Escribir para Vivir y Sentir Vol. VI

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SecciónResponsables:Poesía I de secundaria Prof. Annya Villalba Sección Cuento II de ResponsableProf.Prof.IIIProf.secundariaLuisCartySecciónCómicdesecundariaCarolinaVega-VanessaPalominoSecciónPoesíaIVdesecundariaProf.RossanaRiojasSecciónPoesíaVdesecundariaAlejandroAlva-VanessaPalominopedagógicadelproyectoEbook:Prof.CarolinaVegaDelgadoDiseñoydiagramaciónDanielCoelloRicard

paraEscribirvivir y sentir Vol. VI

3

Los extraños sonidos de la cocina 40

Un nido humano 41

Nunca te quedes dormido 30

Azul y verde 47

Un Sueño Profundo 12

Yo he muerto 43

La huida 8

Poesía IV sec

Una nueva etapa ¿complicado? 7

Poesía I sec

Un eclipse tal vez 46

Vieja araña 56

Poesía V sec

Las aventuras de Elona Holmes y el visconde 38

Cómic

La página 300 20

¿Un error? 23

Los barcos perdidos 34

Sine qua non 44

La ciudad que los jóvenes olvidaron 54

Solo un padre 6

Cuentos II sec

El pajarito azul 36

Brusto 49

Cerrar el telón 17

No puedo parar 51

El precio que pagar 27

ÍNDICE

Trascendencia 45

Las Cadenas de Cupido 53

4

Te fuiste… 9

El amor del ayer 10

Poesía (I sec.)

“No digáis que agotado su tesoro, de asuntos falta, enmudeció la lira. Podrá no haber poetas, pero siempre habrá poesía.”

Gustavo Adolfo Bécquer

6

Solo un padre

¿Por dónde empezar? de este sentimiento, es difícil hablar, siempre estuvo presente, pero en mi mente ausente lo amo demasiado pero a la vez me hace daño.

Aún recuerdo cuando era tu princesa, la niña de tus ojos, ¿qué daño causé? mientras me escabullo en mi memoria, pierdo sangre en mi victoria.

No puedo hallar el equilibrio de este sentimiento cuando pienso en aquello, tengo tantas preguntas que no sé cuál es el inicio y el final.

Solo era una niña como para estar botando lágrimas a medianoche, perdón tras perdón guardando este rencor, mi miedo incrementa cuando me pongo a pensar si de grande llegará a ser igual.

Adriana Cabral Ocrospoma, I A

Una nueva etapa ¿complicado?

Rafaella del Águila Ferreyros, I B

Ya no es igual, todo ha cambiado, no soy la misma de hace unos años nuevos cambios, inentendibles, enfrentamientos ¡poco entendible!

Ya no es igual, todo ha cambiado es muy complicado, ya no es lo mismo nuevos deseos, nuevas ideas nuevas metas me han visitado.

Ya no es igual, todo ha cambiado, ya no es lo mismo. un vacío dentro que no es medicado. soy diferente, no soy conforme insegura me siento de mis imperfecciones.

7

Ya no es igual, todo ha cambiado nuevos regalos que ni los he mirado. días pasan y pasan y ni importancia les he dado.

8

Las lágrimas cayeron sobre la mesa mientras me desbordaba en tristeza y al recordar tus lindos abrazos me partía el corazón en pedazos.

Un bello despertar en la familia como una mañana florecida al contar esta historia de mi vida mi alma de a pocos se destruía.

La alegría que siempre mantenía se iba derrumbando día a día tú eras parte de mi vida pero todo fue una mentira.

La huida

Valeska Caballero Ordoñez, I C

Todo era tan bonito y hasta que te fuiste sin motivo y ver un lugar vacío dejaron mis sentimientos partidos.

9

Mis sentimientos malograste y mi felicidad contigo te llevaste y mis lágrimas como lluvia en los brazos de mi madre dejaste.

Alejandra Montenegro Castillo, I D

Un día te fuiste sin más, ahora pides perdón y yo no más, hablamos y seguimos peleando, como un juego que va cambiando.

Te fuiste…

Te fuiste y un agujero dejaste y en repararlo no te preocupaste, decías querernos y nunca lo demostraste y ahora lo que dices de mi vida no es parte.

A veces feliz, a veces triste, y yo esperando que dijeras, un “te amo” que nunca sentiste y por el que nunca te conmoviste.

Ahora al hombre, al que debo de llamar abuelo cree que todo es un juego, para él eso nunca ocurrió lo trato con respeto porque es un hombre mayor y al menos yo lo trataré con compasión, no como él en esa ocasión.

Tuvieron cuatro hijos que ahora ni lo llaman porque ellos presenciaban cómo a su madre él golpeaba y ellos tampoco se salvaban, porque por más que trataran ese hombre con golpes amenazaba.

Lucía Dilas Acevedo, I D

Mi abuela acostumbrada a los gritos y a los golpes porque el amor nunca se lo supo dar su hombre ella tenía dieciséis y él casi veintisiete, ella seguía soñando y él ya tenía gerente qué mala suerte parecer una joven y un demente.

Un día mi abuela decidió hacer algo infalible le lanzó un zapato a su hombre, aunque no suene creíble había hecho sangrar a su marido, dándole su merecido no imagino cómo se habrá sentido al devolverle la flecha a Cupido.

El amor del ayer

10

“No te dejes engañar por las apariencias. La belleza en sí se encuentra en el alma” -La bella y la bestia, de BarbotGabrielle-SuzannedeVilleneuve-

Cuentos (II sec.)

-La verdad porque no sé, no sabía cómo decirlo, aparte no me dejaban contártelo- explicó el -Necesitochico.

-Me dijeron que si lo decía me iba a ir peor- dijo Abdul.

Romel Aguirre, II A

- Las voces de mi mente, no paran en las noches no puedo dormir, cuando hablo con las personas, las incomodo porque respondo a las voces de mi cabeza y las personas me miran raro, la verdad ya no sé qué hacer me siento desesperado-respondió el paciente.

Un Sueño Profundo

- ¿Cuánto tiempo llevas con esas voces? -

12

-Dime, yo te ayudaré-dijo de manera amable.

- ¿Por qué no me dijiste antes? -

- ¿Cómo se llaman esas voces? -preguntó el psicólogo.

- ¿Quiénes no se pueden callar? -

-Está bien, la que más me fastidia es Nathaly y la otra es Diana- dijo con tono preocupado.

-Realmente no sé si me dejarían decírtelo-dijo Abdul.

-La verdad que llevo un buen tiempo con estas voces-respondió el chico

que me digas Abdul, es para ayudarte y que no tengas problemas después- le dijo de manera amable.

- ¿Cómo te encuentras hoy? - preguntó el psicólogo.

- Estoy bien, sólo que no se pueden callar- respondió el chico.

Abdul baja la cabeza y continúa con su camino. Sus ojos se inundan de lágrimas, tenía ganas de llorar por fin pudo llegar a su casa y se fue a dormir directamente. Abdul se despierta sudado, mira su brazo y está lleno de pellizcos igual que el otro brazo. Abdul vuelve a dormir y deja el tema de lado al despertar no paraba de escuchar a Nathaly y a Diana discutir por temas muy raros que él no entendía. Abdul no podía soportarlo más estaba harto, quería desaparecer; busca una soga, se prepara para ahorcarse y quitarse este sufrimiento, ese estrés que le causaba oír voces en su mente… estaba a punto de actuar, pero en ese momento Diana le dice:

-Mis padres fallecieron hace 10 años-dijo seriamente.

- ¡No lo hagas por favor!, te estamos esperando...

-Está bien...! paren por favor! -dijo con voz angustiada...

Abdul decidió no actuar a las 10:30, su alarma suena para ir al psicólogo al salir, sentía mucho aire, pero hacía sol, en la calle no había nadie, parecía una película de terror y al parecer Nathaly y Diana habían desaparecido. Abdul por fin llega a la casa del

Abdul vuelve a su casa, pero en el camino escucha la voz de Nathaly.

13

- ¿Abdul dónde están tus llaves?, ¿Abdul tu madre?, Abdul ¿sigues vivo?

-Está bien, ¿a qué hora sería mañana? - pregunta Abdul.

-A las 11 a.m. estaría bien- responde el psicólogo.

-Bueno, gracias por la información esto me ayudará a descubrir más este tema, esto es todo por hoy mañana a primera hora por favor- se despide el psicólogo.

Abdul continúa su camino e ignorando a Nathaly. De pronto, escucha otra voz...

Abdul deja caminar, le responde:

-Abbbdullll…, ve por ese camino será mejor.

El tema se dejó ahí, el psicólogo lo llamó a la sala, era muy grande y con sillones cómodos y de marca, Abdul se sienta y le preguntan:

Abdul realmente estaba cansado, pero continuó a pesar del sonido de las escaleras. Por fin pudo llegar al segundo piso, entró al primer cuarto que vio porque se le hacía familiar.

14

- ¿Dónde estabas?

Al entrar vio que era su cuarto de pequeño, estaba en los mismos cuadros, los mismos peluches, en la misma pintura de su cuarto de pequeño.

-Llegué hace como 30 minutos - respondió Abdul.

psicólogo y no encuentra a nadie, el ambiente era muy frío y tétrico, un pasadizo se asoma y al fondo, unas escaleras lo invitan al segundo piso. Mientras él caminaba hacia las escaleras encuentra cuadros cuyos rostros se le hacían familiares y también fotos de él. En la imagen había dos mujeres, ambas con rasgos similares a los de Abdul, no las conocía, pero sus rostros se le hacían familiares.

-Hace 30 minutos estaba acá- dijo el psicólogo.

- ¿Cómo estás?, te noto muy cansado-dijo el psicólogo.

Escuchó un susurro que provenía de Nathaly quién le decía:

Por fin pudo llegar a la escalera y al subir el primer escalón, se escucharon crujidos por la antigüedad de las escaleras, eran de madera mohosa. Llegó al quinto escalón y se cansó, no podía más le faltaba el aire y hacía mucho frío, no podía más…

-Estás cerca…

-Sí lo estoy, estaba subiendo las escaleras para ver si estabas en el segundo piso- dijo Abdul.

Se escuchó una puerta abrirse, era el psicólogo, él lo había estado buscando por todas partes y le preguntó:

- ¿Qué recuerdas de nuestra primera cita? - preguntó el psicólogo.

-¿Qué te dijo? - pregunto el psicólogo.

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-¿Nathaly y Diana siguen en tu cabeza?

- ¿Qué cosa exactamente? - preguntó Abdul.

-No hay nada, ¿estás bien? -preguntó el psicólogo.

-Fue un susurro, me dijo que estaba cerca, pero no sé a qué se refería- respondió Abdul.

-Bueno, creo que es hora de que te vayas, terminamos nuestra terapia, fue un gusto haberte conocido y ayudado... pronto vas a despertar- dijo en tono firme.

-Hace poco hablé con Nathaly – respondió Abdul.

- ¿Y esas? - señaló Abdul.

-Tuve un sueño con una chica llamada Nathaly y la otra Diana, de hecho, tenían las mismas voces que ahora tengo en mi cabeza- respondió Abdul.

- ¿Cuáles y dónde? - preguntó el psicólogo.

- ¿Qué recuerdas? - preguntó el psicólogo.

-Abdul.¿Qué recuerdas de Nathaly?- preguntó el psicólogo.

-Lo único que recuerdo es que un carro me atropelló y aparecí aquí sentado- respondió

Abdul estaba confundido, no entendía nada tampoco sabía si era un sueño o una alucinación, el psicólogo le cambió tema por precaución y le preguntó:

-Las de tu casa, aquí- respondió Abdul

-Pero si no tengo escaleras ni segundo piso- dijo el psicólogo.

Las escaleras empezaron a desaparecer muy rápido, Abdul estaba muy cansado, pero está por llegar a la puerta que estaba al final de las escaleras. Continúo subiendo y los escalones y van desapareciendo más rápido está por llegar a la puerta, pero las escaleras iban más rápido de lo normal…

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Abdul no entendía nada, Abdul no podía dormir de lo tanto que pensaba. Llegó el día, todo está blanco cuando amaneció. Salió de su casa y vio cómo toda la ciudad estaba sola, siguió caminando y no encontró a nadie parecía un ambiente de una película de terror. Después de recorrer una gran parte de la ciudad vio unas escaleras, la escalera era muy grande igual del tamaño de un rascacielos.

Abdul por fin llegó a la puerta, la abrió y todo estaba en negro sólo escuchaba la voz de Nathaly, su madre y Diana, su hermana. Abdul pudo abrir los ojos y las vio, eran iguales a las dos mujeres de los cuadros él no entendía nada. Nathaly y Diana le explicaron todo lo que había sucedido y que había estado un mes en coma que ella siempre le decían Llegócosas. la hora de irse al hospital, se despide de todos los que lo habían ayudado y toda la ciudad retornó a la normalidad...

FIN

- Por favor, despierta Abdul, te estamos esperando.

-Abdul se despidió, no entendía nada. Se fue a casa pensando en las palabras del psicólogo. Llegó la noche, se fue a dormir, pero no podía, estaba pensando en las palabras de que le había dicho el psicólogo… las voces de Nathaly y de Diana se asomaron:

Abdul las empezó a subir otra vez, una por una iba subiendo, le parecían eternas. Cuando iba más de la mitad las escaleras empezaron a desaparecer, una por una. Él decidió parar para descansar estaba muy cansado, decidió ver a su alrededor y la ciudad había desaparecido sólo estaban él y las escaleras...

17

Cerrar el telón

Amire La Rosa Neme, II A

De:

Al pasar a través de toda la multitud, pude llegar a mi casa, al entrar observé una carta muy singular en la mesita de la sala, de color negro… pero algo adorable, el sobre llevaba una frase escrita “solo léelo y entenderás” … abrí la carta y empecé a leer.

Y seguimos así… nos hicimos mejores amigos, salíamos a todos lados a cualquier hora, nos contábamos todo, nuestros problemas personales, en la universidad, nuestras historias de amor, eras en pocas palabras un ángel caído del cielo, me comprendías a la perfección y me sentía a salvo contigo. No muchas personas me caen bien al conocerlas, pero tú…, tú eras distinto a los demás. Es..., un sentimiento algo difícil de explicar... Hasta que llegó el día, ese día en el que todo cambia y da un giro inesperado. Como era de costumbre, llegamos tarde otra vez, ya sabíamos la rutina, así que me llevaste a almorzar. Te sentía nervioso, pensé que querrías decirme algo, así que te pregunté, me dijiste que no, pero a los minutos empezaste a hablar, recuerdo las palabras exactas que

vez que nos vimos, cuando ambos llegamos tarde a clases y nos quedamos en la puerta por un largo tiempo, nunca nos abrieron, que íbamos a hacer. Fue cuando me dirigiste la palabra por primera vez, y me invitaste a almorzar, por un momento lo sentí extraño, jamás me habías hablado a pesar que éramos del mismo año y por si fuera poco, de la misma clase, te dije que sí, ya que iba a hacer, y fuimos caminando hacia el restaurante, mientras que nos íbamos conociendo, al iluminarse un poco el día y la luz atravesarse por las ventanas del restaurante, pude ver por primera vez esos hermosos ojos color carmesí, pelo alborotado…, cosa que quizás no me fijé por el sueño que tenía en la mañana.

RecuerdoPara:JulesTimothielaprimera

Jules: ¡Holaa! (dije saludándolo con un beso en la mejilla y entregándole las flores, mientras que pasaba dentro de la casa).

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salieron de tu boca… “eres la mejor persona que he conocido en mi vida, y tengo una hermosa amistad contigo diría yo la mejor que tengo, han sido casi dos años desde la primera vez que llegamos tarde a la universidad y nos conocimos, desde ahí, mi vida cambió…, me enseñaste y me sigues enseñando muchas cosas de las cuales yo antes no era consiente o no le daba importancia. Te amo mucho y sabes cuál es la pregunta que quiero hacerte y me gustaría que la respondas con toda sinceridad” ...

Timothie: ¡gracias!, iré a ponerlas en un florero (dije mientras me iba caminando).

Timothie: ¡Holaa!, pasa (dije entusiasmado e hice una acción con mi brazo indicándole pasar).

Por mi mente pasaban muchas cosas, ¿Qué pasaría si se arruina nuestra amistad?, ¿cambiaría algo entre nosotros si te digo que sí?... Te miré y tus ojos me decían que esperabas una respuesta, así que te hice saber todas las dudas que rodeaban mi cabeza, lo único que me dijiste fue “pase lo que pase Jul, jamás olvidaremos los momentos vividos, estos se quedarán en nuestro corazón”. Te dije que sí…, y sonreíste.

unos segundos pensando acerca de la última frase, pero sentí el olor a perfume con aroma familiar, giré mi cuerpo haciendo que se muevan todos mis huesos de una manera extraña; y la vi a ella, Jules…, a la persona más hermosa del mundo, iba vestida de una manera muy elegante, además traía en la mano un gran y hermoso ramo de flores rojas, envuelto en papel negro, al igual que el sobre de la carta que me escribió; era algo extraño, pero lo seguía considerando adorable si de ella venía...

Ya van 5 años, desde ese día y quisiera agradecerte por todo lo que me has enseñado, y también recuerda que “la vida no es un cuento de hadas y hay que aprender a sobrellevarla” ...

MeJulesquedé

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Me veía tendido en el suelo, ella sostenía un cuchillo, el cual lanzó a mi lado como signo de burla, me miró con ojos llorosos y me dijo “el amor se acaba, cuando la traición inicia” … y tú sabes perfectamente a lo que me refiero. Y mientras escuchaba sus tacones sonar alejándose a cada paso que daba, me iba durmiendo, hasta que se cerró el telón de mi obra; completamente solo, al lado de las flores que ella me dio, con todos los pétalos tirados alrededor de mí.

FIN

Sentí cómo algo me atravesaba por la espalda, cómo atravesaba cada capa de piel, y antes de poder reaccionar, ya me encontraba tendido en el suelo con las flores al lado de mi rostro, mi boca expulsaba un hilo de sangre, ya no podía soportarlo, miré hacia arriba, era ella, ella…

Mi hija era todo para mí, para ella era su amigo, consejero y a veces hasta me llamaba su ángel guardián. Siempre traté de estar a su lado en las buenas y especialmente en las malas. Antes de empezar mi viaje, le entregué un libro con tapa gruesa y bordes sobresalientes que venía con una pluma dorada. En estos dos años ella no lo había abierto hasta una cierta mañana más brillante de lo normal. Se sorprendió al ver que estaba vacío, pasó las páginas con curiosidad y se desesperó al no ver ni una sola mancha de tinta hasta que encontró una nota con letra ligada y delgada que decía: “Todo lo que escribas aquí, se realizará”. Al comienzo pensó que se trataría de una broma así que decidió dejar ese tema en paz por un tiempo.

Desde ese día empezó a escribir todo lo que deseaba en ese preciado libro. En esa misma

La página 300

Los días se alargan mientras ella sigue con el corazón hundido desde que la familia apareció incompleta. Su madre parecía haberlo superado, para ella ya habían pasado dos años; mientras que, para la niña, parecía apenas un día…

Mientras pasaban los días, ella sentía cada vez más curiosidad por la frase que encontró en ese libro, así que luego de unos cinco largos días de intriga decidió probar y escribir algo, pero debía ser un detalle simple del que sólo nosotros nos diéramos cuenta. Pasaron por su cabeza muchas ideas hasta encontrar una que la dejó helada de miedo, pero también ruborizada de la emoción, entonces agarró la pluma dorada y temblorosa escribió: “1. Que el chico que me gusta se enamore de mí”. Eso me sorprendió mucho, pero pensé que era buena idea porque sólo los dos sabíamos eso. Al día siguiente al llegar a casa después del colegio, encontró un avión de papel que había sido lanzado hacia la ventana de su cuarto que tenía escrito un corazón, en ese instante sacó su cabeza por la ventana y con sorpresa lo encontró a él, sonriéndole sonrojado. Se le escapó una sonrisita la cual ella trató de disimular mas no pudo, ¡ella no podía creerlo!

20

Dulce María Patrón Schmiel, II A

21 tarde, decidió escribir algo sobre las notas del colegio porque no le va nada bien, así que escribió: “2. Tener buenas calificaciones en todos los cursos”. Ella al día siguiente tenía clases y un examen de matemática, para el cual ella no había estudiado porque el sueño le ganó en clase. Por lo que en ella se veía la esperanza brillando con grandes destellos en sus ojos, ya que ella había puesto toda su confianza en ese libro.

A pesar de no haber estudiado, al otro día obtuvo la nota más alta. Se emocionó tanto que siguió escribiendo cada vez más y más sobre lo que ella quería que pasara… “3. Que mi cuarto nunca se vea desordenado”, “4. Tener buena caligrafía y ortografía”, “5. Que mis padres me dejen salir a fiestas mucho más seguido”, “6. Tener muchos amigos”, “7. Ser organizada en mis cuadernos de apuntes”, “8. Tener un celular nuevo”, “9. Tener buenos accesorios para mi celular”, “10. Comprar ropa y maquillaje de marca”, “11. Encontrarme con alguien famoso en el centro comercial”, “12. Ir de fiesta cada semana”, “13. Dormir tarde pero no tener sueño al día siguiente”, “14. No enfermarse, “15. Practicar deportes profesionalmente”, “16. Tener letra bonita”, y muchas ideas más no tan relevantes. Pero cuando avanzaba, estos deseos aumentaban y todo en exceso es dañino.

El libro se estaba acabando y empezó a preocuparse, así que se propuso encontrar una forma de mantener esa cadena de deseos viva. Luego de pensar durante muchas horas, llegó a la conclusión de que tal vez toda la “magia” estaría en la pluma de tinta dorada. Arrancó una hoja de un cuaderno y apresurada escribió lo primero que se le vino a la mente. “152. Encontrar donas en mi escritorio”. Ese día se fue a dormir con ansias y una gran sonrisa estampada en su rostro. Mas al día siguiente encontró todo lo contrario: nada. Aquello la decepcionó mucho, pero siguió adelante ahora sabiendo que en algún momento esos deseos se acabarían igual que la tinta de la pluma.

Siguió escribiendo día tras día todos los deseos que ella quería y fue agregando algunos más. Podría escribir hasta 5 veces por día y todos sus sueños estarían cumplidos al día siguiente. Luego de 6 meses, podría decirse que su vida fue cada vez más “glamourosa y perfecta” según lo que ella pensaba, tanto que llegó a escribir 259 deseos. Estos habían llenado casi por completo el libro incluyendo la página en la que encontró la nota, si

22

“Hija, nunca trates de aparentar lo que no eres, eres mágica siendo tú misma. Quiero que crezcas fuerte e independiente. Eso sí, conservando tu corazón de niña por siempre. Te quiero princesa, papá”

FIN

no me equivoco por la página 173 y la tinta de la pluma empezaba a cortarse, en ese momento se dio cuenta que en un tiempo se acabaría todo. Sin querer en estos meses se había cambiado por completo su vida, pero ahora sentía que todo era tal y como quería, pareciendo vivir el mejor sueño de su vida; más para mí no lo era.

Mi corazón se estremeció y mis ojos se cerraron por la radiante luz, me desperté con sudores fríos y con la respiración agitada… ¿dónde estaba?

Tiempo después, ella ya no abría el libro anhelando que al día siguiente todo se haga realidad, sino que esta vez lo hizo con mano temblorosa, su corazón le decía que algo había llegado a su fin, que ya nada sería como antes. Tenía miedo sobre qué escribir, así que decidió tomarse unas horas para pensarlo. Pasaron 3 horas reflexionando sobre su último deseo hasta que por fin lo encontró. Respiró profundamente, agarró la pluma, abrió el libro en la página 300 y sus ojos se llenaron de lágrimas por el mensaje:

¿Un error?

Y pensar que fue todo un error…Un terrible error, el más terrible de los errores que haya cometido. Que hayamos cometido. Nunca debimos haber aceptado esa imprudente apuesta. ¿Por qué aceptamos? Sólo habíamos bebido demasiado esa noche. Danet y Hollye, estaban sobrios. Supieron aprovechar esa ventaja. Esa ventaja decisiva que los colocaba a ellos donde estaban y nos colocaba a nosotros donde estábamos…

Pero una vez más, no debo ser tan pesimista. Mucha gente lo ha hecho y terminó viva. Sólo hay que tener cuidado y ser meticuloso. Y hay que tener algo de suerte con el clima. Otro factor influyente. Otro problema. ¿Qué vamos a hacer si las condiciones climáticas son inoportunas? Es cuestión de estar en el lugar equivocado y en el momento equivocado para que una tragedia suceda. El margen de error es pequeño. No podemos permitirnos ninguna equivocación, por más pequeña que ésta sea. Mucha gente lo ha hecho y terminó viva. Mucha gente lo ha hecho y terminó muerta… ¿De qué lado vamos a acabar nosotros?.

Me dirigí de nuevo a la cabaña con la excusa de tener que ir al baño, la realidad me golpeó en la cara. Me di cuenta de lo que había sucedido. De lo que estaba sucediendo… Un sentimiento de frialdad azotó mi espalda. Comencé a temblar ligeramente. Comencé a pensar en lo que podía suceder…

Salí del baño. Me reuní con Hellen.

23

Valeria Rios, II C

¿Cómo pudimos actuar así? No deberíamos estar aquí. No deberíamos estar haciendo esto…Todo fue un error. Fue una imprudencia. Desearía poder volver en el tiempo y evitar todo lo que está sucediendo en este momento. Pero no puedo. Nadie puede… Debo, debemos aceptar que fuimos absolutamente insensatos en el pasado. En ese pasado no tan lejano. De hecho, sólo han transcurrido dos semanas desde el incidente.

De repente, vi cómo pasó de una confusión al terror extremo. Su confusión se transformó en un rostro horrorizado.

Cuatro días después, estábamos en la cima. Nunca hubiera pensado que íbamos a llegar. Habíamos escalado El Monte. No obstante, debíamos bajar lo antes posible. Nos faltaba el aire. No contábamos con el oxígeno necesario.

- Cerca. Como a 400 o 500 metros de llegar.

En la cima del Everest, la presión atmosférica es aproximadamente un tercio de la del nivel del mar. Por lo tanto, sólo contábamos con un tercio del oxígeno del que estábamos acostumbrados a respirar. Sin embargo, Hellen y yo teníamos mucha experiencia. Conocíamos las formas de ahorrar la mayor cantidad de oxígeno posible…

- ¡Hellen! ¿Cómo te sientes? - le pregunté, sumamente preocupado.

Aquí va un intento absolutamente inútil.

- ¿Estás listo? - preguntó.

- Bueno, aquí vamos. - dijo Hellen

Pero a veces la experiencia no es suficiente. Hellen comenzó a debilitarse cada vez más. Cuando estábamos a aproximadamente a 500 metros de acabar con nuestro objetivo, se desmayó. Tuvimos que acampar una noche más en la montaña. La comida y el agua se agotaban. A las once de la noche, Hellen se despertó. Pensé que no despertarías.

- Bien. Me siento mareada. ¿Dónde estamos? – respondió.

¿Qué demonios pasó ahora?

- No - respondí, ocultando ineficazmente mi incipiente nerviosismo. ¿Estoy listo? ¿Qué tipo de pregunta era esa? ¿Cómo podría estar listo? ¿Cómo cualquier persona podría estar lista? Estábamos a punto de morir.

24

- ¡¿Qué?! - estaba completamente sorprendido.

- Lo sé. Vas a tener que seguir sin mí. Sabes, Sean, voy a tener que admitir que fue divertido mientras duró. Cuando comencé a escalar, acepté que los riesgos eran altos. Qué cosas como estás podían pasar. Que quizás un día no vaya a verlos nunca más porque me fui haciendo lo que más disfruto. - respondió, lagrimeando levemente.

La abracé fuertemente, todos esos momentos de felicidad ante su presencia pasaron frente a mí. Comenzamos a llorar desconsoladamente, era el fin.

Revisé durante unos momentos su brazo izquierdo. Estaba insensible. Se sentía separado, desconectado del resto de su cuerpo. No había nada que hacer. Aún debíamos recorrer una distancia considerable. No podía ocuparme de ella, y creo que, a juzgar por nuestros rostros, ambos habíamos aceptado la realidad. La realidad duele. Y pensar que por un momento tuve la ilusión de que íbamos a lograrlo. íbamos a olvidarnos de todo esto, dejarlo en el pasado, guardado en la profundidad de nuestro cerebro. Encerrarlo con llave para nunca más abrirlo. Pero esa ilusión fue absolutamente en vano. Todo fue en

No tienes idea de cómo voy a extrañarte, Hellen. No tienes idea.

no puedo hacer nada. - dije, ocultando mi profunda tristeza.

¿Por qué? Pensé que había hecho un buen trabajo protegiéndote del frío y del viento gélido. Aparentemente, fracasé rotundamente. Y lo peor de toda esta situación es que yo soy el culpable. Ahora, por mi mal accionar, probablemente termines muriendo congelada en esta implacable montaña.

-vano.No,

-¡Sean! Mi brazo, ¡no puedo moverlo! - exclamó, un tanto agonizante.

- ¿Puedo pedirte un último favor? - me preguntó.

- Por supuesto, lo que quieras.

25

Quedé estupefacto. No sabía qué hacer. Por un momento, me sentí completamente inmóvil. No sabía cómo reaccionar ante eso. Nunca pensé que alguna vez escucharía esas trágicas palabras, y mucho menos de mi mejor amiga.

- Sí puedes. ¡Por favor, Sean, te suplico que lo hagas! ¡Lo necesito! exclamó.

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- Hellen, no puedo hacer eso. - le dije, tartamudeando.

Voy a hacerlo. Tomé el afilado carámbano y acabé con su vida. Aún recuerdo esos gritos de dolor, de pánico inmenso. Resuenan en mi cabeza. Esos gritos de dolor.

No comprendo. ¿Qué hago? Ella está desesperada. Puedo dejar que muera lentamente a mi lado, o puedo acabar con todo el sufrimiento atrapado dentro de ella y, bruscamente, asesinarla. Realmente quiere morir…

Me prometí a mí mismo que intentaría no pensar en el tema, pero ¿Cómo olvidar el hecho de que asesiné violentamente a mi mejor amiga? Todo repercute en mi memoria. no puedo encerrar esos momentos con llave y guardarlos... No puedo vivir con la memoria de esa tragedia. Simplemente no puedo. No puedo soportarlo más. Por lo tanto, he decidido tomar una cuerda y ... Mi alma finalmente será librada de tanto remordimiento.

- No quiero sentir más frío. Quiero morir, Sean. - dijo.

- Quiero que tomes ese carámbano y acabes con esto lo antes posible.

Pensé en silencio durante cinco interminables minutos.

FIN

El precio que pagar

El sol comenzaba a desvanecerse de la habitación, siendo ya las dieciocho horas, y los candeleros ya habiendo estado encendidos por acción de los criados.

-Sería un placer – dijiste con voz entusiasmada -, he estado anhelando otro encuentro desde el último que tuvimos.

Te veía de nuevo, paseando por el jardín del hogar con aquella risueña mirada; tu largo atuendo revoloteando con cada pisada, que más que eso parecían pequeños saltos, delicados pero apresurados por llegar a tu destino; tus rojos rizos moviéndose a tu paso, y el sol reflejando en tu blanco rostro.

- ¿Está bien señorita? ¿Necesita algo? – dijiste con aquella dulce voz – La vi observándome desde la banca y pensé que tal vez necesitaba de mi servicio.

Danisha Romero Huamán, II A

Faltaba cada vez menos para mi encuentro; solo me dedicaba a ver su bolso en mi palma, escuchando su breve “tic, tac, tic, tac” por cada segundo pasado, mientras mi pierna se movía inconscientemente por lo ansiosa que me encontraba; hasta que finalmente dio la hora que con tanto esmero esperaba. Me apresuré a ponerme los zapatos, abrir la puerta lo más rápido posible e ir a paso veloz hacia la biblioteca del hogar, en la que de seguro ya te encontrabas.

Y saliendo de mi trance, reaccioné de la peor manera existente. Mi rostro se tornó rojo tal pétalo de roja rosa, y con voz baja, casi tartamudeando inventé algo que no me delatara.

Y tan rápido como terminamos aquella pequeña charla, me despedí y fui directo a mi habitación, no quería seguir avergonzándome a mí misma.

27

-De hecho, me preguntaba si… quisiera… reunirse hoy, en el lugar y hora de siempre.

28

El tiempo pasaba sin siquiera sentirlo, entre casuales conversaciones sobre nuestra lectura y probadas a las delicias que habían sido recién horneadas, con pequeños cambios de tema, pero nada muy importante; tantas cosas reprimidas a diario que no se podían dejar a la Hastaluz.que, de un momento a otro, tus ojos se juntaron con los míos, aquel rojo intenso de tu mirada observando cada movimiento que hacían mis pupilas; sentía tus palpitaciones acelerar cada vez más, tu respiración y la mía se hacían una, y tu rostro se acercaba cada vez más a mí, un momento tan hermoso y preciado que se acercaba a su clímax.

Ahí te veía en una silla acolchonada, dándole una ojeada a un libro, junto con los aperitivos colocados en bandejas sobre la mesa. Me acerqué un poco, arrimé el asiento de al lado y me senté junto a ti.

Efectivamente, ya estabas en el lugar, lleno de estanterías repletas de libros, algunos con siglos de antigüedad; los grandes ventanales que normalmente dejarían entrar luz por el día se encontraban tapados por grandes cortinas de un rojo intenso, y, apartado del resto, un pequeño estante en una esquina del salón, justo al lado de una mesa, dónde se encontraban todos los libros o novelas que se encontraban previamente seleccionadas para encuentros como estos.

Hasta que pasó lo que se preveía... El portón se abrió. - ¡Oh, padre! ¡Oh, dulce padre! Deshonra pura he traído a este hogar, tu cariño, tu amor han esfumado por la abertura; merezco castigo, destierro, que impura soy - decía con lágrimas en los ojos - ¡Oh, madre! ¡Oh, clemente madre! Ten piedad de mí, tu crianza ha sido la justa, la perfecta, pero mi comportamiento no lo demuestra; he sido egoísta, vanidosa, solo he pensado en mi propio bien, suplico perdón para mi corrompido ser, perdón por ofrecerte esta vida llena de errores. No he estado a la altura de esta familia, desdicha llevo a donde vaya; pero por favor tengan misericordia, prometo mejorar,

FIN

Comenzabas a subir a la gradilla, el objeto a tu muerte se encontraba colgado delante de tu rostro; te dieron una indicación, que no logré escuchar por la pesadez que me atormentaba; pero deduje su significado al verte colocar tu cuello dentro del aro formado con la soga.

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Solo me dediqué a mirar al suelo, preguntándome que habría pasado... Si tan solo no hubieras sido mujer...

Sus miradas, fijas en mí, demostraban el asco y repugnancia por mis acciones, hasta que presentaron una propuesta que cambió todo lo que pudo haber sucedido.

prometo traer bien a esta familia, prometo enmendar mi error.

Todos a los alrededores gritaban de lo que se te acusaba, brujería decían; palabras falsas y manipuladas en tu contra.

Y en medio de mis lamentos, concluí que esta vida, o la vives tú, o la vive otro.

Con la mirada estática en el piso, caminabas hacia tu final.

Diste tu último aliento, y ese fue el final de todo.

La áspera cuerda ya había sido colocada, y el verdugo esperaba a un lado de la madera que tú llegaras a tu destino.

Tus piernas se movieron inconscientemente, mientras cada pizca de oxígeno dejaba tu cuerpo, inerte y maltratado.

- Perdón - decías con lágrimas en los ojos - perdónenme por favor.

tenemos aquí? - Sus ojos apagados y rojos, como si no hubiera dormido en siglos, apareció frente a mí cuando caminaba por las calles de la ciudad, me pregunté qué hacía en ese lugar, cerré los ojos y me encontré de nuevo en mi cama, boca arriba; pero aprisionado, algo estaba sobre mí, moviéndose entre las mantas. De un momento a otro sentí sus uñas arrastrándose por mis piernas, subiendo con más fuerza a mi pecho. Levanté las mantas, asustado; encontrando a la mujer, pero… sus ojos empezaron a tornarse negros y una sonrisa apareció en su rostro, llena de tanta maldad. Sus manos fueron rápidamente a mi garganta, con fuerza traté de quitármela de encima, pero inexplicablemente era demasiado fuerte para mí...

Miré el alrededor y vi el reloj marcar las seis y media de la mañana, preferí levantarme con el temor de volver a dormir y que se repitiera el horroroso escenario que imaginé. Fui al baño, necesitaba una ducha fría y quitarme ese sentimiento de miedo y angustia que tenía… al acercarme al espejo encontré algo perturbador… Mi pecho y abdomen mostraban rasguños, en mi cuello claramente se veía las huellas de manos… Salí del baño rápidamente, miré la cama, revisé la habitación, entonces vi la puerta abierta

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—Oh!dormido…¿Aquién

Intenté gritar, escaparme de sus garras, moverme de lado a lado, los rayos de sol que entraron por la ventana repentinamente y me despertaron de este horripilante sueño; me senté de golpe, respirando de manera muy agitada, como si realmente hubiera sido asfixiado minutos antes.

Una fría brisa hizo sacudir mi cuerpo, las dudas que no dejaban de retumbar en mi cabeza, quizá los ruidos que escuché dentro de mi armario no fueron reales, quizá la voz espeluznante que se oyó debajo de mi cama había sido producto del aire; la intriga y angustia se apoderaron de mí. Me acosté en mi cama y repentinamente me quedé

Maria Fe Wilson D Angles, II A

Nunca te quedes dormido

Me sentí aterrorizado, empecé a caminar de un lado a otro, pensativo y sin llegar a nada. La duda constante del saber el significado del terrorífico sueño, no me dejaba tranquilo. Me senté en mi cama nuevamente y sentí pasos detenerse en mi puerta, el silencio que le siguió no me gustó para nada, además, el aire se sentía pesado y una sensación de miedo empezó a instalarse en mi pecho, probablemente mi instinto trataba de señalarme algo, pero no lo escuché...

El golpeteo se detuvo.

Me levanté de la cama y me dirigí a la puerta muy silenciosamente, me agaché y miré por debajo de ella; pero, donde esperaba encontrar los pies de alguien, no vi nada más que un espacio vacío. Fruncí el ceño y un fuerte golpe en la puerta me sorprendió. Di un salto de susto, mi espalda quedó contra la cama y otro golpe a la puerta me tomó por sorpresa. Era como si me pidieran permiso para entrar, pero, con un puño demasiado fuerte. Ignorando todas las advertencias que gritaba mi cerebro, me armé de valor y

Alguien se río, sentí escalofríos envolviéndome. Había algo siniestro en el sonido de su risa, razón por la cual me levanté y retrocedí, alejándome de la puerta. Llegué hasta el otro extremo de la habitación, junto a la pequeña ventana que daba hacia la ciudad. La risa se detuvo y miré de nuevo a la puerta, esperando que algo entrara por ella. Repentinamente, hubo otro golpe cerca de mí, no en la puerta. Salté de nuevo, me acobardé; sin embargo, esto... No podía creerlo. Escuché otro golpe, por el sonido, sabía que había sido en la ventana. Miré al cristal, preparándome para ver lo que fuera que me atacaba; estaba listo para lo que fuera… o eso creía.

—¿Quiénpregunté. es?

El sonido de un piano interrumpió mis pensamientos y no hubo más golpes, me acerqué de nuevo a la ventana y vi algo que me aterrorizó en el cristal, aunque ya desvaneciéndose,

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¿Podría alguien haber entrado mientras dormía?

FIN

se podía ver la huella de la palma de una mano… la vi desaparecer. De un momento a otro, aparecí nuevamente en mi cama, resulta que nunca me había despertado… de todas formas, fui corriendo al baño a verificar si tenía rasguños o marcas en mi cuerpo. Al verme, solo se destacaba mi despeinado cabello y gotas de sudor que caían sobre mis Elhombros...sueñohabía

sido tan intenso que no podía dejar de estar inquieto y cada momento seguía reviviendo en mi mente. Tomé una ducha larga para olvidar, luego de ello opté por tener un día normal y salí rumbo a la universidad, con la esperanza de no volver a dormir así jamás.

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33 Cómic (III sec.) Un buen anuncio debe hacer sentir algo incómodo a quien lo Armandocontempla.Testa.

42 Poesía (IV sec.) “Si tuviera que volver a comenzar mi vida, intentaría encontrarte antes”mucho. El principito

¡Yo he muerto! Vivir sin ti no puedo, se rompió mi corazón como un cristal, por ya no verte nunca más.

43

Camila Panta Fonseca, IV B

¡Yo he muerto! Mi corazón llora tu pérdida, ya no estas más a mi lado, y eso me atormenta.

¡Yo he muerto! Momentos inolvidables, dentro de este cementerio, retumban dentro de mis pensamientos.

A la persona que me cambió la vida.

Yo he muerto

En la oscura casa ese día, alrededor de llantos y sentimientos, sobreviviente de esta agonía.

¡Yo he muerto!

Llegaba la noche y reía, al día lloraba, pues propósito cumplía y de compañía servía

Gonzalo Mendizábal Cotera, IV B

44

Como penumbra solitaria se encontraba, a la vista de todos, pero sin ser hallada, detrás de otros brillaba y ningún interés despertaba.

Sine qua non

Hoy en día surge la duda, sí es capaz de llenar el alma, porque la incertidumbre perdura, creo que es hora de dejarla

Tal vez era lo que buscaba, tal vez era lo que necesitaba, tal vez como pétalo de flor vio, que el sol quedándose le observó.

Luz incandescente, deseo pendiente pasión vibrante, esperanza fuerte ¿es el sol o una linterna resplandeciente?

¿es un latido o un golpe de suerte?

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Siente las ansias de un cuerpo inerte, mantenerse respirando es de valientes, nunca vi tan claramente esa esencia transparente, como ahora que escribo para protegerme.

Trascendencia

¿Cómo vivirla plenamente?

Luciana Iwasaki La Puente, IV B

¿dónde está el manual que me enseña a creerle? creces, naces, te reproduces y mueres pero cómo saber si cuando mueres sientes.

La vida como siempre me sorprende, crece y golpeatransciende,yduele, embellece el alma, mas no la mente.

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Aunque sea por horas, feliz yo estaré, de tener contigo, un eclipse tal vez.

Lyah Uribe Garay, IV B

Un eclipse tal vez

¡Por qué cielo mío! delitos he de sangrar, si todo lo que hago es solo rezar y rezar.

¡Oh querido cielo! testigos de nuestros secretos tú que sabes todo y nada ¿son justos tus decretos?

Me pregunto siempre A quién he de culpar, que todos nuestros deseos, solo, se pueden añorar.

Parezco un virus, que no quiere dejarte, haciendo de todo, para no olvidarte.

¡Oh luna querida! ya no sufras más, este brillante sol siempre te encontrará.

Gabriela Raez Nuñez, IV A

Azul y verde, tranquilos tranquilosconcuerden,recuerden,azulyverde,

Azul y verde

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Entre paredes resuena, el alma de quien anhela, que de alguna manera consuela, todas sus penas internas.

Amar no le fue impedimento, el verde siendo su consuelo, parecía todo un cuento, sin embargo, era un duelo.

¿Era valiente? ¿era cobarde? el final inminente él solo aguarde.

48 Poesía (V sec.) “Madurar es aprender a querer bonito, extrañar en silencio, recordar sin rencores y olvidarFridadespacio”.Kahlo

Fabiana Castillo Cossío, V A

¿Escapo?

¿llego a donde quiero estar? no sé cuál es mi destino, sólo sé que es lejos de mi viejo hogar.

Y giro a mirarte y me gritas, que por qué tengo miedo, que me quieres alcanzar, y lloro riendo y me vuelvo a girar.

Mi pulso acelerado, mi corazón desbocado, no sé si tienes sed de sangre o tan sólo de mí.

Y te temo, y nunca quise temerte, y hoy no me queda más que odiarte, más que correr; y salto al grito y me revuelvo, como si arriba me pudieran escuchar.

Y vas detrás de mí, nunca supe qué traías, ¿un arma o el mismo vacío?

Sigo corriendo, no sé por qué, no sé cómo, y sigo corriendo.

49

Brusto

Y decido que no vas a verme llorar, y corro y corro y, bueno, ya.

¿En realidad voy a girarme y no verte más? tal vez algún día, no sé tal vez jamás.

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Y ya me cansé y no puedo más, y porque simplemente no busco, solamente quiero escapar.

Y sé que no lo entiendes y no me da la gana de explicarte y duele que no me quede más que odiarte y correr y escapar y correr.

¿Y me sirve?

No puedo parar

Miranda Mansilla, V A

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Solo una vez… mentira agosto, septiembre llegué a la meta sin trofeo lo veoUnSiemprenecesitolonecesito.Octubre,noviembrepasoymedesvanezcopielsincolornoimportanopuedoparar.Diciembre,eneronublado,meveonubladaenmicentrounhoyovacíoparaellosdicenperonopuedoparar.Febrero,marzohuesosmarcadosnolosveo¿porquénolosveo?¿tengoqueparar?Abril,mayosacolablancabanderasumergidaenelhoyosinmástengoqueparar.

Junio, julio no noparoparoparoparo.

Un parpadeo y agosto… en el día que nací, mi fiesta no es lo mismo aunque no pare… yo sé que es mentira.

52

Nayla Umpire, V B

53

Las Cadenas de Cupido

Ambos, yo y tú atados ¡ay, mi tesoro arrinconado!, te añoro viviendo bajo lo oscuro de la bóveda, atrapados delirando sobre el qué hubiera y qué pasó, yendo al encono de nuestras falsas mitades, suavizando.

Inaudito lo que percibimos, pero inalcanzable mi dulce flor acongojada en la lluvia compite con la amargura de un futuro sin futuro, nos sometemos a soportar la condena de una función jamás mostrada al teatro.

Hasta pronto amor mío, te aguardo me quedo pobre y desnudo y descalzo y corto y derrotado en la incertidumbre si retornará esa mirada como la primera vez en sinfonía colmamos estas cadenas ¡ay! qué será cupido.

He aquí el cristal tornándose brillante y yo muero en tu pecho amonado al sentir el compás de tus labios el recoveco infame de las cadenas de cupido me arrastra al vacío del deseo que algo no será jamás.

Veo a Irina temblar en el parque quiere llorar, pero no hay hombro que la aguante nemorosas las muchachas que quieren amar pero no hay hombres para bailar quiero salir y escribir pero no hay amigos para sentir.

Las madres llorarán mil y una noches y las viudas tomarán mil y un tragos yo cuestionaré mil hechos y los jóvenes romperán cada uno dos corazones.

La ciudad que los jóvenesolvidaron

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Mientras los mira encantada, promete memoria promete amor, promete felicidad todos los jóvenes la siguen por la gloria quedan cegados por su infinita fertilidad.

Fabián Queirolo Calderón, V B

A lo lejos se los ve marchar hacia la tierra prometida oh mujer de dios ¿cómo puedes ser tan fría? al mandar jóvenes a una batalla estúpida no hay necesidad de procela para una poesía.

Mientras las campanas de la iglesia han de sonar en la plaza los jóvenes se reúnen a formar a lo lejos una mujer desciende del cielo tan hermosa y frágil como el mismo hielo.

Las madres quieren abrazar, pero no hay hijos para cuidar los perros quieren jugar pero no hay amos miríficos para admirar.

Al final la ciudad se apaga foco por foco mientras la veo morir poco a poco oh mujer de dios ¿por qué te los llevaste? si no había necesidad de pelearse.

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Vieja araña

Ahora vives conmigo vivo mi vida a través de ti sin control alguno tus ocho patas me dejan mudo tengo miedo, no quiero salir al mundo.

Te fuiste lento y sé que volverás así como este sueño una esquina corromperás ¡ah vieja araña! cuando estaremos en libertad tanto tiempo encerrado, una vida con una triste señal.

Mateo Vergara, V A

Vieja araña te vuelvo a encontrar en la misma esquina donde puse la jaula en la que te dejé estar ahora saliste de tu miseria y me olvidaste en tu lugar no sé por qué lo hice, pero me arrepiento toda una eternidad.

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Se acercan los últimos días mi sufrimiento va a terminar en mi cama deseaba no verte jamás pero ese sueño como otros tantos no se darán.

Oh vieja araña por qué no regresarás no tendrás una vida llena de sueños por atormentar pero elegiste la mía y me privaste de libertad.

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