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5) El resto de la década
Esparta”, “Clemente”, “Juan José Flores” y “García”, el Comando de la División a bordo del Destructor “Nueva Esparta”; Segunda División Destructores: “Zulia”, “Morán”, “Brión” y “Austria”, Comando de la División a bordo del Destructor “Zulia”. Se observa la ausencia del “Aragua”, que fue excluido debido a su próxima partida para mantenimiento mayor en el Reino Unido. Desconocemos el motivo de esta desincorporación, pero sospechamos que pudo deberse a reparaciones y renovaciones, ya planteadas desde el año anterior. También en 1963 el “Zulia” recibió nuevo gallardete y su comandante – cuya identidad no es revelada – recibió un diploma por eficiencia. Del 23 al 27 de enero de ese año, el “Zulia” realizó Crucero de Instrucción por las costas venezolanas junto al destructor D-13 “Flores”.
171
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5) El resto de la década
En 1964 se llevó a cabo la Operación Anfibia “Caimán II” con las unidades de la flota disponibles; consideramos altamente probable la participación de uno o más destructores de la Clase “Nueva Esparta”. El “Zulia” fueron embarcados guardiamarinas y cadetes para efectuar prácticas, tras lo cual este buque, acompañado del remolcador “Felipe Larrazábal” navegó a Nueva Orleáns, EE.UU., para recibir trabajos de mantenimiento mayor, consistentes en re encubar sus calderas172, mientras que el “Felipe Larrazábal” trajo el dique flotante “ARD-13”. El “Aragua” a su vez realizó Crucero de Instrucción para cadetes en aguas nacionales. Luego, el “Aragua” fue enviado a Newcastle, en el Reino Unido, a mantenimiento mayor acompañado por el remolcador “Felipe Larrazábal”. Según cuenta en su libro Mar de Leva, el almirante Sosa Ríos, esta reparación del “Aragua” se volvió un asunto bastante complicado debido a diferencias de opinión entre la Marina y el Ministerio de Defensa: Esta situación también la refiere el CN. Jairo Bracho Palma:
171 Memorias y Cuenta que el Ministerio de la Defensa de la República de Venezuela presenta al Congreso Nacional en sus Sesiones Ordinarias de 1964, p. 323
172 Las cámaras de ignición de las calderas estaban revestidas de porcelana a fin de conservar mejor el calor y proteger al metal del que estaba hecha la estructura principal. Periódicamente, ésta cubierta debía ser cambiada debido a que se debilitaba por el calor y se acumulaban precipitaciones de combustible.
“Desde el período de comando del VA Carlos Larrazábal, se había programado un proceso de modernización de los destructores pesados y livianos, especialmente para adaptarlos a los nuevos sistemas de radares y antisubmarinos. El ―Nueva Esparta‖ y el ―Zulia‖ recibieron las modificaciones estructurales necesarias en el astillero de construcción en Inglaterra y la instalación de los sistemas electrónicos en USA. Los resultados fueron satisfactorios.
Dentro de la programación, tocaba el turno al ―ARV Aragua‖. Las modificaciones electrónicas consistían en el cambio de radares, instalación de un sonar panorámico y armas antisubmarina. Como en los casos anteriores, las modificaciones estructurales se realizarían en el mismo astillero que construyó las unidades y la instalación de los sistemas electrónicos en USA. La oposición desde el Ministerio no se hizo esperar, y a pesar de la opinión positiva del Estado Mayor Conjunto donde se encontraba el CN José Vicente Azopardo, las opiniones inconsultas para cambiar el astillero de destino, así como el asegurador, evidencia dos cosas: la tremenda oposición al Decreto 288 y los primeros indicios de la influencia de los vendedores de armas en el Ministerio de la Defensa.”173
Contamos también con el testimonio del CN Ricardo Ríos, quien fuera comandante del “Aragua” durante la travesía a Inglaterra.
“A los destructores se les hizo un ―overhauling‖, uno de esos fue cuando yo llevé el destructor ―Aragua‖ a Inglaterra, para hacerle una reparación que se creía iba a ser moderada, pero tuvo que ser muy grande por el deterioro, especialmente en el casco.
Yo entregué el barco en Newcastle, a la Vickers-Armstrong y después de ahí me dejaron como segundo de la misión, el jefe de la misión era Hugo Galípoli.
- Por qué el ―Aragua‖ fue acompañado por el remolcador ―Felipe Larrazábal‖?
- No era confiable ni la máquina, ni el casco del buque. Y precisamente, en caso de que se produjese un accidente que inutilizara la propulsión del barco, tenía que ser nariceado por el remolcador. Te voy a dar el itinerario: de aquí
173 Bracho Palma, Jairo. Hombres de Hierro Tomo I, p. 185
a Puerto La Cruz, en Puerto La Cruz rellenamos tanques, cargamos pipotes que los pusimos en la popa. ¡Todo lo que pudo!... pusimos doscientos pipotes. De ahí fuimos a Cabo Verde, en África. De Cabo Verde a Cádiz, y de Cádiz a Newcastle.
- Por seguridad no cruzaron el Atlántico en su parte más ancha hasta Inglaterra.
- Porque no teníamos radio de acción.
- ¿En qué estado se encontraba el buque y qué le iban a reparar?
- Te voy a decir algo… cuando lo subieron a dique seco, el representante de la Vickers-Armstrong, en presencia mía cogió una piqueta, le dio ―así‖, y la piqueta atravesó el casco. Y yo me llevé ese barco de aquí hasta allá.
- Tenemos que en el año 1965 el ―Felipe Larrazábal‖ viaja de nuevo al Reino Unido llevando parte de la tripulación… - Claro que sí, porque muy pocos quedaron allá, y luego volvieron a enviar a la tripulación para que se trajeran el barco cuando estuvo listo. Y fue cuando ese barco fue para Estados Unidos, y sufrió un accidente frente a Puerto Rico, en la parte norte de Puerto Rico, y perdió la pierna Carrido Vásquez.
- Tenemos aquí que luego el ―Aragua‖ regresa de Norfolk, Virginia. - De Norfolk, Virginia, porque es ahí donde lo llevan que ponen de comandante, después del accidente que lo tenía Rojas, y que yo venía, ahí acompañando a Rojas, nombran a Del Nur, que se lo lleva de Puerto Rico a Norfolk y se queda allá en la misión. Hasta que lo reparan.”174
1965 fue otro año de gran actividad y nuevos hitos para la Clase “Nueva Esparta”. En el marco de las UNITAS VI, el Comandante de la Escuadra subió a bordo del “Zulia”, que era el buque insignia del Grupo de Tareas 86.3, y zarpó para participar en las mismas. En las UNITAS VI tomaron parte otros tres destructores de la Marina de Guerra venezolana, y se efectuaron conferencias pre-zarpe y de crítica, a las que asistieron el Comandante de la Fuerza de Tareas 86 de Estados unidos, el del Grupo de Tareas 86.1 de Colombia y el Comandante del Grupo de Tareas 86.3 de Venezuela, además de los
174 Maita Ruiz, José Gregorio. Entrevista al CN. Ricardo Ríos. Caracas, 2014.
comandantes de las unidades participantes.175 En segundo lugar, tenemos que del 1° al 30 de enero el “Nueva Esparta” y el “Zulia”, acompañados del submarino “Carite” cumplieron con el Crucero de Instrucción al Exterior correspondiente al año escolar 1964 – 1965. Durante este crucero visitaron Panamá y Perú, llevando 5 profesores, 5 oficiales, 1 sub oficial, y un total de 62 cadetes de diversos años.176 En este crucero participó el entonces Guardiamarina César Augusto Manzano Zavala, quien llegaría al grado de Vicealmirante, y menciona brevemente en su libro autobiográfico y anecdótico La Mar177, el momento de cruzar el Canal de Panamá y de cruzar el Ecuador, señalando que en el segundo momento referido, se cumplieron a cabalidad las tradiciones navales acostumbradas para el cruce del Ecuador.178 Es muy importante mencionar que durante ese Crucero de Instrucción al Extranjero, se cumplieron varios hitos para la Clase “Nueva Esparta”: primer cruce del Canal de Panamá, primera navegación en el Océano Pacífico, primer cruce del Ecuador y primera visita a Panamá y Perú. Como se dijo anteriormente, en 1965 el “Aragua” quedó listo de sus reparaciones en el Reino Unido y se dispuso a regresar a Venezuela. Durante esta travesía enfrentó varios problemas, ocurriendo el mayor siniestro en la historia de estos buques. Contamos con el testimonio del entonces Alférez de Navío recién graduado César Augusto Manzano Zavala
“Allí me esperaba el Capitán de Navío Jefe del departamento de Oficiales, quien me recibió con cara de pocos amigos y me dijo: ―Alférez de Navío Manzano Zavala, lo felicito, usted ha sido seleccionado para viajar al exterior, específicamente a Inglaterra, para formar parte de la tripulación del destructor Aragua que se encuentra allá en mantenimiento mayor. Fue seleccionado por su actuación durante los cruceros de instrucción… P-50
…Mis órdenes indicaban que en Baltimore debía desembarcarme del destructor Flores y presentarme a bordo del remolcador de alta mar Felipe
175 Memorias y Cuenta que el Ministerio de la Defensa de la República de Venezuela presenta al Congreso Nacional en sus Sesiones Ordinarias de 1966, p. 255
176 ídem
177 Manzano Zavala, César Augusto. La Mar. Caracas, Editado por el Autor, 2009
178 Cuervo Prada, César Ramón. Tradiciones Navales, p. 122.
Larrazábal para cruzar el Atlántico. Así lo hice. Con ello daba inicio a lo que habría de ser un largo periplo por el Atlántico hasta llegar al puerto de Newcastle upon Tyne, en las cercanías de la frontera entre Inglaterra y Escocia…
…A bordo del Felipe íbamos bastante incómodos debido al exceso de tripulantes, por cuanto nos embarcamos, aparte de la tripulación propia del buque, también la tripulación que iba a recibir al destructor Aragua, el cual se encontraba en reparaciones de mantenimiento mayor en Newcastle upon Tyne, En efecto, en el camarote que era para cuatro oficiales estábamos alojados seis, de manera que si queríamos descansar al mismo tiempo o nos correspondían horas de guardia en el mismo turno, teníamos que dormir en colchonetas en la cubierta del camarote. Esto se debía que el Comando de la Armada había decidido, por razones de restricciones presupuestarias, enviar la tripulación del Aragua a bordo del Felipe en lugar de hacerlo por avión. Claro que para la marinería era todavía más fuerte el asunto, por obvias restricciones de espacio. Pero bueno, así debíamos andar avante… …Me ordenaron incorporarme al grupo de los Artilleros, que es el departamento a bordo en el cual se abarca la mayor área de conocimientos y por lo tanto permite adquirir una importante experiencia en una gama muy amplia de las actividades operativas del buque. Me dediqué con ánimo a empaparme de los trabajos de remodelación que se habían efectuado y especialmente a conocer el funcionamiento de las piezas de artillería así como de sus mecanismos de control. En todo esto supe aprovecharme de la experiencia de los tripulantes que ya tenían tiempo en esta comisión de mantenimiento en Inglaterra, entre los cuales había gente con excelentes conocimientos de todos los sistemas. Lo más importante era que guardaban entre ese bagaje, los secretos que todo buque tiene y que sólo los llegan a conocer a la perfección las primeras tripulaciones o aquellas que supervisan un mantenimiento mayor como el que se realizó en esa oportunidad. El Aragua era un buque que se encontraba en su edad madura y formaba parte de la división de destructores pesados que la Armada había adquirido de los astilleros Vickers de Inglaterra a principios de los años cincuenta y en su momento constituyeron la expresión de los avances tecnológicos navales británicos de la postguerra. Pero ya habían transcurrido los años suficientes para acometer un rejuvenecimiento y qué mejor opción que realizarlo en los astilleros donde fue construido. De manera que encontrarme como actor novel en toda esta experiencia, me resultaba de verdad un reto y a su vez me llenaba de orgullo por cuanto había sido seleccionado para esta misión en base a las calificaciones obtenidas durante el crucero de fin de curso de mi
promoción que efectué, como Guardiamarina, a bordo del destructor Zulia, por cierto hermano gemelo del Aragua… ―New Castle era un puerto no muy grande. Esa fue la impresión que tuve cuando hice mis primeras salidas en mis horas libres. El astillero donde se realizaba el mantenimiento mayor del Aragua constituía una de las actividades más importantes de la zona. Las oficinas de la Comisión Venezolana que supervisaba el mantenimiento mayor que se le efectuaba al Aragua, estaban situadas en las propias instalaciones del astillero y desde allí se llevaba el control de todos los trabajos que se realizaban a bordo. A partir de nuestra llegada, que completaba la tripulación del buque, se desplegaba mucha actividad en la Comisión ya que entre otras cosas se hacían los preparativos para iniciar las Pruebas de Mar, las cuales consistían en una serie de eventos que se programaban para cada sistema de a bordo, desde las máquinas hasta los equipos de radares, comunicaciones, armamento. En fin todo el buque era probado desde la quilla hasta la perilla. En mi condición de Alférez de Navío recién salido de la Academia, estas pruebas de mar me venían como anillo al dedo, porque el aprendizaje que se obtiene en una actividad de este calibre es inigualable. Unas horas de navegación para realizar estas pruebas sustituyen con creces muchas horas de enseñanza teórica en las aulas.
Zarpábamos desde muy temprano en la mañana y atracábamos al final del crepúsculo vespertino, para así aprovechar al máximo el día solar, que en esa época del año, en esas latitudes, es bastante corto. En varias de las pruebas navegábamos buscando de fuerte marejada a mar gruesa para lo cual nos aproábamos hacia el Mar del Norte, que de verdad se mueve durante los meses de invierno y de cambio de estación… …Después de superadas las pruebas de mar del destructor Aragua nos preparamos para zarpar de regreso a Venezuela… …Estábamos en los días finales de abril de 65 y nos disponíamos a seguir la ruta de los vientos para cruzar el Atlántico y recalar a costas venezolanas en plena primavera, si todo iba bien… …fui designado como Oficial Adjunto del Jefe de Armamento Principal del buque… … a las pocas horas de haber zarpado de Lisboa, se recibió la confirmación de un mensaje de la Comandancia General que ordenaba que el destructor Aragua cambiara rumbo y se dirigiera hacia Baltimore, en los Estados
Unidos, el puerto de donde habíamos zarpado a bordo del Felipe, para la instalación de un nuevo sistema de radar.”179
El relato del almirante Manzano Zavala prosigue narrando una monstruosa tormenta con la que el “Aragua” se topó al norte de Puerto Rico. La tormenta fue especialmente dura y violenta, poniendo a prueba la resistencia del propio buque y sus tripulantes. En cierto momento de la tormenta, estando el contramaestre del buque y el Capitán de Fragata que se desempeñaba como Jefe de Máquinas – el cual no es identificado por el almirante Manzano Zavala, pero sí por el CN Ricardo Ríos, quién lo identifica como Carrido Vásquez –, destrabando uno de los cables de los mástiles que se había enredado en la proa, el carretón de una de las cadenas de las anclas se desprendió por efecto de las violentas sacudidas de la tormenta y en su movimiento arrancó una de las piernas del referido Capitán de Fragata. Desde ese momento, la travesía se convirtió en un angustioso andar hacia el puerto más cercano, para salvar la vida del CF Carrido Vásquez, cuyo cuadro clínico se fue empeorando debido a la presencia de necrosis en los tejidos de lo que quedaba de su pierna. A través de la radio, se pudo coordinar la entrada del “Aragua” a las Islas Bermudas, donde el CF Carrido Vásquez sería transportado en un avión ambulancia de la Armada de EE.UU. a un hospital en ese país donde se le daría el tratamiento requerido, que precisaba de cámara hiperbárica.
Aún en medio de la tormenta, el “Aragua” navegó a toda velocidad para llegar lo antes posible a las Bermudas y salvar la vida del oficial agonizante. Sin embargo, cuando ya estaban en la entrada del puerto, la ansiedad del comandante lo traicionó y entró al puerto sin haber esperado al práctico, guiándose solo por los portulanos disponibles. Resultó que la acción de las corrientes había cambiado mucho al puerto, teniéndose que cambiar la posición de las boyas y dejando el portulano desactualizado. El “Aragua” se estrelló de lleno con afilados arrecifes, recibiendo serios daños en el casco. Este accidente le costaría su puesto al comandante del buque.
179 Manzano Zavala, César Augusto. La Mar, pp. 50, 52, 53, 63, 65, 81, 82, 84, 88.
“Desde las Islas Bermudas nuestro buque fue ―nariceado‖ hasta los muelles de la Betlehem Steel en Baltimore…
…Los daños que sufriera el buque cuando tocó fondo en el banco de corales, fueron de cierta envergadura. Una vez varado en las gradas del dique, se pudo observar cuán graves fueron las heridas causadas. Las hélices habían sido destruidas prácticamente y el casco tenía varias fisuras profundas ocasionadas por los corales… De manera pues que el buque había quedado inhabilitado para navegar por lo que el Comando de la Armada negoció con el astillero la reparación inmediata de los daños. Se dio inicio a los trabajos y luego de varios meses en Baltimore, el buque quedó listo para su regreso a Venezuela… …Las reparaciones se realizaron con la premura del caso. En pocos meses estábamos preparando el regreso al país, con el buque remozado en cuanto a su electrónica, con un nuevo radar, con todos los daños reparados.”180
En 1966 la Clase “Nueva Esparta” tuvo más hitos importantes, específicamente el “Nueva Esparta” y el “Zulia”, pues el “Aragua” seguía en EE.UU. en reparaciones y modernizaciones, primero en Baltimore y luego en Norfolk. En primer lugar tenemos que la Marina de Guerra de Venezuela suspendió su participación en la UNITAS VII, y que el “Nueva Esparta” y el “Zulia” participaron en la operación anfibia “CAIMÁN III”, realizada en el oriente del país. En segundo lugar tenemos el Crucero de Instrucción al Extranjero, con personal de oficiales, guardiamarinas y cadetes de tercer año de la Escuela Naval de Venezuela. En este crucero, el “Nueva Esparta” y el “Zulia” navegaron por aguas, costas y puertos de Europa y el Mediterráneo.181
Este crucero fue el que más lejos llevó a los buques de esta clase, como podemos conocer a través de los testimonios del CN Norman Rafael Rodríguez Arias y del VA Antonio Pérez-Criollo. Según el testimonio de estos dos oficiales retirados, el crucero se
180 Ibídem, 114 y 116.
181 Memorias y Cuenta que el Ministerio de la Defensa de la República de Venezuela presenta al Congreso Nacional en sus Sesiones Ordinarias de 1967, p. 276
desarrolló entre el 15 de julio y el 7 de septiembre de 1966. El CN Rodríguez Arias comentó:
“…viaje de instrucción por el Mediterráneo donde hubo que auxiliar al Zulia en el Atlántico (sin combustible, agua y alimentación)… …yo era Jefe de Ingeniería del Nueva Esparta, en este viaje se accidentó el Zulia y hubo que auxiliarlo, buscando combustible en islas Cabo Verde, regresando alta mar al Zulia y transferirle sin equipos adecuados (usé mangueras de agua e incendio) combustible, diesel, agua y provisiones, largo de contar…”182
El VA Pérez-Criollo precisó aún más la información, comentándonos que aquel trasiego de combustible ocurrió precisamente el 24 de julio de 1966, lo que fue tomado humorísticamente por las tripulaciones del “Nueva Esparta” y el “Zulia”, que estaban celebrando el Día de la Marina con arduo trabajo. Fue necesario colocar ambos buques popa con popa, debido a la insuficiente longitud de las mangueras. El VA Pérez-Criollo también nos da el itinerario del viaje: La Guaira – Cabo Verde – Cádiz – Nápoles – Tolón –El Pireo – Beirut. También que originalmente también estaba proyectada una visita al Alejandría, pero las diferencias políticas entre el presidente egipcio Nasser y el presidente Leoni, condujeron a que las autoridades egipcias le ofrecieran a los buques venezolanos un muelle secundario en el puerto de Alejandría, lo cual fue interpretado por el Gobierno venezolano como una descortesía y se suspendió la visita a Egipto.183 Este fue el crucero de instrucción al extranjero en el que buques de la Clase “Nueva Esparta”, y de toda la Marina de Guerra venezolana en general hasta ese momento, navegaron hasta destinos tan lejanos e incluso “exóticos” desde nuestro punto de vista. Fue la primera visita a aguas del Medio Oriente de un buque de guerra venezolano. Otro hito en la historia de los destructores Clase “Nueva Esparta”.
182 Maita Ruiz, José Gregorio. Entrevista al CN Norman Rafael Rodríguez Arias. Caracas, 2014
183 Maita Ruiz, José Gregorio. Entrevista al VA Antonio Pérez-Criollo. Caracas, 2014