Actualización temática
El estrecho vínculo entre la obesidad y la inflamación Elaborado por el Departamento Científico de EC-t Ediciones Científico-técnicas.
INTRODUCCIÓN Hasta hace pocos años, se consideraba que en el desarrollo de la obesidad y sus consecuencias, la participación del tejido adiposo era insignificante y estaba reducida a un conjunto de células que acumulaban grasa. Hoy se sabe que los adipocitos constituyen un componente crítico del control metabólico y endocrino de los órganos y que, a través de diversas moléculas de señal, ejercen efectos tanto beneficiosos como indeseados. La obesidad, particularmente la adiposidad central consistente en una acumulación de grasa visceral, se asocia con un aumento del riesgo de enfermedad cardiovascular. Las investigaciones de los últimos años llevaron a generar el concepto de que el tejido adiposo es un órgano endocrino que participa en un número variado de vías metabólicas. Probablemente, el puntapié inicial lo dio el descubrimiento de la leptina, una hormona expresada por los adipocitos que se une al núcleo ventromedial del hipotálamo (centro del apetito) y produce sensación de saciedad. Posteriormente, se comprobó que el tejido adiposo también segrega un gran número de moléculas de señal, que son diversos tipos de citocinas.1
El tejido adiposo es un órgano endocrino Uno de los cambios más significativos en el conocimiento de los adipocitos fue el descubrimiento de que poseen una función hormonal que regula el metabo-
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lismo, la ingesta de energía y el depósito de grasas.2 El tejido adiposo segrega un gran número de proteínas conocidas como adipocinas, que actúan en forma autocrina (afecta la propia célula), paracrina (afecta las células vecinas) y endocrina (afecta tejidos distantes). Se identificaron alrededor de 50 adipocinas, pero las más estudiadas son la adiponectina y la leptina.
Adiponectina La adiponectina es una hormona expresada por los adipocitos, que tiene las siguientes funciones: Ŧ "VNFOUB MB TFOTJCJMJEBE B MB JOTVMJOB FO FM N¹TDVMP y en el hígado. Ŧ "VNFOUB MB PYJEBDJ²O EF MPT DJEPT HSBTPT MJCSFT FO varios tejidos, incluyendo las fibras musculares. Ŧ 3FEVDF MBT DPODFOUSBDJPOFT QMBTN UJDBT EF MPT DJdos grasos libres y los triglicéridos. En los seres humanos, las concentraciones plasmáticas de adiponectina disminuyen en la medida que aumenta el grado de obesidad y este efecto es mayor en los hombres que en las mujeres. La producción de adiponectina se relaciona en forma inversa con la resistencia insulínica y la glucemia.3-4 Ciertos polimorfismos del gen de adiponectina se asocian con una reducción de esta hormona en el plasma y con un aumento del riesgo de diabetes tipo 2, de síndrome metabólico y de aumento de la resistencia insulínica.5-7 Se presume que la adiponectina está implicada en