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Las Hébridas Exteriores
Rumbo al Oeste
Stephan Walkowiak viajó a las hermosas y salvajes Hébridas Exteriores a un viaje único que combinó paramotor con veleros de vela cuadrada
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Paramotores es Escocia? ¿Será posible?
Aquí, donde los árboles crecen en diagonal por el viento y donde si no está lloviendo está a punto de llover. Cuando los pilotos me lo preguntan, sonrío.
Escocia tiene 790 islas, incluyendo islotes pequeños. Unos 130 están deshabitados, lo que se traduce en cientos de kilómetros de costas deshabitadas e incontables playas solitarias. Es el territorio perfecto para el paramotor.
Los escoceses siempre dicen, “si el clima no te gusta, espera unos 10 minutos”, pero puedes inclinar la balanza a tu favor si vas en mayo o junio. En esta época, finales de primavera, principios del verano, puedes tener suerte y encontrar días, o semanas, de buen clima para volar. Solo te tienes que atrever.
Comenzamos nuestra aventura en Ullapool, un pueblo porteño en la costa noroeste. De entrada, el viaje a través de las escarpadas Tierras Altas de Escocia nos aceleró bastante. Pilotos de Inglaterra, Italia y Alemania abordaron el barco para la primera reunión y la emoción era palpable. Todo el equipo estaba abordo. Adonde íbamos había pocos lugares para cargar combustible o incluso comida, y ninguno para repuestos. Anclamos cerca del puerto con las ansias al máximo.
Desafortunadamente, el clima se estropeó y tuvimos que quedarnos más tiempo de lo esperado. Finalmente, después de dos días, se despejó y al final atracamos. Navegamos unos kilómetros por la costa accidentada y tuvimos oportunidad de conocernos antes de anclar nuevamente en Loch Ewe, junto a una pequeña playa perfecta. Ya con los paramotores montados en el bote inflable para ir a la costa, partimos.
En Escocia se puede volar casi desde cualquier parte, con sentido común. No hay mucho espacio aéreo, lo que da la libertad que se desea si eres piloto.
El cruce de las Hébridas
Cruzamos las Hébridas de la noche a la mañana, sacudidos por las fuertes olas y el mar embravecido. Algunos nos mareamos, pero todos tenían que hacer su turno al timón del Lady of Avenel durante la noche. Te sientes como un verdadero marinero cuando navegas un bergantín tradicional de 31m – un bote de vela de dos mástiles, con velas cuadradas.
Tarde en la noche, anclamos en la costa oriental de las Hébridas Exteriores, entre un puñado de islas en Cheese Bay (Bagh a’ Chaise en gaélico). En la mañana nos aventuramos como piratas en busca de una presa entre las pequeñas islas con el bote inflable, buscando un lugar para despegar. Al poco tiempo lo encontramos. No había nadie, salvo unas cuantas ovejas. ¿Qué nos esperaba?
El primer vuelo alrededor de nuestra nave anclada, inmediatamente nos mostró el paisaje increíblemente hermoso que nos rodeaba. Una naturaleza esplendorosa y un verdadero paraíso para pilotos de paramotor.
Stefan Fritz, nuestro capitán con más de 25 años de navegación en Escocia, nos ayudó a hallar los mejores lugares. Sus conocimientos eran impresionantes. No solo podía reparar casi todo lo que flotara o volara, sino que tenía el olfato perfecto para llevarnos a los lugares más hermosos y mantener el clima bajo control.
Gracias a sus conocimientos hicimos vuelos maravillosos por incontables islotes escarpados. Ver estos paisajes únicos desde la perspectiva de un paramotor fue abrumador. Lloré lágrimas de júbilo y grité de emoción mientras volaba. “¡Es una locura! ¡Es increíblemente hermoso!”
Todos nos divertíamos. Los vuelos bajos, arrastrando los pies y sobrevolando el Lady of Avenel, nos dejaron fotografías que compartiremos por siempre.
El próximo dato de Stefan fue otra sorpresa. A solo 15 minutos de vuelo, detrás de unas colinas, estaba lo que hace de las Hébridas Exteriores un lugar único. Al pasar las montañas no podía creer lo que veía. Kilómetros de playas desiertas, arenas blancas y aguas cristalinas. La fiesta podía comenzar... Volando a ras del suelo, en formación, disfrutamos al máximo. Nos preguntábamos qué más podía estar esperándonos.
XC por el Norte de Uist
Para el día siguiente planeamos un vuelo XC de 45km por el Norte de Uist, la parte central de la cadena de islas. Nuestro Lady of Avenel nos buscaría por mar al final.
Los 10 juntos debíamos pasar una montaña y luego volar en formación suelta sobre el paisaje escarpado, atravesado por canales y ensenadas. El sol del atardecer se reflejaba en el agua. Enormes nubes colgaban sobre el paisaje. La vista se extendía por las islas y el océano, en una vastedad infinita. Me sentí tan pequeño por lo que veía que las lágrimas volvieron a anegar mis ojos. Me pregunto cuántas veces me pasará lo mismo en una aventura en paramotor.
El vuelo se convirtió en un verdadero reto mientras el viento nos exigía un vuelo más activo, pero todos lo dominaron con maestría y aterrizamos en el gol. Repletos de adrenalina, sacamos la cerveza que llevábamos en los arneses para este momento. Solo había rostros sonrientes e iluminados. Este vuelo lo recordaríamos para siempre. Lo logramos. ¡Volamos sobre las Hébridas Exteriores!
Fue hermoso ver cómo el espíritu de equipo nos había amalgamado en este viaje. A pesar de la multiplicidad de nacionalidades y del poco tiempo que teníamos conociéndonos, la atmósfera era inmensamente positiva y amigable. Un verdadero espíritu de equipo.
El regreso a tierra firme escocesa incluyó otro plato fuerte. La belleza abrumadora de los riscos vistos desde el mar, los delfines que acompañaban el bote y, luego, la llegada a la famosa isla de Skye no fue todo.
Stefan otro as bajo la manga: Cuillin Ridge. Es el macizo montañoso más alto de la Isla de Skye y es alpino en su grandeza. El paisaje rocoso se eleva majestuosamente, casi directamente desde el mar. Una vez más nos sentimos abrumados sobrevolando este paisaje que parecía casi primigenio. Sentíamos que habíamos pasado semanas de viaje, pero solo habían sido unos días.
Ya soñamos con regresar.
Paramotor Adventures regresará a las Hébridas Exteriores en mayo próximo. Búscalos en paramotoradventures.com, ladyofavenal.com