balería de artistas célebres
FRANCISCO JOSE HAYDN
EMINENTE MÚSICO Y COMPOSITOR.
Nació el 31 de Marzo de 1732, en Kohran, vil'orrio situado á 15 leguas de Viena, en la frontera de Austria y Hunegría.
EMINENTE MÚSICO Y COMPOSITOR.
Nació el 31 de Marzo de 1732, en Kohran, vil'orrio situado á 15 leguas de Viena, en la frontera de Austria y Hunegría.
Consigna Fray Iñigo Abbad en'el capítulo XIX de su :storía ge>gráfica, civil natural de la Isla de Puerto KRico, como hecho histórico, lo siguiente:
«En 1678 el Conde de £:'rén, comandante ¿nglés, aromó 22 bajeles y con un cuerpo de tropas de desembarco se presentó á la vista de la ciudad (San Juan), amenazando su destrucción si no se rendía; pero la plaza hizo su deber y antes:de que le dejasen pisar la tierra sobrevino un huracán tan violento que dió con toda la escuadra nglesa sobre la isleta Aves, en donde se hizo pedazos con la mayor parte de las tripulaciones y tropa, quedando prisioneros de guerra los que se salvaron del naufragio.»
Interesante sería averiguar en qué fuente de información obtuvo nuestro venerable historiador el dato contenido en el párrafo transcrito, que tantas inexactitudes encierra, y en las cuales no parece haber parado mientes el sejur Acosta en las valiosísimis Nof s con que enriqueciera la última edición Ce dicha Mistoria (Puerto Rico, 1866); ni las menc'ona el señor Brau en su obra titulada ?«er/o Rico y su historia (Valencia, 1834), consagrada á luminosas investigaciones críticas, si bien en su 7/istoría de Puerto Rico (New York, 1304), edición escolar, relata los hechos históricos ciiéndose á los documentos que tenía delante y prescindiendo, con búen acuerdo, de la inverosímil versión de Fray Iñigo, pero sin aprovechar la oCasión para rectificar, en té-minos explícitos, el manifi =sto error en que incurriera éste.
Casi todos los demás historiadores que con postecioridad á Fray Iñigo se-han ocupado en confeccionar historias de Puerto Rico, ya en inglés ó castellano, especialmente destinadas a| consumo de nuestras escuelas públicas, han venido repitiendo esa inexactitud, y creo llegado el momento de que se suWsane un error de tanta trascendencia.
En primer lugar,'no ha existido en la nobleza de Inglaterra ningú1 Conde de Estrén, ni figura en la historia de aquella gación comindante alguno con ese nombre
Por otra parte, en la época á que se contrae el citado episodio histórico, España é Inglaterra se hallaban en flena faz, razón por la cual no es probable que esta última nación enviara á Puerto Rico escuadra alguna con propósito hostil
La única escuadra que por aquellos tiempos apareció en estos mares fué la enviada por Luis XIV, bajo el mando del vice-almirante francés,. Conde d Estré:s (menconado por Brau en su Historia), quién traía la misión de arrojar de las Antillas á los holandeses, con los cuales se hallaba Francia en guerra, habiendo sido su aliada España, hasta que en 1674, Carlos II hizo la paz con Holanda, sin que por ello se interrumpiesen las relaciones de amistad entre España y Francia.
Después de recuperar á Cayena, de que se habfan apoderaco los holandeses, dirigióse d'Estrées á Tabago, en persecución de la escuadra holandesa, surta en el puerto de dicha isla. De la reñidísima acción que sobrevino allí resultó la casi total destrucción de ambas escua-
dras, y d'Estrées, gravemente herido, hubo de regresar á Europa en junio de 1677, volviendo á América hacia fines del mismo año, resuelto á terminar la obra suspendida. En diciembre 7 ancló frente á la isla de Tabago, de la cual se apoderó, sin encontrar mayor resistencia, poniendo luego proa en dirección á Curazao, última posesión que á los holandeses quedaba en las Antillas.
Peco debido á la terquedad y falta de experiencia marítima de d'Estrées, los barcos que formaban su escuadra vinieron á estrellarre en una noche de mayo de 1678, contra las rocas de las ¿s7as Aves, tal como lo consigna>Brau en su citada 77zstoria. Sólo un barco de guerra, una urca de carga, dos brulotes y el barco hospital de la tropa lograron escapar del naufragio. Sirvieron estos para recoger los tripulantes, con el auxilio del célebre filibustero Grammont, quie1 se pres:ató poar allí muy oportunamente. Coa todo, perdiéronse unos 300 hombres en aquel naufragio.
A pesar de tan deplorable catástrofe, el vencedor de Tabago fué nombrado tres años después del tratado de Nimega, en 1681, mariscal de Francia, siendo el primer marino francés á quien se invistiera con esa. dignidad militar.
No cabe duda de que en el susodicho párrafo, transcrito de la MWistoría de Fray Iñigo, ha habido un curioso trastrueque de sucesos históricos, aplicándose á Puerto Rico, mutatis mutandis, la catástrofe ocurrida á la escuadra del Conde d'Estrées en elNtra_vecto entre Tabago y Curazao.
La prueba de ello, prescindiendo del parecido entre ambos nombres, resulta en la notable coincidencia de que el naufragio descrito por Fray Iñigo como ocurrido frente á San Juan, tiene lugar en el mismo año (1678) que el de la escuadra francesa del Conde d'Estrées, y en la otra concidencia, más significativa aún, de que lasupuesta escuadra inglesa del Conde de Estrén (evidete * metátesis de Estrées) se estreila precisamente sobre una ¿sleta llamada dves que, sabido es, no e«iste ni ha existido nunca en aguas de Puerto Rico, mientras que hay en efecto un grupo de islotes eu las inmediaciones de Curazao conocido con el nombre de 7slas de las Aves. Contra éstas, como se ha visto, fué á dar la escuadra del Conde d'Estrées (que no de Estrén) en donde se hizo pedazos con la mayor parte de su tripulaciones y tropas; ocurriendo, pues, tal catástrofe muy cerca de la isla hoólandesa, según queda demostrado, y no frente á San Juan de Puerto Rico, como crédulamente consigna, con fantásticas variantes, el bueno de Fray Iñigo.
Este quid pro quo histórico que acabo de señalar en la //7istoria geográfica, civil y matural de la ¿sla de Puerto Riíco, por Fray Iñigo Abbad y Lasierra, quid fro quo tácitamente aceptado por nuestros historiógrafos viene hasta cierto punto á corroborar la tesis de Max Nordau, quien enkú;último libro, Znterpretación de la Mistoria, sostiene que todo trabajo histórico, escrito como ha venido escribiéndose hasta ahora, no es, en resumidas cuentas, sino un cúmulo de falsedades cuya lectura, las más de las veces, á casi nada provechoso conduce, pues ninguna idea exacta dan de la realidad de los sucesos.
F. J. Amr.Un método económico y práctico para acabar con los mosquitos que infestan ciertas re giones, es el adoptado en New jJersey, cuyos marismas saladas producían un go por ciento de todos los mosquitos
Su desaparición es hoy completa, habiendo bastado excavar zanjas en el terreno, hecha con maquinaria á propósito, desaguándolo de este modo; pero cunservándose en ellas agua bastante para que pudieran vivir los pececillos que allí abundan y devoran con fruición las larvas de mosquitos.
Cuando se encontraban sitios demasiado esponjosos eran rellenados con arena extermi-
nándose así la plaga, y se dice de una marisma pequeña cerca de un punto de veraneo
que en una sola estación incubó 96,000,000 de mosquitos, haciendo que todo el mundo desertase del sitio. Rellenada con arena, exigiendo apenas un gasto de $35-00, no se ve ahera un solo mosquito
Ha fallecido en esta capital el doctor don José A. Gomez Valencia, que ejerció su profesión por largos años en la isla.
Enviamos á sus numerosos deudos nuestra expresión de condolencia.
Dr. Gomez ValenciaAtentos siempre á dar alguna nota saliente, publicamos hov una plana con todos los retratos de Leopordo Frégol en su graciosísimo númnero <Los directores de orquesta.>
En la actualidad está Leopoldo Frégoli actuando en Niza: un gran éxito, un suceso enor.ne ha obtenido en aque!
Casino Municipal: seguro es que ova-| ciones como las que le han tributado en el Circo de Price, de Madrid, soní las que más tista italiano. le gustan al genial ar-
He aquí una de las principales aitistas de la compañía ce Bufos cutanos, que actúa en el Municipal. Hermosa, simpática y magistral intérprete ce los cadenciosos bailes criollos, recibe todas las noches más de una ovación, merecidas todas pues es una verdadera maestra en su género.
Son partes sobresalientes también del cuadro, Blanca Vazquez, el director de escena señor Raul Telmante y el señor Díaz, que al igual que la Novoa, son muy aplaudidos.
La compañía en general, se ha captado las simpatías del públice, que acude todas las noches al Municipal á rasar un rato divertico,
CONNSUELO NOVOA
Hemos recibido el semanario Correo del Este que edita en Gurabo el conocido escritor don M. Gonzalez García.
La lectura amena y variada le hace acreedor á toda cl s: de protección por parte del público.
Felicitamos al progresista pueblo, deseando á dicho semanario larga y próspera vida.
Disuelta la Sociedad de esta plaza Sobrino de portillase ha constituido otra dedicada á la misma industria de la estinguida. La uueva
firma la constituyen los señores José Portilla Ayende, don Ricardc Telio Portilla, don Eugenio Portilla Ay nde: y don Ramón Rianch Ganal.
El Lcdo. don Gaspar Aguilar, de Arroyo ha comprado la farmacia que tenian los señores F. Virella Uribe y Co. estableciéndola con la denominación Farmacia del Cármen.
Desde esta fecha le ha sido suspendida la agencia de nuestra fevista en el poblado de Cataño, á la señorita Georgina Fernandez. Supl camos, pues, í.todo nuestros suscritores se sirvan entenderse directamente con nuestro admini<t-acor
Lejos está de ser uniforme la const tución química del agua del mar, no sólo de .uno á otro mar, sino aún á distancias asaz cercanas, y hasta, en un punto limitado, en algunas horas de intervalo. Por ende, es difícil poder dar una fórmula fija sobre este particular.
La naturaleza química del agua de mar de- sempeña en la cura marina un papel impor- tante y cuyo mecanismo es fácil concebir. Toda persona que haya frecuentado las cer- canías de una costa ha tenido en sus labios ese sabor salado al que se habitúa uno bastante pronto, pero en general muy neto en los primeros días para los viajeros acostumbra- dos á vivir en el interior del país. El aire de estas regiones tiene, pues, en suspensión una notable cantidad de sales contenida en el agua de mar, en particular el cloruro de sodio. Estas sales son transportadas por 1>s molé- culas líquidas, siempre abuadantes, esparcidas en la atmósfera de estos parajes, cuyo estadc higrométrico .es naturalmente elevado. Con- ducidas por la respiración al contacto de la mucosa pulmonar, cuya fácil permeabilidad es conocida, pueden de este modo penetrar en el organismo en cantidad bastante apreciable.
Un filósofo alemán ha especificado matemáticamente la edad á que el hombre alcanza.la plenitud de sv triunfo en el cultivo de las ciencias v las artes.
Los que vivieron juventud estéril ó desen- gañada pueden fortificar sus ánimos eon las ensejanzas que aquel hombre nos suministra, Es evidente, dice, que entrelos cuarenta y cincuenta años es cuando ei hombre adquiere la plenitud de sus fuerzas mentales. Entonces es cuando produce la obra que le inmor- taliza. El psicólogo mantiene su afirmación con-estadísticas. según las cuales, á los cua- renta años los químicos y los físicos hacen sus más notables descubrimientos: el poeta escribe á los cuarenta su mejor poema, y á los cua- renta y seis, el novelista la más genial de sus novelas
Los guerreros y exploradores ejecutan á los cuarenta y siete años sus- hazañas y aventuras: los compositores y actores enloquecen al mun-
Sabido es que el agua de mar no se comporta de n:ngún modo como una solución química ordinaria, pues representa un verdadero medio vital plasmático, perfectamente adaptado á las erigencias de los elementos histológi- cos que componen el cuerpo humanec, y cuya acción vivif:cante para con nuestro organismo constituye la base de métodos terapéuticos bien conocidos.
El aire de las playas, sobre todo cuando el viento sopla del mar, está casi completamente exento de polvo peligroso y de microbios.
Su pureza, bajo este punto de vista, es igual si no su>erior, á la del aire de las montañas; pero su densidad, por la razón de la presión atmosférica es más elevada.
Estimulado sin duda por una reacció de los elementos histológicos al contacto del plasm , marino, los diversos actos de la nutrición son violentamente activados. El apetito aumenta, la digestión y la asimilación se hace más fá- cilmente y con más rapidez; un acrecenta miento de actividad general se ampara del or- ganísmo y se repercute sobre el mismo siste- ma nervioso por una excitación á veces in- tensa.
do á los cuarenta y ocho: los meralistas le en- señan sus mejores verdades á los cincuenta y uno: los médicos y los políticos curan hombres y naciones á los cincuenta y cuatro. .La coin- cidencia de esas dos actividades en el brillar parece cosa sorprendenmte, pero el psicólogo germano enlaza asf á d Alembert con el di- funto Mark Twain.
Siguiendo en el señalamiento puntual de los años y los triunfos, el alemán asigna á los historiadores el 57 aniversario de su natalicio y á los maturalistas y jurisconsultos el 58.
Es indudable que existen excepciones al hallazgo del filósofo, principalmente en los poetas: pero aquel dirá, de fijo que las excep- ciones vienen á confirmar la regla.
Acaba de abrir su bufete de abogado y no- tario el letrado puertorriqueño don Celestino Yriarte (hijo) en los altos de la casa no I4 de la calle de San José.
Muchos y buenos negocios deseamos al jo- ven estudioso abogado.
Caro Togo,no piense usted ahora Canal, ni en San Francisco, Ri nosotros la usamos.
Togo. (Para sí.) me ronviene.
en la emigración japonesa, ni en el en las peras de California, apesar de que ¡Beba, bebamos ..
Sí, bebe tú, mientras yo con mis ojos de lince veo lo que
OrPINÉ siempre que, juzgada por su inteligencia, es la hormiga un animalito de quien más se ha exafreraco el mérito. Añecs enteros he pasado observándola, cuando podría haber empleado tal vez mejor el tiempo, v puedo ecir que no he hallado hormiga viva que diera prueba de más buen sentido que otra hormiga muerta, No me refiero ahora más que á la hormiga común: nada sé de maravillosas hormigas suízas ó africanas, que votan cual si fueran eletores, ó tienen eiércitos, esclavos y controvercias religiosas. AEs otra hormiga, de clase particular, pueden ser ó no ser lo que un naturalista quiera, más por mi opinión, la hormiga media, la hormiga comúLr es un sér infeliz.
Es industriosa, lo confieso, no hay criatura natural que trabaje con más ahinco y fatiga; y al decirlo, á nadie exceptúo pero aquel sér viviente tiene entendimiento sin equilibrio, y esto me desespera. Sale á caza, halla alco, y ¿qué hace luego? ¿Vuelve á su hogar? Ne nunca. Va de ceca en meca, po á su agujer(* Nunca sabe donde está el boquete de su albergue. Ni aunque sea á tres pasos; importa poco, no da con él no sabe hallarlo.
Pescó,es cierto, lo creo y dije, más es por el común su hallazgo, algo que ni le sirve, ni le sirve á nadie; con frecuecia es algún ohjeto siete veces más voluminoso que su cuerpo, y lo halla en tal mal sitio, que es el peor de los sitios. A fuerza de fatiga, acaba por moverle y arrastrale; ¿le lleva hacia su choza? !Nc! nunca; le lleva siempre en dirección opuesta.
Y lo hace, no arrastrandolo con tino, con paso lento y calculado, con previsión y prudencia. sino con fenética precipitación que le agota las fuerza; chocando con los guijarros.
No se desvía por no chocar con las piedras que halla al paso, se encarama por fuerza en ellas cuando tropieza, andando al revés, hacia atrás, y arrastrando en pos de ysiá tironessu botín. Así vuelca y rodando se precipita de arriba á bajo. Dando nn salto, se incorpora furiosa, sacude el polvo de su traje, moja sus patitas que babea; vuelve á su presa que recoje, y tirándola á diestro y sinietro la hace pasar por sobre su cabeza; teniéndola en suspenso, la agita hacia atrás por la espalda; fatigándose de más en más, la mueve al fin, y empujándola de nuevo, acalorada la conduce por senda opuesta de lo que quiere. Si en vez de
aguijarro le estorbasen en su marcha, maleza1 Ó hierba, nunca procura evitarlos haciendo rodeo. Al contrario: arrastra siempre de frentey se encarma hasta que logra realizar esa dificil acención, á tirones y arrastrando su equipaje por la costa empinada. Es ruta tan caprichosa como la de llevar á la espalda una s:ca de harina de Heidelberg á Purís, enc-r-mándose de parada por la punta del campanario de Strasburgo. Cuando la tiene en lo más alto, se apercibe la hormiga que está muy lejo de su casa, entonces tiende la vista por la comarca circunvencina y se decide á bajar, si es que no caen ella y su fardo, ó fardo y ella, y vuelve de nuevo al camino, más por supuesto, siempre en contraria dirección de la que lleva á su morada.
Media hora después, no anduvo aún ni seis pulgadas por buen camino y recta via, y ya cansada, deja su carga en reposo. Es ciertoen cambio, que caminó al acaso en extensión de dos metros cuadrados y que escaló encaramandose, cuantas piedras y malezas se oponían á su paso. Enjugándose del rostro el su_ dor, se despereza y vuelve á su viaje, sin di. rección; y más que nunca con rapidez atolondrada. Atravesando país extenso y haciendo eses termina siempre por trabucar con su botín;. sobre el que cae. Olvidadiza de que es por su culpa que le llevó fuera de su sitio, vuelve á mirar en terredor de la región donde se hallá, busca una vía que equivoca otra vez, é inspeccionándola, echa su fardo sobre sus hombros y vuelve á marchar
Empieza de nuevo su primera odisea con iguales peripecias que al principio; parece luego fatigada y aguarda así á que pase al. guna. A la que pase la primera, como cosa natural que le ocurre, es ver la pata de lan- gosta olvidada en aquel sitio desde casi un año, y que juzga precioso encuentro; siente tambien comezón de saber donde se hizo tal hallazgo. Como cosa natural, tampoco sabe la que posee el tesoro, á punto fijo donde lo halló, aunque está muy segura de que lo halló en algún sitio. Y tambien, como cosa natural, se ofrece la amiga á ayudar á la amiga aj acarreo. Con su modo de pensar al revés, peculiar á la hormiga, se pega entonces cada una á un extremo de la pata de langosta, y tira que tira, tratan las dos de arrastrarla cada cual hacia su lado. Descansan pronto y
Ocho años ha, cuando yo, pecador, empezaba á arañar cuartillas, publiqué en los Domingos del Boletín un trabajo original. Recuerdo perfectamente, que estande en cama me llevaron un frasco de medicamento, el que me dió tema para hacer un chascarrillo. Aunque no tiene mérito alguno, hizo fortuna, y de cuantas personas m hablaron de él con elogio, ni una sola me hizo presente que se trataba de un cuento viejo.
Yo nunca he sido dado á publicar cuentos que ya pertenecen al público, porque siendo cosa de él ¿á qué ofrecérselos? De modo que siempre mi pluma, aunque pobre, se surte de mis ideas propias.
Declaro que ni de chiyuitito, ni después de grande y con barba, ni leyendo á López Silva, ni leyendo las cuentos de Gascón, que generalmente son baturradas, ni leyeudo las obras completas del Tostado, he podido topar con algún cuento que tenga analogía con el mio.
En cambio el autor de Interpretación errónea, desde San Lorenzo, ha podido oir el cuento de pequeño; lo ha leido escrito por López Silva: lo ha leido escrito por Gascón; lo ha leido escrito por D. Blanco,
que son todos escritores españoles, y en cambio no lo ha leido es<crito por mí en Puerto Rico.
Esto es un fenómeno verdaderamente raro: haber leido ese cueato cuantas veces se ha publicado en España, y mo haberlo leido cuando se publicó en Puerto Rico.
Hemos repasado varios tomus de Blanco y Negro, y algunos tomos de versos de López Silva y en ninguno hemos visto el trabajo en cuestión
¿Podría decírsenos en donde es que existe, y si ha sido publicado con anterioridad al mío?
Recordamos en este caso al abogado astuto que empezó á invocar en favor de su defendido artículos y más artículos que no existian enel Código, en la firre seguridad de que nadie había de ir á consultarlos
De modo que hay que demostrar cuando y donde se ha publicado el dicho cuenato que luego de algunos años ha venido á agitarme después de usarse y gastar:e en boca de nuestros abuelos, según afirmi el autor de Interpretación erronea. Falta tinta y papel, y aquí concluyo
toman aliento y deliberan. Allá, á su modo, entrevén que algo hacen equivocado, pero no atinan en lo que es.
Vuelven de nuevo al trabajo con ardor; pero sin fruto, recriminándose á seguida ambas á dos. Es natural, acusa una á la ayuda de obstrucciónismo. La sangre bulle, se d:sputan y la disputa se concluye con una rija
Oprimense ambas y ambas esgrimenlas mandíbulas, asentándose mutuos mordiscos. Caen rodando y besz2n el polvo, hasta que al fin pierde alguna de los dos combatiente una pata una antena, y vese obligada á escapar cojín-cojeando, con objeto de pararse. Vuelta á la obra, la acometen las dos de nuevo con insensato ardor igual, cediendo ahora por desventaja, la que ante quedó estropeada. Tira ésta en vano, la ptra tira y lleva consigo el botín y con ella arrastra también á su estro-
peada compañera, No renuncia, sin embarro, la más débil, ante bien, se. pega á su presaestro7 eándose las rodilla al ceder, contra las piedras del camino. Cuando la langosta fué llevada á diestro y siniestro en cien distintas direcciones y vuelta otras cien al mismo sitio, la abandonan, dejándcla allí donde la hallaron al empezar. Rendida las dos y empapadas en sudor, la inspeccionan otra vez para juzgar de su presa. y deciden coa acierto, que al fin y al cabo una pata disecada de langosta no merecía tanta fatiga Convencidas, se separaron cada cual por otra vía diferente, para ver si pueden dar con nuevu objeto bien pesaco, como un clavo po: e,emplá, que no pudiera llevar consigo, é inútil de sobras para hacer idear á una hormiga que quizás le padría utilizar.
¡Ay, Dios mío! Se va y me deja sola! No veo más que sombras por doquier! Así mismo la noche se presenta en cuanto al sol desparecerse ve.
No habrá una estrella que mis pasos guíe en medio de esta densa lobreguez, ni el más tenue crepúsculo siquiera que me permita ver dónde está él
Ah, sí! ya caigo! Tengo la memoria que siempre buena compañera es: ella, el único amparo que me queda; su luz, que tiene un mágico poder.
Recordando la imágen adorada del hombre en quien mi amor deposité y tantas veces me juró quererme
La revista neoyorkina America acaba de cerrar su certámen de literatura en prosa y verso,el que fué abierto en Enero de 1910
A él han concurrido muchos intelectua-les de las repúblicas de sub-america Antillas españolas, y de España.
Según el número correspondiente á Agosto, se han recibido nueze mil trabajos, de los cuales se seleccionaron para ser publicados solamente ciento diez, y de éstos once pertenecen á puertorriqueños. Es: decir que nuestro pequeño país adquirió el once por ciento entre los concurrentes.
Acaban de proclamarse los nombres triunfantes en ese torneo, en el que se otorgan seis premios, y de esos seis premios, tres son de tres puertorqueños: V. Rodriguez Rivera, 19 premio de poesia. Armando Esteva 3% premio de poesia, y M. Meléndes Muñoz, uno de los premios de cuentos.
Puerto Rico ha dejado demostrado que su intelectualidad es de primera fuerza. FConseguir que entre los I1o trabajos seleccionados once sean puertorriqueños, es un triunfo, y un triunfo mayor es lograr tres premios de los seis otorgados.
s AE e VIDA ALEGRE felicita cón entusiasmo á esos tres amigos y colaboradoreg suyos y felicita al pais.
con toda su alma, con pasión y fe.
Y sabiendo que ha sido siempre honrado y digno y noble y cariñoso y fiel, no creo que deba atormentarme nunca; no creo que deba su traición temer
Sin duda volverá: yo lo presiento; mi corazón me dice: piensa en él, y aguarda con paciencia su regreso; en tu presencia pronto lo has de ver.
Y yo lo espero, sí, cen ansia loca, y creo que nada 1e ha de suceder; sé que munca podrá darme al olvido porque me ama con pasión y fe
¿Qué dirá á todo esto el Tio Sam cuando se entere de lo que han hecho esos nit:vos malagradecidos?
El vapor que za-pó de este puerto el día 9, condujo á su bordo á la simpática señorita Enedina Rocafort Cabaña. La mencionada amiguita va destinada á una fábrica de bordados de Nueva York, adonde ha sido llamada.
Buena suerte deseamos á la gentil viajera
En el espacio comprendido entre el edificio federal en construcción y el nuevo Banco Canadense, se suelen levantar á menudo hogueras para destruir los barriles del cemento
El viernes, de mañana, eran tan grande las llamas que se levantaban, que alcanzaron á los carros elétricos, y pasar por alií es como entrar al Infierno. ¿Cómo es que se permiten tales cosas en una población civilizada?
¡Y que hagan tales tropelías los organizadores 'e los nuevo método!
Sí esto se acontumbra por allá, no me extrañan las noticias que nos traen los cables de gentes que se asfixian en plena calle.
Verdaderamen'e esos actos revelan un atraso lo menos de tr-s siglos
El conflicto de Sanidad sigue en pie. La Junta y el Director están á punto de un rompimiento como el franco-alemán. Ya el doctor Saldaña, que se dió cuenta exacta de su situación desairada, ha presentado la renuncia que le ha sido aceptada. El doctor Saldaña merece una felicitación entusiasta, porque después del insulto de la cocina no cabía otra cosa. Desalojar á una prestigiosa entidad puertorriqueña de un puesto decente, conel pretexto de que el local había de dársele, en vivienda tal vez, á un empleado que gana $;3,000, v al cual no tiene ningún derecho, á no ser por el abuso á que estamos ya casi acostumbrándonos, es un hecho incalificable.
La disvuntiva parece ser ésta: á la cocina ó á su casa cada cual.
A escoger, pues: i¡ahora que está cuajao!
<Pica-Pica>, el sabroso semanario, ha caido esta vez en la ratonera postal. Ya ve el compañero como cuando uno menos se loespera cae en el garlito. Lo que no constituye delito en el Progreso de Puerto Rico, ni en la Revita del Attorney, es penable en un periódico puertorriqueño.
Como representante de la Compañía de Bufos Cubanos que actúa en el Municipal, se encuentra en esta ciudad desde la pasada semana éste distinguido amigo y compañero nuestro, á quien saludamos con todo el afecto
Pero no se aflija el compañero, que después de todo ha tenido suerte, puesto que la fianza se le ha limitado á la bicoca de trescientos dólares.
Muy sinceramente deploramos el lance, y no cabe dudar que la justicia humana le dará la absolución.
Lola la conga, el célebre personaje traido por los bufos á Puerto Rico, tiene una hermanita aquí.
Es sorda, como la Administración; ciega, como la pasión política; muda como nuestra prensa; torpe, como un jefe de departamento: coja, como nuestras leyes; negra, como nuestro porvenir; gastadora, como nuestro gobierno; inútil, como nuestros cuerpos políticos; desafectuosa, como nuestros hi1jos: glotona, como cualquier experto continental, y despreocupada como nuestros más vehementes ventrófilos.
Es decir que es persona que no hay por dónde cogerla.
Ahora suplicamos á los señores bufos, que cuando se vayan no nos .dejen por aquí á la famosa conga, que ya tenemos nosotros bastante con la hermana.
que él sabe se le profesa en esta casa.
Que al éxito artístico, del cual ya hablamos en otro lugar del periódico, acompañe el mayor éxito financiero, son nuestros deseos para la Compañía que el amigo Martinez Nadal representa
Hay algo de extraño en el sentimiento que experimentamos hacia los artistas de teatro. Y es extraío precisar ente porque se trata de un sentimiento. Una mujer muy culta que adora á su marido hombre de gran corazón y gran talento, decía: El amor y la pasión. se desvanecen; solo el sentimiento queda; mi marido e; superior á mí, lo sé, y experime.to por él un grand: y pod:r039 sentimiento.
Lo; artistas de teitro se aleja1, se vi7 y sin embargo seguimos recordándoles, amá1doles: Y es que nos dieron un instante un poco de arte que es algo de sol, y mucho de paz. Yal marcharse, al continuar la vida errante, azarosa, llenas de reflejos, de ruido; á vece: comedia y á veces drama, se va tras ellos nuestro cariño como un eterno rumor de alas.
Conocí á Pedro Sotorra una noche de ópera en:que el noble artista cantaba Zucrecia Borgid. Cuantas veces volvió á Puerto Rico le siguió mi admiración y simpatía. El caballero español y el artista se confunden en una grande y dulce conjunción. Uno, vale tanto como el otro, y al estrechar su mano se experimenta el agradable descanso de hablar un instante en la quietud de la vida, en el remanso misterioso de la paz, con alguien todo corazón, todo nobleza.
Siempre escribe y siempre envia para Puerto Rico una eterna explosión de agradeci miento. Ama áesta tierra quizás tanto como la suya la tierra española llena de arte, de (alegría, de sol y tiene para nosotros
Eso aconseja la Academii de Medicinma de París: lavaos las manos cuando en los establecimientos de comest:bles ofrecéis al público artículos alimenticios. Lavaios las manos, y especialmente las uñas, cuando preparais los alimentos, porque el tocar éstos con las manos sucias, es orígen de peligrosos contagios. Los hombres comen lo q. hallanal alcance de su mano, no pensando que, al hacerlo sin tomar
una frase que parece un suspiro de desterrado.
Su última carta desde Tcrrente (Valencia) es una larga efístola tan amable como las anteriores; sin él saberlo se conduce como un expontáneo escritor; y es que deja escapar su alma á través de la líneas; es que pone esa ternura de los grandes cuando pasean en el color de las expansiones Ííntimas, el sencillo corazóa de muchacho.
Vu:lvo escribe -vuelvo por última vez á esa buena y generosa tierra puertorriqueña. Voy ádecir adiós á mi vida de artista p2r» n> sin llegar hasta ustedes que tan bueno: han sido para mí....Ya supe la muerte de la p»b:e Blanchard; son dos ya....pero fuera de la patria ¿en dónde mejor podrían descansar eternamente que ahí en esa hospitalaria Puerto Rico? Desearía para mí. esa suerte
El veterano del arte vuelve á estrechar nuestras manos antes del doloroso adiíós á la escena. Y hav en la despedida de un artista lírico, algo de solemnidad silenciosa. Es el ave que no cantará más en la selva de arte; un trovidor que enmudece, algo humano que se rompe y algo divino que desaparece entre el fondo del bosque negro, haciendo brillar por última vez en fatal mescolanza imagen de la vida, hojas de laurel que son triunfos y perlas de desengaños que son lágrimas.
J: E. LEVISciertas precauciones, introducen en su boca un enen.igo mortal.
¡Lavaos las mríanos,! este es el grito de alarma que lanz:i el célebre Metchnicoff, Director del Instituto Pasteur. Dependien. tes de comercio, nmo toqueis con las manos los comestibies que vendeis al público!.... Utilizad para ello unas pinzas, una tenacillas, cuchara, tenedores.... Cualquier cosa que no sean las manos.
ErL perro se puso á dormir, tendido al sol sw»bre la arena, pero pasado un breve rato, este admirable , perro s: cansó de dormir y creyó ¡rudente desperezarse. >t estiró, pues, sobre sus pata, abrió la boca, bostezó, miró al cielo, y confortado con la vista de aquel hermoso firmamento azul, salió trotando á pasito corto.
despreciar,
se me acercó,
i¡Fi, ,fi, fi....! le sildé yo desde lejos Y el bueno Cel can, considerando que el hal azgo de un amigo no es cosa que se ceba cambió de rumbo al oir mi siibido y con la co:a Ce punta y los ojos alegres.
Fuimos paseando, como dos perfecto camarada, camino adelante, hacía un campo de hierba matizado de inocentes margaritas Y nos comunicábamos los dos nuestras impresiones de la manera que usan los hombres y los perros para entenderse: yo, pronunciando palabras, haciendo gestoó lanzando imprecaciones, y éi, saltando, meneando la cola ó rompiendo 4 correr entre delirantes alaridos de entusciasmo. Y tan completa, tan absoluta y firme era la alegría de aquel perrol que repentinamente me detuve y le dirigí a mi imprevisto amigo estas cándidas palabras:
Pero tú humilde sér canino, ¿cómo te arreglas para estar dichoso, y tan dichoso tan terminantemente dichoso? ¿Cuál es tu secreto, si es que tiene algún secreto-panacea. .. =
Entonces el perro me miró recta y profundamente, dió un salto bru<co, salió corriendo y pegó ladrido, tal como si me dijera: «Ahora vas á ver la entraña de mi secreto.>
Efectivamente, el perrose llegó hasta un guarda de campo, que le amenazaba con la escopeta é ipso facto mi buen perro le ense-
5ó los diente al garda y le ladró con fuerte, con estentóreo ladrido; después se marchó á la puerta de una casa, donde había un niño mofletudo que lloraba á lagrimas vivas Ó grito pelado, y acercándose al niño le lamió las manos, le lamió la mejilla, hizo una pirueta gro tesca, hasta conseguir que el niño cambiase su llanto per una sonrisa; finalmente salto un cercado, vió la pradera esmaltada de margarita, y en aquella blancura é inocencia de las flores silvestres, el admirable canm, ino ente como las mismas margaritas, se revolcó y se gozó hasta cansarse.
Y desde allá lejos, el perro se puso erguido sobre cuatro patas, me miró y lanzó un brusco, un juvenil ladrido, tal como si dijera: «Mira aquí explicado, con las tres cosa que acabo de hacer, el secreto de la felicidad El secreto consiste en ser libre, en ser bueno y en ser inocente....>
Dolíale á un tombre una muela vino un bartero á sacarla, y estando la boca abierta, ¿Cuál es la que duele? dijo Diole en culto la respuesta, la penúltima diciendo. El barbero, que no era en penúltimas muy ducho, le echó la última fuera
A informarse del dolor acudió al punto la lengua, y dijo en sangrientas voces: ¡La mala, maestro, no es esa! Disculpóse con decir: ¿No es la última de la hilera?
Sí, respondió, más yo dije penúltima, y usted advierta que penúltimo es el que junto al último se asienta
Volvió, mejor informado, á dar al gatillo vueltas, diciendo: ¿En efecto es de la última la más cerca?
Sí, dijo. Pues vedla aquí, respondió con gran presteza, sacándole la que estaba penúltima, de manera que quedó, por no hablar claro, con la mala, y sin dos buenas Calderón
un tahur desesperado porque no tenia un real ni camino de buscarlo Sacudió las faltriqueras, y en una se encontró un cuarto, parte y comprálo de soga, y desde allí como un rayo se fué al campo á que le quite los pesares el esparto. Trataba de ahorcarse, en fin, y escogió para esto el árbol á donde el tesoro estaba, y estando poniendo el lazo se le hundió en el hoyo un pié y vió el talego enterrado; cogióle, besóle y fuése, dejando pendíente el lazo de la rama más robusta De allí á un poquito muy falso el tal dueño del talego vino á besarle las manos: halló la tierra movida y vió que le habían hurtado Hallóse la soga allí, y por no sentir su daño mucho tiempo, se ahorcó con lindo desembarazo
JMoretoUn hombre tenía un t:lezo de doblones, y el cuitado por tenerle más seguro e salió con él al campo, y al pié de un árbol cavó y le enterró con recato Amaneció el día siguiente
Un hombre que estiba malo, víendo la grande fineza con que le asistía un amigo le dijo en voz lastimera: Plegue á Dios que me veáis sano, amigo, y yo os vea morir á vos, para que conozcáis de mi asistencia lo agradecido que estoy á la mucha piedad vuestra
SOLUCION A LOS PASATIEMPOS DEL NUMERO ANTERIOR.
A en:7maEl puente.
4 la charadaBarquilla.
Al tridugaulo Ramona avaro macho oero no a
Al SmilEn que tiene naves.
Charada
No me extraña que no cuarta dos
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don segunda tercera fprimero. Y, por qué? Porque el pobre está 7ulo Pues lo siento de veras.
Fuga de vocales
N.s h.mss .q.v.c.d. 1 -C-re.mi.s Ls d.s; t. b.sc.bs .n .mnt., y. bsc.D. .a c.rzn
Enigma
Quién son dos doncellas bellas que se mueven en naciendo, y aunque ellas no se están viendo, nos miran y jnzgan ellas, sentido á todos poniendo?
Simil z
En que se parece un sacc roto á un cádaver de diez días?
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