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El despertar de un pueblo

EL DESPERTAR DE

un pueblo

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Por: Fernando Vega Granados Estudiante del programa

Fotografía de archivo: clases presenciales antes del aislamiento en la Sala Multipropósito

Inauguración del Monumento a la Resistencia en Cali Foto de: Luis Robayo/AFP

Los días pasan y la sangre sigue hidratando la tierra fértil colombiana, las mutilaciones oculares, los heridos, las violaciones, los desaparecidos, las injusticias, los asesinatos, los muertos continúan azotando a un país que quiere paz, que anhela justicia y que le grita al mundo “AYUDA”, sí, auxilio porque entre el pueblo se están matando, entre hermanos se están odiando y deseando la muerte. Puede que en el trascurso de las semanas los bloqueos hayan cesado y que las personas deban volver a sus trabajos para poder sobrevivir y comer; no obstante, la resistencia de todo un país y la garra de todos los colombianos está en un porcentaje de jóvenes y personas mayores que no bajan la guardia, que día a día protestan y reclaman al Gobierno que se escuchen sus peticiones.

Aun así, el Estado sigue creyendo que el paro nacional es una herramienta política de las bancadas opositoras para crear caos y así poder crecer su perfil político de cara a las elecciones presidenciales del próximo año, y que muchos de los manifestantes utilizan la fachada de las movilizaciones para hacer vandalismo, saquear y construir bloqueos ilegales; es por esto que han optado por la represión, la fuerza y las armas como artefacto de “dispersión” de las movilizaciones.

Lo que ha provocado, según la plataforma Grita de la ONG Temblores y el Observatorio de DDHH de INDEPAZ, al menos, entre el 28 de abril al dos de mayo del 2021, 20 personas han muerto por armas de fuego posiblemente activadas en contra de los manifestantes, se han dado 1.649 detenciones arbitrarias, 32 casos de violencia sexual, 346 desapariciones forzadas, ocho casos de disparos con arma venom y mínimo 193 casos de uso de armamento contra la población.

EN LA ACADEMIA

Y es por esto por lo que fue necesario una intervención de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, CIDH, una entidad encargada de promover la observancia y la defensa de los derechos del pueblo, la cual llegó al país el 6 de junio. “Para nosotros, lo fundamental en esta visita es poder escuchar a todos los sectores, poder tener una visión amplia y comprensiva de lo que ha estado ocurriendo en Colombia en las últimas semanas”, dijo Antonia Urrejola presidenta de la Comisión.

Esta situación fue aprovechada por el Comité de Paro, que mediante un informe de 25 páginas explica las razones del paro y hace una petición para que le recomienden al Gobierno Nacional aceptar el preacuerdo de garantías, haciendo énfasis en que cese de una vez por todas la violencia policial, que se cree una comisión de expertos para documentar los casos de violación de derechos humanos y que el Estado cumpla las sentencias judiciales que tienen que ver con las garantías de la protesta social. Sin embargo, la vicepresidenta Marta Lucia Ramírez nombró encargado del trabajo permanente con la CIDH a Alejandro Ordoñez, quien deberá informar periódicamente tanto a esta entidad como al Estado colombiano los avances que se realicen. Pero, la gente recuerda que él como Procurador abusó del poder atacando los derechos humanos de minorías y víctimas del conflicto y que siempre ha estado en contra de la Comisión, acusándola de ser de ideología socialista y de querer cambiar la legislación interna del país. Ahora bien, aunque se terminó acordando entre el presidente Duque y la CIDH una visita de trabajo corta y no una de terreno como originalmente se quería, se espera que con los pocos días que contó esta entidad para obtener una visión del problema que tiene el país, sea más que suficiente para poder dar un diagnóstico general y a partir de ahí, llegar a dar recomendaciones que deberán ser cumplidas para que así se pueda llegar al menos al cese de violencia y muertes que tanto afecta la parte psicológica de la ciudadanía colombiana.

Recibimiento a la CIDH de parte de los manifestantes en las calles de Bogotá Foto de: Carlos Ortega 33

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