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RAXON
from DJ Mag ES #125
Autor: EDUARDO P. WAASDORP
CARLOS PEGO, EN EXCLUSIVA PARA DJ MAG ESPAÑA
Foto: Raxon es uno de los artistas más prometedores e interesantes del panorama techno internacional. De nombre real Ahmed, Raxon (Abu Dhabi, 1985), este trotamundos nació en el seno de una familia de arquitectos – naturales del barrio Mohandessin de El Cairo, Egipto – como él, que se formó en Dubái años después. Sin embargo, su amor por la música acabó obligándole a cambiar de profesión, para dedicarse a tiempo completo a su verdadera pasión. Por ello, tiempo después de empezar su carrera en Oriente Medio, Raxon decidió por fin dar el paso adelante y mudarse a Europa, para establecer su base de operaciones en Barcelona.

Durante todo este tiempo Raxon ha estado haciéndose un nombre dentro de la escena de la Ciudad Condal y de Europa en general, como uno de los artistas más amables, carismáticos y profesionales del circuito underground. Poco a poco, ha conseguido publicar en los sellos más importantes del panorama – ahí quedan los Ellum, Diynamic, Speicher, Drumcode, Truesoul o Cocoon – codeándose de paso con sus capataces. Ahora llega al primer gran clímax de su prometedora andadura, con la publicación de su álbum debut este año, en la icónica disquera alemana Kompakt. Una ópera prima de la que hablaremos largo y tendido.
Más allá de eso, el 2021 de Raxon va viento en popa, especialmente este último mes. Además de la presentación de su álbum debut en la todopoderosa Kompakt, el artista egipcio afincado en Barcelona acaba de volver de Kiev, de su primer bolo tras estos meses confinado. Describe poder estar delante del público como “una auténtica locura”, además de una bendición que le ha llegado por ser paciente y buscar hacer las cosas bien, lo que definitivamente le ha merecido la pena.
Tras haber pasado el último año y pico haciendo música en medio de la pandemia, ahora el poder disfrutar de la energía del público en Ucrania ha sido genial, además de tener oportunidades de las que antes no habría podido disfrutar de la misma forma, como conocer a otros artistas – Sven Väth entre ellos – de una forma más cercana y personal.
Para quien suscribe estas palabras, es genial poder preguntar – por primera vez en más de un año – “¿cómo fue tu última actuación?”. No solo por el hecho de que esto significa que las cosas empiezan a reactivarse, sino también por poder preguntárselo a un artista como Raxon, que encarna el talento, el esfuerzo y el saber hacer de esta hornada de artistas geniales y nuevos líderes de la electrónica, que estamos pudiendo disfrutar. Sin más preámbulos, os dejamos con él, con Raxon, para que nos cuente su historia y los entresijos detrás de su obra maestra, ‘Sound Of Mind’. ¡Música, maestro!
¡Hola, Ahmed! Nos encanta poder tenerte en la portada de DJ Mag España en este caluroso mes de julio. Yendo a tus orígenes, tu familia es de Egipto, aunque naciste en Abu Dhabi y estudiaste en Dubai. Además, llevas viviendo en España durante muchos años. ¿Cómo fue crecer en Oriente Medio?
¡Gracias a vosotros por invitarme! ¡Es un honor y un orgullo! Para responder a tu pregunta, mi familia es egipcia, aunque yo nací en Abu Dabi y luego me mudé a Dubái, como bien dices, para estudiar. Pero de niño íbamos todos los años a visitar a la familia a El Cairo. Mis padres son de allí, yo tengo pasaporte egipcio, mi árabe es de Egipto… En Abu Dabi hay una gran comunidad egipcia. Al ser un país tan joven, mi familia fue hace muchos años, cuando todo era un desierto. En esa época necesitaban arquitectos – mis padres lo son – porque la ciudad estaba creciendo y necesitaban gente preparada. Es un lugar muy tranquilo, de hecho no había casi una escena electrónica por aquel entonces. Yo nací en 1985, por lo que me alimenté de la música que se hizo a mitad de los 90.
¿Qué influencias musicales tuviste?
Cuando empecé a entender lo que pasaba en la música eran finales de los 90. Fue la época de los CDs, antes de que hubiera internet o cuando Napster empezó a funcionar (risas). ¡Antes de YouTube! Como te decía, no teníamos una escena electrónica, pero había tiendas de casetes que luego empezaron a vender CDs. Estas tiendas, por supuesto, tenían música árabe pero también había una sección “occidental”, llena de rock, hip-hop y pop. Creo que mi primer casete, de hecho, fue el ‘Black Album’, de Metallica (risas). Fue mi época de Red Hot Chilli Peppers, Nirvana… Luego empecé a inclinarme más por el hip-hop, cuando descubrí a Dr. Dre – me encantaba él – y Timbaland, que era quién producía la música de Missy Elliot y esa gente. Yo sobre todo, cuando empecé a investigar, me fijé en la gente que hacía los beats y producía la música. Fue la época de Pharrell con The Neptunes. De ahí me encontré a The Prodigy, que fue lo que hizo la conexión para mí entre el rock y la electrónica, a los breaks. De ahí vino Daft Punk y ‘Homework’ o ‘Discovery’, y eso realmente lo cambió todo para mí.
Veo que recuerdas muy bien tu primer contacto con la electrónica, así que pasemos a hablar de otro tema… Entiendo que antes de dedicarte a la música, estudiaste arquitectura y tenías una prometedora carrera en Dubai. ¿Qué te hizo cambiar tu vida del todo, para dedicarte a la música?
La música siempre ha estado en mi vida. En el colegio, yo era el típico tío que tenía la música y que estaba todo el día poniendo música. En las fiestas que hacíamos en casas, la gente me decía: “Venga Rax, pon tú la música”. En mi casa tenía altavoces, el sistema hi-fi, con la bandeja para varios CDs… y yo intentaba que la música no parase, aunque no cuadrase ni un tema (risas). Luego fui a la universidad. En esa época estuve pinchando, no producía todavía. Mientras estudiaba, no era fácil compaginar lo de la música, pasar un buen rato y sacar buenas notas (risas). En mi cultura, en esa parte del mundo, es importante graduarse, tener un título… En 2009 me gradué y empecé a trabajar en una firma de arquitectura durante tres años y, mientras hacía eso, tenía una fiesta en Dubái llamada Audiotonic, con mi buen amigo Mike Bufton. Nosotros fuimos de los primeros en meter el nuevo deep
EL SONIDO DE UNA MENTE MARAVILLOSA

house del momento en la escena de Dubái, con gente como Jimpster, Spirit Catcher, Lovebirds… También muchos artistas grandes, antes de que explotasen, pasaron por nuestras sesiones. Entre eso, el trabajo y que luego también empecé a hacer música y a tener una residencia en un club de la ciudad, no me quedaba tiempo. Si te quieres dedicar a algo, y hacerlo bien, tienes que dedicarle el 110% de tu tiempo. Sea lo que sea. Tres años después de empezar, fui donde mi jefe en la firma y me despedí. Ha habido dos decisiones importantes que me cambiaron la vida: hacer eso y mudarme a Barcelona.

Hacer este cambio en tu vida, de arquitectura a la música, tuvo que ser complicado. Especialmente viniendo de una cultura como la árabe, en la que para la familia el tema de los estudios y los títulos es algo tan importante. ¿Cómo fue la aceptación de tus padres sobre este tema?
¿Sabes? Me siento muy afortunado de que ellos lo entendieran, especialmente lo que significa el arte y la pasión. Tienes toda la razón en preguntarlo, porque muchas familias árabes dan más prominencia al título, pero la mía afortunadamente me apoyó. Especialmente cuando vieron que mi pasión y dedicación eran reales, que es un trabajo como cualquier otro, que requiere de un aprendizaje. Eso fue lo más difícil, especialmente porque no había tutoriales, no había YouTube. Yo era de los que cada mes se compraba Future Music Magazine por los CDs y por los reportajes sobre los estudios de los artistas (risas), por ver si alguno usaba Logic para producir, porque la mayoría usaba Ableton. Yo lo uso, pero sólo para edits. Me llevó bastante tiempo sentirme cómodo con lo que hacía en el estudio y una vez llegué a ese punto y sentí que tocaba el techo en Dubái, tomé la decisión de mudarme a Europa.
¿Qué te llevó a cambiar Abu Dhabi por Europa y Barcelona?
Fueron muchas cosas, pero uno de los que me motivó más a hacerlo fue Hernán Cattaneo. Él es una figura muy importante en mi vida. En la época en la que empecé a escuchar música electrónica (Prodigy, Daft Punk, etc.) el trance estaba fuerte y él tenía un programa de radio llamado Metrodance, de dos horas, divididas en una hora de house y otra de progressive. Su influencia en mí hizo que bajase un poco los bpms. Luego nos conocimos y fue él quien me aconsejó que debía mudarme a Europa para llegar al siguiente nivel. Especialmente porque en Dubái llegas a un punto en el que vas a estar siendo el eterno residente, donde había por aquél entonces aproximadamente seis clubes, que siempre quieren contratar a artistas internacionales para vender entradas.
Cambiando de tercio, este mes de julio publicas tu álbum debut en una de las discográficas más icónicas del panorama electrónico: Kompakt. ‘Sound Of Mind’ es el título del disco y es un viaje sonoro auténtico por tus influencias pasadas y presentes. Cuéntanos, ¿cómo empezó tu relación con el sello?
Es algo que recuerdo muy claramente, porque además fue hace relativamente poco. Era 2018 y yo ya llevaba un tiempo mandándole música por email a Jon Berry, que es el manager de Michael Mayer y el A&R de Kompakt, pero nada se concretó. Luego llegó Sónar y todos los años ellos hacen un pop-up Kompakt store en Raval, en Barcelona. Concertamos una reunión, que en principio iba a ser corta, pero como su siguiente reunión se canceló al final pasamos toda la tarde juntos y conectamos. A partir de entonces hablamos de hacer una publicación en Speicher, las series con un sonido más pistero de Kompakt, un año después. A mi me encantó la idea, no me importa esperar y más si es para un sello como el suyo. En 2019 en febrero
sacamos ese Speicher, con un gran apoyo de toda la comunidad, incluyendo artistas como Sven Väth, que estuvo todo el verano pinchándolo. La relación siguió ese año, en Sónar y ADE Amsterdam volvimos a quedar y luego me invitaron a un showcase de Kompakt en Watergate, en Berlín.
El disco es verdaderamente sobresaliente. Es una travesía sonora por tu paleta de ritmos, que va del techno experimental, con sonidos drone, atmosferas profundas, breakbeats, acid o rave, todo con un sonido potente, rico y cálido. ¿Cómo fue el proceso de creación?
En total, me llevó unos tres o cuatro meses. Lo que más tiempo me llevó fue la mezcla. Me gusta terminar el track y mezclarlo a medida que voy trabajándolo y acabándolo, porque me gusta disfrutar de lo que escucho. Una vez están listos, los meto en mi teléfono, me voy a correr o pasear, los pruebo en el portátil, en la TV, para darle los toques finales. Luego, los dejé reposar durante unos meses, sin escucharlos, para resetear mi mente y mis oídos.
Seguí produciendo y cuando estuvo más o menos listo, hice un tracklist de unos 10 tracks. Quise hacer un álbum directo, con diferentes estilos y que fuese para escuchar en cualquier momento, en casa, incluso si hay tracks que sean para el club. Cuando estuvo listo, no pude evitar pensar en Kompakt, aunque evidentemente no estaba seguro de que me fueran a decir que sí. Se lo mandé a Jon y a Michael y lo único que hicimos fue cambiar un par de tracks de orden. Realmente les gustó.
El titulo del disco es ‘Sound Of Mind’… ¿Qué pasaba por tu cabeza cuando lo compusiste?
Cuando la pandemia fue declarada, yo no quería caer en el cliché de hacer un álbum porque sí. Creo que el disco es resultado de la combinación de todos esos años de absorber influencias como The Prodigy, Daft Punk, el rock, el hip-hop… y de tener la oportunidad de no tener que hacer tracks “funcionales” para la pista de baile. Tuve libertad total para hacer lo que quise y hasta cierto punto me sentí afortunado de poder tener ese tiempo para pensar y liberarme. Hasta cierto punto fue una terapia, porque pude hacer música durante ese tiempo. Me ayudó a sobrellevar esa situación, además siento que es música que disfruto, que también es para mí. Puedo disfrutarla en casa, por la noche, en cualquier momento y lugar.
Realmente no se puede atar este disco a un solo tipo de sonido o estilo. Realmente has conseguido crear tu propia firma sonora, algo realmente difícil hoy en día. ¿Cómo fue la parte creativa de todo el trabajo?
Muchas gracias por las palabras. Es un proceso que lleva mucho tiempo, pero creo que también vino dado por desconectar de redes sociales y aislarme un poco. Porque dejas de fijarte en lo que hacen los demás y te centras en lo que te dicta tu cerebro y tu corazón. Se te va el miedo también. En el pasado, cuando enviaba algo a alguien y el feedback no era del todo bueno, eso me acababa afectando y terminas cambiando en una dirección que igual no te convence del todo. Con el tiempo desarrollas tu propio criterio, te vuelves más honesto contigo mismo. Por eso estoy muy contento con el resultado final.
Hay muchos destacados. Pero para mí personalmente, destacan tracks como ‘Phantom Report’ o ‘Almost Human’. Aunque una de las que más me llamó la atención fue ‘Exit Station’. ¿Por qué estos “interludios” son importantes en la narrativa del disco?
Son muy importantes. Cuando escuchas el disco con tus colegas, después de cenar, con el álbum de fondo, te das cuenta que este interludio cambia la energía del lugar. Después de esto viene ‘Journey Mode’, que es más mental, y creo que destaca más gracias a eso. Este tipo de interludios son buenos para dar un descanso al oído, y no necesariamente tienen que ir en mitad del disco. El fluir del disco además hace que parezca más largo de lo que es, y en parte es gracias a ese tipo de tracks. Es como estar suspendido, en el espacio, y aterrizar en un planeta. Es por eso que al final escuchas como unos pasos entrando en una nave y es cuando empieza el siguiente track.
Justamente ‘Journey Mode’ tiene cierto aire minimalista, mezclado con beats rotos al desnudo. Y ‘El Multiverse’ va más allá. Cuéntanos, ¿cómo fue el proceso de componer este track, especialmente con los samples vocales y los efectos sonoros tan extraterrestres que oímos?
Ese track (‘El Multiverse’) para mí es el corte más de club del disco. He hecho algún tema parecido en el pasado, en mi release para Speicher. Por eso quise traer ese ambiente de vuelta, porque ése tiene cierto aire árabe y éste también, pero no en la barra entera, sino a la mitad: el groove principal está sólo en dos beats (media barra). Si lo piensas, es quizá el track más simple que he hecho y había algo que le faltaba. Creo que ese algo se lo da la línea vocal. Y es gracioso porque mientras estaba haciéndome la comida un día – aprendí a cocinar durante la pandemia (risas) – con un documental sobre agujeros negros de fondo, pensé en que podía añadir esas voces y dejé la comida en el fuego, tomé el vocal del documental, lo corté y empecé a jugar con ello hasta que pienso que conseguí dar con la edición correcta. Al final se me quemó la comida (risas), pero conseguí tener eso que estaba buscando para ese track, además de la línea de efectos que hice con el sintetizador Virus, de Access.
¿Cuánto te ha llevado poder alcanzar el sonido de este disco? ¿Cuándo supiste que estaba listo?
Para responderte a esto tengo que dar un consejo a todos los productores que me lean: hay que ser asertivo. Hay que saber tomar decisiones. Esto es lo más importante a la hora de hacer música, saber decir “esto ya está hecho” y continuar trabajando en otras cosas. Porque sino pierdes el tiempo. Siempre puedes volver y ajustar la mezcla y los detalles, pero tienes que saber decidir que el track está listo y ya no caben más cambios en él. Así trabajo yo, soy muy rápido en ese sentido. Si piensas demasiado, perderás tiempo porque las posibilidades son infinitas. Puedes hacer lo que sea con la tecnología que hay hoy en día, todos los plugins, VSTs y demás herramientas. De hecho, te diré que desde el año pasado intento trabajar de una forma totalmente aleatoria, porque si empiezas a tener una fórmula, te quedas atascado en ella. Un día empiezo el track en mi portátil, otro día escucho algo en el teléfono y me pongo a trabajar. Una vez tienes la idea, hoy en día las herramientas para desarrollarlas están ahí para hacértelo súper fácil.
Podemos oír mucha influencia de ciencia ficción y beats rotos en tu disco. ¿Cómo de importantes han sido estas dos ramas en tu sonido?
Muy importantes. Soy gran fan de Pink Floyd y eso influye mucho en que use sonidos más espaciales y piense fuera de lo habitual. La ciencia ficción trae misterio, es ficción, está bien tener ese elemento misterioso y raro en la música. Eso me viene de mi afición por
HASTA CIERTO PUNTO FUE UNA TERAPIA HACER EL ÁLBUM. ME AYUDÓ A SOBRELLEVAR LA PANDEMIA.
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Star Trek – la serie original – que vi dos veces durante la pandemia (risas). Otra de mis películas favoritas de todos los tiempos es la trilogía de Matrix. Si escuchas esa banda sonora ¡es impresionante! En concreto, destacaría un track en la banda sonora de la primera película Matrix, ‘Clubbed to Death (Kurayamino Mix) de Rob D’, que es puro breakbeat, que me pone la piel de gallina con solo recordarla. No es una canción para club, tiene cuerdas preciosas, continua con breaks, incluye un piano breakdown, y ya me cautivó cuando yo tenía 14 años… Otra película que tiene muchas canciones buenas es “El Quinto Elemento”, como ‘Alech Taadi’ del argelino Khaled. Son artistas y músicos súper talentosos que le dan un extra a esas películas y son tracks que se han quedado conmigo durante todos estos años. Mi niño interior sigue ahí (risas), aunque mi cuerpo envejezca (risas). Lo más importante es no tener miedo a sonar un poco absurdo, porque si lo piensas muchos sonidos son un poco así.
Durante este año y medio hemos visto el surgir de nuevos conceptos, como el streaming en video, los NFTs o la vuelta de las raves. ¿Cómo ves el futuro de la industria?
Bueno, es la pregunta del millón. Siempre tengo esperanza y buenos deseos. Al principio de la pandemia me decía a mi mismo: no va a ser para siempre. Pero tiendo a centrarme en el trabajo y ya me contarán qué es lo que pasa luego (risas). Supongo que las raves volverán fuertes el año que viene. En cuanto a los NFTs, la gente que quiere ganar dinero con esto son los mismos que invirtieron en Bitcoins y que al final busca sobrevivir. ¡Bien por ellos! En cuanto a los streamings, hice uno, fue dentro de un club, porque tenía sentido para mí hacerlo, pero no es una idea que me apasione. Aunque tengo que decir que hablé con varios amigos y me dijeron que cuando estaban más deprimidos durante la pandemia, esos streamings les ayudaban a abstraerse y salir de sus casas un poco. Es una buena manera de verlo… Creo que las cosas volverán a como estaban y la gente va a disfrutarlo de nuevo, como antes. 2022 será el año fuerte. La tecnología nos va a ayudar a ello. Recuerda lo que tardaba una PCR hace un año – que ni siquiera existía – y mira lo que tarda ahora. ¡Te la puedes comprar en la farmacia! En los tiempos duros surgen las grandes ideas…

¿Crees que llegarán esos nuevos “Felices Años 20” de los que tanto se habla una vez estemos todos vacunados?
Totalmente. Todo el mundo está planificando lo que va a hacer. Mira lo que pasó cuando Primavera confirmó el festival de 2022… ¡Doble fin de semana! Lo bueno es que creo que nadie va a dar nada por sentado nunca más. Porque ahora sabemos lo rápido que puede desaparecer todo. Creo que ahora la gente, especialmente en España, va a entrar al club en cuanto abran las puertas, no como antes (risas). Creo que es algo que va a ocurrir, que la gente no va a querer perder el tiempo y entrarán a disfrutar de las sesiones de principio a fin, apreciar más las pequeñas cosas.
Después de sacar en Ellum, Kompakt, Cocoon, Drumcode o Diynamic,… ¿Cuál es tu siguiente objetivo?
Todos los sellos que mencionas son tremendos y estoy muy agradecido con todos. Por otro lado, de igual forma que el álbum ha estado en mi cabeza durante los últimos años, ahora quizá es momento de sacar mi sello discográfico. ¡¿Quién sabe?! Esa idea empieza a cocinarse en mi cabeza, no para competir con nadie, sino para tener una plataforma para mí y para artistas jóvenes que no tienen una plataforma. Eso o artistas que quieren publicar cosas bajo alias secretos (risas). Es algo que me divertiría mucho.
No quiero terminar esta entrevista sin preguntarte por tu fiesta, Unannounced, que desarrollas en Input High Fidelity Club. ¿Qué planes tienes ahora que parece que todo empieza a reactivarse?
Como te puedes imaginar, no está anunciado (risas). Yo no inventé nada, pero la idea de esto es que los elementos casasen a la perfección: el club estaba encantado, con Edu (Clarà) a la cabeza, además de que tengo los socios perfectos con Edu y Daniel Jiménez (también conocido como Dani Koala). Dani trabaja con mi agencia, Dskonnect. Tenemos una relación increíble, me entiende, yo le entiendo y me siento afortunado de poder tener a alguien como él en mi vida.
En cuanto a Unannounced, la cosa es que no quería hacer un evento semanal, por muchos motivos. Creo que hacerlo semanalmente hubiera quitado un poco de valor al proyecto, quería hacer algo cada dos o tres meses, en un fin de semana largo, para que la gente estuviese expectante. Además, es un evento en que le pido al público que confíe en mí, en mi criterio, porque el invitado no se anuncia: puede ser gente con la que trabajo, gente cercana a mí o con quien tengo buena relación. Empezamos en 2019, hicimos cuatro y la primera fue Drifter y Kevin De Vries, la segunda Maceo Plex, tercera Pachanga Boys, luego Michael Mayer, y la última fue súper especial con Axel Boman. No es que sea un sonido específico, sino que es un sonido variado, underground, y libre, porque al no ser anunciado, el invitado puede venir a hacer lo que quiera. ¡A divertirse! Y hacerlo en un club como Input, con el mejor sonido, es una experiencia única. ¡Volveremos muy fuertes!
¿Qué otros proyectos tienes para 2021 y 2022?
En 2021 estará centrado en el álbum. Después de que salga, haremos los remixes, de los que no puedo adelantar nada todavía (risas). Va a haber tres, que saldrán por separado y luego editaremos un vinilo. En 2022 regresaré a Ellum con mi cuarto release en el sello, con un EP de dos tracks y luego sacaré un remix para un muy buen amigo mío, alemán, calvo, que toca en directo y lleva gafas. No voy a decir más (risas).
Ahmed, ha sido un auténtico placer conocerte y tenerte en nuestra portada. ¡Te deseamos lo mejor!
¡Gracias a vosotros por esta oportunidad! ¡Espero veros pronto en la pista de baile!
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