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Colombia: entre surcos de dolores y el bien aún no parece germinar El pueblo colombiano en pie de lucha............................40 Rayando..............................................................................42 orial
COLOMBIA: ENTRE SURCOS DE DOLORES y el bien aún no parece germinar
Texto y foto por: Luisa Fernanda Andrade Fragozo Estudiante del programa
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Escena de manifestación pacífica frente al CAI principal de Valledupar.

En este punto estoy completamente segura de que Oreste Síndici y Rafael Núñez erraron en el camino al inmortalizar que: “la horrible noche había cesado”.

Soy parte de una generación dispuesta a demostrarle a sus antecesores los errores cometidos durante décadas y que, hoy, les he traído como prueba fehaciente la realidad de estos hechos. Sean bienvenidos a: “Parar para avanzar”, donde tomándonos a pecho la palabra “literalidad” cualquier cosa puede suceder.
¡Ya me voy, regreso más tarde! ‘Hija, ¿Qué vas a hacer allá metida? Contigo o sin ti el gobierno va a seguir igual o peor de lo que está’… y sin necesidad de ser la hija de rana rin rin renacuajo hice un gesto y oronda me fui.
EN LA ACADEMIA
Eran las 3 de la tarde de un sábado en Valledupar que tenía de todo, menos un clima agradable para caminar. La situación del Covid en mi cuidad había hecho que se decretaran fines de semanas enteros en confinamiento… Querido virus amigo: me resultas tremenda nimiedad frente a la pandemia que ha vivido Colombia por más de 20 años, y como dijo un compa en la marcha: “el que tenga miedo al Covid que no nazca”.
Igual les mentiría si les dijera que el “miedómetro” estaba en 0, pero, aun así, y en contra de casi toda mi familia allí estaba, a 15 minutos de nuestro punto de encuentro, con la zozobra de no saber qué sucedería al llegar… y la de no saber si alcanzaría a hacerlo. Siguiendo con la estructura de nuestro legendario renacuajo paseador, encontré en el camino a una amiga, que se convertiría en mi compañía fiel durante las próximas salidas… ¿Cómo te sientes? ¿tienes miedo? Le pregunté, a lo que rápidamente respondió: estoy muerta del terror, pero peor me hubiera sentido al estar en casa sin hacer nada y ustedes acá.
Las calles de Valledupar lucían como los laberintos de jardín de Alicia En El País De Las Maravillas, solo que, en vez de un bosque frondoso había palos de mango, muchos… y en vez de criaturas
fantásticas, unicornios y enanos lo único que encontramos fueron: familias en las terrazas, juegos de cartas en las esquinas y algunos borrachos que nos miraban de forma escéptica, ¿Qué te puedo decir? Los medios de comunicación han hecho bien su trabajo al categorizarnos de: “vandálicos” y cuando de satanizar la labor se trata. Terminar de llegar al punto de encuentro fue un reto, los policías estaban conduciendo hacia los CAI, Centros de Atención inmediata, a los grupos pequeños de estudiantes que iban a marchar, así que junto a otro grupo rodeamos las calles esperando a más asistentes para poder llegar. Gratamente nos sorprendimos al ver la cantidad de jóvenes que estaban allí. Al llegar a nuestro punto de encuentro la liberación se sentía en el aire, como si de pronto estando juntos entendiéramos la importancia de permanecer así, como si nada pudiese contra ese numeroso grupo de chicos y chicas que entonaban arengas y sostenían en lo alto las pancartas que apelaban textualmente a su inconformismo estatal. Siendo “escoltados” por numerosos policías empezamos a avanzar, las personas que vivían por los sectores de la ruta salían a las terrazas en señal de apoyo con pitos y ollas, el tráfico se paraba a pitar en simultáneo, las arengas a todo pulmón era el único contagio que entendíamos en ese momento, la jornada fue impecable. Al contrario de la historia de rin rin, esta terminó bien, esta vez, pero hablo de alguna forma desde el privilegio, porque no es la realidad, fue solo mi sana vivencia, la que debe ser y lo pongo como imperativo porque con la vida y la integridad no se juega ni se negocia. ¡Llegué! Viste, todo cansada, sudada y atrás de na’, respondió mamá alzándole el volumen a la televisión: “el conteo de violencia en protestas aumentaba a 13 víctimas fatales” Dios mío, hasta cuándo esto, soltó la misma mujer que dijo: “eso no sirve pa na”.
EL PUEBLO COLOMBIANO
en pie de lucha
Por: Mairet Cordero
Estudiante del programa

EN LA ACADEMIA

“Aquel pueblo sin piernas pero que camina, ese es Colombia". Foto de Sebastián Correa.
Desde que el paro nacional dio inicio a sus manifestaciones el pasado 28 de abril, se desataron diversas inconformidades, como resultado de un pueblo oprimido y desamparado por sus dirigentes, quienes son, junto al mismo pueblo, los protagonistas de este complicado episodio, que ha generado un gran estallido social debido al anuncio del proyecto de la reforma tributaria y la reforma a la salud, la cual intenta suplir 14 billones de pesos, efecto que dejó el hueco fiscal en razón a la atención de la pandemia COVID-19 como consecuencia de la financiación por la ejecución de programas sociales. Para solucionar este déficit, el Gobierno Nacional creó una ley de financiamiento que tiene asustados a los bolsillos de los colombianos. El caos que se vive en algunas ciudades y municipios de Colombia genera preocupación, ya que se ve reflejado el abuso de autoridad y atropello al pueblo. Pueblo que, por pequeñas cantidades de personas antisociales, ha sido señalado y tildado de violento. Haciendo énfasis en el ámbito municipal, es de resaltar que nuestro municipio Soatá al Norte del departamento de Boyacá, fue el escenario de diversas protestas donde la sociedad civil, el gremio de transportadores y el magisterio fueron sus principales protagonistas.
El aspecto negativo más importante fueron los bloqueos intermitentes de la carretera central del Norte que comunica a Boyacá con los Santanderes, impidiendo la libre circulación de vehículos, carga, alimentos perecederos, medicinas, combustibles y el oxígeno para la atención de pacientes COVID-19, siendo necesario generar corredores humanitarios amparados por la Cruz Roja colombiana.
Los bloqueos trajeron como consecuencias el desabastecimiento y los sobrecostos de los productos agrícolas. Los más afectados fueron nuestros campesinos ya que terminaron perdiendo la producción de sus cosechas. Otro aspecto negativo, resultado de las marchas, fue el evidente incremento en el número de casos positivos de Covid - 19, llegando a registrar una ocupación en las camas de las Unidades de Cuidados Intensivos, UCI, al 100 %, y de urgencias al 300%, según fuente del Hospital San Antonio de Soatá. Considero que no se debe recurrir a las vías de hecho, cuando lo mejor es el diálogo y la negociación para llegar a acuerdos que beneficien y potencien al país. Finalizando, pienso que no todo en el paro es negativo ya que las nuevas reformas no deben terminar impactando a la población más vulnerable.
Manifestaciones que responden a un sentir de la sociedad” Tomada por: Manuel Mesa.

Raya Rayando


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