Apasionado por la naturaleza
Monarca conservacionista Carlos III, es fiel a las causas sobre el cambio climático, pues durante su formación militar pudo conectar con el medioambiente y vio de cerca la devastación que se vive en el mundo Por Ingrid Bravo Balabú / Fotos: AFP
E
l rey Carlos III es un hombre apasionado y así lo ha demostrado en las diferentes etapas de su vida. Casado con las causas ambientalistas y conservacionistas, es un fervoroso defensor e influyente en la lucha contra el cambio climático y la preservación del planeta. Después de graduarse de la universidad, pasó un año en Australia y luego se unió a la Real Fuerza Aérea para su entrenamiento militar, en 1971. Justamente, durante su servicio en la Marina Real y la Fuerza Aérea, desarrolló una fuerte conexión con la naturaleza y una com60|Especial BOHEMIA
prensión de la importancia de proteger el medioambiente. Durante su tiempo en el ejército, viajó extensamente y vio de primera mano los efectos devastadores del cambio climático y la degradación ambiental en todo el mundo. Eso lo llevó a la reflexión; y desde allí comenzó su proceso de formación proteccionista, algo no muy común en un miembro de la realeza. Proteccionista a carta cabal A medida que el entonces príncipe
Carlos crecía, su pasión por la protección del medioambiente se hizo cada vez más fuerte. En 1981, fundó la organización benéfica The Prince’s Trust, para ayudar a jóvenes desfavorecidos a encontrar trabajo y oportunidades de formación. Fundó varias organizaciones benéficas más, incluidas The Prince’s Foundation y The Prince’s Charities, que se centran en proyectos ambientales, educativos y sociales. Desde hace décadas, Carlos III es un líder de la conservación de la naturaleza y la lucha contra el cambio climático. Públicamente, ha expresado
la necesidad de una transición hacia una economía más sostenible, además de apoyar la energía renovable y crear conciencia sobre el impacto de las emisiones de gases de efecto invernadero en el clima. Otro de sus gustos es la jardinería, al punto de encargarse personalmente del cuidado de sus plantas. En 1986, sorprendió al mundo al confesar: “Hablo con las plantas, de verdad, es muy importante hablar con ellas, me responden”. Un ecologista al servicio El rey participa activamente en campañas para la preservación de la biodi-