5 minute read
Magia en las Maldivas
Magia en las Maldivas
Las Maldivas se vende como un destino para lunas de miel y turistas cinco estrellas y no es el primer lugar que pensarías para ir de vacaciones a volar paramotor. Pero tal y como Dave Hardingham le cuenta a Ed Ewing, estas islas tienen más que lo que se ve a simple vista
Advertisement
El video de 30 segundos muestra un piloto de paramotor volando bajo por el tranquilo mar esmeralda. Abajo, cientos de delfines nadan a toda velocidad. “Hay un enorme grupo de delfines”, dice una voz por la radio. “Es maravilloso. ¡Saltan justo frente a mí! ¡Uno hizo un vuelta triple haca atrás!” Segundos más tarde, ambos pilotos giran y ascienden. “Vamos, el bote está demasiado lejos. Alcancémoslo”.
En marzo, un equipo de 12 pilotos de parapente voló 1.360km a lo largo de las Maldivas, una colección de 26 atolones en forma de anillo y cerca de 1.200 islas de coral en el océano Índico, unos 1.000km al suroeste de Sri Lanka. Hogar de 450.000 personas, estas islas tropicales son quizás mejor conocidas como un paraíso de arenas blancas, donde los recién casados se dan vida en centros turísticos seis estrellas, satisfaciendo todos sus caprichos. Volar en paramotor es lo último que les pasa por la cabeza.
Dave Hardingham preparó el viaje y la aventura resultó ser más que simplemente diversión y aprovechar la oportunidad para nadar con delfines. “Tengo una larga conexión con las Maldivas, principalmente por los derechos humanos y proyectos de democracia”, explica desde su casa en Wiltshire, Inglaterra. Nacido en Sudáfrica, divide su tiempo entre el Reino Unido y las Maldivas. “Fui a la escuela en Inglaterra con un maldivo, un joven militante pro-democracia llamado Mohamed Nasheed. Terminó sus estudios y regresó a las Maldivas, donde se expresó abiertamente y fue duramente torturado”. Las Maldivas tienen una tensa historia política y durante 30 años vivieron en dictadura. En 1991, Nasheed fue nombrado prisionero de conciencia por Amnistía Internacional.
“Fue elegido presidente de las Maldivas en 2008, pero en 2012 fue derrocado. Aún está involucrado en la política y está en campaña para las elecciones parlamentarias de marzo”.
Es una historia extraordinaria. ¿Hiciste un amigo en la escuela hace más de 30 años y ahora llevas toda tu vida vinculado a las Maldivas? “Sí. Nasheed de algún modo empujó a las Maldivas a la democracia. En realidad, las arrastró”.
El viaje para volar no tuvo nada que ver con Nasheed ni con política, pero la idea, que flotaba en el aire hacía unos ocho años, volvió a surgir
a finales del año pasado, luego de la elección presidencial. “El resultado fue bueno. El régimen corrupto fue expulsado, así que refrescamos los planes y partimos”.
Rodeado de “un montón de gente emprendedora”, incluyendo a muchos pilotos del equipo de Parajet a los que conoce personalmente, el plan de Dave implicaba aprovechar el buen tiempo de finales de febrero y principios de marzo para volar entre las islas. Primero llegaron a la punta norte, antes de saltar al sur, aterrizando en islas y en uno que otro centro turístico, rozando el agua y a veces cruzando 50km de mar abierto en un solo vuelo.
Había tres objetivos principales, todos para promover el turismo sustentable en las Maldivas. “El primero era promover las islas como un lugar alternativo para hacer deportes acuáticos y aéreos. Se pueden hacer muchas cosas en las Maldivas, aparte de remar, nadar, surfear, navegar, etc. “Segundo, crear conciencia respecto al plástico no reciclable. La gestión de desechos en las Maldivas es muy difícil y por años ha estado muy mal manejada. Los desechos plásticos son quemados y tirados al mar. Es terrible. Todos esos centros turísticos súper lujosos solo escupen desechos al mar. Es inaudito.
“Quisimos promover el turismo de casa de huéspedes, un nuevo elemento del turismo en las Maldivas. La idea es que la gente se hospede en casas de huéspedes en las islas y no en un centro turístico de lujo. El turismo de casa de huéspedes significa que el dinero se queda con los habitantes de las Maldivas en lugar de irse a otro país”. Con ese fin, los pilotos y el equipo de apoyo se alojaron en casas de huéspedes en su gira por las islas.
Todos los días comenzaban con los pilotos haciéndose al aire, donde esperaban, describiendo círculos, mientras los otros despegaban. Luego cruzaban el mar, siguiendo a un bote de apoyo que contratamos.
“La pasamos de maravilla”, dice Dave, “pero sufrimos toda clase de obstáculos burocráticos. Es decir, aquí nunca habían volado paramotores y hay una inmensa industria de hidroaviones que da apoyo a los centros turísticos, así que tuvimos que conseguir muchos permisos y reportar nuestras rutas diarias y horarios. Todo fue muy complicado, pero fue un viaje fabuloso”.
Dave no voló toda la ruta, aunque algunos sí lo hicieron. “Volar toda la ruta no era una de mis prioridades”, explica. “Volé adonde quería y volé bastante”.
Dave aprendió a volar hace ocho años y desde entonces ha hecho varias cosas bastante épicas en paramotor, incluyendo su más reciente vuelo de 1.200km desde Sudáfrica hasta las cataratas Victoria, como parte del Trofeo Icarus, en 2018. Pero el viaje de las Maldivas fue el más duro. “Para algunos de los pilotos fueron las condiciones de vuelo más difíciles en que habían volado”, dice. “El tiempo fue de lo mejor, pero hacía mucho calor, cerca de 32ºC con 80% de humedad. Fue muy duro”. Una vez por encima de los 330m era “bastante cómodo”, pero los pilotos tenían que protegerse del sol y de una posible insolación.
Para él en particular, uno de los días más gratificantes fue cuando hicieron un cruce de 70km sobre el mar. “No tenía tanque plegable, así que siempre estuve un poco asustado. El bote se convirtió en nuestro sustento. Al volar alto solo podíamos ver el pequeño bote allá abajo, sin perderlo de vista. Practicábamos mentalmente el protocolo si fallaba el motor: radio, desatar, etcétera”.
Nadie cayó al agua durante todo el viaje, aunque un piloto aterrizó en el bote luego de un incidente durante el vuelo. “Seth cortó su acelerador y logró aterrizar en el bote. Es una ventaja de estas máquinas, son sólidas como una roca. Pero el aterrizaje de Seth fue muy especial. Literalmente aterrizó en el frente del bote, el ala cayó a un lado, pero por suerte no lo arrastró al agua”.
Cuando hablamos, había pasado poco más de una semana y Dave todavía lo estaba procesando. Pero está seguro de querer hacerlo de nuevo. Incluso quiere convertirlo en un evento regular.
“La respuesta en las Maldivas fue muy positiva. La gente nunca había visto nada parecido. Pasábamos rozando las islas y la gente salía corriendo de sus casas a saludarnos. Fue muy divertido”.
Agrega, “la gente fue muy amable. Algunas de estas islas rara vez ven a un extranjero y cuando aterrizamos nos trataron bien. Nos quedamos con familias locales o en pequeñas casas de huéspedes, de manera que sí, pudimos ver mucho más de las Maldivas que la mayoría de la gente”.
Si te interesa participar el año entrante, contacta a Dave por davehardingham@gmail.com
Pilotos
Dave Hardingham, Kester Haynes (piloto líder), Zak al Shanfari, Daniel Rodrígues, Tom Prideaux-Brune, Gilo Cardozo, Damián Cardozo, Seth Royce, Nadav Palmach, James Borges, Ant Green (camarógrafo), Tim Green (camarógrafo)
Apoyo
Husen Abdullah, Tom Hughes (seguridad/rescate), Olivia Bolesworth, Imran Zahir (gerente de operaciones), Kim Hardingham, Cayle Royce, Megan Kent, Javeed Hussein (Skyguys)