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LECCIÓN TRES

Ejercicios: Para encontrar una memoria del cuerpo, haremos una serie de situaciones, que el docente delimitará en una premisa. 1. Jugando peregrina. 2. Jugando ladrón librado. 3. Jugando chibolas. 4. Jugando trompo. 5. Arranca cebolla.

Observación

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Presta mucha atención a la calidad de los movimientos, trata de tomar conciencia de los momentos por los cuales pasas a la hora de ejecutar los movimientos de los juegos para encontrar una síntesis de la acción corporal.

¡Reto!

Te invito, a reencontrarte con diferentes movimientos almacenados en tu memoria, partiendo de los diferentes juegos tradicionales o acontecimientos vividos.

Mirandolina (La posadera)Teatro Estudio de San Salvador. Victor Candray, (El caballero) Cesar Pineda (Fabricio)y José Rodriguez (El Marquez) Dirección de Fernando Umaña

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LECCIÓN TRES

Exploración de lenguajes corporales.

En esta tercera lección, tu cuerpo ya se encuentra listo para desarrollar lenguajes estéticos y artísticos, pero claro está que todos estos lenguajes no salen del aire ni debajo de la manga. La técnica nos plantea la posibilidad del desarrollo de investigaciones a diferentes estímulos que propiciaran la construcción de un acervo estético para su aplicación en la expresión corporal de los diferentes personajes a interpretar.

Al adentrarnos a este tema, recordamos a Jacques Lecoq, cuando es su texto El cuerpo poético, nos dice:

“El objetivo del actor es a la vez ampliar el campo de sus referencias y sentir todos los matices que existen entre una materia y otra, e incluso en el interior del mismo de una misma materia… Deseo que los alumnos accedan al gusto de las cosas exactamente como un <<gourmet>> puede reconocer las sutiles diferencias de los sabores. La adquisición de esta sutileza de los matices implica un trabajo de larga duración que se prosigue con los colores, las luces, las palabras, los ritmos, los espacios, dentro de lo que llamamos fondo poético común.”

Este fondo común que plantea Lecoq, no es más que ese acervo estético que hemos transferido a nuestro cuerpo. Todo lenguaje artístico suma a nuestro cometido corporal, hablamos aquí que necesitamos consumir arte en todas sus expresiones, lo mismo que abrir nuestros perceptores a experiencias del cotidiano, complejizando nuestras percepciones para hacer esa transposición al lenguaje corporal.

Los colores

Ahora es tu turno de buscar una paleta de colores, buscar en sus texturas, en sus matices, buscar el movimiento que le reconoces. Cada color puede ser interpretado con el cuerpo, lo mismo que el cuerpo puede evocar a un color.

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En palabras de Lecoq:

“Hay un tiempo, un espacio, una luz, un ritmo que son los <<justos>> para cada color. Descubrimos juntos que, si un movimiento dura demasiado, si se pasa de tiempo, pierde su color.”

Entonces aventurémonos a experimentar colores y texturas. Para ello te propongo hacer una revisión de una paleta de colores, para luego pasar por diferentes estímulos pictóricos a partir de la pictografía salvadoreña.

Circulo cromático de la teoría del color de Johann Wolfgang von Goethe

Rosa Mena Valenzuela

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Carlos Cañas “Sumpul” (1984)

Las palabras

Alguna vez te has preguntado de dónde vienen las palabras, cómo fue que se nombraron las cosas, quién les puso el nombre a las cosas, quién le dio significado a las palabras, quien construyó la imagen acústica de las palabras. El acto de la comunicación, dónde intervienen ciertos factores, nos han ayudado a construir un código, que, de acuerdo a tu región geográfica, se convierte en una lengua. Este código, en su ordenamiento nos permite establecer un dialogo con el otro. Nuestra tarea en esta lección es encontrar en el cuerpo las palabras. Para el caso, los verbos son las palabras más fáciles de accionar, puesto que en su composición ya denotan una acción. Sabemos que en su esencia las palabras son un organismo vivo, porque materializan de forma acústica y gráfica todo lo conocido, entonces nuestra tarea será encontrar esa corporalidad de las palabras.

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Ejercicio: En un primer momento, elegir una palabra que nos guste como suena, que nos guste como se escribe, una palabra con la que nos identifiquemos, para luego llevarla al cuerpo y compartirlo con todo el grupo.

En un segundo momento tomaremos un poema: “Las tres palabras más extrañas” de Wislawa Szymborska, el cual primero leeremos, discutiremos y llevaremos a la acción.

Los sonidos

Al igual que las palabras y los colores, podemos hacer la transposición a partir de los sonidos. Aquí el universo se amplía aún más. Todo lo que vibra suena, y todo lo que suena se puede convertir en ruido, silencio o música. Ahora el ejercicio partirá de una escucha activa para identificar la materia de los sonidos, desarrollado en tres niveles: interior, intermedio y exterior. Después de hacer una activación de nuestro oído, pasaremos a los sonidos musicales, los sonidos que han sido ordenados para hacer música, al escuchar

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Bajo esta premisa, la música que esté en nuestro acervo debería de llevarnos a poder comunicar las emociones no de una forma básica como sugieren algunos ritmos y letras de canciones, por el contrario, tenemos que buscar música con un rico contenido musical, lo mismo en cuanto a su contenido lírico.

un tono ya sea grave o agudo, forte o piano, con diferentes timbres, tiempos, ritmos, melodías; todo ese lenguaje musical puede ser traducido al movimiento corporal.

De hecho, la música es uno de los mejores acompañantes del movimiento corporal, pero ¿qué pasaría si no tuviéramos música? ¿Podemos crear música con nuestro cuerpo, con nuestros movimientos? Por supuesto que sí. La música se crea a partir de las vibraciones, si en escena vemos un cuerpo vivo y vibrante, no será necesaria la música que le acompañe, puesto que su cuerpo y movimiento serán la música viva, encarnada.

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Ejercicios: 1. Trabajaremos la escucha activa. 2. Movimientos evocando ruidos.

3. Movimientos evocando el silencio. 4. Movimientos evocando una pieza musical. 5. Movimientos a partir de una miscelánea musical.

Los sabores y los olores.

Recordar un sabor, un olor; es un placer adquirido, es de los sentidos que advierten un registro tremendo en nuestra memoria sensorial y nuestra inteligencia kinestésica. Recordamos olores de frutas, del humo, de la putrefacción; recordamos los diferentes sabores agrios, ácidos, agridulces, fermentados, frescos, el sabor de los diferentes tipos de carnes, el sabor de la tierra y del agua, etc.

Todo esto se puede traducir al cuerpo también generando movimientos que nos recuerden esas sensaciones, la idea aquí es llevar a la manifestación corporal los recuerdos que nuestros perceptores han almacenado en nuestra memoria.

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