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NIGERIA BAILA

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ALVVA

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LA ELECTRÓNICA EN NIGERIA STREET-HOP SIN CUARTEL

El street-hop es uno de los géneros de música dance emergentes de África más interesantes, un sonido surgido en Lagos (Nigeria), que muta a medida que se esparce por los diferentes vecindarios; creando nuevos ritmos, temas y locura dance a medida que avanza. Ante su expansión por la corriente principal de la cultura pop nigeriana, DJ Mag ha querido hablar con algunos de los artistas clave del street-hop, como DJ Kaywise, Rexxie y Sarz, para descubrir cómo ha evolucionado y hacia dónde se dirige.

Autor: MAKUA ADIMORA Foto: JONSING SHOTS, DOM SESTOS & ADELE DAVIES Traducción: PATRICIA PAREJA CASALÍ

Lagos es una ciudad que nunca duerme. Es el hogar de aproximadamente 15 millones de personas, una megaciudad costera y capital económica de Nigeria, que está siempre en movimiento. Aunque Lagos se considera el epicentro del país para conseguir éxito rápido, en realidad, coexisten dos extremos: uno está cargado de luchas, un mar de personas decididos a “triunfar”; el otro es el hogar de una escena creativa en erupción, el corazón palpitante de la comunidad artística africana. Está abarrotada, es caótica y está llena de cultura, y por la noche, Lagos se transforma por las miles de luces alimentadas por generadores que preparan el escenario para sus fiestas. “La escena de la vida nocturna en Lagos es un gran negocio”, dice DJ Kaywise, un galardonado DJ y creador de tendencias en Lagos. “Desde los clubes bañados en coñac hasta las grandes fiestas de barrio, pasando por el dinero, el glamour y los coches rápidos, nuestra cultura de fiestas en Lagos es rica, lujosa y está impulsada por la moda”. Si bien el glamour puede ser parte de ello, lo que realmente impulsa la vida nocturna es la banda sonora. La música dance en Lagos es una variante única, un sonido con mucha percusión que se diferencia de los estilos populares de los clubes de Occidente. Los ritmos 4/4 que caracterizan los sonidos house más familiares en Occidente (y en algunas partes de África) son reemplazados por diferentes progresio-

nes percusivas. “Son los instrumentos africanos”, dice Yinka Bernie, un productor con sede en Lagos, sobre lo que hace que el sonido de la ciudad sea especial. “Los elementos de la batería, como los shakers y las congas, le dan un sonido diferente, especialmente los shakers: “Shaker 101” para ser exactos. Es lo que hace que nuestro sonido sea distinto al de la música dance europea”.

Desde cada danfo (el autobús de la ciudad) hasta para tomar una copa por la noche en un bar, la música dance alimenta la energía de la ciudad. Y como la cultura popular nigeriana está alimentada por la cultura callejera, la escena de la música dance de Lagos está necesariamente dictada por las calles, y las calles tienen su propio género: el street-hop. El street-hop tiene una larga historia como banda sonora de los barrios marginales de Lagos. Es un sonido mutante: incluso sus elementos más básicos están en movimiento, influenciados por tendencias callejeras efímeras e hiperactivas. Sus raíces se remontan a principios de los 90 y al barrio pobre de Ajegunle, del centro de la ciudad, donde surgió por primera vez el ‘galala’, un sonido pseudo-reggae popularizado por artistas como Daddy Showkey, Baba Fryo y Blacky.

“El ascenso del galala de Ajegunle al mainstream puso en marcha la escena dance en aquel entonces”, recuerda DJ Kaywise, un líder del street-hop. Kaywise, que creció en el Lagos de los noventa, fue testigo del nacimiento del street-hop a medida que pasaba de una fase (y un barrio bajo) a otra, y los movimientos de baile inherentes a cada fase, una tendencia que ha continuado. “Usaría la palabra espontáneo”, dice, explicando los orígenes de estos bailes. “Los nigerianos se mueven con vibraciones. Se trata de cómo te sientes, por lo que la música guía el tipo de pasos que damos”.

TRANSFORMADO

A medida que el street-hop se trasladó de un barrio del centro de la ciudad a otro a lo largo de los años, el sonido cambió de estilo y de nombre. A principios de la década del 2000, se transformó en konto y swo, dos iteraciones melódicas del galala, anunciadas por los artistas Mad Melon y Mountain Black. Cuando el sonido salió de Ajegunle y entró en IjuIshaga a finales del 2000, el street-hop se trasladó a lo que se considera la era del pangolo. Con un sonido más uptempo, el pangolo cambió los timbales y los rasgueos ligeros de guitarra del galala y el konto por tambores pesados, cajas y riffs de bajo. El pangolo también trajo una nueva ola de lirismo en el street-hop, en forma del “Free Madness” de Terry G.

Desde principios hasta mediados de la década del 2010 se vio el auge de los sonidos wobe y shoki en el barrio de Bariga, dirigido por el rapero Olamide y su protegido, Lil Kesh. Aquí, se jugó con la percusión (batería, timbales, charles, todo) y el tempo también se ralentizó. En esencia, los sonidos wobe y shoki eran iteraciones de ingeniería inversa de la música tradicional yoruba; muchas de las canciones, de hecho, se grabaron en lengua yoruba.

En 2021, después de este sinuoso viaje por la ciudad, el street-hop se instaló en el barrio de Agege y se desarrolló en los estilos conocidos como zanku y shaku shaku. Tienen elementos en común, pero la diferencia real entre ellos está en el ritmo de la música: shaku se apoya en los acabados crudos y repetitivos del gqom sudafricano, mientras que el zanku es menos frenético y se centra en los patrones de batería polirrítmica de Nigeria.

El gran punto de inflexión para el street-hop contemporáneo llegó en 2017, cuando el rapero Olamide puso al shaku shaku (y sus movimientos de baile virales) en el centro de atención con su éxito callejero “Wo”, abriendo oportunidades para Agege y sus estrellas más brillantes. Artistas como Small Doctor, Mr Real, Slimcase e Idowest fueron catapultados al estrellato a través de éxitos consecutivos: “Penalty”, “Legbegbe”, “Shepeteri” y “Oshozondi”. “Sucedió casi de la noche a la mañana”, recuerda Slim Coded, un artista de street-hop de Agege. “Hace tiempo que hacemos esta música, pero en 2017 fue cuando todo cambió. Fue como, “¡Oh, algo está sucediendo en Agege!”, Y de repente todo el mundo se unió al sonido e intentó trabajar con nosotros. Aquí es un festival que nunca acaba”. El productor Cool M Beats está de acuerdo y enfatiza que son sus compañeros de Agege, no la industria musical nigeriana, los que han impulsado el street-hop. “La música se esparce gracias a la gente… nadie espera a que ningún promotor haga sonar la canción”, insiste. “Cuando te dices a ti mismo: ‘Pondré esta música en siete sitios web y seguiré diciéndole a la gente que la descargue’, puedes hacerlo”.

Las plataformas de redes sociales, los grupos de WhatsApp y los blogs locales jugaron un papel crucial en la difusión de la música, al igual que los videos virales de las rutinas de baile de las canciones. Bailarines como Poco Lee y el equipo de Westsyde se hicieron populares a través de estos videos. Cada nueva ola, desde shaku shaku hasta zanku, convirtieron el street-hop en un tsunami que se estrellaba contra el flujo principal de Nigeria. Después de pasar de las fiestas callejeras en los barrios bajos a los clubes caros en los barrios de lujo de Lagos, el street-hop nunca había sido tan popular como lo es en este momento. “Creo que el street-hop siempre ha sido el sonido principal dentro del espacio Afrobeats”, dice Osabuohien Osaretin. Más conocido como Sarz, es un productor y DJ veterano cuyo catálogo cuenta con gigantes del afrobeat como Wizkid, Wande Coal y Niniola. Muchos argumentan que los ritmos de Sarz son la plantilla no solo para el sonido actual del street-hop, sino también para la industria musical contemporánea nigeriana en general. “Es casi una obviedad que si tienes una canción que se puede bailar, lo más probable es que sea un éxito”, continúa, “por eso la mayoría de las personas que intentan hacer una canción exitosa prefieren un sonido de street-hop, y creo que eso solo proviene de nuestros antecedentes culturales. Incluso con géneros musicales africanos más antiguos, como fuji y highlife, la gente solo quiere bailar, y el street-hop tiene todos esos elementos. La principal prioridad es levantarte y moverte”.

Sarz analiza los elementos del street-hop: “En primer lugar, el tempo tiene que ser de al menos 115 bpm o más, hace que tu corazón se acelere. El ritmo tiene que ser constante para que la gente siga bailando. También necesita elementos vocales que sean provocativos y que hagan que la gente se sienta bien y quiera cantar”. Los elementos vocales del street-hop actual están dirigidos por la lamba, o por la jerga callejera. “Lamba son también los sonidos que son sinónimo de vida en la calle”, explica Rexxie, un productor popular de street-hop. “Imagínate un disparo o un cristal rompiéndose; esos son sonidos a los que las calles están acostumbradas, por lo que estos elementos resuenan en la gente cuando se infunden en la música”. El contenido lírico es igual de llamativo, normalmente refleja el clima socio-político de Lagos. Históricamente, el sentimiento de la música en Lagos ha estado estrechamente ligado a su entorno político y económico; Se consideró que el hip-hop en Nigeria tenía un impacto negativo en los jóvenes, lo que al final no hizo más que impulsar su éxito. De la misma manera, el street-hop ha recibido muchas críticas por parte de los principales medios de comunicación y ha sido criticado por sus letras “dañinas” que podrían corromper a los jóvenes “impresionables”. “Todos los artistas en Nigeria están pasando por una cosa u otra, y eso se refleja drásticamente en nuestro contenido musical”, dice Kaywise. “Gracias al street-hop, “Como africanos, lo que queremos hacer es bailar porque el continente está en una lucha, por lo que es posible que quieras olvidar todo lo que sucede en la vida y divertirte”, nos dice Sarz con una sonrisa.

CONDENACIÓN

Una de las canciones de street hop más controvertidas (y populares) del año pasado es “Cash App” de Bella Shmurda. Siendo una referencia descarada a los ingresos “dudosos” de Shmurda antes de la fama, “Cash App” no es tan pura como la nieve, pero la condena que él, y el street-hop en general, han tenido que afrontar a consecuencia de la canción es injustificada. Algunos nigerianos incluso presentaron una petición a la Comisión de Radiodifusión de Nigeria, pidiendo que se prohibiera “Cash App” en la radio del país, argumentando que la canción reforzaba los estereotipos negativos sobre la criminalidad nigeriana. En un ensayo titulado ‘Silenciar a los raperos nigerianos no es la respuesta al ciberdelito’, la periodista nigeriana Adewojumi Aderemi compara el tratamiento del street-hop nigeriano con la música drill del Reino Unido, y escribe: “Al igual que los crímenes con arma blanca están relacionados con el drill, o los crímenes con armas de fuego con el gangsta rap, el crimen cibernético ha sido inherente a la música

Sarz

Zanku, desde su inicio”. Ella sostiene que amonestar y silenciar a los artistas del street-hop no es la respuesta a los vicios detallados en sus letras. “Está claro que la música no solo glorifica el crimen sino que también, en algunas ocasiones, lo alienta activamente como respuesta a las propias circunstancias, ya sea pobreza o falta de respeto”, continúa.

“Aún así, al comprender sus motivaciones [de Bella Shmurda], ‘Vision2020’ [otra canción de Bella Shmurda], ‘Cash App’ y la música que detalla y glorifica de forma confusa el ciberdelito en general, nos ofrece la oportunidad de evaluar las condiciones socioeconómicas en las que ‘ Yahoo Yahoo ‘ prolifera en Nigeria”, argumenta Aderemi. “Los problemas de Nigeria no comienzan ni terminan con ‘Cash App’, y pretender que ignorar las experiencias de todo un grupo demográfico borrará el problema de alguna manera solo aislará el cáncer del fraude del análisis real y apropiado”. A pesar de la reacción violenta y las críticas, el street-hop ha recorrido un largo camino, desde estudios improvisados en las profundidades de los barrios marginales, hasta la radio de máxima audiencia y listas de singles. “Está avanzando más ahora”, dice Rexxie, “está evolucionando. Estos músicos se están educando más sobre la música y están más abiertos a mejorar su oficio. Antes, solo escuchabas ruidos caóticos, pero ahora puedes escuchar acordes, melodías reales. Estas personas tienen talento, saben lo que están haciendo”.

Con una evolución de casi 30 años, ¿cómo suena el street-hop en 2021? Uno de los elementos más frescos que se ha añadido al crisol es el amapiano, un género de música dance de Sudáfrica, con sus propios sonidos peculiares, como el tambor de troncos. En Nigeria, este estilo se llama “omopiano”. “Como nigerianos, creo que sabemos cómo hacer las cosas o cómo coger prestada la cultura y hacerla nuestra”, dice Sarz sobre esta última tendencia. “Siento que somos muy buenos en eso, incluso cuando cogemos esta cultura y la celebramos, casi la celebramos como si fuera nuestra y tenemos nuestra propia versión”. Y está funcionando: temas como “Kilofeshe” de Zinoleesky, “KPK” de Rexxie y “Koleyewon” de Naira Marley han estado en la cima de las listas desde el diciembre pasado, lo que demuestra que el street-hop no es una moda pasajera. “Es por eso que alguien como Naira Marley tuvo ese impulso de levantarse”, dice Rexxie. “Siempre vemos a los mejores artistas venir de vez en cuando solo para sentir el sonido de la calle y mantener su credibilidad en las calles. Como Burna Boy: no importa lo bien que le vaya a Burna Boy [en las listas de éxitos], todavía tenía que venir y hacer ‘Killin Dem’, porque street-hop es lo que lo está petando“. Rexxie

Ahora, el futuro del street-hop parece prometedor. Sellos como Marlian Music de Naira Marley, Zanku Records de Zlatan y Kaywise Entertainment de DJ Kaywise están criando a la próxima generación de artistas. Las fiestas The Vibe de DJ Consequence y el evento anual Joor Concert de DJ Kaywise están llevando el street-hop a las pistas de baile, y Do2dtun en Cool FM de Nigeria está impulsando el streethop en las ondas. Los sonidos más reconocidos internacionalmente como afrobeats y afropop pueden aparecer y desaparecer, pero como dice Kaywise: “La calle es el lugar de nacimiento, donde nuestra música obtiene su esencia espiritual. Eso no se puede superar”.

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