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Auténtica literatura infantil en el departamento de Lempira
Por Helen Umaña Escritora, considerada la mayor crítica literaria de la Historia de Honduras
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El placer que se encuentra en la lectura de un poema, de un cuento, de una novela, la mayor parte de las veces, no es espontáneo. Se fue forjando en el transcurso de la niñez: los cantos de cuna de una madre amorosa; los juegos con las manos escuchando alguna copla reiterativa; los viejos cuentos tradicionales en la voz de un abuelo querido; los cantos infantiles, en las inolvidables rondas durante los recreos escolares; la lectura durante los recreos con las amigas; la memorización de un breve poema para recitarlo en el día de la madre o de la patria, en las celebradas “veladas” escolares fueron poniendo la base de esa pasión por los libros. Justamente eso es lo que, desde hace varios años realiza un grupo entusiasta de personas en el departamento de Lempira. Hace algunos años, tuve la suerte de llegar a Gracias invitada a participar en el Festival de Los Con�ines y dentro de las actividades programadas estaba la visita a distintos municipios. Entre otras localidades, me asignaron visitar Lepaera, en donde fuimos invitados a visitar una biblioteca Blue Lupin.
Fue una auténtica revelación que empezó con la grata impresión de un edi�icio bien diseñado y pintado con agradables colores. Atractivo, en una palabra. Y entrar a él fue la sorpresa más grata de toda la experiencia en el occidental departamento de Honduras. Colores alegres en los distintos ambientes. Cómodas sillas, adecuadas a los pequeños lectores. Libros a granel en atractivos estantes. Pero la mayor sorpresa la dieron los niños y niñas. Con naturalidad, frente a los escritores que estábamos allí, ellos también dijeron serlo. Para comprobarlo, leyeron sus propios textos y contaron cuántos libros habían leído durante el desarrollo del ciclo lectivo. ¡Qué maravillosa experiencia! Realmente inolvidable. Además, supimos que, en las escuelas, se han formado grupos de teatro con sugestivos nombres: «Teatro rayito mágico», «Teatro Quiscamote», «Teatro Taragual», «Teatro Quelacasque», «Teatro Ilustres de Caiquín», «Teatro Hollín», «Teatro Líderes del Celaque» y otros similares. Adviértase, en el nombre, la validación del propio entorno. En 2015, montaron obras adaptadas de cuentos hispanoamericanos. En 2016 se publicó un hermoso libro de teatro con fotogra�ías a todo color con el título Juguemos al teatro en el cual se incluyó el libreto de cada obra escrita y llevada a escena por los niños y niñas de diferentes escuelas. Fue la culminación de ejercicios de escritura creativa y tradición oral.
Eso no podía ser espontáneo. Evidentemente era producto del esfuerzo de un grupo de hombres y mujeres que habían logrado superar los obstáculos que se oponen a todo lo que tenga que ver con la cultura. Nos enteramos que esas personas, —guiados por un motor interior que puede llamarse sueño, ideal o utopía— no se dejaron aplastar por la realidad ambiente y se integraron y forman parte de un proyecto de largo alcance: hacer de la literatura infantil un instrumento conformador de conciencia. Inyectar en los pequeños lectores la fe en sí mismos y en su capacidad creadora. Los artí�ices del milagro educativo que constatábamos forman parte del dinámico equipo de Plan Internacional Honduras. El caso de Lepaera no era único, hay docenas de bibliotecas Blue Lupin más entre las montañas. Un gran logro ha sido la fundación y funcionamiento de bibliotecas escolares Blue Lupin en los diferentes municipios; asimismo las diferentes actividades y festivales de teatro y arte comunitario. Se ha contado con la colaboración de teatristas, poetas, escritores y artistas de la plástica. Testigos fehacientes de lo anterior han sido escritores de diferentes países latinoamericanos invitados al Festival de Los Con�ines a los que Plan International les ha dado la bienvenida. Todos han participado en charlas, conversatorios, lecturas y talleres muy dinámicos con las niñas y niños, lectores y también escritores de literatura que, con todo derecho, es la que verdaderamente merece el nombre de Literatura Infantil.