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Colombia: Tierra de talento femenino de cocina de matronas, de mujeres inspiradoras.

Nunca vi nada igual. En Colombia hay una supremacía femenina estimulante. Me emociona. Desde La Guajira hasta el Putumayo, son mayoritariamente las mujeres las responsables de transmitir identidad y tradición, de liderar procesos asociativos, de promover la independencia, la paz y la igualdad.

Han sido pioneras en libertades, en encontrar caminos de conciliación, en proponer desde la culinaria nuevos horizontes para sus comunidades.

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Mucho antes de que el destacado chef español, Ferrán Adrià cambiara los paradigmas de la gastronomía al situarla como disciplina determinante de transformación económica y social de los países, han sido las mujeres campesinas, indígenas y portadoras de tradición las que han empleado la culinaria como forma de subsistencia y resistencia; como herramienta transformadora, instrumento educativo y arma para la perpetuación de la cultura y la identidad. ¿Cuántas niñas y niños de Colombia han llegado a la universidad gracias a un bollo, tamal o envuelto cocinado y vendido por sus madres? ¿Cuántos pueblos patrimonio del país han podido ser reconocidos como tal gracias a esos recetarios femeninos que han marcado su memoria histórica? ¿Qué tanto han influido las mujeres en construir y preservar la identidad de sus territorios, lugares que hoy constituyen epicentros grandiosos de interés turístico, cultural y gastronómico?

El oficio de periodista me ha permitido conocer el trabajo de decenas de portadoras de tradición en Colombia. En cada mesa compartida y múltiples conversaciones he confirmado que no hay nada más revelador que una cocinera tradicional contando historias y guisando en el fogón. Ellas, en cualquier latitud, son fuente de saberes y sabores determinantes en las vidas de sus comunidades, y su trabajo -muchas veces invisible- es fundamental para favorecer la seguridad y soberanía alimentaria en buena parte del planeta.

* Mujeres cocineras dentro del Plan de Promoción de Colombia en el Exterior: 1. Antonuela Ariza en Argelia. 2. Carolina Jaramillo en Filipinas. 3. Catalina Vélez, MasterClass en la escuela Cuisine Mode d’Emploi-s-, Francia. 4. Chori Agamez, Encuentro binacional de cocineras tradicionales en el Estado de Michoacán, México. 5. Elsis Valencia, clase virtual a los estudiantes de la carrera de Gastronomía de la Universidad del Valle, sede La Paz. 6. Eufracia Kuyuedo, Encuentro de cocineras “Portadoras de Tradición” en Michoacán, México. 7. Jennifer Rodríguez con estudiantes de gastronomía de Unitec, Tegucigalpa. 8. Juanita Umaña Q.E.P.D., V Festival Gastronómico de la Alianza del Pacífico en el Parlamento de Canadá. 9. Laura Jaramillo, actividad en beneficio de la Comunidad de Tantamaco, Puno, Perú. 10. Luz Dary Cogollo, Encuentro binacional de cocineras tradicionales en el Estado de Michoacán, México. 11. Marcela Arango, juez de Master Chef, con Khadija Bensdira, Marruecos. 12. María Angélica Bernal, MasterClass virtual de gastronomía vegetal colombiana, Reino Unido. 13. María Buenaventura, MasterClass en Ghana. 14. María Cecilia Restrepo en clase virtual sobre la arepa de huevo para Panamá. 15. Paula Silva, preparando encocado de quinua en Washington D.C. 16. Verónica Socarrás, hablando de la gastronomía colombiana y sus regiones en actividad virtual con Noruega. 17. Vicky Acosta, evento sobre gastronomía colombiana en Singapur. 18. Leonor Espinosa en Japón.

“QUE NADA NOS LIMITE. QUE NADA NOS DEFINA. QUE NADA NOS SUJETE. QUE LA LIBERTAD SEA NUESTRA PROPIA SUSTANCIA”.

Simone de Beauvoir

El caso de Zaida Cotes, autoridad wayuu, es inspirador. Lleva años fortaleciendo desde la gastronomía el tejido social y cultural de su región, contagiando con su ejemplo femenino a las nuevas generaciones. Tanto así, que hoy un 10% de mujeres ocupan un lugar de liderazgo en las comunidades guajiras.

Nimia Teresa Vargas, por su parte, lleva 30 años trabajando en la red departamental de mujeres chocoanas. En este tiempo, junto a sus compañeras, ha montado dos restaurantes, dos tiendas de artesanía y un hotel, creando empleo e incidiendo en los procesos de desarrollo de Quibdó.

Maura Caldas es también un emblema de la cocina colombiana. A sus 84 años es profesora, embajadora y promotora de la cultura del Pacífico. Es cantadora, cuentera y cocinera, y una de las mujeres más importantes en la preservación de la memoria cultural en el Pacífico colombiano.

Luz Dary Cogollo, “Mama Luz” -así, sin tilde y con acento cordobés- es una de las portadoras de tradición más queridas de la actualidad. Su trabajo por la recuperación de las plazas de mercado es reconocido a nivel nacional y, desde su restaurante Tolú, en la plaza de la Perseverancia en Bogotá, ha influido poderosamente en los jóvenes para que vuelvan la mirada hacia los mercados y hacia el consumo local. Dorita Delgado, desde el Putumayo, lidera un grupo de familias productoras de sacha inchi, todos cultivos de reemplazo de coca. Lanzó junto a otras emprendedoras de la región, un proyecto de gastronomía rural como dinamizador cultural y económico en la comunidad.

Zaida, Nimia, Maura, Luz Dary y Dorita, son cinco de las millones de mujeres colombianas convencidas de que pueden cambiar el mundo cocinando y alimentando.

Existen también otros lenguajes culinarios del que destacadas mujeres de la industria colombiana se han servido para contar narrativas hermosas sobre el país, orgullosas de su biodiversa despensa, patrimonio histórico y mestizaje étnico. Este lenguaje lo hemos llamado nueva cocina colombiana.

Leonor Espinosa es su mayor referente. Su restaurante es uno de los mejores del mundo. Un trabajo comprometido y su extraordinaria destreza narrativa hacen de su cocina la mejor de Colombia. Por su expresividad artística y territorial, Leo ha permitido que desde fuera se mire con interés y deseo las pianguas de manglar, el cacao de Arauca, las hierbas de azotea y las plantas del páramo; tanto como las proteínas alternativas que encontramos en el chigüiro, la babilla o los patos de Mompox, los cuales hacen parte del menú Ciclo Bioma del restaurante Leo.

Foto: proporcionada por Red de Eventos Gastronómicos de Colombia y Gastromujeres

Hay muchas más mujeres haciendo cosas grandes desde los fogones: Antonuela Ariza, Erin Rose, Olga Visbal, Denise Monroy, Laura Hernández y Jennifer Rodríguez, son solo algunas de referencias que comprueban el determinante rol femenino en la gastronomía colombiana.

Su trabajo desde los fogones, la coctelería o el servicio, han contribuido a que Colombia sea hoy un país reconocido tanto por su despensa diversa, como por su riqueza cultural expresada en forma de platos o bebidas con identidad. Cada una tiene una trayectoria profesional impecable marcada por el esfuerzo, trabajo perseverante y logros difíciles de conseguir en una industria dominada por nombres masculinos.

Ellas han puesto en alto el nombre de la culinaria colombiana, transformando al país en un destacado destino gastronómico emergente en Latinoamérica. Y han inspirado a muchas otras mujeres de la industria a pensar en la cocina como sector que construye desarrollo, y que lo hace respetando la cultura y el entorno. Sus voces han gestado una revolución silenciosa que ha dejado de manifiesto el importante rol de la mujer como garante de identidad, patrimonio y sostenibilidad.

Colombia es tierra de talento femenino, de cocina de matronas, de mujeres inspiradoras.

Pamela Villagra Periodista y consultora en turismo gastronómico, Fundadora de Gastromujeres.

*Gastromujeres es una iniciativa que reúne a mujeres para discutir, reflexionar y plantear soluciones prácticas a las problemáticas que les afectan en la industria gastronómica. Un medio diseñado para visibilizar proyectos, iniciativas y emprendimientos agroalimentarios con visión femenina. Y un espacio abierto y plural para fomentar la diversidad en el mundo gastronómico reduciendo la brecha de género.

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