente en las ciudades. Este nuevo enfoque debería incorporar combinaciones acertadas entre la infraestructura construida (por ejemplo, los diques) y la infraestructura ecológica (por ejemplo, la función protectora de la vegetación).
Mitigación de la escorrentía
El aumento de la superficie impermeable en las ciudades provoca a su vez un aumento en los volúmenes de escorrentía de las aguas superficiales y, por lo tanto, aumenta el riesgo de que se produzcan inundaciones. La vegetación reduce los volúmenes de escorrentía superficial después de los eventos de precipitación, ya que interceptan el agua a través de las hojas y los tallos. El suelo también actúa como una esponja mitigadora de la escorrentía al recoger y almacenar agua en los poros del suelo, la cual luego se infiltra se convierte en flujo subsuperficial o flujo de base. Los paisajes urbanos con una cobertura impermeable del 50% al 90% pueden perder entre el 40% y el 83% de la precipitación por escorrentía superficial, en comparación con el 13% en los paisajes forestales. La interceptación de la precipitación por las copas de los árboles y las zonas verdes también frena los efectos de las inundaciones y reduce la presión sobre los sistemas de drenaje urbano mediante la filtración del agua. Los árboles de las calles de Nueva York, por ejemplo, interceptan 890 millones de galones de agua de lluvia anualmente. Otros medios para reducir la escorrentía de las aguas pluviales urbanas son los cursos de desagüe (drenajes sostenibles), las azoteas verdes y los jardines infiltrantes. Por ejemplo, las azoteas verdes pueden retener entre el 25% y el 100% de las precipitaciones, dependiendo de la profundidad de enraizamiento, la pendiente del tejado y la cantidad de lluvia. Además, pueden retardar el momento de la escorrentía máxima, disminuyendo así la presión sobre los sistemas de alcantarillado para tormentas. Los jardines infiltrantes y las áreas de biorretención también pueden reducir la escorrentía superficial. Las azoteas y muros verdes también son elementos importantes en la articulación de nuevos corredores de vida silvestre urbana. Los muros verdes son todos los sistemas que permiten el reverdecimiento con plantas de una superficie vertical. Las azoteas verdes cuentan con varias capas, incluyendo las de impermeabilización, drenaje, aislamiento con sustrato de tierra y plantas de crecimiento activo. Dependiendo de la profundidad del sustrato, de las inversiones en el cuidado de las plantas y de la irrigación, las azoteas verdes suelen clasificarse como "cubiertas intensivas" o "cubiertas extensivas". Los edificios con vegetación pueden contribuir a la conectividad. La dispersión es un proceso de tres etapas (emigración, migración, inmigración) que resulta de la
interacción entre comportamientos específicos de cada especie y la configuración del paisaje. El nivel de conectividad de una vía ecológica urbana depende de las características de la vía (tamaño, calidad, redundancia dentro del sistema de articulación, características del entorno y requisitos de las especies). xxxii
Tratamiento de residuos
Los ecosistemas filtran y descomponen los desechos orgánicos de los efluentes urbanos almacenando y reciclando los residuos mediante su dilución, asimilación y recomposición química. Los humedales y otros sistemas acuáticos, por ejemplo, filtran los desechos de las actividades humanas; este proceso reduce el nivel de nutrientes y contaminación de las aguas residuales urbanas. Asimismo, la vegetación de los suelos urbanos puede desempeñar un papel importante en la descomposición de muchos tipos de desechos lábiles y recalcitrantes.
Regulación del clima mundial
Debido a que las zonas urbanas tienen múltiples superficies artificiales y altos niveles de combustión de combustibles fósiles, los impactos del cambio climático pueden verse intensificados en las ciudades. Las emisiones de gases de efecto invernadero en las ciudades incluyen dióxido de carbono (CO2), metano (CH4), óxido de nitrógeno (NO), clorofluorocarbonos (CFC) y ozono a nivel del suelo (O3). Los árboles urbanos actúan como sumideros de CO2 al almacenar el exceso de carbono como biomasa durante la fotosíntesis. Debido a que la cantidad de CO2 almacenada es proporcional a la biomasa de los árboles, el aumento del número de árboles puede potencialmente frenar la acumulación de carbono atmosférico en las zonas urbanas. Por lo tanto, una opción atractiva para la mitigación del cambio climático desde las ciudades es la implementación de programas de plantación de árboles. Se ha encontrado que la cantidad de carbono almacenado y secuestrado por la vegetación urbana es significativa; por ejemplo, 6.187 t/año en Barcelona y 16.000 t/año en Filadelfia. Los suelos urbanos también actúan como reservas de carbono. Sin embargo, la cantidad de carbono que una ciudad puede compensar localmente a través de la infraestructura ecológica es una cantidad modesta si se compara con el total de las emisiones de la ciudad procedentes de contaminantes producidos por los humanos.
Servicios culturales y de entretenimiento
Las ciudades también desempeñan un papel importante en la consolidación de valores culturales, espirituales y estéticos esenciales para la calidad de la vida humana.
Recreación
Debido a que los entornos y estilos de vida urbanos pueden ser estresantes para los habitantes, los aspectos recreativos de los ecosistemas urbanos se encuentran entre los servicios ecosistémicos más valorados. Los parques, bosques, lagos y ríos ofrecen muchas posibilidades de recreación, mejorando así la salud humana y el bienestar espiritual. Por ejemplo, una experiencia en un parque puede reducir el estrés, mejorar la claridad mental y renovar los ánimos del habitante de la ciudad,
así como proporcionarle una sensación de paz y tranquilidad. El valor recreativo de los parques depende de características ecológicas (diversidad ecológica y estructural), así como de la infraestructura construida (disponibilidad de bancos e instalaciones deportivas). Las oportunidades recreativas de los ecosistemas urbanos también varían según criterios sociales, como accesibilidad, capacidad de penetración, seguridad, privacidad y comodidad, y según factores que pueden causar perturbaciones sensoriales (es decir, el valor recreativo disminuye si se percibe que las zonas verdes son feas, poco atractivas o demasiado ruidosas). Los ecosistemas urbanos, como los jardines comunitarios, también ofrecen múltiples oportunidades para actividades de ocio y hoy en día representan importantes remanentes de los bienes comunales urbanos que han ido disminuyendo.
Beneficios estéticos
Los ecosistemas urbanos desempeñan un papel importante como proveedores de beneficios estéticos y psicológicos que enriquecen la vida humana con nuevas emociones y sensaciones. Los beneficios estéticos de los espacios verdes urbanos se han asociado con la reducción del estrés y el aumento de la salud física y mental. La capacidad de los espacios verdes urbanos biodiversos para mejorar el bienestar psicológico sería entonces otro servicio ecosistémico de suma importancia. En este orden de ideas, tales servicios ecosistémicos restaurativos constituyen uno de los muchos argumentos a favor de la conservación de la biodiversidad. En el Reino Unido, más del 80% de la población vive en zonas urbanas lo que supone considerables beneficios para ciertas áreas de salud, la economía y la educación. No obstante, la urbanización también ha planteado grandes retos tanto para el sistema social como para el natural. Una de cada seis personas en el Reino Unido se ven afectadas por problemas de salud mental, resultando en un costo estimado y en aumento para la economía de 105.000 millones de dólares al año. La mejora y la expansión de los espacios verdes se ha propuesto como una herramienta para aumentar el bienestar tanto ecológico como psicológico en los entornos urbanos, y el Consejo de Salud Pública (Faculty of Public Health) del Reino Unido afirma que: "los espacios verdes seguros pueden ser tan eficaces como los medicamentos de prescripción en el tratamiento de algunas formas de enfermedades mentales". De hecho, 34 ONG de conservación británicas han presionado para que el 1% de todo el gasto en salud se invierta en soluciones basadas en la naturaleza.
Se reconoce que muchos aspectos de la interacción con los espacios verdes son instrumentos eficaces para mejorar el bienestar. El acceso a los espacios verdes en los entornos urbanos permite contrarrestar la fatiga mental de la vida moderna con "la restauración y el rejuvenecimiento psicológico". Se ha comprobado que la proximidad a los espacios verdes mejora la salud psicológica al disminuir los niveles de cortisol, actuar como amortiguador de los acontecimientos estresantes de la vida, aumentar la cohesión social, disminuir la depresión materna y aumentar el bienestar psicológico general. Además de la proximidad a los espacios verdes, se ha demostrado que la "dosis" de exposición a los espacios verdes tiene un impacto en los beneficios obtenidos, con el hallazgo de que un 27% de casos de depresión se podría prevenir si las personas pasaran cinco horas o más a la semana en un jardín.xxxiii
Desarrollo cognitivo
La exposición a la naturaleza y a los espacios verdes ofrece múltiples oportunidades para el desarrollo cognitivo, lo que aumenta el potencial de cuidado del medio ambiente y permite un mayor reconocimiento del valor de los servicios de los ecosistemas. Por ejemplo, los bosques urbanos y las huertas se utilizan a menudo con fines de educación ambiental y facilitan la comprensión del funcionamiento de las estaciones y la dinámica ecológica, lo que desencadena una mayor eficiencia dentro de los paisajes tecnológicos y urbanizados. Asimismo, se ha comprobado que las huertas urbanas, los jardines comunitarios, los cementerios y otros espacios verdes actúan como importantes fuentes de conocimientos ecológicos locales e incorporan el potencial de compensar las pérdidas de conocimientos ecológicos observadas en comunidades de más altos ingresos. Los beneficios que trae la preservación de conocimientos ecológicos locales se han puesto en evidencia en el aumento de la resiliencia y de la capacidad de adaptación de los sistemas urbanos, además de generar mayores posibilidades de mantener y aumentar otros servicios ecosistémicos.
Alivio de la pobreza
La biodiversidad puede proporcionar a la población de más escasos recursos una especie de seguro contra riesgos rentable y de fácil acceso, en particular con relación a aquellos riesgos de seguridad alimentaria, los derivados de peligros ambientales y los de la salud. También se ha abierto una discusión sobre los riesgos asociados a una disminución en la resiliencia de los ecosistemas. Las pruebas disponibles apuntan a que, como las personas de escasos recursos tienen pocas fuentes alternativas que les brinden protección, dependen aún más de la biodiversidad para hacer frente a los riesgos. En una investigación realizada en Bangladesh se describió la forma en la que la población de más escasos recursos de Dhaka se podría beneficiar de un programa de silvicultura urbana bien planificado. Mediante el análisis de los actuales recursos ecológicos y la situación de pobreza en Dhaka, y utilizando un ejemplo más práctico basado en la experiencia, este proyecto demuestra algunos de los principales beneficios directos e indirectos de un programa de espacios verdes urbanos. Esta población en Dhaka ya tiene un vínculo con los espacios verdes de la ciudad relacionado a su sustento. Su calidad de vida podría aumentar si se les proporcionan más beneficios de la silvicultura urbana. La industria de los viveros y otros productos forestales está creando oportunidades de empleo para las personas de escasos recursos, ofreciéndoles fuentes de ingresos adicionales. Como la mayoría de la población más pobre de Dhaka no tiene acceso a la electricidad municipal, al agua potable o a otros servicios, la silvicultura urbana puede aumentar la posibilidad de acceso a esos servicios mediante el suministro de leña, agua potable, aire limpio, etc. Adicionalmente, la mayoría de esta población trabaja al aire libre y se enfrenta a situaciones ambientales peligrosas debido a la grave contaminación del aire. Los bosques y árboles de la ciudad pueden disminuir la contaminación y ofrecer un ambiente de trabajo seguro y saludable. Además, proporcionar refugio durante el día y la noche puede ahorrar dinero y proporcionar seguridad mental y económica. La creación de lugares de recreación para los niños de la calle les permite crecer en un ambiente sano. Adicionalmente, al involucrar a la población más vulnerable
en los procesos de toma de decisiones, se podrá empoderar a esta población dentro de la sociedad.
xxxiv
Aprecio del lugar y cohesión social
El aprecio del lugar se refiere a la cercanía que se siente por un lugar en términos afectivos. A título de ejemplo, en un estudio realizado en Estocolmo se encontró que el sentido de pertenencia a un lugar es un importante impulsor del cuidado ambiental, y los entrevistados mostraron fuertes vínculos emocionales tanto con sus jardines como con los jardines circundantes. El apego a los espacios verdes naturales de las ciudades también puede dar lugar a otros importantes beneficios sociales, como la cohesión social, la promoción de intereses compartidos y la participación comunitaria. Las autoridades ambientales de la Unión Europea han destacado la función de los espacios verdes urbanos como promotores de oportunidades de interacción entre personas y grupos, donde se consolida la cohesión social y se ayuda a reducir la delincuencia.
Servicios de Apoyo o de Hábitat
Los entornos urbanos también proporcionan importantes servicios ecosistémicos de apoyo, esenciales para el mantenimiento de los procesos vitales.
Polinización, regulación de plagas y dispersión de semillas
La polinización, la regulación de plagas y la dispersión de semillas son procesos importantes en la diversidad funcional de los ecosistemas urbanos y pueden desempeñar un papel fundamental en su permanencia y viabilidad a largo plazo. Sin embargo, los polinizadores, los reguladores de plagas y los dispersores de semillas se ven amenazados por la pérdida de hábitat, el uso de plaguicidas y la fragmentación a causa del desarrollo y la expansión del área urbana. En este contexto, se ha demostrado que las huertas, los jardines privados y otros espacios verdes urbanos son importantes refugios para los polinizadores. Además, las investigaciones sobre los servicios de los ecosistemas urbanos muestran que muchas prácticas de gestión formales e informales en huertas, cementerios y parques de ciudades promueven grupos funcionales de insectos que mejoran la polinización y las comunidades de aves, lo que a su vez mejora la dispersión de las semillas y la proliferación de la vegetación.
Construcción de suelo
La construcción de suelo se refiere a la formación y retención del suelo. También se asocia con el aseguramiento de la fertilidad permanente del suelo mediante el ciclo o el almacenamiento de nutrientes y mediante la continuación de la actividad microbiana. La fertilidad del suelo es esencial para el crecimiento de plantas y se ve potenciada por el suministro de nutrientes y la acumulación de material orgánico que proporcionan los ecosistemas con buen funcionamiento. La erosión de las rocas también puede contribuir a la construcción del suelo.xxxv Este servicio del ecosistema es muy valioso porque sirve de base para una industria agrícola viable y tiene importantes vínculos con los servicios de descomposición, purificación y prevención de desajustes ambientales.xxxvi La
construcción del suelo podría convertirse en un aspecto aún más importante dentro de un contexto de adaptación al cambio climático, si los humanos reconocen que existe una necesidad de cultivar alimentos más cerca de donde se consumen. Así se fomenta un ciclo efectivo de los nutrientes que se encuentran en los "desechos" orgánicos compostados y se apoya la fertilización del suelo. Este servicio ecosistémico es difícil de implementar dentro de los edificios mismos, pero a través de un diseño cuidadoso de los sistemas y la infraestructura de la ciudad, se podría incorporar de manera exitosa dentro del contexto urbano.
Fijación de la energía solar
La fijación de la energía solar (fotosíntesis) forma la base de la cadena alimenticia del planeta. Esta fijación de la energía solar (producción primaria) por parte de las plantas se produce por encima o debajo de la tierra, o en ambientes marinos o de agua dulce. Los humanos actualmente utilizan hasta un 55% de todos los productos terrestres sujetos a la fotosíntesis.
Ciclo de nutrientes
Los servicios de ciclo de nutrientes se refieren a la regulación de los ciclos biogeoquímicos, como los de oxígeno, agua, potasio, nitrógeno, fósforo, azufre y carbono, así como la retención de nutrientes dentro de un sistema. Este servicio ecosistémico incluye el almacenamiento, el ciclo interno, el procesamiento y la adquisición de nutrientes. En un entorno construido, el ciclo de nutrientes se relaciona con el uso, reutilización y eliminación de materiales.xxxvii
Disponibilidad de hábitats
La disponibilidad de hábitats permite el refugio y la protección de los organismos y a menudo proporciona acceso a las necesidades nutricionales. También cumple una función que se asemeja a la de los viveros, ya que protege el crecimiento de los organismos jóvenes. Los servicios de disponibilidad de hábitats son relevantes tanto para las poblaciones de organismos permanentes como transitorias, y son de extrema importancia para mantener la biodiversidad y asegurar el funcionamiento de los demás servicios de los ecosistemas.xxxviii
Mantenimiento de especies
El mantenimiento de especies se refiere a la generación de biodiversidad, la selección natural y el equilibrio en los ecosistemas. La variedad de información genética permite una evolución continua que facilita la adaptación a un contexto en constante cambio. Esta diversidad genética garantiza la salud permanente de especies únicas de flora y la fauna y desempeña un papel importante en el establecimiento o mantenimiento de la resiliencia. El servicio ecosistémico de mantenimiento de especies juega un papel vital para asegurar que las especies necesarias para contribuir a todos los servicios del ecosistema continúen existiendo. xxxix