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Capítulo 7: Estudios de Casos de Buenas Prácticas para la Biodiversidad
Estudios de Casos de Buenas Prácticas para la
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Biodiversidad
Esta sección contiene estudios de casos que pueden ser utilizados para ayudar a promover la conservación de la biodiversidad en ciudades de América Latina.
Edmonton, Canadá: Articulación de la biodiversidad y la población a través del diseño y el compromiso
La ciudad de Edmonton, en la provincia de Alberta, es un gran centro urbano en el que la mayoría de la población vive en el corazón de la ciudad. La topografía de la ciudad es relativamente plana, aunque cuenta con una gran cantidad de parques en los valles de los ríos, que brindan oportunidades para mejorar y proteger los ecosistemas más valiosos. Proteger la biodiversidad es un tema prioritario para el gobierno de la ciudad y sus residentes, quienes valoran enormemente los espacios naturales. La ciudad juega un rol muy importante en los diálogos internacionales como miembro de una gran cantidad de organizaciones mundiales de protección de la biodiversidad como, por ejemplo, la Acción Local para la Biodiversidad, una iniciativa conjunta organizada por la Secretaría para África de ICLEI y asociada con la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, UICN, la cual también participó en la creación del Índice de Biodiversidad de las Ciudades.
Edmonton ha hecho de la protección de la biodiversidad una prioridad al integrar las consideraciones sobre la biodiversidad en la planificación urbana y en las prácticas de participación comunitaria. Estos dos ámbitos ayudan a la ciudad a avanzar hacia la comprensión de la biodiversidad urbana y de los beneficios aportados por la preservación ecológica. A través de diferentes programas y actividades, la ciudad ha incorporado con éxito la biodiversidad en varios espacios y ha fomentado una fuerte participación de la comunidad y de las partes interesadas en la conservación.
Enfoque del diseño ecológico en la protección a la biodiversidad
La ciudad ha protegido activamente 3700 hectáreas de zonas naturales y ha creado el sistema de parques de propiedad municipal más grande de Canadá. El crecimiento de la ciudad ha motivado un sinfín de presiones motivadas por el desarrollo comercial. No obstante, la ciudad ha logrado proteger cinco de cada once hectáreas de Áreas Naturales Prioritarias, y logró manejar las restricciones provinciales y las herramientas limitadas para proteger superficies significativas. Teniendo en cuenta que la fragmentación del hábitat es un factor que contribuye en gran medida a la pérdida de la biodiversidad, la ciudad ha incluido la biodiversidad y el diseño urbano en su planeación, con un enfoque de sensibilidad biológica. La adquisición de tierras se convirtió en un factor clave de interés para la ciudad y en 2009, el Consejo autorizó la asignación de fondos por valor de $20 millones y concedió un permiso de endeudamiento para la adquisición de tierras. El fideicomiso llamado The Edmonton and Area Land Trust es un recurso establecido para crear asociaciones con propietarios de tierras y asignar fondos para adquirir tierras valiosas.
La incorporación de funciones ecosistémicas en las operaciones municipales y en la construcción de la ciudad se convirtió en factor prioritario para promover el desarrollo sostenible y la protección de los sistemas naturales. A continuación se destacan algunas de las herramientas clave que se implementaron para orientar la planeación urbana en Edmonton: § Informe sobre el diseño ecológico – La elaboración de este informe incluyó la participación de los miembros de la comunidad, quienes definieron los valores específicos de la biodiversidad y los resultados que se debían preservar. Esta estrategia de compromiso ha llevado a los promotores inmobiliarios externos a diseñar vecindarios más sensibles al valor aportado por la biodiversidad, lo que a su vez ha reducido los problemas de la comunidad. § Modelo de redes ecológicas – El modelo de redes ecológicas es una metodología de planeación que combina la estructura existente de un ecosistema con el diseño comunitario. Este enfoque se traduce en un aumento de corredores ecológicos, creación de hábitats, incremento en la biodiversidad y mantenimiento de la integridad de un ecosistema, al considerar la superficie como una red de hábitats esenciales, plenamente conectados e interdependientes. Este modelo se implementó en 30 vecindarios, en los que aportó resultados mesurables. Así pues, se ha convertido en una herramienta poderosa para el diseño de vecindarios, ya que es compatible con las demandas de crecimiento y al mismo tiempo crea vecindarios más saludables y ricos en biodiversidad. § Pautas para el diseño de corredores silvestre: Las pautas proporcionan a los ingenieros una metodología simple para mantener la conectividad a escalas diferentes dentro de la comunidad. Están dirigidas a lugares que han sido impactados por las obras de ingeniería y que, por lo tanto, requieren pautas de planeación ecológica más sensibles.
Políticas y planes municipales para la protección de la biodiversidad
Los diferentes enfoques en Edmonton demuestran que la viabilidad económica se puede lograr sin detrimento del medio ambiente. La ciudad cuenta con un gran número de planes y estrategias que equilibran el desarrollo con la biodiversidad, algunos de los cuales incluyen lo siguiente: § Política ambiental de Edmonton: promueve el desarrollo de comunidades ecológicamente sostenibles. § Plan de protección del entorno natural: compromete a Edmonton a adoptar un papel de liderazgo en la protección de su patrimonio natural y su biodiversidad. § Plan estratégico de conexiones naturales: demuestra el papel crítico de la conectividad del hábitat y resalta la manera de abordar el problema tanto desde el punto de vista estructural como del funcional, para garantizar la sostenibilidad a largo plazo. § Plan de acción para la biodiversidad y las conexiones naturales de Edmonton: proporciona información de base y señala los pasos a seguir para aplicar un enfoque de redes ecológicas en la protección de la biodiversidad. § Plan de gestión de áreas naturales: integra la planeación de conservación con las pautas operativas que deben acatar los funcionarios y voluntarios de la comunidad. § Las consideraciones sobre la biodiversidad se han integrado a la ciudad con referencias a “Cómo Crecemos”, “Cómo Vivimos”, Cómo nos Movemos” y “Como Creamos Ecología”.
A medida que la ciudad de Edmonton implementa sus planes ambientales, se toma más conciencia sobre la importancia de evaluar los resultados obtenidos, supervisando la ejecución, la efectividad general y el alcance de su influencia.
Popularización de la biodiversidad dentro de la comunidad
La idea de popularizar un concepto tan amplio como la biodiversidad es una tarea compleja pues implica tener en cuenta la totalidad de las formas de vida y sus procesos ecológicos. La ciudad se ha empeñado en asegurar que la comunidad entienda el concepto de biodiversidad, y que los mensajes estén diseñados de tal manera que lleguen al mayor número de personas posible. Este compromiso se hace evidente en una variedad de iniciativas desarrolladas por la ciudad para promover la sensibilización en diferentes grupos, entre las que se destaca el Biokit para Nuevos Inmigrantes a Canadá y el Programa de Maestros Naturalistas. Programa de Maestros Naturalistas: Forma parte del Programa de Aprendizaje y Servicio recientemente lanzado, y brinda a la comunidad la oportunidad de completar 35 horas de formación y excursiones de campo, a cambio de 35 horas de servicio voluntario en áreas como el monitoreo de zonas naturales, inventarios, siembra de vegetación, restauración y educación ecológica. Tomando como modelo el exitoso Programa de Maestros en Reciclaje y Compostaje, el Programa de Maestros Naturalistas ofrece a los participantes experiencias educativas prácticas, para fomentar la toma de conciencia y desarrollar las habilidades necesarias para proteger el entorno natural de manera efectiva. Los participantes se convierten en embajadores y protectores de la biodiversidad en la ciudad, colaborando con los funcionarios locales y desarrollando la capacidad de aprendizaje de la comunidad. Los funcionarios y expertos locales enseñan al equipo las técnicas de restauración y transmiten información sobre especies particulares. El programa de Maestros Naturalistas tiene todos los ingredientes para ser un programa exitoso a largo plazo, ya que está diseñado para garantizar que los diversos grupos no trabajen de manera aislada. Como resultado, los programas de Maestros han creado un eje central o una red de acción local para facilitar la conexión con otros naturalistas locales. Esto ha generado el entusiasmo y el impulso necesarios pues saca a relucir las posibilidades que existen si se logra una colaboración significativa. Biokit para Nuevos Inmigrantes a Canadá: El proyecto llamado Biokit para los Recién Llegados a Edmonton es un proyecto piloto educativo y de alcance comunitario, dirigido a las nuevas familias de inmigrantes. Los lectores aprenden sobre áreas naturales locales y biodiversidad, mientras reciben formación práctica sobre su entorno a través de experiencias positivas. La iniciativa Biokit es un proyecto piloto de dos años, cuyos objetivos son: § Ayudar a la ciudad a involucrar un mayor número de participantes en la protección de la biodiversidad. § Facilitar el acceso del público a la información, especialmente de aquellas personas que enfrentan barreras importantes para explorar y aprender acerca de las áreas naturales locales.
§ Desarrollar oportunidades de tutoría para aquellas personas que deseen involucrarse de manera más activa.
El Biokit está basado en el Biokit de la Biosfera de Environment Canada y la ciudad de Edmonton ha sido la primera municipalidad en personalizar la publicación sobre biodiversidad para los nuevos inmigrantes. Es el resultado de una asociación entre el Centro Menonita de Edmonton para Recién Llegados y la Oficina de Áreas Naturales de la ciudad de Edmonton. Otros participantes son la Federación de Naturalistas de Alberta, la Federación de Ligas Comunitarias de Edmonton, los Agentes de Salud Multicultural y los Servicios Comunitarios de la Ciudad de Edmonton. Estos grupos han acompañado el desarrollo y la distribución de la publicación y la conectan a las comunidades multiculturales.
Lecciones aprendidas a través de la popularización de la biodiversidad
Las iniciativas de biodiversidad de la Ciudad de Edmonton han dejado enseñanzas importantes a medida que adquiere mas experiencia y conocimientos sobre la manera más efectiva de implementarlas y fomentar su popularización. § Integrar la conservación de la biodiversidad en la visión, las políticas y los planes de alto nivel de la Ciudad. § Ver las asociaciones como formas estratégicas de trabajo para superar las limitaciones de recursos y de personal. § Lograr el compromiso de los ciudadanos para que ellos mismos exijan niveles altos de conservación de la biodiversidad y crear oportunidades para que demuestren su interés. § Cuantificar y reportar el progreso como mecanismo para desarrollar un sistema de gestión efectiva del medio ambiente. § Continuar diseñando planes de implementación para dar impulso a las iniciativas. § Participar en redes de biodiversidad para evitar el trabajo aislado. § Las iniciativas interdepartamentales permiten que la gestión de la biodiversidad se convierta en una prioridad a través de las entidades y su personal. Referencia: Cities and Biodiversity Case study series: Canadian Best Practices in Local Biodiversity Management, 2010, ICLEI – Local Governments for Sustainability
Brasil: Curitiba, una Capital Ecológica
En el Estado de Paraná, la mecanización rural, combinada con una política que alentaba la industrialización, produjo la movilización de un gran contingente de población a Curitiba, capital de Paraná, Brasil, incrementando su población de 370 mil habitantes en 1960, a más de un millón en 1980. La intención de satisfacer las necesidades de una ciudad que crecía rápidamente, sin perder de vista su potencial, fue crucial en la generación de propuestas dirigidas a tomar acciones para el cambio. Una de sus prioridades fue la conservación de sus áreas protegidas (Unidades de Conservación) y la preservación y conservación de los espacios verdes de la ciudad. La iniciativa permitió combinar la conservación de espacios verdes con los recursos hídricos. Las Unidades de Conservación cumplen varias funciones: proteger la biodiversidad, evitar los
asentamientos ilegales en las orillas de los ríos y arroyos, ofrecer áreas recreacionales, y controlar las inundaciones. Sin embargo, la asociación más efectiva se logró con los mismos habitantes, quienes convirtieron estas áreas en espacios recreativos privilegiados, de uso gratuito, incluyendo el Zoológico de la Ciudad, visitado anualmente por cerca de un millón de personas. El turismo también creció de 2,2 millones de visitantes en 2005 a 3,7 millones en 2012. En la década de los ochenta, la ciudad contaba con 51 m² de espacio verde por habitante, y en la actualidad alcanza los 64,5 m². Hoy en día, Curitiba es reconocida nacional e internacionalmente como una Capital Ecológica, un título conferido por las Naciones Unidas en reconocimiento de sus políticas ambientales en la década de 1990. lxv La ciudad se ha convertido en la más sustentable entre las ciudades, demostrando a lo largo de este proceso que la aplicación de estrategias con valores sólidos y enfoques dirigidos a la integración de sistemas, es un mecanismo efectivo para alentar las acciones de los departamentos de planeación para alcanzar objetivos estratégicos comunes.lxvi
En Curitiba, la industria está organizada en torno a la idea de una “ecología industrial”; las industrias están planeadas de tal manera que sus actividades se complementen, compartiendo la energía o el transporte, y generando un flujo de materiales en el que los desechos de una industria se conviertan en la materia prima de otra. Curitiba ha demostrado que es posible que la biodiversidad forme parte de los valores centrales de un municipio, siempre que exista una planificación centrada en las personas y una mentalidad presupuestaria. Las lecciones aprendidas del ejemplo de Curitiba son: § Articulación de valores esenciales locales sólidos en la planificación de la ciudad. § Creación de una autoridad municipal independiente como el IPPUC, que garantiza la continuidad y el desarrollo de los planes, a la vez que supervisa la planificación y la investigación, mejorando esfuerzos futuros. § Procesos de planificación integrados, estructurados para garantizar que los planificadores de todas las áreas estén familiarizados con la estrategia y trabajen con una visión compartida, desarrollando planes de manera conjunta. De esta manera, se pueden evitar muchos problemas de desarrollo desvinculado (por ejemplo, la falta de disponibilidad de espacios verdes). § Establecimiento de una relación estrecha entre el transporte público y la legislación sobre el uso de tierras como guía y herramienta de desarrollo. La calidad ambiental y la eficiencia económica de las ciudades dependen en gran medida de sistemas de transporte adecuadamente integrados al urbanismo, pues les permite evitar sistemas de transporte débiles que generen una dependencia de automóviles privados. § Desarrollo de nuevos modelos que brinden soluciones urbanas creativas y económicas, y que reflejen los valores locales, como alternativa a los enfoques habituales, con frecuencia más costosos.
Colombia: Medellín, una ciudad para la vida
La ciudad de Medellín adoptó un enfoque novedoso para manejar y conservar la biodiversidad, lanzando el primer plan de acción local sobre biodiversidad urbana en Colombia: "Medellín, una
ciudad para la vida". Al vincular la diversidad biológica con el bienestar humano mediante la prestación de servicios ecosistémicos, la ciudad logró elaborar un marco conceptual en el que la biodiversidad representa mucho más que la gestión de ecosistemas estratégicos; se trata de una estrategia multinivel e intersectorial para mejorar la calidad de vida de los habitantes de Medellín. La municipalidad convocó a un grupo de expertos en biodiversidad – la “Mesa de Biodiversidad” – que lidera la implementación del plan de acción de la ciudad para el manejo integrado de la biodiversidad y los servicios ecosistémicos. La biodiversidad urbana abarca una amplia gama de espacios que van de áreas grises a áreas verdes, de jardines privados a bosques urbanos. Teniendo en cuenta que la conservación engloba no solo la preservación sino también la restauración, el uso sostenible y el manejo del conocimiento, la gestión de la biodiversidad urbana requiere del trabajo en nuevos campos de acción. En escenarios urbanos, la educación, la toma de consciencia y el entretenimiento son tan esenciales como la preservación. El marco conceptual y el Plan de Acción proponen una amplia gama de actividades estratégicas que incorporan a diferentes sectores y partes interesadas, tales como emprendimientos, innovación, inclusión social, igualdad, salud, transporte y vivienda, entre otros. Procurando adoptar un enfoque más amplio en la gestión de la biodiversidad, de 2012 a 2014 el gobierno municipal desarrolló un proceso colectivo cuyo resultado fue la “Propuesta para la gestión integral de la biodiversidad y sus servicios ecosistémicos para Medellín”, denominada más adelante “Medellín, una Ciudad para la Vida”, con una inversión estimada de US$250.000 provenientes de fondos de la ciudad, y US$200.000 en aportes en especie de instituciones asociadas.
Es un proceso inclusivo y exhaustivo de gestión de la biodiversidad que tiene cuatro componentes: § Información de referencia: De especies a servicios ecosistémicos. Con base en la información suministrada por los grupos de investigación científica, las bases de datos locales y los museos nacionales e internacionales, el estudio de referencia identificó un total de 4478 especies en Medellín. Inspirado en un enfoque relativamente nuevo sobre la ecología, conocido como diversidad funcional, el estudio identificó la totalidad de las funciones ecológicas de estos grupos taxonómicos, incluyendo sus usos como fuente de alimento, comercio y medicina. Por ejemplo, los habitantes rurales de Medellín utilizan 302 especies diferentes de plantas en 255 usos medicinales. Medellín es una de las ciudades más biodiversas del mundo, junto con Singapur, Ciudad del Cabo, Barcelona, Curitiba, Mumbai y Ciudad de México, entre otras. § Hoja de ruta exploratoria de servicios ecosistémicos: Cómo hacer visibles los beneficios. ¿De qué manera se vincula la diversidad de Medellín a las necesidades básicas, a la adaptación al cambio climático o al desarrollo económico? Mediante una metodología de tres etapas, se identificaron los servicios ecosistémicos más relevantes para los habitantes de Medellín: mitigación de eventos extremos; suministro y regulación de agua; polinización de plantas; apoyo al desarrollo cognitivo y el bienestar espiritual a través de actividades de ocio y recreación; producción de alimentos; y control de la contaminación. El proyecto desarrolló una agenda de investigación que indicaba dónde y cómo mejorar el conocimiento acerca de ciertos servicios ecosistémicos para la ciudad y su área metropolitana –la primera evaluación enfocada al vacío en el conocimiento de los servicios ecosistémicos urbanos en Colombia.
§ Procesos de creación conjunta con diferentes partes interesadas. El proyecto estudió a las diferentes partes interesadas con base en sus percepciones sobre los servicios ecosistémicos, y evaluó hasta qué punto estaban familiarizadas con la biodiversidad como soporte de dichos servicios ecosistémicos. Se agruparon en función de las actividades institucionales, políticas públicas, planeación, investigación y conocimiento, consciencia social, la ley y su aplicación. La evaluación se sistematizó y se incluyó en la metodología tripartita utilizada para identificar los servicios ecosistémicos esenciales para Medellín. § Análisis institucional. El análisis encontró 180 factores que restringían la gestión efectiva e integral de la biodiversidad, siendo los más desafiantes los siguientes: los informes técnicos y científicos no inciden en los procesos de toma de decisiones; el nivel de confianza de los ciudadanos en las acciones del gobierno es bajo; las prácticas para el uso sostenible y la preservación son inadecuadas; y la cohesión social, la solidaridad y la participación ciudadana son inexistentes. Si bien el territorio de Medellín no está fragmentado desde una perspectiva ecosistémica, hay múltiples autoridades medioambientales operando en la ciudad, con jurisdicciones y responsabilidades superpuestas. Un desafío adicional es que, durante los últimos 30 años, Colombia ha considerado las áreas protegidas como su estrategia bandera para la gestión de la biodiversidad, pero pasa por alto el hecho de que la biodiversidad está distribuida por todo el país, incluyendo las áreas urbanas. Sin embargo, el reto más significativo para implementar este tipo de enfoque integral es que, con frecuencia, la conservación de la biodiversidad no es una prioridad política. Cuando las necesidades humanas primarias como el agua y el saneamiento son insuficientes, puede que la protección de mariposas nativas pase a un segundo plano. Pero la biodiversidad va más allá de unas especies carismáticas que viven en la naturaleza; genera beneficios importantes para los residentes de Medellín.
Un plan de acción local para la gestión integral de la biodiversidad urbana y los servicios ecosistémicos
El plan de acción resultante sobre biodiversidad urbana en Medellín incluye cuatro líneas estratégicas: conservación de la biodiversidad, valoración integral de los servicios ecosistémicos, gestión de conocimiento y educación y consciencia pública. Para apoyar la implementación del plan de acción, en 2014 se adoptó el informe final como política pública mediante un acuerdo municipal, según el cual la ciudad se compromete a realizar inversiones anuales en la gestión de la biodiversidad y los servicios ecosistémicos. Por otro lado, los insumos técnicos derivados de “Medellín, una ciudad para la vida” apoyaron la formulación del Plan de Ordenamiento Territorial de Medellín, que es el principal instrumento de planeación para las ciudades colombianas. El acuerdo municipal de 2014 sobre "Medellín, una ciudad para la vida" es un instrumento de política indispensable para lograr la continuidad en las cuatro líneas estratégicas y para lograr la participación de diferentes sectores y partes interesadas en múltiples campos. Para el municipio de Medellín, este proceso brinda una oportunidad para orientar la planificación regional de tal manera que se reconozca la difícil pero necesaria tarea de integrar el conocimiento y las acciones para mejorar el bienestar, tanto de la gente como de los ecosistemas. El éxito de Medellín sirve de fuente de inspiración para que otras ciudades exploren nuevos métodos y conceptos que vinculen
a la biodiversidad con el bienestar humano, incorporando al mismo tiempo la resiliencia y el desarrollo económico sobre una base de innovación, creatividad y experimentación.lxvii
México: Azoteas verdes para purificar el aire
En 1992, las Naciones Unidas describieron el aire de Ciudad de México como el más contaminado del planeta. Desde entonces, la ciudad ha promulgado estrictas medidas de control de la contaminación para mejorar su reputación y calidad de vida. Parte de la solución fueron las azoteas verdes, la creación de jardines en las azoteas y cubiertas a lo largo y ancho de la ciudad.lxviii
La tecnología de las azoteas verdes no es nueva o exclusiva para México. En mayo de 2009, Toronto se convirtió en la primera ciudad de América del Norte en adoptar un estatuto que ordenaba la construcción de azoteas y cubiertas verdes en nuevos emprendimientos. Pero lo que hace que la Ciudad de México sea excepcional, en comparación con otras ciudades, es la implementación a escala de azoteas verdes. Para 2014, la metrópolis de 20 millones de habitantes ya había instalado 21.000 m2 de vegetación en azoteas, principalmente en edificios públicos y gubernamentales como colegios y hospitales. Al año siguiente, la inversión de $1M había aumentado en un tercio.lxix
La evolución de la infraestructura urbana verde en Ciudad de México, y la creación de sistemas y su implementación es única en una ciudad que enfrenta muchos desafíos de sostenibilidad a mediano y largo plazo. En 2007 se publicó el Plan Verde para la Ciudad de México en el que se identificaron los objetivos y las acciones necesarias para garantizar la sostenibilidad de la ciudad. El Plan Verde contiene siete estrategias relacionadas con la habitabilidad y el espacio público así como la infraestructura verde en la que se incluyen las cubiertas ecológicas. El plan permitió a la municipalidad fijar objetivos muy claros a través de los años, y una parte esencial de esta estrategia fueron los muros y las azoteas verdes como complemento para mejorar la calidad del aire dentro de Ciudad de México.
Desde junio de 2011, el Gobierno Federal otorga un 10% de descuento a todas aquellas personas que decidan construir azoteas verdes en sus hogares y alienta a todos los ciudadanos a hacer más “ecológicas” sus casas. Gracias a estos incentivos, tres años más tarde el Gobierno de Ciudad de México, a través del Ministerio del Medio Ambiente, planeó la creación de más de 6.300 m2 de azoteas verdes en edificios públicos como hospitales y escuelas. Las azoteas verdes están diseñadas especialmente para fomentar la biodiversidad local utilizando montículos y sembrando pastos silvestres. Estas medidas, que impulsan la instalación de cubiertas ecológicas, forman parte de un marco de iniciativas mas amplio del Gobierno de México. Por ejemplo, el Plan Verde en Ciudad de México es un plan extenso que involucra instituciones y gobiernos locales con el fin de disminuir el impacto urbano en el medioambiente natural, utilizando diversas tecnologías ecológicas. Las decisiones desde la administración tuvieron consecuencias positivas en el sector privado y muchas empresas mexicanas se especializaron en la instalación de este tipo de azoteas en edificios de Ciudad de México. Desde 2007 a 2012, se crearon 12.302 m2 de azoteas verdes en edificios públicos. El elemento clave para promover esta política fue la creación de la norma ambiental que establece las
especificaciones técnicas de instalación, los parámetros y la calidad mínima, y los requisitos estructurales aplicables en la planeación, comisión y mantenimiento de los sistemas de azoteas verdes en Ciudad de México. Esta norma es la primera de su clase en América Latina.
Argentina: Un programa de agricultura urbana en Rosario
Hace aproximadamente dos décadas, Rosario era una ciudad industrial en declive en medio de una nación cuya economía había colapsado. La mayoría de las fábricas de acero, productos químicos y papel habían cerrado y la tercera parte de la mano de obra estaba desempleada. En diciembre de 2001, cerca del 60% de la población tenía ingresos por debajo del umbral de pobreza, y el 30% vivía en situación de pobreza extrema, y la hiperinflación había aumentado cuatro veces el precio de los alimentos básicos. La desesperación en los barrios marginales llevó a la población hambrienta a saquear supermercados en busca de alimentos. En febrero de 2002, el Gobierno Municipal respondió a la crisis lanzando un programa de agricultura urbana en colaboración con dos socios clave. Uno de ellos fue el programa nacional Pro-Huerta establecido en 1990 para fomentar la autoproducción en pequeña escala de alimentos frescos, principalmente en zonas periurbanas y urbanas con poblaciones de bajos recursos. El segundo participante en el programa fue una ONG de Rosario, el Centro de Estudios de Producciones Agroecológicas (CEPAR), que había promovido la horticultura en los barrios marginales desde 1987. El plan inicial se basaba en suministrar herramientas y semillas a 20 grupos de horticultores, para luego extender el programa de manera gradual a toda la ciudad; rápidamente creció la demanda por asistencia adicional. Se aumentó la financiación de equipos, insumos y talleres de capacitación y en el plazo de dos años, más de 800 huertas comunitarias producían vegetales para una población estimada en 40.000 personas. El objetivo inmediato del programa consistía en cubrir las necesidades más urgentes de los habitantes desempleados de los barrios marginales. Pero también tenía una visión muy clara; establecer la agricultura urbana como actividad económica esencial y permanente en la ciudad. Teniendo en cuenta que uno de los requisitos primordiales era la disponibilidad a largo plazo de tierras adecuadas, varias entidades del gobierno local colaboraron con la Universidad Nacional de Rosario en la realización de un estudio que determinó que el 36% del área municipal estaba formado por terrenos baldíos. Las zonas no aptas para la construcción, pero adecuadas para el cultivo, estaban ubicadas cerca de las vías férreas y las autopistas, tierras bajas, periurbanas, inundables, y franjas ecológicas delimitadas, pero que no habían sido desarrolladas por falta de fondos. Para garantizar la tenencia de la tierra a los horticultores, el alcalde de la ciudad aprobó en septiembre de 2004 una ordenanza que establecía un proceso expedito para formalizar la concesión de las tierras cultivables a los residentes. La Secretaría de Planeamiento Municipal trabajó con socios internacionales para redactar propuestas para integrar la agricultura en los planes de desarrollo urbano de Rosario.
Al mismo tiempo, el programa implementaba otro aspecto clave en su estrategia a largo plazo: creaba un sistema para la comercialización directa de los productos cultivados. A los seis meses de iniciado el programa, el primer mercado de horticultores urbanos estaba en marcha, y para 2004 se habían abierto dos más.
La primera fase del programa de agricultura urbana tuvo tanto éxito que en 2004 Rosario recibió el Premio Internacional UN-HABITAT a las Buenas Prácticas en desarrollo urbano. Un estudio reveló que cerca de 10.000 familias de bajos ingresos estaban directamente involucradas en la agricultura urbana y que los productores estaban obteniendo ingresos por las ventas superiores a los US$150 por mes, muy por encima de la línea de pobreza. Dos terceras partes de los horticultores eran mujeres y para la mayoría, la agricultura era su principal fuente de ingresos. En la última década, el programa de agricultura urbana en Rosario ha venido consolidándose. El objetivo ha sido garantizar la tenencia de la tierra y la infraestructura para continuar desarrollando el programa a gran escala, disminuyendo las cadenas de comercialización, estableciendo agroindustrias y mercados de agricultores, aumentando el suministro y la calidad de productos orgánicos y promoviendo la horticultura como parte integral de los esfuerzos para rehabilitar zonas baldías, creando franjas ecológicas y mejorando la calidad de vida en vecindarios menos favorecidos. El fortalecimiento del programa es un compromiso institucional y político firme a nivel nacional y local. Los horticultores que comercializan sus productos en la ciudad están registrados en el Registro Nacional de la Agricultura Familiar, que les otorga el derecho a recibir asistencia para sus desarrollos, beneficios sociales y pensiones de vejez. Pro-Huerta continúa brindando capacitación, semillas y herramientas, y el Gobierno Provincial de Santa Fe financia la instalación de infraestructuras como parte de su apoyo a la creación de huertas familiares y comunitarias en las zonas periurbanas y urbanas. La promoción de la agricultura urbana es una política del Gobierno de la ciudad de Rosario, implementada por la Secretaría de Desarrollo Social en colaboración con Pro-Huerta y el CEPAR, dirigida a “integrar a los hombres y mujeres en empresas sociales para la producción y el procesamiento de alimentos destinados al consumo familiar y comunitario, y al mercado”. Rosario, Argentina, es una de las pocas grandes ciudades de América del Sur que ha incorporado plenamente la agricultura en sus estrategias de desarrollo urbano y en la planificación del uso del suelo. Su Plan de Ordenamiento Territorial 2007-2017 contiene una disposición específica para el uso agrícola de espacios públicos en la organización de la ciudad y del territorio. En el marco del Plan Estratégico Metropolitano 2008-2018, Rosario está construyendo una franja ecológica que atraviesa la ciudad y que está formada por huertos familiares y comunitarios, huertos de producción comercial a gran escala, parques-huerta funcionales, y “barrios productivos” en los que la agricultura está integrada en los programas para la construcción de viviendas sociales y el mejoramiento de los barrios marginales. En 2014, el circuito verde estaba formado por más de 30 hectáreas de tierra dedicada al cultivo de vegetales, frutas y plantas medicinales y aromáticas. El área cultivada incluía un corredor verde que corría paralelamente a la línea férrea que atraviesa el distrito norte de la ciudad. Cuatro
parcelas cercadas, con una superficie de 2 ha, equipadas con sistemas de riego e invernaderos son utilizadas por los residentes y estudiantes escolares de las áreas periféricas para el cultivo de vegetales y plantas ornamentales y aromáticas. Las huertas productivas grupales se utilizan para la producción intensiva de hortalizas de temporada y una amplia gama de plantas aromáticas, como la citronela, la salvia y el romero. Estas huertas, con una extensión media de 2 ha, están divididas en parcelas de entre 500 m2 y 1000 m2 , cada una cultivada por un horticultor u horticultora o una familia. Cada huerta productiva emplea la mano de obra de cerca de 20 personas, e incluye un vivero, infraestructuras de riego y un área de capacitación. También se cultivan flores, verduras, hierbas y plantas medicinales en pequeñas parcelas denominadas huertas-jardines, en las que crecen plantas, arbustos y árboles adaptados a las condiciones climáticas y de cultivo de Rosario, y que proveen de semillas y esquejes a la comunidad horticultora de la ciudad. En colaboración con Pro-Huerta y la Red de Huerteras y Huerteros, el Programa de agricultura urbana ha creado espacios de capacitación llamados ecohuertas, donde los ciudadanos pueden aprender las cuestiones básicas de la producción de alimentos orgánicos en sus hogares. Rosario ha demostrado que, si existe voluntad política y una política clara de inclusión social, es posible construir en un corto plazo un programa exitoso de agricultura urbana. En tan solo 12 años, el programa ha transformado y ha hecho un uso productivo de los recursos de la ciudad mediante la rehabilitación de tierras baldías, recuperando y revitalizando los espacios públicos y creando una alternativa, como el suministro sostenible de alimentos nutritivos y libres de químicos. El programa ha proporcionado importantes beneficios para los residentes de bajos ingresos de la ciudad, permitiendo que muchos de ellos lleven a cabo sus emprendimientos con una mentalidad de construcción ciudadana y desarrollo local. La huerta ha generado ocupación y ha brindado un espacio para aprender y compartir experiencias; muchas mujeres han logrado independencia económica y mejorado sus relaciones sociales. Hay un reconocimiento generalizado del horticultor urbano como guardián dela tierra, quien con su trabajo mejora las condiciones de vida y contribuye a la seguridad nutricional y alimentaria de todos los ciudadanos. Los horticultores y horticultoras de Rosario están reconocidos oficialmente como emprendedores de la economía solidaria de Rosario, lo que les permite acceder a la financiación municipal para sus propios proyectos de inversión. En 2013, 20 horticultores obtuvieron la certificación como “especialistas en horticultura orgánica” por parte del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social.lxx
Chile: Valdivia, una ciudad de humedales
Valdivia es una pequeña ciudad según estándares chilenos (150.000 habitantes), localizada en la parte sur del país, en la confluencia de tres grandes ríos y sus respectivos humedales, rodeada de bosques nativos. Se la conoce comúnmente como “la ciudad de los humedales” y tiene una larga historia de interacción con dichos humedales – una relación de amores y de odios – incluso antes de que los conquistadores españoles la fundaran en 1552. Para los habitantes nativos, los
humedales eran zonas muy valiosas para el cultivo, la provisión de agua y el transporte, y tenían un sinnúmero de expresiones para describirlos. En la época de su fundación, los humedales definían la forma y la fisonomía de la ciudad, y Valdivia llegó a conocerse como “la Ciudad del Lago”. Hacia finales de 1700, los humedales eran utilizados por los españoles como parte del sistema de defensa militar de la ciudad. A principios de 1800, cuando Valdivia se integró a Chile, país que ya había obtenido su independencia, los humedales comenzaron a ser vistos como zonas problemáticas a las que había que erradicar para hacer de la ciudad un lugar más habitable. Los humedales fueron canalizados, drenados y rellenados, interrumpiendo su flujo natural y los servicios que proporcionaban a la ciudad, desapareciendo literalmente de los mapas de la ciudad a finales del siglo XIX. A principios del siglo XX, la población pobre y marginalizada vivía en los terrenos aledaños a los humedales, considerados terrenos desolados e insalubres. El gran terremoto de 1960 y el tsunami que le siguió, colocaron nuevamente a los humedales en el paisaje urbano, como extensas áreas inundadas, extendiéndose hacia el norte y el sur de la ciudad. Desde principios de 1990 la expansión urbana de Valdivia ha sido compleja, errática y pobremente planeada, como en la mayoría de las ciudades de Chile. La mayor parte del desarrollo urbano se ha llevado a cabo alrededor y sobre humedales, afectando sus características físicas y biológicas, y los servicios que proporcionan a la ciudad. En la actualidad, la superficie de Valdivia supera las 8000 ha, de las cuales cerca del 40% está cubierta por humedales. A pesar de la amenaza del urbanismo, los humedales urbanos de Valdivia todavía albergan una gran biodiversidad de plantas y animales. Son el hogar de seis comunidades de vegetación, de más de 190 especies de plantas y de más de 90 especies de animales (en su mayoría aves). Es normal encontrar nutrias de río en peligro de extinción, una bandada de alguna especie rara de ibis, o una pareja de cisnes de cuello negro anidando en el medio de la ciudad. Aún más interesante es el hecho de que los habitantes han comenzado a apreciar el valor de esta biodiversidad y el acceso a la naturaleza urbana y al espacio verde de los humedales. Los humedales del sur y de las zonas más pobres de la ciudad se han convertido en parques públicos que disfrutan sus vecinos y en los que se han hecho importantes inversiones, ya que constituyen el único espacio verde al que tienen acceso los pobladores. Aunque la apropiación de humedales para la construcción de vivienda sigue siendo una práctica muy común, está empezando a provocar un gran debate entre las instituciones públicas, el mundo académico y los promotores inmobiliarios, que por lo general se enfrentan a organizaciones de base y a ciudadanos que defienden estos entornos y espacios de recreación, reconexión con la naturaleza y cohesión social.lxxi